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USO Y HABITACIÓN

Derecho De Uso.-
I. Definiciones Doctrinarias.- Se trataba, a decir de Ballester, de un “uso sin disfrute”. No
obstante lo indicado, el concepto de esta figura ha evolucionado, de manera que según las
tendencias de la doctrina y legislación actuales, el beneficiario de este derecho puede no
solo servirse de la cosa sino recoger los frutos, pero en forma limitada: en lo que fuera
necesario para él y su familia.
Albaladejo señala, acertadamente, que el derecho de uso “es el derecho de usar de la cosa
y disfrutarla solo directamente”.
En el mismo orden de ideas, Salvat sostiene que “en el derecho moderno, el derecho de
uso comprende la utilización de la cosa (el ius utendi), solamente que este último derecho
se encuentra restringido de ciertos límites, en el cual “el ius fruendi queda limitado a las
necesidades del usuario y su familia”.
II. Concepto.- Podemos afirmar que: “Derecho de Uso es el que se confiere a una persona
para que ésta pueda servirse de un bien no consumible, aprovechando de sus frutos, en
cuanto le basten para sus necesidades y las de su familia”. Es en buena cuenta el derecho
de uso un “usufructo restringido” limitado a las necesidades del usuario únicamente, y a
lo más a las necesidades de su familia, recayendo únicamente sobre bienes “no
consumibles”.
III. Regulación del Derecho de uso (Art. 1026 C.C).- El Código Civil prescribe: “El derecho de
usar o de servirse de un bien no consumible, se rige por las disposiciones anteriores
(referidas al Usufructo), en cuanto le sean aplicables”.

Derecho de Uso y Habitación

IV. Características.- Siendo más restringido que el derecho de usufructo, presenta las
siguientes características:

Es un derecho real en bien ajeno, creado siempre por voluntad de las partes (que son el
propietario y el usuario) y nunca por disposición de la ley.

Se concede con carácter personal, por lo que no se puede ceder, es por ello que el derecho de
uso, junto con el derecho de habitación se concede con carácter personalísimo, y no pueden
ser materia de ningún acto jurídico, salvo la consolidación.

Recae exclusivamente sobre bienes “no consumibles” y nunca sobre consumibles. Es un


derecho inembargable.

No recae sobre créditos.

Concede derechos que únicamente cubren las necesidades del usuario y su familia; todo
excedente deberá devolverlo al propietario.

Las obligaciones del usuario son semejantes a las del usufructuario.

El derecho de uso se extingue en los mismos supuestos que el usufructo.

B) Derecho De Habitación.-

I. Definiciones Doctrinarias.- Entre los derechos de usufructo, uso y habitación, que son
desmembraciones del derecho de propiedad, se establece una escala del más al menos;
primero el usufructo, luego el uso, al que acabamos de referirnos y, finalmente el derecho de
habitación. A decir Salvat, recibe ese nombre “cuando el derecho de uso consiste en la facultad
de morar en una casa”.

Baudry Lacantinerie, en el mismo orden de ideas, expone que “en cuanto a la habitación, ella
no es, de acuerdo con el Código Civil, otra cosa que un caso particular de uso: es el uso de una
casa-habitación”.

A diferencia del derecho de uso, en el que la doctrina admite la posibilidad del disfrute, en el
derecho de habitación esta facultad queda excluida. Señala acertadamente Albaladejo que “la
habitación es un derecho de uso sin percepción de frutos, aplicado a la vivienda”.

II. Concepto.- Podemos decir que: “Derecho de Habitación es el derecho de uso que se da
sobre una casa y se circunscribe al derecho de morar o habitar en esa casa o predio, a favor del
usuario y también su familia”.

II. Derecho de Habitación (Art. 1027 C.C).- El Código dice, con respecto a este derecho, lo
siguiente: “cuando el derecho de uso recae sobre una casa o parte de ella, para servir de
morada, se estima constituido el derecho de habitación”.

IV. Características.- Tiene los mismos caracteres que el derecho de uso:

Es un derecho real personalísimo, no negociable, cesible, ni transferible a terceros.

Se diferencia de él en que es más reducido, pues, se contrae solo al derecho de habitar en una
casa, un departamento, etc.

Es un derecho que casi siempre es gratuito, ya que obedece al propósito de prestar auxilio o
ayuda a personas de condición económica modesta, a personas a quienes se tiene especial
diferencia, afecto o gratitud, y con el que se favorece las más de las veces a familiares.

V. Constitución.- El derecho de habitación se puede constituir:

Por escritura pública.

Por testamento o disposición de última voluntad.

Ejemplos: Se puede estipular, dentro de un contrato de comprar-venta que el vendedor ha de


gozar del derecho de habitación en todo o en parte del predio urbano, materia de la
transferencia, por tiempo determinado o también “mientras sus días”, es decir que se
conviene que va a continuar viviendo hasta el día de su fallecimiento.

Cuando al vender un inmueble se pacta que el vendedor siga ocupando todo el inmueble o
parte determinada de él “mientras sus días” o por un plazo equis de tiempo.

Se puede disponer en un testamento que, sin transmitir el dominio de un predio urbano, se


conceda el derecho de ocuparlo en favor por ejemplo de un hermano (que no va a ser
heredero), en atención a que debido a sus condiciones económicas precarias, no tiene medios
suficientes para arrendar un inmueble para servirse de morada y, para asegurarse el causante
que a su muerte, ese hermano no sea desalojado del predio donde ha estado viviendo hace
varios años, lo que indudablemente beneficiara al referido usuario y el dominio del inmueble
pasara desde la muerte del testador al heredero o herederos señalados en el testamento .

Juan al vender una casa a Pedro o al dejarle este bien por testamento, dispone en una cláusula
del respectivo instrumento que esa casa o parte del inmueble, será habitada por el usuario por
tal plazo, o mientras sus días.
C) Sujetos en los Derechos de Uso y Habitación.- De la misma manera que el usufructo, los
derechos de uso y habitación implican la existencia de cuando menos, dos partes
intervinientes: el que constituye derecho, y el beneficiario del mismo. Cabra también que
exista una pluralidad de sujetos, tanto constituyentes como beneficiarios. En otras palabras,
nada impedirá que los derechos de uso o habitación sean instituidos por varios copropietarios
a favor de un beneficiario, o un nudo propietario a favor de varios beneficiarios. Como en casi
todas las materias, rigen para estos derechos los mismos principios y normas aplicables al
usufructo. Nos referiremos en consecuencia a tales reglas.

I. Derechos y obligaciones del nudo propietario.- Los principales derechos del nudo propietario
son fundamentalmente dos:

El de exigir que el bien le sea restituido al término del plazo legal o convencional.

El de ejercitar todos los poderes inherentes a su condición de propietario. Pudiendo disponer


de la nuda propiedad y, en general, realizar todos aquellos actos de disposición o gravamen
que no sean incompatibles con la existencia de los derechos del beneficiario. Debemos
también entender que, en aplicación de las normas que regulan el usufructo, y como
consecuencia del derecho a recuperar el bien, el propietario está facultado a adoptar las
medidas necesarias para su protección, pudiendo por ejemplo acudir al juez para que este
ordene la constitución de una garantía en caso que peligre la cosa (artículo1007 del Código
Civil); o para exigir la ejecución de las reparaciones que competen al beneficiario que atente
contra la utilización normal del bien, y solicitar su regulación por el juez (artículo 1017 del
Código Civil).

A diferencia de lo que ocurre en el usufructo, en que el propietario no tiene derecho a la


explotación del bien pues los frutos son del usufructuario, en el derecho de uso el dueño
puede conservar ciertos derechos de disfrute, ya que como se ha visto éstos sólo pertenecen
al beneficiario de manera limitada. Existirá pues un disfrute compartido entre el propietario y
el usuario. En lo que respecta al habitacionista, hemos visto ya que la doctrina no admite que
disfrute del bien. Por consiguiente, en tal caso el nudo propietario tendrá derecho a los frutos
de la vivienda. Naturalmente, dicho disfrute se admite siempre y cuando no vulnere los
derechos del habitacionista. II. Derechos y obligaciones de los beneficiarios.- Con las
diferencias que surgen de la limitación de los derechos de disfrute, podemos afirmar que tanto
el usuario como el habitacionista gozan de derechos similares a los del usufructuario. Así cabe
mencionar que en su calidad de poseedores inmediatos, tienen derecho a hacer valer su
calidad de tales y a defender el bien y posesión con los instrumentos legales pertinentes. En lo
que respecta a la administración del bien, sus alcances se ven disminuidos por las limitaciones
para el disfrute que tienen ambos beneficiarios. Así, el usuario podrá administrar el bien
únicamente en aquello que se refiere a los frutos que está autorizado a percibir (o sea, los
necesarios para él y su familia, en aplicación de la doctrina). El habitacionista, en cambio, el
carecer de la facultad de disfrute, no tiene derecho a administrar el inmueble, sino
simplemente a usarlo. Lo anterior se aplica asimismo al derecho de disfrute propiamente dicho
que, a diferencia del concedido al usufructuario, es limitado en el caso del usuario e
inexistente tratándose del habitacionista.

10. UNIVERSIDAD PERUANA DE LAS AMÉRICAS DERECHO CIVIL PATRIMONIAL Derecho de Uso
y Habitación 10 En lo que respecta a la posibilidad de efectuar mejoras en el bien, y el
reembolso de las mismas, opinamos que ellos dependerán del alcance de los derechos
concedidos al usuario o habitacionista. Creemos que en la medida que tales mejoras sean
compatibles con sus derechos sobre el bien, serán de aplicación las normas aplicables al
usufructuario (artículo 916 del Código Civil, por remisión del numeral 1015 del mismo Código).
En lo que se refiere a las obligaciones del usuario o habitacionista, al igual que para el
usufructo, la más importante y de la cual se derivan las demás es conservar el bien según su
naturaleza y destino para su ulterior devolución al propietario. Regirán también para estas
instituciones las tres limitaciones aplicables al usufructo, a saber: Se prohíbe el “abusus”, o
sea, el consumo del bien; Se debe obrar “como un buen padre de familia” en relación al bien,
lo que supone comportarse moderada y conscientemente; y El bien debe ser utilizado “a la
imagen del propietario”, según su propio destino y naturaleza. A esta limitaciones de orden
general cabría, tratándose del derecho de uso, la de aprovechar los frutos dentro de los límites
que la doctrina señala. Estos límites están determinados por las necesidades del usuario y su
familia. En palabras de Diez-Picazo y Gullón, “el beneficiario del derecho de uso... disfruta para
consumir y no puede obtener beneficios más allá”. En el derecho de habitación, en cambio, los
trataditas nos enseñan que no existe derecho al disfrute. En cuanto a las obligaciones
referentes a reparaciones, mejoras, tributos, garantías, etc. podemos afirmar que en principio
regirán las normas aplicables al usufructo, claro está siempre y cuando sean compatibles con
los alcances de los derechos concedidos al beneficiario del uso o habitación.

11. UNIVERSIDAD PERUANA DE LAS AMÉRICAS DERECHO CIVIL PATRIMONIAL Derecho de Uso
y Habitación 11 d) Diferencias del Derecho de Uso y Habitación con Otras Figuras Jurídicas.- I.
Con el usufructo.- Como ya se ha mencionado, el derecho de uso se puede considerar un
usufructo disminuido, atendiendo a que si bien confiere la potestad de usar la cosa, el derecho
a percibir sus frutos es limitado. De ahí que la distinción fundamental entre ambos derechos
radique precisamente en los alcances de la facultad de disfrute. En el usufructo, según se ha
estudiado, esa facultad por lo general es extensa y se ve limitada únicamente por la obligación
de conservar la forma y sustancia del bien. En el derecho de uso, en cambio, la regla es inversa
ya que la posibilidad de disfrute se admite pero en forma limitada, en la medida en que sea
preciso para cubrir las necesidades del usuario y su familia. Planiol y Ripert lo denominan como
“un pequeño usufructo, limitado a las necesidades del usuario”. Según se ha apuntado, el
legislador de 1984 se limitó a reproducir el Código Civil anterior en esta materia, y de ese
modo omitió precisar los alcances del derecho de uso. En lo que respecta al derecho de
habitación, la distinción con el usufructo se torna bastante más diáfana, dado que a diferencia
de éste último, no confiere al habitacionista el derecho a disfrutar de la vivienda, sino
simplemente a utilizarla como morada para sí y su familia. Los derechos de uso y habitación se
distinguen también del usufructo por su carácter intransmisible. Según se ha visto, el usufructo
puede ser objeto de transmisión por acto inter vivos, salvo que se hubiese constituido con
carácter personalísimo (artículo 1002 del Código Civil).

12. UNIVERSIDAD PERUANA DE LAS AMÉRICAS DERECHO CIVIL PATRIMONIAL Derecho de Uso
y Habitación 12 El uso y habitación, en cambio, no son susceptibles de ser enajenados o
transmitidos bajo ninguna circunstancia. Se trata, según se ha dicho, de derechos de índole
personalísimo. II. Con el arrendamiento.- Según se ha visto al estudiar el usufructo, entre esta
figura y el arrendamiento existen semejanzas dadas por el hecho de que tanto el
arrendamiento como el usufructuario tienen derecho a usar y disfrutar del bien. Se comenta al
respecto, la dificultad de distinguir si nos encontrábamos frente a una u otra figura.
Tratándose de los derechos de uso nos encontramos con la misma dificultad, la cual se acentúa
tratándose del derecho de habitación, por su innegable semejanza con el arrendamiento. No
obstante lo dicho, podemos apuntar entre estas figuras las mismas características distintivas
ya apuntadas al estudiar el usufructo, a saber: De modo preliminar, pueden distinguirse los
derechos de naturaleza real que genera el uso y habitación, de los derechos de índole personal
que da lugar el contrato de arrendamiento. Según vimos al estudiar el usufructo, se trata de un
argumento discutible, ya que buena parte de la doctrina estima que el arrendamiento hace
surgir derechos reales. No obstante ello, formamos parte de quienes consideran que el
arrendamiento hace surgir solamente derechos personales a favor del locatario. Otra
diferencia, ya que fue señalada también respecto al usufructo, radica en el conjunto de
obligaciones que el locador asume al locatario en el contrato de arrendamiento. En efecto, el
locador se obliga a todos aquellos actos que permitan al locatario el uso y disfrute del bien,
mientras que en el uso y habitación no existe relación obligacional de tipo personal entre nudo
propietario y usuario (o habitacionista). La única relación entre ellos es la derivada de “la
coincidencia de sus derechos respectivos sobre una misma cosa” Otra distinción radica en que
el arrendamiento es un contrato, y como tal sólo

13. UNIVERSIDAD PERUANA DE LAS AMÉRICAS DERECHO CIVIL PATRIMONIAL Derecho de Uso
y Habitación 13 puede nacer del acuerdo de voluntades. Los derechos de uso y habitación, en
cambio, también pueden tener su origen en un mandato legal. Es el caso, por ejemplo, del
derecho de habitación conferido al cónyuge supérstite en virtud del artículo 731 del Código
Civil. Adicionalmente, los derechos de uso y habitación pueden también ser instituidos por
acto jurídico unilateral, o por testamento. Otra diferencia se encuentra en la circunstancia de
que está en la naturaleza del arrendamiento el ser un acto a título oneroso, mientras que los
derechos de uso y habitación pueden no serlo, y de hecho con frecuencia se instituyen a título
gratuito. Otra diferencia radica en que al igual que el usufructo, los derechos de uso y
habitación se extinguen siempre con la muerte del beneficiario. Por el contrario, el
arrendamiento puede continuar con los herederos del arrendatario si se encontraban en
posesión del bien, en aplicación del artículo 1710 del Código Civil. III. Con el derecho de
propiedad.- Existe la semejanza dada por el hecho de que son derechos reales, o sea, derechos
preferentes sobre los de cualquier persona con un mero derecho de crédito. Al igual que el
usufructo, los derechos de uso y habitación constituyen desmembraciones del derecho de
propiedad. De ahí que las diferencias entre las instituciones sean incontestables, resultando
aplicables las ya apuntadas al tratar sobre el usufructo, a saber: En primer lugar, tanto el
derecho de uso como el de habitación presuponen siempre la existencia de una persona
distinta que ostente la condición de nudo propietario. En segundo lugar, se trata de derechos
con contenido limitado: el beneficiario del derecho de uso sólo podrá usar el bien y disfrutarlo
en lo que sea menester para atender las necesidades básicas de él y su familia. El
habitacionista sólo podrá usar la vivienda, sin derecho a su disfrute.

14. UNIVERSIDAD PERUANA DE LAS AMÉRICAS DERECHO CIVIL PATRIMONIAL Derecho de Uso
y Habitación 14 Evidentemente, ninguno de ellos podrá jamás disponer del bien. IV. Con la
copropiedad.- El derecho del usuario o habitacionista, al igual que el usufructuario, concurre
siempre con el propietario. Existe pues una simultaneidad de derechos que personas distintas
ejercitan sobre el mismo bien. De ahí que pueda entreverse cierta semejanza entre estas
figuras y la de la copropiedad. Pese a ello, las diferencias son notorias, dado el distinto
contenido de los derechos. Tratándose de la copropiedad los derechos de los condóminos son
iguales. Cada uno de ellos goza, simultáneamente con los demás, de todos los derechos y
facultades inherentes a la propiedad. En los derechos de uso y habitación, en cambio, existe
una suerte de división de las atribuciones inherentes al derecho de propiedad, de manera que
el propietario conserva las de disposición jurídica y disfrute, correspondiendo el uso y un
disfrute limitado al beneficiario de los derechos de uso, y solo la utilización al titular del
derecho de habitación. e) Semejanzas Entre el Uso y la Habitación.- I. Pasaremos a enumerar
los caracteres que son comunes a ambos derechos: Son derechos reales, ya que aunque
confieren un beneficio personal, recaen directamente sobre un bien. Son desmembraciones
del derecho de propiedad, ya que necesariamente se constituyen sobre un bien ajeno. Los
poderes sobre ese bien quedan así divididos entre el nudo propietario, quien se despoja
temporalmente de su facultad de usar, y el titular del derecho de uso o habitación en su caso.
Inciden únicamente sobre bienes no consumibles. En efecto, la figura del cuasiusufructo no
se aplica a estos derechos. Naturalmente, el derecho de

15. UNIVERSIDAD PERUANA DE LAS AMÉRICAS DERECHO CIVIL PATRIMONIAL Derecho de Uso
y Habitación 15 habitación requiere, además, que se trate de un bien inmueble con
características de vivienda. El beneficiario de estos derechos está en la obligación de
conservar la fortuna y sustancia de los bienes, para su posterior restitución al nudo
propietario. Se aplicaran, al respecto, los mismos principios referidos al usufructo. Se trata
de derechos eminentemente temporales, a cuyos efectos regirán de modo general las normas
aplicables al usufructo, su duración y extinción. Son derechos intransmisibles. A diferencia
del usufructo, que puede ser objeto de transmisión por acto Inter-vivos, los derechos de uso y
habitación no pueden serlo. Son, a decir de Diez-Picazo y Gullón, derechos “intransmisibles e
indisponibles”. Evidentemente, tampoco podrán ser objeto de transmisión mortis-causa, en
consonancia con la normativa general aplicable al usufructo. II. Objeto.- Ya hemos visto que
tratándose del usufructo la doctrina y legislaciones consultadas admiten que este pueda
constituirse sobre bienes de otra especie. En los derechos de uso y habitación no rige, sin
embargo, este principio. En efecto, y como bien señala Diez-Picazo y Gullón, el derecho de uso
“...sólo puede recaer sobre cosas corporales que estén dentro del comercio de los hombres,
muebles e inmuebles, con tal que sean susceptibles de ser utilizadas...” En lo que se refiere al
derecho de habitación, es claro que solo puede recaer sobre bienes inmuebles, cuando estos
además reúnan las características de vivienda o morada. No podría, por ejemplo, constituirse
derecho de habitación sobre un terreno sin edificar. III. Extinción.- Los derechos de uso y
habitación, en aplicación de las normas del usufructo, se extinguirán en los mismos supuestos
que éste, según pasamos a enumerar:

16. UNIVERSIDAD PERUANA DE LAS AMÉRICAS DERECHO CIVIL PATRIMONIAL Derecho de Uso
y Habitación 16 En caso de vencimiento del plazo de constitución; Por prescripción (se
trata, según se ha visto, de una hipótesis de caducidad); Por consolidación, cuando se reúnen
en la misma persona las calidades de nudo propietario y beneficiario de tales derechos; Por
fallecimiento del beneficiario; Por renuncia del usuario o habitacionista; y Por declaración
judicial.

17. UNIVERSIDAD PERUANA DE LAS AMÉRICAS DERECHO CIVIL PATRIMONIAL Derecho de Uso
y Habitación 17 CONCLUSIONES Los derechos de uso y habitación, que han sido considerados
históricamente como supeditados en gran medida al derecho de usufructos, resultan ser, sin
embargo, derechos de contenido específico diferente; y aunque en algunas supuestos
(usufructo parcial y uso, por ejemplo), haya llegado a considerarse por la doctrina que estamos
en presencia de una misma figura, es lo cierto que se trata de una postura errónea, toda vez
que sus regímenes jurídicos aplicables son sustancialmente distintos. El derecho de habitación,
por su parte, no constituye tampoco un derecho de uso que se concreta sobre determinados
bienes inmuebles, sino que se traduce en un derecho de mayor trascendencia jurídica, por su
exclusivo carácter inmobiliario. En la sociedad actual, ha sido precisamente ese carácter
inmobiliario de la habitación el que le ha convertido en un derecho de cierta trascendencia
económica y que se utilice de manera ininterrumpidamente. El derecho de uso, por el
contrario, ha sufrido en la práctica un movimiento regresivo, viéndose atraído constantemente
por la reglamentación del derecho de usufructo, hasta darse el caso de que ni siquiera se
mencione como tal derecho en alguno de los Códigos modernos, tal y como sucede con el
Código civil suizo. En cuanto a la problemática que también se ha planteado respecto al título
constitutivo, es preciso reseñar que dicho título es la fuente principal de los derechos de uso y
habitación; no obstante debe puntualizarse que cualquier modificación que pueda llevarse a
efecto sobre los prototipos legales en virtud del mismo, ni les desnaturaliza ni crea derechos
nuevos semejantes al usufructo. La esencialidad de los derechos radica en la finalidad que
están llamados a cumplir, y no en las formas extrínsecas y rígidas (tipos) de tener aquí su
normal desarrollo. Como últimas consideraciones, podemos establecer que el derecho de uso,
tal como creemos que debe entenderse, es una figura de decadencia, que podría
perfectamente quedar integrada de manera definitiva dentro del derecho de usufructo como
una

18. UNIVERSIDAD PERUANA DE LAS AMÉRICAS DERECHO CIVIL PATRIMONIAL Derecho de Uso
y Habitación 18 modalidad del mismo. De esta forma el usufructo abarcaría, además del
disfrute sobre los bienes ajemos, las siguientes figuras: Un usufructo sobre la totalidad de los
frutos. Un usufructo sobre parte de los frutos de la cosa. Un usufructo sobre el todo o
parte de los frutos de la cosa, según el “quantum” de las necesidades del titular y de su familia,
aunque ésta aumente. No habría dificultad alguna en conseguir tal integración, porque lo que
no creemos es que se lleve a cabo esa ampliación del derecho de uso. Y es que valgan
verdades, dentro de su configuración actual, es muy escaso, estadísticamente hablando, el
número de supuestos en que el derecho de uso se constituye.

19. UNIVERSIDAD PERUANA DE LAS AMÉRICAS DERECHO CIVIL PATRIMONIAL Derecho de Uso
y Habitación 19 RECOMENDACIONES No podemos aceptar de forma pacífica el hecho de que,
pese a tratarse de derechos personalísimos, tanto el uso como la habitación deban de
extinguirse con relación a la familia del titular en el momento en que se produce la muerte de
éste, como dispone para el usufructo. Si la familia determina la extensión de tales derechos,
fijando cualitativamente las necesidades que han de ser subvenidas, y si resulta que es, a su
vez, beneficiaria de los mismos, habría que determinar, al menos como una medida de
carácter lógico, la regulación de un sistema que, acorde con su finalidad, evitarse que el daño
moral producido por la muerte del titular se añadiese de forma inmediata el grave perjuicio
económico que representa su extinción. Por otro lado, pese a la opinión encontrada de la
mayoría de la doctrina, el usuario; a quien se ha concebido tal derecho con objeto de paliar
unas necesidades realmente sentidas por él y los suyos, debe poder, desde el momento en que
éstas sean suficientes para que no se produzca abuso en la cosa, disponer de frutos suficientes
para paliarlas, ya sea consumiendo los bienes o enajenándolos a fin de conseguir adquirir con
el precio de éstos los demás que le sean necesarios. El uso cumpliría de esta forma no sólo su
destino fructífero, sino su verdadera dimensión como paliativo de necesidades reales;
procurándose por este medio la diversificación de las atenciones que tales necesidades
requieren; y que no podría llevarse a efecto si quedase supeditado a una única extracción,
como por ejemplo sucedería si se trata de un monocultivo. Finalmente en lo que concierne al
derecho de habitación, pensamos que debe de ser potenciado, fundamentalmente para que
dicha figura jurídica siga presente entre nosotros, aún en momentos de crisis que pudiera
atravesar el mercado inmobiliario. Por tanto, sería conveniente rehabilitarse con todos los
pronunciamientos a su favor y sin que en modo alguno se le haga discurrir por los mismos
causes que el derecho de uso, tal y como por inercia se ha venido realizando, con algunas
excepciones, a lo largo de su proceso evolutivo.

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