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Generalidades de la andragogia

Nuestro propósito fundamental es diseñar un esquema conceptual y analítico de la ANDRAGOGIA


como ciencia de la educación de los adultos, a la vez que despertar inquietudes en el espíritu de los
instructores, capacitadores, administradores, investigadores y otros técnicos educativos, a fin de
profundizar la teoría y el contenido de esta ciencia, frente a la impostergable necesidad de
encontrar caminos adecuados que faciliten el conocimiento y tratamiento científico de la educación
de adultos.
Comprendemos, sin pretensión pero con espíritu crítico, que contribuir a la
creación de una ciencia es difícil, pues se trata de ordenar, clasificar e interpretar hechos que
conduzcan al establecimiento de un cuerpo de principios básicos que orienten su aplicación racional
en el campo que es objeto de su estudio. Ahora bien, si crear una ciencia es tarea ardua, más
complejo aún es estructurarla cuando ya existe una, a la cual se le atribuye el estudio y explicación
de un fenómeno específico. Es el caso de la PEDAGOGIA, definida concretamente como la "ciencia
de la educación".

Mientras la educación ha sido interpretada como la formación de hábitos, costumbres, destrezas,


habilidades y adquisición de conocimientos durante los primeros años de la vida del hombre, era
natural que se definiera como "un proceso por la el cual la sociedad forma a sus miembros a su
imagen y en función de sus intereses", o sea, que la educación como instrumento del que se vale la
sociedad adulta servía para transmitir los bienes culturales y modelar la conducta de las nuevas
generaciones "a su imagen y semejanza"; sólo la niñez, la adolescencia y la juventud eran
beneficiarios de su acción con miras a su preparación plena e idónea para enfrentar la complejidad
de la vida adulta.

Bajo esta concepción limitada y restringida, el proceso educativo propiamente dicho finalizaba al
concluir este período lógico, y la educación se circunscribía dentro de estos límites, por cuanto
desde tiempos remotos se sostenía que la capacidad de aprender era posible durante los primeros
años de la vida del hombre. Ahora bien la educación como proceso concebido para la infancia, la
niñez y la adolescencia, se ha venido practicando empíricamente desde que el hombre existe. En
una u otra forma, la especie humana ha sido la única en transmitir de generación en generación sus
experiencias, sus ideales de vida y sus valores espirituales, precisamente más que la inteligencia y
otras manifestaciones psicológicas. Esta capacidad, su educabilidad, es la distinción fundamental
entre el hombre y las demás especies animales.

Etimológicamente significa "educación del niño". De ahí que hayan fracasado todos los intentos por
constituir el nombre de esta ciencia sobre el supuesto de que no comprende en toda su extensión el
proceso completo del hecho educativo. Lo anterior, obedece a juicio nuestro, a que los teóricos
trataron la educación en un marco restringido, sin profundizar sus alcances ni interpretar sus
perspectivas, metas y objetivos en toda su amplitud: la educación como una actividad circunscrita a
una sola etapa de la vida y no como un proceso permanente a través de todas las edades y fases
de la vida humana.

Vivimos bajo el signo del cambio. Somos testigos y agentes de una profunda transformación en el
campo de la ciencia, de la técnica y de todos los aspectos que conforman el saber. Las leyes
cambian, las verdades se relativizan, y, por lo tanto, los conceptos se renuevan. La educación está
inmersa en el amplio juego de la dinámica del cambio; no puede aislarse del acontecer que domina
la vida humana. Esta situación repercute, y muy hondamente, en el concepto sobre educación.

A la educación ya no se les considera como "mediación" entre generación y generación o como


transmisión de bienes de cualquier naturaleza, o imposición de valores de diferentes órdenes, o de
simple preparación del niño para la vida. La educación es la suma de eso y de algo más. "Todo
hombre por su misma condición humana, tiene como carácter inherente a su naturaleza, la
educabilidad" COMO PROCESO INTEGRAL DINÁMICO, QUE NO TERMINA NUNCA. Aunque es difícil
señalar un límite final a la educabilidad del individuo, "sin embargo es razonable aceptar que ella
acaba con la decrepitud, cuando ni las funciones mentales ni físicas permiten bastarse a si...
cuando hay real incapacidad para la vida individual y social". El hombre jamás se detiene en su
aspiración de mejorar; su interés por perfeccionarse aumenta cada día. Existe en é, y quizá esta
sea la esencia misma de su progreso, el afán de acumular conocimientos y experiencias Tal es lo
que caracteriza la condición humana del hombre: la inherente búsqueda de conocimientos que
conduzcan a su mejoramiento integral.
En nuestros días se entiende la educación como un proceso global que abarca la vida del ser
humano en su extensión. El hombre empieza a educarse en el vientre materno y termina su
educación con la muerte, y, aún después que fallece, puede seguir influyendo en la formación de
sus semejantes. Este proceso exige una formulación científica de la educación, la estructuración de
sistemas renovados y la adopción de técnicas adecuadas en función de un rendimiento eficaz en la
realización del hombre para satisfacer sus múltiples y variadas aspiraciones.

Dentro de este concepto de educación permanente del hombre, la Pedagogía limita su campo al
estudio de la acción de educar al individuo en los primeros años de su vida y, en consecuencia, le
es imposible extender su operatividad a la etapa en que él alcanza su plenitud vital o adultez.

Esta nueva concepción de la educación ha llevado a muchos pensadores a formular ideas o criterios,
de si existe o si se realiza una verdadera educación durante los primeros años de la vida. Muchos
creen que lo que ayer se llamó educación no es más que adiestramiento, porque hay quien opina
que la verdadera educación comienza después "del proceso de domesticación y desarrollo de las
capacidades intelectuales que lo hace apto para vivir gregaria o independientemente como ser
humano".

A este respecto Parker nos dice:

"... solamente el hombre puede ser educado, pero es preciso adiestrarlo primero. El hombre debe
adquirir primero aquellas habilidades requeridas para generar conocimientos. La obtención de
habilidades constituye el adiestramiento. No es educación. Enseguida, el hombre debe aprender la
manera de usar estas habilidades para generar conocimientos y poner en práctica para satisfacer
sus necesidades. El uso de las habilidades es educación".

Para Parker aprender a leer es adiestramiento, pero decidir qué leer o por qué leer es educación.
Esto nos lleva a meditar sobre el proceso educativo referido en particular a la educación de adultos,
debido a que la obra antes citada está referida a la educación de los niños y éstos están
imposibilitados para explicar por qué deciden o por qué leen una versión determinada a menos que
se aquello que satisfaga su curiosidad infantil.

Solamente el adulto está en capacidad de decidir qué leer y por qué lo hace. Algo más: la adopción
de decisiones gracias a las capacidades lógicas, es atributo de la adultez humana, aplicable a
situaciones variadas que conforman su vida de relación, como son la vida familiar, del trabajo, de la
política, sindical, recreativa, etc.

No postulamos imponer patrones preestablecidos, ni de transmitir conocimientos, ni de forjar


ideales de vida que pertenecen a alguien, llámese familia, sociedad de estado, sino enriquecer la
conciencia del hombre en términos de su propio destino. Es el adulto, sujeto de la educación, quien
acepta o rechaza; es decir, decide, en base a sus propias experiencias e intereses como individuo,
la educación que se le imparte. Por eso, creer que la educación regular, la que se le imparte al niño
y al adolescente, prepara para la vida o representa su vida es falso, porque es imposible darle todo
el contenido y significación que implica el transcurrir y complejo del proceso vital del ser humano.

El niño, y por extensión el adolescente, es una realidad concreta y dinámica diferente al adulto.
Esta realidad ase diferencia en el tiempo y el espacio. Ambos son biológica, psicológica, ergológica
y socialmente distintos en estructura y comportamiento.

Por cuanto los principios pedagógicos son inaplicables en la educación del adulto, atribuimos a la
ANDRAGOGIA la obligación de estudiar su realidad y determinar las normas adecuadas para dirigir
su proceso educativo.

:: Concepto de adultez

Nadie niega que la adultez sea un fenómeno objetivo. Pero hay que definirlo y explicar en que
consiste. Etimológicamente la palabra adulto, de la voz latina "adultus", significa crecer. El
crecimiento de la especie humana, a diferencia de las demás, se manifiesta de manera
ininterrumpida y permanente desde el punto de vista psico – social y no biológico, que finaliza en
un momento dado al alcanzar el máximo desarrollo de su fisiología y morfología orgánica.
Se la podría definir como la plenitud vital al que arriban los seres vivos en un
momento dado de su existencia siendo variable según las especies biológicas. En muchas, este
estado aparece temprano y, en otras, más tarde. El período de crecimiento y desarrollo se prolonga
considerablemente en la especie humana y, a diferencia de las demás, se desenvuelve en etapas
sucesivas, en forma relativa, hasta alcanzar progresivamente la adultez.

El hombre se hace adulto no por la yuxtaposición de un aspecto de su personalidad sobre los otros,
sino por un proceso de integración de sus diferentes estados tanto biológicos, psicológicos y
mentales, así como ergológicos, sociales y jurídicos.

¿Qué es un ser humano adulto?

Hemos dicho que la adultez es plenitud vital. Al aplicarla al ser humano debe entenderse como
capacidad de procrear, de participar en el trabajo productivo y de asumir responsabilidades
inherentes a su vida social, para actuar con independencia y tomar sus propias decisiones con
entera libertad. Precisamente, el tránsito de la dependencia, a la que fatalmente está sometido el
niño y el adolescente a la vida autónoma en lo económico y en lo social, que lo integra en la
sociedad, es lo que da fisonomía y distingue la vida del adulto del período anterior de su existencia.

Para la Real Academia de la Lengua una persona adulta es aquella que ha llegado al término de su
adolescencia, o que ha logrado mayor crecimiento o desarrollo, o que ha alcanzado su mayor grado
de perfección.

Esta definición genérica no explica el proceso que conduce a la edad adulta. El crecimiento, siendo
integral, no se desenvuelve uniformemente en los diferentes aspectos de la personalidad del
individuo; así, por ejemplo, su desarrollo biológico culmina antes de finalizar su adolescencia y,
aproximadamente alrededor de los 16 años, recién adquiere su adultez psicológica y ergológica.

Asimismo, pensar que el adulto alcanza el más alto grado de perfección, tampoco precisa el
concepto de adultez, por cuanto el ser humano jamás llega a ser perfecto. Creemos más ajustado,
no obstante la vaguedad de la expresión, considerar que adulto es aquel que ha alcanzado el mayor
crecimiento y desarrollo.

Para Knwles "ser adulto significa estar dirigido por sí mismo". La diferencia fundamental entre el
niño y el adulto está referida al concepto de sí mismo; la personalidad de aquel es un apéndice de
éste y toda la conducta del niño gira alrededor de la vida del adulto; Sólo es capaz de tomar
decisiones y autodirigirse alcanza la meta.

Esa sencilla definición es incompleta; hace énfasis en el aspecto psicológico, la autodirección, que
es un factor entre otros que conforman la adultez. Verner señala que precisar el término "adulto"
obliga a ciertas consideraciones relativas a la edad, la madurez psicológica es el rol social. Para este
autor la edad cronológica no es un criterio adecuado ni determinante; la edad como indicador de la
adultez es variable y hasta sin sentido. Considera más apropiado aceptar el criterio de la madurez
psicológica si fuese factible medirla con precisión. En su concepto el rol social, que conlleva
responsabilidades desde el punto de vista económico y cívico, identifica mejor la adultez. Mientras
el niño es un sujeto que no contribuye inmediata y directamente a satisfacer las necesidades de la
sociedad, el adulto, en cambio, forma parte de la población económicamente activa y cumple un rol
productivo que le capacita para bastarse a sí mismo y actuar independientemente en sus múltiples
manifestaciones de vida.

:: Carácter prelativo de la adultez

Se presentan tropiezos o inconvenientes al querer definir la adultez humana en igual forma a como
se define en las demás especies zoológicas y botánicas, tomando como punto de partida la edad
cronológica. Esto es un error. La adultez en el ser humano es un proceso acumulativo y variado.
En las especies botánicas y zoológicas es fácil distinguir y precisar este hecho,
porque en ellas sé solo la adultez biológica. En cambio, en el ser humano se llega a la plenitud vital
en etapas sucesivas y en diferentes edades.
• Adultez biológica.- Así podríamos hablar de una adultez biológica caracterizada por el
total desarrollo anatómico y fisiológico de los órganos y de su capacidad de funcionamiento.
Lo más significativo, tanto en los seres humanos como en las demás especies, es su
capacidad de reproducción que, en los primeros, se hace presente entre los 11 y 15 años
de edad con la aparición de manifestaciones fisiológicas, en el hombre y en la mujer, de su
capacidad génesis.
• Adultez psicológica.- La adultez psicológica se manifiesta posteriormente. Se caracteriza
por el desarrollo de la actividad psíquica en su máximo grado. Las funciones intelectuales,
emocionales y conativas adquieren mayor intensidad, amplitud y funcionalidad.
Generalmente es aceptado que, entre los 15 y 18 años de edad el hombre alcanza ese
grado
• Adultez sociológica.- La adultez social se manifiesta en tres sectores: en el trabajo, en la
participación social (política y cívica) y en la responsabilidad jurídica.

Casi todas las normas legales establecen la edad de 16 años como punto de partida para que el ser
humano se incorpore a la fuerza laboral, condicionando la jornada de trabajo a un horario de seis
horas diarias, previa autorización paterna.

En este período, las aptitudes intelectuales y físicas han madurado suficientemente para que las
personas subsistan con independencia y capacidad. Su intervención en los problemas laborales,
políticos y ciudadanos, manifiestan su madurez psicológica, ergológica y además su adultez
sociológica propiamente dicha. La propia sociedad y al referirnos a ella estamos indicando a la
sociedad adulta plena, reguladora del ordenamiento de la vida comunitaria, confiere a los adultos
jóvenes el derecho de intervenir en los problemas políticos al concederle el derecho de elegir a los
poderes que representan al Estado. A la mujer se le otorga, en muchas legislaciones, la facultad de
contraer matrimonio sin la autorización de los mayores, cumplidos los 18 años de edad. La
orientación de la vida del hombre, su organización, su desenvolvimiento y, en general, la
construcción de su destino, dependen de la responsabilidad con que se adopten las decisiones
propias. Esto significa madurez social.

La adultez social implica también ideología política. La posesión de ciertos criterios sobre el orden
económico y social encauza su comportamiento cívico, ajustando su conducta a los procedimientos
normativos existentes, sin que ello signifique aceptación o resignación frente a los mismos. El
adulto joven que ha alcanzado la madurez social (adultez social) está en condiciones de promover
la renovación. La inconformidad es característica humana, que incide en el progreso. Cuando el ser
humano actúa de acuerdo a una concepción de la realidad para organizar su conducta y resolver los
variados problemas de su vida en comunidad, podemos decir que ha alcanzado su madurez social.

Y, por último, nos referimos a la adultez jurídica, que ya no es potestativa del hombre como
individuo, sino de la sociedad, que la determina y otorga. De esta manera la carta fundamental en
la mayoría de los países, concede el hombre derechos y libertades, le impone deberes y le señala
responsabilidades entre los 20 y 21 años de edad.

La educación del hombre ha sido y es un imperativo esencial para su existencia desde el momento
mismo en que su inteligencia sustituye a su instintividad.

Cuando el instinto es insuficiente para asegurar la subsistencia de la especie humana y la


inteligencia surge en su auxilio, desde ese mismo momento el hombre empieza a educarse y a
educar. Posiblemente la educación del adulto, en un sentido taxativo, haya tenido lugar antes que
la de los niños. Cuando el hombre trata de explicarse los fenómenos naturales, sus relaciones con
sus semejantes, la importancia de la vida, etc., entonces empieza, en el vivir cotidiano, a ser
educado, prácticamente, para luchar por su supervivencia contra la propia naturaleza, las
instituciones y hasta en contra de sus semejantes.
Las razones de educación de adultos

Las razones que justifican la educación de adultos podrían responder a las condiciones del hombre
como individuo, como ser social y como ser económico. Desde el punto de vista individual: la
persona siente y tiene necesidad y formula intereses; desde el punto de vista social: no se debe ni
progresa individualmente sino con la ayuda de sus semejantes que configuran la vida social: desde
el punto de vista económico: interviene el proceso productivo, material o espiritual, de su especie.
Pasaremos a explicar estas razones:
Individuales

a. El factor aptitudinal limitante de las aspiraciones individuales.

La adolescencia, como etapa posterior a la niñez, y que precede a la vida adulta,


fluctúa entre un mundo de anhelos y la realidad, o sea entre el idealismo y el
pragmatismo. Dijimos que la adultez psicológica se caracteriza por una toma de
conciencia de la realidad y de los niveles de aspiración. Una cosa es desear o
querer algo y otra es lograr su cumplimiento.

b. La variable y variada gama de intereses de la vida adulta.

Los intereses de la vida adulta son variados y variables. En cada etapa de la vida
del hombre aparecen múltiples intereses. Algunos surgen de su actuación en la
vida social o en el trabajo: otros nacen como imperativos de su vida psicológica
individual. La educación de adultos debe ofrecer una amplia gama de servicios para
la satisfacción de esos intereses.

c. La adquisición de nuevos conocimientos y la renovación de los adquiridos.

Generalmente los conocimientos adquiridos en los primeros años de la vida pierden


con el tiempo su valor. Muchas verdades del ayer pierden hoy su vigencia como
resultado de la investigación y experimentación científica en la búsqueda,
descubrimiento y dominio de las leyes de la naturaleza. El hombre necesita
adquirir y renovar conocimientos para no marginarse del progreso o evitar la
rutina. A este respecto Furter, Buitrón y otros, nos dicen:

Sociales

a. Explosión de los conocimientos.

Nuestra época se caracteriza, entre otros hechos, por la explosión demográfica y


por la explosión del saber. La primera es característica de los países en vías de
desarrollo y la segunda de los avanzados. Esto repercute en la educación de
adultos y particularmente en la estructuración de los contenidos programáticos de
los sistemas regulares de enseñanza. A medida que aumentan los conocimientos,
lógicamente debería aumentar el contenido de los programas y por consecuencia el
tiempo de estudio. Esto exige planear y dar un carácter prospectivo a los
programas escolares.

b. La incapacidad del sistema regular para satisfacer los niveles de aspiraciones de la población

Si grave es que el sistema regular sacrifique la formación del individuo por la


formación, como dice Schwartz, más grave es que la falta de expansión del
sistema regular no satisfaga por su insuficiencia las aspiraciones de la población a
educandos en diferentes niveles. A la deserción y repetición en la enseñanza
elemental, media y superior del sistema regular, se suma la baja calidad de esa
enseñanza. La educación de adultos tiene que afrontar esa realidad para rescatar
al hombre de su ignorancia y orientarlo por los senderos del progreso.

c. La utilización conveniente del tiempo libre.

Para Hutching el tiempo libre y la rapidez del cambio son hechos esenciales en la
vida del hombre. Sostiene que el primero hace posible la constante educación del
hombre para ajustarlo al cambio acelerado de nuestra época y de la venidera. Cita
a Toynbee al que considera optimista de la perspectiva histórica, al señalar éste
que "el ocio es un don", y que el uso creativo del mismo ha sido la fuente principal
de todo progreso humano más allá del nivel primitivo".

>Enseñar al hombre a utilizar convenientemente el ocio, es función que justifica a


la educación de adultos. , La jornada de trabajo, actividad esencial a la cual el
hombre dedica gran parte de su tiempo, disminuye día a día. En nuestros días el
adulto dispone de mayor tiempo que en épocas anteriores. El disponer de mayor
tiempo libre no lo libera de la necesidad de consumir su energía vital. Los servicios
de educación de adultos, de esta manera se constituirían en instrumentos para
elevar el nivel de vida, orientando a los adultos en el mejor empleo del tiempo libre
de que disponen.

d. La integración cultural de la población.

Todo cambio sea social, económico o político, requiere una adaptación del
individuo y de la comunidad humana a nuevas situaciones. El cambio existente en
una sociedad; es el tránsito de un estado a otro; la sustitución de lo viejo por lo
nuevo. La sociedad y el individuo son agentes y objeto de tal ruptura, social. El
desarrollo económico, social o político diversifica la vida del hombre por ser un
proceso que se expande irregularmente en espacio y tiempo.

La educación de adultos, bien entendida y administrada, puede servir no


solamente para aminorar las tensiones del cambio social y para comprenderlo
positivamente, sino para evitar la atomización de culturas y sociedades, mediante
la formación de individuos integrados en la cultura de cada país y, más aún, en la
cultura universal.

Económica

a. La educación es un consumo no decreciente.

La economía de la educación sostiene que ésta no es solamente una inversión sino


un consumo de la que necesita y se beneficia el hombre en su desarrollo. El adulto
requiere educarse cada día más.

El desarrollo científico y sus aplicaciones tecnológicas. Es casi imposible desligar el


desarrollo científico y tecnológico de la vida social del hombre, por cuanto toda su
actividad es producto de ella. Pero el desarrollo científico y tecnológico genera
derivaciones sociales que recaen en la actividad económica y ergológica del
hombre. Este proceso científico se manifiesta en forma constante, ascendente y
acelerada. No se detiene. Los aspectos informativos y formativos de la educación
no siguen el ritmo de ese desarrollo, por lo cual la permanencia del hombre en las
tradicionales escuelas, liceos y universidades está delatando el afán de un simple
adiestramiento más que de una amplia educación que haga posible afrontar la
problemática complejidad de la vida adulta.

Cuando el niño llega a la vida adulta encuentra un mundo cambiado, una sociedad
diferente, en los cuales, los conocimientos que le impartieron y las conductas que
se le impusieron pierden significación. La dinámica de la ciencia y la tecnología
genera cambios en la estructura del trabajo. Cada descubrimiento científico
conlleva una nueva tecnología y, en consecuencia, una redistribución profesional
deriva tal hecho un aumento en el número (aspecto cuantitativo) y en la calidad
(aspecto cualitativo) de los conocimientos que el adulto necesita asimilar, no
solamente para ajustar su forma de trabajo, sino para transferirlos a otra actividad
profesional.

b. La planificación y ejecución del desarrollo requiere cada vez más la intervención directa de los
recursos humanos de un país.
El desarrollo económico y social es algo concreto que se puede planificar, ejecutar
y evaluar en condiciones determinadas, intervienen diferentes sectores de la
sociedad: los que conciben el desarrollo (planificadores), los que dirigen su
ejecución (técnicos medios) y los que lo ejecutan prácticamente en diferentes
áreas de la actividad humana.

La acción concertada entre estos tres sectores es fundamental y decisiva en toda


política de desarrollo, a fin de informar y formar los recursos humanos que
intervienen en él. La concientización del adulto para que comprenda el desarrollo,
se identifique con él y participe en su realización no olvidemos que el desarrollo
entendido funcional e integralmente lo hace el adulto, requiere de programas
educativos destinados a este fin.

La antropagogia

Muchos Conceptos relativos a la educación han dejado de tener validez. "Antiguamente... se


consideraba que la educación era sólo cuestión de niños, que la única institución para impartirla era
la escuela y que el ser humano era educable en un período de su vida... Investigaciones basadas en
la experimentación han demostrado que... la escuela no trasmite toda la educación y que su parte,
según algunos autores, ni siquiera es la más importante.
En consecuencia, se sabe que "el hecho educativo es un proceso que actúa sobre
el hombre a lo largo de toda su vida y no hay momento en las diversas fases de su existencia en
que... se sienta libre de la influencia del medio.... Se sabe que se producen cambios aún en plena
ancianidad respecto a nuestras creencias, a nuestras opciones, costumbres y hábitos".

"La naturaleza del hombre indica que puede continuar aprendiendo durante toda su vida. La
evidencia científica demuestra que tienen capacidad para hacerlo. Concediendo a los primeros años
su increíble y enorme importancia en el desarrollo mental, los de la madurez no dejan de tener
también su oportunidad. Sabemos que el embrutecimiento y el estupor pueden experimentarse en
cualquier época de la vida. La manera de permanecer humano es continuar aprendiendo".

Es imperativo frente al nuevo concepto de educación y a sus derivaciones, entre otras la


inaplicabilidad de los principios pedagógicos al aprendizaje y educación del adulto, establecer las
bases de una ciencia que estudia el proceso integral de la educación del hombre. Esta ciencia la
denominamos ANTROPAGOGIA. Término que se deriva de las voces griegas Antropos = Hombre y
Ago = guiar o conducir. La definimos de la siguiente manera:

"La Antropagogía es la ciencia y arte de instruir y educar permanentemente al hombre en cualquier


período de su desarrollo psicobiológico en función de su vida cultural, ergológica y social".

La Antropagogía comprende el estudio de la educación del niño, del adolescente y del adulto. Se
estructuraría sobre dos pilares: la Pedagogía (Paidos = niño y Ago = guiar o conducir) y la
Andragogía (Andros = hombre, persona mayor y Ago = guiar o conducir). La primera sería la
ciencia y el arte de la educación de los niños y, por extensión, de los adolescentes y la segunda la
ciencia y el arte de la educación de los adultos.

Esta concepción conduce a estructura la organización del sistema educativo de la siguiente manera:

Escolarizada Extraescolar Escolarizada Extraescolar

Escuelas Clubes juveniles Centros de cultura Centros culturales


maternales

Jardines de Grupos Escultistas Popular Deportivos


infancia artísticos
Escuelas Primarias Centros deportivos Escuelas granjas Excursionistas
comunales

Escuelas Cruz Roja Centros de Clubes diversos


artesanales capacitación
femenina

Escuelas granjas Club de ciencias Escuelas Ateneos


artesanales

Institutos Cooperativas Instituc. de Bibliotecas


secundarios escolares educación media

Institutos Centro de Inst. Superior y Inst. dedicadas a la


vocacionales estudiantes Universidades popularización de la
ciencia y la
tecnología.

Patrullas de Cursos de
tránsito postgrado

Club de nutrición Cooperativas

Legiones Asociaciones
alfabetizadoras sindicales de
padres, etc.

Brigadas Cursos variados,


conservacionistas etc.

Empresas juveniles
y otros

:: El hecho andragogico

El adulto es un ser biológico desarrollado en lo físico, en lo psíquico, en lo ergológico y en lo social,


capaz de actuar con autonomía en su grupo social, y que en último término decide sobre su propio
destino. Su naturaleza difiere del niño y del adolescente, en lo biológico, psicológico, ergológico y
social. Por lo tanto, en lo educativo hay un hecho andragógico tan dinámico, real y verdadero como
el hecho Pedagógico.
En el hecho Pedagógico intervienen factores biológicos, históricos, antropológicos,
psicológicos y sociales; igualmente en el hecho andragógico los mismos factores y otros, como son
los ergológicos, económicos y jurídicos, condicionan la vida del ser humano.

Desde el punto de vista bio – psicológico, el adulto, como sujeto de educación actúa en un
ambiente físico y social determinado, sometido a la acción de factores ecológicos diversos; tiene
necesidad de vivienda, alimentación y vestido; se protege de la acción de la naturaleza, lucha
contra ella, la modifica y la aprovecha. Su organismo ha alcanzado su desarrollo antropométrico,
anatómico y fisiológico, con una morfología determinada, con fuerza física, con rasgos
psicosomáticos transmisibles y que en su conjunto conforman su individualidad.

Además posee inteligencia, reacciones volativas, emociones, aptitudes, conciencia, inconsciencia,


moral, temperamento, carácter, en fin; dinamismos psíquicos aptos para reaccionar ante estímulos
intrínsecos o extrínsecos que estimulan permanentemente su conducta. En último término sus
diferencias individuales de personalidad se manifiestan en su conducta en la vida familiar, en el
trabajo y en las relaciones con sus semejantes.

Desde el punto de vista histórico – antropológico ha seguido un proceso continuo en el tiempo.


Como tal está enraizado a la propia historia de la humanidad que puede ser la historia de su
educación como individuo y como especie a través de ella el hombre encadena de generación en
generación, y en particular la educación del adulto, por una parte tiene un sentido histórico y por
otra un sentido humano.

Desde el punto de vista social, actúa en la sociedad, que constituye su ambiente natural. Individuo
y sociedad son unidad indivisible. El hombre no puede desarrollarse no vivir aislado de los demás.
El comportamiento del hombre es la respuesta a estímulos del medio en cual vive, Si bien estros
estímulos provienen del medio físico, otros se originan en la vida de relación del individuo son sus
semejantes, lo que determina su conducta social. La vida en comunidad implica ya un proceso
educativo. Razón tiene Viera Pinto cuando dice:

"El simple hecho de ser miembro sano de la comunidad (no un deficiente mental) implica el estar
siempre en proceso de educarse".

Desde el punto de vista de la capacidad productiva del hombre, el proceso educativo comprende lo
ergológico. Toda educación conlleva fines culturales; pero entendida en su más amplio sentido, se
dinamiza en el hecho andragógico y condiciona la capacidad de trabajo, como actividad dinámica
que modifica la propia estructura de la sociedad. El proceso ergológico y el desarrollo económico
son factores determinantes del hecho educativo. Precisamente una de las diferencias fundamentales
entre la educación de los niños y la de los adultos surge del campo ergológico. La organización del
trabajo da origen a distintas ramas profesionales en las que actúan los grupos humanos según sus
aptitudes y diferencias individuales. A la vez la organización del trabajo establece las relaciones de
producción entre los hombres.

Quizá este factor influye decisivamente en la formulación de una filosofía política en la cual se
inspiran los fines de la educación del hombre en cualquier período de su vida. Aunque al principio
los fines de la educación, y en particular los de la educación de adultos, deben ser enunciados con
miras a promover el bienestar del hombre, los contenidos políticos deberían servir de instrumentos
para alcanzar esos fines. Es decir, el hecho andragógico no puede ignorar el "Homo Faber" que
mediante el trabajo promueven el progreso de la humanidad.
:: El proceso y funcionalidad del hecho andragogico

El hecho andragógico es real, objetivo y concreto porque:

Existe un adulto como realidad bio – psicosocial y ergológico. Esta realidad (adulto) es susceptible
de educabilidad durante toda su vida (millones de adultos de diferentes edades son sujetos de
educación en la actualidad).
La sociedad exige para su propia supervivencia y desarrollo educar a sus
miembros. El hecho andragógico adquiere dimensión práctica en la acción de la formación del
adulto. Es el proceso de orientación individual, social y ergológica para lograr sus capacidades de
autodeterminación. Es posible que la practicidad de conducir este proceso en función de
necesidades y problemas de un ser autónomo permita establecer las diferencias fundamentales de
la educación del niño y del adolescente y la del adulto.

A diferencia del que se realiza con los niños puede tener un carácter bidireccional o
monodireccional. Los fines de este proceso difieren en intencionalidad, funcionalidad. El acto
pedagógico tiene lugar en los primeros años de la vida y se caracteriza por el propósito deliberado
de moldear las estructuras psicológicas del niño o adolescente con ideas o patrones de conducta
que aquel elabora "a su medida y antojo" para modelar o estructurar la personalidad del educando
a su capricho o semejanza. En el adulto este proceso es diferente, por cuanto el propio proceso de
maduración de permite aceptar o rechazar deberes y donde el adulto ha acumulado alguna
experiencia interviene racionalmente en las decisiones sobre su propio destino y el de la sociedad.
El adulto tiene capacidades lógicas par apreciar lo que le conviene o no distinguir el bien del mal;
tiene juicio crítico para entender la conducta de otro adulto, competir con él, o asumir la actitud
apropiada en un momento dado de su vida; por eso, cuando busca en la educación un refugio
forzoso ya sea como consecuencia de las presiones, necesidades y motivaciones, para evitar la
frustración PRAXIOLOGIA ANDRAGOGICA.

La Andragogía tiene una práctica que se deriva de sus fundamentos teóricos. Si el fin de la
Andragogía es educar al adulto, es lógico pensar en una proxiología andragógica que interprete sus
principios y los aplique. La aplicación de los principios de la Andragogía está dirigida a los
problemas teleológicos de la educación de adultos, a la metodología del proceso educativo, a la
organización del trabajo docente, a los sistemas de evaluación del aprendizaje y otras muchas
cosas que conformarían una política andragógica al servicio del desarrollo de los recursos humanos
de la comunidad.

No vamos a particularizar ninguno de estos aspectos. Menos debatir cuáles son los valores o los
fines sobre los que ha de orientarse la práctica de la educación de adultos en una sociedad
determinada. Tampoco plantearemos los métodos a utilizarse en el proceso enseñanza –
aprendizaje en que el adulto, como sujeto de la educación, participa en forma directa o indirecta.
Son problemas técnicos que si tienen importancia no tienen nunca carácter primario con relación a
la definición de una política andragógica. Pero en última instancia, para garantizar la efectividad de
una praxiología andragógica, deben lograrse dos cuestiones fundamentales:

La variación conceptual de la educación que hasta hoy hemos tenido;

Estructurar el sistema educativo dentro de la concepción de educación permanente sobre dos


pilares: El pedagógico, destinado a la educación de las generaciones nuevas y el andragógico a
continuar ese proceso, reafirmarlo y desarrollarlo en función humana y social del hombre.

Principios de la pedagogía activa

Son un conjunto de axiomas que se traducen en reglas prácticas para todo responsable de
formación y que ha de respetar. El Dr. A. Carrard ha sido el primero que formuló los principios en
forma explícita, tales como:

• La importancia del trabajo en pequeños grupos.


• La necesidad de hacer participar, de hacer descubrir y no imponer soluciones.
• Actuar sobre el plano afectivo más que sobre el intelecto.
• Hacer ejecutar las tareas, interesar, utilizar la experiencia individual y colectiva

A continuación se resumen los diez principios fundamentales de la Pedagogía activa, de acuerdo con
el compendio que hiciera Pierre H. Giscard.

Principios de la pedagogía activa

1. Enseñanza concreta.

• Empezar siempre por datos concretos y a continuación, ir de lo concreto a lo abstracto.


• Apelar a la observación antes de pasar al razonamiento y a la búsqueda de la explicación.
• Dispensar las nociones teóricas con ocasión del ejercicio práctico a ellas ligados. Utilizar la
forma experimental siempre que sea posible.
• Utilizar al máximo las ayudas audiovisuales.

2. Enseñanza activa

• Aprender haciendo
• Hacer descubrir las cosas por sí mismo.
• Promover la discusión.
• Favorecer la experiencia personal.

3. Enseñanza progresiva
• Descomponer cada tema en sus diversos elementos.
• No enseñar más que una nueva cosa a la vez
• Esperar que los temas vistos hayan sido asimilados antes de pasar al siguiente.
• Ir de lo simple a lo complejo.

4. Enseñanza repetitiva

• Repetir el ejercicio varias veces al día.


• Volver a hacerlo al día siguiente antes de pasar al ejercicio que sigue.

5. Enseñanza variada

• Variar los ejercicios elementales.


• No exigir un esfuerzo demasiado prolongado sobre la misma cuestión.
• Evitar el aburrimiento.
• Dejar que el tiempo haga su obra de clasificación.
• Al principio no tener en cuenta el tiempo: buscar primero la calidad.

6. Enseñanza individualizada

• Conocer individualmente a los alumnos


• Tener en cuenta la personalidad de cada uno y tratarle según su naturaleza.
• Esforzarse por realizar una enseñanza a la medida.

7. Enseñanza estimulante.

• Estimular los esfuerzos.


• Apelar al interés, a los motivos personales.
• Crear sistemáticamente ocasiones de éxito y de aprobación.
• Conseguir que los esfuerzos sean sostenidos hasta que sean coronados por el éxito.

8. Enseñanza cooperativa

• Promover el espíritu de ayuda mutua y de solidaridad entre los alumnos antes que el
espíritu de emulación.
• Favorecer el trabajo en grupo.

9. Enseñanza dirigida.

• Corregir inmediatamente los errores.


• No dejar arraigar costumbres defectuosas.
• Evitar las falsas maniobras.

10. Enseñanza autodirigida

• Acostumbrar al alumno al autocontrol (control de sus propios resultados y de sus propios


progresos).

• Fomentar la autoemulación (comparación consigo mismo en el tiempo)


:: Principios éticos

Mientras que la eficacia de la formación depende de la observancia de los principios pedagógicos, su


legitimidad está condicionada por el respeto de cierto número de principios éticos.
Sabido es que las grandes reglas morales rigen las acciones de formación, lo
mismo que toda actividad humana y ello tanto más imperiosamente cuanto que dichas acciones
tienen por objeto otros hombres. Pero si bien se reconoce sin dificultad el deber de tener en cuenta
ciertos principios éticos en la formación, resulta mucho más difícil definir dichos principios de modo
preciso. Sin pretender codificar reglas de manejo tan delicado como las de la ética, a continuación
se resumen tres principios básicos (principios morales de formación) que parecen desprenderse de
las declaraciones de los especialistas.

El hecho de que dichos principios se caractericen por una serie de prohibiciones (no hacer esto no
hacer aquello...) que constituyen otras tantas barreras para los formadores, de muestra la
imperfección y el carácter primario del código propuesto. Código que se limita a prohibir, pero que
es incapaz de decir lo que hacer para que la formación sea no solamente legítima, sino positiva en
el plano moral.

Principio de competencia.

Sólo se emprenderá la tarea de formar otros hombres si se posee experiencia y conocimientos


suficientes:

• Del hombre, de las leyes de la psicología y de los mecanismos del comportamiento.


• De la profesión de instructor – conductor y de las técnicas pedagógicas.
• Del tema que se ha hacer aprender.
• Y se ha procedido de antemano a un estudio calificado de las necesidades que dicha
formación tiene que satisfacer.

Principio de respeto.

• No debe considerarse nunca al hombre que se ha de formar como un medio o un


instrumento.
• Busca, tanto como sea posible, la adhesión de las personas que van a ser formadas.
• En lugar de suministrar opiniones hechas o de indicar líneas de conducta ya trazadas, dar
más bien a los individuos una visión completa y objetiva de la situación o del problema, con
un método de razonamiento correcto, de forma que les permita, al final del proceso de
formación, escoger libremente sus ideas o actitudes.

Principio de lealtad.

• No actuar nunca a espaldas de los individuos formados.


• No ocultarles los objetivos perseguidos en su propio perfeccionamiento.
• Proscribir los métodos y técnicas de formación que llevan consigo el riesgo de
"manipulación de consciencias".

• No comunicar a nadie ni utilizar para otros fines las informaciones obtenidas sobre el
personal formado, con ocasión de su formación.

:: Algunas características del adulto en situación de aprendizaje

- Capaz de autodirigirse vs dependencia.


- Tienen experiencia aprovechable.
- El aprendizaje se dirige a actividades que exige su rol o a actividades de desarrollo en ese rol.
- Interesado en aplicación inmediata del conocimiento.
- Sus intereses se refieren a actividades cotidianas.
- Coincidencia de su necesidad de actualizacion.
- Tiene experiencia – cultura – libertad – autonomia – esponsabilidad, debe por tanto tratarse como
adulto.
- Involucra toda su persona al aprender, inteligencia, vida emocional, axiologia personal, etc.
- Tiene libertad de eleccion según sus intereses.
- Autodidactismo (siempre relacionado a su acervo anterior).
- Debe identificarse con metas de instrucción para llegar al éxito.
Las razones de educación de adultos

Las razones que justifican la educación de adultos podrían responder a las condiciones del hombre
como individuo, como ser social y como ser económico. Desde el punto de vista individual: la
persona siente y tiene necesidad y formula intereses; desde el punto de vista social: no se debe ni
progresa individualmente sino con la ayuda de sus semejantes que configuran la vida social: desde
el punto de vista económico: interviene el proceso productivo, material o espiritual, de su especie.
Pasaremos a explicar estas razones:
Individuales

a. El factor aptitudinal limitante de las aspiraciones individuales.

La adolescencia, como etapa posterior a la niñez, y que precede a la vida adulta,


fluctúa entre un mundo de anhelos y la realidad, o sea entre el idealismo y el
pragmatismo. Dijimos que la adultez psicológica se caracteriza por una toma de
conciencia de la realidad y de los niveles de aspiración. Una cosa es desear o
querer algo y otra es lograr su cumplimiento.

b. La variable y variada gama de intereses de la vida adulta.

Los intereses de la vida adulta son variados y variables. En cada etapa de la vida
del hombre aparecen múltiples intereses. Algunos surgen de su actuación en la
vida social o en el trabajo: otros nacen como imperativos de su vida psicológica
individual. La educación de adultos debe ofrecer una amplia gama de servicios
para la satisfacción de esos intereses.

c. La adquisición de nuevos conocimientos y la renovación de los adquiridos.

Generalmente los conocimientos adquiridos en los primeros años de la vida


pierden con el tiempo su valor. Muchas verdades del ayer pierden hoy su vigencia
como resultado de la investigación y experimentación científica en la búsqueda,
descubrimiento y dominio de las leyes de la naturaleza. El hombre necesita
adquirir y renovar conocimientos para no marginarse del progreso o evitar la
rutina. A este respecto Furter, Buitrón y otros, nos dicen:

Sociales

a. Explosión de los conocimientos.

Nuestra época se caracteriza, entre otros hechos, por la explosión demográfica y


por la explosión del saber. La primera es característica de los países en vías de
desarrollo y la segunda de los avanzados. Esto repercute en la educación de
adultos y particularmente en la estructuración de los contenidos programáticos de
los sistemas regulares de enseñanza. A medida que aumentan los conocimientos,
lógicamente debería aumentar el contenido de los programas y por consecuencia
el tiempo de estudio. Esto exige planear y dar un carácter prospectivo a los
programas escolares.

b. La incapacidad del sistema regular para satisfacer los niveles de aspiraciones de la población
Si grave es que el sistema regular sacrifique la formación del individuo por la
formación, como dice Schwartz, más grave es que la falta de expansión del
sistema regular no satisfaga por su insuficiencia las aspiraciones de la población a
educandos en diferentes niveles. A la deserción y repetición en la enseñanza
elemental, media y superior del sistema regular, se suma la baja calidad de esa
enseñanza. La educación de adultos tiene que afrontar esa realidad para rescatar
al hombre de su ignorancia y orientarlo por los senderos del progreso.

c. La utilización conveniente del tiempo libre.

Para Hutching el tiempo libre y la rapidez del cambio son hechos esenciales en la
vida del hombre. Sostiene que el primero hace posible la constante educación del
hombre para ajustarlo al cambio acelerado de nuestra época y de la venidera.
Cita a Toynbee al que considera optimista de la perspectiva histórica, al señalar
éste que "el ocio es un don", y que el uso creativo del mismo ha sido la fuente
principal de todo progreso humano más allá del nivel primitivo".

>Enseñar al hombre a utilizar convenientemente el ocio, es función que justifica a


la educación de adultos. , La jornada de trabajo, actividad esencial a la cual el
hombre dedica gran parte de su tiempo, disminuye día a día. En nuestros días el
adulto dispone de mayor tiempo que en épocas anteriores. El disponer de mayor
tiempo libre no lo libera de la necesidad de consumir su energía vital. Los
servicios de educación de adultos, de esta manera se constituirían en
instrumentos para elevar el nivel de vida, orientando a los adultos en el mejor
empleo del tiempo libre de que disponen.

d. La integración cultural de la población.

Todo cambio sea social, económico o político, requiere una adaptación del
individuo y de la comunidad humana a nuevas situaciones. El cambio existente en
una sociedad; es el tránsito de un estado a otro; la sustitución de lo viejo por lo
nuevo. La sociedad y el individuo son agentes y objeto de tal ruptura, social. El
desarrollo económico, social o político diversifica la vida del hombre por ser un
proceso que se expande irregularmente en espacio y tiempo.

La educación de adultos, bien entendida y administrada, puede servir no


solamente para aminorar las tensiones del cambio social y para comprenderlo
positivamente, sino para evitar la atomización de culturas y sociedades, mediante
la formación de individuos integrados en la cultura de cada país y, más aún, en la
cultura universal.

Económica

a. La educación es un consumo no decreciente.

La economía de la educación sostiene que ésta no es solamente una inversión


sino un consumo de la que necesita y se beneficia el hombre en su desarrollo. El
adulto requiere educarse cada día más.

El desarrollo científico y sus aplicaciones tecnológicas. Es casi imposible desligar el


desarrollo científico y tecnológico de la vida social del hombre, por cuanto toda su
actividad es producto de ella. Pero el desarrollo científico y tecnológico genera
derivaciones sociales que recaen en la actividad económica y ergológica del
hombre. Este proceso científico se manifiesta en forma constante, ascendente y
acelerada. No se detiene. Los aspectos informativos y formativos de la educación
no siguen el ritmo de ese desarrollo, por lo cual la permanencia del hombre en las
tradicionales escuelas, liceos y universidades está delatando el afán de un simple
adiestramiento más que de una amplia educación que haga posible afrontar la
problemática complejidad de la vida adulta.
Cuando el niño llega a la vida adulta encuentra un mundo cambiado, una sociedad
diferente, en los cuales, los conocimientos que le impartieron y las conductas que
se le impusieron pierden significación. La dinámica de la ciencia y la tecnología
genera cambios en la estructura del trabajo. Cada descubrimiento científico
conlleva una nueva tecnología y, en consecuencia, una redistribución profesional
deriva tal hecho un aumento en el número (aspecto cuantitativo) y en la calidad
(aspecto cualitativo) de los conocimientos que el adulto necesita asimilar, no
solamente para ajustar su forma de trabajo, sino para transferirlos a otra
actividad profesional.

b. La planificación y ejecución del desarrollo requiere cada vez más la intervención directa de los
recursos humanos de un país.

El desarrollo económico y social es algo concreto que se puede planificar, ejecutar


y evaluar en condiciones determinadas, intervienen diferentes sectores de la
sociedad: los que conciben el desarrollo (planificadores), los que dirigen su
ejecución (técnicos medios) y los que lo ejecutan prácticamente en diferentes
áreas de la actividad humana.

La acción concertada entre estos tres sectores es fundamental y decisiva en toda


política de desarrollo, a fin de informar y formar los recursos humanos que
intervienen en él. La concientización del adulto para que comprenda el desarrollo,
se identifique con él y participe en su realización no olvidemos que el desarrollo
entendido funcional e integralmente lo hace el adulto, requiere de programas
educativos destinados a este fin.

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