Oremos por nuestros hermanos

LA HORA de la noche en la que más cuesta mantenerse despierto es

cuando hay más oscuridad, justo antes del amanecer”, comenta un ex
trabajador nocturno. Seguramente, muchas personas que tienen que
pasar la noche en vela opinan lo mismo. Los cristianos de hoy afrontamos
un reto similar, pues la larga noche del malvado sistema de Satanás está
en su momento más oscuro, a punto de terminar. ¡Qué peligroso sería que
nos quedáramos dormidos en esta hora tan avanzada! Es imprescindible
que seamos “de juicio sano” y sigamos el consejo bíblico de mantenernos
“vigilantes en cuanto a oraciones”
Satanás no se queda con los brazos cruzados esperando a que nosotros no
durmamos espiritualmente, sino que está trabajando, quizá poniéndonos
pruebas, tentaciones para que también nos cansemos. Por ejemplo,
cuantos de nosotros hemos escuchado informes o quizás a encontrado en
nuestra página de noticias en las que los hermanos de otros lugares sufren
la oposición de gobernantes, ¿se puede hacer algo para ayudar a estos
hermanos?
Si, podemos seguir el ejemplo de Jesús, él le suplicó a Dios que la fe de
Pedro no se derrumbara ¿cómo lo hiso? leamos Lucas 22:32. dice…
Como observamos Jesús no minimizo el poder de la oración. Tiempo
después los cristianos del primer siglo seguían su ejemplo, Hechos. 12:5
Los hermanos no habían olvidado que la oración puede ayudar mucho en
tiempos de dificultad ya que estaban orando a favor de pedro cuando
estaba en prisión.
Puede ser que el que veamos que algunos hermanos siguen sufriendo por
años en la cárcel o proscripción y quizás pensemos que nuestras oraciones
no son contestadas. Pero recordemos que en algunos casos Jehová no
libro milagrosamente a algunos de sus siervos y estos tuvieron que morir a
manos de sus enemigos, pero por sus propias palabras de ellos que
dejaron registrados nos muestran que Jehová les dio valor para ser leales
a el hasta la muerte. Además, no olvidemos que Jehová puede remediar la
situación incluso si nuestros hermanos han llegado a morir.
En el caso de Pedro durante su última noche en la cárcel dormía
plácidamente entre los dos guardias que lo custodiaban. Como era un
hombre de fe, estaba convencido de que, pasara lo que pasara, se hallaba
bien protegido en las manos de Jehová. De todos modos, no podía ni
imaginarse los sorprendentes sucesos que iba a vivir. De repente, un
resplandor iluminó el calabozo y, obviamente sin que lo vieran los
guardias, se apareció un ángel que despertó de golpe al apóstol e hizo que
las sólidas cadenas, de las que parecía imposible zafarse, cayeran de sus
manos.
Al igual que pedro no olvidemos nunca que Jehová valora grandemente
nuestros ruegos y que, si se ajustan a su voluntad, los contesta siempre
Hacemos bien en preguntarnos: “¿Oro fervientemente por mis hermanos
de todo el mundo? ¿Con cuánta frecuencia incluyo a los que son víctimas
de desastres naturales? ¿Cuándo fue la última vez que oré con verdadero
interés por quienes tienen pesadas responsabilidades en la organización
de Jehová? ¿He orado recientemente por hermanos de la congregación
que están atravesando momentos difíciles?”.

Nuestras oraciones a favor de otros pueden beneficiarlos mucho. Por lo

tanto, debemos tomarnos en serio nuestro privilegio y responsabilidad de
orar por otros. ¿No es cierto que a nosotros también nos gustaría que los
demás oraran a favor nuestro si nos llegaran malos tiempos?

Por eso sigamos orando de continuo por nuestros hermanos en la fe.