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SANTANDER RAFAEL BRITO CUADRADO

Magistrado ponente

SLxxx-2019 (sin espacios)


Radicación n.° 60595
Acta 13

Bogotá, D. C., veintitrés (23) de abril de dos mil


diecinueve (2019).

Decide la Corte el recurso de casación interpuesto por


SONIA YANETH BARRERO SANTIAGO contra la sentencia
proferida el veintinueve (29) de junio de dos mil doce (2012),
por la Sala Laboral del Tribunal superior del Distrito Judicial
de Bogotá, dentro del proceso que la recurrente le promovió
a la FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS, LA NACIÓN –
MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL, EL
DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA, LA NACIÓN
MINISTERIO DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO y LA
BENEFICENCIA DE CUNDINAMARCA.

I. ANTECEDENTES

SONIA YANETH BARRERO SANTIAGO llamó a juicio a


la FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS, LA NACIÓN –

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Radicación n.°60595

MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL, EL


DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA, LA NACIÓN
MINISTERIO DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO y LA
BENEFICENCIA DE CUNDINAMARCA, con el fin de declarar
la existencia de un contrato de trabajo, con la primera de las
mencionadas, ejecutado desde el 5 de enero de 1992 hasta el
11 de diciembre de 2000, fecha en la que presentó renuncia
voluntaria.

Como consecuencia de lo anterior, requirió el pago de


los salarios causados y no cubiertos, desde el 15 de
noviembre de 1999 al mes de diciembre del año 2000, con
los respectivos incrementos, la prima de navidad, las primas
semestrales, los intereses a las cesantías, las primas de
vacaciones y de antigüedad, la indemnización moratoria, la
sanción por no cancelar intereses a las cesantías, la
indemnización por despido, los aportes pensionales y la
indexación (f.° 3 a 12 del cuaderno principal).

Para fundamentar sus pretensiones, precisó que la


FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS era una entidad privada,
cuyos estatutos se encontraban en los Decretos 290 y 1374
de 1979, así como en el 371 de 1998; que prestó sus servicios
en los extremos temporales atrás mencionados y era
beneficiaria de las convenciones colectivas de trabajo
suscritas con esa accionada; que no obstante esa situación,
no se le reconocieron los conceptos solicitados en la
demanda, sin que se le hubieran realizado los aportes a
pensión; que su último salario mensual fue de $507.323,35
y presentó renuncia motivada, el 11 de diciembre de 2000.

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Manifestó, que se demandó la nulidad de los Decretos


290 y 1374 de 1979, así como el 371 de 1998, acción que
culminó con las sentencias del 8 de marzo y 24 de mayo de
2005, con las que el Consejo de Estado accedió a lo allí
pretendido y que, por vía de interpretación de las mismas,
así como en lo dispuesto en el artículo 90 de la Constitución
Nacional, se infiere que las otras codemandadas responden
solidariamente de las obligaciones adquiridas por la
FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS.

Al dar respuesta a la demanda, la FUNDACIÓN SAN


JUAN DE DIOS se opuso a las pretensiones y, en cuanto a
los hechos, aceptó la vinculación de la demandante, pero
acotó que esta ostentó la condición de empleada pública.

En su defensa, propuso como excepciones fondo, las


que denominó falta de causa, cobro de lo no debido,
inexistencia de la obligación, buena fe y prescripción (f.° 220
a 238 del cuaderno principal).

Igual hizo la NACIÓN – MINISTERIO DE LA


PROTECCIÓN SOCIAL, quien indicó que no le constaban
ninguno de los supuestos fácticos de la demanda.

Formuló las excepciones perentorias de falta de


legitimación por pasiva, inexistencia de la obligación y
prescripción (f.° 250 a 263 ibídem).

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El DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA, se opuso al


petitum del líbelo inicial, porque con la accionante nunca
tuvo una relación laboral y que no le constaban los hechos
de la demanda.

Para defender su causa, como de fondo, formuló las


excepciones de falta de legitimación en la causa para ser
demandada, cobro de lo no debido, inexistencia de la
obligación, inexistencia de relación causal con la accionante
y obligaciones contraídas por la FUNDACIÓN SAN JUAN DE
DIOS (f.° 269 a 300 del cuaderno principal).

Por su parte, LA NACIÓN MINISTERIO DE HACIENDA


Y CRÉDITO PÚBLICO, también hizo oposición a las
pretensiones, por la misma razón aducida por el demandado
atrás mencionado. Formuló las excepciones de mérito de
falta de legitimación en la causa por pasiva, inexistencia de
la relación laboral e inexistencia de solidaridad (f.° 301 a 311
ejusdem).

La BENEFICENCIA DE CUNDINAMARCA se opuso a las


pretensiones e indicó, que no le constaban los hechos de la
demanda. Su defensa la sustentó en las excepciones de falta
de legitimación en la causa por pasiva y cobro de lo no debido
(f.° 1 a 28 del cuaderno 2).

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II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Décimo Laboral del Circuito de Bogotá,


mediante fallo del 24 de mayo de 2010 (f.° 103 a 110 del
cuaderno 3), absolvió a los demandados.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

Por apelación de la demandante, la Sala Laboral del


Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, con
sentencia del 29 de junio de 2012, confirmó la de primer
grado (f.° 54 a 70 del cuaderno del Tribunal).

En lo que interesa al recurso extraordinario, consideró


necesario definir los efectos jurídicos generados por el fallo
proferido por el Consejo de Estado, el 8 de marzo de 2005,
con el que declaró la nulidad de los Decretos 290 del 15 de
febrero de 1979; 1374 del 8 de junio de 1979 y 371 del 23 de
febrero de 1998, providencia que citó.

Precisó, que la nulidad de los decretos atrás


mencionados, operaban ex tunc, es decir, desde la fecha de
creación del acto sometido al conocimiento de la Jurisdicción
Contenciosa Administrativa y, siendo ello así, la FUNDACIÓN
SAN JUAN DE DIOS ostentó la condición de un
establecimiento público; de allí, que la demandante no podía
derivar ningún derecho adquirido con anterioridad al
pronunciamiento de nulidad, pues tuvo la condición de
empleada pública, condición que emana de la Ley, ya que,
ejerció la función de ayudante de dietas diurnas, de

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esterilización y niñera, los cuales no se destinan al


mantenimiento de la planta física o de servicios generales,
conforme lo previsto en el artículo 26 de la Ley 10 de 1990.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por el demandante, concedido por el


Tribunal y admitido por la Corte, se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende que la Corte case la sentencia recurrida, para


que, en sede de instancia, revoque la del Juzgado y acceda a
las suplicas de la demanda (f.° 10 a 12 del cuaderno de la
Corte).

Con tal propósito formula tres cargos, replicados por la


FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS, el DEPARTAMENTO DE
CUNDINAMARCA y LA NACIÓN MINISTERIO DE HACIENDA
Y CRÉDITO PÚBLICO.

VI. CARGO PRIMERO

Acusa la sentencia por la vía directa en la modalidad de


interpretación errónea del artículo 66 y el 84 (subrogado por
el Decreto extraordinario 2304 de 1989 en su artículo 14), en
concordancia con el 175 del CCA, «a la aplicación indebida
del artículo 26 de la Ley 10 de 1990, y del artículo 5° del
Decreto 3135 de 1968»; violaciones medio que condujeron a
la infracción directa de las siguientes disposiciones de

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carácter sustantivo: el artículo 5° del Decreto 3130 de «1968»


y de los artículos 3°, 4°, 5°, 9°, 13, 14, 16, 22, 23, 51, 53, 55,
61, 140, 353, 354, 356 y 374 numeral 2°, 416, 467, 468 y
470 del CST y que también existió violación fin (por infracción
directa) de las siguientes disposiciones constitucionales:
artículos 29, 53, 58 y 228; que de igual forma se violó por
infracción directa la Ley 524 de 1999 que aprobó el Convenio
154 de la OIT y el artículo 5° del Decreto 3130 de 1968 (f.°
13 a 43 al cuaderno de la Corte).

En el desarrollo del cargo advierte que en la sentencia


cuestionada se interpreta con error el fallo de nulidad
proferido por el Consejo de Estado, el 8 de marzo de 2005,
dentro del proceso de nulidad n.° 11001- 03 – 24 -0000 -
2001- 00145 -01, dirigido contra los decretos que crearon y
reglamentaron la FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS, en la
medida que en la providencia del Tribunal se le dieron efectos
absolutos a la misma, con lo cual, se le otorga un efecto
retroactivo, desconociendo lo previsto en el artículo 66 del
Código Contencioso Administrativo, en tanto que dispone
que los actos administrativos son obligatorios mientras no
hayan sido anulados.

Con sustento en lo anterior, enfatiza que el pretender


darle efectos retroactivos al fallo de nulidad, se constituye en
una interpretación errónea de los artículos 66 y 84,
concordantes con el 175 del Código Contencioso
Administrativo, lo que condujo, a darle un entendimiento
contrario al artículo 26 de la Ley 10 de 1990, así como a la
aplicación indebida del artículo 5° del Decreto 3135 de 1968,

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al sostener que había ostentado la condición de empleada


pública, cuando en realidad, fue una trabajadora particular.

Rememoró los actos con los que fue creada la fundación


accionada y concluyó que era de naturaleza privada; que sus
empleados se vincularon por medio de contratos de trabajo,
regidos por la legislación laboral, tanto así que ese
demandado tenía un sindicato, con el que se suscribieron
convenciones colectivas de trabajo y en la cláusula 5ª, de la
celebrada en el año de 1982, se hizo mención expresa a su
carácter privado.

En escrito de folios 244 a 247 del cuaderno de la Corte,


solicita aplicar la sentencia de la Corte Constitucional CC
SU484 de 2008; la CC T10 de 2012; la CC T121 de 2016 y el
auto CC AU268 de 2016.

VII. RÉPLICA

La FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS alude que, en la


proposición jurídica, no se señalan a que código pertenecen
los artículos 66 y 84 y aún de estimar que son del Código
Contencioso Administrativo, corresponden a normas
adjetivas o procesales, sin que puedan ser objeto de
interpretación, ya que esa modalidad solo se predica de
normas sustanciales de alcance nacional, a lo que agrega que
en la acusación se hacer referencia a elementos de
convicción, situaciones que escapan a la senda seleccionada
por la censura (f.° 65 a 71 del cuaderno de la Corte).

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El DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA, dice que no


tiene razón el recurrente, pues el Tribunal otorgó los efectos
debidos a la decisión proferida por el Consejo de Estado,
siendo estos, «ex tunc» (f.° 134 a 144 del ibídem).

LA NACIÓN MINISTERIO DE HACIENDA Y CRÉDITO


PÚBLICO, alude a los mismos defectos señalados por la
FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS (f.° 157 a 190 del ejusdem).

VIII. CONSIDERACIONES

Por sabido se tiene que el recurso extraordinario de


casación debe reunir unas reglas adjetivas para su
planteamiento y posterior demostración, a efectos de ser
estudiada de fondo, siendo necesario, conforme a las reglas
procesales que la gobiernan, el cumplimiento de ciertos
requisitos de técnica, que, de no acreditarse, conducen a que
el recurso sea infructuoso.

También se ha dicho, que este medio de impugnación


no le otorga a la Corte competencia para juzgar el pleito a fin
de resolver a cuál de los litigantes les asiste la razón, puesto
que la labor se limita a enjuiciar la sentencia, con la finalidad
de establecer si en esta no se incurrió en ningún yerro, ya
sea jurídico o fáctico, que amerite el quiebre de esa decisión.

Lo anterior, en la medida que la recurrente, pese a


seleccionar la senda de puro derecho, en su demostración
acude a situaciones eminentemente fácticas, que escapan a
vía seleccionada; entre estas, se tiene el acudir a las

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convenciones colectivas, para con sustento en las mismas,


tratar de rebatir la inferencia, que, sobre la naturaleza
jurídica hizo el Tribunal, sobre la FUNDACIÓN SAN JUAN DE
DIOS.

Asimismo, se resalta, que se dejó libre de


cuestionamiento, la inferencia según la cual, los cargos
desempeñados por la demandante no estaban destinados al
mantenimiento de la planta física o de servicios generales, tal
como lo dispone el artículo 26 de la Ley 10 de 1990; siendo
ello así, la sentencia, con sustento en ese discernimiento no
atacado, conserva las presunciones de legalidad y acierto que
le son propias.

Igualmente, no se acata lo dispuesto en el artículo 91


del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social, que
impone al censor, plantear su demanda de manera sucinta,
pues al revisarla se advierte que se extendió en sus
argumentos, citando disposiciones que no encuentran
conexión alguna, siendo, además, repetitivo en las tesis que
plantea.

Precisamente esta Sala ya ha tenido la oportunidad de


manifestar esas deficiencias, en juicios seguidos contra las
mismas demandadas y donde el cargo es igual al que hoy se
somete a consideración de esta Corporación. En efecto, en la
sentencia de casación CSJ SL5156-2018, se dijo:

Tal como lo explicó esta Corte al resolver un ataque igual al


presente en un proceso precisamente en contra de la Fundación
San Juan de Dios (sentencia SL20013-2017, del 21 de nov. 2017,

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rad. 52141, reiterada en la SL717 – 2018, del 14 de mar.2018,


rad. 52142), debe resaltarse que como recurso extraordinario que
es, la demanda de casación debe ceñirse a los requerimientos
técnicos que su planteamiento y demostración exigen en
acatamiento de las reglas legales y desarrollos jurisprudenciales
fijados para su procedencia, puesto que el incumplimiento de
aquellos acarrea que el mismo resulte desestimable al
imposibilitarse su estudio de fondo.

Igualmente, este medio de impugnación no le otorga competencia


a la Corte para juzgar el pleito a fin de resolver a cuál de los
litigantes le asiste la razón, habida cuenta que su labor, siempre
que el recurrente sepa plantear la acusación, se limita a enjuiciar
la sentencia impugnada con el objeto de establecer si el juez de
apelaciones al dictarla observó las normas jurídicas que estaba
obligado a aplicar para rectamente dirimir el conflicto.

Pues bien, al descender al asunto objeto de estudio, encuentra la


Sala que el cargo contiene deficiencias técnicas que comprometen
su prosperidad, tal como se detalla a continuación:

1.- Pese a que el cargo está dirigido por la vía directa, bajo la
modalidad de interpretación errónea de las disposiciones allí
enlistadas, la censura esboza aspectos fácticos, ajenos a la vía
escogida, como cuando intentó acreditar con base en las pruebas
que la actora sostuvo un contrato de trabajo con la demandada
durante una vigencia determinada, y además alude al contenido
de las convenciones colectivas suscritas por la Fundación
convocada para afirmar que la demandante es beneficiaria de las
prerrogativas allí consagradas, aspectos que solo pueden
controvertirse desde la perspectiva fáctica.

2.- La recurrente no ataca uno de los pilares fundamentales que


adujo el sentenciador para confirmar la providencia emitida por el
juez, a saber, que la demandante no probó que las labores que
desarrollaba fueran de servicios generales o de mantenimiento de
la planta física hospitalaria. Esa falta de ataque, trae como
consecuencia que se mantenga incólume la decisión recurrida, ya
que está amparada por la doble presunción de acierto y legalidad.

Cabe recordar que las acusaciones exiguas o parciales resultan


insuficientes a fin de quebrar la sentencia, en tanto subsisten sus
fundamentos sustanciales y, por tanto, nada logra la censura si
se ocupa de combatir razones distintas a las aducidas por el
juzgador, porque, en tal caso, así tenga razón en la crítica
formulada, la decisión sigue soportada en las inferencias que dejó
libre de ataque. Lo anterior conlleva a que, con independencia de
que el ataque pueda ser cierto y de que la Sala comparta o no sus
deducciones, se mantenga incólume la decisión de segundo grado.

3.- La Corte llama la atención en un aspecto que resulta importante


a la hora de plantear el recurso extraordinario, específicamente,

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en cuanto hace a la brevedad y concreción de los argumentos. En


efecto, al revisar la demanda se advierte que la censura se
extiende inapropiadamente en sus consideraciones y cita
disposiciones desconectadas temáticamente las unas con las
otras, presenta una argumentación repetitiva, repleta de
enunciados que en nada contribuyen a la definición del debate
jurídico.

Consciente de esta necesidad de racionalizar el discurso jurídico,


el legislador consagró en el artículo 91 del Código Procesal del
Trabajo y de la Seguridad Social el deber del recurrente de
«plantear sucintamente su demanda», lo que, en armonía con lo
previsto en el artículo 90 de la misma disposición, impone también
la obligación de presentar un recurso respaldado con argumentos
concisos y claros, compatibles con la completa comprensión de las
razones expuestas y los cometidos de eficacia que exige la
casación del trabajo.

Pese a los defectos atrás relacionados, conviene precisar


que la decisión del 8 de marzo de 2005, proferida por el
Consejo de Estado y con la que se declaró la nulidad de los
Decretos 290 y 1374 de 1979 y 371 de 1998, tienen efectos
ex tunc, y no ex nunc, de allí que la accionante siempre
hubiera ostentado la condición de empleada pública.

Frente a los efectos del fallo atrás mencionado, esta


Corporación, en sentencia CSJ SL17428 – 2016, reiterada en
la sentencia de casación CSJ SL5170 – 2017, indicó:

Tampoco es de recibo el argumento que los servidores de la


Fundación San Juan de Dios solo serían empleados públicos a
partir de la declaratoria de nulidad de los decretos de creación del
Centro Hospitalario, es decir, desde el año de 2005, en tanto por
sabido se tiene, que las sentencias de nulidad del Consejo Estado
producen efectos ex tunc, esto es, desde la expedición de los actos
administrativos anulados, luego ello significa que la naturaleza
jurídica del vínculo laboral de la actora siempre ha sido la de
empleada pública.

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Respecto a la aplicación de las sentencias de la Corte


Constitucional, suficiente es con remitirse a lo dicho en la
sentencia CSJ SL17428 – 2016, en la que se expuso:

Ahora, en cuanto a que los derechos de los trabajadores que


pudieran haber tenido sus relaciones laborales como privadas,
regidas por contratos de trabajo, deben prevalecer por sobre todo,
para lo cual, la recurrente cita la sentencia SU-484 de 2008, para
la Sala es claro que al anularse los Actos de creación de la entidad,
los efectos de esa declaratoria no hacen retrotraer sus efectos, es
decir, estos son hacía el futuro, tal como se pregona del efecto
general de las leyes. Lo que sucede es que esa sentencia, al igual
que el auto 286 de junio 23 de 2016, emanado de la Corte
Constitucional, como resultado del seguimiento que se hace a la
misma, deja a salvo los derechos adquiridos por los trabajadores
de la Fundación, pero en ningún momento indica, como lo quiere
hacer ver la recurrente, que los empleados de la Fundación sean
trabajadores oficiales o del sector privado. Deja a salvo los
derechos de todos, incluidos los empleados públicos.

Si lo anterior no fuera suficiente, en el auto mencionado, la Corte


Constitucional indica:

En relación con las decisiones judiciales proferidas con


posterioridad a la Sentencia SU-484 de 2008, ADVERTIR que sólo
se podrán reconocer derechos por relaciones laborales o prestación
de servicios, teniendo en cuenta que, en todo caso, dichas
relaciones sólo pudieron tener como vigencia máxima las fechas
indicadas en los numerales cuarto y quinto de la parte resolutiva
de la sentencia de unificación.

Se refiere allí al numeral cuarto de la sentencia SU ya indicada, en


la que se dijo:

CUARTO. En relación con el establecimiento de la Fundación San


Juan de Dios, HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS, la Corte
Constitucional DECLARA que quedaron terminadas el 29 de
Octubre de 2001:

4.1. Todas las relaciones de trabajo vigentes para esa fecha que
hayan tenido como causa un contrato de trabajo o un
nombramiento y posesión; y que se regían respectivamente por el
Código Sustantivo del Trabajo y las normas complementarias –
incluida la ley 6 de 1945- o por la ley y el reglamento (las resaltas
son del texto).

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De conformidad con lo anterior, se tiene que en ningún


momento la Corte Constitucional ultimó sobre la condición
de trabajadores oficiales o particulares de la FUNDACIÓN
SAN JUAN DE DIOS y, por lo tanto, no asiste razón a la
censura, en cuanto a que, con sustento en esa sentencia,
pretende demostrar que no fue empleada pública.

De lo que se sigue, el cargo se desestima.

IX. CARGO SEGUNDO

Dice lo siguiente (f.° 44 a 52 del cuaderno de la Corte):

Acuso a la sentencia proferida por […], en el asunto de la


referencia, (i) de ser violatoria de leyes sustanciales por la causal
a que se refiere el artículo 87 del C.P. T. y S.S., modificado por el
Decreto reglamentario 528 de 1964 en su artículo 60, numeral 10;
(ii) por la vía indirecta; (iii) en la modalidad de aplicación indebida
de normas sustantivas de carácter laboral y de seguridad social,
que se indican a continuación; (iv) al incurrir en error de hecho que
aparece manifiesto en los autos, por no tener como demostrada,
estándolo, la existencia del contrato de trabajo de carácter
particular, suscrito entre la demandante inicial y la FUNDACION
SAN JUAN DE DIOS para el desempeño del cargo de Auxiliar de
Enfermería; (v) por la falta de estimación de medios probatorios
documentales auténticos aportados al expediente, con relación a
las siguientes normas adjetivas o procesales del C.P. T. y S.S.: Art.
14 numeral 3° (en cuanto permite acompañar con el escrito de
demanda pruebas documentales que se tengan), Art. 25 numeral
9° (en cuanto autoriza la petición en forma individualizada y
concreta de los medios de prueba), Art. 40 (en cuanto consagra el
principio de libertad para los actos del proceso), Art. 51 (en cuanto
admite como medios de prueba todos los establecidos en la ley),
Art. 61 (en cuanto le otorga al Juez la facultad de formar
libremente su convencimiento sobre los hechos aducidos en el
proceso), igualmente con relación a las siguientes disposiciones
del C.P.C., aplicables a este cargo, en razón a lo dispuesto por el
Art. 145 del C.P. T. y S.S. para los eventos de analogía: Art. 174
(en cuanto consagra la obligatoriedad de que toda decisión judicial
se funde en pruebas regular y oportunamente allegadas al
proceso), Art. 175 (en cuanto establece los medios de prueba), Art.
177 (que impone a las partes probar el supuesto de hecho de las
normas que invocan), Art. 187 (en cuanto ordena apreciar las

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pruebas en conjunto), Art. 251 (que enumera los documentos), Art.


252 (que define el documento autentico), Art. 253 (que determina
la forma de aportar los documentos), Art. 254 (que determina el
valor probatorio de las copias), Art. 258 (que determina la
indivisibilidad y alcance probatorio de los documentos), Art. 262
(que establece qué documentos se consideran públicos), Art. 264
(que establece el alcance probatorio de los documentos públicos),
Art. 268 (que trata del aporte de documentos privados), Art. 277
(que determina la estimación por el juez de documentos emanados
de terceros). La violación indirecta por error de hecho manifiesto,
en la modalidad de falta de aplicación indebida de normas de
carácter sustantivo, están contenidas en el Código del Trabajo en
los Artículos 3° (en cuanto regula las relaciones de derecho
individual del trabajo de carácter particular), 5° (en cuanto define
el trabajo), 14 (en cuanto establece el carácter de orden público y
la irrenunciabilidad de los derechos laborales), Art. 16 (que trata
de los efectos inmediatos y generales, no retroactivos y que no
afectan situaciones definidas o consumadas conforme a las leyes
anteriores de las normas sobre trabajo por ser de orden público),
Art. 22 (en cuanto consagra la definición del contrato de trabajo),
Art. 23 (el que contiene los elementos esenciales del contrato de
trabajo), Art. 29 (en cuanto consagra la capacidad para celebrar el
contrato individual de trabajo), Art. 37 (en cuanto consagra la
forma escrita del contrato de trabajo), Art. 39 (que expresa las
formalidades del contrato escrito de trabajo); […].

Del difuso escrito, se pueden tener como errores de


hecho, los siguientes:

[…] por no tener como demostrada, estándolo, la existencia del


contrato de trabajo de carácter particular, suscrito entre la
demandante inicial y la FUNDACION SAN JUAN DE DIOS para el
desempeño del cargo de Auxiliar de Enfermería.

[…]

(VI) el error de hecho incidió en el fallo al negar este a la


demandante inicial el nexo laboral de carácter privado con la
FUNDACION SAN JUAN DE DIOS y por tanto desechar las
pretensiones de la demanda de orden económico, (VII) Igualmente
el error de hecho en la falta de apreciación de pruebas
documentales obrantes dentro del plenario, ostensible, evidente,
se presentó en el fallo acusado al no inferir de aquellas la
aplicación de normas convencionales dentro de las relaciones
sostenidas entre la demandante inicial y su empleadora, que le
serían ajenas o inaplicables de ser su condición la de una
empleada pública.

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Yerros que atribuye a la falta de apreciación de los


documentos de folios 16 a 20, 31 a 34, 41 y 42, 44 a 47, 67
a 77, 78, 113 a 130, 183 a 206, 207 a 213, 214 y 215, 232 a
278, 291 a 356, 357 a 383, 557 a 565, 733 a 837, 888 a 896,
960 a 962, 977 a 981, 1002, 1013, 1038, 1039, 1046, 1047,
1048, 1051, 1054, 1079, 1080, 1090, 1091, 1106, 1107,
1111 y 1112 del cuaderno principal.

En el desarrollo del cargo, transcribe la sentencia del


Tribunal e indica que las pruebas denunciadas muestran que
fue trabajadora particular, en tanto que se desarrolló una
actividad humana, libre e intelectual, que se ejecutó bajo la
subordinación de la FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS y
recibió una remuneración.

Por último, expresa que:

El error de hecho manifiesto en los autos, de parte del Tribunal, al


no dar por demostrado, estándolo que […], efectivamente se
vinculó a la Fundación San Juan de Dios en el Hospital San Juan
de Dios, a través de contrato de trabajo que tuvo vigencia desde el
5 de enero de 1992 al 11 de diciembre de 2000, que cumplió con
un horario de trabajo establecido, devengó un salario, solicitó y
obtuvo el goce de vacaciones anuales, que estuvo bajo la
subordinación de sus superiores inmediatos, que percibió
acreencias reconocidas convencionalmente (prima de antigüedad,
prima de vacaciones, prima de alimentación etc.), derivó en un fallo
confirmatorio de la sentencia de primer grado, al considerar que la
actora fue empleada pública, es decir, en la absolución de la parte
demandada, error que de no haber existido habría desembocado
en una sentencia revocatoria de la del juez a quo, en la que se
despacharían favorablemente las pretensiones de la demanda, al
contar con la prueba idónea y suficiente para demostrar la
condición de empleado particular de la demandante inicial.

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X. RÉPLICA

La FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS alega que los


medios probatorios no logran desvirtuar la condición de
empleado público, ya que, son de creación legal.

El DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA realiza las


mismas manifestaciones respecto de la acusación anterior.

LA NACIÓN MINISTERIO DE HACIENDA Y CRÉDITO


PÚBLICO precisa que el Tribunal apreció las pruebas
aportadas con la demanda dándoles el valor correspondiente,
solo que encontró que la relación fue legal y reglamentaria.

XI. CONSIDERACIONES

Para dar respuesta al reproche que se formula a la


sentencia de segundo grado, se debe decir que el esfuerzo de
la recurrente no conlleva a tener por acreditado un error,
menos con el carácter de manifiesto y protuberante, que
amerite casar el fallo de segundo grado, dado que en este se
determinó, con sustento en la sentencia del 8 de marzo de
2005, proferido por el Consejo de Estado, que los
trabajadores de la FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS, eran
empleados públicos; De allí, que para establecer su condición
de trabajadora oficial, era de su carga probar que sus
funciones estaban destinadas al mantenimiento de la planta
física o de servicios generales, tal como lo prevé el artículo 26
de la Ley 10 de 1990, situación que no se logra acreditar con
las pruebas y piezas procesales relacionadas en la acusación,

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Radicación n.°60595

ya que, al ocupar los cargos de ayudante de dietas diurnas,


de esterilización y niñera, es claro que no se ocupaba de las
mismas.

También, se destaca que la categoría laboral de los


trabajadores, es un aspecto eminentemente legal; de allí, que
sea inane mostrar que la vinculación fue con un contrato de
trabajo, que devengó un salario y tuvo vacaciones, pues las
partes no pueden variar, a su voluntad, la categoría laboral
asignada por la Constitución y la Ley.

Frente a lo anterior, en la sentencia de casación citada


al momento de resolver el cargo primero, se indicó:

Es pertinente recordar, que el Tribunal para confirmar la decisión


del juez, en esencia, estimó que por regla general los servidores de
los establecimientos públicos del orden departamental, son
empleados públicos y excepcionalmente, trabajadores oficiales,
pero que como en el presente caso no se demostró que María
Elizabeth Urrego Velásquez ejerciera funciones de mantenimiento
de la planta física hospitalaria o de servicios generales, no había
lugar a acceder a las pretensiones incoadas.

Teniendo en cuenta lo anterior, se advierte que en ningún yerro


fáctico evidente incurrió el juez plural, toda vez que en el proceso
no fue materia de controversia que la actora prestó sus servicios a
la entidad hospitalaria demandada como Auxiliar de Enfermería y
que la naturaleza jurídica de este es la de un establecimiento
público del nivel departamental.

En esa medida, tal y como también se advirtió en la sentencia


citada en el primer cargo (SL20013-2017, del 21 de nov. 2017, rad.
52141), se tiene que los errores de hecho propuestos, no tienen la
virtud de quebrantar la sentencia impugnada, puesto que la
categoría laboral de los trabajadores es un aspecto determinado
por el orden jurídico y, por tanto, ninguna relevancia tiene probar
que Urrego Velásquez se vinculó con un contrato de trabajo o se
benefició de la convención colectiva, ya que las partes no pueden
cambiar con su voluntad la categoría laboral que ha sido
determinada por la Constitución y la ley, o por los jueces al
momento de hacer practicable y eficaz la legalidad.

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Radicación n.°60595

De lo dicho se sigue, que la acusación no prospera.

XII. CARGO TERCERO

Manifiesta (f.° 52 a 60 del cuaderno de la Corte):

Acuso a la sentencia proferida por […], en el asunto de la


referencia, por la causal primera de casación (i) de ser violatoria
de la ley sustancial a que se refiere el artículo 87 del C.S.T. y S.S.,
modificado por el Decreto reglamentario 528 de 1964 en su artículo
60 numeral 10; (ii) por la vía indirecta; (iii) en la modalidad de falta
de aplicación de normas sustantivas; (iv) al incurrir en error de
derecho consistente en no tener como demostrada, estándolo, la
existencia de las Convenciones Colectivas de Trabajo celebradas
entre la FUNDACION SAN JUAN DE DIOS y el Sindicato de
Trabajadores de Hospitales, Clínicas, Sanatorios y Consultorios
de Bogotá y Cundinamarca "SINTRAHOSCLISAS", de los años
1980, 1982, 1984, 1986, 1988, 1990, 1992, 1994, 1996 y 1998,
con las debidas constancias de depósito ante el Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social dentro del término de ley; (v) prueba
documental solemne, cuya omisión en ser considerada, en relación
con normas de carácter procesal o adjetivo conformadas por las
siguientes disposiciones del C.P. T. y S.S.: Art. 14 numeral 3° (en
cuanto permite acompañar con el escrito de demanda pruebas
documentales que se tengan), Art. 25 numeral 9° (en cuanto
autoriza la petición en forma individualizada y concreta de los
medios de prueba), Art. 40 (en cuanto consagra el principio de
libertad para los actos del proceso), Art. 51 (en cuanto admite como
medios de prueba todos los establecidos en la ley), Art. 61 (en
cuanto le otorga al Juez la facultad de formar libremente su
convencimiento sobre los hechos aducidos en el proceso),
igualmente se consideran violadas las siguientes disposiciones del
C.P.C., aplicables a este cargo, en razón a lo dispuesto por el Art.
145 del C.P. T. y S.S. para los eventos de analogía: Art. 174 (en
cuanto consagra la obligatoriedad de que toda decisión judicial se
funde en pruebas regular y oportunamente allegadas al proceso),
Art. 175 (en cuanto establece los medios de prueba), Art. 177 (que
impone a las partes probar el supuesto de hecho de las normas
que invocan), Art. 187 (en cuanto ordena apreciar las pruebas en
conjunto), Art. 251 (que enumera los documentos), Art. 252 (que
define el documento autentico), Art. 253 (que determina la forma
de aportar los documentos), Art. 254 (que determina el valor
probatorio de las copias), Art. 258 (que determina la indivisibilidad
y alcance probatorio de los documentos), Art. 262 (que establece

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qué documentos se consideran públicos), Art. 264 (que establece


el alcance probatorio de los documentos públicos); por su parte el
error de derecho (vi) conllevó a la violación de normas sustantivas,
por falta de aplicación, contenidas en el Código Sustantivo del
Trabajo en la parte colectiva: Los Artículos 353, subrogado por la
Ley 50 de 1990 en su Art. 38, modificado por la ley 584 del 2000
en su art. 1°. Numeral 1° (el cual consagra el derecho de
asociación), Art. 354, subrogado por la Ley 50 de 1990 en su Art.
39 (que consagra la protección del derecho de asociación), Art. 373
numeral 3° (en cuanto consagra como función general de todo
Sindicato la de celebrar Convenciones Colectivas), Art. 374
numeral 3° (que faculta a los Sindicatos para presentar pliegos de
peticiones relativos a las condiciones de trabajo), Art. 467 (en
cuanto define a la Convención Colectiva de Trabajo), Art. 468 (en
cuanto establece el contenido de las Convenciones Colectivas de
Trabajo), Art. 469 (en cuanto establece la forma de toda convención
colectiva de trabajo,) Art. 470 (en cuanto estipula la aplicación de
la convención colectiva de trabajo), Art. 478 (en cuanto consagra
la prórroga automática de la vigencia de las convenciones
colectivas de trabajo); igualmente son normas violadas por la vía
indirecta la Ley 524 de 1999, en cuanto aprobó el Convenio No.
154 de la 0.I.T., sobre el fomento de la negociación colectiva y
lograr el reconocimiento efectivo del derecho de negociación
colectiva, en su reunión del día 19 de junio de 1981 realizado en
Ginebra; (vii) violación indirecta de la ley sustancial que tuvo
incidencia en la parte resolutiva de la sentencia al haber esta
confirmado el fallo de primera instancia que absolvió a la parte
pasiva de todas las pretensiones de la demanda y que conllevó
además a que en la sentencia acusada se negara aquellas
pretensiones a que se refiere el escrito de apelación interpuesto
por la demandante inicial.

Enlista, por su no apreciación, las convenciones


colectivas de trabajo de folios 582 a 587, 588 a 592, 593 a
598, 599 a 602, 603 a 607, 608 a 612, 613 a 619, 620 a 624,
633 a 644, 625 a 632 del cuaderno principal, así como la
certificación de folio 581 del mismo paginario, donde se dice
que la demandante es beneficiaria de esos acuerdos
extralegales.

En su sustentación, y de manera resumida, se queja


que al no tener en cuenta las convenciones colectivas de
trabajo depositadas en debida forma, así como su condición

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de afiliada al sindicato, se le desconocieron los derechos que


se lograron en esos acuerdos.

XIII. RÉPLICA

La FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS precisa que el


Tribunal no tuvo en cuenta las convenciones colectivas de
trabajo, porque concluyó que la demandante fue una
empelada pública.

El DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA hace las


mismas exposiciones indicadas en los cargos precedentes.

LA NACIÓN MINISTERIO DE HACIENDA Y CRÉDITO


PÚBLICO dice que era procedente la absolución de las
pretensiones de la demanda, ya que la actora siempre fue
empleada pública.

XIV. CONSIDERACIONES

Para dar respuesta al reproche que se hace a la


sentencia del Tribunal, suficiente es con señalar que éste no
cometió los dislates que le imputa la censura, ya que
concluyó que la accionante era empleada pública, con lo que
dio por sentado, en atención a esa situación, que los
acuerdos convencionales no le aplicaban.

Adicionalmente, la conclusión respecto a la vinculación


legal y reglamentaria de la demandante, no puede
desvirtuarse con las convenciones colectivas, menos con la

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afiliación al sindicato, en la medida que es la ley la que


determina esa condición y no la voluntad de las partes, tal
como se ha dicho, entre otras, en sentencia de casación CSJ
SL12688-2015, que transcribió la sentencia CSJ SL, 19 jul.
2011, rad. 46457, que a su vez memoró lo dicho en sentencia
CSJ SL, 25 ago. 2000, rad. 14146, en la que al respecto se
precisó:

Esta Sala de la Corte ha explicado que las normas que gobiernan


el régimen laboral de los trabajadores al servicio del Estado son
de orden público y, por lo tanto, de obligatorio cumplimiento, de
tal suerte que el régimen laboral a ellos aplicable es el que surja
de la ley, atendiendo los criterios de clasificación en ella
contenidos.

Por esa razón, ha explicado que no es dable pactar que a un


trabajador se le aplique todo un régimen laboral previsto en la ley,
para otro grupo de trabajadores, que no sea el que legalmente le
corresponde.

También ha explicado que el vínculo de un servidor con la


administración puede ser materia de modificaciones, pues la
calidad de empleado público o de trabajador oficial no constituye
un derecho adquirido.

Así se dijo en la sentencia del 25 de agosto de 2000, radicado


14146, en la que se trajo a colación el criterio expresado en
decisiones anteriores:

[…]

Aunque esos discernimientos jurisprudenciales fueron expuestos


en relación con el cambio de la calidad de trabajador oficial a la
de empleado público, el fundamento jurídico que los orienta
también hace que sean aplicables cuando se varía la calidad de
trabajador oficial a la de trabajador del sector particular, como
aquí acontece.

Las anteriores consideraciones bastan para concluir que los


cargos son infundados.

De acuerdo con la jurisprudencia transcrita, no le asiste razón al


censor al pretender, en últimas, que su calidad de trabajador
oficial sea establecida con base en lo dispuesto por las partes en
la cláusula sexta del contrato de trabajo, pues, como se vio, se
trata de un asunto cuya fuente está contenida en el ordenamiento

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jurídico colombiano de orden público y que no puede ser variada


con base en el desarrollo de la autonomía contractual de las
partes.

Es más, en la sentencia de casación relacionada en las


acusaciones anteriores, se precisó lo anterior.

Por lo visto, el cargo no prospera.

Las costas en el recurso extraordinario estarán a cargo


de la demandante y a favor de La FUNDACIÓN SAN JUAN DE
DIOS, El DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA y LA
NACIÓN MINISTERIO DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO.
Como agencias en derecho se fija la suma de $4.000.000 que
deberá incluir el Juez de primer grado en la liquidación que
realice conforme lo consagra el artículo 366 del Código
General del Proceso.

XV. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre
de la República y por autoridad de la ley, NO CASA la
sentencia dictada el veintinueve (29) de junio de dos mil doce
(2012), por la Sala Laboral del Tribunal superior del Distrito
Judicial de Bogotá, dentro del proceso ordinario laboral
seguido por SONIA YANETH BARRERO SANTIAGO contra
la FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS, LA NACIÓN –
MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL, EL
DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA, LA NACIÓN

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MINISTERIO DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO y LA


BENEFICENCIA DE CUNDINAMARCA.

Costas como se dijo en la parte motiva.

Cópiese, notifíquese, publíquese, cúmplase y


devuélvase el expediente al tribunal de origen.

SANTANDER RAFAEL BRITO CUADRADO

CECILIA MARGARITA DURÁN UJUETA

CARLOS ARTURO GUARÍN JURADO

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