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Equipos para Aplicación de

Plaguicidas en Frutales
Dada la naturaleza en el crecimiento de los
frutales, así como algunos sistemas de
formación a las que son sometidas estas
especies, se vuelve difícil la aplicación
homogénea de los productos plaguicidas sobre
la copa de las plantas. Las zonas interiores y
superiores de la copa son las más difíciles de
alcanzar. Por lo anterior, para incrementar la
eficacia en el control de patógenos de los
tratamientos fitosanitarios a base de
plaguicidas, es necesario contar con el equipo
de aplicación adecuado.
Figura 1. Equipos de aplicación montados al dron.
Bases para la adecuada aplicación de
plaguicidas Fuente: Quiñones, 2017.
Al momento de realizar una aplicación fitosanitaria con productos plaguicidas, se buscan básicamente dos
objetivos: eficacia y eficiencia. Eficacia en el control del agente causante del daño al cultivo y eficiencia
para aprovechar al máximo el producto fitosanitario con el mínimo costo de su aplicación.

Trabajar con el equipo de aplicación en buen estado de funcionamiento. Si el equipo de aplicación


presenta anomalías y no permite la distribución uniforme de los productos aplicados, entonces ni la
recomendación del mejor técnico, ni el mejor producto, y por supuesto ni la mejor dosis ajustada sirven
de nada. Las boquillas tienen que estar en buen estado y bien distribuidas. Por otra parte, el manómetro
debe ser fiable, los filtros deben estar limpios y no debe existir ningún tipo de fuga en el sistema hidráulico.
Es indispensable también tener un sistema de agitación en condiciones adecuadas.

Realizar las aplicaciones en condiciones ambientales favorables. Debe tenerse en cuenta que una
temperatura elevada y humedad relativa baja aceleran la evaporación de las gotas. Por otro lado,
velocidades de viento elevadas pueden transportar las gotas fuera de la zona de cultivo a tratar, a lo que
comúnmente se le llama deriva. Es por lo anterior que, las condiciones más favorables para la aplicación
de productos plaguicidas es a temperaturas inferiores a 25°C, humedad relativa superior al 60 % y
velocidad del viento menor a 3 m/s.

Ajustar las dosis de producto fitosanitario a la dimensión y densidad foliar de los árboles. Las dosis
recomendadas en las etiquetas de los productos plaguicidas no consideran las variaciones en tamaño de
las plantas y la cantidad de hojas. De forma general las plantaciones jóvenes o que se encuentran en
estados fenológicos iniciales presentan menor volumen de vegetación y, por lo tanto, requieren una
menor cantidad de producto.
Utilizar un equipo de aplicación adaptado a las
características del cultivo. El sistema de formación es el
aspecto que más condiciona la elección del pulverizador a
utilizar. Por ejemplo, en árboles en forma de vaso se utilizan
principalmente los pulverizadores hidroneumáticos
convencionales, mientras que, en árboles en forma de
espaldera (más planos y sin tanto volumen), se recomienda
la utilización de pulverizadores hidroneumáticos con
deflectores verticales para conseguir una mejor distribución
del producto. Figura 2. Aplicación de fitosanitarios en
una plantación de manzanos con un
Evitar tratamientos con volúmenes de aplicación elevados pulverizador hidroneumático con
o muy bajos. Emplear volúmenes de aplicación inadecuados deflectores verticales.
aumenta el riesgo de fitotoxicidades, insuficiencia de
producto, escorrentía o deriva. Fuente: F. Camp, 2011.

Velocidad de avance adecuada. Generalmente, dependiendo del ancho y espesor de la copa se elegirá
una mayor o menor velocidad, por ejemplo, para árboles anchos o muy espesos es más adecuado utilizar
velocidades bajas, mientras que en arboles jóvenes delgados o poco espesos se optará por velocidades
más elevadas. Las mejores aplicaciones se logran con velocidades de trabajo comprendidas entre 4 y 6
km/h.

Utilizar boquillas cónicas. Las boquillas cónicas permiten una mejor penetración del producto en el
cultivo. En general, no se recomienda el uso de boquillas de pastilla, ya que son responsables de la
formación de poblaciones de gotas poco uniformes.

Adecuar distribución de boquillas. El sistema de formación de los árboles condiciona la distribución de


las boquillas en altura. Es necesaria una proporcionalidad entre el caudal de las boquillas de cada altura y
la vegetación hacia donde están orientadas.

Trabajar a presiones moderadas. En el caso de las boquillas cónicas las presiones de trabajo deben estar
entre 5 y 12 bar. No deben emplearse presiones superiores a 15 bar, ya que se originan elevadas pérdidas
de producto por deriva y evaporación.

Ajustar caudal del ventilador. El manejo del aire de los pulverizadores se debe realizar en base a las
dimensiones del cultivo. Plantaciones jóvenes o delgadas requerirán menores caudales de aire. Los
caudales de aire excesivamente elevados incrementan las pérdidas por deriva y el consumo energético.
Calidad del agua. El agua es utilizada como vehículo para depositar los plaguicidas sobre las plantas. Por
esta razón es importante realizar un análisis preliminar del agua para determinar el pH, la pureza química
y biológica que ayude a incrementar la eficiencia del producto.

Equipos de aplicación para cultivos frutales


Los equipos de aplicación pueden clasificarse según su forma de desplazamiento, características del
producto a distribuir, tipo de cultivo a tratar, volumen de aplicación por unidad de superficie, tamaño del
espectro de gotas aplicado y formas por las cuales se producen las gotas, se trasladan, penetran o se
adhieren al objeto de aplicación.

Equipos pulverizadores hidroneumáticos. Apropiados para llevar a cabo aplicaciones en árboles o


arbustos. Estos equipos cuentan con un ventilador ubicado en la parte posterior. El conjunto de
deflectores conduce la salida del aire hacia el cultivo, donde el flujo de aire es divergente sin importar el
diseño. En las toberas se ubican las boquillas hidráulicas, de manera tal, que permite que el conjunto de
gotas formadas se incorpore a la corriente de aire.

Equipos pulverizadores neumáticos. El líquido es impulsado por una bomba de baja presión o
simplemente se derrama por gravedad dentro de una tobera por la que circula aire. El aire es impulsado
por un ventilador centrífugo a una velocidad mayor de 50 m/s. Si se requiere aumentar el tamaño de las
gotas se puede disminuir la velocidad del aire o aumentar el caudal de líquido. Las gotas obtenidas con
este equipo son de menor diámetro y más uniformes que la obtenida con la técnica de pulverización
hidráulica. Estas máquinas se pueden emplear para tratamientos localizados (zonas de difícil penetración),
como puede ser el racimo de la vid. No obstante, tienen dificultades para mantener la dosis constante y
pueden presentar baja homogeneidad cuando existen varios orificios de salida de líquido con conductos
de aire diferentes.

Atomizadores. Realizan la pulverización por


presión del líquido del tratamiento, el cual
sale por varias boquillas por medio de una
corriente de aire auxiliar. Este aire es
generado e impulsado por un potente
ventilador que facilita el transporte de las
gotas hasta el objetivo. En la Figura 3 se
muestra un atomizador del tipo semi-
suspendido, en el que puede apreciarse la
barra portaboquillas con la conformación
Figura 3. Atomizador semi-suspendido al tractor.
característica para estas máquinas y el
ventilador helicoidal. Fuente: Porras et al., 2003.
Nebulizador. Los nebulizadores se basan en la producción de un fuerte flujo de aire que arrastra pequeñas
gotas de mezcla hacia el árbol. El aire es impulsado por una turbina accionada a la toma de fuerza del
tractor y mientras es deflectado hacia el árbol una serie de boquillas incorporan pequeñas gotas a la masa
de aire. Uno de los inconvenientes de este equipo es la deriva de pesticida que se genera durante la
aplicación. Por lo tanto, es necesario calibrar adecuadamente el equipo para evitar desperdicio de
producto. El tamaño de las gotas debe ser entre 50 a 120 micrones de diámetro.

Aplicaciones aéreas. Se justifican en zonas con pendientes muy pronunciadas. La altura de vuelo utilizada
sobre el árbol es de aproximadamente 10 metros, no obstante, ello depende en gran medida de las
condiciones topográficas del huerto. Cuanto más cerca la aplicación mejor son los resultados. La
turbulencia generada por el paso del avión ayuda a la penetración del tratamiento en el follaje. La aplica-
ción se debe realizar preferentemente en las primeras horas de la mañana hasta las 10 de la mañana.

Cita correcta de este articulo


INTAGRI. 2017. Equipos para Aplicación de Plaguicidas en Frutales. Serie Fitosanidad Núm. 90. Artículos
Técnicos de INTAGRI. México. 4 p.

Fuentes consultadas
-Magdalena J. C.; Castillo H. B.; Di Prinzio A.; Homer B. I.; Villalba. J. 2010. Tecnología de Aplicación de
Agroquímicos. INTA. Argentina. 196 p.
-Fillat A.; Solanelles F.; Camp F.; Gracia F. 2011. Optimización de las Aplicaciones Fitosanitarias e
Innovaciones Tecnológicas. Departament d´ Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentacio i Medi Natural.
Cataluña, España. 4 p.
-Ripa R.; Larral P. 2008. Manejo de Plagas en Paltos y Cítricos. INIA. Chile. 116 p.
-Porras P. A.; Porras A. 2003. Tecnología de la Pulverización de Productos Fitosanitarios sobre las Plantas
Cultivadas. 14 p.

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