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Actividad 2.

Ensayo

Magda Lorena Serrano Barrera

Universidad de Santander

Especialización en aplicación de TIC para la enseñanza

Pedagogía y TIC

2019
Introducción

La forma de adquirir el conocimiento varía de acuerdo al contexto en que se

desarrolla el ser humano. Con los avances tecnológicos la autonomía para decidir qué

aprender, cómo aprenderlo y dónde aprenderlo es prácticamente inherente a cada

persona y constituye lo que se conoce como sociedades del conocimiento. Asimismo,

el uso de herramientas tecnológicas en el aula de clase facilita el proceso de

aprendizaje de los estudiantes, es decir, sirve como estrategia didáctica y pedagógica.

Este documento presenta un ensayo relacionado con las sociedades del

conocimiento, en el cual se busca dar respuesta a tres interrogantes: ¿El concepto de

la sociedad del conocimiento es pertinente en la educación colombiana?, ¿existe una

clara incorporación de estas tendencias en el que hacer educativo donde el autor se

desempeña? y ¿se cuenta con la potencialización y estímulo de las instituciones

educativas y las entidades rectoras de la educación en la región-país, para el desarrollo

de las competencias de un docente en el marco de la educación con tecnología

educativa?.
De la educación hacia la sociedad del conocimiento

Desde inicios de la historia, el hombre ha buscado adquirir el conocimiento a partir

de la experiencia, pero ¿a qué se le llama conocimiento? De acuerdo con Pérez 2008,

el conocimiento es un conjunto de información almacenada mediante la experiencia o

el aprendizaje (a posteriori), o a través de la introspección (a priori).

Lo anterior conlleva a pensar que el hombre es libre de elegir qué aprender,

cómo aprenderlo y el momento idóneo para adquirir el conocimiento, sin embargo, de

acuerdo con la UNESCO “el conocimiento se ha convertido en objeto de inmensos

desafíos económicos, políticos, culturales, hasta el punto que las sociedades cuyos

contornos empezamos a vislumbrar pueden calificarse de sociedades del

conocimiento” (UNESCO, 2005).

Ahora bien, la UNESCO define una sociedad del conocimiento como aquella que se

nutre de sus diversidades y capacidades y que debe garantizar el aprovechamiento

compartido del saber cuyo elemento central es la capacidad para identificar, producir,

tratar, transformar, difundir y utilizar la información con vistas a crear y aplicar los

conocimientos necesarios el desarrollo humano (UNESCO, 2005). En otras palabras y

aplicado al contexto escolar “una sociedad del conocimiento busca ofrecer

herramientas necesarias para que sea el alumno quien aprenda a gestionar la

información cuando quiera, con quien quiera y desde donde quiera” (Parra, 2013).
En razón a lo anterior, es preciso preguntar: ¿El concepto de la sociedad del

conocimiento es pertinente en la educación colombiana? En mi opinión, no. Colombia

es un país en el que lamentablemente la falta de recursos, de trabajo en equipo, de

motivación por la investigación e innovación, obliga a la mayoría de las personas a

enfocarse en el cómo sobrevivir el día a día y no en educar para mejorar la calidad de

vida. No obstante, el gobierno invierte muy poco en educación y quizá la principal razón

es que no le es conveniente tener un país con pensamiento crítico y con personas

dignas de elegir a sus gobernantes, sino por el contrario que sigan los mismos

corruptos en el poder malgastando lo que por derecho le corresponde a los

ciudadanos.

En este sentido, el desarrollo de las sociedades del conocimiento debe estar de

la mano con la calidad en la educación, tal como lo menciona Abadala 2018, el sentido

de la educación es educar para transformar y transformarnos dentro de una estructura

social y cultural dinámicas.

De acuerdo con Zabala 2019, la incorporación de tecnología en los procesos

educativos debe ser concebida de una forma crítica y reflexiva, entendiendo que la

herramienta debe permitir facilitar el proceso y no entorpecerlo ni generar traumatismos

en su ejecución.

Una sociedad del conocimiento hace hincapié en tres tendencias fundamentales:

libertad de expresión, libertad de investigación científica y de creación (UNESCO,


2005). En este contexto, ¿Existe una clara incorporación de estas tendencias en el que

hacer educativo donde el autor se desempeña?

En mi opinión no, la falta de recursos y de disponibilidad por parte de la comunidad

educativa en la Institución en la cual laboro arremeten contra los intentos por incorporar

dichas tendencias. Quizá si en los planes de área de cada asignatura se consagrara la

implementación de las tecnologías educativas en el aula, se capacitara al personal

docente en el manejo y uso de las tecnologías de la información y comunicación, se

estimulara el interés por la investigación, se hiciera hincapié en el desarrollo de

habilidades y competencias de los estudiantes y se implementara una autonomía

institucional contextualizada, el panorama sería distinto.

Ahora bien, no en todos los sectores educativos del país ocurre lo mismo. De

acuerdo con el Ministerio de Educación Nacional, Colombia ha logrado grandes

avances en educación tecnológica, lo cual contribuye notoriamente en la formación

tanto de estudiantes como de docentes. Así mismo se han implementado estrategias y

programas como la Jornada Única, la excelencia docente y el mejoramiento a la calidad

educativa, donde las TIC hacen parte fundamental (Ministerio de Educación Nacional,

2015).

En este sentido, son evidentes los esfuerzos del Ministerio de Educación Nacional y

del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones por alcanzar sus


objetivos en tecnologías de la educación, sin embargo, es una tarea ardua y quizá

difícil de lograr debido a la falta de recursos y a la cultura del país.

Un factor determinante en una sociedad del conocimiento es el cómo se logra

culturizar en el uso de las tecnologías de la educación en los procesos de enseñanza –

aprendizaje, en este punto es preciso preguntar: ¿Se cuenta con la potencialización y

estímulo de las instituciones educativas y las entidades rectoras de la educación en la

región-país, para el desarrollo de las competencias de un docente en el marco de la

educación con Tecnología Educativa?

En respuesta a lo anterior, quizá en algunas Instituciones educativas donde se

dispone de recursos y existe un fuerte compromiso con el desarrollo tecnológico unido

a los procesos de aprendizaje, sí, pero en el caso particular de la Institución en la que

laboro, no. Infortunadamente, la falta de gestión por parte del área administrativa para

que se capacite al personal docente en tecnologías de la educación, y la falta de

disponibilidad, interés y motivación de los mismos docentes en hacer uso de las

tecnologías de educación, entorpecen el desarrollo de sus competencias en el marco

de la tecnología educativa.

Adicional a lo anterior, no sólo se trata de recibir una vez o esporádicamente las

respectivas capacitaciones, el desarrollo tecnológico crece de forma acelerada, lo que

implica una constante actualización en las tecnologías de educación. Adicionalmente,

la Institución renueva el personal provisional, lo que hace necesario capacitar


continuamente a los docentes o en su debido caso también capacitar al docente como

agente multiplicador de la información, y a decir verdad, en Colombia los docentes no

estamos capacitados para compartir el conocimiento.

De manera general, en un país donde el individualismo, la falta de recursos y de

interés por la investigación y la innovación prevalecen, es difícil generar una cultura con

capital humano fortalecido en educación y más aún, formar parte de las llamadas

sociedades del conocimiento, las cuales no sólo requieren de una tecnología de

educación sino también de personas autónomas, capaces de arriesgarse, dispuestas a

aprender y con un espíritu emprendedor.

Si bien en Colombia no alcanzamos a hacer parte de dichas sociedades, lo que

podemos ser como docentes es agentes transformadores desde el saber, el conocer, el

hacer y el emprender.

Es importante reconocer que con el desarrollo tecnológico se han venido

abriendo diferentes escenarios y espacios para la difusión del conocimiento, asimismo

se fomenta la exploración de estrategias para dinamizar los procesos de enseñanza –

aprendizaje, lo que contribuye con el desarrollo de competencias y habilidades que

exige una sociedad del conocimiento. No obstante, la incorporación de las TICs en el

aula como herramientas lúdicas y pedagógicas facilita la adquisición del conocimiento,

sin embargo un mal uso de éstas conlleva a la pérdida de curiosidad y capacidad de

asombro en los estudiantes.


Bibliografía

Abdala, A. (2013). De la sociedad del conocimiento a la sociedad del riesgo.

Sophia. pp.196-212. Recuperado de: http://www.scielo.org.co/pdf/sph/n9/n9a15.pdf

Ministerio de Educación Nacional. (2015). Innovación y tecnología educativa. (pp.

458-467). Recuperado de:

https://aprende.colombiaaprende.edu.co/ckfinder/userfiles/files/02_MINEDU_Informe%

202016_Innovacion_V02.pdf

Parra, A. (2013). Ensayo. Sociedad del conocimiento: Herramienta de

competitividad en el comercio internacional. Recuperado de:

https://repository.unimilitar.edu.co/bitstream/handle/10654/10501/ParraMarinPaolaAndr

ea2012.pdf;jsessionid=A0E785CE13261544FDAD1FC8518036B3?sequence=1

Pérez, J. (2008). Definición.de. Conocimiento. Recuperado de:

https://definicion.de/conocimiento/

UNESCO. (2005). Hacia las sociedades del conocimiento. Organización de las

Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. pp. 1-244.

Zabala. S. (2019). Universidad de Santander (UDES), Libro electrónico

multimedial. Tecnología educativa. Bucaramanga, Colombia. Capítulo 1. pp.1-47.


Recuperado de: http://aulavirtual-

eew.cvudes.edu.co/publico/lems/L.000.012.EATE/Documentos/cap1/Capitulo_Complet

o.pdf

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