Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Tromen Perretta
Email: thromenp@hotmail.com
N° de legajo: P-2777/4
1
1.- Introducción
En este trabajo nos proponemos analizar los presupuestos y alcances del nacionalismo
intelectual en los que creemos que hay que ubicar a Rojas para una mejor comprensión de su
la propia nacionalidad, razón por la que se ve obligado a elaborar una mitología y una poética
del origen. Luego de establecido ese marco, examinaremos algunas de las características más
salientes de este tipo de nacionalismo a diferencia de otros, buscando aquello que vemos
marcando las limitaciones que le impone el punto de partida conceptual que ha elegido.
Los años del primer centenario argentino se caracterizan por una reacción al
que constituyen uno de los principales cauces de la Modernidad. Al extremarse esta tendencia
racionalista, se empezaron a sentir los efectos negativos de darle rienda suelta al iluminismo.
ilustrado en las tierras del Plata, y de este modo se considera a la generación siguiente, la del
’37, como la correspondiente a nuestro romanticismo, lo cierto es que esta generación había
terminado en sus últimos años mucho más cerca del positivismo que del romanticismo.
de espíritu y ausencia de ideales. Así, en estos años sale a la luz un momento más
2
auténticamente romántico que el aparentemente romántico de mediados del siglo anterior. El
romanticismo europeo surge a principios del siglo XIX como una reacción a la Ilustración y
del republicanismo, el liberalismo y la ciencia moderna, esto es, de las consecuencias más
palpables de la Ilustración.
En este trabajo defenderemos que Ricardo Rojas encarna, él sí, la tendencia romántica
que retrocede ante algunas de las principales manifestaciones de la modernización del país,
vuelva a las naciones el resultado de un cálculo racional igual para todos los hombres y
formalmente equivalente para todos los lugares del mundo (puesto que todos los hombres son
implica sustituir el grupo humano concreto por una humanidad en abstracto”1. En contra de la
tradición, y es por eso que en esta corriente aparece la historia como la positividad productiva
Rojas es un romántico. Él mismo es explícito en este aspecto cuando declara que “se
1
Rojas, Ricardo, La restauración nacionalista, UNIPE: Editorial Universitaria, La Plata, 2010, p. 61.
2
Ibid.
3
necesidad de la que aquí habla Rojas se deriva de lo que él llama en ese libro
‘cosmopolitismo’ y que más tarde llamará ‘exotismo’. Como todo romántico, Rojas reacciona
alarmado por la pérdida de algo que considera valioso y que se encuentra avasallado por la
ser nacional, enajenación que tiene lugar principalmente por dos vías: la aceptación acrítica
de ideas foráneas por parte de los argentinos criollos y la inmigración de extranjeros que no
adoptan los ideales patrios; Rojas denuncia con respecto a lo primero un colonialismo
europeas.
La doctrina nacionalista por la que aboga Rojas es una metafísica del origen. Los
hombres tienen una patria en la medida en que se enraízan en lo que les es más propio y en el
No otra cosa sucede en el romanticismo europeo, allí la historia es vista en términos de caída
de una instancia de plenitud, por lo que el resultado tiende a ser visto como decadencia y este
del origen, o el retorno a él. Es por este motivo que el romanticismo se presenta muchas
máxima pobreza en comparación con un paraíso perdido. Piénsese en todas las novelas
en el lugar que ocupa la antigua Grecia para los pensadores y artistas alemanes del siglo XIX.
También en este aspecto debe considerarse que el romanticismo es una inversión del
4
pensamiento de las luces, puesto que para éste último el momento de mayor esplendor
histórico no está en el pasado sino en el futuro, los ilustrados no tienen dudas de que la
como completamente justificado frente al pasado, porque es el punto más alto alcanzado por
privativamente como una nada, como lo primitivo que hay que dejar atrás. Es justamente el
ataque a lo inicial los que despierta el malestar de los románticos, que ven en este dejar atrás
También Ricardo Rojas es un defensor y teórico del origen, al cual ve en riesgo. Por
el espíritu del pueblo argentino, cuya autoctonía se expresó en la revolución que nos dio la
independencia. La filosofía del progreso que domina a finales del siglo XIX y principios del
cultural. Por otro lado, también considera que la realización de las ideas de Alberdi acerca de
que aquí se aluden no son otra cosa que la vida que pierde o no desarrolla un enraizamiento y
que por lo tanto no es fiel al origen espiritual de la nación o al alma argentina. Rojas describe
la restauración nacional que él exige como la salvación del “fuerte espíritu nativo que nos
3
Ibid., p. 88.
4
Ibid., p. 89.
5
de nuestra nacionalidad, al espíritu nativo, como programa político que nos puede evitar el
Este es uno de los motivos fundamentales por los que Rojas reacciona contra el
desencantamiento del mundo llevado a cabo por el positivismo de finales del siglo XIX y
principios del XX: porque el origen, el espíritu nativo o el alma argentina no pueden ser
intelectual argentina. La incapacidad de la mera razón para capturar lo originario fue una de
las razones por las que el positivismo de todos los lugares y fechas se vuelca al sentimiento y
a la poesía: el origen no puede ser conocido positivamente, pero puede ser evocado
poéticamente. El que a nuestro juicio es su ensayo más importante y al que le prestamos más
atención, Blasón de plata, es todo él una mitología poética acerca del origen de la Argentina
y de la América, y muy especialmente del origen de los argentinos. Este escrito se abre con
cuenta de ello.’ Esta es la pregunta sarmientina a la que Rojas pretende dar respuesta,
justificándose en “[c]asi un cuarto de siglo […] sin que ningún argentino se adelantase para
contestarle”6, puesto que la cita proviene del último libro de Sarmiento, Conflicto y armonía
de las razas en América. Veremos que esta referencia a Sarmiento es decisiva, pues reaparece
continuamente como la gran autoridad, y hasta puede decirse que el proyecto de Rojas es
sarmientino de principio a fin, si bien Rojas es un discípulo rebelde. Pero la cita de Sarmiento
que aparece en dos libros tan decisivos es ella sola importante, porque en ella se resuelve la
pregunta por el nosotros, ‘¿quiénes somos nosotros?’ en la pregunta por el origen, y allí se
5
Ibid., p. 216.
6
Rojas, Ricardo, Obras de Ricardo Rojas, tomo I, Blasón de Plata, Librería La Facultad, Bs. As., 1922, p. 11.
6
dice que este origen traza también nuestras posibilidades últimas, el destino. El origen y el
destino de lo argentino aparecen ya, sin dudas, en Sarmiento, pero sólo medianamente se
puede decir que Sarmiento fuera un romántico. Sarmiento da por supuesta una teleología, la
cual, al no cumplirse, lo obliga a indagar acerca de nuestro origen, y como este origen es el
que impide la realización de ese télos, resulta de ello que el origen es fallido. En Sarmiento
hay una indagación por lo propio y por lo autóctono, pero siempre bajo la perspectiva de
perdido lo alarmante, y también aquí hay una teleología, pero aquí el destino coincide con el
olvidado ese comienzo; por supuesto, sin la continuidad del comienzo, no hay posibilidad de
la dicotomía sarmientina de civilización y barbarie, nuestro autor cree que ella no explica la
relación entre exotismo e indianismo “que designa la pugna o el acuerdo entre lo importado y
lo raizal”7. La metafísica del origen se desarrolla en una filosofía de la historia que explica la
totalidad de la historia, incluso, dice Rojas, “la que no se ha realizado todavía.”8 La ley de la
historia americana que Rojas afirma descubrir no sólo nos explica toda la continuidad de la
historia acontecida, sino también la que está por venir, porque el indianismo no sólo es origen
Rojas no es solamente un pensador, sino que antes incluso que eso es un poeta. El
Blasón de plata es, entre muchas cosas, una poética del indianismo. En ella se invoca el
7
Ibid., p. 174.
8
Ibid.
7
señalado nuestro autor la cercanía de la historia con la poesía épica, la disciplina de la historia
También en su ensayo principal el tema a tratar es declarado desde el prólogo mismo como
una evocación de las diferentes mitologías que han brotado de la tierra americana, y si en el
capítulo X11 se mencionan las hipótesis científicas más actuales acerca del origen de los
indios en América, es sólo para terminar coincidiendo con las diferentes mitologías acerca de
este mismo tema, tanto autóctonas como europeas: así como los indígenas recuerdan la
llegada de hombres del mar, así como los europeos fabularon la proveniencia cristiana o judía
de los indios, la ciencia viene a corroborar que las diferentes etnias locales son el resultado de
porque el origen de lo nacional no puede ser captado por la mera razón ni por las ciencias
positivas. Esto no es una objeción contra las ciencias ni contra el espíritu del progreso pero sí
una muestra de sus limitaciones. Como ya hemos dicho, la pregunta por quiénes somos se
plantea en términos del origen o de la proveniencia esencial. Esto no puede ser capturado por
la razón porque es una condición transcendental de nuestro propio ser, pero puede ser
instituido poéticamente.
A los ojos de Rojas, así como de muchos de sus contemporáneos, la Nación Argentina
caso de una amenaza bélica, sino desde algo interior, o más exactamente, por la ausencia o
falta de algo interior, del principio metafísico que mantiene unidas las diversas partes del
cuerpo común, esto es, el alma argentina. La situación spiritual es tal que enfrentamos la
9
Rojas, Ricardo, La restauración nacionalista, op. cit., pp. 49 ss.
10
Rojas, Ricardo, Obras de Ricardo Rojas, tomo I, Blasón de Plata, op. cit., pp. 9 y 13.
11
Ibid., pp. 90-98.
12
Rojas, Ricardo, La restauración nacionalista, op. cit., p. 211.
8
posibilidad de una Argentina sin alma, en la cual se pierda la búsqueda del bien común en
beneficio de los intereses individuales, del egoísmo y del materialismo. En tal caso, los
argentinos del presente (esto es, del centenario) se dividen entre quienes “quieren el progreso
a cosata de la civilización, (…) los que aceptan que la raza sucumba entregada en pacífica
esclavitud al extranjero” por un lado, “y los que queremos el progreso con un contenido de
civilización propia, que no se elabora sino en sustancia tradicional.”13 En breve veremos qué
región. ¿Significa esto que el exotismo es una fuerza destructora, una suerte de anti-
fe en su indestructibilidad, son vanos los intentos de destruir el alma argentina14. Pero si esa
en los argentinos en la medida en que estos tienen consciencia nacional, y esta consciencia
puede no desarrollarse o perderse. “Cuéntanse los enemigos de esa vieja raza argentina (…)
entre los mismos hombres de afuera, que han venido a pedir su hospitalidad; o entre sus
unos llegan a la Argentina y no desarrollan una consciencia nacional, los otros se deshacen de
ella y adoptan ideas universales y sin patria. Ambos son manifestaciones de la Argentina que
13
Ibid., pp. 87-88.
14
Rojas, Ricardo, Obras de Ricardo Rojas, tomo I, Blasón de Plata, op. cit., p. 252.
15
Ibid., p. 246.
9
se pone en marcha bajo la filosofía del progreso, para ser más claros, los primeros son la base
social y los segundos son la élite de la Argentina progresista de finales de siglo XIX y
está planteando uno de los problemas más importantes de principios del siglo en Occidente, a
responde al indianismo. La gran amenaza que ve cernirse sobre nuestra patria no es la del
progreso, contra el cual no tiene grandes objeciones, sino el que el progreso se desligue de los
Si de entre los enemigos del indianismo se señalan fuertemente a los inmigrantes que
16
Rojas, Ricardo, La restauración nacionalista, op. cit., p. 74.
10
a costa de volverse xenófobas y autoritarias, y es cierto que en años inmediatamente
embargo, no es el caso de Rojas. Si bien es verdad que él fue un fuerte crítico de las ideas
pertenece un credo democrático. Asimismo, ya hemos dicho que su propuesta exige una
fidelidad al comienzo nacional, a la Revolución de Mayo, por lo que Rojas considera que la
igualdad de todos los hombres es un producto del lento trabajo del espíritu indiano que salió a
Blasón de plata, esta referencia vuelve a aparecer cuando rechaza la validez de la alternativa
civilización (notoriamente, esta asimilación tenía una de sus vías principales en la educación,
lo que se repite en Rojas, pero cambia el tipo de educación), con el paso de los años y la
experiencia de la política concreta, esa esperanza se va apagando. En sus últimos escritos esa
de lado los rasgos bio-raciales, Rojas también se empeña en una indagación acerca de la raza,
considerados positivamente.
17
Rojas, Ricardo, Obras de Ricardo Rojas, tomo I, Blasón de Plata, op. cit., pp. 173-174.
11
La raza a la que Rojas dedica su atención es la del criollo, que es, ya se sabe,
espíritu, siendo la primera la del indio. El indio es ancestro del criollo, si no necesariamente
por la sangre, lo es por ser el antecedente que formó antes el mismo espíritu. El indio y el
criollo son fundamentalmente semejantes porque ambos son el efecto del espíritu indiano que
se manifiesta como emoción del territorio, como sentimiento mítico que proviene de la tierra.
Cabe preguntarse, entonces, qué pasa con los inmigrantes, que ponen en peligro la
Decimos que, como Sarmiento, Rojas retrocede a los orígenes de la estirpe para decir
algo acerca del presente. Estos orígenes son fundamentalmente dos, el indio y el español. En
su ensayo más importante acerca de estética, llama a la síntesis del exotismo y del indianismo
‘Eurindia’, la cual constituiría “una cultura nacional como fuente de una civilización
nacional”18. Esta es, para bien y para mal, una de las principales innovaciones de Rojas, la
afirmación de una esencia nacional que sin embargo no está completamente dada de una vez
y para siempre, sino que va incorporando novedades históricas. Esto no significa exactamente
que el alma argentina o americana cambie, porque lo que en realidad hace es determinarse,
los dos principios están contrapuestos y en duelo a muerte. Más aún, la inclusión de lo otro es
18
Rojas, Ricardo, Obras de Ricardo Rojas, tomo V, Eurindia. Ensayo de estética fundado en la experiencia
histórica de las culturas americanas, Librería La Facultad, Bs. As., 1924, p. 20.
12
fundamentalmente pacífica en Rojas, a tal punto lo es que frecuentemente da la impresión de
estar suavizando la historia y escondiendo el conflicto. Pero Rojas puede hacerlo porque
desde un primer momento su objetivo es dar una imagen mítica de nuestro origen. La historia
Rojas, por el contrario, la tiene positiva y denuncia el “prejuicio caucásico acerca de los
indios y el error patriótico acerca de los españoles”19. El doble desprestigio del origen no
puede resultar sino en una autoevaluación negativa, que es en efecto la que resulta de la
filosofía del progreso en nuestras tierras. Sin embargo, en términos de Rojas, el desprestigio y
sus relaciones entre sí. Al analizar la primera encarnación del indianismo en América, esto es,
los habitantes precolombinos, Rojas se detiene principalmente en los incas. A ellos les
atribuye “la misión de unificar todos los pueblos de las Indias, en la comunidad de un
gobierno, de una religión y un idioma.”20 Ahora bien, mientras que la unificación de los
pueblos de las Indias no podía hacerse más que mediante una acción imperial, y así fue
efectivamente en el caso de los incas que nuestro autor exalta, Rojas borra completamente la
territorios que hoy son argentinos por parte de los incas, la llegada de los enviados del
imperio es descripta así: “Los Incas traían a las tierras conquistadas sus caminos, sus puentes,
19
Rojas, Ricardo, Obras de Ricardo Rojas, tomo I, Blasón de Plata, op. cit., p. 235.
20
Rojas, Ricardo, Obras de Ricardo Rojas, tomo I, Blasón de Plata, op. cit., p. 65.
13
sus siembras, sus telares, sus armas y sus leyes protectoras.”21 Rojas provee de las razones
por las que “los sencillos calchaquíes” estarían interesados en acoplarse e incorporarse a la
unidad territorial incaica. Y así, reconstruye a modo de leyenda “la favorable respuesta y el
augurio feliz ante los jefes emocionados de la tribu.”22 El interés fundamental de nuestro
sobre todo mostrar que estos pueden aceptar la soberanía del país al que pasan a formar parte
y adoptar la consciencia que es propia de ese país. Es así que elogia la decisión de los
calchaquíes de convertir a sus dioses en dioses menores bajo la primacía del dios Inti, y la
decisión de acatar al Inca sin disolver los casicazgos locales. Es por eso que luego se
reconstruye con todo lirismo la escena en que se completó “este acto de vasallaje”23 de modo
totalmente pacífico, por la voluntad libre de los mismos que se convirtieron en vasallos y para
El relato acerca del origen que estructura su pensamiento le exige a Rojas proyectar en
el indianismo (el cual es el origen) aquello que pretende ver realizado en el futuro inmediato,
es por este motivo que tiene que postular la incorporación pacífica de los pueblos de las
Sin embargo, el indio es sólo una primera versión o encarnación del indianismo. Rojas
construye una figura mítica del indio en la cual éste pertenece fundamentalmente al pasado,
no es un problema actual. Es casi como si el indio fuera un espejo para que podamos observar
lo que fuimos, como una figura ya pretérita del espíritu de la tierra. Los naturales están
21
Ibid., p. 66.
22
Ibid.
23
Ibid., p. 69.
14
muertos y prácticamente no tienen historia cierta ni monumentos24. Es así que el indianismo
necesitó formar un nuevo tipo o una nueva estirpe, cuya irrupción sucedió en las revoluciones
precolombinos, eso habría sido “una restauración regresiva, en nombre del principio incaico,
espiritual justifica el presente y marca una dirección hacia el futuro, pero todo eso al costo de
darle al indio un lugar ya superado. A tal punto está justificada la supresión de los pueblos
indígenas que Rojas la pone en boca de ellos, y más aún, de sus principales profecías y en la
sabiduría de sus reyes. El capítulo XIII de Blasón de plata es una explicación de la aceptación
del destino final de esta primera encarnación del indianismo. La destrucción de la dominación
precolombina en esta tierra había sido profetizada en el himno del rey Nezahualcoyotl26 y
esta verdad era compartida por el inca Huayna Capac27. Así, la extinción no es algo que les
vino desde afuera, no fue producto de la violencia y de ningún modo se puede culpar a los
conquistadores, sino que era un destino trágico, anunciado y asumido como lo más propio.
No son sólo las relaciones entre diferentes pueblos indígenas las que se vuelven
míticamente pacíficas y no sólo son sus conquistas las que se vuelven incorporaciones
voluntarias de los conquistados. Exactamente lo mismo sucede con las relaciones entre indios
y españoles. Ya hemos dicho que, Rojas construye unos indios sapientes de su extinción
inminente como un destino trágico, no se trata de una violencia que se ejerce desde afuera,
24
Ibid., p. 72.
25
Ibid., p. 186.
26
Ibid., p. 114.
27
Ibid., pp. 116-117.
15
exploradores españoles, desde Colón mismo, y es también la de la conquista realizada en lo
que ahora es Argentina. Hay dos caracteres que Rojas le atribuye una y otra vez a los indios,
sin dudas porque son dos virtudes que también es necesario ensalzar en la Argentina del
como si de dioses amigos se tratara, dice nuestro pensador, y así describe el primer momento
de acoplamiento de las tierras americanas al dominio español: “En medio de aquel pacífico y
no habrían sido los que forzaron la conquista, porque fueron los indios los que desde un
primer momento “se adelantaron a recibir al extranjero, con los brazos abiertos como la cruz
de amor que él mismo alzaba en los aires.”29 Rojas reconstruye poéticamente el modo en que
los locales reaccionaron ante la llegada de los exploradores de las carabelas en términos de
Sin dudas Rojas necesita establecer de este modo el primer contacto entre ambas razas
porque es preciso borrar del origen la violencia atribuida a ambos lados. En una continuación
extrema de la inversión de las tesis de Sarmiento, Rojas sostiene que la violencia no es lo que
caracteriza a nuestro ser en común porque no es lo que caracteriza a nuestro origen. Rojas y
Sarmiento coinciden en que lo que hay en el origen es determinante para definir quiénes
somos y cuál es nuestro destino, pero difieren en la caracterización del origen y por lo tanto
conflicto insalvable y a muerte de dos estirpes violentas, sino que es el lugar de fusión
pacífica de dos (o posiblemente más) razas generosas, fusión que da lugar a una nueva
estirpe, la criolla.
28
Ibid., p. 101.
29
Ibis., p. 102.
30
Ibid., pp. 103 y 104 respectivamente.
16
También en estas latitudes de la América la conquista tuvo lugar como fusión pacífica
del espíritu indiano que, si era conquistado militar y políticamente, era conquistador espiritual
y racialmente. “Los exploradores que después del descubrimiento llegaron al Río de la Plata,
encontraron la mismo hospitalidad que en las Antillas”31, dice el poeta y pensador. En este
capítulo XII de la obra que nos interesa, Rojas insiste una y otra vez en que los indios que
aquí habitaban eran fundamentalmente generosos y abiertos con el extranjero, destacando que
estos les proveyeron a los españoles “las vituallas e informes necesarios para avanzar en la
exploración.”32 Aquí, en el Río de la Plata, lo mismo que en el resto del Nuevo Mundo, los
indígenas eran en su gran mayoría pacíficos y estaban dispuestos a ayudar a los europeos que
llegaban también en paz. Sin dudas esta apertura y fraternidad que Rojas describe histórico-
La minimización del conflicto también tiene lugar en esta parte del continente, pues
Rojas niega todo el carácter belicoso atribuido a los indios e incluso da razones que lo
justifican cuando no es posible negarlo. La violencia, en este relato, fue excepcional y “siguió
siempre a los tributos injustos, a los vejámenes de que era víctima la tribu inferior a manos
del extranjero armado.”33 Incluso el hecho de violencia más famoso de los indígenas hacia los
españoles, la muerte de Solís a manos de los charrúas, es planteado como una excepción. Los
charrúas eran una de las pocas tribus hostiles, la emboscada no se repitió, y además la ocasión
Plata, la belicosidad de los autóctonos contra los invasores no puede ser una mácula de
31
Ibid., p. 106.
32
Ibid., p. 109.
33
Ibid., p. 106.
34
Ibid., p. 107.
17
vergüenza para los primeros, pues fue siempre defensiva, ellos aceptaron mansamente el
yugo pero se vieron obligados a hacer la guerra en defensa de la libertad, la tierra, la justicia o
manos del extranjero es una virtud, de la que se deriva el patriotismo y nacionalismo que
Rojas pregona. El nacionalismo nace del sentimiento del territorio, y la defensa de la tierra35
es lo primero que requiere, esto es algo que heredamos de los antecesores indianos. En pocas
palabras, en todas partes del territorio del Plata “todos se sublevaron más tarde, como lo
habían hecho los querandíes de Buenos Aires, cuando el blanco les resultó un opresor.”36 Por
lo demás, los indígenas del territorio del Plata participan de la solidaridad social que nos dicta
sorprendernos.”37
no hay una antítesis del origen, ¿qué hay? La respuesta de Rojas es el mestizaje guiado por el
cauce subterráneo del indianismo. El indianismo es el principio que explica el alma argentina,
es su esencia, pero no es una esencia cerrada e inmutable, que necesite exteriorizarse en una
indiano no expulsa sino que incorpora las sucesivas exterioridades culturales que se le
colocan delante. La relación de unos indígenas con otros es la de asimilación en una cultura y
en una unidad territorial (el imperio incaico, por ejemplo), y la relación de los habitantes
35
Ibid., p. 108 Por ejemplo el “movimiento del río natal y de la raza”.
36
Ibid., p. 110.
37
Ibid., p. 111.
18
fusión en un nuevo tipo de indianismo. El indianismo, según esta lógica, es “el origen y
despliegue y concatenación. Así es también como hay que entender el movimiento presente y
futuro de la historia en estas tierras, y del mismo modo que el espíritu indiano, emanado del
territorio mismo y de su sentimiento, logra fusionar las razas en un tipo autóctono y en unos
ideales autóctonos, lo mismo hay que esperar de y para los inmigrantes de principios de siglo.
supuesto, esto no quita que haya una alarma por este asunto, y por momentos el ensayista
parece decir que tenemos que actuar ya o nos veremos ante la pérdida de nuestros caracteres
y costumbres más propias, pero el tenor general de su obra prima la idea de que la
subterránea, o más exactamente, una necesidad territorial. “Esta lenta infiltración europea
podría impurificar pero no destruir al hombre americano, (…) puesto que tiene éste en su
las leyes políticas de la sociedad que gobierna y las disciplinas intelectuales de la educación
que dirige.”39
El tipo criollo, encarnación del indianismo, sucesor del indio, no se pierde, sino que se
enriquece con cada nueva incorporación. Así, el criollo es heredero de las virtudes del indio y
del español40, a saber, la capacidad para el arraigo de una civilización americana del primero
y, del segundo, la comprensión de las ideas universales y la práctica del progreso, de modo
tal que las dos razas no antagonizan sino que se complementan en la nueva raza en la que se
38
Ibid., p. 237.
39
Ibid., pp. 242-243.
40
Ibid., p. 238.
19
funden. El exotismo no altera al indianismo, sino que, al ser absorbido, el indianismo se
vuelve más concreto y más determinado; el exotismo gana, por su parte, la supervivencia en
un marco más amplio y en una realidad concreta que él mismo sería incapaz de llevar a cabo.
De allí se explica la exigencia que hace en el pasaje que ya hemos citado de Eurindia, y que
cosmopolita. Queremos una cultura nacional como fuente de una civilización nacional”41.
Esta frase sería escandalosa para Sarmiento, y la referencia a él es clara. Bárbaros no son para
Rojas los incultos sino que retoma su sentido romano, en el cual los bárbaros son los
extranjeros42, de modo que la barbarie aquí rechazada no es otra cosa que el exotismo. El
perfeccionarse en la medida que incluye en sí a lo otro de sí, pero siempre con la condición
4.- Conclusiones
Hemos repasado primero cuáles son las elecciones conceptuales que hace Rojas para
elaborar su doctrina nacionalista y los motivos que aduce. Rojas se nos muestra como un
avance del cosmopolitismo que implicó la modernización nacional. Frente a ello, Rojas
recurre a la pregunta sarmientina acerca de los orígenes de lo propio. Vimos que una y otra
vez Rojas construye su doctrina en referencia a Sarmiento pero invirtiendo sus valoraciones.
La pregunta por el origen es posible solamente para el tipo de pensamiento romántico que
41
Rojas, Ricardo, Obras de Ricardo Rojas, tomo V, Eurindia. Ensayo de estética fundado en la experiencia
histórica de las culturas americanas, op. cit., p. 20.
42
Rojas, Ricardo, Obras de Ricardo Rojas, tomo I, Blasón de Plata, op. cit., p. 174.
20
Rojas elabora y hace necesaria una centralidad de la historia, pero esta historia conecta con la
más que por esos modos de lenguaje. Rojas elabora entonces una mitología del origen, el cual
se vuelve también destino, por lo que esta mitología del origen tiene una repercusión directa
Rojas más le preocupaba, el de la argentinidad o falta de ella de los inmigrantes pero también
de la élite extranjerizada. Rojas aboga por la posibilidad de argentinizar a unos y a otros, pero
para hacer manifiesta esta posibilidad, Rojas tiene que proyectar en el origen lo que debe ser
estirpe argentina, así como la fusión pacífica en una comunidad que, mediante el sentimiento
nacionalismo que se conocieron en este país, particularidad que a nosotros nos parece una
ventaja, a saber, que es de credo democrático y no xenófoba, abierta a las diferentes formas
de otredad. Sin embargo, esto tiene un costo, Rojas se ve impulsado a proyectar en el pasado
una forma pacífica de asimilación y fusión que borra los conflictos y la violencia que esa
incorporación requirió. La doctrina nacionalista del autor que hemos analizado encuentra sus
límites cuando se ve forzada a suponer una imagen idílica de las relaciones que entablaron los
diferentes grupos que se encontraron en las tierras del Plata, siendo este encuentro más
21
Bibliografía:
Plata, 2010.
22