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Boletín Geocrítica Latinoamericana

N° 01, octubre, 2018 ISSN: 2665 - 4016

Dossier:

«Coyuntura política y crisis ambiental en América Latina:


lo local, lo regional, lo global »

Grupo de Trabajo «Pensamiento Geográfico Crítico Latinoamericano»


Grupo de Trabalho «Pensamento Geográfico Crítico Latino-americano»
Boletín Geocrítica Latinoamericana
N° 01, octubre, 2018

Dossier:

Coyuntura política y crisis ambiental en América Latina:


lo local, lo regional, lo global

Grupo de Trabajo de Clacso


Pensamiento Geográfico Crítico Latinoamericano
Boletín Geocrítica Latinaomericana está bajo una
Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional
Boletín Geocrítica Latinoamericana

Coyuntura política y crisis ambiental en América Latina:


lo local, lo regional, lo global

Grupo de Trabajo
“Pensamiento Geográfico Crítico Latinoamericano”
(Editor)

Adriana Marina Baldeón Musetti


Andrés J Páez-Díaz
Nemer E. Narchi
José Becerra Ruiz
Paulo Olivío Correa de Aquino Junior
Rodrigo Javier Dias
Vanina P. Santy
Beatriz Ensabella
Milton Gabriel Hernández García
André de Freitas Gonçalves
David Solís-Aguilar
Ginno Pérez Salas
João Mendes da Rocha Neto
María Laura Langhoff
Patricia Rosell
Alejandra Geraldi
(Autores)
Boletín Geocrítica Latinoamericana Boletim Geocrítica Latino-americana
N° 01, octubre, 2018. N° 01, outubro, 2018.

Dossiê:
Dossier:
Conjuntura política e crise ambiental na América Latina:
Coyuntura política y crisis ambiental en América Latina:
o local, o regional, o global
lo local, lo regional, lo global
Publicação do Grupo de Trabalho do CLACSO
Publicación del Grupo de Trabajo de CLACSO
© “Pensamento Geográfico Crítico Latino-americano”
© “Pensamiento Geográfico Crítico Latinoamericano”
ISSN: 2665 - 4016
ISSN: 2665 – 4016
Coordenador do Grupo de Trabalho:
Coordinador del Grupo de Trabajo:
Juan Manuel Delgado Estrada
Juan Manuel Delgado Estrada
Coordenador Editorial:
Coordinador Editorial:
Ginno Pérez Salas
Ginno Pérez Salas
Comitê Editorial:
Comité Editorial:
Andrés Jiménez Corrales
Andrés Jiménez Corrales
Carla Eleonora Pedrazzani
Carla Eleonora Pedrazzani
Emiliano Diaz Carnero
Emiliano Diaz Carnero
Francis Cárdenas Ferrucho
Francis Cárdenas Ferrucho
José Becerra Ruiz
José Becerra Ruiz
Sergio Flores Silva
Sergio Flores Silva

E-mail:
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geocriticalatinoamericana@gmail.com
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Capa do Dossiê:
Portada del Dossier:
Vicente Girardi Callafa
Vicente Girardi Callafa

Boletín Geocrítica Latinaomericana está bajo una


Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional
La causa nacional latinoamericana es, ante todo, una causa social: para que América Latina
pueda nacer de nuevo, habrá que empezar por derribar a sus dueños, país por país.
Se abren tiempos de rebelión y de cambio.

(Eduardo Galeano)
ÍNDICE

Editorial ……………………………………….……………………………….………………….........…….7
Andrés Jiménez Corráles

ARTÍCULOS DE ANÁLISIS / ARTIGOS DE ANÁLISE

El pensamiento agrario de nuestros pueblos de Abya Yala ………………...………………………….9


Adriana Marina Baldeón Musetti

Territorialización y desterritorialización en los paisajes bioculturales del páramo de Sumapaz


Colombia ……………………………………………………………………………...…………………….16
Andrés J Páez-Díaz / Nemer E. Narchi

Los territorios indígenas: una tarea pendiente en Venezuela…………………………………………25


José Becerra Ruiz

Aproximações a uma Economia Política da Terra na Amazônia.....................................................32


Paulo Olivío Correa de Aquino Junior

Entre el neoextractivismo y la emergencia ambiental: el caso del Rio Nuevo en San Luis,
Argentina………….…………………………………………………………………………………………….38
Rodrigo Javier Dias

Cartografía y disputa del espacio social: una mirada desde la antropología. Caso Nueva Costa del
Plata. Buenos Aires, Argentina…………………………………………….……………………………..44
Vanina P. Santy

ARTÍCULOS DE OPINIÓN / ARTIGOS DE OPINIÃO


A propósito del centenario de la reforma universitaria, la CRES y Boaventura de Sousa
Santos………………………………………………………………………………………………..………50
Beatriz Ensabella

La “Cuarta Transformación”. Un nuevo horizonte para enfrentar la crisis ambiental en


México……………………………………………………………………………………………………….58
Milton Gabriel Hernández García

CARTOGRAFÍA

Expansão da comercialização e uso de agrotóxicos no Brasil


André de Freitas Gonçalves.....................................................................................................................63

FOTO-ENSAYOS / ENSAIO FOTOGRÁFICO

Personas sobrevivientes de crímenes de lesa humanidad cometidos por el ejército guatemalteco


durante la década de 1980……………………………………………………………….……………….65
David Solís-Aguilar

Desalojos navideños en el sureste de Pará/ Brasil: una foto-reflexión sobre la desterritorialización


del campamento “Helenira Rezende” del MST………………………………………………………..…69
Ginno Pérez Salas
Cadê o lugar que estava aqui? A lama “comeu”!: imagens da desterritorialização pelo desastre
ambiental do rio Doce – Brasil..........................................................................................................74
João Mendes da Rocha Neto

El río Atuel y el conflicto por el acceso al agua entre La Pampa y Mendoza (Argentina)…………..…77
María Laura Langhoff; Patricia Rosell; Alejandra Geraldi

Cenas de um Nordeste paraense-amazônico presente.................................................................. 82


Paulo Olivío Correa de Aquino Junior

LATINOAMERICA EN AGENDA……………………………………….………………………..………87
Editorial

El pensamiento geográfico ha vivido distintas transformaciones durante su historia, influenciado por


el contexto dentro del cual se desenvuelve. La geografía como saber estratégico y político ha sido
utilizada para lograr distintos objetivos de los grupos de poder, perpetuando así las desigualdades
en diversas escalas. Como respuesta a esta realidad, surge el pensamiento geográfico crítico como
una forma de denuncia y cambio de las situaciones de desigualdad, opresión, abusos de poder,
pobreza, inequidad, desarrollos desiguales... que viven los pueblos del mundo. Es un tipo de
pensamiento que busca construir un proyecto político donde sea posible otro mundo, en nuestro
caso, un pensamiento contextualizado a América Latina.

“Geocrítica Latinoamericana” es un boletín del grupo de trabajo “Pensamiento Geográfico Crítico


Latinoamericano” el cual se encuentra inscrito en el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales
(CLACSO). Este grupo reúne a geógrafas y geógrafos de América Latina interesados en generar
espacios de discusión y reflexión alrededor de la geografía crítica. En este sentido, el presente
boletín representa un espacio de divulgación y puesta en común de situaciones geográficas que se
viven en América Latina. Por tanto, nuestra intención es promover la creación de un espacio de
interlocución, crítica y divulgación de las variadas realidades sociales, políticas, económicas,
culturales y territoriales que América Latina experimenta.

La actual geografía latinoamericana está marcada por una disputa en la producción del espacio.
Las expresiones del conflicto son distintas, por lo que es necesario realizar lecturas comparadas y
multi-situadas que nos permitan crear una visión de conjunto y construir estrategias de
transformación. A raíz de lo anterior y como una forma de crear un medio para el estudio y el
cuestionamiento de nuestros espacios-tiempos, es que abrimos este primer boletín bajo el tema:
“Coyuntura política y crisis ambiental en América Latina: lo local, lo regional y lo global”. A través de
lo anterior se pretendió reunir trabajos que permitieran comprender la relevancia de los espacios
latinoamericanos dentro de la geopolítica de acumulación del capital, para lo cual es necesario
comprender el lugar de las distintas geografías dentro de las redes globales y regionales del
capitalismo contemporáneo, y a partir de ello, entender el papel de la región dentro la geopolítica
global.

Hoy América Latina se encuentra bajo una nueva fase de populismos y gobiernos de derechas que
pretenden profundizar y consolidar el neoliberalismo. Dentro de ello, se vive una ola de saqueo de
las economías y la naturaleza de la región: firma de tratados de libre comercio, mega-proyectos
propiedad de transnacionales, extracción de recursos, nuevos enclaves de producción
agropecuaria, nuevos paquetes de reestructuración económica, crisis de regímenes políticos,
nuevos procesos de privatización y relocalización de las funciones del estado, entre otros aspectos.
Estos elementos convierten a la región en un espacio en constante transformación y disputa por lo
que es necesario generar un pensamiento crítico que brinde herramientas de análisis e

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interpretación de las realidades, para construir una justicia espacial, ambiental y social en nuestras
sociedades.

A continuación, se puede observar el resultado de este esfuerzo colectivo, por ello es de vital
importancia agradecer el aporte de las y los autores que contribuyeron a la realización de este
boletín. Por último, esperamos que este boletín contribuya a producir un debate sobre las realidades
de las geografías latinoamericanas.

Andrés Jiménez Corrales


Octubre 2018

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El pensamiento agrario de nuestros pueblos de Abya Yala

Adriana Marina Baldeón Musetti1

El comunismo agrario que se vivía antes de la llegada de los colonizadores, fue un sistema de
producción completo, el cual comprendía en su idea de trabajo y el uso de la tierra un sentido de
colectividad, su distribución se enmarcaba en la formación del ayllu. El resultado de esto fue el
desarrollo de una agricultura poseedora de una cosmovisión con un “modelo cognoscitivo de
estrategias tecnológicas y formas de organización social y productiva, más cercanas a lo que se ha
visualizado como un manejo ecológicamente adecuado de la naturaleza” (TOLEDO, 1992, p. 2).

En efecto podríamos decir que las formas por las cuales se rige el pensamiento y la praxis de
nuestras comunidades tradicionales están intrínsecamente ligada al agrarismo; como propiedad
comunitaria de los campos y religión universal del astro del día como señala Mariátegui (2008). Es
aquí, en donde la importancia de analizar la filosofía del pensamiento agrario a partir de la
cosmovisión indígena se hace efectiva en práctica, a través de sus bases conceptuales. Sin duda y
considerando los procesos sociales, existe hoy en día la mezcla entre lo rural y urbano en la
concepción de nuestras comunidades originarias, mas, este detalle incrementa la importancia de
re-afirmar el origen agrario en tales sociedades, quienes contribuirán en un nuevo paradigma dentro
de la región siendo destinadas a jugar un papel protagónico en el actual sistema.

Varios han sido los aportes para determinar un pensamiento; una filosofía agraria propia de
“América-Latina”, “inclusive para des-construir la imposición de “Americanidad y Latinidad” que se
introdujo en nuestras sociedades con la invasión colonial-imperial […] como acto político, epistémico
y colonial” (WALSH, 2013, p.4). Es el pueblo Kuna el cual ha contribuido de forma enérgica en la
sabiduría del “Abya Yala”, la cual ha sido apropiada por varias comunidades y movimientos
indígenas campesinos de la región.

El pueblo Kuna y su relación con la naturaleza

El pueblo Kuna, se encuentra ubicado en la costa caribeña de Panamá, en la Comarca de Kuna


Yala (San Blas), su organización social ha sido reconocida internacionalmente he incluso bien
difundida y respetada en la misma región de Panamá. Sus prácticas solidarias y el intercambio no
comercial de sus alimentos enlazan fuerte mente a sus individuos Ventocilla (1995), esto genera
dentro de su organización social alianzas de parentesco las cuales se reproducen en su estructura
matri-local en donde la madre y la abuela representan una referencia en la comunidad.

1
Magister en Estudios Latino Americanos por la Universidad Federal de la Integración Latino Americana. Licenciada en
Desarrollo Rural y Seguridad Alimentaria. E- mail: adrikuna@hotmail.com

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Artículo de Análisis | BALDEÓN MUSETTI

Originalmente se encontraban asentados en la sierra nevada de Santa Marta en el norte de


Colombia, uno de los historiadores kuna más notable Horacio Méndez, afirma que su pueblo
procede de cinco puntos ubicados en la Sierra Nevada y que por presión de los colonizadores se
desplazó hacia el Darién a orillas del Pacífico, en el último siglo fueron desplazados al caribe, mismo
así en la actualidad existe una pequeña población de kunas al otro lado de la cordillera de San Blas.

Su excepcional manejo de control y comunicación con las otras sociedades ha generado en ellos
autonomía política y cultural, la cual se mezcla con la identidad del pueblo kuna, “a través de sus
cánticos y discursos en las reuniones del congreso de cada comunidad expresan los temas
esenciales de la cultura y revelan su carácter básicamente religioso y moral” Ventocilla (1995).

Esta organización que se da en las asambleas, ha sido incorporada en la educación Kuna; la


conciencia de la opresión histórica vivida por el pueblo kuna ha sido la causante de propiciar en sus
saberes la importancia de tener el contacto con otras sociedades modernas aprendiendo a entender
su lengua y sus prácticas para fines que benefician al pueblo y sus comunidades, como lo resalta
Enrique Guerrero, Cacique General (1912-1992)2;

…sabemos que habrá quienes vendrán ofreciéndonos dinero y promesas a cambio de los
recursos que posee nuestro territorio. Para que no nos sigan engañando, los caciques Simral
Colman y Nele Kantule, entre otros, crearon escuelas. La primera escuela fue creada en 1907
por el sacerdote Gassó. Y en 1931 se abrió un Usdup una escuelita de tres grados, obra de la
revolución dule. Antes los uagmala, los blancos, nos ofendían. Ahora nos respetan saben que
estamos preparados.

La filosofía del pueblo Kuna en nuestra región se ha hecho presente como un pensamiento
decolonizador que demanda de forma urgente una concepción de mundo creada a partir de una
base local. La crisis de la colonialidad del poder como lo señala Aníbal Quijano (2014), la cual
sugiere rajaduras y rupturas en el orden y patrones de poder del sistema capitalista, “transición y
revolución” se ha generado para dar paso a un pensamiento auténtico de nuestros pueblos
originarios, como lo señala Walsh (2013) sobre el pensamiento de los Zapatista, quienes hablan del
“derrumbe” del mundo dominante y el “resurgimiento del nuestro”, el mundo desde abajo “muy otro”
en sentido y razón.

Estos procesos para muchos movimientos sociales demandan luchas que requieren un
“aprendizaje, des aprendizaje y reaprendizaje en términos de acción e intervención dentro de un
pensamiento descolonizador” como lo apunta Walsh (2013), en donde el impulso, por parte de
nuestros pueblos originarios, por aproximarse a las sociedades occidentales a partir de la lengua y

2
Testimonio recogido por Valerio Núñez (autor del libro El espíritu de la tierra: plantas y animales en la vida del Pueblo
Kuna) en la Comunidad Ogobsukun, en abril de 1992.

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Artículo de Análisis | BALDEÓN MUSETTI

en cierta medida de la “educación formal” (claro que esta será producida con las particularidades
pertinentes de las comunidades), es por causa, como lo señala el Cacique Guerrero, “de estar
preparados, de tener conocimiento de las sociedades actuales con las cuales habita, quien explora,
usa y produce en la misma tierra que es de todos”.

La expresión Abya Yala concibe un pensamiento, el cual se ha promovido por parte de los otros
pueblos de la región, en una apropiación que supone una forma de identificarse con el origen, las
demandas y las acciones. Esto ha sido colocado en espacios políticos, se lo utilizó por primera vez
en la II Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas de Abya Yala, la cual creó
una Coordinación Continental de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas de Abya Yala (2009),
quienes manifestaron que la cumbre continental seria:

un espacio permanente de enlace e intercambio, donde converjan experiencias y propuestas,


para enfrentar las políticas de globalización neo-liberal y luchar por la liberación definitiva de
nuestros pueblos hermanos, de la madre tierra del territorio, del agua y de todo patrimonio natural
para vivir bien3.

Su vida se basa en la agricultura, la cual se practica de forma tradicional, a través del sistema de
agroforesteria, la pesca para el pueblo Kuna representa una fuente importante de proteínas en su
alimentación. La inclusión del comercio de coco ha sido durante muchos años la principal fuente de
ingresos económicos en la comarca, lo cual ha generado una expansión en la monocultura de coco.
La comercialización de productos artesanales elaborados especialmente por las mujeres como “la
mola” la cual es una artesanía en tela pintado con diseños propios de la cultura Kuna representa
también un ingreso importante en la comunidad. La monetización en las prácticas comerciales, así
como la escolarización y la función en cargos del Estado por parte de personas pertenecientes a la
nacionalidad kuna, ha generado una dinámica de autonomía e inserción del sistema moderno en
las comunidades.
Dentro del saber tradicional Kuna, el mundo en la actualidad tiene una naturaleza dual: el cual está
formado por el mundo espiritual y el mundo sustancial; “el mundo espiritual influye constantemente
en la vida cotidiana de los Kunas según (VENTOCILLA, 1995, p.9), los espíritus merodean por los
poblados kunas”. Dentro de su tradición existen ciertos lugares que son santuarios de animales y
plantas espirituales conocidos como kalu, estos lugares se encuentran en el mar, en las montañas,
en la tierra todo esto constituye un ser vivo un manantial de vida, para los kunas la Madre, continúa
con su eterna tarea de regenerar el planeta;

Para los kunas los ríos son a la vez la vagina de la Madre (por su función reproductiva) y su
pecho (ya que nutre a las criaturas con leche materna) […] esta visión cósmica constituye la base

3
Disponible en <http://www.cumbrecontinentalindigena.org/iximche_conclusiones.php.> Consultado el 29 de junio de
2016.

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Artículo de Análisis | BALDEÓN MUSETTI

filosófica de lo que podría llamarse la “ética kuna de conservación de la naturaleza”. El elemento


aglutinante es el respeto por la tierra y la necesidad en que la humanidad cuide el legado natural
que se ha colocado sobre la tierra para su beneficio. (VENTOCILLA et al, 1995, p. 9).

El ejemplo de las comunidades Kunas, no solo en el manejo organizativo y las relaciones entre las
dinámicas de la comunidad y la modernidad como elemento importante para la prevalencia de estas
sociedades, sino también, su cosmovisión que prioriza a la naturaleza como la parte fundamental
de la continuidad de la vida, la preservación de la misma y la armonía entre sociedad y naturaleza.
Estas prácticas demuestran que nuestras sociedades originarias mantenían y mantienen un vínculo
estrecho con el medio vivo que la rodea, que parte fundamental de la producción de la vida se
realiza con respeto y considerando a la naturaleza como ser y no como objeto o recurso.

El pueblo Andino y su cosmos-existencia

Según (ESTERMAN, PEÑA, 1997, p. 6), la filosofía andina tiene como principal texto la objetividad
de su cultura, “donde a través de su tejido, las costumbres, los ritos, pero principalmente el mundo
de las ideas el cual está latente en sus pueblos, representa la mayor forma de expresión filosófica
de la vida”. No obstante, la problemática circundante radica en la abstracción de la palabra filosofía,
venida desde una concepción eurocéntrica y producida por sujetos históricamente identificables
“filósofos”, que para (ESTERMAN 1997, p.10) no abarca de ninguna manera el pensamiento andino,
“creemos necesaria la amplia apropiación del término más no del origen del concepto”. Sabemos
que la palabra filosofía proviene de un concepto occidental de la antigua Grecia y que se ha
desarrollado a lo largo de los siglos dentro de una visión unilateral de la vida. Parece ser
contradictorio, pero no se han encontrado según Dussel (2002) escritos en la filosofía occidental,
India y africana, que hagan referencia a las filosofías de América Latina, siendo estas tan antiguas
como las primeras.

La filosofía Andina por su parte, transcurre dentro de los procesos de conformación de las culturas
quechuas y Aymaras, las cuales no solo han sido visibles dentro de un territorio conocido como el
Tawantinsuyu, sino que se han diseminado a lo largo y ancho del continente, en donde las actoras
y los actores reproductores de la cosmos existencia andina son el pueblo campesino, como lo
señala (ESTERMANN, 1997, p. 38) “se comprende como sujeto de la filosofía Andina a las
campesinas y campesinos, quienes dialogan con el cielo estrellado de arriba, con la madre tierra de
abajo” y con el recuerdo del pasado el cual lo lleva dentro y es este su espacio específico en donde
se encuentran la totalidad de estas fuerzas elementales.

Para las culturas de nuestros pueblos, las actoras y actores principales que han sido base para la
conformación de nuestras sociedades, han sido conformadas en los espacios rurales. En gran parte
de América latina, la relación de las mujeres y los hombres con la naturaleza ha sido determinante
para los procesos de producción y reproducción de la vida. No se concibe el ser del mundo Andino
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Boletín Geocrítica Latinoamericana | 12
Artículo de Análisis | BALDEÓN MUSETTI

desvinculado de la naturaleza, como lo indica Estermann (1997), desligarse del mundo de la


naturaleza – una reivindicación de la ilustración- significa para (la mujer) y el hombre andino
prácticamente firmar su propia sentencia de muerte.

En la filosofía andina, el principio de reciprocidad es el oráculo de las relaciones cósmicas, entre


naturaleza y ser humano en donde se genera una energía la cual influye en cada ser vivo y en
especial a la tierra, vista como madre de todos. Los seres no son relacionados como individuos,
sino que en su accionar pertenecen a formas existenciales comunitarias que intervienen en cada
uno y estos intervienen en todos, en todo el colectivo. Así lo señala (ESTERMANN, 1997a, p. 83),
“el cosmos en un sistema de relaciones múltiples todas sus acciones individuales o colectivas tienen
consecuencias cósmicas”, el principal relacionamiento se manifiesta con la pacha mama, la madre
tierra, solo cuando se respeta las relaciones con todo el cosmos, “la tierra produce y es fértil, si este
principio de reciprocidad se rompe, la tierra se rehúsa a cumplir su papel maternal”, y ahí se dan los
desastres naturales, sequía, calores extremos, terremotos, epidemias, etc… (1997b)

Las creencias en torno a esto en las comunidades andinas, es lo que más se reproduce, y siembra
en sus actoras y actores, el respeto, el agradecimiento, el cuidado y la vida, a las relaciones con la
tierra, y sus modos de vivirla, tratarla y producirla. La vida de los seres andinos, entonces sería
considerada una ética, la cual se ha venido dando de generación en generación.

Para el mundo andino la reciprocidad que se genera con la tierra, fértil productora de todas nuestras
existencias, y con las campesinas y campesinos considerados como verdaderos hijos de la pacha
mama, que nos comprometemos a cuidarla y respetarla; debe ser base de nuestras vidas y por
ende la ética que guíe nuestras acciones. No obstante, sabemos que los dinamismos de las culturas
muchas veces intervienen en el seno de nuestra cosmos-existencia, para ocasionar un conflicto en
las concepciones más básicas de la vida. Las culturas modernas capitalistas, se han encargado de
romantizar y subestimar las relaciones cósmicas que se dan entre la tierra y las poblaciones
campesinas de los andes.

Como las relaciones de complementariedad, que significa que “a cada ente y cada acción
corresponde un complemento como elemento complementario, que a partir de esto hace un todo
un integral” (1997c). Estas relaciones contradicen dos axiomas fundamentales de la filosofía
occidental, el principio de contradicción y el concepto de substancia, que al ser visibilizados estos,
anulan o deslegitiman el principio de complementariedad trabajado por las comunidades andinas.

Pero en realidad, la filosofía occidental se ha limitado en su racionalidad y su ética de filosofar. Estos


dos elementos la reciprocidad y la complementariedad son considerados como principios de la
cosmos-existencia los cuales son elementos fundamentales que transcurren en la vida cotidiana de
las y los sujetos andinos, en especial de las campesinas y los campesinos.

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Artículo de Análisis | BALDEÓN MUSETTI

La sabiduría de los pueblos indígenas, en este caso los Kuna y los pueblos de los Andes,
corresponde al acumulo social de su existencia, sus recursos culturales como lo señala Guerrero
(1998), genera la coherencia necesaria para la articulación de sus prácticas sociales dentro de una
armonía entre el saber y el hacer, el cual guarda una estrecha interacción con la tradición y la
memoria, siempre reconociendo las racionalidades existentes de los demás seres.

La conformación de los saberes, la identidad, la cultura andina, tiene como base fundamental la
praxis cotidiana que en ella transitan otras dimensiones como la política y la ideología, las cuales
se ven en los levantamientos indígenas que se vienen forjando en los últimos años. Creemos
necesaria esta aclaración porque estas dinámicas recogen y acumulan de la cotidianidad ese
carácter insurgente de todos los procesos de lucha que se han desarrollado a partir de la
colonización. Las formas por las cuales las culturas andinas han continuado su reproducción social
y vital, se dan por medio de esta lógica de insurgencia, de resistencia con lo otro.

Dentro de la historia de nuestros pueblos del Abya-Yala, como lo denomina la concepción del
pensamiento del pueblo Kuna, (tierra en plena madurez), los saberes fueron base de un
conocimiento con una antigua raíz de siglos, que configuró una cultura profunda, de la cual han
quedado testimonios materiales y espirituales que no han podido ser borrados a través del tiempo,
como lo señala (GUERRERO, 1998, p.5). La llegada de los conquistadores en nuestro continente
no consiguió interrumpir la propagación de una filosofía que entrelaza en sus saberes el tiempo, el
espacio y el ser natural como el pensamiento de Pacha Mama, desarrollado por los pueblos
originarios Andinos y los de la comarca de Kuna Yala.

La raíz de tal pensamiento presupone la cosmovisión de nuestros pueblos originarios, quienes han
formado su conocimiento a partir de su vivencia con el entorno que los rodea; su relación con la
tierra se ve altamente afianzada en la subsistencia cotidiana. La política, la religión y la cultura se
entrelazan basadas dentro de una raíz agraria, nuestras comunidades originarias concilian el culto
a la Pacha Mama con la idolatría a la energía que determina la abundancia o la hambruna, el Sol,
el cual no pertenece a nadie, por tanto, la tierra también se basa en una estructura comunitaria, sin
pertenecía ninguna.

Trayendo un breve resumen de estos dos pueblos ubicados en nuestra región de “Abya Yala”,
podemos resaltar que una de las características que los hace semejantes que es el origen y el
apego a las dinámicas y los espacios rurales, la reproducción de sus vidas y la continuidad de sus
culturas se ve reflejada en su pensamiento agrario. La producción de alimentos, artesanías, salud
y educación; construye una característica en los poblados indígenas que se relaciona con las
comunidades campesinas que es el trabajo en el campo con la tierra. El cual ha hecho que estas
últimas se reconozcan en las practicas indígenas y se reconozcan como indígenas, porque no
solamente es producción agraria sino es una filosofía, un pensamiento de vida.

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Boletín Geocrítica Latinoamericana | 14
Artículo de Análisis | BALDEÓN MUSETTI

Lo que nos diferencia de otras regiones es sin duda el misticismo y la religiosidad que se aplica en
el día a día de nuestras comunidades campesinas indígenas y que por más procesos
hegemonizantes que se han desatado en la región, no se ha podido separar el hábito y la práctica
de sembrar, de la vida y el quehacer cotidiano como un elemento cultural y social que sostiene las
raíces, en donde descansan nuestros orígenes. Este podría ser el puntapié para continuar a
desarrollar el pensamiento o una filosofía propia de nuestra región denominada hasta la actualidad
América Latina.

Bibliografía
Dussel, Enrique (1994). El encubrimiento del otro hacia el origen del mito de la modernidad. Ed.
Abya Yala. México.
Estermann, Josef; Peña Cabrera, Antonio (1997). Filosofia Andina - Cuaderno de Investigación en
55 Cultura y Tecnología Andina, Nº 12, Iquique/Chile y Puno/Peru: IECTA E CIDSA. Versão digital
disponível em: http://pt.scribd.com/doc/162855788/Filosofia-Andina-J-1997-Josef Estermann-
Antonio-Pena-Libro-Filosofia
Guerrero, Patricio (1998). El saber del mundo de los cóndores: identidad e insurgencia de la cultura
andina. Ed. Abya yala. Quito
Mariategui, J. Carlos (2008). Sete ensaios de interpretação da realidade Peruana. Ed. Expressão
Popular / Clacso. São Paulo
Quijano, Aníbal (2014). Cuestiones y Horizontes De la Dependencia Histórico-Estructural a la
Colonialidad/Descolonialidad del Poder. Revista CLACSO, v6. Buenos Aires.
Toledo, Víctor; Altieri Miguel (1991).¿Por qué estudiar la agricultura tradicional?Revista de
CLADES, n 1, Berkeley.
Ventocilla, Jorge; Nuñez, Werio; Herrera, Francisco; Herrera, Heraclio; Chapin Mac (2016) .Las
indígenas kunasy la conservación ambiental. Disponible
en:file:///C:/Users/Marina/Downloads/DialnetLosIndigenasKunasYLaConservacionAmbiental-
4011154.pdf Acceso en: 15 de julio.
Walsh, Catherine (2013). Pedagogías Decoloniales. Serie Pensamiento Decolonial. Ed Abya Yala.
Quito.

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Boletín Geocrítica Latinoamericana | 15
Territorialización y desterritorialización en los paisajes bioculturales del páramo de
Sumapaz Colombia

Andrés J Páez-Díaz1
Nemer E. Narchi2

En este artículo hacemos una reflexión preliminar acerca de la administración del Páramo de
Sumapaz. Nuestro ensayo está encaminado a subrayar los modos en que la administración del
Estado territorializa los espacios de conservación en modos y formas ajenos y adversos a los modos
de vida campesina que se desarrollan en este espacio hace más de 5 décadas. Basamos nuestro
argumento en los estudios de gubernamentalidad hechos desde la geografía crítica y ofrecemos
una alternativa de investigación-participación a través de la etnoecología del paisaje.

Las regiones de alta montaña en el planeta, resguardan una importante memoria biocultural. Sin
embargo, han sido pocos los estudios que se han dedicado a indagar y explorar la interrelación que
existe entre la diversidad biológica y la diversidad cultural de las poblaciones que habitan estas
regiones montañosas (Stepp, Castaneda y Cervone, 2005). Un ejemplo de ello es el paisaje
paramuno.

Éste tipo de paisaje, perteneciente a la región de montaña altoandina, ha sido objeto de explotación
minera, hidroeléctrica y turística dados sus recursos naturales. Muchos de estos proyectos atentan
contra la diversidad biocultural de la región. Diversidad que, cabe resaltar, no ha sido registrada con
rigor y mucho menos tomada en cuenta en los esquemas de manejo, administración y explotación
del páramo.

La ubicación de los ecosistemas de páramo sobre la franja tropical del planeta, aunada a sus
características biogeofísicas, hacen de estos biomas grandes reservorios de agua (Hofstede, 2003),
ahora utilizados para el abastecimiento hídrico de los territorios urbanos circundantes. También se
caracterizan por acumular grandes cantidades de carbono orgánico en el suelo, convirtiéndose en
sumideros de carbono (vide Camargo, Dossman y Arias, 2014).

El páramo de Sumapaz conforma un nudo orográfico de gran importancia hídrica que forma una
estrella fluvial con valles de donde se desprenden importantes hoyas hidrográficas, que reparten
agua desde las partes más altas constituyéndose en una importante reserva de aguas para el centro
del país (Guhl, 1982).

1
Estudiante de maestría en Geografía Humana, El Colegio de Michoacán, A.C. Becario nacional CLACSO-CONACYT.
Línea de investigación: Estudios socioambientales: Vulnerabilidad, riesgo y etnoecología.
E-mail: andresp@colmich.edu.mx
2
Profesor-Investigador, Centro de Estudios en Geografía Humana, El Colegio de Michoacán, A.C.
E-mail: narchi@colmich.edu.mx

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Boletín Geocrítica Latinoamericana | 16
Artículo de Análisis | PÁEZ-DÍAZ / NARCHI

Figura n° 1. Área de estudio

Debido a las condiciones que sostienen los páramos como ecosistemas y territorios habitados, se
tejen diferentes intereses que han generado conflictos socioambientales de carácter económico-
distributivo y ecológico-distributivos (sensu Martínez Allier, 2004), que generan exclusión social a
partir de la imposición de “lo que es” y “para qué sirve” el páramo y que son exacerbadas por la
imposición de una cultura hegemónica que define la naturaleza. En la actualidad, el páramo de
Sumapaz experimenta una creciente incursión de megaproyectos hídricos y mineros, sumados a
una constante expansión de la frontera agrícola y ganadera en algunas partes de este ecosistema.

Actualmente, el esfuerzo para la conservación en Colombia ha convocado a diversas instituciones.


Así, los páramos colombianos han quedado sujetos a una visión monocultural de conservación,
dictada desde las instituciones oficiales. Por ello, es necesario resaltar la intervención y acción de
las poblaciones locales que lo habitan, quienes a través de su conocimiento local han construido
sistemas que contribuyen con la producción, recuperación, conservación y restauración de estos
ecosistemas (cf. Toledo, 2005).

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Actores sociales; pugnas y epistemes de la conservación en el espacio paramuno

Los discursos configurados alrededor de las nociones de naturaleza están inmersos sobre
relaciones de poder en las cuales se determinan reglas y pautas que organizan, protegen, delimitan
y construyen los territorios desde una visión dominante. En esta visión, las estrategias de
conservación se presentan como conocimientos únicos y objetivos (Narchi y Canabal, 2015) que
demarcan las maneras y las formas en las cuales se deben establecer las relaciones humano-
naturaleza en espacios sujetos a conservación.

En Latinoamérica, las estrategias oficiales de conservación están inmersas en un “paradigma


paternalista” (Pálsson 2001) que concibe a la naturaleza como una extensión de dominio humano
que debe ser protegida por los diversos servicios ambientales que suministra. Estos servicios
ambientales -comerciables- son explotados y transformados a través de relaciones de poder, control
y dominio, que se justifican, en una suerte de orientalismo ecológico, como un intento por domesticar
la naturaleza en pos del desarrollo (Escobar, 2000; Pálsson 2001).

Este discurso aboga por una conservación de los ecosistemas sin la presencia humana y por ello
se debe entender como un instrumento y una extensión de la colonización y desterritorialización
(Haesbaert, 2004), que a través del pensamiento gubernamental (Moura, 2017) organizan, delimitan
y definen los territorios desde diferentes escalas espaciales, a través del poder-control que
consolida el estado-nación a partir de sus proyectos de modernidad.

En la actualidad los discursos de conservación sumergen a las distintas poblaciones culturales que
habitan espacios y ecosistemas sujetos a conservación, a una violencia ambiental sistemática
(Narchi, 2015), imponiendo el esquema orientalista de las relaciones sociedad-naturaleza que
fortalece el control del estado-nación. Con ello, es fácil apreciar el carácter impositivo que este tipo
de ordenamiento juega desde dinámicas políticas, económicas, militares y ambientales.

Según Moura (2017) la relación gobierno-ciencia es un continuum entre la racionalidad científica y


la razón gubernamental, inscritos en los marcos del colonialismo cultural. A partir de esta relación
se han instaurado cánones de la conservación a través de relaciones de poder (sensu, Foucault,
1979). Estas relaciones son manejadas por un grupo de actores poderosos que organizan a su
conveniencia la producción de formas de conocimiento de la naturaleza y su conservación (Durand,
2017).

¿Qué conservar y para quién conservar? son algunas de las interrogantes que se ponen en
discusión en un escenario en el cual interactúan diferentes actores e intereses que transitan a
escalas diferenciales desde lo global a lo local (vide Moura, 2017). Así, la conservación, tiene un
trasfondo geopolítico que mediante la integración de espacios, paisajes y ecosistemas naturales en
el discurso proteccionista del estado-nación, controla y domina territorios.

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En Colombia, las figuras de ordenamiento territorial ligadas a la conservación hacen parte de un


discurso institucional que fundamenta la protección de los bienes y servicios ambientales para el
bien común (sensu Cariño-Olvera et al., 2004; Durand y Jiménez, 2010). Pero en realidad el
discurso sirve para subsumir al capital los servicios ambientales que los diferentes ecosistemas
pueden brindar para el beneficio de la sociedad.

El discurso de conservación en el contexto nacional colombiano

En Colombia el discurso está inmerso en un sistema jurídico–político (cf. Cano, 2008) que lleva a la
politización de la naturaleza (Campos, 2016), particularmente en el Convenio de Diversidad
Biológica (CDB), ratificado como tratado internacional por 191 países (cf. Andrade, 2009) y el cual
Colombia implementa a partir de 1994 mediante la ley 165 promulgada ese mismo año.
Pretendiendo frenar la ocupación de territorios con alta biodiversidad se configura un modelo de
conservación in situ para el cual se crean e implementan áreas naturales con diversas categorías,
territorializando y desterritorializando el espacio a través del dominio ejercido por la relación
gobierno-ciencia (sensu. Haesbaert, 2004).

Bajo este enfoque y a través del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) y el Sistema
Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), se han implementado áreas protegidas que guardan
recursos estratégicos para el desarrollo del estado-nación (Navarrete, et al., 2001). No obstante, el
establecimiento de éstas áreas sobre territorios pre-establecidos excluye e invisibiliza las relaciones
locales existentes en estos espacios. Los sistemas colombianos de alta montaña son megadiversos
(Rangel, 2005). Por ello, distintas áreas de estos ecosistemas se encuentran bajo protección a
través de figuras jurídicas regidas mediante normativas y leyes construidas a nivel nacional.

La conservación de los ecosistemas es necesaria para el desarrollo económico del estado-nación.


Pero, más relevante, para el desarrollo y sustento de las comunidades que los habitan. Así, es
necesario deconstruir las políticas de conservación y, de esta manera, des-reterritorializar (sensu,
Haesbaert, 2004) los ecosistemas, antagonizando con las políticas exógenas que han delimitado y
moldeado estos espacios.

Además de estar regida por el pensamiento gubernamental, la delimitación territorial del páramo de
Sumapaz se estableció mediante un pensamiento científico monocultural representado en el
Instituto Alexander Von Humboldt (IAvH) que ha delimitado el área de páramos Cruz Verde –
Sumapaz a escala 1:25000. Con ello, se delimitaron los bordes y dimensiones del ecosistema del
páramo de Sumapaz (cf. Resolución 1434, 2017). Las delimitaciones someras, basadas en
conceptos técnicos, establecen una territorialización en la cual se prescribe el control del Estado
sobre el espacio (sensu Latour, 1999; Foucault, 2008) determinando los usos del territorio.

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Desterritorialización, actores sociales y pugnas en el paisaje paramuno

Las formas en que el espacio paramuno se utiliza por distintos actores escriben una configuración
específica del paisaje, generando pugnas por el espacio. Estas pugnas comprenden,
principalmente, la lucha por la permanencia campesina en el territorio, a quienes el Estado pretende
expulsar en pos de la conservación. También existen disputas por el control estratégico del espacio,
entre el Ejército nacional y las Guerrilla de las FARC, que se matizan en los diferentes paisajes,
configurando algunos conflictos socioambientales.

Para los habitantes del Sumapaz, aun no es clara la visión que se ha tomado por parte del Estado
para delimitar y crear figuras de conservación en el territorio. Visión que, sin conocimiento, ordena
y determina el uso y el manejo de espacios en los cuales se han desarrollado modos vidas. Las
áreas de protección especial que configura el páramo y el Parque Natural Nacional Sumapaz se
encuentran bajo injerencia administrativa de tres departamentos: Cundinamarca, Meta y Huila, que
proyectan, a través de sus planes de gobierno, las políticas ambientales nacionales.

Los programas ambientales constituidos desde la institucionalidad demarcan intensiones distintas


a las que los actores locales tienen en los ecosistemas. Por ejemplo, los programas de reforestación
en los páramos con especies forestales de pinos (Pinus patula y Pinus radiata) y eucalipto
(Eucalyptus globulus), por parte del INDERENA3 han afectado la lógica local de los ecosistemas en
diferentes complejos paramunos del país, ocasionando disturbios y conflictos socioambientales (cf.
Ríos, 2013; Pardo, 2012).

Mientras algunas autoridades ambientales y administrativas hablan de programas de conservación,


otras hablan de reconversión económica, incentivos de conservación para los campesinos,
programas de ecoturismo, pago por servicios ambientales, alternativas productivas, y compra de
predios para la conservación, entre otras, que son características del discurso homogeneizador de
las relaciones sociedad-naturaleza.

La desterritorialización de los paisajes paramunos es progresiva y se ha estructurado a partir de


diversos dispositivos de poder. El estado-nación ha configurado una territorialización estratégica
con la cual busca tener control de los recursos naturales. A través de la gubernamentalización se
ha gestado una colonización del territorio a diferentes niveles y escalas que han moldeado y
territorializado los paisajes paramunos. Así el discurso conservacionista y proteccionista del cuidado
del medio ambiente se ha convertido en una extensión de los dispositivos de poder (sensu, Foucault,
1979) utilizados para la territorialización estratégica del espacio, configurando nuevos paisajes, en
los cuales la presencia humana no tiene cabida. Sin embargo, como en todas estructuras las líneas

3
El INDERENA (Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente) fue la primera institución
ambiental en Colombia creada durante la década del sesenta, con el fin de reglamentar, administrar y proteger los recursos
naturales. Para el año 1993 se crea el Ministerio de Medio ambiente, el cual es el encargado de remplazar las funciones
que venía ejecutando el INDERENA.

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de fuga se presentan en forma de resistencia para des-re-territorializar el espacio (sensu Deleuze y


Guattari, 1985).

Conclusión

Los objetivos de la conservación y preservación de los ecosistemas naturales se encuentran


inmersos y sujetos a marcos legales y a políticas ambientales de conservación institucional,
atravesados y puestos en discusión desde un contexto globalocéntrico (Escobar, 1998). Estos
marcos de conservación y preservación de la naturaleza en el contexto Latinoamericano y
particularmente en Colombia, hacen parte de una construcción narrativa y discursiva alrededor de
la comprensión de la naturaleza desde una visión demarcada por la dicotomía sociedad-naturaleza
(cf. Durand, 2017).

Hoy tenemos nuevas perspectivas que entienden y visualizan las prácticas ecológicas que ha tejido
el ser humano, en distintos espacios biogeográficos (Howell, 2001). Por ejemplo, la defensa del
territorio desde los enfoques etnobotánicos y etnoecológicos hace énfasis en los conocimientos
ecológicos locales y su capacidad de generar paisajes biodiversos, ofreciendo alternativas
diametralmente opuestas a las visiones culturalmente predominantes sobre el manejo y uso de la
naturaleza (cf. Narchi y Canabal, 2015).

Etnoecología de los paisajes paramunos; perspectivas y aportes a la conservación


biocultural de los ecosistemas de páramo en Colombia

En el páramo, la riqueza biocultural está inmersas en las actividades y prácticas cotidianas de los
lugareños. Estas sostienen sistemas de soporte de vida que se han construido a partir de
conocimientos ecológicos locales. Excluirlas de los discursos de conservación hace parte de una
violencia ambiental que atenta y erosiona la diversidad biocultural y los modos de vida locales
(sensu Narchi, 2015). Es necesario registrar y entender estas prácticas para que las autoridades
ambientales reconfiguren el discurso y las prácticas que desde la oficialidad definen al páramo, para
que incluyan los conocimientos ecológicos locales (CEL).

Este conocimiento contribuye a mejorar el bienestar humano y ecosistémico, permitiendo así una
conservación biocultural que desemboca en justicia ambiental (Corona, Vargas y Escobar, 2016;
Reyes, 2009). Por ello, rescatar las percepciones y concepciones de la naturaleza que se han
construido históricamente y que están en constante evolución por parte de las poblaciones locales,
se hace necesario en ecosistemas sujetos a conservación como es el páramo de Sumapaz.

La geografía crítica no puede esperar más para reconocer el principio biocultural, i.e., la integración,
en la cual la diversidad biológica y la cultural son mutuamente dependientes (Nietschmann, 1992).
Mediante esta herramienta, los académicos y activistas podrán defender comunidades, territorios y
ecosistemas mediante argumentos sistemáticos y bien fundamentados, como los que ofrece la
etnoecología del paisaje (Johnson y Hunn, 2010). Éste tipo de aproximaciones nos permite generar

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Artículo de Análisis | PÁEZ-DÍAZ / NARCHI

alternativas prácticas y teóricas que integran conservación ambiental y justicia social en pos del
patrimonio biocultural.

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Los territorios indígenas: una tarea pendiente en Venezuela

José Becerra Ruiz1

Los pueblos indígenas en Venezuela a través de las organizaciones indígenas de base han luchado
para garantizar el reconocimiento de su identidad como pueblos de culturas ancestrales, los
avances han sido significativos en material legislativa, en este sentido, la constitución nacional
reconoce la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, así como su hábitat y derechos
originarios de la tierra que ancestral y tradicionalmente ocupan, a partir de este texto, se desprenden
una serie de leyes orgánicas con el fin de garantizar este derecho, no obstante, la garantía de estos
derechos no han tenido avances sustantivos después de casi dos décadas de la legislación
nacional. Este texto expone una visión sobre el origen del marco jurídico que definen los derechos
especiales de los pueblos indígenas en la legislación nacional, los avances en materia legislativa y
la participación de las organizaciones indígenas, avances y retrocesos en la implementación y
garantía de este derecho y finalmente se analiza la situación actual del proceso de demarcación y
titulación de las tierras y hábitats indígenas en Venezuela.

Los derechos territoriales de los pueblos indígenas

La sociedad y los territorios son indisociables. Toda sociedad al conformarse lo hace constituyendo
su espacio, su hábitat y su territorio. En verdad, sociedad es espacio, ante todo, porque es
constituida por hombres y mujeres de carne y hueso que en su materialidad corporal no pueden
prescindir del agua, de la tierra, del aire y del fuego. (Porto – Goncalves, 2013: 146). En este sentido,
es importante concretar los derechos territoriales de los pueblos indígenas que puedan garantizar
la sobrevivencia de estos, sus culturas, usos y costumbres.

La población indígena en América Latina se considera entre unos 45 millones de habitantes la cual
se estima el 10% del total regional, esta población representa alrededor de unos 800 pueblos
indígenas en toda América latina (Del Popolo & Jaspers, 2014: 43-44). Estos pueblos han avanzado
en la consolidación de sus derechos a través de diferentes figuras jurídicas a través de un largo
proceso, destaca el Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales (OIT, 1989), en el cual se
reconocen los derechos de los derechos colectivos de los pueblos indígenas y tribales, por otro
lado, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UN,
2007); esta normativa de carácter vinculante para los países firmantes (Argentina, Bolivia, Brasil,
Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú
y Venezuela) se ha insertado en el nuevo ordenamiento jurídico latinoamericano denominado

1
Grupo de Trabajo sobre Asuntos Geográficos. GT Pensamiento Geográfico Crítico Latinoamericano. E – mail:
jose.becerra.ruiz@gmail.com

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Artículo de Análisis | BECERRA RUIZ

“Constitucionalismo Multicultural” que se desarrolla entre 1987 y 2001.

Los textos constitucionales latinoamericanos han incorporado referencias al carácter multicultural o


multiétnico de su “sociedad nacional” reflejando reconocimiento más o menos amplios de derechos
especiales para los integrantes de los pueblos indígenas (Wilhelmi, 2011: 14) en él se reconoce la
existencia e identidad de los pueblos originarios, no obstante, la implementación de esos derechos
depende de la creación normativa que permiten la concreción de los mismos.

“Los derechos colectivos indígenas no son reconocidos como auténticos derechos subjetivos sino
que se articulan como concesión del poder político al ejercicio de un cierto grado de autonomía
grupal, basada en el respeto de determinadas manifestaciones de la propia cultura (idioma,
costumbres, tradiciones o formas de organización social, etc. a menudo configuradas
semánticamente como “derechos”) siempre sometidas a la cláusula de no contradicción con los
derechos individuales nacional e internacional- mente reconocidos (derechos Humanos).” (Wilhelmi,
2011: 14)

El paso de los años ha permitido reconocer y examinar que el proceso de demarcación en


Venezuela ha costado debido a diferentes razones, destacan: 1) la planificación y recursos
suficientes que prioricen el desarrollo de las regiones con población indígena, 2) la presencia de un
discurso político e ideológico contrarios a la demarcación y a los derechos de los pueblos indígenas
propios del militarismo, 3) se hace referencia a la seguridad nacional 4) los peligros que afecta la
integridad territorial, 5) presencia de supuestos intereses transnacionales en territorios indígenas;
por otro lado, advierte las dificultades por parte del Estado destacando: a) la definición de un
procedimiento efectivo en los primeros años del proceso (de demarcación) y de mecanismos
operativos para resolver aspectos prácticos b) falta de comparación con otras experiencias de
demarcación en América latina (Bello 2011: 51).

No obstante, los pueblos y comunidades indígenas se han organizado desde las bases con el apoyo
de asesores para iniciar procesos de auto demarcación de los territorios que ancestral y
tradicionalmente ocupan como instrumento frente al Estado, con estos instrumentos reconocen sus
hábitats y territorios como una herramienta para iniciar diálogos con el Estado y consolidar la
garantía de sus derechos a la tierra.

El reconocimiento de los derechos territoriales indígenas en el contexto latinoamericano

La garantía de la supervivencia de los pueblos indígenas tiene como base fundamental la


territorialidad como única herramienta que permite avanzar hacia el estado democrático social de
justicia y de derechos (Aguilar, 2012). En América latina existen experiencias referentes a la
demarcación y titulación de territorios indígenas, los casos más emblemáticos son Brasil, Bolivia,

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Artículo de Análisis | BECERRA RUIZ

Ecuador, Colombia y Perú. Dichos países han logrado reconocer espacios amplios y suficientes
para garantizar la vida y sobrevivencia cultural de los pueblos indígenas en sus países.

De acuerdo con un estudio comparativo realizado (Chirif, & García Hierro, 2007), hace referencia a
los procesos de demarcación y titulación en algunos países amazónicos, se observó que los
territorios indígenas demarcados en Brasil representan 108.519.996 ha., de extensión territorial
nacional; en el caso Boliviano se han registrado avances en el reconocimiento de los territorios
indígenas sobre todo en la región amazónica y oriente con un total de 7.404.500 ha., en Ecuador
ha reconocido a los pueblos y comunidades indígenas un total de 5.282.850 ha. de extensión
territorial nacional, en Colombia se han reconocido un aproximado de 31.207.978 ha. de extensión
territorial nacional, en Perú representa un total de 12.550.427 ha. de extensión territorial nacional
en el que se reconoce el territorio de los pueblos y comunidades indígenas de la región amazónica.

Los avances en América latina son significativos estos se han materializado gracias a las normativas
jurídicas y al andamiaje jurídico que permite sustentarlas, por supuesto, la participación de las
organizaciones indígenas de base que han encontrados caminos de interlocución con el Estado
nacional. En el caso venezolano los avances no han sido sustantivos en cuanto a la implementación
del proceso de demarcación (como derecho) sobre los territorios que tradicional y ancestralmente
ocupan los pueblos indígenas.

Reconocimiento legislativo del estado venezolano

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) reconoció por primera vez en la


historia el carácter multiétnico, pluricultural y multilingüe de la sociedad venezolana. Se reconoce la
existencia de más de 40 pueblos indígenas. De los 30 millones de habitantes, el 2,8% se identifica
como indígena (INE, 2012). En 2002 se ratificó el convenio 169 de la OIT y se han aprobado un
conjunto de leyes que desarrollan de forma directa los derechos humanos específicos de los
pueblos indígenas reconocidos en la Constitución, entre ellas: la Ley de Demarcación y Garantía
del Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas (2001), la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades
Indígenas (2005), la Ley de Idiomas Indígenas (2007), la Ley de Patrimonio Cultural de los Pueblos
y Comunidades Indígenas (2009) y la Ley del Artesano y Artesana Indígena (2009). Venezuela votó
a favor de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
(Iwgia, 2016).

Es novedoso este desarrollo de leyes pues ha incorporado conceptos que identifican a este conjunto
de personas y sobre todo su concepción territorial. Estos términos incluyen Pueblos Indígenas que
están vinculados por familias generando así conjuntos sólidos cotidianos como Comunidades
Indígenas y cada individuo que se reconoce perteneciente a éste, es un indígena. Dentro del
concepto territorial se define Hábitats y Tierras al espacio que corresponde en su totalidad a partir
de su contacto, físico, cultural o simbólico utilizado por los pueblos indígenas.

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Artículo de Análisis | BECERRA RUIZ

Proceso de demarcación de las tierras y hábitats indígenas en Venezuela


Desarrollo del proceso de demarcación

El proceso de demarcación inicia con la Ley de Demarcación y Garantía del Hábitat y Tierras de los
Pueblos Indígenas (Ley de Demarcación), publicada en la Gaceta Oficial 37.118 del 12 de enero de
2001, a través de esta ley se debe desarrollar el proceso de demarcación, permitiendo la creación
del andamiaje administrativo que logre la concreción del proceso demarcación.

Así mismo, el ejecutivo nacional crea la Comisión Nacional de Demarcación del Hábitat y Tierras
de los Pueblos y Comunidades Indígenas (CNDHTPCI), publicado en la Gaceta Oficial N° 37.257
del 09 de agosto de 2001. Se establece que su objeto será promover, asesorar y coordinar todo lo
relativo al proceso nacional de demarcación del hábitat y tierras de los pueblos y comunidades
indígenas. Posteriormente, se reestructura y organiza la Comisión Nacional de Demarcación del
Hábitat y Tierras de los Pueblos y Comunidades Indígenas Decreto Presidencial bajo el Nº 7.855,
publicado en la Gaceta Oficial Nº 39.624 de fecha 25 de febrero de 2011. Este decreto introduce
nuevos procedimientos y cambia la competencia ministerial del Ministerio del poder popular para el
Ambiente al Ministerio del poder popular para los Pueblos Indígenas.

Estos cambios no contaron con la aceptación de las organizaciones nacionales y locales indígenas,
pues, no fueron consultados puesto que esto viola sus derechos consagrados en la constitución,
por otro lado, mencionan que existen algunas contradicciones en el procedimiento legal para la
demarcación que reposa en los textos jurídicos de la materia. Debido a esto y otras objeciones el
gobierno nacional realiza una revisión al decreto y realiza una reforma parcial que se publica en la
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela 39.665 de fecha 03 de mayo de 2011. Una
de las novedades que incorpora esta revisión son las competencias que se establece a la
CNDHTPCI pues, le corresponde recomendar en las áreas demarcadas, políticas integrales en
materia de salud, educación, alimentación, actividades productivas y vivienda, respetando las
formas de organización indígena y costumbres ancestrales.

Balance de la situación actual y territorios reconocidos

Es necesario hacer un breve recuento en el desarrollo de los procesos de demarcación. Se


reconocen diferentes etapas que ayudaran a reconocer los avances y retrocesos en esta materia.
La primera etapa (2001 – 2004) se diseñó la estructura institucional, así como las normas de
funcionamiento y se inició la sustanciación de los expedientes de demarcación en diferentes
entidades federales del país. En la segunda etapa (2005 - 2008) debido a las expectativas creadas
por la sustanciación de los expedientes de demarcación según la Secretaría Técnica de la
CNDHTPCI en el 2009 se entregaron en estos periodos un total de 36 títulos de tierras demarcadas
en todo el país ocupando una extensión de tierras reconocidas de 1.005.486,73 hectáreas, de
acuerdo a los datos oficiales, solo se habían realizado demarcaciones en 6 entidades federales que

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Artículo de Análisis | BECERRA RUIZ

beneficiarían a 6 pueblos indígenas de los 40 reconocidos en Venezuela. En la tercera etapa (2009


– 2012) se evidencia una paralización informal del proceso de demarcación a nivel nacional. La
CNDHTPCI y las CRD´s dejaron de reunirse, sin embargo, no dejaron de tramitar expedientes, hubo
argumentos que describían su inactividad la falta de recursos económicos y presupuestarios para
realizar estudios técnicos y contratación de personal. En la cuarta etapa del proceso, según datos
oficiales hasta 2013 se han entregado 87 títulos de propiedad colectiva a los pueblos y comunidades
indígenas (Bello, 2011).

Durante el 2014 no se hizo entrega de ningún nuevo título de propiedad colectiva, lo que dio lugar
a un pronunciamiento por parte de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de Amazonas
(COIAM, 2014), que planteó al gobierno nacional una revisión urgente de todos los expedientes de
demarcación solicitados y que se elabore e implemente, con la participación activa de las
organizaciones indígenas, un plan de acción para avanzar en el proceso de demarcación con
criterios claros y dando prioridad a las demarcaciones colectivas por pueblos indígenas y
multiétnicos partiendo de las solicitudes realizadas por auto demarcación.

Son evidentes los avances normativos constitucionales y legales en materia de demarcación de


hábitats y tierras indígenas y los esfuerzos realizados por el ejecutivo nacional para concretar las
primeras demarcaciones, mediante el reconocimiento y titulación a comunidades individuales con
extensiones de tierras limitadas. Sin embargo, no ha dado el paso fundamental para reconocer
grandes extensiones colectivas, demandados por varios pueblos indígenas de acuerdo a la
constitución y la ley (Bello, 2011). Dejando como resultado territorios sobre los que se ciernen
presiones y amenazas para la explotación de los recursos naturales sin considerar la consulta previa
a los pueblos indígenas que habitan estos territorios (Montavani, 2016).

De acuerdo con los últimos datos oficiales presentados por el Ministerio de los Pueblos Indígenas
en Venezuela, hasta 2013 se han entregado 87 títulos de tierras demarcadas, con una extensión
aproximada de 2.933.094,56 hectáreas. Esto significa que hasta el año 2017 después de 17 años
de vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela sólo se ha demarcado
aproximadamente el 10% quedando pendiente por demarcar el 90% de los territorios, los cuales
ponen de manifiesto no solo las dificultades del proceso sino también la falta de voluntad política.

Conclusión

Las reformas jurídicas impulsadas constituyen un avance importante en el reconocimiento del


carácter pluriétnico y multicultural del Estado, así como también en el reconocimiento de los
derechos individuales de los indígenas y colectivos de sus pueblos y comunidades, por otro lado, la
participación protagónica de la población indígena ha evidenciado la ocupación territorial de sus
espacios.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 29


Artículo de Análisis | BECERRA RUIZ

Los procesos de reconocimiento territorial de los pueblos indígenas han avanzado lentamente en
Venezuela, estos territorios se han visto afectados por la presencia de terceros no indígenas,
presencia de proyectos petroleros, mineros, hidroeléctricos, entre otros. Muchos de estos han sido
impulsados en áreas indígenas sin una consulta previa, libre e informada o aun contra la voluntad
de estos pueblos.
El descontento indígena frente a la incapacidad del Estado para dar respuesta a las expectativas
generadas por el marco jurídico y sus instituciones y en general para satisfacer sus demandas, se
ha hecho evidente en los últimos años en un contexto de crisis económica.

Bibliografía

Aguilar, Vladimir. 2012. Territorios indígenas y demarcación en Venezuela: de la responsabilidad


jurídica a la banalización política. En: http://www.aporrea.org/regionales/a147325.html [Consultado
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de los Pueblos Indígenas en Venezuela (1999 – 2010). Caracas – Venezuela: Wataniba – IWGIA.

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Venezolana sobre el proceso nacional de demarcación de hábitat y tierras indígenas a los 15 años
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la-coordinadora-de-organizaciones-indigenas-de-la-amazonia-venezolana-sobre-el-proceso-
nacional-de-demarcacion-de-habitat-y-tierras-indigenas-a-los-15-anos-de-aprobacion-de-la-
constituci/ [Consultado el 17 de abril de 2017].

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Del Popolo, Fabiana; Jaspers, Dirk; CEPAL, N. U. 2014. Los pueblos indígenas en América Latina.
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En: https://ejatlas.org/conflict/las-luchas-contra-el-mega-proyecto-del-arco-minero-del-orinoco
[Consultado el 10 de noviembre de 2017].

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Boletín Geocrítica Latinoamericana | 30


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Naciones Unidas. 2008. Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos
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Wilhelmi, M. A. 2011. Los derechos constitucionales de los pueblos indígenas. Contexto


latinoamericano actual. Los límites del constitucionalismo multicultural liberal. En El Estado ante la
sociedad multiétnica y pluricultural. Políticas públicas y derechos de los pueblos indígenas en
Venezuela (1999 – 2010). Bello L. J. (Editor), págs. 14 – 21. Caracas – Venezuela: Wataniba –
IWGIA.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 31


Aproximações a uma Economia Política da Terra na Amazônia

Paulo Olivío Correa de Aquino Junior1

A centralidade da terra na periferia Amazônida

A atualidade do debate sobre questões e práticas relativas à terra tem se expressado através de
diversos autores contemporâneos, sendo temas de eventos, livros, mesas de debate, publicações,
etc. Termos como land grabbing/acaparamiento de tierras/estrangeirização, green grabing,
neocolonialismo, acumulação primitiva ou por despossessão, uso de terras degradadas, aparecem
em títulos de trabalhos, eventos, pesquisas. Tudo isto demonstra uma preocupação sobre a terra,
seus usos, destinações, horizontes – enfim, um tema “na pauta”. Considerando a leitura triádica do
Capital para Marx, temos Terra, Trabalho e Capital (Lefebvre, 2001) como os meios de produção
mais “especiais” para a produção-circulação-realização da mais valia, que é o coração do modo de
produção capitalista, somada a uma leitura que vá além do economicismo e lance horizontes outros
contra engessamentos da ortodoxia, o que se pretende aqui é, constatando estas discussões acerca
da terra, ensaiar e propor desde a Amazônia algo como uma Economia Política da Terra. Isto implica
uma revisão das histórias desta região, geografadas no espaço, assumindo ao mesmo tempo a
coetaneidade de diversas geografias em processo, geografias de nosotros, desde uma perspectiva
crítica.

Do vazio à vítima presente: trajetos

Na literatura sobre a Amazônia, uma das ideias mais presentes e notáveis é a de “vazio
demográfico” (Porto-Gonçalves, 2017, p.15). Esta ideia aparece desde o início da colonização, e
justificou a dominação e subjugação sistemática dos povos amazônidas. Da ideia de “hileia”
colonial, da “terra sem homens para homens sem terra”, slogan da Ditadura Militar pós-golpe de
1964 no Brasil, até chegar ao “celeiro do mundo” e fonte de “terras degradadas” passíveis de uso
futuro, o “vazio demográfico” permanece como que retornando.

Esta ideia-força não se mantém sozinha. Junto a ela, está a natureza indolente, pura e intocada,
que precisa ser utilizada. O dualismo homem-natureza aparece aqui com diversas consequências:
primeiro, sob o signo do homem (em vez de humano) que oculta o homem genérico não tão genérico
assim, mas branco-hétero-caucasiano-ocidental. Por outro lado, a natureza é compreendida como
alheia ao fazer humano, “intocada” - o que desconsidera a dialética entre humanos e natureza na
região há pelo menos 17 mil anos. Nesta ideologia, a natureza indolente/intocada tem de ser

1
Mestrando pelo Programa de Pós-Graduação em Desenvolvimento Sustentável do Trópico Úmido, do Núcleo de Altos
Estudos Amazônicos – Universidade Federal do Pará (UFPA). E-mail: paulocorrea.sj@gmail.com

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Boletín Geocrítica Latinoamericana | 32
Artigo de Análise | CORREA

ocupada pelo homem que quer produzir, ainda que isto comprometa a reprodução da própria
“natureza”, androcentrismo disfarçado de antropocentrismo (Porto-Gonçalves, 2017).

A colonização foi a forma principal de ocupar para produzir na região. Evidente na ocupação ibérica
desde o séc. XVI, a produção destrutiva na região é paralela à região como refúgio de muitos povos
indígenas litorâneos, que subiram rios, vales, planaltos, com objetivo de se distanciar dos
colonizadores e de suas atrocidades, como registrada por Las Casas (2011) em seu relato “paraíso
destruído”.

Colonização de gentes europeias, enviadas para ocupar capitanias enquanto as riquezas da região
eram levadas Além-Mar, a região também foi ocupada por negros escravizados, que vendidos como
mercadorias no nascer da nossa modernidade periférica, também encontraram
razões/oportunidades para sua liberdade, se refugiando na floresta densa, nas capoeiras,
constituindo as populações criollas que hoje nos são coetâneas e testemunham suas geografias.

Com as independências nacionais, principalmente a partir do séc. XIX, a colonização se


internalizou: exploração de recursos naturais como motor para o desenvolvimento, envio de
“excedentes populacionais”, entre outros processos que caracterizam aquilo que Casanova (1995)
denomina “colonialismo interno”. É o boom do desmatamento e desplazamento de populações.

No alvorecer do séc. XXI, após a crescente pressão internacional contra a perda da biodiversidade,
o aquecimento da atmosfera e a crise climática, a Região ganha o noticiário internacional, enquanto
prossegue o desmatamento, levando a sugestões como a “internacionalização da Amazônia” e sua
identificação como “celeiro do mundo”. este processo passa a ser acompanhado pela conquista de
direitos de suas populações, notadamente indígenas e quilombolas (demarcações), mas também
camponesas extrativistas (Reservas Extrativistas), e a criação de uma miríade de áreas protegidas,
de conservação de natureza – dualismo reproduzindo-se, muitas vezes com deslocamento de
populações para “proteger a natureza”.

Os três períodos acima citados, reconhecendo sua generalização, nos servem para afirmar que a
Amazônia atravessa estes tempos sendo considerada uma fronteira de recursos naturais
(extrativismo, neoextrativismo) ou espaciais (vazio a ser ocupado, depois investido), com vistas ao
enriquecimento das metrópoles ibéricas e depois o Norte e as elites locais/nacionais, a governança
territorial nacionais como escape para tensões contra latifundiários, e a fixação de povos nômades
para liberar terras para comércio e controlar sua reprodução (demarcações), ordenando o território,
ocupação de muitos geógrafos na região atualmente.

A fronteira de recursos naturais e espaciais atravessa de forma diferente estes períodos, levando a
anexação (colônia) a converter-se em inclusão, inclusão da região (fluxos informacionais e
infraestrutura) e de seus povos (“inclusão social”). A Região, contudo, também serviu de lócus de

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Artigo de Análise | CORREA

reprodução de povos indígenas, quilombolas, ribeirinhos, camponeses e extrativistas, que nas


terras livres da região encontraram condições de se reproduzirem de forma não-subordinada, ou
com graus de autonomia elásticos quanto aos grandes centros.

Quanto a inclusão social, partimos de uma perspectiva crítica, constatando com Escobar (2007) que
após a falência da Revolução Verde na segunda metade do séc. XX, se procurou no âmbito de
organismos de desenvolvimento internacionais e do establishment estabelecer aquilo que viria a
ser chamado Desenvolvimento Rural Integrado (DRI), no qual se criou um novo grupo de clientes
(“necessitados”), camponeses e depois mulheres, já na década de 1970. A criação destes “novos
clientes” foi pautada no “produzir ou perecer”, substituindo o sujeito de direitos pelo sujeito de
consumo, marca do período neoliberal no qual estamos incluídos (Laval & Dardot, 2017). Assume-
se a pobreza e a necessidade de ajuda e cooperação, inclusão, mas estas ocorrem simultâneas à
despolitização da pobreza (Fergunson apud. Escobar, 2007, p. 245).

Esta passagem caracteriza o surgimento do “pobre presente” naquilo que era “vazio”, deslocamento
essencial para a nossa análise, materializando o “paradoxo da vitimização”: a ajuda às vítimas no
sistema capitalista interessa na medida em que as vítimas permanecem vítimas, esvaziadas de
autonomia e protagonismo: “o Outro deve que deve ser protegido é bom na medida em que continua
sendo a vítima” (Zizek, 2015, p.70).

Além dos povos degradados (pobres, miseráveis), vai ganhando destaque a noção de terras
degradadas (subutilizadas) como possibilidades de expansão do agronegócio (Borras Jr, Franco,
Kay & Spoor, 2011, p.8), o que chamamos “recurso espacial” acima. Terras e pobres “necessitados”
(sic) de ajuda externa e investimentos, movendo e valorizando os capitais do sistema mesmo que
os subalterniza. Vêm as orientações técnicas, as linhas de financiamento, os grandes projetos de
geração de empregos momentâneos, as novas oportunidades de integração à cadeias produtivas
pelos sistemas de “parcerias” win-win.

Diversidade, contradições, desigualdades e combinações

O levantamento de lutas pela terra/território na Amazônia expressa sua diversidade já na tentativa


de nominar os sujeitos e processos. Classe, grupo, comunidades, etnias, povos, mas também
cocaleras, pallenques, quilombolas, ribeirinhas, campesinas, feministas, indígenas, atingidos por
barragem e mineração, etc, a que passarei a referir como nosotros, por entender que também me
insiro nestas lutas teórico-políticas. Lutas de diferentes vieses atravessadas por processos globais
também diversos de “un capitalismo que no termina de hacerse evidente en la realidade social y
que, bajo otras connotaciones y particularidades, sigue presente en la realidad del mundo
contemporâneo” (Velásquez, s/d, p.5), com suas alianças com as elites de transparência variável.

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Artigo de Análise | CORREA

A sociedade capitalista onde se aliançam estas elites e existe/lutam estes nosotros é fundada na
separação superposta pela unidade (forçada) entre Terra, Trabalho e Capital (Lefebvre, 2011,
p.177). Sobre esta separação/unidade se dá a produção de mais-valia, que é condição para a
reprodução do próprio sistema, que por seu turno reproduz suas contradições. As classes não
experimentam as contradições do sistema capitalista de forma semelhante: crises, mas também
grandes projetos, são sentidos de forma muito diversa conforme a geografia de cada classe. Se
acrescentarmos à dimensão de classe os diferentes povos, cosmologias, o mosaico de experiências
fica ainda mais complexo. A terra para uns é meio de produção, para outros, condição de
reprodução, ou ainda sagrado e sentido. Mas a terra é uma (“ecúmeno” tem a mesma raiz que
“comum”, múnus), ainda que parcelada, o que implica contradições na/sobre uma totalidade
concreta, literalmente, se geografando de forma desigual conforme as distintas territorialidades, os
sentidos e/ou normas que se dão à terra.

Este desigual, entretanto, é combinado na medida em que se insere na totalidade da reprodução


social e na reprodução do próprio sistema capitalista, que pode assimilar diferentes modos de
produção e vida (bio-diversidade) com a condição de que a riqueza gerada por estes seja
canalizada/apropriada pelas classes burguesas e elites políticas, ou seja repartida com vantagens
para estes últimos, no caso do bônus, ainda que o ônus caiba em geral à nosotros. Neste contexto,
lança-se uma gama de contradições referentes à diversidade que o sistema gera mas procura
subjugar ao “Um”: o Estado como instância política que viabiliza o capitalismo (Tible, 2017), como
forma política do capitalismo (Mascaro, 2013). Estas contradições se expressam, por exemplo, na
proposta de integração latino-americana (IIRSA) via infraestruturas, que ameaça a bio-diversidade
ou pretende subjuga-la em nome do progresso, incluindo de forma excludente em circuitos
econômicos globais.

Entre Utopias e a Crítica da Crítica

O horizonte e o próprio espaço em que se desenrolam as relações entre terra e nosotros é político,
de poder, não só na leitura usual da ordem, mas mesmo do “quem e o que pode”. Mesmo o poder
não corresponde, em se tratando de Amazônia, de um universal, havendo um fazer/poder
hegemônico e microfísicas do poder, como sugeria Raffestin em sua clara influência foucaltiana
(1993). Poder, para nosotros, pode comportar elementos que vão muito além do Estado ou o
econômico. Se o poder é diverso em seu fazer, também o são as formas de resistência.

É só assumindo isto que podemos compreender Daniel Munduruku, que ao falar das resistências
indígenas, diz que muitas vezes a resistência não é o uma saída de-contra, mas a própria dimensão
de co-pertencimento: “os povos indígenas já contribuem muito [para a resistência à civilização
moderno-extrativista]. Eu diria até que contribuem sem fazer um esforço extraordinário. Basta que

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Artigo de Análise | CORREA

se mantenham vivos e não percam de vista a sua noção de pertencimento” (Machado &
Dorrico, 2018 – sem grifos no original).

A resposta de Munduruku encontra ressonâncias em Ianni (1968), que defende a tese de que a
prática social “como um todo” do campesinato acaba por tornar-se um componente das lutas sociais
que de desenvolvem na sociedade, na medida em que há uma no campesinato traduzida na sua
constituição como obstáculo à expansão do capitalismo no campo, “na afirmação da primazia do
valor de uso sobre o valor de troca”

Neste mesmo artigo, Ianni de certa forma antecipa as lutas altermundistas que emergem no final
do séc. XX e início do séc.XXI, ao enunciar que “a comunidade camponesa pode ser ilusória,
pretérita, romântica. Mas pode ser uma metáfora do outro mundo” (p.138). A utopia camponesa de
que fala Ianni e a cosmovisão indígena apresentada aqui por Munduruku nos colocam um desafiou
que recebe em geral pouca relevância nos estudos de conflitos e resistências pela terra, que é a
herança do pensamento/vida ameríndio no campesinato Amazônico (radicalidade não se refere à
raiz também?), que antecipa/ultrapassa/atravessa o campesinato enquanto classe.

Na defesa da reprodução de seus modos de vida, camponeses, quilombolas, indígenas, podem ter
em comum uma gênese de busca pela Yvi-marã-ei (Terra sem Males) dos Tupi-Guarani, que se
identifica com a terra livre a que se referem tantos camponeses que já encontramos no nordeste
paraense, seja em pequenas vilas, seja embaixo de lonas pretas (acampamentos). Reencontrar a
história das comunidades, dos povos e classes concretas, passa pela genealogia de suas cosmo-
visões, das relações nas diferenças de nosotros.

Radicalidade e co-pertencimento colocam limites à nossa própria tentativa de uma Economia


Política da Terra na Amazônia, sendo necessário ter em conta a crítica de Marx à economia política
“enquanto tal” (Lefebvre, 2001), o que quer nos dizer que a Economia Política, por mais que seja
um importante instrumento de análise e síntese, leitura e possibilidade de ação (práxis), é
insuficiente para dar conta da totalidade social, da qual fazem parte não só ideologias mas
cosmovisões diversas. Elaborar o concreto, neste esforço, passa por considerar elementos não
necessariamente materiais, como as utopias, visagens, mitos e lendas, que constituem e moldam
os universos destas diversidades de povos que constituem a geografia da Amazônia.

Para tanto, temos em vista que no mesmo espaço coexistem tempos diversos não só no que tange
as acumulações de tempos desiguais (Santos, 2014), mas coetâneos, coexistentes, geografados e
geografando-se de forma desigual, contraditória, combinada. Santos escreveu que a geografia
deveria ser a filosofia das técnicas. Pois bem, defendemos que as técnicas atravessam, encarnam,
possibilitam as diferentes geografias, mas as filosofias também são diversas, e mesmo insuficientes
para tantos modos de conhecimento e vida. Uma geografia crítica deve dar conta desta diversidade,
da alteridade, na crítica a geografias da opressão, do “Um”, contra-geografias outras, nosotras.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 36


Artigo de Análise | CORREA

Bibliografia

Borras Jr, S. M. Franco, J. C. Kay, C. Spoor, M. El acaparamiento de tierras em América Latina y el


Caribe visto desde uma perspectiva internacional más amplia – borrador. Disponível em
http://www.fao.org/fileadmin/user_upload/rlc/eventos/229269/borras.pdf

Casanova, P. G. (1965). Internal Colonialism and National Development, In: Studies in Comparative
International Development, 1 (4), pp.27–37.

Dardot, P. Laval, C. (2017) Comum. Ensaio sobre a revolução no século XXI. São Paulo: Boitempo.

Escobar, A. (2007) La invención del Tercer Mundo. Construcción y desconstrucción del desarollo.
Venezuela: Fundación Editorial el Perro y la Rana.

Ianni, O. (1968) A utopia camponesa. In: Revista da Universidade de São Paulo, n. 2, pp. 103-119.

Las Casas, F. B. de. (2011) O paraíso destruído: A sangrenta história da conquista da América
Espanhola. Porto Alegre: L&PM.

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Entrevista especial com Daniel Munduruku. Disponível em https://goo.gl/HNnVsg

Mascaro, A. L. (2017) Estado e Forma Política. São Paulo: Boitempo.

Porto-Gonçalves, C. W. (2017) Amazônia: encruzilhada civilizatória: tensões territoriais em curso.


Rio de Janeiro: Consequência Editora.

Santos, M. Espaço e Método. São Paulo: Edusp, 2014.

Taussig, M. T. (2010) O diabo e o fetichismo da mercadoria na América do Sul. São Paulo: Unesp.

Tible, J. (2017) Marx Selvagem. São Paulo: Autonomia Literária.

Velásquez, B. R. R. Una Geografia Critica Para America Latina Al Final Del Siglo : ¿Para Que Y
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ZIZEK, S. (2015) Vítimas, vítimas por toda parte. In: ZIzek, S. O absoluto frágil, ou Por que vale a
pena lutar pelo legado cristão. São Paulo: Boitempo.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 37


Entre el neoextractivismo y la emergencia ambiental:
El caso del Rio Nuevo en San Luis, Argentina
Rodrigo Javier Dias1

El último tercio del siglo XX marcó el inicio de tres procesos trascendentales que marcarían el
camino para los países latinoamericanos. En primer lugar, la expansión plena del capitalismo a
través de una última y acelerada etapa de globalización que llevó esta doctrina hasta el último rincón
del planeta. En segundo lugar, la emergencia y progresiva adopción -en muchos casos “obligada”-
del modelo neoliberal junto a sus modos de producción y acumulación de capital , dejando de lado
definitivamente las esperanzas de desarrollo e industrialización que habían marcado tendencia las
décadas anteriores, encauzaron los caminos de las economías latinoamericanas de regreso hacia
un modelo productivo primario que, si bien nunca había sido desechado, si había quedado a la zaga
de los procesos industrializadores.

Derivado de lo anterior, el tercer proceso es el representado por la denominada Revolución


Biotecnológica, revolución que amplió los horizontes de la producción agropecuaria hasta límites
insospechados. A través de la inserción y patentamiento en el mercado de OGM´s (Organismos
Genéticamente Modificados), principalmente de semillas modificadas para aumentar el rendimiento
de las cosechas y de un paquete de químicos destinados a la fertilización de las tierras y la
eliminación de cualquier tipo de plaga que pudiera afectar los productos, este nuevo método de
producción permitió el rápido incremento de las áreas cultivables y del rendimiento de las mismas.
Sumado a ello, la inserción de los grandes laboratorios e inversores con sus intereses puestos en
juego, determinó que la producción agropecuaria se volcara al mercado financiero de capital
especulativo, convirtiéndose en una commodity más, inclinando la balanza definitivamente: la
producción de alimentos deja de responder a las necesidades alimenticias para atender a las
necesidades financieras.

En los países latinoamericanos, la adopción generalizada de este modelo productivo extractivista


en un nuevo formato -aún a pesar de la aparición de gobiernos progresistas durante las primeras
décadas del siglo XXI- y su idealización como modelo de desarrollo (Gudynas, 2009) reorientó las
economías de estos países y los lanzó hacia nuevos desafíos. Así “el neo-extractivismo es aceptado
como uno de los motores fundamentales del crecimiento económico y una contribución clave para
combatir la pobreza a escala nacional” (Gudynas, 2009, p.214).

1
Licenciado en Enseñanza de las Ciencias Sociales con orientación en Didáctica de la Geografía por la Universidad
Nacional de San Martín. Profesor de Geografía por el Instituto Superior del Profesorado “Dr. Joaquín V. González”, con
especializaciones en Geografía de África y Oceanía y Geografía de Asia. Docente en nivel medio y en formación docente
por el Instituto Superior del Profesorado “Dr. Joaquín V. González”. Actualmente cursando la Maestría en Sociología
Política Internacional por la Universidad Nacional de Tres de Febrero. E - mail: rjdias082@gmail.com

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Boletín Geocrítica Latinoamericana | 38
Artículo de Análisis| DIAS

En Argentina, país de base agrícola-ganadera, la expansión de la producción sojera -habitualmente


denominado sojización- de carácter intensivo bajo las técnicas más avanzadas hacia nuevas áreas
de cultivo dominadas tradicionalmente por la cría de ganado, el trigo o el maíz ha puesto en
evidencia la relación entre este neoextractivismo financiero y la utilización de agroquímicos y OGM´s
como patrón garante de rentabilidad. Pero hay un aspecto que, desde los primeros años de
producción, ha sido discutido: ¿cuáles son las consecuencias de este “dominio neoextractivo” en el
ambiente?

El modelo neoextractivista y la biotecnología: ¿Desarrollo a qué costo?

Tras la decadencia del ideal industrializador y los modelos desarrollistas que surgieron en
Latinoamérica desde mediados del siglo XX, en las últimas décadas de esta centuria las economías
de la región retornaron hacia un modelo productivo primario de extracción de materias primas con
escaso valor agregado, denominado por Maristella Svampa (2013) como un “proceso de
reprimarización”. Continuando con la autora, podemos afirmar que

“El neoextractivismo desarrollista instala una dinámica vertical que irrumpe en los territorios, y a
su paso va desestructurando economías regionales, destruyendo biodiversidad y profundizando
de modo peligroso el proceso de acaparamiento de tierras, expulsando o desplazando
comunidades rurales, campesinas o indígenas, y violentando procesos de decisión ciudadana”.
(Svampa, 2013)

En la actualidad, en un contexto en el cual las materias primas se han convertido en bienes


productivos que especulan en bolsa con un precio dolarizado y fijado por los principales mercados
-comúnmente denominados commodities, la necesidad de producir ha sobrepasado las cuestiones
alimenticias para responder a las necesidades financieras, tanto de los grandes terratenientes y las
empresas transnacionales así como también de los estados.

En este sentido, el apoyo estatal para la continuidad de este modelo neoextractivo estuvo
estrechamente vinculado al modelo neodesarrollista o progresista pregonado por los gobiernos
populistas de principios de siglo y se mantiene firme como estrategia productiva de los gobiernos
actuales, transformando la matriz productiva y -principalmente- los territorios productivos de los
países dentro de una lógica capitalista.

Por otro lado, la expansiva utilización de los Organismos Genéticamente Modificados (de ahora en
adelante, OGM´s) y sus paquetes biotecnológicos de crecimiento -dentro de los cuales se destacan,
fundamentalmente, agroquímicos destinados a la fertilización de semillas transgénicas y
pesticidas/plaguicidas que aseguran el producto frente a posibles amenazas, el incremento de la
mecanización y un escaso o nulo procesamiento post-extracción- ha encontrado en este modelo
extractivo de producción un socio inmejorable. Así, el nuevo paradigma productivo se ha afirmado
en las superficies cultivables de la región, aumentando la rentabilidad de la tierra pero sin
contemplar las consecuencias. En este sentido, Galafassi (2012) afirma que “La producción siempre

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 39


Artículo de Análisis| DIAS

renovada de paradigmas tecnológicos interactúa de manera estrecha con el proceso de diseño de


nuevas geografías y la transformación-creación de nuevos (neo) espacios en donde el capital puede
ejercer libremente sus capacidades de dominio”. (p.2)

Tras varias décadas de acción de este tipo de modelos de desarrollo en los países
Latinoamericanos, la agricultura regional actual se caracteriza por los monocultivos y la orientación
a la exportación (Gudynas, 2009) como común denominador. La escasa diversificación productiva,
la creciente dependencia de las materias primas como llave para la inserción internacional, el
avance de la frontera agropecuaria y -en consecuencia- la explotación indiscriminada tanto del
recurso hídrico como del suelo son solo algunos de los factores que en el corto plazo han provocado
negativos impactos socioambientales, cuyos efectos comienzan a observarse con mayor frecuencia
y virulencia en los últimos años: pueblos desplazados por la incorporación de tierras al ciclo
productivo y promesas de desarrollo que se pierden en el tiempo para las sociedades afectadas,
derrames tóxicos en cursos de agua, aumento de los pacientes oncológicos en zonas fumigadas
con agroquímicos, cuencas hídricas y lluvias con un grado elevado de contaminación por Glifosato
son sólo algunos ejemplos que pueden citarse como consecuencia del avance indiscriminado del
modelo neoextractivista. No obstante, veamos otro de estos impactos, cuya peligrosidad no hace
más que aumentar.

El caso del Rio Nuevo, sólo una muestra

En Argentina, tanto en la Región de Cuyo, San Luis y en la Cuenca de “El Morro”, desde hace
varios años se ha desarrollado sobre el territorio un fenómeno que pone de manifiesto los
impactos ambientales que el neoextractivismo genera, y que con el paso de los años resulta cada
vez más difícil contrarrestar.

Partiendo de las serranías de El Morro hacia el sur, se han formado (en los últimos veinte años y
sólo por el momento) seis ríos nuevos, que han avanzado hasta alcanzar las rutas nacionales n.º7
y 8 y poner en serio riesgo a la ciudad de Villa Mercedes. Ríos permanentes, cuyas aguas
evidencian un alto grado de salinidad. El más importante de ellos, el Río Nuevo, rápidamente excavó
zanjones de 25 metros de profundidad y 50 metros de ancho y se extendió a lo largo de kilómetros.
Pero, ¿por qué ocurre este fenómeno?

La primera alternativa de investigación se orientó a comprender el fenómeno como resultado de un


período de precipitaciones excepcionales. No obstante, fue rápidamente descartado al corroborar
la existencia de períodos similares durante los últimos diez mil años en los cuales no se habían
abierto nuevos cursos de agua. La segunda hipótesis estuvo basada en un período de actividad
sísmica inusual. Pero tampoco pudo ser comprobada, obteniendo iguales resultados que la primera
alternativa. Los investigadores, liderados por Esteban Jobbágy, comenzaron a investigar en
profundidad esta problemática y encontraron una respuesta, que estaba a la vista de todos: el
reemplazo paulatino de la vegetación natural de la zona por monocultivos (soja, principalmente) sin

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 40


Artículo de Análisis| DIAS

rotación ni descanso del suelo (Conicet, 2017), en un área que año tras año aumenta su extensión.
Otra vez el neoextractivismo como causante de un daño al equilibrio ambiental.

Pero ¿Cómo afectó este cambio al territorio? En primer lugar debemos hacer referencia a las napas
freáticas. En zonas áridas, como la que nos convoca, las napas suelen estar a escasos centímetros
de la superficie y funcionan como un vehículo de sales (Conicet, 2017). De esta manera, permiten
que los rendimientos de los cultivos puedan ser buenos aún en años de sequía. El progresivo
reemplazo de la vegetación por plantaciones de soja o maíz, y su intensiva explotación ha
provocado con el tiempo que la profundidad de las napas se reduzca a un puñado de centímetros.
Esta modificación, sumada a suelos naturalmente áridos pero cuyo deterioro aumentó desde la
introducción de este modelo productivo, ha facilitado la erosión de la superficie por parte de estas
napas subterráneas, abriendo la puerta para la aparición -en primera instancia- de pequeñas zanjas
o cárcavas con circulación permanente de agua (aún en estaciones secas) que luego se ampliaron
hasta adquirir dimensiones colosales.

El proceso que está creando estos nuevos cursos de agua es denominado “sapping”, y costó mucho
en ser identificado por los investigadores. ¿En qué consiste? Según la investigación del Conicet
(2017), el sapping es “un proceso erosivo generado por agua subterránea, que provoca colapsos y
provoca cañones. En el fenómeno, el agua no cava desde arriba hacia abajo sino desde abajo hacia
arriba” (p.3). Este es un proceso de erosión conocido, aunque en tiempos biológicos nunca se había
manifestado con semejante magnitud y velocidad (Conicet, 2017) como en el caso de la cuenca de
“El Morro”. La conjunción entre las prácticas neoextractivistas y las características del bioma
predominante han modificado abruptamente el equilibrio natural de la región, y el alcance de las
consecuencias derivadas de ello es amplio. Galafassi (2012) refiere que

“esta transformación de la naturaleza que no tiene límites, se vuelve contra sí misma y contra el
hombre, pasando de una primera imagen confortable (una naturaleza que entrega todos sus
recursos al servicio del confort humano) a una segunda aterradora (una naturaleza, que
degradada por la propia acción humana, ya no puede brindar confort y se vuelve hostil), todo
inscripto (sic) en un mismo proceso autoalimentado y construido sobre el mismo fundamento
ontológico: la mediatización del mundo a través de una razón que lo instrumentaliza para la
dominación constante del hombre sobre la naturaleza. Y este dominio absoluto es el límite de la
razón ilustrada que lleva indefectiblemente a la catástrofe, en donde la razón se niega a sí misma
y se hace instrumento de su propio proceder” (p.3).

Conclusión – Al borde de la emergencia ambiental

La aparición de estos nuevos cursos de agua “está generando una serie de impactos negativos en
la región y presenta serias amenazas a futuro, lo que plantea la urgente necesidad de un mejor
entendimiento de este proceso a fin de minimizar los daños” (Consejo Provincial de Ciencia,
Técnica, Desarrollo e Innovación -CPCTDI-, 2015, p.1) teniendo en cuenta dos problemáticas

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 41


Artículo de Análisis| DIAS

principales que requieren urgente atención: por un lado, que a través de las investigaciones se
observó que el proceso descrito no muestra signos de estabilización, sino un sostenido y
exponencial crecimiento que no aparenta cambiar tendencia (CPCTDI, 2015) y, por el otro, que el
avance, ensanche y profundización de estos cursos de agua podría poner en riesgo en el corto
plazo no sólo a la periferia de Villa Mercedes, sino además cortar las rutas 7 y 8, trascendentales
para el movimiento de mercaderías argentinas, chilenas y brasileñas: la magnitud de esta
problemática tendría un alcance regional, con pérdidas millonarias. (Conicet, 2017)

Cuando los impactos de estos ríos comenzaron a ser visibles a las puertas de ciudades como Villa
Mercedes, el interés aumentó: esta cuestión pasó de ser científica a representar una cuestión de
Estado y derivó en múltiples reuniones de organismos “–viales, del agua y del agro- y especialistas
de San Luis –del INTA, de la universidad local y del CONICET-” (Conicet, 2017, p.5) que se
comprometieron a estudiar posibles alternativas para poner un límite a esta problemática. No
obstante, el hundimiento de casas, la salinización de terrenos, la muerte de animales y el corte de
caminos principales y secundarios continúan afectando el área y comienzan a ser detectados en
otras provincias argentinas donde la sojización ha echado raíces.

El relevamiento realizado por el Consejo Provincial de Ciencia, Técnica, Desarrollo e Innovación,


publicado en el año 2015 y que complementa la investigación de Jobbágy -cuyos resultados pueden
apreciarse en el documental “Río Nuevo” (2016), en el cual participan otros organismos como la
Universidad Nacional de San Luis- ha presentado un informe en el cual pueden observarse algunos
de los impactos de este nuevo fenómeno en la región. En este sentido, el desafío al modelo
neoextractivista está planteado. Sólo resta saber cuál será la prioridad en los años venideros, si se
aboga por un replanteo de los modelos productivos o bien se continúa en la senda de un
extractivismo depredatorio que nos deja a las puertas de una catástrofe ambiental. Nunca olvidemos
que, en este contexto y al decir de Galafassi (2012), parece ser que lo primero y único que debe ser
sustentable es la tasa de ganancia.

Algunos ejemplos de impactos en la zona:

1. Rutas Nacionales, Provinciales y caminos vecinales cortados, que generan severos


procesos erosivos, de sedimentación y destrucción de calzadas ante precipitaciones
promedio.
2. Realización de alteos y canales para alterar el curso natural del agua y evitar la salinización
de áreas de producción agropecuaria.
3. Anegamiento de terrenos y formación de lagunas que en su desborde produjeron la
inundación de viviendas y la rotura de canales de riego (superior a 45000 hectáreas).
4. Aparición continua de nuevas cárcavas o ensanchamiento de las existentes, que en su
camino dañan múltiples infraestructuras tales como casas, galpones, alambrados e incluso
el socavamiento de los cimientos de un puente.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 42


Artículo de Análisis| DIAS

5. Posibles daños al poliducto “Villa Mercedes-La Matanza” de YPF, el cual actúa como dique
de contención.
6. Inutilización de cuerpos de agua potable por salinización.

Bibliografía

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas -CONICET- (2017). Río Nuevo: un documental
sobre la extraña formación de cursos de agua en San Luis. Recuperado de www.conicet.gov.ar

Consejo Provincial de Ciencia, Técnica, Desarrollo e Innovación (2015). Nuevos cursos de agua en la cuenca
de El Morro. Recuperado de www.inta.gob.ar

Galafassi, G. (2012). Renovadas versiones de un proceso histórico en marcha. La predación del territorio y la
naturaleza como acumulación. Revista Theomai, (25), 1-14.

Gudynas, E. (2009). Diez tesis urgentes sobre el nuevo extractivismo. Recuperado de www.gudynas.com

Universidad Nacional de San Luis -UNSL- (2016). Río Nuevo. Documental Científico. En el canal UNSL TV –
Recuperado de www.youtube.com

Svampa, M. (2013). El consenso de los Commodities. Le Monde Diplomatique. Recuperado de


www.eldiplo.org

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 43


Cartografía y disputa del espacio social: una mirada desde la antropología.
Caso Nueva Costa del Plata. Buenos Aires, Argentina
Vanina P. Santy1

El objetivo de este artículo consiste en analizar la implementación y resultados de la cartografía


como herramienta de investigación etnográfica y recurso crítico para procesos territoriales. En este
caso, una disputa por el reordenamiento de un espacio ribereño en el sur del área metropolitana de
la provincia Buenos Aires, Argentina.

La representación gráfica de cómo este espacio es percibido, concebido y vivido por parte de
miembros de asambleas vecinales de las ciudades de Avellaneda y Quilmes permitió poner en juego
otras representaciones y prácticas que también pugnan por su control y uso. Estas diferentes
modalidades de producción del espacio social, o espacialidades, muestran una importante
complejidad en términos de diversidad de actores y capacidades puestas en acción.

En la conflictiva interacción entre los mismos se destacan dos procesos: la colonización y la


resistencia. El primero, promovido por autoridades locales y provinciales y una empresa
multinacional, se desplegó a partir del año 2008 con un proyecto de desarrollo urbano llamado
Nueva Costa del Plata (NCP). El segundo estuvo caracterizado por formas colectivas para frenar
la propuesta en cuestión, problematizando las implicancias culturales, legales y ecológicas de la
transformación a gran escala de planicies bajas e inundables ricas en biodiversidad.

Me propongo mostrar entonces, y desde un abordaje antropológico, cómo la cartografía contribuyó


a conectar elementos implicados en esas tensiones. Los hallazgos que aquí se presentan surgen
de un paso metodológico posterior que permitió la recreación y comparación de las lógicas en acción
para la gestión la naturaleza en un entorno urbano.

El área en conflicto

Se extiende desde el arroyo Sarandí, en el partido de Avellaneda, hasta la calle Espora en el partido
de Quilmes en línea paralela al Río de la Plata. Media entre la Autopista Buenos Aires- La Plata y
la costa de ese mismo río en una extensión aproximada de cinco kilómetros.

De acuerdo a la categorización realizada por científicos y expertos en el marco de la ley nacional


N° 26.331/07 de presupuestos mínimos para la protección ambiental de bosques nativos, la ribera
de Avellaneda y Quilmes forma parte de un grupo de áreas naturales con alto grado de importancia
ecológica, tanto por el número de especies que albergan como por los diferentes tipos de ambientes

1
Doctoranda. Centro de Antropología Cultural. Université libre de Bruxelles, Bélgica. E-mail: vanina.santy@ulb.ac.be

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Boletín Geocrítica Latinoamericana | 44
Artículo de Análisis | SANTY

que abarcan (Guerrero et al 2016). Unas 220 hectáreas de ese sector son propiedad de Techint, el
grupo siderúrgico más poderoso del país, y es allí donde se prevé construir NCP.

Las tierras fueron transferidas por el Estado durante la década de 1990 mientras la empresa
gestionaba un relleno sanitario que funcionó en la misma zona entre los años 1978 y 2004. Anterior
a esto, la costa era un destino turístico y recreativo de la población local.

Es importante destacar que áreas linderas a la costa son actualmente habitadas por unas setenta
familias, además de desarrollarse – de forma cada vez más reducida- una actividad vitivinícola y el
cultivo de frutas y hortalizas.

Nueva Costa del Plata

NCP fue formulado por los arquitectos y desarrolladores de Oficina Urbana como una solución a
problemas crónicos de las ciudades de Avellaneda y Quilmes. La contaminación, la falta de control
gubernamental sobre la actividad industrial y la ocupación ilegal de tierras por parte de familias sin
recursos serían reemplazados por un “nuevo hábitat”, un “nuevo modelo de sustentabilidad
ambiental” y una “nueva vida en sociedad” (Folleto “Nueva Costa del Plata: el waterfront de Buenos
Aires”, Techint, 2009).

El espacio costero de NCP se quiso transformar hacia un lugar propicio para ser habitable, ya no
más asociado a imágenes de inseguridad y abandono. Pensado como “el desarrollo más importante
de Latinoamérica” y con una inversión superior a los dos billones de dólares, el nuevo núcleo urbano
apuntó a ser un entorno de lujo proponiendo valores de vida urbana tales como la seguridad, el
deporte y los servicios culturales.

Puede decirse que esta urbanización se alinea con lo que David Harvey (1990) y Arantes, Maricato
y Vainer (2000), entre otros, identificaron como un cambio en las prácticas culturales, económicas
y políticas a partir de los años setenta. Este rumbo neoliberal reveló formas dominantes de
experimentar el tiempo y el espacio que hicieron de la ciudad un objeto de producción y consumo
de bienes materiales. Especialmente desde los años 1990, el espacio periférico de la zona
metropolitana de Buenos Aires adquirió una dimensión significativa para las prácticas de
acumulación de capital en relación con el planeamiento urbano y la naturaleza (Massey 1993). El
fenómeno es actualmente liderado por barrios cerrados de inversión privada en distritos del norte
Bonaerense y espera ser reproducido en el sur con el puntapié inicial de NCP.

Las controversias

Desde un principio, las diferencias entre los promotores de NCP (autoridades municipales y
provinciales y Techint) y un sector de la población se clasificaron en tres tipos: 1) legal, por la
vulneración de normas municipales que habilitaron el cambio de status a zonas propicias de ser
construidas (ordenanza N°21332/08), 2) legislativo, por la adecuación de normas a intereses

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 45


Artículo de Análisis | SANTY

privados (ley N°14888/17) de acuerdo a las asambleas vecinales, y 3) ecológicas, dado que al día
de hoy no se ha presentado la evaluación de impacto ambiental correspondiente para planes de
este tipo a nivel provincial, lo cual ha generado todo tipo de incertidumbres que se han comportado
como amenazas para quienes se sintieron vulnerables de ser afectados por el proyecto.

El rol de la etnocartografía en un conflicto socio-ambiental

Los conflictos en torno a un territorio y la gestión de sus recursos suelen explicarse por los diferentes
intereses o valoraciones en juego. En algún punto resulta obvio pensar así cuando hay una
multiplicidad de actores y posiciones tomadas a favor y en contra. El caso NCP intenta mostrar
cómo se desarrolla esto, o dicho de otra manera, de qué forma el esquema de relaciones de poder
y de conocimiento se entretejen y despliegan en el espacio ribereño a nivel estratégico, simbólico y
discursivo. Los datos recolectados revelan que las estrategias de unos y otros actores parecen
confluir en la instrumentalización del espacio como medio y fin para el logro de objetivos específicos.

En este contexto, el aporte de una técnica como la etnocartografía contribuyó primeramente a


indagar en la forma en que un grupo de vecinos de barrios cercanos -y lejanos- se auto-organizaron
en una causa común apropiándose del territorio por la defensa de “los últimos pulmones verdes”
(Asamblea no a la entrega de la costa, 2009). ¿Por qué personas que no habitan en un lugar lo
revalorizan, exploran y generan saber sobre sus cualidades ambientales y paisajísticas?

La experiencia de formulación del mapa final -figura 1- puso de relieve la forma de construcción del
territorio costero a nivel físico con la creación de un espacio de resistencia vecinal y a nivel de
relaciones sociales. Esto último denotó que el proceso se realizó entre todos a través del
aprendizaje como proceso colectivo en pos del bien común. La búsqueda de justicia ambiental
adquirió aquí un fuerte vínculo con la defensa de la vida presente y futura en relación a naturaleza.

Figura 1. Autor: Vanina Santy, Bernal, 31/12/2017

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 46


Artículo de Análisis | SANTY

Metodología

La variable espacial se arraiga como articuladora del campo etnográfico a partir de las
observaciones y entrevistas realizadas con todos los actores participantes el enfrentamiento. Tras
tres incursiones de campo llevadas a cabo entre los años 2011-2014, 2016 y 2017, aún quedaban
preguntas acerca de cómo se vinculaban los actores con la costa y de qué manera lo hacían.
También conocida como mental mapping -mapeo mental- (Sletto 2009), etnogeografía para la
comprensión de la organización del espacio (Albert y Le Tourneau 2007) o mapeo participativo
(Salamanca 2011), en general, la cartografía busca generar una nueva mirada sobre el territorio.
Concretamente en Avellaneda y Quilmes, esta técnica buscó la construcción visual de ideas e
imágenes y la reflexión.

¿Quiénes participaron y cómo se puso en práctica la etnocartografía? En Diciembre del año 2017
un grupo de integrantes de las asambleas “No a la entrega de la costa”, Unidos por el río Bernal” y
del “Foro del Río de la Plata” fueron convocados en el marco de la investigación que aquí se
presenta para un intercambio acerca de la relación socio-espacial establecida con la ribera.

Planteado y entendido como un ejercicio conjunto, mi rol como antropóloga e investigadora se limitó
a brindar orientaciones generales basadas en el modelo Lefebvriano para la producción del espacio
social. El mismo consiste básicamente de tres momentos interconectados: las prácticas espaciales,
las representaciones del espacio y los espacios de representación (Lefebvre 1974 y 1991; Oslender
2002 y 2016; Pintos 2003; Soja 1996; Ursino 2012). Las primeras son las formas materiales que
surgen de la dinámica entre los procesos territoriales de colonización y resistencia. Las segundas
son el conjunto de códigos y conocimiento técnico (experto) que procura imponer un orden o diseño.
En tercer lugar, me refiero al espacio de habitantes y usuarios saturado con significados y símbolos
que impactan en la manera en que el espacio es vivido. El abordaje experiencial a partir de esta
triada ayudó a comprender, sobre todo, que la producción espacial colectiva no es homogénea y
que detrás de una causa compartida hay una variedad incontable de opiniones que se articulan a
partir de la disidencia.

Una segunda utilidad de la cartografía consistió en observar y conocer cómo se definen los
mecanismos democráticos para la toma de decisiones en tanto que asambleas. Por caso, la
organización de los participantes para definir la prioridad ciertos temas o para el establecimiento de
tiempos de debate y formas de plasmar en papel las representaciones partió en todo momento de
ellos mismos. Sin liderazgos, funcionaron la horizontalidad y la fuerza de la mayoría. A diferencia
de otros casos donde las comunidades locales trabajan sobre soportes bosquejados e impresos
previamente por los investigadores, el mapa que aquí se presenta partió de un todo por imaginar.
Tanto los primeros trazos del territorio en un papel en blanco como la definición de sus límites y

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 47


Artículo de Análisis | SANTY

usos hasta la ubicación de éstos desde la perspectiva del río, por ejemplo, fueron producto de un
proceso flexible que propició la creatividad e implicación de todos los vecinos.

El tercer resultado fue contar con un recurso político asambleario para contrarrestar los mapas y
esquemas espaciales de los promotores donde la organización de la ribera es definida en función
de NCP. El producto final de la cartografía se suma a un conjunto de esquemas desarrollados
previamente por los vecinos con el valor de haber actualizado eventos más recientes.

Tal como se adelanta en la introducción de este artículo, los principales conceptos y símbolos de la
cartografía fueron replicados en un mapa comparativo efectuado por la autora con el fin de recrear
la visión de los promotores de NCP. En base al análisis de diferencias y coincidencias se
identificaron puntos de encuentro y desencuentro en función del territorio.

Tanto para unos como para otros el conocimiento fue un elemento transversal vital no sólo para
justificar una visión de lo que debía hacerse, sino también, para dar un aspecto técnico y científico
a argumentos que reforzaran la conservación de los bosques nativos.

Principales hallazgos

Se desprenden, por lo tanto, tres cuestiones. Para comenzar, el espacio es un producto social de
muchas formas de percepción y apropiación donde las luchas tienen que ver con su evolución. Su
producción es un proceso que subsume procesos significantes que no pueden ser reducibles a
ellos. Luego, y a diferencia de lo que afirmaba Lefebvre (1974), el espacio vivido en Avellaneda y
Quilmes no es una experiencia de todos los días, sino que la cotidianeidad tiene que ver con la
resistencia y sus prácticas. Como mencioné anteriormente, quienes defienden el espacio costero
no habitan en el lugar, sino que su accionar se sustenta más en lazos identitarios y emotivos de una
historicidad de movilización popular vinculada a ciertos hechos locales. La apropiación social se
convirtió, en consecuencia, en un emblema para cuestionar el por qué de lo que allí ocurre.

Por último, la colonización a nivel territorial es imaginada como una fuerza creadora por los
desarrolladores urbanos. La cultura se convierte en el eje principal para convertir espacios en algo
visible y vivible. Se manifiesta a través de dispositivos de expropiación con la privatización de tierras
fiscales y la exclusión de zonas antes públicas. Entre los años 2016 y 2017 estos dispositivos
reconfiguraron físicamente el territorio a través de legislación y políticas públicas que aumentaron
la presión sobre el mismo adaptándolo al master plan de NCP.

La colonización merecería un capítulo aparte si se considera en relación al modelo de extracción y


despojo imperante no sólo en Argentina, sino en el resto de América Latina. Lo que resulta relevante
destacar aquí es que los problemas ambientales analizados están asociados a una visión dominante
de atraso y modernidad que justifica la destrucción de áreas naturales.

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Artículo de Análisis | SANTY

Conclusión

Para concluir, la cartografía permitió indagar en estos procesos que se constituyen como una
tensión dramática en la producción espacial (Harvey 1990). El mapa fue el producto obvio de tal
trabajo colectivo, aunque fue en verdad el espacio de discusión lo que enriqueció la interpretación
de los hechos. En tanto que “foto” instantánea del momento en que se realizó, la cartografía no
pretende ser la imagen total de una realidad territorial compleja cuyo análisis excede este artículo.

Bibliografía

Arantes, O., Vainer, C., y Maricato, E., (2000), A cidade do pensamento único. Desmanchando consensos.
Coleção Zero à Esquerda, Brasil: Ed. Vozes.

Cabanillas P., Barral l., Guerrero E. y Chimento N., (2016), Categorización y valoración del estado de
conservación de una sección de bosque de la ribera de Quilmes y Avellaneda, Buenos Aires, Argentina.
Historia natural. Tercera Serie, Volumen 6. Buenos Aires: Universidad Maimónides.

Harvey, D., (1990), La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los orígenes del cambio cultural.
Oxford, Inglaterra: Basil Blackwell Ltd.,

Lefebvre, H., (1991), The production of space. Oxford, UK: Blackwell.

------------------, (1974), Espacio y política. Barcelona: Ediciones Península.

Massey, D., (1993), Politics and space/time, en Keith, M. & Pile, S. (eds), Place and the politics of identity,
(pp.141-161). London: Routledge.

Oslender, U., (2016), The Geographies of Social Movements. Afro-Colombian Mobilization and the Aquatic
Space. Duke University Press.

-------------------, (Junio 2002), Espacio, lugar y movimientos sociales: Hacia una "espacialidad de la
resistencia". Scripta Nova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, vol.VI, núm. 115. España:
Universidad de Barcelona. Último acceso: Septiembre 2016.

Pintos, P., (Abril 2003), El espacio insurgente. Retratos de la espacialidad de la resistencia social en la
Argentina contemporánea. Estudio de caso: Movimiento de Trabajadores Desocupados de San Francisco
Solano (MTD Solano). España: Universidad de Barcelona.

Salamanca, C. Y Espina, R., compiladores., (2012), Mapas y derechos. Experiencias y aprendizajes en


América Latina. Editorial de la Universidad Nacional de Rosario.

Ursino, S., (2012), La contaminación ambiental en Dock Sud: Representaciones espaciales, espacios de
representación y prácticas espaciales en barrios periféricos. Geograficando: Revista de Estudios Geográficos,
año 8. Último acceso: Octubre 2016.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 49


A propósito del centenario de la reforma universitaria, la CRES y Boaventura de Sousa
Santos
Beatriz Ensabella1

Durante el mes de junio, más precisamente en la semana del 11 al 15 de junio del año en curso, se
celebró en la Universidad Nacional de Córdoba la III Conferencia Regional de Educación Superior
de América Latina y el Caribe (CRES). La misma es continuación de las realizadas hace 10 años
en Cartagena y 22 años en La Habana. En esta edición 2018, se reafirman los postulados de la
Educación Superior como un bien público social, un derecho humano universal y un deber de los
Estados.

Se eligió como sede nuestra universidad dado que 2018 es el año del centenario de la Reforma
Universitaria, de evidente impacto en toda Latinoamérica y también en el resto del mundo. La
Universidad laica, autónoma, con libertad de cátedras, entre otros aspectos trascendentes, son
legados de los jóvenes reformistas. La articulación con las necesidades sociales a las que la
universidad debe atender y dar respuestas, también fueron aspectos destacadas por Boaventura
en la conferencia inaugural; recordemos que el Manifiesto Liminar no solo se dirige a los estudiantes
sino “a todos los hombres libres de Sudamérica”.

A cien años de la Reforma de 1918, la CRES se planteó como “la oportunidad para debatir sobre el
estado actual de nuestra región y la situación de la Educación Superior, sus fortalezas y debilidades
(…) también, como la oportunidad para acordar los caminos a recorrer, respetando la diversidad
institucional”. Asimismo y como se hizo en reuniones anteriores, las conclusiones de CRES2 2018
integran la Declaración que llevan los países de América Latina y el Caribe a la Conferencia Mundial
de Educación Superior, a realizarse en 2019 en la sede de la UNESCO en París, Francia 3.

Fueron días repletos de compañeros latinoamericanos, mucha actividad, encuentros, debates,


proyectos, actividades culturales y más. Sobre ese telón de fondo, se destacó la activa presencia
de Boaventura, casi una presencia militante de un joven de 76 años, que dio “cátedra” en cada
presentación, charla o conversatorio que lo tuvo como protagonista. Boaventura dio la conferencia
inaugural de la CRES, pero también estuvo en dos actividades organizadas por la FFyH; un panel
en el marco de la Pre-CRES, el domingo 10 de junio y una conferencia el martes 12 de junio, titulada

1
Licenciada y profesora. Departamento de Geografía/Facultad de Filosofía y Humanidades/Universidad Nacional de
Córdoba. bettyensabella@gmail.com Agradezco a la FFyH de la UNC y al decano, Juan Pablo Abratte, por haber
incentivado los debates sobre Educación Superior a través de una serie de actividades que me motivaron a la lectura y a
discusiones con mis alumnos y colegas. Fruto de esas charlas, es este documento que solo pretende seguir pensando y
cuestionando nuestros modelos de universidad.
2
Conferencia Mundial de Educación Superior, París 1998 y 2009.
3
En vistas de los objetivos de desarrollo sostenible y de las definiciones de la agenda Educación 2030 de la UNESCO.

________________________________________________________________________________________________
Boletín Geocrítica Latinoamericana | 50
Artículo de Opinión | ENSABELLA

“De la universidad a la pluriversidad y a la subversidad”, ambos eventos desbordaron la capacidad


del auditorio4.

La tremenda dimensión que tiene el pensamiento y las enseñanzas de Boaventura para todos los
que transitamos por las universidades latinoamericanas, adquiere mayor relevancia dadas las
condiciones del contexto neoliberal que somete a los países de la región y por ende a la educación
superior ¿Qué continuidades rescatamos de su pensamiento respecto de las deudas pendientes de
aquellos jóvenes reformistas del 18? Empecemos a desandar el camino, intentando pensar y
esbozar en el escrito, algunas de las ideas claves debatidas en el marco de la CRES y desarrolladas
por Boaventura durante los ajetreados días de junio.

Pero, ¿cuál es el hilo conductor entre Reforma-CRES-Boaventura? Necesariamente hacemos un


recorte y exponemos en este documento algunas ideas sobre el modelo de universidad que hemos
construido, que proclamamos y que deseamos. Son reflexiones proyectadas a modo de abrir el
debate, profundizarlo, para avanzar en las luchas que asumimos como universitarios, en las aulas
e instituciones por las que transitamos.

Reafirmaciones y avances en la Declaración de la CRES 2018

La CRES 2018, fue en cierta manera, una explicitación amplificada y profundizada, de debates (a
riesgo de simplificar, repetimos, en torno al modelo de universidad) que se venían llevando adelante
en la región.

No olvidemos que la primera Conferencia (CRES 1996) se realizó en plena expansión del
capitalismo global con fuertes posturas liberales. En ese contexto, la reunión de La Habana además
de declarar “el conocimiento como bien social que sólo puede ser generado, en instituciones
plurales que gocen de plena autonomía y libertad académica”, su mayor resultado fue establecer y
poner en práctica criterios de comparabilidad entre las diversas agencias acreditadoras de la calidad
de la Educación Superior en América Latina y el Caribe. Se sostenía que las universidades deben
exigirse “la máxima calidad, para lo cual la evaluación continua y permanente es un valioso
instrumento”. Preocupándose por la convalidación de estudios, títulos y diplomas, se debe estimular
la movilidad académica y profesional con el fin de favorecer el proceso de integración económica,
educativa, política y cultural de la región. Desde ahí se expandió un modelo de evaluación, de
acreditaciones de docentes, de carreras, más semejante a una empresa privada fijada en la
competitividad, la eficiencia, el productivismo, las competencias. Lamentablemente a costa de la
integración latinoamericana y el objetivo de calidad educativa para “elaborar propuestas alternativas
de desarrollo y para enfrentar, con un horizonte de largo plazo, las problemáticas emergentes de
una realidad en continua y rápida transformación”, ingresó a la universidad ese modelo productivista

4Los vínculos con la FFyH son bastante asiduos, al igual que con la UNC. Esta le otorgó el Doctorado Honoris Causa
(DHC) en 2016.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 51


Artículo de Opinión | ENSABELLA

y también se mercantilizaron espacios específicos en contextos de gratuidad, por ejemplo, las


carreras y cursos de posgrado. Sin embargo, en esa misma declaración del 96’ se puede leer “La
educación superior debe fortalecer su capacidad de análisis crítico” con lo cual los protagonistas,
los actores claves, resistieron y desde abajo, de manera subterránea, se fue plasmando un ideario
más plural, si se quiere más democrático, que se vio reflejado en las siguientes Reuniones.

La Conferencia de 2008 como ya conocemos, se realizó en un contexto sociohistórico político


diferente para Nuestramérica. A los años de las “transiciones” que siguieron al último ciclo de
dictaduras militares en toda la región, sucedieron gobiernos “populares”, de “centroizquierda”
“populistas avanzados” en una parte importante de los países de nuestra región. Habría mucho para
conversar sobre nuestras democracias, discusiones sobre la participación / inclusión, pero no
vamos a entrar en estos debates porque excede absolutamente las pretensiones del artículo, pero
está claro que cambiaron las condiciones. En ese escenario es que la Universidad Latinoamericana,
cuestiona fuertemente el sesgo mercantilista en que había caído la educación superior y en pos de
la democratización se trató de avanzar en la asociación entre democracia y derechos entendiendo
la democratización, como un proceso de universalización de derechos y de su realización. “Porque
los derechos son universales o no son. O no son derechos: son –si acaso– privilegios o
prerrogativas” (Rinessi, 2018: 65).

Efectivamente, la CRES en 2008 fue “un antes y un después” en los modos en los que se ha
pensado la cuestión universitaria.

Considerando que las lógicas del mercado habían impregnado gran parte de la cultura académica,
los actores claves llegaron a Cartagena (Colombia), con la preocupación del avance de los
requerimientos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y esa conciencia colectiva de
combatir la mercantilización, logró que se pudiera establecer “el principio tan importante, tan
renovador, tan original, de que la educación superior podía y debía tenerse por un derecho humano
universal” (Rinesi, 2018:66). Tres puntos básicos se leen en la Declaración final, a saber:

1.- La educación superior como un derecho humano y un bien público social. Los Estados tienen el
deber fundamental de garantizar este derecho, que es al mismo tiempo, un derecho de los
individuos/ciudadanos y un derecho del pueblo, o sea, un derecho colectivo.

2.- El carácter de bien público social de la educación superior, se reafirma en la medida que el
acceso a ella, sea un derecho real de todos los ciudadanos.

3.- Que la educación contribuya a la convivencia democrática, a la tolerancia, que fortalezca el


espíritu solidario y de cooperación; que se creen las oportunidades para aquellos que hoy no las
tienen y que contribuya con el conocimiento a la transformación social y productiva de las
sociedades donde se inserta.
A modo de síntesis, rescato la frase final de la Declaración

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 52


Artículo de Opinión | ENSABELLA

“Estos principios se fundan en la convicción profunda de que el acceso, el uso y la


democratización del conocimiento es un bien social, colectivo y estratégico, esencial para poder
garantizar los derechos humanos básicos e imprescindibles para el buen vivir de nuestros
pueblos, la construcción de una ciudadanía plena, la emancipación social y la integración regional
solidaria latinoamericana y caribeña” (Declaración CRES 2008).

La Reunión de 2018 nos encontró a todos con el fervor de actualizar el Manifiesto de los jóvenes
del 18’ y aquella proclama “los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan” adquiere
vigencia, porque aún quedan muchas problemáticas por atender como la pobreza, la desigualdad,
la marginación, la injusticia y la violencia social. Y si como decía Deodoro Roca “sin reforma social
no puede haber cabal reforma universitaria”, la universidad del siglo XXI tiene la obligación de
potenciar la gratuidad, el ingreso irrestricto, el carácter laico, la autonomía, la libertad de cátedra, la
pertenencia social de los saberes, entre otras cuestiones que se debatieron, reflexionaron y
propusieron en junio en Córdoba.

En efecto, en la Declaración de 2018, se reafirmaron con una fuerza inusitada principios que
debemos tomar como bandera y enarbolar en luchas articuladas para no sucumbir ante las
imposiciones de políticas neoliberales.

En ese marco, se delinearon, entre otros, los siguientes principios. La autonomía como compromiso
social de la universidad. La educación, la ciencia, la tecnología y las artes deben ser un medio para
la libertad y la igualdad, garantizándolas sin distinción social, género, etnia, religión ni edad. Pensar
que las tecnologías y las ciencias resolverán los problemas acuciantes de la humanidad es
importante pero no suficiente. El diálogo de saberes para ser universal ha de ser plural e igualitario,
para posibilitar el diálogo de las culturas. La educación no es una mercancía. En ese sentido, se
pide a los Estados nacionales que no suscribir tratados bilaterales o multilaterales de libre comercio
que impliquen concebir la educación como un servicio lucrativo, o alienten formas de
mercantilización en cualquier nivel del sistema educativo. También son los Estados los que se
deben comprometer a incrementar los recursos destinados a la educación, la ciencia y la tecnología.

Y en esa Reunión de 2008, se insistió en el acercamiento a las realidades sociales. Varias voces
sostuvieron que es necesario “meter adentro de la universidad” las tensiones del mundo, las
tensiones políticas, sociales, culturales de un mundo que no puede pertenecer allá afuera, separado
de la universidad. Tenemos que dialogar con los actores de la vida social, política, cultural,
productiva, de nuestros territorios; el diálogo de la universidad con eso que solemos llamar su
entorno, su contexto, su territorio, pero también y sobre todo, debemos dialogar dentro de nuestras
universidades5, hacer una fuerte autocrítica sobre nuestras prácticas académicas, muchas veces

5 “Es necesario también que las universidades piensen cómo le garantizan al pueblo que el resultado de sus
investigaciones contribuya al desarrollo de ese pueblo y no solo al engrosamiento de nuestro ridiculum vitae. Tenemos
que revisar el conjunto de determinaciones que operan sobre los modos de conocer en nuestras universidades” (Rinessi,
2018:67).

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 53


Artículo de Opinión | ENSABELLA

alejadas de las necesidades reales de nuestras sociedades. Y este es el llamado que en forma
permanente nos hace Boaventura, desde su praxis, desde sus conferencias, en sus libros, por
supuesto que en las tres oportunidades que tuvo la palabra durante la CRES 2018, insistió en este
punto y en otros más que seguidamente tratamos de exponer. No sin antes, rescatar sus palabras:

“La extensión nunca ha sido tan importante como hoy. La extensión ha sido desviada por el
neoliberalismo como forma para obtener fondos para la universidad. Esto es una perversidad,
esto no es extensión es prostitución. La extensión tiene que ser una manera de buscar una
investigación cuyos evaluadores no son expertos anónimos, son la gente de nuestra comunidad.
No es llevar la universidad para afuera, es traer el conocimiento no universitario para adentro. La
universidad no tiene que ser extensa, tiene que ser intensa”.

¿Qué modelo de universidad nos propone Boaventura?

Boaventura dio la Conferencia inaugural de la CRES 2018, el lunes 11 de junio. En ella hizo un
llamamiento profundo a no dejar que las universidades se vean envueltas en los requerimientos del
mercado, y que se conviertan en una empresa porque estamos en un contexto extremadamente
difícil, ya que el capitalismo financiero ataca y se infiltra en todos los aspectos de la vida, en todos
los lugares, en todos los rincones del planeta y de las poblaciones y quiere esto de nuestras
universidades. Es ese capitalismo que quiere convertir a nuestras universidades en empresas y al
conocimiento en una mercancía. Ya lo decía en 2016, “La educación como bien público o
mercancía, ésa es la disyuntiva actual” y el desafío de nuestro tiempo es “construir conocimiento
incluyente en sociedades excluyentes.”

Los reformistas del 18 veían a la universidad con una responsabilidad social. Recordemos que la
universidad en ese momento era elitista, formaba las clases dirigenciales del rancio
conservadurismo político, la universidad no era ni mucho menos, popular. Por eso en el 18 los
estudiantes decían que la universidad tiene que ser un bien común, del cual se deben apropiar las
clases populares. Y Boaventura expresaba

“pienso que el centenario de la Reforma puede ser un grito por la validez de las demandas,
actualizadas, un siglo después, en un momento en que la universidad corre riesgo de no tener
futuro como la conocemos. Porque si ella se transforma en una empresa, para crear servicios
mercantiles, no vamos a tener una universidad sino empresas de consultoría. Por eso si
queremos una universidad, tiene que ser contra hegemónica y esa contra hegemonía tiene que
ser de bien público, de las camadas populares” (Sousa Santos, abril 2018).

La universidad ha sido un punto de resistencia a las políticas neoliberales y por ello ha sido un
blanco. Porque la universidad pública es el lugar de construcción del pensamiento libre, crítico,
independiente; porque con todas sus falencias, la universidad pública fue el centro de la cada uno
de los proyectos nacionales de nuestros países latinoamericanos; y porque el capitalismo financiero
de hoy, no reconoce estados ni proyectos políticos nacionales, no hay plata para los proyectos
nacionales como la universidad pública. De ahí que la educación es contabilizada como un gasto y

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Artículo de Opinión | ENSABELLA

no como una inversión, es por eso que se recortan los presupuestos, los salarios docentes, las
becas estudiantiles de grado y posgrado, el mantenimiento edilicio y de infraestructura básica, en
fin, para el neoliberalismo la educación es una variable clave del ajuste y en ese sentido, es
importante que termine la gratuidad6.

Ya hemos escuchado a Boaventura hablar del epistemicidio cometido por la sociedad capitalista
anclada en el racismo, colonialismo y patriarcado; también ha desarrollado con anterioridad sus
ideas sobre la línea abismal (Sousa Santos 2010)7. Desde su pensamiento, en la CRES 2018
expresó: “Son las clases empobrecidas, los de abajo, los que son víctimas de colonialismo y de
patriarcado. Son los cuerpos sexualizados y racializados de nuestro tiempo, las comunidades donde
hay una exclusión, que están del otro lado de la línea abismal. Así lo expresa: “La universidad a lo
largo de los siglos fue quien mejor diseñó la línea abismal entre la sociedad metropolitana y la
sociedad colonial. Entonces esta universidad tiene que refundarse para denunciar esta línea y poder
realizar encuentros entre los que están excluidos y los que no lo están”. Desde allí, invita a la
universidad a acompañar las clases sociales pobres, vulnerables, los indígenas, los
afrodescendientes, aquellas voces y cuerpos que se han silenciado, olvidado, invisibilizado.

Hay que tener claro para eso, que nuestros saberes no son los únicos válidos. Por eso Boaventura
dice que tenemos que hacer una reforma epistemológica que implique una descolonización sobre
el conocimiento, de abrirse a otros conocimientos que permita conversar y articular, en un diálogo
o ecología de saberes. “Necesitamos universidades polifónicas”.

Para ello, debe haber una profunda autocrítica, pues el enemigo está dentro de las universidades,
no hay que devaluar el conocimiento académico-científico pero este conocimiento es más valioso
cuando dialoga con esos otros saberes. Por eso,

“para que la universidad sea la resistencia, tiene que hacer una autocrítica. La universidad no
puede seguir con la idea de que es la única fuente de conocimiento, tener la arrogancia de un
conocimiento solo, tiene que saber conversar, articular con otras formas de saber porque para
diferentes objetivos, tenemos diferentes conocimientos”. Tenemos que pasar de “conocer sobre”
a “conocer con”, tenemos que luchar contra las epistemologías extractivistas como lo son muchas
de nuestras metodologías en Ciencias Sociales”.

6 Mientras escribo estas ideas, en Argentina hay 57 universidades nacionales movilizándose en defensa de la educación
pública, gratuita, laica y de calidad; corre riesgo el sistema de educación pública dados los recortes aplicados al
financiamiento de las mismas, en salarios, en ciencia y técnica, en mantenimiento, etc. además de la sistemática
disminución del presupuesto nacional en educación desde 2016.
7 En realidad estas ideas las desarrolla en su libro Descolonizar el saber, reinventar el poder de 2010; pero como él mismo

lo aclara en el prefacio, el texto profundiza ideas que venía desarrollando en Renovar la teoría crítica y reinventar la
emancipación social de 2006; Conocer desde el sur de 2008; Una epistemología del sur de 2009, entre otras
publicaciones.

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Artículo de Opinión | ENSABELLA

Puntos clave para seguir reflexionando

Como expresamos al comienzo de este documento, tenemos que continuar debatiendo las
funciones y los proyectos de Educación Superior en las aulas, en los grupos de investigación, en
los colectivos de estudio, en las evaluaciones de becas, en los requerimientos de acceso a los
cargos, en los organigramas de institutos, etc.

Deberíamos preguntamos cómo docentes e investigadores, y también invitar a pensar a nuestros


estudiantes y en los colectivos a los que pertenecemos ¿Cuán democráticas e inclusivas son
nuestras universidades; cuánto garantizan el derecho universal a la educación de calidad? ¿En qué
medida las instituciones se han corrido del modelo mercantil y credencialista? ¿Las universidades
se conectan y dan respuestas a los problemas sociales y ambientales de nuestras realidades
locales/nacionales? ¿Cuánto traemos de la sociedad a la universidad? y ¿Cuánto colaboramos
desde nuestras cátedras y actividades académicas a l diálogo de saberes?
Son innumerables las cuestiones a debatir, lo importante es mantener esa vigilia ante lo instituido y
vencer los límites, las barreras que nos imponen las fuerzas neoliberales, tratar de superar el statu
quo y construir codo a codo con los jóvenes. Esos jóvenes que serán los protagonistas de mañana,
criados en un sistema de acreditación y de validación sumamente cuantitativa, meritocrática e
individualista. Pensemos en conjunto y que las experiencias sirvan para construir una educación
superior de calidad y más comprometida con los problemas sociales.

Para finalizar rescato unas palabras de mi compañera politóloga de la Facultad de Ciencias Sociales
de la UNC, María Teresa Maisy Piñero, que en una entrevista que le hicieron en AM 580 (la Radio
de nuestra Universidad) dijo: “Al neoliberalismo actual hay que pensarlo como una racionalidad.
Una racionalidad de gobierno y una racionalidad de comportamiento. Bajo la lógica de que el
hombre es una empresa de sí mismo, cuya norma de conducta es la competencia y el lazo social
que nos une es el de la libertad. Pero lo interesante y que deberíamos imitar es que “El lazo social
no puede ser la libertad. El lazo social debe ser la fraternidad. Tenemos que volver a pensar la
fraternidad como un lazo para la construcción de lo público estatal”. Y aplicándolo específicamente
a nuestra tarea como universitarios, sería construir comunidades donde circulen los saberes
académicos, de organizaciones sociales, de colectivos subalternos más o menos legitimados; tratar
de enseñar y aprender a trabajar colectivamente y de un modo menos productivista en los términos
de los organismos de evaluación. Pienso que así, nos acercaríamos a cumplir el sueño de una
pluriversidad.

Y volvemos a Boaventura para cerrar estas reflexiones,

“La universidad puede ser un campo donde se puede pensar la lucha, que necesariamente tiene
que ser integrada (...) El enemigo de la universidad no está solamente afuera, el enemigo está
adentro (…) no solo se trata de que la universidad defienda lo logrado, sino que se trata

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Artículo de Opinión | ENSABELLA

especialmente, de que rompa sus propios límites y pueda radicalizar la lucha democrática por el
derecho a la universidad y por la universidad como bien común”.

Bibliografía / Documentos consultados

Declaración CRES (1996) http://www.unesco.org/education/educprog/wche/havdecs.html

Declaración CRES (2008) http://www.cres2018.org/uploads/Declaracio%CC%81n%20CRES%202008.pdf

Manifiesto de la Universidad de Costa Rica en defensa de la Universidad Pública y de la Acción Social


transformadora en el contexto de conmemoración de los 100 años de la Reforma de Córdoba. Disponible en:
www.ucr.ac.cr/actividades/2018/06/04/manifiesto-de-la-universidad-de-costa-rica-en-defensa-de-la-
universidad-publica-y-de-la-accion-social-transformadora-en-el-contexto-de-conmemoracion-de-los-100-
anos-de-la-reforma-de-cordoba.html

http://cres2018.unaj.edu.ar/boaventura-de-sousa-santos-la-universidad-puede-ser-un-campo-donde-
realmente-se-puede-pensar-como-articular-la-resistencia-y-por-eso-es-un-blanco-del-neoliberalismo/

Piñero, María Teresa Maisy. Entrevista de Dante Leguizamón para “Otra vuelta de tuerca” AM 580 Radio
Universidad. Posteado en Facebook el 16 de agosto y consultado el 20/08/2018.
https://www.facebook.com/dante.leguizamon.7/posts/2337083429650070?__tn__=-R

Rinesi, Eduardo. 2018. “Historia, vigencia y retos de la universidad como derecho Universidad y desarrollo
(Notas sobre la cuestión del “derecho a la Universidad”). En: Rinesi, Eduardo y Marco Antonio Rodrigues Dias
[et al.]. CLACSO/Universidad Nacional de las Artes. Buenos Aires. 260 p. ISBN 978-987-46464-4-6.

Santos, Boaventura de Sousa (2010) Descolonizar el saber, reinventar el poder. Ediciones Trilce. Montevideo,
Uruguay.
---------------------------------------- (2016) “La Universidad del Siglo XXI: cómo construir conocimiento incluyente
en sociedades excluyentes“, charla en la entrega del Honoris Causa de la UNC, 6 de abril.

--------------------------------------- (2016) “La que viene es una derecha revanchista” Alfilo, Boletín de la FFyH,
UNC. 13 de abril.

--------------------------------------- (2018) Charla magistral en la Universidad de Costa Rica como profesor invitado
en el marco de la conmemoración de los 100 años de la Reforma de Córdoba.

www.ucr.ac.cr/noticias/2018/04/24/charla-magistral-del-profesor-invitado-dr-boaventura-de-sousa-
santos.html

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La “Cuarta Transformación”.
Un nuevo horizonte para enfrentar la crisis ambiental en México

Milton Gabriel Hernández García1

Casi para nadie es un secreto, que vivimos en una profunda crisis socioambiental de alcance global,
aunque desde la perspectiva de ciertos autores, ésta es parte de una crisis mayor: la crisis
civilizatoria. Ello significa que las dimensiones de la crisis contemporánea, que con mucho
trascienden su carácter puramente económico, nos colocan en una encrucijada que pareciera ser
insalvable. Por ejemplo, Víctor Toledo, señala que:

[…] muy lejos de lo que suele pensarse, la crisis ecológica del planeta no logrará resolverse
mediante un simple pase de nuevas tecnologías, audaces acuerdos internacionales, o un reajuste
en los patrones de producción y consumo. La nueva crisis global penetra y sacude todos y cada
uno de los fundamentos sobre los que se asienta la actual civilización y exige una re-configuración
radical del modelo civilizatorio.2

Una de las expresiones más evidentes de la crisis actual en el medio ambiente es el cambio o el
caos climático, que se traduce en una permanente incertidumbre sobre el comportamiento de la
naturaleza. Armando Bartra considera que la crisis medioambiental tiene que ver fundamentalmente
con un cambio antropogénico que avanza a pasos agigantados sobre nuestro Planeta Tierra, más
incluso de lo que ha previsto el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2007.

Esta crisis se está ya expresando en el incremento del número e “intensidad de los huracanes,
provoca lluvias torrenciales y sequías prolongadas, ocasiona deshielos que elevan el nivel del mar
alterando dramáticamente los ecosistemas con la consecuente pérdida de vida silvestre. El saldo
humano es disponibilidad decreciente de agua dulce, merma o pérdida de cosechas, incremento de
plagas y enfermedades, inundaciones, incendios, hambre, éxodo”. 3

En México, la destrucción de los ecosistemas se ha intensificado dramáticamente con los últimos


dos gobiernos de corte neoliberal, que han creado legislaciones a modo para facilitar la inversión
del capital privado, causante principal del deterioro de ríos, lagos, lagunas, costas, mares, bosques
y selvas, pero también de la pérdida de biodiversidad, la deforestación y la incertidumbre climática.

1
Profesor-investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). E-mail: milton_hernandez@inah.gob.mx
2
Víctor Manuel Toledo, Latinoamérica: crisis de civilización y ecología política,
(http://www.ecologiasocial.com/biblioteca/ToledoCrisisEcologiaPolitica.htm)
3
Armando Bartra, Tiempos turbulentos, 2010, p. 105.

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Artículo de Opinión | HERNÁNDEZ GARCÍA

Después de una larga noche de gobiernos corruptos y al servicio del capital, se perfila un nuevo
horizonte para hacer frente a la profunda crisis ecológica en la que nos encontramos sumergidos.
El pasado primero de julio el pueblo mexicano experimentó una insurrección pacífica que conjuró
un nuevo fraude electoral y sentó las bases para lo que podría ser un gobierno popular encabezado
por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).

En materia ambiental, el Proyecto de Nación 2018-2024 (PN) del próximo gobierno progresista que
tomará el poder el primero de diciembre, contiene un eje ambiental de avanzada para empezar a
enderezar el rumbo, el cual será transversal a los diferentes componentes de las políticas públicas
del país. Además, se asume que la conservación de la naturaleza constituye un principio básico
para garantizar la soberanía alimentaria y la soberanía nacional en su conjunto.

Aun cuando México es reconocido como uno de los países con mayor diversidad biológica en el
mundo, también es necesario asumir que esta riqueza se encuentra cada vez más amenazada,
debido a muchos factores, como el hecho de que ha perdido la mitad de sus selvas y bosques.
Especies consideradas como emblemáticas están en peligro de extinción, como el jaguar, el lobo
mexicano y el águila real. Además de la contaminación y la tala inmoderada, una de las principales
causas de la pérdida de biodiversidad es la introducción intencional o no, de especies exóticas
invasoras, para lo cual no existe una estrategia nacional de control y contención. El modelo de
consumo compulsivo ha generado el que cada ciudadano produzca al menos una tonelada de
basura al año. Para revertir esta tendencia, el próximo gobierno ha planteado crear un Plan Nacional
de Manejo Integral de Residuos Sólidos, así como la recuperación de los ecosistemas degradados
en zonas rurales y urbanas a través de un inédito Plan Nacional de Restauración Ambiental,
orientado a revertir la devastación socioambiental que tristemente caracteriza hoy día a muchas
regiones del país.

Junto con lo anterior, otra propuesta que se pondrá en marcha a partir del primero de diciembre
será la creación de un programa de control de especies invasoras con la participación de las
comunidades y pueblos originarios. Para el aprovechamiento sostenible de los bosques se
impulsará el manejo forestal comunitario, que ya se desarrolla en cientos de núcleos agrarios, pero
sin el reconocimiento y el apoyo del Estado. También plantea el necesario aumento del presupuesto
del sector ambiental, fomentar las ecotecnias para el manejo de los recursos naturales, implementar
una estrategia nacional de comercio justo para comercializar los productos locales de bajo impacto
ambiental.

El maíz, que para la mayor parte de los mexicanos y sobre todo para los pueblos campesinos e
indígenas no solo es un cereal, sino el centro de la cultura alimentaria, se encuentra profundamente
amenazado por la introducción de semillas mejoradas y de variedades transgénicas. Al respecto, el
próximo gobierno se ha comprometido con el movimiento campesino e indígena y con la sociedad

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 59


Artículo de Opinión | HERNÁNDEZ GARCÍA

mexicana a establecer una política efectiva de protección de los maíces nativos, “impidiendo la
siembra e introducción de especies genéticamente modificadas”.

En el Proyecto de Nación se reconoce que la devastación ambiental tiene un profundo impacto en


la salud comunitaria, en la crisis energética y profundiza las condiciones de marginación y
vulnerabilidad de los sectores sociales que sufren de manera directa los efectos del deterioro. Se
parte de la experiencia creciente de muchas organizaciones y comunidades de base que han
emprendido múltiples proyectos orientados hacia la sustentabilidad y la conservación, protección y
defensa de los “recursos naturales”.

En el ámbito de la producción agrícola, propone recuperar prácticas productivas ancestrales y


transitar hacia un modelo agroecológico que promueva una relación respetuosa con la tierra, sin
agotarla ni degradar los agroecosistemas. También incorpora la planeación socioambiental del
territorio como un instrumento de política pública, que implicará la implementación del ordenamiento
territorial participativo para identificar qué tipo de proyectos son viables social, cultural y
ambientalmente en una región determinada. Ello permitirá blindar los territorios rurales y urbanos
de proyectos o megaproyectos que no tuviesen viabilidad socioambiental, ya que solo provocarían
deterioro ecológico.

Es de suma importancia señalar que también reconoce que la minería a cielo abierto agrede los
territorios y vulnera los derechos de las comunidades rurales que se encuentran asentados en los
espacios concesionados particularmente por los últimos dos gobiernos neoliberales que han
entregado descaradamente las tierras de los campesinos al capital trasnacional. En virtud de ello,
el Proyecto de Nación que encabeza AMLO propone revertir no solo los proyectos mineros sino
todos aquellos que atenten contra los derechos de los pueblos y comunidades.

Para hacer frente al cambio climático, la propuesta del próximo gobierno consiste en reducir hasta
en un 30% la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI). También se ha planteado el necesario
reconocimiento a los propietarios de los territorios forestales que capturan carbono como los
beneficiarios directos de los recursos destinados a la mitigación de los GEI, así como la creación
de un Programa Nacional de Adaptación al Cambio Climático, que implicaría una polémica
transformación de la matriz energética hacia fuentes renovables como la solar, la eólica o la
marítima.

Ante el reconocimiento de que el 77% de la población mexicana vive en zonas urbanas, el próximo
gobierno progresista ya visualiza el significado que ello tiene: el proceso acelerado de urbanización
genera mayor demanda de “recursos naturales” y de energía, lo que provoca contaminación y
fragmentación de ecosistemas. También se traduce en un incremento de la mala calidad del aire,
que según el Instituto Nacional de Salud Pública, es la causa del deceso de al menos 21 personas

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 60


Artículo de Opinión | HERNÁNDEZ GARCÍA

al año. Frente a ello se ha propuesto dar un viraje hacia el transporte público de bajas emisiones,
el ciclismo y la movilidad peatonal.

El PN parte del reconocimiento del derecho al agua como un derecho humano que requiere
esfuerzos de conservación para poder garantizarlo. Se estima que un 70% de los cuerpos de agua
del país están contaminados y uno de los principales obstáculos para garantizar su acceso a la
población es la Ley de Aguas Nacionales, que prioriza los sectores industrial, energético, minero y
agrícola por sobre el uso doméstico. Recientemente, la organización Carto-Crítica identificó que 417
mineras han obtenido 436 millones de metros cúbicos de agua anuales, suficientes para abastecer
el consumo humano de cinco estados de la república en un año. La propuesta del próximo gobierno
es modificar esta ley, incorporando la perspectiva del manejo integrado de aguas subterráneas y de
cuenca, pero que además contenga un enfoque de protección a los derechos humanos. Las normas
oficiales que regulan la calidad del agua también serán modificadas, pues actualmente no cumplen
con los estándares que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) y esto facilita que
muchas industrias arrojen aguas residuales no tratadas altamente tóxicas, pero en el marco de la
legalidad. Otra acción fundamental que se ha propuesto es la reconstrucción de un desmantelado,
insuficiente y corrupto sistema nacional de monitoreo y vigilancia de la calidad del agua, con un
enfoque preventivo que alerte oportunamente sobre los riesgos al ambiente y a la salud que se
pueden derivar de la presencia de agentes contaminantes.

En el orden jurídico propone reconocer en la legislación los derechos de la naturaleza, así como el
reconocimiento de los sistemas normativos y los conocimientos tradicionales en las políticas
ambientales, particularmente en las de conservación. También establece que será necesario llevar
al orden legal la prohibición de la explotación de hidrocarburos y minerales en Áreas Naturales
Protegidas, contrario a lo que promueven el PRI, el PVEM, el PAN y el PRD a través de la Ley de
Biodiversidad que han tratado de imponer en los últimos meses.

Existe una importante orientación a desactivar los más de 500 conflictos socioambientales que
existen en el país, atendiendo fundamentalmente sus causas y poniendo fin a la criminalización de
los activistas ambientales y defensores de los territorios. Es por ello que la justicia ambiental se
encuentra en el centro de la nueva política de Estado. Ello implicará reinventar el modelo que ha
venido imperando respecto a las Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA) que suelen hacerse
a modo para que el gobierno federal autorice obras o proyectos que han provocado la crisis
ambiental del país, con severos efectos para los ecosistemas y la salud de los pobladores. Para ello
se propone un nuevo sistema de elaboración de MIA´s, que incorpore también la dimensión social
y que permita realmente determinar cualquier nivel de riesgo que implique un proyecto promovido
por el Estado o la iniciativa privada. Un mecanismo para garantizar la justicia ambiental será la
adopción del tratado regional sobre “Acceso a la Información, Participación Pública y de Acceso a

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Artículo de Opinión | HERNÁNDEZ GARCÍA

la Justicia en Asuntos Ambientales para América Latina” como instrumento rector de la política en
materia ambiental.

Con respecto a las costas y mares de México, se ha propuesto actualizar la legislación vinculante,
así como las políticas de conservación marina, costera e insular, tanto por el valor en sí mismos de
estos ecosistemas, como por la importancia que tienen para la subsistencia de miles de
comunidades de pescadores ribereños. Para implementar la restauración ecológica de las islas
degradadas, se plantea actualizar la Estrategia Nacional para la Conservación y el Desarrollo
Sustentable del Territorio Insular Mexicano. También se limitarán las construcciones fijas en la zona
federal marítimo-terrestre (ZOFEMAT) que pudieran provocar afectaciones en las costas. En
concreto, se busca revertir el deterioro ambiental en mares, costas e islas, garantizando el
aprovechamiento sostenible de los recursos biológicos pesqueros en coordinación con las
comunidades pesqueras.

Para ejecutar la estrategia ambiental propuesta, el próximo gobierno enfrentará el gran reto de velar
por la conservación de la naturaleza, así como de iniciar un proceso amplio y participativo para
revertir progresivamente la devastación socioambiental de numerosas regiones del país.
Afortunadamente, el triunfo no ha sido solo el de la presidencia: MORENA se convertirá en la
primera fuerza política nacional, ya que tendrá mayoría en el Congreso y además ha ganado la
mayor parte de las alcaldías y gubernaturas en disputa. Esto facilitará la puesta en marcha de la
plataforma de gobierno, con una amplia participación de los diferentes sectores sociales y las
fuerzas políticas que confluyen en este momento decisivo de la historia de México. Por otro lado,
las presiones de los capitales nacionales y extranjeros serán muchas, por lo que la sociedad
mexicana espera que el gobierno progresista se encuentre a la altura de las circunstancias para
asumir el compromiso que le ha sido encomendado: iniciar el cuarto proceso de transformación
nacional después de la Independencia (1810), la Reforma (1857) y la Revolución mexicana (1910).

Bibliografía
Bartra, Armando, Tiempos turbulentos, en Argumentos, UAM-X, Año 23, No. 63, 2010, pp. 91-119.

Carto Crítica, Concesiones de agua para las mineras, Investigación, mapas y datos para la sociedad civil, en
www.cartocritica.org.mx
MORENA, Proyecto de Nación 2018-2024, México, 2018.

Toledo, Víctor, Latinoamérica: crisis de civilización y ecología política,


(http://www.ecologiasocial.com/biblioteca/ToledoCrisisEcologiaPolitica.htm)

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 62


Expansão da comercialização e uso de agrotóxicos no Brasil
André de Freitas Gonçalves1

1
Mestre em Geografia pela Universidade de São Paulo. E-mail: andredfg@yahoo.com.br

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Boletín Geocrítica Latinoamericana | 63
Cartografia | GONÇALVES

No Brasil recente um episódio reabriu o debate na sociedade sobre o uso de agrotóxicos, trata-se
da aprovação do projeto de lei 6.299/2002 em comissão especial na Câmara dos Deputados.
Apelidado de “Pacote do Veneno”, a proposta muda às regras para o uso de novos agrotóxicos no
país.

De forma geral o projeto procura agilizar a aprovação de novas substâncias e para isso propõem
uma série de mudanças. Opositores alegam risco crescente de intoxicação e prejuízo ao meio
ambiente, entre eles estão ONGs, entidades ligadas a saúde e ao meio ambiente, assim como
órgãos governamentais como o Ibama (Instituto Brasileiro do Meio Ambiente e dos Recursos
Naturais Renováveis), a Anvisa (Agência Nacional de Vigilância Sanitária) e o Ministério Público
Federal.

Inspirados nesse debate, procuramos apresentar por meio de cartografias o cenário atual e a
tendência de um cenário futuro em relação à comercialização e uso de agrotóxicos no Brasil.

O cartograma em destaque, no campo superior direito, representa em cores a variação percentual


da relação de duas variáveis, a saber, comercialização de agrotóxicos e afins e a área plantada nos
anos de 2005 e 2014. Podemos observar que as maiores variações se deram em Estados
amazônicos, como Acre, Pará, Rondônia, Amapá e Tocantins. Por outro lado, a comercialização de
agrotóxicos e afins em toneladas no ano de 2014 aparece intensamente nos grandes Estados
produtores como Mato Grosso, São Paulo, Paraná e Rio Grande do Sul.

No conjunto de cartogramas abaixo procuramos avaliar a relação da comercialização de agrotóxicos


por área plantada nos anos de 2005 e 2014. Como podemos observar o cenário de 2005 traz o
Estado de São Paulo com o maior indicador quilogramas de agrotóxico comercializado por hectare
de área plantada, já no ano de 2014 o maior índice é do Estado de Roraima, no extremo norte do
país, seguido de São Paulo, Rondônia, Goiás, Mato Grosso e Santa Catarina. Apesar de
comercializar pouco agrotóxico Roraima o utiliza intensivamente em pouca área plantada, cenário
que se alterou brutalmente no período avaliado.

O mapa de tendência, canto inferior esquerdo, mostra a comercialização de agrotóxicos e afins por
are plantada, a partir da variação percentual de 2005 a 2014, onde fica claro a indicação de uma
tendência de crescimento do indicador em direção ao bioma Amazônia o que pode significar o
agravamento de risco ambiental com uso intensivo de agrotóxicos 2.

2
Veja mais em: BOMBARDI, L. M. Violência Silenciosa: o uso de Agrotóxicos no Brasil. Anais do VI Simpósio Internacional
de Geografia Agrária: Universidade Federal da Paraíba. João Pessoa, 2013.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 64


Personas sobrevivientes de crímenes de lesa humanidad cometidos por el ejército
guatemalteco durante la década de 1980
David Solís-Aguilar 1 2

Las fotografías fueron tomadas en la región Ixil, departamento de El Quiché, Guatemala; en el marco
de un proceso de acompañamiento a personas sobrevivientes de crímenes de lesa humanidad
cometidos por el ejército guatemalteco durante la década de 1980. En las fotografías se muestra en
formatos abiertos elementos del paisaje natural y humano, particularmente el paisaje político e
histórico, ya que durante el conflicto armado interno (1960-1996), la totalidad de la población
indígena de la región Ixil fue víctima de incontables atrocidades que llegaron a mermar su población
en una tercera parte.

FOTO 01: El camino del pueblo de Nebaj hacia la aldea Salquil, en el paso por la aldea
Qambalám, municipio de Santa María Nebaj.

1
Estudiante de Maestría 2018-2020, Centro de Estudios en Geografía Humana, Colegio de Michoacán, México. Email:
colibribri@riseup.net
2
Fotografias del autor, registradas en el año de 2018.

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Boletín Geocrítica Latinoamericana | 65
Foto - Ensayo | SOLÍS-AGUILAR

FOTO 02: El cruce para la aldea Acul, reconocida a nivel nacional porque en una finca propiedad
de una familia oligarca se produce queso para la exportación, al costo del despojo territorial a los
pobladores originarios Ixiles de la aldea desde hace décadas. Al fondo de la imagen se nota un
cartel de la campaña electoral 2015, donde aparecen rostros del entonces partido oficial, Partido
Patriota, fundado por exmilitares y que llevó al Ejecutivo al exgeneral Otto Pérez Molina,
conocido en la región como “Mayor Tito” durante el régimen de facto del exgeneral Efraín Ríos
Montt (1982-1983), siendo Pérez responsable de múltiples crímenes de lesa humanidad cuando
estuvo al frente del destacamento militar de Nebaj; aparece en dicho cartel vestido con el saco
tradicional Ixil, llamado cotón, el actual diputado excapitán Estuardo Galdámez, igualmente
responsable de crímenes de lesa humidad en la región Ixil entre 1986 y 1988.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 66


Foto - Ensayo | SOLÍS-AGUILAR

FOTO 03: Los sepulcros de las víctimas de la masacre en la aldea Q’oq’ob, donde el jueves 16
de abril de 1982 en Semana Santa el ejército guatemalteco asesinó en forma colectiva a 97
personas de la étnica Ixil, de las cuales todavía una veintena de restos humanos siguen
sepultados en una fosa común a pocos metros de los sepulcros, donde los sobrevivientes con
prisa enterraron a los familiares el día posterior a la masacre, ante el temor de que los soldados
regresaran a masacrarles.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 67


Foto - Ensayo | SOLÍS-AGUILAR

FOTO 04: El Sr. Juan Ordoñez, sobreviviente de la masacre del ejército guatemalteco en la aldea
Txisis, donde según él y otras personas perecieron 200 personas de la étnica Ixil el 13 de febrero
1982, como parte la táctica de “tierra arrasada” del alto mando del ejército durante el gobierno
del Gen. Romeo Lucas, con la finalidad de aniquilar cualquier posibilidad del surgimiento de focos
guerrilleros en la región Ixil. El Sr. Juan muestra la sepultura de su madre y su padre perecidos
en dicha masacre, y cuyos restos recién pudo inhumar en diciembre de 2017 en el Camposanto
de su aldea.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 68


Desalojos navideños en el sureste de Pará/ Brasil:
una foto-reflexión sobre la desterritorialización del campamento “Helenira Rezende” del
MST

Ginno Pérez Salas1 2

A finales de noviembre del 2017, fueron desalojadas más de 300 familias campesinas del
“Campamento Helenira Rezende”, perteneciente al Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra
(MST), que estaban acampados en el conjunto de Haciendas Cedro / Fortaleza, la cual se ubica en
el km 52 de la BR-155, en el sureste de Pará. Esta acción de desalojo formaba parte del
cumplimiento de una Orden de Reintegración de Posesión de Tierras en favor de la Empresa Agro
Santa Bárbara Xinguara S. A., la cual es parte de la presente y latente oligarquía del agronegocio
en Brasil.

En ese día las familias, que ya se había organizado para retirarse del lugar, fueron testigos del
contingente policial militar que fue llegando hasta el área para hacer “cumplir la ley”. Esta forma de
amedrentar, de intimidar hizo que por un momento el ambiente se ponga tenso y riesgoso, pues no
solo se estaba tratando de desalojar a personas adultas sino también de niños y niñas que sin saber
lo que pasaba se quedaban solo observando. La violencia psicológica de parte del Estado y la
Policía Militar, además de funcionario pagos por la empresa, hizo que el ambiente en el
campamento fue muy triste y doloroso.

Y es que la acción de desalojo de esas familias significó un proceso de des-enraizamiento, de


destrucción, de des-territorializar física y psicológicamente a familias que habían y tenían no sólo
una relación productiva con el territorio, sino que poseían vínculos sociales, políticos, ambientales
y culturales. Este proceso de desterritorialización es parte de los mecanismos de violencia y control
que tanto el Estado como el Capital utilizan en esta parte amazónica de Brasil para la expansión y
acumulación de territorios con potencial negociable en el mercado mundial.

La acción de desalojo del “Campamento Helenira Rezende” fue el primero de una serie de 20
desalojos que se encontraban planificados a ser realizados en el mes de diciembre de 2017. Estas
acciones desterritorializadoras han representado de forma clara como en esta región de Brasil aún
la presencia del gran terrateniente marca claramente quien entra o no, quien come o no, quien vive
o no.

1
Geógrafo y magíster en Dinámicas Territoriales y Sociedad en la Amazonía. Miembro de la Unión Geográfica
Internacional – Comisión de Estudios Latinoamericanos. E-mail: driloperez84@gmail.com
2
Fotografías del autor, registradas en el año de 2017.

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Boletín Geocrítica Latinoamericana | 69
Foto - Ensayo | PÉREZ SALAS

FOTO 01: Llegada del Comando de Misiones Especiales (CME) de la Policía Militar llega para
“cumplir con la Orden de Desalojo”. En la praxis, la presencia del CME fue acto de infundir miedo
y presión en las familias del MST de Pará, ahí acampadas.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 70


Foto - Ensayo | PÉREZ SALAS

FOTO 02: Desde las primeras horas de ese lunes 27 de noviembre, las familias fueron
presionadas para apresurarse en desmontar sus precarias viviendas. Lo irónico de esta acción,
es que no existía motivo alguno para presionar a las familias puesto que, de acuerdo con lo
informado a los representantes del MST, se tenía hasta 72 horas para salir del espacio ocupado.
Muchas de ellas fueron moviendo sus pertenencias hacia la casa de familiares en las ciudades
de Marabá y Eldorado.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 71


Foto - Ensayo | PÉREZ SALAS

FOTO 03: Los funcionarios contratados por la empresa desmontaron muchas de las casas
utilizando tractores y sin la autorización de las familias. Estas acciones conllevaron a muchos
momentos de tensión, tanto entre las familias con los mencionados, así como con la policía que
no se inmutaba antes esas acciones.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 72


Foto - Ensayo | PÉREZ SALAS

FOTO 04: ¿Y ahora a dónde? …

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 73


Cadê o lugar que estava aqui? A lama “comeu”!: imagens da desterritorialização pelo
desastre ambiental do rio Doce – Brasil
João Mendes da Rocha Neto1 2

O modelo de desenvolvimento brasileiro historicamente se mostrou polêmico na apropriação dos


recursos naturais e na permissividade do poder público a atividades potencialmente danosas ao
meio ambiente, a exemplo da mineração.

Isso constituiu “territórios da mineração dentro do território nacional”, alguns deles conhecidos por
toda sociedade brasileira, a exemplo de Carajás, no estado do Pará, da Serra do Navio, no estado
do Amapá ou o Quadrilátero Ferrífero, no estado de Minas Gerais, onde se localiza Mariana. Para
a sociedade brasileira cada um desses territórios construiu uma imagem de “eldorado”, capaz de
atrair grandes contingentes de migrantes e despertar a expetativa de enriquecimento de indivíduos
e empresas, mas também foram territórios de frustração e desesperança.

No entanto, em nenhum desses casos o país experimentou um desastre ambiental de tamanhas


proporções, seja na sua extensão territorial, seja na diversidade de aspectos afetados pelos rejeitos
do minério de ferro como no rio Doce.

Entende-se que para além da desterritorialização, o desastre resultou em uma nova territorialização
que formaliza a histórica disputa pelo uso do território e, consequentemente, do rio na forma da
judicialização. Para as populações ribeirinhas (rurais e urbanas) isso resulta em um ambiente de
tensionamento e forte instabilidade na sua vida cotidiana; para os atores institucionais envolvidos
no planejamento de ações e na reparação dos danos resulta em um cenário jamais visto no país,
que nunca teve a cultura da prevenção de riscos como um dos focos das políticas públicas; e para
a empresa envolvida constitui-se em um episódio que a inobservância de normas e o desejo de
maximizar lucros, aliado a leniência do poder público, resultou em altos prejuízos.

Apesar da extensão do desastre, a população continua carecendo de respostas tempestivas do


poder público e da Fundação que ficou responsável pelas reparações, e mantem-se distante pela
desconfiança quanto a possibilidade de retomar suas vidas, seja pela contaminação do espirito
burocrático que envolve os tomadores de decisão, seja pela insensibilidade que a excessiva
observância de procedimentos gera no tempo das ações.

Por fim, a escuta realizada se deu de forma excessivamente fragmentado e desarticulado, o que
fracionou a vida e os territórios em temas, como se eles não guardassem relação entre si. Dessa

1 Professor do Programa de Pós-graduação em Administração Pública da Universidade de Brasília. E-mail:


jmdrn@uol.com.br
2
Fotografias do autor, registradas no ano de 2016.

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Boletín Geocrítica Latinoamericana | 74
Ensaio Fotográfico | MENDES

forma, as ações de reparação tem sido objeto de críticas quanto a sua efetividade e vem se
mostrando como um fator de acirramento das tensões entre os atores envolvidos.

FOTO 01: Em que a lama nos transformou.

FOTO 02: Essa era minha casa.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 75


Ensaio Fotográfico | MENDES

FOTO 03: Sob os escombros da fé

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 76


El río Atuel y el conflicto por el acceso al agua entre La Pampa y Mendoza (Argentina)
María Laura Langhoff1
Patricia Rosell2
Alejandra Geraldi3 4

El oeste pampeano localizado en una región semiárida se encuentra afectado desde mediados de
la década del cuarenta por profundos cambios ambientales debido a que en ese periodo el río Atuel
deja de ingresar en forma permanente al territorio de la Pampa. Este hecho se debe a dos factores,
por un lado, el uso intensivo que se hizo en Mendoza para consolidar el oasis frutícola y vinícola de
San Rafael y General Alvear y por otro la construcción de la represa Los Nihuiles, concretada en
1947-48. Como consecuencia se produjeron desplazamientos de población del área. Esto último,
llevo a la consolidación del reclamo por parte de La Pampa, ya como provincia a partir de 1951.

El conflicto socio-ambiental atravesó distintas etapas, con dos demandas por parte de La Pampa
ante la Corte Suprema de la Nación en 1978 y una nueva audiencia en el 2017. En ambos casos
los fallos fueron favorables a La Pampa. Como parte de la última sentencia, las provincias deben
acordar obras para permitir el escurrimiento del río. Sin embargo, aún no se llegó a un acuerdo en
el tema. Mendoza aduce que no dispone del caudal solicitado por la provincia pampeana, el cual es
de 4,5 metros cúbicos por segundo. A pesar de este argumento, durante el corriente año se
comenzó a implementar la práctica del fracking en Malargue, la cual demanda enormes cantidades
de agua. Ello contradice en cierta forma la postura cuyana.

La reconstrucción de los paisajes se realizó a través de trabajos de campo a las localidades


ribereñas de Santa Isabel y Algarrobo del Águila (La Pampa) en febrero y a General Alvear
(Mendoza) a inicios de abril, del corriente año. Durante los mismos se tomaron fotografías que
pretenden evidenciar la situación de actual en el contexto de lograr un acuerdo entre ambas
provincias.

1
Estudiante de Postgrado, Maestría en Geografía Universidad Nacional del Sur. E-mail: laura.langhoff@outlook.com
2
Departamento de Geografía, Universidad Nacional del Sur. E - mail: prosell@uns.edu.ar
3
Departamento de Geografía, Universidad Nacional del Sur, CONICET_IADO. E-mail: ageraldi@criba.edu.ar
4
Fotografías de María Laura Langhoff, registradas en el año de 2017.

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Boletín Geocrítica Latinoamericana | 77
Foto - Ensayo | LANGHOFF; ROSELL; GERALDI

FOTO 01: El cauce seco del arroyo de la Barda, uno de los brazos del Atuel que esporádicamente
ingresa en territorio pampeano, en el Puente Viejo de Algarrobo del Águila, La Pampa.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 78


Foto - Ensayo | LANGHOFF; ROSELL; GERALDI

FOTO 02: Cauce del Arroyo de la Barda pasando el Puente Viejo en la zona de Algarrobo
del Águila, La Pampa.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 79


Foto - Ensayo | LANGHOFF; ROSELL; GERALDI

FOTO 03: Río Atuel en territorio mendocino en la zona del balneario de General Alvear,
Mendoza. Aquí se puede observar el río con agua, además del uso recreativo que se le
otorga en verano.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 80


Foto - Ensayo | LANGHOFF; ROSELL; GERALDI

FOTO 04: El río Atuel en la zona de General Alvear, Mendoza.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 81


Cenas de um Nordeste paraense-amazônico presente

Paulo Olivío Correa de Aquino Junior1

As fotos foram tiradas em uma cidade chamada Magalhães Barata, no estado do Pará. São cenas
ainda típicas em algumas localidades, neste caso a Vila de Nazaré do Fugido, que faz parte deste
município, e que recebeu este nome por ter sido uma das rotas de fuga dos perseguidos políticos
após a derrota da Cabanagem, insurreição política que teve o mérito de assumir um caráter popular
e ter sido a única no Brasil a tomar o poder o estado, ainda que por alguns meses.

As cenas mostram cenas do trabalho, e também da paisagem natural da Vila: a mulher que ainda
lava roupas em um igarapé, o homem que constrói sua casa com barro, casas que são cada vez
mais difíceis de serem encontradas com a popularização da alevenaria, os caranguejos “chama-
chuva”, que acenam, segundo os moradores, quando a chuva se aproxima, e o pescador nas belas
paisagens de marés, onde trabalho e contemplação não se separam como na racionalidade
ocidental hegemônica.

1
Mestrando pelo Programa de Pós-Graduação em Desenvolvimento Sustentável do Trópico Úmido, do Núcleo de Altos
Estudos Amazônicos – Universidade Federal do Pará (UFPA). E-mail: paulocorrea.sj@gmail.com

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Ensaio Fotográfico | CORREA

FOTO 01: Mulher lava roupas no Igarapé de “Nazaré do Fugido”, Pará.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 83


Ensaio Fotográfico | CORREA

FOTO 02: Construção de casa de taipa, arquitetura ecológica e milenar.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 84


Ensaio Fotográfico | CORREA

FOTO 03: Caranguejos “chama-chuva” no mangue de Magalhães Barata, Pará.

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 85


Ensaio Fotográfico | CORREA

FOTO 04: Onde trabalho e contemplação ainda se cruzam: pescador na enseada

Boletín Geocrítica Latinoamericana | 86


Latinoamérica en Agenda | PERÚ

LATINOAMERICA EN AGENDA

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Construído desde variadas latitudes
Octubre, 2018

Publicación del Grupo de Trabajo de CLACSO


© “Pensamiento Geográfico Crítico Latinoamericano”

Publicação do Grupo de Trabalho de CLACSO


© “Pensamento Geográfico Crítico Latino-americano”

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Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional
Hoy América Latina se encuentra bajo una nueva fase de populismos y gobiernos de derechas
que pretenden profundizar y consolidar el neoliberalismo.
Dentro de ello, se vive una ola de saqueo de las economías y la naturaleza de la región:
firma de tratados de libre comercio, mega-proyectos propiedad de transnacionales,
extracción de recursos, nuevos enclaves de producción agropecuaria,
nuevos paquetes de reestructuración económica, crisis de regímenes políticos,
nuevos procesos de privatización y relocalización de las funciones del estado,
entre otros aspectos.

(JIMÉNEZ, 2018)

ISSN: 2665 - 4016

Grupo de Trabajo «Pensamiento Geográfico Crítico Latinoamericano»


Grupo de Trabalho «Pensamento Geográfico Crítico Latino-americano»

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