Вы находитесь на странице: 1из 7

HISTORIA DE LA LENGUA

MARIA CAMILA JARAMILLO VÉLEZ

ALEJANDRA MEJÍA

PROCESOS DE DIACRONÍA Y SINCRONÍA

JUAN DIEGO ALZATE

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

18-2
1- ¿La lingüística diacrónica estudia la lengua a través de diferentes periodos de la
historia?

Para responder esta pregunta primero se debe explicar lo que el término “diacronía”
significa. La diacronía es la encargada de estudiar algún fenómeno social a lo largo de
distintos períodos, esta analiza los desarrollos históricos en orden cronológico de los
momentos más importantes de dicho fenómeno social. O sea que, la diacronía se refiere a
un mismo acontecimiento en diferentes lapsos. Pero, en la lingüística, al estudio de la
lengua en su evolución, se le conoce más como gramática histórica del español, que es la
encargada de investigar los cambios lingüísticos desde el origen hasta la actualidad. Por
ejemplo, reconstruye y examina al castellano antiguo, analiza por qué se diferenció del
catalán o el portugués; estudia los cambios fonológicos, gramaticales, semánticos y
pragmáticos del idioma, etc. Una variable diacrónica determina cambios en la lengua en
cierto tiempo, y puede que las palabras cambien totalmente el léxico de una población.

2- ¿El estudio del español en el Siglo de Oro sería un trabajo de lingüística


diacrónica?

En el Siglo de Oro español, el español fue sin duda una tendencia, una moda para todos,
pues España estaba buscando dignificar su lengua. Los estudios y avances que se realizaron
en ese entonces al español fueron, sobre todo, consecuencia de una expansión política, pero
también porque el latín fracasaba y las lenguas vulgares crecían. Los nuevos nacionalismos
empujaron a dotar la lengua de una gramática, o sea, de un sistema de reglas que la
racionalizaran para poder ser enseñada o modificada. Entonces, si el español fue analizado
y modificado en el Siglo de Oro, podría decirse que sí fue un trabajo de lingüística
diacrónica porque se recogió lo que ya era de él para formalizarlo y seguirlo estudiando y
enseñando.
3- ¿La historia de una lengua es su estudio diacrónico?

La lingüística diacrónica, como se dijo anteriormente, se encarga del estudio de la lengua a


través de la historia. Eso significa que se enfoca en los orígenes y las evoluciones de las
palabras, de los morfemas, de la evolución fonética, semántica y sintáctica. También
compara entre los mismos términos en épocas distintas. Quiere decir todo esto que tener el
registro de la lengua desde que existe hasta el momento actual sí su estudio diacrónico.

4- ¿Toda lengua está en continua evolución?

La lengua no es homogénea entonces puede tener cambios, variar en muchas cosas

5- ¿La continua evolución no es un hecho universal aplicable a todas las lenguas sin
distinción?

6- ¿La lengua escrita no admite evolución?

7- ¿Comparando el español del mio sid con el moderno que cambios se observan?
(mofosintaticos; fonectios)

8- ¿La evolución de la lengua pueda dar como resultado el nacimiento de dialectos y


lenguas nuevas?

9- ¿El aislamiento de un grupo favorece el nacimiento de una lengua?

PRÁCTICA 2
MARIA CAMILA JARAMILLO VÉLEZ

EXPERIENCIA EN EL LABORATORIO DEL ESPÍRITU

OLIVA HERRERA

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

18-2

2019

Era un jueves 28 de marzo, una mañana fría en Medellín, el cielo estaba nublado y mi
cuerpo no tenía muchas ganas de levantarse. Mi estado de ánimo estaba muy bajo, solo
quería quedarme en cama y olvidarme de todo, pero me dije a mí misma que tenía que
cumplir con la cita de El Retiro. Que el trabajo sobre la experiencia valía 15 %.

Me arreglé, salí con media hora de anticipación por los nervios de pensar que no alcanzaría
el bus que nos llevaría al laboratorio, y el trancón y tanto pasajero a lo largo del camino
hicieron que llegara como si hubiera salido solo con 5 minutos. Me bajé en Barranquilla y
corrí a través del puente con la esperanza de que estuvieran aún mis compañeros, y pff,
sentí un gran alivio y mucha alegría cuando los vi. Los saludé y juntos esperamos a que los
demás compañeros llegaran. Me sorprendió mucho la impuntualidad con la que partimos,
porque en otras salidas que había tenido, el bus se iba a la hora pactada, sin esperar a nadie
por nada. Todo el viaje disfruté el paisaje, tanto que una de mis compañeras me dijo que
parecía un perrito. Le respondí: ¡en los viajes familiares me dicen lo mismo! El sueño me
atacó cuando faltaba poco para llegar al destino e hice todo lo posible por dormir los
últimos veinte minutos. Renegué por lo bajo cuando avisaron que habíamos llegado.

Mi humor de recién levantada cambió de inmediato al ver que era una zona mucho más
rural de lo que imaginaba; el cielo estaba de un azul radiante y el aire entraba con calma a
mis pulmones, el paisaje estaba verde y las vacas presentes: me sentí como en mi hogar.
Caminamos un poco y llegamos al lugar, que por cierto, con su infraestructura principal me
sorprendió porque no esperaba ver un gran tráiler con la apariencia de una nave espacial.
Recorrimos el lugar y me alegró saber que los niños estaban creciendo junto con perritos,
porque así aprenderán que todos los seres vivos son importantes. Pero bueno, lo más bonito
en la llegada fue la amabilidad y el tintico con galletas. Cuando estábamos tomando el
tinto, conversamos entre compañeros y nos reímos, sin embargo, por temas que sé que no
debo tocar, terminé enojada conmigo misma. Y con esa actitud entré a las presentaciones de
los compañeros, pero como dicen por ahí: lo que fácil viene, fácil se va. Me reí muchísimo
con las vecinas chismosas contando la historia de El pato y la Muerte, y escuchando a la
narradora de Pastel para Enemigos. Poco a poco se fueron pasando las ganas de llorar y
pelear por cualquier cosa. Hecho por el que agradezco a los compañeros que con tanto amor
trataron a los niños.

En el transcurso de la experiencia me ablandé, porque descubrí que en este mundo tan


sistematizado y alejado de buenas cosas y valores, aún había humanidad y personas que
devolvían la esperanza y las ganas de continuar. Sentí paz cuando me sentí entre tanta gente
buena y olvidé por un rato a la gente mala que me he encontrado en mi vida universitaria.
En la hora del almuerzo, tuve la posibilidad de compartir con compañeros a los que nunca
les había hablado o con los que hace mucho no hablaba, y fue tan hermoso, que todavía río
por lo que conversamos en esa ocasión. ¡Hasta compartimos la comida!

Después de eso nos reunimos para el recorrido con explicación de la profe y la


coordinadora, y lo que más recuerdo de este es el momento en el que contaron la historia de
por qué se llamaba Laboratorio del Espíritu. Eso me llegó tanto, me tocó de una manera tan
increíble, que me hice la promesa de ser como ese profesor, me prometí empezar a sanar mi
alma para poder ayudar a otros de la manera en la que quería. Yo también quiero mi
laboratorio del espíritu. Después de esto, volvimos a la sala donde habíamos estado con los
niños para taparnos los ojos y bailar libremente. Confieso que me los destapaba de vez en
cuando para reírme de los compañeros y me los volvía a tapar cuando veía a alguna de las
chicas instructoras rondando por ahí. Fue muy graciosa y divertida la actividad. En el
siguiente paso, que era describir a quien estaba enfrente de nosotros, me sentí incómoda al
comienzo pero después me solté y pude acertar en varios datos de la compañera. ¡Y cuando
tocó leer, hasta lloré gracias a los escritos de mis compañeros! Yo y mi sensibilidad, ellos y
su romanticismo... agradecí mucho por el momento con música relajante, fuego y luz tenue,
necesitaba eso con mucha urgencia.

Pero mi experiencia de sensibilidad y espiritualidad no terminó con la visita al laboratorio,


me faltaba llorar más en el parque de El Retiro. Conversé con un compañero acerca de lo
que me estaba ahogando, y él con sus cualidades de poeta y literato me tocó donde nadie lo
había hecho durante toda esta época difícil que he tenido. Me asusté al llegar al bus y ver la
cara que traía por estar de llorona. Como siempre, los compañeros hablando bobadas y
riéndose me hicieron reír, pero no logré encenderme de nuevo, continué triste y callada
hasta llegar a Medellín, donde acabó la experiencia, pero continuaba la de Caldas, pero esta
es otra historia...

A pesar de todas las sensaciones y sentimientos mezclados ese día, agradezco desde mi
corazón porque necesitaba sentirme humana, necesitaba sentir cariño y compasión.
Necesitaba ver que otras personas pueden ofrecer cariño y transmitir buenas vibras sin
importar los golpes de la vida. Ver a los niños ser tan educados y agradecidos, ver a los
compañeros tratarlos como se lo merece cada persona en el mundo; compartir un almuerzo,
intentar reír sin importar que me sintiera mal, conocer nueva gente, ir a un nuevo lugar,
descubrir y aprender más me ayudaron a liberarme por un rato de muchas cargas pesadas
que llevo. Ojalá siempre se pudieran vivir experiencias de esta manera, experiencias
sanadoras y reconfortantes para uno mismo. Al final, el 15 % fue lo que menos me importó,
y llegar a las 11:15 de la noche a mi casa valió la pena. Estar agotada al otro día valió la
pena.

Вам также может понравиться