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Asignatura:

Derecho político y constitucional

Escuela
Educación mención ciencias sociales

Presentado por:
David Hernández

Matricula:
14 – 2016

Facilitador:
EUGENIO ALMONTE MARTINEZ

Fecha de entrega:
Domingo, 17 de marzo
Introducción

El Tribunal Constitucional (conocido también por sus siglas como TC) es un tribunal
supremo de la República Dominicana. Fue creado a raíz de la constitución dominicana de
2010. Su misión es garantizar la supremacía de la Constitución, la defensa del orden
constitucional y la protección de los derechos fundamentales. El Tribunal Constitucional
fue concebido por la Constitución como el órgano supremo de interpretación y control de la
constitucionalidad.
Para poder dar cumplimiento a las atribuciones conferidas expresamente por la
Constitución y la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional y los Procedimientos
Constitucionales, núm. 137-11, el Tribunal Constitucional dicta decisiones que son
definitivas e irrevocables, que constituyen precedentes vinculantes para los poderes
públicos y todos los órganos del Estado. El tribunal Constitucional es autónomo e
independiente de los demás poderes públicos y órganos del Estado y posee autonomía
administrativa y presupuestaria. En este trabajo no solo se dará a conocer el tribunal
constitucional, sino su composición y funciones, diferencias entre el control difuso y
concentrado, conflictos de competencias entre poderes públicos .Entre otros.
1- Elabora un esquema acerca de la composición y funciones del Tribunal
Constitucional dominicano.
2-Elabora un cuadro comparativo donde destaque las diferencias entre el
control difuso y el control concentrado.

Control concentrado Control difuso


QUÉ ES EL CONTROL CONCENTRADO? ¿QUÉ ES EL CONTROL DIFUSO?
Nuestros Tribunales Colegiados de Es el que “ejercen el resto de los
Circuito, han considerado que Jueces del país, en los procesos
“tratándose del control ordinarios se constriñe a dilucidar
concentrado que reside en los el conflicto con base en los hechos,
órganos del Poder Judicial de la argumentaciones, pruebas y
Federación con las vías directas de alegatos de las partes, dando
control -acciones de cumplimiento a las garantías de
inconstitucionalidad, controversias audiencia, legalidad, debido
constitucionales y amparo directo e proceso y acceso a la impartición de
indirecto-, la pretensión elevada justicia.”
ante sus juzgadores es
eminentemente constitucional,
pues la finalidad de dichos
procedimientos estriba en dilucidar
si conforme al planteamiento
jurídico que le es propuesto, la
actuación de una autoridad o el
contenido de un precepto se ajusta
o no con las disposiciones que
consagra la Carta Magna, en aras
de la preservación del principio de
supremacía constitucional.”
3- Elabora un análisis en no más de dos hojas sobre los conflictos de
competencias entre poderes públicos.

La ley 137-11 otorga atribuciones al Tribunal Constitucional para resolver los


conflictos de competencia. En una sentencia mediante la cual decide una acción
de esa naturaleza, el TC explica que el objeto consiste en la controversia por la
titularidad de la competencia que le asigna la Constitución a los órganos o
personas de derecho público, ya sea por la jerarquía, la territorialidad o las
funciones.

El TC abordó la naturaleza de esa clase de diferendos y asentó su criterio sobre


el alcance de los artículos 185-3 de la Constitución, y 59 de la ley 137-11 que le
confiere esas prerrogativas.

Conforme al TC, estos conflictos se producen cuando existe una disputa por
atribución de las mismas facultades entre poderes públicos entre sí; entre
poderes públicos y órganos constitucionales, entidades descentralizadas y
autónomas, municipios u otras personas de derecho público; o cualquiera de
estas entre sí, a instancia de sus titulares.

Ante esos casos, se está en presencia de conflictos de competencia positivos.


Y cuando dos o más entidades constitucionales se niegan a asumir una
competencia o atribución constitucional se está en presencia de un conflicto
negativo.

Para que se configure un conflicto de competencia constitucional, los jueces


identifican 4 requisitos:
1) Que exista una disputa entre órganos constitucionales u otras personas de
derecho público por las atribuciones competenciales.

2) Que las competencias en disputa estén asignadas en la Constitución.

3) que el conflicto se inicie a instancia del titular del órgano que invoca el
conflicto.
4) Que el titular esté legitimado por la norma que establece el mecanismo de su
elección, nombramiento o designación”.
4- Elabora un informe de lectura de no más de tres páginas acerca del siguiente
tópico:

Efectos de las sentencias del Tribunal Constitucional.

Los efectos y el alcance de las sentencias emitidas por el Tribunal Constitucional son
diferentes dependiendo del proceso en el que se produzcan. Las pretensiones de los
reclamantes, la naturaleza y objeto del proceso marcan las consecuencias de la
sentencia emitida: la inconstitucionalidad, el reconocimiento de la lesión y, si resulta
posible, el restablecimiento del derecho, y el reconocimiento de la titularidad de la
competencia disputada a uno de los entes en conflicto. El momento del comienzo de
los efectos de la sentencia coincide habitualmente con su publicación en el BOE
(artículo 164.1 LOTC), salvo con las cuestiones de inconstitucionalidad, en las que la
notificación a los tribunales que abrieron el proceso marca la vinculación a su
contenido (artículo 38.3 LOTC).

No obstante, la nueva distribución de competencias internas entre los órganos del


Tribunal y el valor que para que la definición de la doctrina constitucional van
adquiriendo ciertas resoluciones inadmisorias, han dado un nuevo valor a la facultad
recogida en el 2.º inciso del artículo 86.2 de la LOTC (“Las sentencias y las
declaraciones a que se refiere el título VI se publicarán en el Boletín Oficial del Estado
dentro de los treinta días siguientes a la fecha del fallo. También podrá el Tribunal
ordenar la publicación de sus autos en la misma forma cuando así lo estime
conveniente”).

En todas las ocasiones, además, se piensa en sentencias estimatorias y de los efectos


que éstas producen, sin aclarar qué efectos de éstas resultan trasladables a las
desestimatorias. Sobre este tema, como sobre otros relacionados con los efectos de
las sentencias, el artículo 164 CE no ofrece demasiadas pistas y sus normas están
pensadas más para las sentencias que ponen fin a los procesos de constitucionalidad
que para aquellas que resuelven los conflictos de competencia y los recursos de
amparo.
Control preventivo de la constitucionalidad de los tratados.

La Constitución vigente en el país desde el pasado 26 de enero le da competencia en


el artículo 185 al Tribunal Constitucional, creado por ella, para ejercer el control
preventivo de los tratados internacionales antes de su ratificación por el órgano
legislativo. En el caso nuestro, se trata de un control obligatorio y no facultativo como
en otros ordenamientos jurídicos.

La actuación del Tribunal Constitucional procesalmente se ubica luego de negociado y


firmado el Tratado por Poder Ejecutivo y antes de que el Congreso conozca de su
ratificación.

En términos concretos de aquí se derivan varias consecuencias importantes:


El Tribunal Constitucional ejercerá control sobre la facultad del Poder Ejecutivo de
concertar tratados internacionales; el objeto del examen del tratado internacional por
parte del Tribunal Constitucional buscará establecer si las normas y acuerdos
contenidos en el mismo están acordes o respetan los principios, derechos y garantías
de la Constitución, resguardándose así, la supremacía de ésta sobre todo el
ordenamiento jurídico; y por último, será el Tribunal Constitucional el que determinará
si un tratado puede o no ser ratificado por el Poder legislativo.

La Ley orgánica del Tribunal Constitucional y de los Procedimientos Constitucionales


No. 137-11 establece el mecanismo de cómo ha de operar esta facultad del Tribunal
Constitucional. Corresponde al Presidente de la República someter al Tribunal
Constitucional los tratados internacionales suscritos, previos a su remisión al Congreso
Nacional, para que este alto órgano jurisdiccional ejerza sobre ellos, el control
preventivo de constitucionalidad. El tribunal Constitucional, dispone la referida Ley
137-11, deberá pronunciarse dentro de los treinta días siguientes a su recibo y de
considerar que el tratado está viciado de inconstitucionalidad, decir las razones en las
su decisión, la que se pronuncia en única instancia.

La resolución del Tribunal Constitucional es vinculante para el Poder Ejecutivo. Esto


significa que de encontrarlo no conforme con la Constitución, el Poder Ejecutivo
deberá abstenerse de remitirlo al Congreso para su ratificación. De igual modo, de
encontrarlo conforme a la Constitución, le está dejando campo abierto para su
remisión al órgano legislativo. De todos modos, en este último caso, la facultad de
remisión o no al Congreso Nacional sigue siendo privativa del Poder Ejecutivo. Por su
parte, al pronunciar el Tribunal Constitucional la conformidad con la Constitución, del
tratado ya firmado por el Ejecutivo, en modo alguno limita la facultad soberana del
Congreso de ratificarlo o no. Asimismo, todo parece indicar que el Tribunal
Constitucional queda ligado por su decisión sobre el tratado, en lo que respecta a su
constitucionalidad.

Revisión constitucional de las decisiones jurisdiccionales

El sistema judicial dominicano experimenta una transformación importante propiciada,


entre otros factores, por el auge del derecho constitucional, acentuado en la protección
a los derechos fundamentales de los ciudadanos y ciudadanas del Estado Social y
Democrático de Derecho. En la esfera del nuevo constitucionalismo aparecen en
escena nuevas figuras, entre estas la revisión constitucional de decisiones
jurisdiccionales.

Para muchos juristas esta figura jurídica está inspirada en la figura del derecho
anglosajón denominada como el “Judicial Review”, pero con la particularidad de que
su objeto va inclinado a la interpretación sobre la utilización efectiva de la norma
constitucional frente a las decisiones emanadas por un Poder Judicial con total
independencia.

Partiendo de las disposiciones establecidas en la Ley No. 137-11, Ley Orgánica del
Tribunal Constitucional y de los procedimientos constitucionales, este recurso es
aplicable a aquella decisiones que hayan adquirido la autoridad de la cosas
irrevocablemente juzgada, con posterioridad al 26 de enero de 2010.

Es criterio del Tribunal Constitucional que este recurso es de carácter excepcional y


subsidiario, elaborado por el legislador con altos niveles de rigurosidad, de manera
que este no se constituya como un recurso más del procedimiento ordinario, y que
dicho tribunal no sea considerado como “otro grado de jurisdicción” [Tribunal
Constitucional de la República Dominicana, Sentencia TC-0130-13].
El proceso, tal y como establecen Glasson y Tissier, es una relación jurídica bilateral
que se establece entre litigantes, de una parte, y el Estado, de otra parte [F. Tavares
Hijo, Elementos de Derecho Procesal Civil Dominicano]. Conforme a esta definición, el
Estado juega un rol importante en el desarrollo del proceso, no solamente creando las
circunstancias necesarias para su regulación, sino también como garante de un debido
proceso, que es aquel conformado por las garantías mínimas constitucionalmente
establecidas [Constitución Dominicana proclamada el 13 de junio de 2015, Artículo
69], como el caso del doble grado de jurisdicción.

Nuestra Carta Magna establece que toda sentencia puede ser recurrida de
conformidad con la ley, o bien, en doble grado de jurisdicción. Analizando la
aplicabilidad de la revisión constitucional a aquellas decisiones que han adquirido la
autoridad de la cosa irrevocablemente juzgada, podemos inferir que este recurso no
se incluye en el escalafón jurisdiccional.

La revisión constitucional de decisiones jurisdiccionales existe por el ideal de la


protección al bloque de constitucionalidad y al principio de seguridad jurídica,
sustentado en la interpretación que hacen los jueces de la Constitución, en una
incansable búsqueda por construir una jurisprudencia constitucional constante. Por lo
tanto, definir este recurso como un “próximo grado de jurisdicción” no hace más que
desvirtuar la naturaleza del mismo, creado por el legislador a los fines de lograr la tan
preciada “supremacía constitucional”.

Conflictos de competencias entre poderes públicos.

La ley 137-11 otorga atribuciones al Tribunal Constitucional para resolver los conflictos
de competencia. En una sentencia mediante la cual decide una acción de esa
naturaleza, el TC explica que el objeto consiste en la controversia por la titularidad de
la competencia que le asigna la Constitución a los órganos o personas de derecho
público, ya sea por la jerarquía, la territorialidad o las funciones.

El TC abordó la naturaleza de esa clase de diferendos y asentó su criterio sobre el


alcance de los artículos 185-3 de la Constitución, y 59 de la ley 137-11 que le confiere
esas prerrogativas.
Conforme al TC, estos conflictos se producen cuando existe una disputa por atribución
de las mismas facultades entre poderes públicos entre sí; entre poderes públicos y
órganos constitucionales, entidades descentralizadas y autónomas, municipios u otras
personas de derecho público; o cualquiera de estas entre sí, a instancia de sus
titulares.

Ante esos casos, se está en presencia de conflictos de competencia positivos. Y


cuando dos o más entidades constitucionales se niegan a asumir una competencia o
atribución constitucional se está en presencia de un conflicto negativo.

Para que se configure un conflicto de competencia constitucional, los jueces identifican


4 requisitos: “1) que exista una disputa entre órganos constitucionales u otras
personas de derecho público por las atribuciones competenciales; 2) que las
competencias en disputa estén asignadas en la Constitución; 3) que el conflicto se
inicie a instancia del titular del órgano que invoca el conflicto y, 4) que el titular esté
legitimado por la norma que establece el mecanismo de su elección, nombramiento o
designación”.

Estas consideraciones están contenidas en la sentencia 061-2012, mediante la cual el


TC declaró inadmisible una acción de conflicto de competencia presentada por la
Junta Municipal de Tavera contra el Ministerio de Hacienda, por falta de calidad del
accionante.

Bibliografía

https://listindiario.com

https://archivos.juridicas.unam.m

https://www.derechoconstitucional.es
OPINION PERSONAL

Mi opinión de este tema es que la misión del tribunal constitucional es garantizar la


supremacía de la Constitución, la defensa del orden constitucional y la protección de
los derechos fundamentales. El Tribunal Constitucional fue concebido por la
Constitución como el órgano supremo de interpretación y control de la
constitucionalidad.

Y que el conflicto de competencia explica que el objeto consiste en la controversia por


la titularidad de la competencia que le asigna la Constitución a los órganos o personas
de derecho público, ya sea por la jerarquía, la territorialidad o las funciones.

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