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CURSO : DERECHO PROCESAL CIVIL II

DOCENTE : DR. LUJÁN TUPEZ

ALUMNO : CHARCAPE ALIAGA DENNYS

CICLO : VII

TRUJILLO – PERU

2018
EFICACIA Y VALIDEZ PROBATORIA DE LA PRUEBA PROHIBIDA EN EL

PROCESO CIVIL PERUANO

En estos tiempos, una de las instituciones procesales que ha cobrado un rol

importantísimo en el Derecho es sin duda la “Prueba Prohibida o Ilícita” dentro del

Proceso, debido a las diferentes corrientes y teorías que asumen diversas

posturas ante su posible admisión y exclusión; pero acaso este dilema entre

admisión y exclusión ¿No vulneran derechos fundamentales? ¿No atentan contra

la naturaleza del derecho? ¿No es atentar contra el fin supremo de la justicia?

Es dentro de este ámbito que empezaremos a dilucidar sobre la posible

permisividad de la prueba prohibida, por parte de los operadores del derecho, y

dentro de determinados supuestos que nos permitan soslayar la prohibición de

prueba y consienta su legitimidad dentro del proceso, como medio probatorio

valorada por el juez.

El principio de legitimidad de la prueba ha sido recogido por el artículo VIII.1 del

Título Preliminar del nuevo Código Procesal Penal, el mismo que establece que

todo medio de prueba sólo podrá ser valorado si ha sido obtenido e incorporado al

proceso por un procedimiento constitucionalmente legítimo.

Es decir que si la prueba no es consentida como legitima, por mucho que esta

conlleve a la verdad, no podrá ser incursionada dentro del proceso y mucho

menos ser valorada por el juez. Hecho que podría estar atentando contra algunos

derechos fundamentales que ampara la Constitución Política. Así lo dictamina El

Tribunal Constitucional Peruano al desarrollar los alcances del derecho a la

prueba, en su sentencia 1014-2007-PHC/TC, considera que conforme a tal

derecho se exige la constitucionalidad de la actividad probatoria, la cual implica la


proscripción de actos que violen el contenido esencial de los derechos
fundamentales o transgresiones al orden jurídico en la obtención, recepción y

valoración de la prueba.

Entonces, está demostrado que la actividad probatoria no debe atentar contra la

constitucionalidad de los derechos fundamentales. No se habla de si es o no

importante para descubrir la verdad, lo que aquí interesa es que toda actividad

probatoria debe estar bajo la constitucionalidad de los derechos fundamentales y

ello no puede ser violado por ninguna actividad probatoria dentro de un proceso

judicial.

De lo dicho hasta el momento, queda clara la línea divisoria dentro de la cual se

desenvuelve la actividad probatoria en su búsqueda de alcanzar a demostrar la

verdad.

Otro aspecto importante que desarrollo en este trabajo está ligado a lo que la

doctrina nombra como “Prueba” y “Prueba prohibida o ilícita”. Un grandioso

aporte para entender lo que es la prueba, lo proporciona ROXIN, señalaba que la

prueba significaba convencer al juez sobre la certeza de la existencia de un hecho,

concordando con el maestro TARUFFO (2012, págs. 35-36) cuando concibe a la

prueba como un resultado del proceso de extracción de inferencias a partir de

medios de prueba disponibles, por ello solo estaremos ante un hecho probado
solo cuando se extraen con éxito algunas inferencias concernientes a su

ocurrencia partiendo de medios de prueba que estén disponibles. Así mismo, el

mismo autor señala que: “(…) La prueba es el instrumento que utilizan las partes

desde hace siglos para demostrar la veracidad de sus afirmaciones, y de! cual se

sirve el juez para decidir respecto a la verdad o falsedad de los enunciados

fácticos. En términos muy generales, se entiende como prueba cualquier

instrumento, método, persona, cosa o circunstancia que pueda proporcionar


información útil para resolver dicha incertidumbre (…)” (TARUFFO, La Prueba,

págs. 41-59)
De los aportes mencionados, queda claro la trascendencia de la prueba dentro del

proceso y en la decisión del juez dentro de su anhelo por alcanzar la verdad de

los hechos y, en conclusión, la justicia.

De igual manera, es importante esclarecer qué se entiende por “Prueba prohibida

o ilícita”, para ello, El Tribunal Constitucional define la prueba ilícita como aquella

en cuya obtención o actuación se lesionan derechos fundamentales o se viola la

legalidad procesal [Exp. N°2053-2003-HC/TC] Asimismo, en Sede Judicial, el 11

de diciembre de 2004, el Pleno Jurisdiccional Superior Nacional Penal realizado,

en la ciudad de Trujillo, distinguió entre prueba ilícita y prueba irregular acordando

lo siguiente ([1]):

“Por unanimidad. Establecer que existen diferencias entre prueba ilícita y prueba

irregular. Para comprender a plenitud las diferentes teorías sobre ilicitud de la

prueba, es necesario distinguir entre obtención de la prueba (fuente) e

incorporación de la prueba (medio de prueba). La primera se da cuando en la

obtención de la fuente de prueba se transgrede un derecho fundamental del

imputado. La segunda se produce cuando se viola una norma de carácter

procesal al momento de la incorporación de la prueba al proceso (…)” (Lo

resaltado es nuestro).

Del referido Pleno Jurisdiccional se desprende que es prueba ilícita aquella que se

obtiene vulnerando algún derecho constitucional; en tanto que prueba irregular

aquella que se produce vulnerando una norma procesal al momento de su

incorporación al proceso.

Posteriormente, el 04 de mayo de 2009, la Primera Sala Penal Transitoria de la

Corte Suprema en el considerando 6.C de la ejecutoria dictada en el proceso


signado como Recurso de Nulidad No. 05-02-2008, señalo lo siguiente con

relación a la prueba prohibida:


“C).- De la prueba prohibida. La “prueba prohibida o ilícita” es aquella prueba,

cuya obtención o actuaciones lesionan derechos fundamentales o se violan

normas constitucionales, de modo que la misma deviene procesalmente en

inefectiva e inutilizable por lo tanto,… carecen de efecto legal las pruebas

obtenidas directa o indirectamente con violación del contenido esencial de los

derechos fundamentales (…)”.

Luego, el 27 de octubre de 2010, el Tribunal Constitucional emitió una sentencia

en el proceso signado con el No. 00655-2010-PHC/TC, definiendo qué es prueba

prohibida, su naturaleza jurídica y los efectos que ésta produce en el proceso.

En el considerando 15 de la referida sentencia el Tribunal Constitucional define la

prueba prohibida de la siguiente manera:

“De este modo, en nuestro ordenamiento jurídico una prueba será considerada

prohibida cuando se obtenga mediante la violación directa o indirecta de algún

derecho fundamental, más no de los derechos de rango legal o infralegal” (Lo

resaltado es nuestro).

En relación a la naturaleza jurídica de la prueba prohibida el Tribunal

Constitucional en la indicada sentencia ha establecido en el considerando 7 lo

siguiente:

“En resumen, en la dogmática y jurisprudencia constitucional comparada resulta

variable la naturaleza jurídica que se le pretende atribuir a la prueba prohibida. No

obstante ello, en consideración de este Tribunal la prueba prohibida es un derecho

fundamental que no se encuentra expresamente contemplado en la Constitución,

que garantiza a todas las personas que el medio probatorio obtenido con

vulneración de algún derecho fundamental sea excluido en cualquier clase de


procedimiento o proceso para decidir la situación jurídica de una persona, o que

prohíbe que este tipo de prueba sea utilizada o valorada para decidir la situación
jurídica de una persona. En este sentido, debe destacarse que la admisibilidad del

medio probatorio en cualquier clase de procedimiento o proceso no se encuentra

únicamente supeditada a su utilidad y pertinencia, sino también a su licitud” (Lo

resaltado es nuestro).

De la cita anteriormente transcrita se desprende el efecto que la prueba prohibida

debería producir en el proceso. A criterio del Tribunal, la licitud de la prueba es un

presupuesto para su admisión al proceso (como también lo son el principio de

utilidad, de pertinencia, de idoneidad, etc.); en tal sentido, la prueba prohibida no

debería ser admitida al proceso por el Juez y, si lo fue, debería ser excluida

estando el Juez prohibido de extraer argumentos y consideraciones de prueba de

la misma.

En conclusión, según el Tribunal Constitucional la prueba prohibida es un derecho

fundamental y, además, una regla de exclusión de la fuente de prueba del

proceso.

Por último, el Código Procesal Civil regula de manera totalmente deficiente la

prueba prohibida. Al respecto, el Artículo 199 referido a la ineficacia de la prueba

dispone lo siguiente: “Carece de eficacia probatoria la prueba obtenida por

simulación, dolo, intimidación violencia o soborno”.

En nuestra legislación -conforme ha sido indicado en el numeral anterior-, el

Tribunal Constitucional y la Corte Suprema han coincidido en considerar la prueba

prohibida en su acepción limitada o restringida. Sin embargo, existe una

diferencia entre ellos, el Tribunal Constitucional la ha definido como aquella que se

“obtiene” vulnerando los derechos fundamentales, en tanto que la Corte Suprema

la definió como aquella que se “obtiene o actúa” vulnerando los derechos


fundamentales.
Es decir, a criterio de la Corte Suprema existirían dos momentos en los que la

prueba podría adquirir el carácter de prohibida. En el momento que fue obtenida

(fase extra-procesal o previa al proceso) o al actuarse en el proceso.

Por prueba prohibida entenderemos, básicamente, aquella que ha sido obtenida

mediante la vulneración de algún derecho fundamental y no a la practicada

vulnerando algún derecho fundamental por cuanto, en el proceso civil, los medios

probatorios deben actuarse en Audiencia con presencia del Juez, en cuyo

supuesto, es muy poco probable que pueda actuarse una vulnerando algún

derecho fundamental.

Teniendo en consideración lo dispuesto por el artículo V del Título Preliminar del

Código Procesal Constitucional que dispone, que los jueces deben interpretar y

aplicar las leyes y normas reglamentarias de acuerdo con los principios

constitucionales y la interpretación de los mismos que efectúe el Tribunal

Constitucional tenemos que, en nuestra legislación, habría quedado zanjado el

debate que pudo haber existido entre el concepto amplio o el restringido de prueba

prohibida. Según el Tribunal Constitucional es prueba prohibida aquella que se

obtenga mediante la violación directa o indirecta de algún derecho fundamental,

más no de uno de rango legal o infralegal .

En relación al valor probatorio de la prueba prohibida no existe mayor discusión.

Esta, en principio, no deberá ser admitida por el Juez y si lo fue, deberá ser

excluida del proceso y no valorada por el Juez.

El problema se presenta con relación a su cuestionamiento, oportunidad y efectos

del mismo.

En el proceso civil luego de propuestos los medios probatorios (con la demanda o


con la contestación) éstos son puestos en conocimiento de la parte contraria quien

está facultada para formular cuestiones probatorias para impedir que ellos sean
incorporados al proceso y, por ende, valorados por el Juez. Nuestro Código

Procesal Civil regula tres cuestiones probatorias: la tacha, oposición y la

observación y dispone que, la cuestión probatoria que se formule no impedirá la

actuación del medio probatorio y será resuelta en la sentencia.

En caso una de las partes ofreciera una prueba prohibida en el proceso civil. La

parte contraria estará facultada para formular oposición a la admisión de la misma,

debiendo ésta ser resuelta previo traslado a la parte contraria, en la sentencia.

De otro lado, si la parte no objetó la prueba prohibida en su oportunidad y luego

conociera que fue obtenida vulnerando un derecho fundamental, en mi opinión,

ello no sería impedimento para que pudiera oponerse a su admisión al proceso, en

tanto acredite el conocimiento posterior de la causal de exclusión.

Qué ocurriría si la parte no cuestiona la prueba prohibida. ¿Podría el Juez de oficio

excluirla del proceso? Pienso que sí, en la medida que los hechos que originan su

exclusión consten en el proceso y que el Juez, de forma previa, lo hubiera puesto

a conocimiento de las partes para que expongan lo pertinente. Considero que si el

Juez, de oficio, en la sentencia, sin previamente ponerlo en conocimiento de las

partes, excluyese del proceso una fuente de prueba –y el medio probatorio que lo

incorporó- podría afectarse el derecho a probar de la parte que, de un momento a


otro y sin previo aviso, ve excluido del proceso una prueba relevante o

determinante.

Cabe preguntarse si: ¿debe permitirse o no la actuación de la prueba cuestionada

como prohibida en la Audiencia de Pruebas? Como se sabe, la Audiencia debe

llevarse a cabo antes de que se emita la sentencia.

Nuestro Código Procesal -basado en consideraciones de economía procesal-


permite que la prueba cuestionada se actúe en la Audiencia de Pruebas y luego,
en función de cómo se resuelva en la sentencia el cuestionamiento, se

determinará si procede o no que sea valorada por el Juez.

¿Esa solución es la conveniente en el caso de la prueba prohibida que, por lo

general, es una determinante o definitiva? Por ejemplo, si estuviéramos frente a

un proceso de divorcio, en el que en parte de prueba se ofreció un video donde

aparece el demandado teniendo relaciones sexuales con una tercera persona y,

luego de actuado, fuera excluido del proceso por considerarlo una prueba

prohibida; o si en un proceso de dar suma de dinero se presenta una grabación

que acredita que el demandado canceló la deuda demandada y ésta, luego de

actuada, es rechazada por prohibida. El Juez sabrá que dichas pruebas no deben

valorarse; sin embargo, es improbable que pueda borrar de su mente lo

determinante o decisivo que ya percibió o escucho. ¿Al sentenciar será imparcial?

¿Podrá ser objetivo? O sería mejor que la admisión de la prueba prohibida fuera

decidida antes de la fijación de los puntos controvertidos de forma tal que, si fuera

rechazada no se actuaría en la Audiencia de Pruebas.

Finalmente, la eficacia y la validez de la prueba prohibida en el Proceso Civil

seguirá siendo un dilema que de ser resuelto, definitivamente, estaríamos dando

un paso más en ese anhelo de todos los operadores judiciales de alcanzar la

justicia absoluta, puesto que se ha expresado claramente cuán importante son las

denominadas “Prueba prohibidas” dentro de un proceso judicial. No olvidemos que

por más inconstitucional que resulte una prueba, se debe valorar más el objeto de

la prueba dentro del proceso: dar certeza de conocer la verdad en las decisiones

que adopte el juez.

BIBLIOGRAFÍA.
BUSTAMANTE ALARCON, Reynaldo. Derechos Fundamentales y Proceso Justo.

Lima: ARA Editores, 2001.

CHANJAN DOCUMET, Rafael. La Prueba Prohibida en la Jurisprudencia de la

Corte Suprema. http://www.lozavalos.com.pe Visitada el 02 de abril de 2013.

GOMEZ COLOMER, Juan Luis. Prueba Prohibida e Interpretación de la

Jurisprudencia del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo Españoles.

LINCOGRAFÍAS

http://www.consultatuderecho.com/prueba_prohibida_proceso_penal.htm

http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechoysociedad/article/viewFile/17197/174

84

https://www.elderecho.com/tribuna/civil/prueba-ilicita-proceso-

civil_11_283555003.html

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