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la distinción

Y aquí es donde vino la distinción, que realizó por vez primera un teólogo protestante, Martin
Káhler, y que ha sido fundamental en todo el desarrolloulterior de estos estudios, entre
Historie y Geschichte. Nosotros no tenemos el recurso que posee la lengua alemana de manejar
palabras provenientes de dos raíces distintas, la germánica y la latina. Por eso ambos términos
hemos de traducirlos con la misma palabra, «historia». Pero la tesis de Káhler es que con el
término historia podemos querer significar dos cosas muy distintas. Una primera es esa de que
hemos estado hablando, los «hechos» acaecidos en el pasado. Para ese significado reserva él el
término Historie. Por eso se ha hecho frecuente traducir ese término por «historiografía». La
Historie tiene que ver con la ciencia histórica, esa que comenzó hace dos o tres siglos y que
busca hechos y nada más que hechos. Pero es claro que el término historia encierra otro
significado, de raíces mucho más antiguas, que es el de la historicidad de la vida, la dimensión
histórica del ser humano, los acontecimientos históricos. Como tantas veces ha dicho Zubiri,
una cosa son los «hechos» y otra muy distinta los «acontecimientos». La Historie intenta
identificar hechos objetivos, pero la Geschichte busca algo más profundo, los acontecimientos
personales. Así, por ejemplo, la gracia es un acontecimiento, y la fe otro, que difícilmente
pueden manejarse con las categorías propias de los hechos. Cuando los Hechos de los
Apóstoles relatan en el capítulo segundo lo sucedido el día de Pentecostés, y dicen que «todos
quedaron llenos del Espíritu Santo» (Hch. 2,4), no están relatando un hecho sino
transmitiendo un acontecimiento personal. Es más, todo lo que los apóstoles entendieron a
partir de ese momento, todo el fenómeno pascual, se halla en el nivel de la Geschichte, no de la
Historie. Esto es lo que llevó a Martin Káhler a diferenciar el historische Jesus del
geschichtliche Christus. Lo cual obliga a concluir que el término «hecho», presente en ese texto
ya desde su titulo, tiene un sentido muy distinto al propio del positivismo. El libro de los
Hechos comienza así: «Mi primer tratado [su evangelio] lo hice, ¡oh Teófilo!, acerca de todas
las cosas que Jesús desde un principio hizo y enseñó.»(Hch. 1,1) Los términos griegos que hay
debajo de estas dos últimas palabras son: poiein y didáskein. El término griego poíesis se
tradujo al latín por facere y al español por producción, a diferencia del término praxis, que se
tradujo por agere y por acción. Ese es, por ejemplo, el sentido que tienen esos términos
en Aristóteles. Una cosa es el acto y otra cosa es lo hecho, o el hecho. Pero es claro que los
hechos son consecuencia de los actos. Dicho de otro modo, para el hombre antiguo hay tantos
tipos de hechos como actos, y no todo hecho es sin más hecho positivo. Hay hechos
extraordinarios, hechos misteriosos, hechos interiores, hechos sobrenaturales, etc. Los hechos
de que habla Lucas se sitúan en el plano de la Geschichte, no de la Historie. Entenderlo de otro
modo sería tanto como hacer de Lucas un historiador positivista, cosa que ni pudo ni quiso ser.

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