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¿QUÉ SE PUEDE TRABAJAR CON LA

TERAPIA DE VIDAS PASADAS?


por Lic. Marcelo Beloqui

Todo aquello que es motivo de consulta habitual para un psicoterapeuta, como por ejemplo:
Conflictos emocionales repetitivos en diversos vínculos - pareja, padres, hijos, socios,
amigos, etc. -, perturbaciones de la conducta, fobias, miedos, angustia, depresión,
bloqueos intelectuales o afectivos, sentimientos de culpa, fracasos reiterados ya sea a
nivel afectivo o material, disturbios sexuales, miedo a nuestro propio poder y éxito
personal, y enfermedades psicosomáticas como alergias, bronco espasmos o soriasis
entre otras.

Si observamos áreas de nuestras vidas que nos esforzamos por transformar y que a pesar de
nuestros intentos no lo logramos, es muy probable que guarden relación con aspectos
derivados de experiencias de vidas anteriores e incluso de las etapas en el vientre materno,
del nacimiento y la primera infancia.
Por ejemplo, por alguna experiencia traumática de esta u otra vida, podemos haber decidido
que ser poderoso o exitoso nos deja en soledad o nos mata, grabando en nuestro
inconsciente esa pauta... de modo que será difícil que en esta vida logremos éxito o poder
sin liberarnos previamente de ese mandato.
Nuestras experiencias, pensamientos y creencias anteriores y presentes diseñan nuestro
destino. La utilidad de la terapia de regresión consiste en detectar el origen profundo de
nuestras trabas y liberarnos de ellas.
Muchas de las dificultades y conflictos emocionales de nuestra vida presente tienen su
origen en experiencias traumáticas o dolorosas vividas en existencias previas. Estas
experiencias no se agotan con la muerte en esa vida y dejan una secuela emocional que
queda grabada en lo más íntimo de nuestro ser y se proyecta hacia las vidas subsiguientes.
En el instante de dejar el cuerpo, el alma puede llevarse consigo un pesado lastre
constituido por emociones como el miedo, la culpa, la angustia, el desamparo y otros
sentimientos que se entremezclan con la ira, el odio, la furia o la sed de venganza.
Estas energías emocionales, ancladas en el alma, originan a su vez patrones de conducta,
mandatos y creencias, reacciones estereotipadas y repeticiones compulsivas que
condicionan nuestro accionar cotidiano. Frente a las distintas circunstancias que nos toca
vivir cada día, reaccionamos sin saberlo impulsados por estas fuerzas provenientes del
pasado. Cuanto más insólita y fuera de lugar es una reacción, más probabilidades tiene de
tratarse de una emoción originada en un evento de otra vida. Para el alma el tiempo no
existe. Todo está allí, al mismo tiempo, multisimultáneamente.
En realidad estamos viviendo muchas vidas al mismo tiempo.
Cuando frente a una situación determinada, reaccionamos emocionalmente sin poder
evitarlo se debe a que en un nivel inconsciente nuestra alma está reviviendo una experiencia
que se reactivó por analogía con la situación presente. Por ejemplo, imaginemos a una
persona con claustrofobia. Cada vez que se encuentra en un lugar cerrado experimenta
angustia, ahogo y una sensación de muerte inminente. Eso es lo que se muestra a nivel
físico consciente. Pero en otro nivel, su alma puede estar recordando una muerte por asfixia
en un derrumbe de una mina.
La persona no tiene conciencia de esto pero como su alma está reviviendo esa experiencia
entonces experimenta todas las sensaciones físicas y emocionales de la muerte anterior.
Cada vez que se enfrenta a la posibilidad de quedar atrapada en un lugar cerrado
experimentará las reacciones emocionales de la claustrofobia sin poder evitarlo.

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