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Mariana Valentina Ortiz Guerra

UN SAFARI EN LA PREHISTORIA

Ray Bradbury
El anuncio que había en la pared hizo parpadear a Eckles.

Safari en el tiempo S. A.
Safaris a cualquier año del pasado
Usted elige el animal Nosotros le llevamos allí
Usted lo mata
Entró. Llevaba un cheque de diez mil dorales en la mano. Lo agito frente al hombre situado al otro lado del
escritorio y preguntó:
- ¿Este safari garantiza que yo regrese vivo?
- No garantizamos nada – le respondió –, excepto loa dinosaurios – se volvió –. Éste es el señor Travis, su
guía para el safari en el pasado. Él le indicara el momento y el lugar para disparar. Eckles miró los
cables y las cajas de acero de la Máquina del Tiempo. – Una verdadera Máquina del Tiempo. Da a
pensar. Si ayer la elección hubiera ido mal, yo estaría huyendo de los resultados. Gracias a Dios, ganó
Keith. Sera un buen presidente.
- Sí – dijo el hombre sentado tras el escritorio –. Tenemos suerte. Si Deutscher hubiese ganado,
tendríamos la peor de las dictaduras. Nos veríamos ante el futuro militarista, anti intelectual,
antihumano. De todos modos, para usted, en este momento, su única preocupación es…
- Matar mi dinosaurio.
- Un Tyrannosaurus rex. El lagarto del trueno. Lo enviaremos a sesenta millones de años atrás para que
disfrute de la mayor cacería de todos los tiempos. Silenciosamente siguió a Travis hacia el metal
plateado y rugiente de la máquina. Primero un día y luego una noche y luego día-noche-día-noche-día-
noche… Un mes, un año, una década. Se perdió la cuenta. El tiempo era una película que corría hacia
Ray Bradbury (1920-)
Nacio en Waukegan, Illinois. Es uno de los escritores más apreciados en Norteamérica, famoso por sus
relatos cortos de ciencia ficción y su novela Fahrenheit 415 (1953), que fue llevada al cine con éxito.
Entre sus numerosas recopilaciones de relatos se encuentran: Crónicas marcianas (1950), El hombre
ilustrado (1951) y The stories of Ray Bradbury (1980). Su obra es la de un autor que conoce admirable el
poder evocador de las palabras y las imágenes… asumen la complejidad, la riqueza interior de los
hombres, aunque pertenezcan a civilizaciones marcianas, náufragas del pasado, o al dominio del futuro…
atrás. Pasaran diez millones de lunas. El sol detuvo en el cielo. Ya estaban en los viejos tiempos. Eckles no
iba solo, lo acompañaban

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