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Introducción

Definición
La hidrología trata sobre el agua de la Tierra, su existencia y distribución, sus
propiedades físicas y químicas y su influencia sobre el medio ambiente, incluyendo su
relación con los seres vivos. El dominio de la hidrología abarca la historia completa del
agua sobre la Tierra.

La ingeniería hidrológica incluye aquellas partes del campo que atañen al diseño y
operación de proyectos de ingeniería para el control y uso eficiente del agua. Los límites
entre la hidrología y otras ciencias de la Tierra tales como la meteorología, la oceanografia
y la geología son confusos y no tiene objeto el tratar de definirlos rígidamente. Asimismo,
la distinción entre la ingeniería hidrológica y otras ramas de la hidrología aplicada es vaga.
Naturalmente que el ingeniero debe gran parte de su conocimiento actual de la hidrología a
agrónomos, ingenieros forestales, meteorólogos, geólogos y otros profesionales de una
diversidad de disciplinas.

La división más general de la hidrología se hace con respecto a la distribución y


ubicación de las aguas en nuestro planeta. Así, se tiene que la hidrología puede ser de mares
y océanos, así como continental. De la misma manera, la hidrología continental contempla,
por una parte, las aguas subterráneas (geohidrología) y por otra, las aguas superficiales, que
a su vez se subdivide en tres ramas:

Hidrografía: estudia y proporciona los datos generales del objeto hidráulico en estudio
como ubicación geográfica, área, pendientes, etc.

Hidrometría: elabora y estudia los métodos y técnicas de medición de los parámetros que
caracterizan el régimen hidrológico de una corriente.

Hidrología aplicada: elabora los métodos de cálculo (analíticos y estadísticos) de los


distintos parámetros de diseño de las obras hidráulicas.

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Hidrología de superficie

El ciclo hidrológico
En la Tierra, el agua existe en un espacio llamado hidrosfera, que se extiende desde
unos quince kilómetros arriba de la litosfera o corteza terrestre. El agua circula en la
hidrosfera a través de un laberinto de caminos que constituyen el ciclo hidrológico.

El ciclo hidrológico es el foco central de la hidrología. El ciclo no tiene principio ni


fin y sus diversos procesos ocurren en forma continua. La figura siguiente muestra en
forma esquemática cómo el agua se evapora desde los océanos y desde la superficie
terrestre para volverse parte de la atmósfera. El vapor de agua se transporta y eleva en la
atmósfera hasta que se condensa y precipita sobre la superficie terrestre y los océanos. Esta
agua precipitada puede ser interceptada por la vegetación, convertirse en flujo superficial
sobre el suelo, infiltrarse en él, correr a través del suelo como flujo subsuperficial y
descargar en los ríos como escurrimiento superficial. La mayor parte del agua interceptada
y de escurrimiento superficial regresa a la atmósfera mediante la evaporación. El agua
infiltrada puede percolar profundamente para recarga del agua subterránea de donde
emerge en manantiales o se desliza hacia ríos para formar el escurrimiento superficial, y
finalmente fluye hacia el mar o se evapora en la atmósfera a medida que el ciclo
hidrológico continúa.

El ciclo hidrológico

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Introducción

El cálculo de la cantidad total de agua en la Tierra y en los procesos del ciclo


hidrológico ha sido tema de investigación científica desde la segunda mitad del siglo XIX.
Sin embargo, la información cuantitativa es escasa, particularmente en los océanos, lo cual
significa que las cantidades de agua en varios componentes del ciclo hidrológico global
todavía no se conocen de forma precisa.

No obstante, se estima que el 96.5% del agua del planeta se encuentra en los
océanos. Si la Tierra fuera una esfera uniforme, esta cantidad sería suficiente para cubrirla
hasta una profundidad cercana a 2.6 km. Del resto, el 1.7% se encuentra en los hielos
polares, el 1.7% en manantiales subterráneos y solamente el 0.1% en los sistemas de agua
superficial y atmosférica. El sistema de agua atmosférica, que es la fuerza motriz de la
hidrología superficial, tiene solamente 12 900 km2 de agua, es decir, menos de una parte de
100 000 de toda el agua de la Tierra.

Cerca de dos terceras partes del agua dulce de la Tierra son hielo polar y la mayoría
de la restante es agua subterránea que va desde 200 hasta 600 metros de profundidad. La
mayor parte del agua subterránea por debajo de esta profundidad es salina. Solamente el
0.006% del agua dulce está en los ríos. El agua biológica, fijada en los tejidos de plantas y
animales, representa el 0.003% de toda el agua dulce, equivalente a la mitad del volumen
contenido en los ríos.

A pesar de que el contenido de agua en los sistemas superficiales y atmosféricos es


relativamente pequeño, inmensas cantidades de agua pasan anualmente a través de ellos. La
evaporación desde la superficie terrestre consume el 61% de la precipitación total, el
restante 39% conforma la escorrentía hacia los océanos, principalmente como agua
superficial. La evaporación desde los océanos constituye cerca del 90% de la humedad
atmosférica. El análisis del flujo y almacenamiento de agua en el balance global de agua da
una visión dinámica del ciclo hidrológico.

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Hidrología de superficie

A pesar de que el concepto del ciclo hidrológico es simple, el fenómeno es


enormemente complejo e intricado. Éste no es solamente un ciclo grande, sino que está
compuesto de muchos ciclos interrelacionados de extensión continental, regional y local.
Aunque el volumen total de agua en el ciclo hidrológico global permanece esencialmente
constante, la distribución de esta agua está cambiando continuamente en continentes,
regiones y cuencas locales de drenaje.

La hidrología de una región está determinada por sus patrones de clima tales como
la topografía, al geología y la vegetación. También, a medida que la civilización progresa,
las actividades humanas invaden gradualmente el medio ambiente natural del agua,
alterando el equilibrio dinámico del ciclo hidrológico e iniciando nuevos procesos y
eventos.

Desarrollo de la hidrología
La ciencia de la hidrología empieza, como ya se ha visto, con el concepto del ciclo
hidrológico. Desde tiempos antiguos muchos pensadores han especulado acerca de la
circulación del agua, incluyendo al poeta Homero (aproximadamente 1000 a. C.) y los
filósofos Tales de Mileto, Platón y Aristóteles en Grecia, Lucrecio, Séneca y Plinio en
Roma, y muchos eruditos medievales. Gran parte de esta especulación no tenía bases
científicas, sin embrago el filosofo griego Anaxágoras de Clazomene (500 – 428 a. C.) ideó
una versión primitiva del ciclo hidrológico. Creía que el sol evaporaba el agua del mar
hacia la atmósfera, desde donde caía como lluvia y formaba las reservas subterráneas, las
cuales alimentaban los caudales de los ríos. Un avance en relación con esta teoría fue hecho
por otro filosofo griego, Teofrasto (372 a 287 a. C.), quien describió en forma correcta el
ciclo hidrológico en la atmósfera. Dio una explicación lógica de la formación de la
precipitación por medio de la condensación y del congelamiento. Después de estudiar los
trabajos de Teofrasto, el ingeniero romano Marco Vitruvio concibió la teoría que se acepta
hoy en día: extendió la explicación de Teofrasto al afirmar que el agua subterránea se
deriva principalmente de la lluvia y la nieve infiltrada a través de la superficie del suelo.
Ésta puede considerarse como la precursora de la versión moderna del ciclo hidrológico.

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Introducción

Las civilizaciones asiáticas antiguas desarrollaron una línea de pensamiento


independiente. Los chinos registraron observaciones de lluvia, nevisca, nieve y viento en el
oráculo de huesos de Anyang hacia el año 1200 a. C. Probablemente usaron el pluviómetro
alrededor del año 1000 a. C. y establecieron una medición sistemática de lluvias alrededor
del año 200 a. C. En la India, las primeras mediciones cuantitativas de lluvia datan de la
segunda parte del siglo IV a. C. El concepto de ciclo hidrológico dinámico pudo haber
surgido en China hacia el año 900 a. C., en la India hacia el año 400 a. C., y en Persia
alrededor del siglo X, pero estas ideas tuvieron muy poco impacto sobre el pensamiento
occidental.

Durante el Renacimiento ocurrió un cambio gradual de los conceptos puramente


filosóficos de hidrología hacia la ciencia observacional. Leonardo da Vinci (1452 –1519)
hizo los primeros estudios sistemáticos de la distribución de velocidad en los ríos,
utilizando una vara lastrada que se mantenía a flote por medio de una vejiga animal inflada.
La vara era liberada en un punto de la corriente, Leonardo da Vinci caminaba a lo largo de
la orilla, media su avance con un odómetro y calculaba la diferencia entre las velocidades
de la superficie y el fondo por el ángulo que formaba la vara con la superficie del agua.
Luego colocaba la vara en diversos puntos de la sección transversal de la corriente y
trazaba la distribución de la velocidad a lo ancho del canal. De acuerdo con Frazier (1974),
las 8 000 páginas de notas de Leonardo que se conservan contienen más referencias
relacionadas con hidráulica que con cualquier otra materia. En relación con la distribución
de la velocidad en los ríos, escribió:

...del agua con peso, profundidad, ancho y declive uniformes aquella porción más rápida es la
cercana a la superficie; esto ocurre porque el agua que está más arriba es contigua al aire, el cual
ofrece una resistencia pequeña porque es más liviano que el agua; el agua que está debajo es
contigua a la tierra, la cual presenta una gran resistencia por permanecer inamovible y ser más
pesada que el agua...

Antes de Leonardo da Vinci se pensaba que el agua fluía más rápidamente en el


fondo de un río puesto que si dos agujeros eran abiertos en la pared de un tanque que
contenía agua, el flujo del agujero inferior era más rápido que el flujo del superior.
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Hidrología de superficie

El científico francés Bernard Palissy (1510 – 1589) demostró que los ríos y
manantiales se originan de la lluvia, refutando una antigua teoría que sostenía que las
corrientes eran alimentadas directamente por el mar. El naturalista francés Pierre Perrault
(1608 – 1680) midió el escurrimiento y encontró que solamente era una fracción de la
lluvia. Llegó a la conclusión de que la lluvia era una fuente para el escurrimiento y
concluyó en forma correcta que el resto de la precipitación se perdía por transpiración,
evaporación y desviación.

La medición y experimentación en hidráulica florecieron en el siglo XVIII. Se


descubrieron nuevos principios hidráulicos tales como la ecuación de Bernoulli y la de
Chezy y se desarrollaron mejores instrumentos, entre otros el pluviógrafo de cubeta
basculante y el correntómetro. La hidrología avanzó en forma más rápida durante el siglo
XIX. Dalton estableció un principio para la evaporación (1802), la teoría del flujo capilar
fue descrita por la ecuación de Hagen – Poiseuille (1839), y el método racional para
determinar las crecientes máximas fue propuesto por Mulvaney (1850). Darcy desarrolló su
ley de flujo en medios porosos (1856), Rippl presentó su diagrama para determinar los
requerimientos de almacenamiento (1883) y Manning propuso su ecuación para el flujo en
canales abiertos (1891).

Sin embargo, la hidrología cuantitativa todavía no estaba consolidada a principios


del siglo XX. Se empleaban aproximaciones empíricas para resolver problemas
hidrológicos prácticos. Gradualmente los hidrólogos reemplazaron el empirismo con el
análisis racional de la información observada. Green y Ampt (1911) desarrollaron un
modelo basado físicamente para infiltración, Hazen (1914) introdujo el análisis de
frecuencia para los máximos de creciente y los requerimientos de almacenamiento de agua,
Richards (1931) determinó la ecuación que gobierna el flujo no saturado, Sherman ideó el
método del diagrama unitario para transformar la precipitación efectiva en escorrentía
directa (1932), Horton desarrolló una teoría de infiltración (1933) y una descripción de la
forma de una cuenca de drenaje (1945), Gumbel propuso la ley del valor extremo para los
estudios hidrológicos (1941), y Hurst (1951) demostró que las observaciones hidrológicas
pueden exhibir secuencias de valores bajos o altos, que persisten a lo largo de muchos años.

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Introducción

La llegada de las computadoras revolucionó la hidrología e hizo posible el análisis


hidrológico a gran escala. Hoy en día se aplican teorías complejas que describen los
procesos hidrológicos utilizando simulaciones en computadora, y grandes cantidades de
observaciones se reducen a resúmenes estadísticos para un mejor entendimiento de los
fenómenos hidrológicos y para establecer niveles de diseño en hidrología.

Recientemente, los avances en electrónica y en transmisión de datos han hecho


posible el envío instantáneo de información desde sensores remotos y el desarrollo de
programas en tiempo real para la prevención de inundaciones y otras operaciones de
recursos hidráulicos. Las microcomputadoras y la ingeniería de software han permitido el
desarrollo de programas especializados que han dado a muchos hidrólogos nuevas ventajas
y capacidad computacional. La evolución del conocimiento y los métodos hidrológicos han
mejorado el alcance y la exactitud de la solución a problemas hidrológicos.

Los problemas hidrológicos afectan directamente la vida y las actividades de gran


cantidad de personas. Un factor de riesgo siempre está presente: un evento más extremo
que cualquier otro históricamente conocido puede ocurrir en cualquier momento. El
hidrólogo tiene entonces la responsabilidad de proveer el mejor análisis que el
conocimiento y la información disponible permitan.

Objetivos de la hidrología superficial


La inclusión de la hidrología en el programa de estudios de Ingeniería Civil tiene
como objetivo principal el dar al estudiante las herramientas de estudio y análisis para dar
solución a los diversos problemas de carácter práctico que se presentarán en su vida
profesional al diseñar, construir u operar obras para el aprovechamiento y control de los
recursos hidráulicos.

Por ejemplo, si se debe estudiar el mejoramiento, ampliación o apertura de una zona


de riego, primero se debe identificar las fuentes de abastecimiento de agua (superficial o
subterránea) y se deberá responder a las siguientes preguntas:

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Hidrología de superficie

o ¿Qué magnitud y distribución tendrán los escurrimientos superficiales en la


cuenca?
o ¿Que requerimientos de riego necesitan los cultivos?
o ¿Es necesaria la construcción de una presa para garantizar el abastecimiento de
agua?
o ¿Qué volumen de almacenamiento será necesario?
o ¿Qué porcentaje del volumen escurrido o almacenado se perderá por
evaporación?
o ¿Se deben aprovechar las aguas superficiales o las subterráneas?
o ¿Se pueden manejar ambas conjuntamente?

Si se decidiera la construcción de una presa de almacenamiento:

o ¿Que capacidad debe tener la obra de excedencias?


o ¿Que tipo de obra de toma será la más adecuada?
o ¿De que dimensiones será la obra de toma?

La solución de estas y otras preguntas se obtienen a través del estudio y análisis que
corresponden a la hidrología superficial.

Dentro del ciclo hidrológico es muy común que se presenten lluvias torrenciales que
hacen crecer a los ríos excesivamente, y por otra parte, pareciera detenerse el ciclo
resultando con ello lluvias y escurrimientos mínimos. Así se pueden presentar las siguientes
condiciones:

1. Épocas de escurrimiento reducido en las que el agua no es suficiente para


emplearla en riego, abastecimiento de agua potable o generación de energía
eléctrica.
2. Épocas de crecientes en las que el escurrimiento es excesivo, desbordándose de
su cauce natural y provocando daños (inundaciones).

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Introducción

Estas condiciones extremas de crecientes y sequías son las de mayor interés para la
hidrología, ya que frecuentemente se construyen obras que permiten regular el
escurrimiento de manera que se pueda disponer de él de manera uniforme y constante, así
como obras para proteger de las inundaciones. A todas las obras que se realizan para
modificar el ciclo hidrológico y disponer el agua de forma regular se denominan proyectos
de aprovechamiento, siendo las presas las más representativas. A las obras cuyo objetivo es
brindar protección contra las inundaciones se les llama proyectos de control y son
generalmente presas, bordos, rectificaciones de ríos, etc. Finalmente, las obras que sólo dan
paso a las avenidas son los puentes, alcantarillas y los sistemas de drenajes urbanos y
rurales.

La sencilla descripción anterior solo pretende facilitar la comprensión del objetivo


de la hidrología, pero en la mayoría de los casos reales, los proyectos de aprovechamiento y
control se tratan de manera conjunta y son difíciles de separar en un estudio hidrológico.

Los estudios hidrológicos para el diseño de un proyecto de aprovechamiento están


generalmente basados en los volúmenes de escurrimiento medidos o estimados en la zona
de estudio, en intervalos de tiempo relativamente grandes. Por otro lado, los proyectos de
control se diseñan por medio de estudios que se basan en los fenómenos de avenidas que
ocurren en el cauce y que tienen una duración menor.

Los estudios hidrológicos que se requieren para las obras que sólo dan paso a las
avenidas consisten únicamente en estimar la avenida de diseño y la elaboración de un
estudio hidráulico para su diseño o revisión de funcionamiento.

La figura siguiente muestra el desarrollo de un estudio hidrológico para un proyecto


de aprovechamiento.

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Hidrología de superficie

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Introducción

Por otro lado, la siguiente figura muestra el proceso del estudio hidrológico
requerido para un proyecto de control.

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Hidrología de superficie

Para algunos alumnos resultará muy interesante el análisis hidrológico, ya que es


completamente diferente a los demás cursos de ingeniería. Los fenómenos naturales están
ligados a esta rama y no son susceptibles de un análisis riguroso como los que se llevan a
cabo en otras materias que tienen relación con la mecánica, por ejemplo. Por consiguiente
se tienen una gran variedad de métodos, generalmente empíricos; mayor capacidad de
juicio del diseñador y una aparente imprecisión en las soluciones a los problemas.

En general, las soluciones a los problemas que se plantean en hidrología se obtienen


a través de los análisis estadísticos y probabilísticos de la información disponible.

Cabe destacar que cada problema hidrológico es único y su análisis y resultados


obtenidos no son aplicables a otros problemas.

Podemos concluir entonces que el objetivo de la hidrología superficial es el de


proporcionar las bases científicas y metodológicas para elaborar los estudios hidrológicos
necesarios para el diseño de obras de aprovechamiento, control y paso de las avenidas.

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