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La primera crítica que señala Adam T.

Smith sobre el Estado como conceptualización con


respecto a la antigüedad y la Edad Media es el hecho de que el concepto de Estado hace
referencia a un objeto incierto en tanto a que no existe un Estado sino diferentes prácticas
sociales que no guardan relación entre sí ni con lo que la palabra Estado define. La segunda
crítica va dirigida a señalar que el término Estado no es más que una forma de dar coherencia y
cohesión a ciertas prácticas organizativas que grosso modo no tiene nada que ver con lo que la
palabra Estado define. La tercera crítica que señalará Smith está ligada más hacia el concepto que
hoy tenemos del Estado y es el hecho de su pérdida de centralidad para comprender el mundo
con la desaparición del debate sobre el Estado entre liberales y marxistas posteriormente a la
caída del muro de Berlín y la terminación de la Guerra Fría. La cuarta y última crítica, es en la
que más se centrará Smith, en cuanto al Estado contemporáneo, que es el hecho de que el
concepto de Estado falla al entender la vida pública puesto que ya no ostenta el estatus de debate
principal en nuestras vidas.
Estas críticas en las cuales las dos primeras se centran en la desacreditación del concepto de
Estado en la antigüedad y la Edad Media y las dos últimas se centran prioritariamente en la
pérdida de relevancia del concepto contemporánea de Estado, dejarían a nuestra investigación
sin cimientos necesarios para continuar puesto que si lo que se entiende por “Estado” antes de
la Edad moderna es una ficción no hay una razón para encontrar que existan prácticas sociales
que devenguen en Estados y ubicar desde ahí nuestra investigación. Y, con respecto a la Edad
contemporánea, nos dejaría sin razón en cuanto a que no hay una necesidad real de entender al
Estado ya que esta institución no nos sirve para comprender nuestra realidad actual.
Para continuar con nuestra investigación debemos contestar a estas críticas para esto nos
apegaremos a los mismos argumentos1 usados por el antropólogo argentino Marcelo Campagno.
Las primeras dos críticas al concepto de Estado pueden ser respondidas de esta manera, no es
desacertado afirmar que la palabra “Estado” (antes de la modernidad) agrupa a diversas
definiciones usadas por los investigadores a lo largo de los años, incluso llegándose a definiciones
de Estado contradictorias. Pero esto es un rasgo común de las investigaciones sociales que no
desacredita al Estado como concepto antes de la Edad moderna puesto que todas las
correspondientes definiciones guardar similitudes tan siquiera ontológicas en tanto a lo que se
puede entender por Estado. En otras palabras, hacemos referencia a que si bien existen
diferencias específicas entre las diferentes prácticas sociales y el Estado, estas prácticas sociales
tienen ciertas características que las hacen identificables con lo que al Estado refiere. Por otra
parte si bien Smith parte del hecho de que no hay un objeto único que podamos identificar con
la definición de Estado previo a la modernidad, en la segunda crítica hace referencia a algún
concepto de Estado premoderno específico para criticarlo así sea por necesidad en tanto a que
para criticar se debe señalar el objeto específico de la crítica, es decir debió tomar alguna
definición de Estado premoderno.
Las dos críticas con las que continúa son más cercanas a la realidad aunque, cabe aclarar, con
la terminación de la Guerra Fría y el cese del debate “Liberalismo Vs. Marxismo” con respecto

1
Argumentos que Marcelo Campagno defiende en su ensayo De la pertinencia del concepto de Estado para el pensamiento
de las sociedades antiguas. Reflexiones sobre las capacidades de hacer del Estado egipcio antiguo (2015).
al Estado no se cerró “la cuestión estatal” en tanto y en cuanto a que si bien esa lógica de pérdida
de centralidad del debate sobre el Estado se puede aplicar a la realidad de los habitantes de
EE.UU. (de donde escribía Smith en el 2003) y de Europa septentrional, no se puede aplicar a
la realidad vivida en los países Latinoamericanos y de Europa meridional en donde el debate
intelectual aún gira en torno al rol del Estado en nuestras vidas. Aunque no se trate del mismo
Estado que existió en el siglo XX. Igualmente con la pérdida de relevancia del Estado en los
países primermundistas se ha presentado una crisis del modelo estatal-liberal que ha degenerado
en la pérdida de credibilidad en la institucionalidad estatal que a la postre ha puesto en peligro al
Estado y lo ha dejado a merced de fuerzas que lo usarán, en el menor descuido, para sus propios
intereses.
Planteaba tres causas de discordia en la naturaleza del hombre las cuales son: 1) la
competencia, 2) la desconfianza y, 3) la gloria. Esta discordia de la naturaleza la explicaría de esta
forma:
“La primera causa impulsa a los hombres a atacarse para lograr un beneficio; la segunda, para lograr
seguridad; la tercera, para ganar reputación. La primera hace uso de la violencia para convertirse en dueña de
las personas, mujeres, niños y ganados de otros hombres; la segunda, para defenderlos; la tercera, recurre a la
fuerza por motivos insignificantes, como una palabra, una sonrisa, una opinión distinta, como cualquier otro
signo de subestimación, ya sea directamente en sus personas o de modo indirecto en su descendencia, en sus
amigos, en su nación, en su profesión o en su apellido.” (Hobbes, T. p. 102).
Esta definición de la naturaleza humana quizá se debió a la influencia que la obra Nicolás
Maquiavelo había ejercido sobre Thomas Hobbes puesto que el primer autor tampoco tenía en
buena estima la naturaleza humana.
Pero Thomas Hobbes argumentará que el estado de naturaleza del hombre puede ser
superado ora por la pasión ora por la razón:
“Las pasiones que inclinan a los hombres a la paz son el temor a la muerte, el deseo de las cosas que son
necesarias para una vida confortable, y la esperanza de obtenerlas por medio del trabajo. La razón sugiere
adecuadas normas de paz, a las cuales pueden llegar los hombres por mutuo consenso.” (Hobbes, T. p.
105).
Thomas Hobbes resuelve que la única forma en que los individuos pueden salir del estado de
naturaleza es a través de un pacto con el fin de terminar la guerra perpetua y llegar a la armonía.
Este pacto (del que surgirá el Estado) es una conjunción de distintos intereses particular con
miras a conservar una paz entre todos a través de un poder superior que defienda al pueblo
contra las invasiones extrajeras y contra las injurias al interior de la comunidad.
Thomas Hobbes no precisa cuando pudo ocurrir una guerra entre todos los hombres incluso
llega a admitir que quizá esta guerra nunca se presentó sino que el hombre en diferentes épocas
de su historia
El desarrollo del estudio del Estado en la Edad Antigua lo describiría el asiriólogo Norman
Yoffee con las siguientes palabras:
“en los ‘60 y las siguientes décadas, los arqueólogos estaban obsesionados por identificar estados y
desarrollar métodos para ese propósito. En los ‘90 los arqueólogos habiendo rechazado el proyecto neo-
evolucionista, se preguntaban no tanto qué eran los estados sino lo que hicieron. En el nuevo milenio, los
arqueólogos ahora estudian más bien qué es lo que los estados no hicieron. Esto es, ¿Cuáles eran los límites
del poder en los estados tempranos? ¿Cómo la gente construía su vida en los estados tempranos?”. 2

2
Cita extraída de Myths of the Archaic State. Evolution of the Earliest Cities, States and Civilizations (p. 41) de Norma Yoffee.
Traducción de la cita hecha por la historiadora Cristina Di Bennardis.

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