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CAPITULO 2

Antecedentes
Fundamentos históricos:
El calor siempre se ha percibido como algo que produce una sensación de
tibieza y se podría pensar que su naturaleza es una de las primeras cosas
comprendidas por la humanidad, en donde fue una incógnita para el hombre durante
mucho tiempo, hubo de ser también un dios de la antigüedad. Inicialmente se creía
que era algo que estaba dentro de las cosas y así es como al romper una piedra,
esta liberaba cierta cantidad de calor.
Por ello en el siglo XVII (1667), Johann Joachim Becher, realizo una
propuesta , llamada la teoría del Flogisto, donde planteaba el calor de una forma
muy particular que al menos explicaba algunos fenómenos: los metales y en general
todas las sustancias combustibles contienen una sustancia que carece de peso, tal
sustancia es la llamada flogisto.
James Black (1728-1799), realizo la primera mención del calor como una
entidad física definida que puede medirse como una cantidad, al mismo tiempo
planteaba el calor como un fluido que llamó "calórico", capaz de penetrar todos los
cuerpos materiales aumentando su temperatura. Definió la unidad de calor como la
cantidad necesaria para elevar la temperatura de una libra de agua un grado
Farenheit (actualmente caloría=calor capaz de elevar un grado centígrado la
temperatura de un gramo de agua). Además de la definición original de "caloría"
introdujo la noción de capacidad calorífica y de calor latente.

Pero fue hacia mediados del siglo XIX cuando tuvimos una verdadera
comprensión física de la naturaleza del calor, gracias al desarrollo en esa época de
la teoría cinética en la cual se considera a las moléculas como bolas diminutas que
están en movimiento y que, por tanto, poseen energía cinética. El calor entonces se
define como la energía asociada con el movimiento aleatorio de los átomos y
moléculas.
Aun cuando en el siglo XVIII y a principios del XIX se sugirió que el calor es
la manifestación del movimiento en el nivel molecular (llamada la fuerza viva), la
visión prevaleciente en ese sentido hasta mediados del siglo XIX se basaba en la
teoría del calórico propuesta por el químico francés Antoine Lavoisier (1743-1794),
en1789. La teoría del calórico afirma que el calor es una sustancia semejante aun
fluido, llamada calórico, que no tiene masa, es incoloro, inodoro e insípido y se
puede verter de un cuerpo a otro. Cuando se agregaba calórico a un cuerpo, su
temperatura aumentaba, y cuando se quitaba, la temperatura de ese cuerpo
disminuía. Cuando un cuerpo no podía contener más calórico, de manera muy
semejante a cuando en un vaso de agua no se puede disolver más sal o azúcar, se
decía que el cuerpo estaba saturado con calórico. Esta interpretación dio lugar a los
términos líquido saturado o vapor saturado que todavía se usan en la actualidad.

El calórico se haría visible en las llamas, formadas en su mayor parte por el


calórico desprendiéndose de los cuerpos. Las distintas sustancias presentan
distintas solubilidades para el calórico, lo que explicaba la variación del calor
específico entre las sustancias.
La teoría del calórico fue atacada pronto después de su introducción. Ella
sostenía que el calor es una sustancia que no se podía crear ni destruir. Sin
embargo, se sabía que se puede generar calor de manera indefinida frotándose las
manos o frotando entre sí dos trozos de madera, tomando en cuenta, que la validez
de la teoría del calórico también fue desafiada por otros científicos.

En 1798 el estadounidense Benjamin Thompson (Conde de Rumford) (1753-


1814) demostró en sus estudios que el calor se puede generar en forma continua a
través de la fricción, en donde mostró en Munich que al taladrar cañones con brocas
romas se puede generar mucho calor y que este es proporcional al trabajo realizado
por el taladro. Sin embargo, la hipótesis dominante, sugerida por los métodos
calorimétricos de medición, era que existía una sustancia nombrada caloricum que
se conservaba y que fluía de cuerpo en cuerpo. Distintos materiales tendrían
distintas capacidades para esta sustancia de fricción, y al friccionar dos cuerpos el
caloricum sería literalmente extraído. J.T. Mayer intentó explicar la contradicción
con las observaciones de B. Thomson sugiriendo que el caloricum extraído era
sustituido por caloricum de los alrededores que se introducía al cañón.
En su artículo en London Philosophical Transactions (1799) el
estadounidense Benjamin Thompson escribía:"¿Qué es el calor? No puede ser una
sustancia material. Me parece difícil, si no absolutamente imposible, imaginarme
que el calor sea otra cosa que aquello que en este experimento (perforación del
cañón) estaba siendo suministrado continuamente al trozo de metal cuando el calor
aparecía, a saber, movimiento."
Las ideas de Thomson fueron desarrolladas varias décadas después por el
físico alemán Julius Robert Mayer en su artículo "Observaciones sobre las fuerzas
de la naturaleza inanimada, publicado en 1842.
La hipótesis de la sustancia calórica fue apoyada por la Teoría de la
Conducción del Calor desarrollada por J. B. Fourier entre 1811 y 1822.
Por otra parte, los experimentos de las ingles James P. Joule (1818-1889),
publicados en 1843, sobre la equivalencia entre calor y energía, diciendo que al
frotar o taladrar un cuerpo se rompen vesículas microscópicas que contienen el
calórico que, así se libera produciendo el calor. Pero éste fue el comienzo de la
pérdida de adeptos de una teoría que cada vez presentaba más problemas, como
la masa nula del calórico. Finalmente convencieron a los escépticos de que,
después de todo, el calor no era una sustancia y, por consiguiente, pusieron a
descansar a la teoría del calórico. Aunque esta teoría fue totalmente abandonada a
mediados del siglo XIX, contribuyó en gran parte al desarrollo de la termodinámica
y de la transferencia de calor.
Es de suma importancia tener en cuenta, que para el siglo XVIII había físicos
que entendían al calor como un tipo de movimiento. Así fue como la Teoría Cinética
de Daniel Bernoulli proporcionó una definición estadística de calor con la medida
mv2.Desafortunadamente sus ideas fueron olvidadas rápidamente. Muchas
interpretaciones del concepto de calor se toparon principalmente con el fenómeno
de su generación por fricción.
Hasta entonces existía sólo para la Mecánica una teoría matemática, fundada
por Newton, mientras que la enseñanza de los fenómenos calóricos era empírica y
tan sólo contenía caracteres descriptivos. Fourier fue el primero en lograr construir
∂T ∂ ∂T
una teoría matemática del calor con su ecuación de conducción ρc= = ∂x (κ )y
∂t ∂x
el Método de Series de Fourier utilizado por primera vez al resolverla. Partió de la
hipótesis de la sustancia calórica y demostró que su teoría cumplía con la condición
de la conservación del caloricum. Fourier, quien tomó parte activa durante la
Revolución Francesa, por lo que fue encarcelado y es-tuvo en Egipto con Napoleón,
le daba mucha importancia al haber convertido a la enseñanza de los fenómenos
calóricos en una ciencia rigurosa. Además, todos los partidarios del caloricum veían
es su teoría un poderoso argumento a favor de su tesis. No sorprende por lo tanto
que incluso Sadi Carnot incluyera la conservación del caloricum, además de la
conservación del trabajo, en sus famosos experimentos pensados sobre procesos
cíclicos (1824). Supuso que la temperatura era el nivel de la energía potencial de la
sustancia calórica y que el trabajo mecánico se desarrollaba cuando el caloricum
pasaba de una temperatura a otra más baja, de la misma forma en que una caída
de agua hace girar la rueda de un molino. Bajo dicha suposición pudo mostrar que
la eficiencia del ciclo llamado por su nombre es independiente del material y de
𝑊
condiciones secundarias ( 𝑄 =f (θf, θc)). Sus reflexiones habrían sido exactas si en
vez de calor hubiera usado entropía, o bien si hubiera advertido que su calor no era
el mismo que se medía con un calorímetro. De hecho, parece ser que lo notó, pues
en sus obras póstumas se encuentra la sugerencia de que el calor es equivalente
al trabajo, así como una estimación del valor en trabajo de una caloría.
Por ello, la evolución de la transmisión de calor por conducción y convección
comienza en 1701, cuando Isaac Newton introdujo con su ley de enfriamiento el
concepto de coeficiente de proporcionalidad, que no constituía propiamente un
coeficiente de transmisión de calor. Esta ley solo contenía un concepto térmico, la
temperatura, pero contribuyo al establecimiento de los pilares de la transmisión de
calor, representando realmente una descripción del comportamiento del fenómeno
de transmisión por convección.
A pesar de este avance, no fue hasta 1760 cuando Joseph Black, hizo por
primera vez una clara distinción entre Calor y Temperatura. En 1822 Joseph Fourier
fijo, en su tratado “Teoría analítica del Calor”, los conceptos de flujo de calor,
continuidad en los flujos en los contornos, conductividad térmica, coeficiente de
transmisión de calor por convección y análisis dimensional, sentando así las bases
y dotando de mayor rigurosidad a la ciencia de transmisión de calor. Con los trabajos
iniciados por Newton y culminados por Fourier se introducían los principios básicos
de la transmisión de calor por conducción y convección.
Posteriormente Osborne Reynolds, estudiando el comportamiento
hidrodinámico de los líquidos y fluidos viscosos, estableció en 1873 la importancia
atribuible al parámetro adimensional que lleva su nombre, y que interviene
frecuentemente en la Mecánica de los fluidos y en el mecanismo de calor por
convección. En 1904, Prandtl desarrollaba el concepto de capa limite que
proporciono un importante enlace entre el flujo de los fluidos ideales y reales, de
modo que para los fluidos cuya viscosidad es relativamente pequeña el rozamiento
interno de los mismos es apreciable solamente en una estrecha región próxima a la
pared (capa limite).
En 1909, W. Nusselt introdujo el principio de la semejanza
(adimensionalización de ecuaciones), en el mecanismo de calor por convección
forzada y libre, dando paso a la obtención experimental de una amplia formulación
de correlaciones a la que desde entonces contribuyeron varios investigadores.

Bases Teóricas:
La transferencia de calor es considerada como el estudio de las velocidades
a las cuales el calor se intercambia entre fuentes de calor, tratados usualmente de
manera independiente. Los procesos de transferencia se relacionan con las razones
de intercambio térmico, tales como ocurren en los equipos de transferencia de calor,
en los procesos químicos, y como tal involucran las cantidades de calor que deben
transferirse debido a la naturaleza de los cuerpos, la diferencia de potencial, la
extensión y arreglo de las superficies que separan la fuente y el recibidor, y la
cantidad de energía mecánica (física) que debe disiparse para facilitar la
transferencia de calor, considerándose que es un intercambio en un sistema, por
esto la perdida de calor por un cuerpo deberá ser igual al calor absorbido por dentro
de los límites del mismo sistema, cuando dos cuerpos que están a temperaturas
diferentes se ponen en contacto térmico, el calor fluye desde el cuerpo de
temperatura más elevada hacia el de temperatura más baja.
En general los mecanismos o procesos por el cual fluye el calor son:
Conducción, convección y radiación.
El mecanismo de calor por conducción tiene lugar en sólidos, líquidos y/o
gases, se debe a la transferencia de energía desde los átomos o moléculas más
activas (mayor temperatura) y hacia los menos activos (menor temperatura). El
calor fluye, por lo tanto, en el sentido decreciente de las temperaturas, dicho
intercambio se puede realizar a través del propio movimiento de las moléculas. La
cantidad de calor que se transfiere mediante el movimiento de las moléculas, viene
dada por la Ley de Fourier. Esta ley afirma que la velocidad de conducción de calor
a través de un cuerpo por unidad de sección transversal, es proporcional al
gradiente de temperatura que existe en el cuerpo.

En cambio el mecanismo de transmisión de calor por convección, se produce


cuando un fluido en movimiento baña una superficie encontrándose así en
temperaturas diferentes. La convección en parte, sigue siendo un proceso de
conducción, debido a que este ocurre en todo los cuerpos sin importar su estado
(solido, líquido y gaseoso). El mismo se clasifica en dos tipos, tanto natural y forzada
esto es debido al movimiento generado por el fluido.
Para la convección forzada tiene lugar en líquidos y gases cuando una fuerza
exterior mueve un fluido sobre una superficie a una temperatura mayor o menor que
la del fluido. Este proceso antes nombrado se clasifica, a su vez, en convección
forzada interna (fluidos circulando en el interior de conductos) y convección forzada
externa (fluido que baña la superficie exterior de un cuerpo).
La cantidad de calor transferido por convección, se rige por la ley de
enfriamiento de Newton, el cual indica que el ajuste de la pérdida de calor de un
cuerpo es proporcional a la diferencia de temperatura entre el cuerpo y sus
alrededores. Fue determinado experimentalmente por Isaac Newton analizando el
proceso de enfriamiento y para él la velocidad de enfriamiento de un cuerpo cálido
en un ambiente más frio (Tm), cuya temperatura es (T), es proporcional a la
diferencia entre la temperatura instantánea del cuerpo y la del ambiente.

La convección natural o libre, tiene lugar cuando el movimiento del fluido se


produce por diferencias de densidades creadas por el propio líquido, por ello al
establecer las corrientes de convección natural del fluido, se debe tener en cuenta
la presencia de un campo gravitatorio, en donde el fluido más denso tiende a bajar
y el menos denso a subir.
Por último, el tercer mecanismo de calor es la radiación, es la forma de
transmisión en la que el calor pasa de un cuerpo de mayor temperatura a otro de
menor temperatura sin que entre ellos exista un vínculo material. Esto indica que el
calor se transmite en el vacío, en forma de ondas electromagnéticas.
La conductividad térmica se refiere a la cantidad/velocidad de calor
transmitida y depende a la vez de la temperatura del material. La transferencia de
calor se produce en mayor proporción en los materiales con alta conductividad
térmica con respecto a aquellos con baja conductividad térmica. Los materiales con
alta conductividad térmica se usan mucho en aplicaciones de disipación térmica y
los materiales con baja conductividad térmica se usan como aislante térmico.
Por otra parte, se busca realizar el funcionamiento de los procesos o
mecanismos que rigen la transferencia de calor, mediante la instalación del perfil de
temperatura con barras cilíndricas, conformada por una serie de equipos y/o
instrumentos de medición diseñados para su respectivo estudio, conformados
principalmente por una fuente de calor, es decir un tanque elaborado de acero, en
donde se encontrara almacenado el aceite (Fuel Oíl blend), y a su vez se utiliza para
el calentamiento de las barras, y para poder mantener la temperatura adecuada y
homogénea dentro del tanque se utilizara un agitador mecánico con su respectivo
motor, en el tanque específicamente (buscar el lugar de ubicación exacto de este
visor de vidrio) es un instrumento de medición que se utiliza para visualizar el nivel
de aceite dentro del tanque, de tipo (averiguar el tipo visor de vidrio utilizado); para
poder procesar toda la señal que arroja de acuerdo al estado de la temperatura del
aceite ubicado dentro del tanque el indicador tipo JAKO, estará ubicado en la parte
(buscar la parte exacta) de lo antes nombrado, se debe de tener en cuenta la
importancia de las resistencias eléctricas en la instalación, debido a que ellas actúan
como elementos disipadores, controlando así la intensidad de la corriente eléctrica
o son utilizadas para disminuir y controlar el voltaje.
Las barras cilíndricas juegan un rol muy importante para el respectivo estudio
de perfil de temperatura, las cuales están constituidas por dos de acero y dos de
aluminio. Al hablar de superficie extendidas (aletas), se hace referencia a un sólido
que experimenta transferencia de energía por conducción dentro de sus límites, así
como la transferencia de energía por convección y/o radiación entre sus límites y
los alrededores.
Las aletas son superficies utilizadas como un mecanismo que acelera el
enfriamiento del mismo, de forma que combinan el sistema de conducción y
convección en un área. Al añadir una aleta a una pared en cuestión, el calor no fluirá
solo en la pared sino también por la superficie de la aleta, lo cual provocara la
aceleración de enfriamiento. Estas superficies se utilizan para mejorar y aumentar
la rapidez de la transferencia de calor, entre un sólido y un fluido contiguo. Son
utilizadas principalmente cuando el coeficiente de transferencia de calor es muy
bajo, esto es compensado con el área con el área añadida de la superficie
extendida.
Las formas que adoptan las aletas son muy variadas y dependen en gran
medida de la morfología del sólido. La aleta se denomina “aguja” cuando la
superficie extendida tiene forma cónica o cilíndrica. La aleta “longitudinal” se aplica
a superficies adicionales unidas a paredes planas o cilíndricas, y por ultimo las
aletas “radiales” van unidas coaxialmente a superficies cilíndricas.
Los termopares es el sistema de medición de temperatura que posee la
instalación, estos son sensores que permiten medir la temperatura, y se componen
de dos metales diferentes, unidos en un extremo. Cuando la unión de los dos
metales se calienta o enfría, se produce una tensión que es proporcional a la
temperatura. Las aleaciones de estos termopares están comúnmente disponibles
como alambre, la manera por la cual se encuentra unido este sistema es por dos
selectores tanto para la barra A como para la B, conectados a su vez por un
indicador digital que permite visualizar la temperatura de cada una de las
separaciones.
Sin embargo, los termopares se constituyen de dos filamentos metálicos de
materiales distintos colocados en diferentes posiciones pero unidos por un extremo.
Su funcionamiento estriba en 2 extremos: el extremo que conforma el punto de
medición o junta caliente y el extremo denominado como punto o junta fría. Se trata
de un transformador, es decir, un transductor que opera según un punto de entrada
por donde ingresa un tipo específico de energía, y un punto de salida, por el cual se
libera una energía distinta a la que ingreso primeramente (energía eléctrica).

El termopar tipo J es el utilizado en el sistema de medición de temperatura,


en donde su composición química es de hierro y constantán, es un termopar común
de uso general con un rango máximo de temperatura de grado 0 a +750 °C y una
sensibilidad de 55 µV/°C, con un límite de error Estándar: 2.2°C o 0.75% y de un
error Especial: 1.1°C o 0.4%. Las características ambientales de operación son:
Reducción, vacío, inerte, uso limitado en oxidación a altas temperaturas, no
recomendado para bajas temperaturas. El material por el cual está elaborado el
termopar J es la siguiente: su Composición es Hierro · Cobre-Níquel (Constantan);
su Elemento positivo es el Hierro y su Elemento negativo es el Cobre-Níquel
(Constantan); el material magnéticamente sensible es el Hierro. La designación de
los colores son: el elemento positivo (Blanco) y el elemento negativo (Rojo).
Su modo de operar se basa en el efecto Seebeck, para ser más precisos, el
efecto termoeléctrico, en el que se transforma directamente la diferencia de
temperatura a un voltaje de naturaleza eléctrica. Cuando la junta caliente eleva su
temperatura genera un voltaje eléctrico proporcional a los niveles de temperatura
predominantes. Dicha generación es posible debido a la diferencia térmica entre la
junta fría y caliente, asimismo, a los diferentes materiales con que estas están
compuestas. Cabe mencionar que los termopares no dan una medición absoluta
del medio sino sólo muestran la temperatura diferencial entre las dos juntas que los
constituyen.
Bibliografía: https://www.jmi.com.mx/termopar-tipo-j

https://es.wikipedia.org/wiki/Termopar
http://teii.com.mx/Cable-termopar-tipo-J.pdf
https://en.wikipedia.org/wiki/Fuel_oil

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