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CEREBRO MORAL

Nuestro "cerebro moral" estaría situado en la corteza prefrontal ventromedial,


una zona adyacente sobre las órbitas de los ojos y otra región próxima situada
en posición dorso lateral. Aproximadamente en la porción de corteza que
queda detrás de la frente, justo donde nos llevamos la mano cuando algo se
nos olvida o nos equivocamos.

La amígdala, la ínsula y el estriado, estructuras situadas en la vecindad de las


anteriores, también están implicadas en discernir lo que es moral y lo que no.

Las zonas de la corteza frontal son las encargadas de unir la moral con el valor
emocional de los eventos sociales, de anticipar consecuencias en el desarrollo
de lo que llamamos empatía y de captar las intenciones de otras personas. Por
otro lado, la zona situada sobre las órbitas de los ojos, la corteza órbito-frontal,
media en las respuestas aversivas, da flexibilidad del comportamiento de
acuerdo con los resultados de nuestras acciones y se encarga también de
inhibir las conductas impulsivas o automáticas dictadas por la amígdala en
respuesta a las amenazas, incluidas las sociales y psicológicas.

Por lo tanto, el análisis moral se lleva a cabo en la zona situada encima de la


frente, en la corteza prefrontal dorso lateral.

La corteza prefrontal ventromedial se activa, según estudios de Radio


Magnético funcional, cuando se hacen juicios morales o cuando se observan
fotos que hacen referencia a emociones sociales como la solidaridad, la justicia
y la culpa. También al plantearse dilemas, especialmente cuando estos
implican contemplar la posibilidad de tener que actuar de forma que se pueda
dañar a otros.

En el desarrollo moral también estarían implicadas las neuronas espejo,


localizadas en la zona de la corteza órbito-frontal y ventrolateral, que facilitan la
comprensión del estado mental y sentimiento de otras personas en situaciones
concretas. Gracias a ellas es posible ponerse en el lugar de los otros y también
imitar su comportamiento sin necesidad de reproducirlo en el momento. Solo
con ver lo que hacen y las consecuencias que tiene, se incorpora dentro de sí
como conducta posible o se desecha por arriesgado.
De ahí que una mala acción sin castigo no solo tendrá más probabilidades de
repetirse en la persona que la comete sino también en las que la observan.
Otra zona importante que forma parte del cerebro moral es el estriado que
permite aprender por recompensas o castigos y juega un papel importante en
el establecimiento de hábitos generados con la repetición de una acción
gratificante.

Siempre juega un rol importante la oxitocina que se libera durante las


interacciones sociales positivas y cuando existe sensación de seguridad y
comodidad en el medio.

Los investigadores que realizaron RNMF (resonancia magnética funcional) en


personas normales mientras se enfrentaban a una serie de dilemas morales
observaron que las principales áreas implicadas son la corteza prefrontal
ventromedial, el córtex órbito-frontal y ventrolateral, la amígdala y el córtex
prefrontal dorso lateral.

El córtex ventromedial añade valor emocional y moral a los eventos sociales ya


que anticipa los resultados futuros y participa en la Teoría de la Mente, la
empatía, la atribución de intención y tareas relacionadas.

La corteza órbito-frontal y ventrolateral accionan en las respuestas sociales


asertivas e inhiben las respuestas impulsivas, automáticas o amigdalares.
La amígdala actúa en la respuesta a las amenazas y el aprendizaje aversivo
social y moral y la corteza prefrontal dorso lateral ayuda en el análisis racional
a las situaciones morales. Se activa en los dilemas impersonales en los que
uno no es la causa directa del daño.

Planteado la especificidad de la "red neuromoral", cabe una pregunta: ¿De


dónde viene el sentido moral?

Según algunas investigaciones es algo compartido con los chimpancés. Marc


Hauser, biólogo evolucionista de la Universidad de Harvard, sostiene que la
moral podría estar cableada en el cerebro de la misma forma que está la
propensión natural al lenguaje y, así como hay idiomas diferentes, podría haber
reglas éticas cambiantes según el tiempo y el espacio, aunque los
mandamientos básicos serían más o menos iguales.
Esto se confirma con el hecho de que algunas reglas básicas están presentes
en los primates no humanos, como, por ejemplo, la lealtad a los lazos
familiares, no engañar o robar, y así lo demuestran las respuestas frente a
dilemas morales que suelen ser las mismas independientemente de la cultura,
la religión y el lugar geográfico.

Todo en sí es un proceso complejo y requiere de una red neuronal específica


que solo coincide en los humanos, en quienes las áreas cerebrales
relacionadas con las creencias, la imaginación y la creatividad con su evolución
han logrado hacernos lo que somos.

Los seres humanos debemos imaginar situaciones para poder decidir cómo
actuar y así ver si las respuestas concuerdan o no con el código moral
inculcado o si es un producto de la emoción o un acto racional.

Las personas nos enfrentamos continuamente a la necesidad de tomar


decisiones morales y a actuar de acuerdo a ellas. Por eso es común pensar
que existe una gramática moral, una especie de instinto alojado en el cerebro
que a partir de principios inconscientes e inaccesibles generarían juicios sobre
lo permisible, lo prohibido, lo inequitativo y lo correcto.

Desde luego que este "módulo moral" generaría en cada contexto cultural
diferentes reglas y costumbres, de la misma manera en que se supone que el
módulo cerebral del lenguaje genera las distintas lenguas en los individuos de
acuerdo al lugar donde nacen y crecen.

El "módulo moral" solo impondría una misma estructura gramatical en todos los
casos que se ha desarrollado a lo largo de la evolución y aparece en las
intuiciones más que en los razonamientos. Da color a las percepciones y
restringen los juicios morales aunque, en algunas ocasiones, ejemplifica lo que
sería un principio universal, donde lo que varía en las diversas culturas son
las "excepciones a la regla". Nuestra facultad moral está equipada de un
conjunto de reglas universales y cada cultura establece excepciones
particulares que deben considerarse.

Lo que pasa es que nuestro cerebro tiende a repetir las conductas


recompensadas y a evitar las que se castigan. Si alguien salta una norma y no
sufre ninguna consecuencia negativa, o el castigo es mínimo frente a las
ganancias obtenidas, esa conducta queda archivada como conveniente y tiene
más posibilidades de repetirse en futuras ocasiones.

Otra razón más para explicar la impunidad de las acciones inmorales a


determinados niveles es el hecho de que hay una "moral descriptiva" que tiene
normas diferentes en cada sociedad o incluso en cada grupo social y dicta lo
que está bien y lo que está mal. Y algunos grupos, por su educación, pueden
estar entrenados para centrarse en logros económicos y en sus propios
intereses minimizando los de los demás, valorando más su bienestar que el del
resto de las personas.

Dejo un ejemplo usado por Marc Hauser, el cual se trata como casi todos sus
ejemplos de una situación imaginaria y un tanto absurda: "En una nación
occidental moderna, cualquier persona se sentiría ofendida si un comprador le
ofreciese mil dólares por cada uno de sus hijos. ¿Qué pensaría si le ofreciese
un millón de dólares? ¿Cómo reaccionaría si le quisieran pagar mil millones de
dólares o cualquier suma exorbitante? ¿Aquellos que cayesen en la tentación
tendrían un fuerte sentimiento de culpa? ¿Qué nos ofende de una situación
semejante?".

Los neurocientíficos dicen que en el cerebro lo que no se usa se pierde y, por


lo visto, a más de uno de los que aparecen habitualmente en la vida cotidiana,
de estas redes que componen el cerebro moral no les debe quedar ni rastro.
Sin embargo, dejo esta advertencia: cuando alguien se presenta por primera
vez con un cambio súbito de la conducta de tipo moral y social, urge considerar
la posibilidad de que tenga una lesión cerebral, ya que las personas con
lesiones cerebrales en ciertas zonas pueden comportarse inexplicablemente
sin moral y cometer delitos muy graves.
REGIONES ASOCIADAS AL CEREBRO MORAL

Giro frontal medial

El giro frontal medial es una circunvolución del cerebro. Se encuentra en la


superficie interna o medial del lóbulo frontal del cerebro, separada del giro
singular por el surco del cíngulo o cisura del cíngulo. Se continúa, hacia arriba,
con el giro frontal superior, y, hacia abajo, con la circunvolución orbitaria
interna.

Corteza cingulada posterior

Un estudio reciente muestra como la región del cerebro conocida como corteza
cingulada posterior juega un papel crucial en la creación de recuerdos
permanentes. Curiosamente es un área cuyos daños se ve a menudo en las
personas con Alzheimer.

Surco temporal superior

El surco temporal superior se encuentra en el lóbulo temporal del cerebro. Se


trata de una depresión o surco, que separa dos de las estructuras del lóbulo
temporal. Se cree que el surco temporal superior está involucrada en el
reconocimiento de movimiento, el procesamiento del habla, en respuesta a las
señales sociales, y también la mirada de reconocimiento, o la capacidad de
identificar las cosas a través de la vista.

Corteza Orbitofrontal y Corteza ventromedial

Corteza Orbitofrontal

La corteza orbitofrontal es probablemente una de las regiones de la corteza


prefrontal más conocidas. Esta área es especialmente importante de cara a
controlar las respuestas que damos socialmente, así como a inhibir conductas
poco aceptables y al control de la agresividad.

Corteza Ventromedial

La parte ventromedial de la corteza prefrontal está especialmente vinculada a


la percepción y expresión de emociones, así como a la capacidad
de motivación del ser humano (de esto se encarga especialmente el cíngulo
anterior), el control o inhibición de las respuestas dadas al medio y la
capacidad creativa.

Lóbulo temporal

Lóbulo temporal, región cerebral fundamental es la encargada de las


habilidades tan fundamentales como el habla o la percepción auditiva, además
de estar muy vinculado a la afectividad, la memoria y el reconocimiento.

Amígdala

La amígdala es una estructura subcortical situado en la parte interna del lóbulo


temporal medial. Este elemento posee conexiones con la gran mayoría del
encéfalo, siendo un núcleo de especial relevancia que puede afectar al
conjunto del sistema nervioso y en la funcionalidad del organismo.

La amígdala es, pues, el principal núcleo de control de las emociones y


sentimientos en el cerebro, controlando asimismo las respuestas de
satisfacción o miedo. Sus conexiones no solo producen una reacción
emocional sino que debido a su vinculación con el lóbulo frontal también
permite la inhibición de conductas.

Corteza Dorsolateral

Esta parte del encéfalo es una de las más desarrolladas en el ser humano. Se
encarga principalmente de procesar información cognitiva y es una de las
principales regiones del prefrontal que se vinculan con las funciones ejecutivas
que nos permiten planificar, solucionar problemas, memorizar o formarnos
ideas. Se considera que también tiene una gran vinculación con la capacidad
de autoconciencia.

Lóbulo parietal

Esta parte del cerebro es una zona de la corteza cerebral que queda ubicada
justo por detrás del lóbulo frontal: ambos lóbulos quedan separados por el
llamado surco central. Sin embargo, el lóbulo parietal trabaja conjuntamente
con ese y el resto de lóbulos del cerebro, ya que incluye una gran área de
asociación, que puede ser vista como una central en la que muchos tipos de
información se mezcla para generar una unidad.
BIBLIOGRAFÍA

http://www.wikiwand.com/es/Giro_frontal_medial

https://neurofeedbackzaragoza.wordpress.com/2015/10/28/corteza-cingulada-
posterior-y-recuerdos-permanentes/

http://www.prucommercialre.com/que-es-el-surco-temporal-superior/

https://psicologiaymente.com/neurociencias/corteza-prefrontal

https://psicologiaymente.com/neurociencias/lobulo-temporal

https://psicologiaymente.com/neurociencias/amigdala-cerebral

https://psicologiaymente.com/neurociencias/corteza-prefrontal

https://psicologiaymente.com/neurociencias/lobulo-parietal
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA, CIENCIAS


POLÍTICAS Y SOCIALES

ESCUELA DE DERECHO

KATHERINE STEFANÍA BARRENO ALBÁN

PSICOLOGÍA JURÍDICA

TEMA: CEREBRO MORAL

SEGUNDO SEMESTRE “H”

SEPTIEMBRE 2018 – ENERO 2019

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