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El presupuesto público es un tema complejo que aunque lleva implícito un conjunto de

restricciones, presiones y rutinas burocráticas, no deja de ser uno de los procesos más potentes y
comprehensivos que marcan el funcionamiento de los Estados modernos. Por eso ha sido sujeto
de estudios y cambios paradigmáticos a través del tiempo y hoy en día constituye con total
claridad, un instrumento fundamental a través del cual el Estado hace viable su operación
financiera para desplegar las funciones básicas que le competen en cuanto a asignación de
recursos, redistribución de recursos y estabilización y crecimiento de la economía.

Actualmente, muchos países del mundo declaraban llevar adelante un Presupuesto B. C que tiene
como esencia el hecho de que las decisiones que integran el proceso presupuestario en sus
distintas etapas (de programación/ formulación, aprobación, ejecución y evaluación) adapten
consideraciones sobre los resultados en la aplicación de los recursos. No obstante, es difícil
abandonar la inercia de una Presupuestación incrementalistas por ser un mecanismo fácil,
conocido y que facilita la operatividad presupuestal, para incursionar ahora en una nueva
dinámica que exige la ruptura de paradigmas y el compromiso de todos los actores
presupuestarios.

Con el propósito de avanzar en esa línea, durante los últimos años Colombia ha desarrollado una
nueva institucionalidad de política económica que ha permitido estabilizar sus fundamentos de
una manera ordenada, al tiempo que ha propiciado una adecuada gestión que se refleja en un
crecimiento superior al promedio regional. Entre estos nuevos desarrollos sobresale el
incorporado constitucionalmente en 2011 con el principio presupuestal de SOSTENI BILIDAD Y
ESTABILIDAD FISCAL dado que en función de este, y con el propósito de establecer un
fundamento para el diseño de la política fiscal y ser al mismo tiempo el punto de referencia para la
formulación del Marco Fiscal de Mediano Plazo, la ley 1473 de 2011 estableció un REGLA FISCAL
cuyo objetivo es que a partir del año 2022 el déficit estructural del Gobierno Nacional Central-
GNC- no sea superior al 1% del PIB.

Los acuerdos de la Habana presuponen un esfuerzo fiscal importante que, en todo caso, no puede
ser ajeno a las restricciones que impone la regla fiscal. De esta forma, la financiación de los 6 ejes
transversales se proyectó en un escenario de 15 años iniciales y 5 ejes de afianzamiento, labor esta
de planificación que ha merecido especial tratamiento en el MARCO FISCAL DE MEDIANO PLAZO-,
instrumento de planificación financiera de mediano plazo que considera un horizonte de 10 años,
evalúa el comportamiento de la economía y su proyección, incluye el Plan Financiero y es revisado
y ajustado anualmente.

No obstante, la Comisión del Gasto y de la Inversión Publica ha identificado, entre otras cosas, la
limitación generada por la elevada y compleja inflexibilidad presupuestal ocasionada por la
proliferación de rentas de destinación específica que contrarían claramente el principio
presupuestal de UNIDAD DE CAJA; los limites mínimos de gastos impuestos por la Ley o la
Constitución y, en el caso especial de la inversión, la pre- asignación de compromisos que
sobrepasan la anualidad e inciden en presupuestos posteriores (ya que son de obligatoria
programación de cada presupuesto) a través de la autorización que hace el CONFIS para reservas
presupuestales y cuentas por pagar. Igualmente la Comisión resalto la necesidad de que el Plan
Nacional de Desarrollo recupere su papel estratégico, fortaleciendo la capacidad de planeación y
programación del Departamento Nacional de Planeación (DNP) para garantizar que todos los
proyectos de inversión del PLAN OPERATIVO ANUAL DE INVERSIONES (POAI) se evalúen con
criterios técnicos antes de su inclusión en el Marco Fiscal de Mediano Plazo- MFMP- y
consecuentemente en el presupuesto anual.

En ese ejercicio de planificación también debe ser articulado el COHERENCIA MACROECONOMICA-


como instrumento público de programación financiera que recoge el diseño de políticas y la
planeación macroeconómica y fiscal, determinando para ello las proyecciones de las principales
prioridades sectoriales y los niveles máximos de gasto por sectores y componentes, para cada uno
de los próximos 4 años.

De otra parte, y pese a estar contemplado solo en relación con el Sistema General de Regalías, es
una necesidad sentida que la gestión de todos los recursos públicos en Colombia se adelante con
sujeción al principio de REGLA FISCAL, más en el entorno actual en el que se evidencian
situaciones de corrupción verdaderamente enquistadas en la sociedad, no solo en lo público sino
también en lo privado, socavando en todo caso los recursos de los que el Estado dispone para
atender las necesidades y demandas de la sociedad.

Uno de los factores que influye en la volatidad e inestabilidad de los presupuestos públicos en
América latina es la alta dependencia fiscal que se tiene de los recursos naturales, dada la realidad
de unos precios internacionales fluctuantes que impactan directamente los ingresos por estos
conceptos. Como resultado de esta realidad y ante el uso inadecuado que de estos presupuestos
de regalías se venía dando, nuestro país reformo el Sistema General de Regalías en el 2011 y
estableció un sistema presupuestal independiente en donde el instrumento de planificación
financiera de mediano plazo es el PLAN DE RECURSOS- que resulta ser una proyección a 10 años
de los ingresos esperados por hidrocarburos y minerales.

El propósito fundamental de los recursos provenientes de las regalías sigue siendo la ejecución de
programas y proyectos de inversión, preferiblemente de IMPACTO SOCIAL. Sin embargo, la
volatilidad ya referida de estos recursos podría poner en riesgo la ejecución cabal de los proyectos
de inversión, de tal manera que se incorporó el concepto de Ahorro en el nuevo sistema,
expresado a través de los Fondos de Ahorro y Estabilización- FAE- y de Ahorro Pensional
Territorial- APT-. Precisamente el cumplimiento del principio presupuestal de CONTINUIDAD de
las Regiones señalado en la ley 1530 de 2012, es posible solo a partir del ahorro que amortigüe las
fluctuaciones de los precios internacionales y que garanticen que un proyecto en ejecución no se
quede desfinanciado.

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