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Balance de la materia: “Historia Argentina contemporánea”.

Catedra Volkind
1. Dinámica de cursada
Las clases en general me parecieron bien. Hubo una gran entrega de parte del docente,
el cual es sin duda, uno de los docentes con más energía del Instituto, esto hace las
clases más llevaderas e interesantes. Por otro lado considero que la participación de los
estudiantes (con aportes de las lecturas, dudas sobre los textos, etc.) es fundamental en
las clases para que ese espacio se convierta en un ámbito de aprendizaje colectivo y se
pueda profundizar más sobre las temáticas. Lamentablemente no vi demasiado de este
tipo de participación y si más del tipo de preguntas desde la “curiosidad” o “anécdotas
personales” que evidencian la falta de lectura.

Se podría entender que esto que marco no es específicamente un problema de la


catedra, pero lo que quiero indicar es que desde la catedra no se incita/fomenta a leer
para las clases (como en la gran mayoría de las cátedras del instituto) y a participar en
base a lo que leímos. En el transcurso de mi carrera he escuchado a varios docentes
quejarse de la poca lectura que se evidencia en las clases, pero realmente son muy pocos
(muy muy pocos) los que la valoran. Y cuando digo “valoran” me refiero a que el
trabajo en clase debe ser ponderado en la nota final de la materia. No solamente “sumar
un puntito” si uno está cerca de la promoción. La participación y lectura para las clases,
a mi parecer, debe tener la misma entidad que las notas de las instancias de evaluación,
quizás con un porcentaje menor, pero los estudiantes deben saber al inicio de la cursada,
que la catedra valora y pondera “en nota” la participación y la lectura.

Esto es fundamental porque nuestro instituto es de “formación docente”, y considero


que los que cursamos ahí no somos simplemente “estudiantes”, sino que somos
DOCENTES EN FORMACIÓN, por lo tanto eso requiere un compromiso y una
responsabilidad que nos diferencia de un simple estudiante de otro tipo de carrera.
Nuestro objetivo es llegar a hacer lo que hace el docente que tenemos adelante, por eso
es fundamental que participemos y nos comprometamos más con nuestra formación.
Para que el paso de estudiante a docente no sea tan problemático (Como justamente
marcaba el docente en una de los encuentros de su taller “Enseñar- Investigar”).

2. Instancias de evaluación
En este punto es que tengo un par de críticas. Como sabemos no me fue tan bien como
hubiera querido en las instancias presenciales a pesar de la preparación que nos llevó, y
digo “nos” porque ambos parciales presenciales los preparamos junto a un grupo de
compañeros, incluso para el segundo “tomamos” un aula vacía del instituto y usamos la
pizarra para ir esquematizando los textos e ir haciendo aportes en base a lo que cada
uno había leído. Por lo tanto mi decepción fue muy grande con respecto a las notas de
esa instancia. Debo aclarar que sin embargo, no quito mi responsabilidad central en el
resultado, ya que no supe como volcar todo lo que sabía en esos parciales.
Mi crítica se refiere al diseño de la herramienta de evaluación en sí. Ambos parciales me
parecieron demasiado extensos como para que sean de resolución presencial. Realmente
en mi caso se volvieron prácticamente inabarcables, por la cantidad de contenidos que
podían entrar en cada respuesta. Por ejemplo en el segundo parcial estaba esta pregunta:
¿Cuáles fueron las transformaciones en el plano económico, político, social y de las relaciones
internacionales que operaron en el gobierno de Alfonsín a partir de ese año?

Lo que quiero indicar con el subrayado es que me parece que este tipo de pregunta es
más para un parcial domiciliario, donde uno tiene más tiempo de elaboración y análisis
sobre cada una de las cuestiones y se puede profundizar más sobre las temáticas.
La crítica sobre esta herramienta de evaluación se basa en que, a mi parecer, las
consignas no estaban bien planteadas de acuerdo a lo que supuestamente la catedra
buscaba. En el primer parcial recuerdo que el profesor dijo que “seamos específicos” en
las respuestas, pero este requerimiento no estaba expresado en las preguntas, las cuales
parecían justamente buscar todo lo contrario. Lo que quiero decir es que, la extensión de
las respuestas que requerían cada una de las preguntas (al menos como estaban
planteadas) hacía a la evaluación demasiado extensa para ser abordada con la
profundidad que las preguntas planteaban.

Una de las sugerencias que puedo hacer es dividir las evaluaciones en temas, por
ejemplo con la pregunta que cite, un tema puede pedir las transformaciones en el plano
económico, otra lo político, otra lo social, y otra en las relaciones internacionales. Esto
acortaría la resolución de las respuestas, pero sin embargo aumentaría el grado de
profundidad de las mismas y serian justamente más “especificas”. A mi parecer las
evaluaciones presenciales deben centrarse en el control de las lecturas y no tanto en el
análisis, lo cual es ideal para un trabajo de tipo domiciliario.

Por otro lado no estoy de acuerdo con la modalidad de corrección basada en el “mejor
parcial del curso” como medida para corregir a los demás. Aunque entiendo la
explicación de esto, no la comparto. Me parece que todos los compañeros que cursamos
una materia de cuarto año (quinto en el nuevo plan) estamos en condiciones de ser
evaluados mediante las misma vara. Por otro lado no me parece correcto ponernos a
todos en una especie de “competencia” con el compañero que saco mejor nota y va que
ser la vara con la que nos van a evaluar al resto.

Con respecto a la actividad sobre las organizaciones armadas debo decir que tengo una
crítica en cuanto a la dinámica y otra del tipo “ética”. En cuanto a la primera, debo decir
que no me pareció mal la actividad de elaborar un folleto, porque ello requería lectura y
búsqueda de fuentes primarias, lo cual me parece una actividad central de los que no
dedicamos a la ciencia Historia. Pero por otro lado, la parte de la “teatralización” no me
pareció que aporte nada sustantivo, es más, me pareció innecesaria. En un momento el
ambiente se relajó tanto, que devino todo en un clima demasiado “festivo” y “jocoso” lo
cual desvirtuó el objetivo de la actividad.
Justamente con respecto a ese clima que se armó durante esa actividad es mi segunda
crítica. Muchos de los integrantes de varios partidos y organizaciones políticas de esos
años fueron las primeras víctimas del “Estado terrorista” instaurado a partir del 24 de
marzo de 1976. La “teatralización” y el clima “demasiado distendido” que la misma
provocó, siento que por momentos rozó la falta de respeto hacia las víctimas de ese
terrorismo de Estado. Es un tema muy escabroso que todavía tiene varias heridas
abiertas en nuestra sociedad, no era necesaria esa “caricaturización” de los militantes de
los 70´s.

Para cerrar estoy en la obligación de decir que no estoy de acuerdo en que los ayudantes
alumnos participen en la evaluación de sus pares. Esto es algo que sostengo desde que
empecé a cursar la carrera ya que hay varias cátedras en las que sucede. Según tengo
entendido, el reglamento estipula que los únicos que están habilitados a evaluar dentro
de las cátedras, son el profesor/a titular y los ATP que hubieran ganado por concurso el
cargo. Sé que muchas veces, debido a la cantidad de cursantes la corrección de los
parciales se puede volver una tarea compleja, por otro lado me pareció escuchar que hay
un problema con los concursos de ATP para ciertas cátedras. Pero me parece que esto
no justifica que un par de uno tenga que incidir en la evaluación de los conocimientos
de los compañeros. No me parece justo ni correcto. Este año sucedió con el grupo que
integraba, que en el parcial domiciliario sobre el periodo frondizista no estábamos de
acuerdo con la nota y con las correcciones que se hicieron a nuestro trabajo (y que
realizo un compañero cursante), en especial con una corrección que decía “no articula
la bibliografía” cuando justamente habíamos revisado que estén todas las hipótesis
centrales de toda la bibliografía obligatoria que entraba en la evaluación, la cual había
sido leída y discutida en el grupo. Finalmente ante nuestra solicitud al docente de rever
la corrección, la nota del parcial fue modificada. Es una situación que nos pone en una
postura muy incómoda como estudiantes, que sería bueno evitar.
Por todo esto me parece que se tendría que buscar una alternativa a esto, lo cual puede
venir en la incorporación de docentes como ATP para la corrección o , como propuse
antes, encontrar un dispositivo de evaluación más “especifico” que simplifique el
proceso de corrección (en ciertas cátedras se utiliza lo que llaman “parcial objetivo”, un
parcial de varios temas con preguntas específicas que no requieren más de algunos
renglones para responderlas, lo cual demanda un conocimiento profundo del tema como
para sintetizar la respuesta ).

3. Problemáticas abordadas (elección de contenidos, organización)


Quedó más que claro que la temática económica es la “dominante” en la catedra, lo cual
es en parte muy interesante. No existe en el instituto cátedras que le den tanto lugar a
este tipo de temáticas que me parecen fundamentales, y aunque me costó “agarrarle la
mano”, creo que terminé comprendiendo ciertas problemáticas planteadas y hasta puedo
decir que las disfrute.
Por otro lado me parece que la problemática “social/cultural” está muy relegada en la
cátedra. Los pocos textos referentes a estos temas están particularmente postergados
ante los demás. Casi no se discuten en las clases, o apenas forman parte de un
comentario por parte del docente o a lo sumo su abordaje quedan en manos de los
ayudantes (Ej.: “resistencia peronista” proceso del que solo hubo un texto especifico de
Ernesto Salas. Texto apenas comentado en clase).

A su vez me pareció extraño que, siendo que la catedra en todos los periodos analiza el
comportamiento de la clase obrera, durante el Alfonsinismo no hubo textos sobre esta
cuestión. Justamente cuando la resistencia del movimiento obrero estaba bajo la
conducción de una CGT muy fuerte de la mano de Saúl Ubaldini.

4. Bibliografía
Sobre la bibliografía hice un comentario durante la cursada que reproduzco aquí. No
estoy tan en desacuerdo con el volumen ni la cantidad de los textos, lo que me parece es
que deben estar más organizados en el cronograma. Hay clases en las que llegaron a
haber hasta 6 textos, algunos de casi 100 páginas. Personalmente trato de estar al día
con las lecturas para poder aprovechar las clases y con tantas lecturas se comprende que
se complica bastante. Lo que propongo para esto es jerarquizar los textos en el
cronograma, poniéndolos en orden de lectura, donde los textos centrales en los que se
basara la clase estén en primer lugar. Y si es posible, ponerlos en orden de lectura de
acuerdo a como este diseñada la clase.

Por otro lado me parecería positivo ampliar un poco el panorama de autores y corrientes
historiográficas que abordan el periodo. Hubo una serie de autores que se repitieron en
toda la materia y asimismo hubo corrientes historiográficas que no estuvieron presentes.
Sería bueno diversificar un poco más la bibliografía, cosa que no veo contraria a que la
postura historiográfica del docente debe quedar clara para los estudiantes.

5. Sugerencias
Me parece que el blog hoy ya no ofrece tantas herramientas como hace unos años.
Considero que se podría mantener como lugar físico en donde obtener la bibliografía
digital, pero el blog no ofrece mucho más que eso. Considero que el uso de una red
social como Facebook hoy ofrece herramientas más interesantes, tanto como para que la
catedra mantenga informados a los estudiantes de las novedades, como para compartir
material multimedia (videos, audios, música) referida al periodo de la materia. Me
parece una pena que en un periodo tan rico en ese tipo de fuentes, las mismas no sean
aprovechadas. Es sabido que en las clases no hubo demasiado tiempo para ver este tipo
de material.

Asimismo, en base a mi experiencia en otras cátedras, un grupo de Facebook permite un


tipo de dinámica diferente donde no solo la comunicación sea a nivel vertical (catedra-
alumnos) sino también en un nivel horizontal (entre los compañeros de cursada), de esta
forma los estudiantes pueden responder consultas del resto de los compañeros e incluso
aportar material en una dinámica a lo que se suele denominar “comunidad virtual”. En
base a mi experiencia, este tipo de dinámica suele ser mucho más provechosa para los
estudiantes que la que permite un simple blog.
Por otro lado me parece que la participación de los ayudantes debería ser un poco más
activa. Personalmente durante el trascurso de estos años me hacia la pregunta de “¿a
quién ayuda el ayudante?.... ¿al profesor?.... ¿a la “catedra”? o ¿o a los compañeros
cursantes?” siempre me incline a pensar que la respuesta debe ser la última. Es por eso
que considero que los compañeros ayudantes deben tener una participación en las clases
no tanto referida a la “reflexión” o a brindar “datos de color” o al menos no solo a eso.
A lo que me refiero es que estaría bueno que además, aprovechando que conocen los
textos (ya que cursaron la materia), brinden pautas de lectura, citas de los textos con las
páginas correspondientes para poder aprovechar más las lecturas, información de cómo
enfrentar los textos y preparar los exámenes, etc. Aclaro que con esto último no me
refiero a que brinden sus resúmenes ni que ofrezcan las preguntas del examen, sino que
le puedan brindar a los compañeros cursantes ciertas pautas para la cursada que por
varios motivos pueden escapar a la mirada del docente.

Por ultimo quiero dejar en claro que no hay ninguna animosidad en las críticas aquí
planteadas, todo lo contrario, las críticas nacen a partir de mi gusto por la materia, que
como le pude comentar al profesor en la mesa de coloquio final, es la que más disfruté
en este último año de cursada de mi carrera. Justamente a partir de mi interés por la
materia, nacen estas humildes (y extensas, lo sé) críticas que vuelco aquí. Siento que le
debía a la catedra una devolución pensada y elaborada como la que intente volcar en
este texto. Y siempre con la intención de colaborar en mejorar cátedras como esta,
referidas a periodos históricos sorprendentemente relegados en nuestra institución.

Con respecto a esta situación, y como comenté alguna vez en una clase, creo que ese
postergamiento de las materias de “historia contemporánea y americana” con respecto a
las de “historia antigua y europea”, se debe no solo a un problema referido al plan de
estudios, sino también a una cuestión referida al trabajo que hay en las cátedras para que
justamente tengan tanto protagonismo (como es el caso del excelente trabajo que hacen
los compañeros de CEHA).
Personalmente me interesan mucho materias como “Argentina contemporánea”, la cual
considero fundamental en nuestra formación como docentes y no solo como docentes,
sino como sujetos críticos de una realidad como la que estamos viviendo por estos días.
Es por eso que les dejo expresado mi interés en colaborar en la catedra, para no ser
solamente un crítico, sino para brindar mi trabajo siempre para mejorar y ayudar a darle
a esta materia el protagonismo que la misma requiere en nuestra carrera. Lo dejo a
evaluación de la misma.

Saludos.
Fabián Coronel

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