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CAPÍTULO 2

•• CONOCIMIENTO, DEMARCACIÓN
Y EL.ECCIÓN DE TEORÍAS

•• PABLO Qu1NTANILLA P~REZ-W1cHT


Pontificio Universidad Católico del Perú


••
Hasta hace relativamente poco tiempo la discusión sobre el estatu­
to epistemológico del discurso mítico solía esconder una pretensión de­
marcatoria. Es decir, solía incorporar la búsqueda de criterios para demarcar


entre. de un lado, el discurso lógico supuestamente caracterizado por el
razonamiento deductivo y cuyo epítome serían las ciencias y, de otro lado,
el discurso mítico, que sena el reino del pensamiento analógico, figurati­
vo y simbólico. Es sabido que esta distinción, así formulada. ha sido am­
pliamente superada en la filosofia reciente. Diffcilmente alguien podría
pretender que se puede eliminar del discurso científico el componente
figurativo' y. por otra parte, es indiscutible que los mitos incorporan for­
mas explicativas de la realidad gue no deben ser desdeñadas.
Pero aunque la aspiración a demarcar entre ciencia y mito como
dos formas de razonamiento radicalmente diferentes ha sido general­
mente abandonada. en ocasiones esa pretensión dernarcatorla se ha
reformulado en términos de la búsqueda de criterios para distinguir en­
tre el discurso científico y el que no lo es. Es sobre esa pretensión dernar­
catoria que quisiera concentrarme en esta ocasión. porque mi sospecha
es que depende de un remanente positivista del que bien har(amos en
libramos. Desarrollaré esta idea tomando especialmente en considera­
ción el criterio falsacionista de demarcación de Popper, para mostrar los
puntos donde sospecho que Popper no se ha alejado lo suficiente del
positivismo. Intentaré descubrir los residuos positivistas en el proyecto
mismo de Popper, que se evidencian en su versión de la distinción entre
oraciones observacionales y oraciones teóricas. Mostraré cómo las obje­

' cf. Mary Hesse, -rhe Cognitive Clalm of Metaphor·. en J. O. van Noppen (ed.), Meraphor
and Rel(Kion. Bruselas. 1984; Mary Hesse y M. A. Arblb, 711e Constructfon el RealifY.
cambridge. cambridge University Press, t 987.

·, -
55
CONOCIMIENTO, oeMAl'.CACIÓN ,. ELECCIÓN DE TEORÍAS-

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clones contra esta distinción. propuestas en la filosofía reciente. tienen guía. por ejemplo, entre la silogística, que es el método de las ciencias
corno consecuencia minar las bases del proyecto demarcatorio mismo. cuyo objeto de estudio es un género, es decir, la filosofía segunda, y la
Así. sugeriré abandonar el problema de la demarcación para sustituirlo dialéctica. que sería el método empleado por las disciplinas cuyo objeto
r<>• la pregunta por la elección de teorías.' Este giro no implica conse­ de estudio no es un género. que serían la filosofía primera. la ética y la
cuencias relativistas, ya que puede haber criterios objetivos para deter­ doxograíia. Así pues. si bien Aristóteles distingue entre los diversos ti­
minar cuándo una teoría es más explicativa que otra, en relación con pos de ciencias y sus diferentes objetos, no hay propiamente la preten­
ciertos objetos de estudio, pero esa argumentación requerirá de más sión de demarcar entre disciplinas verdaderamente científicas y aquellas
tiempo y la dejaré para otra ocasión. que falsamente parecen serlo.
Ahora nos detendremos un momento en el concepto mismo de A diferencia de Aristóteles, fos..JfüSsofo,§.gue inauguran la moderni­
demarcación y en la pregunta sobre qué es exactamente lo que se de­ dad. Bacon y Dcsca!t!:!!,.Po.Stu!<!_n un solo método para iodas las ciencias.
marca respecto de qué, y con qué objetivo. Formulado de diversas mane­ Argumentan que ya que es una la razón (pues una es el alma).~
ras. el problema de la d atraviesa la historia de la fñosofía ser el método. pues éste es coextensivo con la razón y no es sino un
occidental. Con Parménides se plantea la pregunta sobre la distinción desdoblamiento de ella. De igual manera. la ciencia debe ser sólo una y
entre apariencia y realidad, con Platón la diferencia entre opinión y co­ u~ (laMathcsls Urliversalis).pqrgue es el producto de la aplicación
nocimiento. con Kant la demarcación entre un uso legítimo y uno ilegf­ ~<2,<!q a le re<_!!!dfilL Así es como los filósofos modernos dirigieron
timo de la razón. con Wittgenstein la frontera entre el sentido y el sus esfuerzos a buscar ese método que tendrían en común todas las disci­
sinsentido. En el terreno de la filosofía de la ciencia la pregunta se plan­ plinas científicas. y que nos permitiría demarcar entre ciencia y no cien­
tea en términos de cómo demarcar entre las disciplinas que son cientffi­ cia. Encontrar el famoso método resulta fundamental para aquellos
' cas de aquellas que no lo son] filósofos que además presuponen que ciencia y conocimiento son coex­
En casi todos los casos, sin embargo, la pretensión demarcatoría tensívos: esto cs. que todo conocimiento es necesariamente denófico y
está acompañada de una cierta conciencia de que, para hacer la demarca­ que no hay formas no científicas de conocimiento. Para ellos el psicoaná­
ción es necesario estar más allá de los dos ámbitos a ser demarcados. Es lisis, el arce. la rnetaflsíca o la religión, por ejemplo, no constituyen en
una diosa la que permite a Parménides acceder de la noche al día, .según sentido estricto conocimiento. Estas actividades eventualmente podrían
Platón son las Ideas conocidas por reminiscencia las que permiten el co­ proporcíonarnos Intuiciones valiosas o sugerentes. pero no conocimien­
nocimiento; el autor de la crtacadela razónpuraes un sujeto trascenden­ to: el único conocimiento verdadero sería el que puede ser verificado me­
tal; Wittgenstein hace la demarcación desde la cima de una escalera, la diante los criterios empíricos usuales de las ciencias naturales. Pero, como
cual es lanzada ínrnedíatamente después de que uno ha subido por ella. será notorio. se utiliza aquí como criterio de fundamentación del conoci­
El problema de la demarcación, tal como se plantea en la filosofía miento en general los criterios de verificación de algunas ciencias en par­
de la ciencia actual. tiene sus orígenes en el presupuesto moderno de la ticular. lo cual constituye una obvia falacia de composición.
unidad del método. Como se recordará. Aristóteles era un pluralísta lCuál debe ser. entonces, el criterio de demarcación? Evidentemen­
metodológico: él creía que no hay un método que compartan todas las te la correspondencia de las teorías con la realidad no puede serlo, pues
ciencias ya que sus objetos de estudio son diferentes. Aristóteles distin­ ninguna teoría resultaría siendo científica. ya que todas las teorías cientí­
ficas del pasado han sido superadas por las del presente. Si la correspon­
2
Desarrollé una idea semejante y con una argumentación parecida. aunque con pretensiones dencia fuera el criterio que buscamos tendríamos el paradójico resultado
y consecuencias diferentes. en mi artículo "La pregunta por la demarcación en la fllosofia de que ni Aristóteles, ni Copérnico, ni Galileo, ni Newton fueron científi­
de la ciencia actual". publicado en Juan carios Tafur (ed.). La a'encfayelsaberpsfcoanaltrtco.
Lima. Instituto CulturaAbierta. 1990. cos. sino solamente aquellos con cuyas opiniones coincidimos.

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- RACIONALIDAD Y DISCURSO MÍTICO

ASÍ pues. si la corrección no puede ser un criteri~ ~de demarca­ Pero el objetivo de Popper,a diferencia del de Dilthey. no l'!> ,t•p,11,11 l.1~
ción. lcuál podría serlo? Durante muchos años la pregunta por la fron­ ciencias humanas de las ciencias naturales. sino postular un nuevo ul
tera entre lo científico y lo no científico tuvo una fácil respuesta. Científica cerio de demarcación entre ciencia y metafísica. Afirma Poppci: "Llamo
es, se decía, aquella disciplina que hace uso del método científico, y el problemade la demarcaciónal de encontrar un criterio que nos permita
método cientH1co es el ejercicio de la inducción y la experimentación. El distinguir entre las ciencias empíricas, por un lado, y los sistemas 'me­
inconveniente es que la inducción genera serios problemas de justifica­ tafísicos· por otro".'
ción. En primer lugar, en tanto inferencia lógica la inducción es eviden­ Como es sabido, Popper objetó el inductivismo y el principio de
temente inválida, pues a partir de un conjunto de casos individuales no verificabilidad de los positivistas lógicos como criterios de demarcación
se puede deducir válidamente una proposición cuantificada universal­ entre ciencia y no ciencia. para proponer a cambio el principio de falsa­
mente. lQué justificación cenemos. entonces, para confiar en la induc­ ción. Es materia de discusión, sin ell)bargo. si al hacer eso Popperreal­
ción? La paradójica respuesta es que la justificación de la inducción es mente se liberó de los presupuestos positivistas o simplemente los
la inducción misrna. Ya que la inducción suele servir exitosamente para reformuló de una manera diferente. En todo caso, La lógicade /a inves­
predecir el curso futuro de la naturaleza, inferimos por inducción que va tigación cientffica de Popper apareció en 1934 para sugerir una nueva
a ser igualmente exitosa en el futuro. Pero esta es evidentemente una manera de demarcar entre ciencia y no ciencia. En esto ciertamente Popper
Justificación circular, y no hay otra. lSerá, entonces, que todo el edificio representa una superación del inductivismo como criterio de demarca­
de la ciencia reposa en última instancia en un método cuya justificación ción, pero aún presupone la necesidad de una demarcación.
es circular? Por otra parte, aun si la inducción funcionara como criterio El libro de Popperse hizo materia de la más alta preocupaciónpara
demarcatorio, ella es incapaz de explicar la aparición de hipótesis cien­ aquellos dedicados a disciplinas que o bien se encontraban claramenteen
nñcas creativas. El ínductívísrno se basa en el supuesto de que la elabo­ la clandestinidad respecto de la ciencia (expectorados del ámbito de la
ración de una hipótesis científica se produce simplemente a partir de la racionalidad por los positivistas lógicos) o. en mejor de los casos, se dis­
generalización de casos particulares, de manera que la experiencia ge­ cutía su situación, como el psicoanálisis y el marxismo, desterrados al
nera la teoría. Sin embargo, como Popper mostró en su crítica al induc­ ostracismo al mismo nivel que la hechicería y la astrología. Las ideas de
tivismo, no es que la observación empírica posibilite la construcción de Popper permitieron someter a crítica la epistemología positivista y devol­
hipótesis; en muchos casos es al revés, primero surgen las hipótesis y ver las esperanzas a los que se hallaban excomulgados. Si bien Popper
luego éstas son corroboradas o falseadas por la experiencia>. tampocoaceptó la cientificidad del marxismo o del psicoanálisis,su méri­
En el caso de la ñlosofía de la ciencia de coree positivista, sin to consiste,entre otras cosas. en haber diagnosticadola falacia consisten­
embargo, la demarcación entre ciencia y no ciencia se pretendía hacer te en suponer que el problema de la demarcación pertenecea las cienóas
desde el interior de lo demarcado, incurriendo en lo que Karl Popper naturales. Los positivistas lógicos suponían que la epistemología debía
llamó la "falacia naturalista". Esta falacia radica en utilizar los criterios ser una ciencia como cualquier otra, una "ciencia de la ciencia". Pero,
de verificación propios de las ciencias naturales para demarcar entre las como ya vimos. Popper afirmó que hay una falacia naturalista en suponer
disciplinas científicas y las que no lo son. La falacia en cuestión ya que una ciencia, con su propia metodología, pueda servir de criterio para
había sido señalada por Dilthey. con la finalidad de preservar a las cien­ confeccionar la metodología de la ciencia y, más aún, pueda incorporar
cias humanas de la imposición del método de las ciencias naturales. un criterio de demarcación.

~ Cf. Karl Popper, coryerurasy rgütactones. El desarrollo del conocimientocient!ftco, Madrid, • Karl Popper.La /6gicadela invesc(gad6n
aencj/ica,Madrid. Tecnos,1982. Los subrayados
Pald6s. 1983. son del autor.

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el problema de la demarcación de un modo
Habrá teorías bien tesrables, otras apenas tcstablt:, y otr,h u,, 11 1.1M4 t 1.J
lltlllll(lll\l ,I ullllt.) hl lllt.'st' un problema de la ciencia natural, En lugarde con-
11ldt01til que t,t' eucuenunn ame la tarea de proponer una convención apropiada.
últimas carecen de codo interés para los cientilicos empírico:. & 1., .. 1,ut"tk u.,m.11
merañsícas, 9
1.1rrn c111t.' 1h'11<.·11 que describir una diferencia ­que exisciría. por decirlo así. en
La característica distintiva de los enunciados ciemíficos reside en que son :.u!'tt.Cll
t._l nntuhtletd de las cosas­ entre la ciencia empírica por una parte y la metafi-
tilt.._1 poi ou._1 !'I
tibies de revisión (es decir. en el hecho de que puedan ser somclldos a crhil.i y
reemplazados por otros mejores).'º
1'01 IJIHO rechazo la tesis naturalista: carece de visión crítica; los que la sostienen
no se percatan de que, por más que crean haber descubierto un hecho. no han
pasado de proponer una convención.6 Popper aclara no obstante que las teorías no falsables. aunque
no son científicas, son perfectamente significativas. La metafísica O el
Popper también rechazó el ,:riterio de demarcación positivista. psicoanálisis son discursos con sentido, aun cuando no sean científi­
basado en el principio de verificabilidad, y propuso su criterio de falsa­ cos. Esa es una diferencia de fondo entre el positivismo lógico y Popper;
ción:" una teoría es cíentfflca si sus hipótesis son falsables y una disci­ para los positivistas el criterio de significatividad de los enunciados se
plina es científica si contiene teorías cuyas hipótesis son falsables. Esto identifica extensíonalrnenre con el criterio de demarcación; para Popper,
es. si en principio es posible imaginar para ella un contraejemploque de en cambio, se trata de dos criterios completamente distintos.
ocurrir la mostraría como falsa. Una teoría para la cual no se pueda Pero aunque Popper es un áspero críticodel positivismo lógico, es
imaginar un caso falsador, un potencial contraejemplo, no es científica innegable que está muy influido por ellos. Algo que comparten es el sen­
pues lo explica todo bajo sus propios criterios, presupone su inobjetabi­ tirse obligados a desenmascarar los discursos supuestamenteno científi­
lidad y carece de una forma de controlar la correspondencia de sus ase­ cos Y organizar una cruzada contra ellos. Esta vocación policíacade la
veracíones con los hechos del mundo. Para Popper una teoría tiene más filosofía de las primeras décadas del siglo XXdirigió considerables bate­
contenido informativo en la medida en­que sea más falsable, i. e.. en rías contra el marxismo y el psicoanálisis. De este último escribe Popper:
tanto excluya más hechos del mundo. Por ello. la tarea de los científicos
deberá ser poner a prueba ingeniosamente las hipótesis teóricas. las Las dos teorías psicoanalíticas mencionadas [la de Freud y la de Adler] se encon-
traban en una categoña diferente. Simplemence no eran testabtes. eran irrefuta·
cuales serán aceptadas provisionalmente como cientfficas sólo si sopor­ bles. No había conducta humana concebible que pudiera refutarlas. Esco no
tan con éxito tales pruebas. significa que Freud y Adler no hayan visto correaameme cienos hechos. Perso­
nal~ente no ~udo de que mucho de lo que afirmaron tiene considerable impor-
Un sistema debe ser considerado Científico si hace afirmaciones que puedan en- rancia. Y que bien puede formar parte algún día de una ciencia psicológica testable.
trar en conflicto con observaciones; y la manera de testar un sistema es, en efec- Pero significa que esas "observacionesclínicas.. que los analistas toman. inge-
to, tratando de crear tales conflictos, es decir, tratando de refutarlo. Así, la nua~ente. como confirmaciones de su teoña no tienen tal carácter en mayor
testabílidad es lo mismo que la refutabilidad y puede ser tomada igualmente, por medida que las confirmaciones diarias que los astrólogos creen encontrar en su
lo tanto, como criterio de demarcación.' experiencia. En cuanto a la épica freudiana del yo. el super yo y el ello, su derecho
a pretender un status científico no es substancialmente mayor que el de Ta colec-
ción de historias homéricas del Olimpo. Escas teorías describen algunos hechos
'!bid .. p. 35. Subrayadosdel autor.
pero a la manera de mitos. Contienen sugerencias psicológicas sumamente lnte­
6
lbid.. p. 51. "Sobre las fuentes del conocimiento y de la ignorancia", en COrJjeturasy
cesantes, pero no en una forma testable. 11
n;futadones. En el mismo libro. p. 315, en las notas a pie de página 13 y 18, Popper la
denomina "falacía esencia lista" en lugar de "naturalista". por razones que expone en su
sasena del ntsconctsmo. Madrid. Alianza Editorial. 1981.
1
El verbofalsar ya tiene cana de ciudadanía en castellano. Siguiendo a Víctor Sánchez de
Zavala, traductor al castellano de La lógica de la investigación dentffica (Uq, usarijalsar,
Jalsación,Jalsab/e,para traducir tofalsjjj,. Sánchez de Zavala afirma. y yo me uno, que 9
Jalsjficar oJalsear tienen otro sentido en castellano. Cf. LIC nota a la página 33. !bid.. p. 313.
• Popper. Conjecurasy Tffataclones(CyR), p. 312. 'º Popper, LIC, p. 48.
" Popper, CyR. p. 62.

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- RACION.o,.LIDAD V DISCURSO MÍTICO C,JNOCIMle.NTO, DEMARCACIÓN v ELf:CCIÓN DE TEOllfAS-

Es difícil negar lo tremendamente moderno. y en ocasiones inge­ decir que la tesis de la variación radical del significado es indeseable
nuo, que es este párrafo. Aunque critica el dogmatismo de los positivistas porque conduce a que sea imposible confirmar o falsar una teoría sobre
lógicos, Popper comparte algunos de sus presupuestos principales. Uno la base de observaciones. Tales críticas presuponen. sin embargo. exac­
de ellos es la distinción entre términos observacionales y términos teó­ tamente lo que Kuhn y Feyerabend rechazan. No será necesario aden­
ricos. distinción que sustenta el monismo metodológico positivista Y trarse en la discusión sobre la variación de significado, bastará tenerla
que es el presupuesto de cualquier forma de empirismo. en cuenca como un argumento adicional contra la tesis del monismo
Para la epistemología tradicional. un enunciado es observacional metodológico.13
si ha sido extraído directamente de la experiencia sin mediar teoría al­ Hay muchas razones por las cuales es discutible que existan tér­
guna y sin estar contaminado de presupuestos. Estos son los enuncia­ minos absolutamente asépticos de presupuestes. sean éstos científicos
dos que constituyen los protocolos de los investigadores. Los enunciados o no. Las teorías seleccionan los hechos que éstas consideran pertinen­
teóricos, en cambio, sólo pueden ser comprendidos en el contexto de tes cuando se trata de corroborar o falsar una hipótesis, y esca selección
una teoría determinada, sus términos se definen en esa teoría y normal­ de hechos se lleva a cabo, naturalmente, utilizando los criterios de se­
mente son de uso técnico. Términos teóricos serían por ejemplo electrón. lección de la teoría. Asf, una teoría se corrobora a sí misma recurriendo
masa o inconsciente. pues enunciados como 'la masa es invariable' o a supuestos objetos observacionales que tienen existencia previa y dis­
"cal es la órbita del electrón" sólo se entienden en el contexto de ciertas tinta a la teoría, pero que en la práctica han sido configurados y selec­
teorías y son verdaderos de acuerdo con las observaciones aceptadas cionados por ella.·• Cualquier enunciado observacional, por inocente
como cales por las teorías en cuestión. La epistemología tradicional so­ que parezca, presupone ciertas concepciones acerca del mundo, y resul­
lía aceptar que los términos observacionales tienen la función de con­ ta imposible preguntarse si esas concepciones son científicas o no, pues
trolar la veracidad de los enunciados teóricos, es decir, los enunciados estamos justamente en un momento de la discusión en que no puede
teóricos deben explicar los sucesos del mundo real valiéndose de la evi­ introducirse semejante distlnción. Para los positivistas lógicos los enun­
dencia de los términos observacionales. Los enunciados observacionales ciados obset'Vacionales son el cimiento de la ciencia. Si se rechaza la
reflejan los hechos del mundo y las teorías científicas, que son sistemas
constituidos por enunciados observacionales y enunciados teóricos. or­ " Para camap ("The Methodological Character ofTheoretJcal ccncepts''. en Feigl y Sa1ven
denan y explican tales hechos. (eds.),Mi'nne:sora studtesin che Phílosoplvt 9/Science. vol. t. Mlnneapolis,Universltyof
Minnesora Press. 1956), aunque el slgnlílcadode los térmlnos teóricos cambie. el slgni6cado
Pero aquí aparece el problema de la ''Variación de significado". de los términos observacionalespermaneceInvariable.
Algunos autores afirman que los términos teóricos adquieren un signi­ " Una teoría obtiene sus criterios de selección y corroboración de la matriz disciplinar a la
cual pertenece, Las relacionesentre una teoría, Ja matriz disciplinary las ouas teorías en
ficado en una teoría, significado que cambia cuando cambia la teoría. lo vigencia,constiruycnun problema demasiadocomplejo para tratarlo en estas pocas páginas.
cual las convierte en inconmensurables. Así. por ejemplo, el enunciado Cí. Harold Brown. La nueva,Jilosqj(ade la ciencia,Madrid, Tocnos. 1983. En La estruaura
de las ""'1/u,:iones cil!Tlt/ftcas Kuhn utilizaba indiscriminadamente el término parad(gma
'Ia masa es invariable' en un contexto newtoniano y 'la masa es varia­ en muchos sentidos distintos. MargaretMasterman en "The Nature of Paradlgm""(en
Critidsm and che Growch ef Knowletfse, compilado por Lakatos y Musgrave). encontré
ble' en un contexto relativista no serían contradictorios porque el signi­ velntldós usos distintos. Esto condujo a que el propio Kuhn en un trabajo posterior."l'llgo
ficado del término masa no es el mismo en ambas afirmaciones. En su más sobre paradigmas"(en La lln.Sí6n esencial), haya acuñado nuevas expresionespara
algunos sentidos específicosImportantes."Matrizdisciplinar" es una de ellas y se refiere
versión más fuerte, la tesis de la variación radical de significado, defen­ a loselementosque una comunidadclenúficacomparteen un momentodadode la historia
dida entre otros por Kuhn y Fayerabend. conduce a aceptar que las teo­ de su cienciay que los hace colegas de problemascomunes.Estos elementos comunes
también son llamados por Kuhn ·gcnerallzacloncssimbólicas·. Harold Brown (op. a't.) ha
rías son inconmensurables. Los críticos de estos dos ñlósofcs'? suelen aislado dos sentidos generalesde paradigma: t) logros concretos que sirven de guia a
posterioresinvestigaciones.y 2) matriz dlsclpllnar: conjunto de sistemasde creenciasque
una comunidadcíentíñca comparte. Estesegundo sentidotiene. a su vez, dos subsentidos:
"Por ejemplo Kordig, The/ustjficai:ionefSc/entjficChange, Dordrecht, Rcidel. 1975. uno epistérnlco y otro soclol6gico.

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... ~
111~1lndún no hay manera de afirmar que las teorías hablen acerca del 2. El rechazo de la distinción. En su version 111,is r.1dl1.il esto
mundo. pues éstas resultarían siendo sistemas de enunciados teóricos supondría una identificación entre teoría y observación
cmludos sobre otros enunciados teóricos. Popper. sin embargo, criticó la 3. Suponer una diferencia cuantitativa ­y no cuJll1,111v,1. corno
disunctón asestando un golpe a la epistemología tradicional. El argu­ en la primera posición­ entre enunciados observacionales y teóricos
mento de Popper es que los términos observacionales no son otra cosa Esta postura la asume. por ejemplo, Newton­Smith.22
que "disposicíonales".'! Un reciente crítico lo expone claramente: 4. Por último, la propia posición de Popper. que se analizará In
mediatamente. 23
[ ... ] para Popper. al aceptar el más modesto de los enunciados de observación
Aunque rechazó la distinción, Popper introdujo a cambio la no­
estamos implícitamente aceptando alguna teoría, y no podemos sentirnos más
justificados al creer en un enunciado observacionalque en los enunciados teórí­" ción de "enunciados básicos" que cumplen la función de "corroborar
cos pertinentes.16 nuestras teorías" y a los que llamó "falsificadores potenciales de la teo­
ría ... porque son los que en última instancia conectan nuestras teorías
Pero Popper no es el único en criticar la distinción enunciados con el mundo real. Para la mayoría de críticos. empero. lo que hizo Popper
teóricos/enunciados observacionales. Otro de los pioneros es Norwood fue expulsar los enunciados observacionales por la puerta y abrirles
Russell Hanson, 17 y también lo hace Stephen Toulmin.!" Por otra parte, luego la ventana. El ejemplo que pone de enunciados básicos es: "hay
Imre Lakatos, discípulo de Popper, da al experimento y a la observación un cuervo en la región espacio temporal K". Aunque con otra nomencla­
un papel mínimo en el control de las teorías filosóficas sobre la cien­
tura, y a pesar de sus objeciones, la distinción está presente. La única
cía.'? Lo que todos ellos están discutiendo es la existencia de ese "suelo
diferencia radica en que para Popper depende de una convención en la
de la observación" al cual se refería Herbert Feigl,2º que sería el funda­
comunidad científica de determinada época el aceptar o no un enuncia­
mento último de toda teoría científica. En general. puede afirmarse que
do como básico. a diferencia de los empiristas lógicos para quienes el
en torno a la distinción entre enunciados teóricos y observacionales.
significado y estatuto de los enunciados observacionales es inmutable.
son por lo menos cuatro las posiciones importantes:
Pero. para Popper una vez aceptado un enunciado básico tiene rango de
1. La aceptación total de la vigencia de la distinción. Por ejemplo,
"falsador potencial".
la ortodoxia del positivismo lógico."
Naturalmente, esto conduce a que las decisiones respecto de enun­
ciados básicos sean las que decidanla vigenciade las teorías. AfirmaPopper
que si bien su filosoffa es en cierto sentido convencionalista. se diferencia
i$ Los términosdísposícionales son aquellosque expresantendencias.Porejemplo,.. soluble
en agua.. o McombustibleM.
de otros tipos de convencionalismocomo el de Duhem o el de Poincaré,en
16
w. H. Newton-Smith,La racionalidadde la ciencia,Barcelona.Paidós, 1981. que son las proposicionesuniversales las que dependen de la convención,
11
NorwoodRussellHanson, Patrones de descubrimiento­Observacián y explicación,Madrid,
Alianza Universidad, 1977. Publicado originalmente en inglés como Observaclon and mientras que para Popper la convención no afecta más que a proposicio­
Exptanation: A Guide to Philosophy ef Science. Patterns ef Discovery­An Inquiry into the nes singulares.
Conceprual Foundations ef setenes. Cambridge University Press. 1958. .
18
Stephen Toulmin. La comprensión humana, Alianza Unive~sidad, 1977. Publ~cado Pero. zpor qué era tan importante para la filosofía de la ciencia
originalmentecomo: Human Underestanding, vol. l: The Collecnve Use and Evolucmn ef tradicional mantener la distinción entre teoría y observación? Porque
concepts,Princeton University Press, 1972. . . . .
19
lmre Lakatos, The Methodology Qf Scien.tjfic Research Programs, Cambridge Umv~rs1ty para esa epistemología el mundo es una colección de hechos atómi­
Press.ed. por J. Worrally G. Currie {1978), Historiade la cienciay sus reconstrucciones cos y las teorías científicas son construcciones conceptuales que pre­
racionales, Madrid,Tecnos. 1982.
20 H. Feigl."TheOnhodoxViewofTheories" En: RadneryWinokur(eds.).Mllmesoca Studies
in che PhtlosopJ?y e(Science N. Minneapolis, University of MinnesotaPress. 19~2. p', 6. 22
Newton-Smith, op. cit., p. 38.
"Cf. Rudolf camap. "Testability and Meaning". en Feigl y Brodbeck (eds.), Readmgs tn the ,.., El lector interesado en el debate puede revisar, Suppe (comp.), The struaures efScient!fic
Ph,1osophy ef sctence. Nueva York. Appleton­Century­Crots. 1953. Tñeones, Chicago, Uníversityof lllinois Press. 1974.

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rCl'h)CIMILNTC,, IHMAMt"ACl~'N V llti,1\"'I
N 111 UC'ltlA!I-
- I\ACIONALIOAD Y OISClll'lSO MITIC'O

..
tenden explicarlo mostrando la ,egularidad de tales hechos. Para esta más general. En efecto, pero no se hallan insertas en un corpus porque
epistemología es absolutamente necesario que los hechos sean inde­ pertenecen a otra tradición cultu@L y no por otro motivo.
pendientes y previos a las teorías y que su estatuto ontológico no Lo que nos muestran los últimos cincuenta años de la filosofíade
dependa de ellas. Desde el punto de vista del positivismo lógico, los la ciencia es un desplazamiento de un monismo metodológico empeña­
hechos son objetivos, válidos para cualquier observador independien­ do en demarcar los confines de la ciencia y explicitar la estructura del
temente de su posición teórica; de ahí que si dos teorías entran en método. hacia un pluralismo metodológico, consecuencia y rechazo de
conflicto la correcta será aquella que tenga mayor apoyo observacional. la tradición cartesiana, en el que la pregunta por la demarcación se
Si se disuelve la distinción serán las teorías las que propongan sus toma poco atractiva. "Siempre será un asunto a resolver por una con­
propios objetos de estudio. en la medida en que no hay un control vención o una decisión el de a qué cosa hemos de llamar una 'ciencia' o
observacional externo que muestre cuándo una teoría está explican­ el de a quiénes hemos de calificar de científicos". 24
do objetos del mundo real. y cuándo está explicando objetos construi­ Constituye un último prejuicio positivista, presente en Popper, el
dos por ella misma. pretender evaluar todas las disciplinas mediante un solo criterio, la fal­
La disolución de la distinción tiene consecuencias importantes saetón empírica, que además es el criterio usual en un grupo de ellas.
concernientes al tema de la demarcación. Para los positivistas, si nega­ Así pues, la pregunta por la cientificidad de las disciplinas debería aban­
mos la existencia de enunciados observacionales, el contenido de las donarse para ser reemplazada por las preguntas: lqué hace que una
teorías no será el mundo sino ellas mismas. Así las cosas, no tendría teoría sea mejor que otra?. y lqué criterios deberíamos utilizar para
sentido proponer una demarcación. pues ésta sólo es viable si se trata escoger una teoría cuando se produzca un conflicto entre teorías? Sobre
de distinguir entre disciplinas que nos permiten conocer el mundo tal estas preguntas se ha concentrado la conversación en la filosofía de la
corno es, versus actividades especulativas que constituyen sus propios ciencia acrual.> "Realmente carece de sentido tratar de articular un prin­
objetos de estudio. Ninguna teoría podría considerarse más científica cipio que separe lo científico de lo no científico. Lo que írnpona es que
que otra. pues no existiría ningún criterio externo, común a las teorías. dispongamos de una conrepción viable de qué es lo que hace que una
para evaluar su objetividad. teoría sea buena· .2•
Pero la disolución de la distinción conduce, sobre todo, al replan­ La pregunta por la demarcación (como Ja pregunta por la virtud o
teamiento de la noción de método científico, pues sugiere que cada disci­ por la ortodoxia) sólo tiene sentido cuando se trata de censurar alguna
plina tiene criterios propios de cientificidad que dependen de sus criterios actividad. Pero la pregunta sobre qué hace que una teoría sea buena
de explicación. ninguno de los cuales puede ser extensivo a otras discipli­ tampoco es can aséptica como parece. Cualquier posible respuesta esta­
nas. Así. la pregunta por la frontera entre ciencia y no ciencia va hacién­ rá cargada de supuestos. Newton­Smith menciona ocho características
dose poco interesante. lEn qué nos basaríamos para decir que la física o que hacen que una teoría sea buena. Estas son:
ta química son más científicas que la metafísica o el psicoanálisis, cuando
son actividades que intentan explicar. valiéndose de distintos criterios de
explicación. objetos distintos? Las investigaciones actuales en física. por
" Poppet LIC. p. 51.
ejemplo, están más lejos de la observación de lo que suele creerse Y más " Newton·Smith. ~Las características que hacen que una teoría sea buena", en LA
cerca de ser explicaciones de objetos teóricos. Y ¿quién puede negar que racionalidadde la ciencia. op. at. Gerard Radnitzky. "De la fundamentación de teoríasde
la preferencia fundamentada de teorías". en Radnitzky, Anderson. Feyarebend et al..
muchas prácticas de Ja hechicería se basan en rigurosas o~rvaciones Progresoy racionalidad en la ciencia. Madrid, Alianza Universidad, 1982. Feyerabend.
"Diálogo sobre el método", en Feyerabend. Radnitzky, Stegmüller et al.. sstruaura y
~píricas y predicen con acierto el comportamiento de la naturaleza? Se desarroüode la ciencia. Madrid. Alianza Universidad. 1984.
objetará que tales observaciones no están insertas en un corpus reórjco 16 Newmn·Smith, op. cit .. p. 105.

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~ ..
1. Arudanucnto obsci vactonal. la capacidad de preservar el éxito uniformidad de la naturaleza ". Nicholas Rcschci, por MI Ji.tllt', lv 11.1111,1
observacional de sus predecesoras. "el principio de la sisternatícídad de la naturaleza"."" El pnncrpio c dl'
2 Fertilidad: la capacidad para producir nuevas y originales hi­ finido por Keynes como la creencia en que "la misma causa produce, rn
pótesis explicativas. cada caso, los mismos efectos:'. Así. la inducción asume que las leyes de
3. Historial: el éxito observacional continuado. la naturaleza carecen de excepciones. Desde esta posición resulta pues
4. Apoyo interteórlco: la capacidad de integrarse con otras teo­ evidente que el principio de la !,!nifoI_m_!_dadde la naturaleza está estre­
rías previamente aceptadas. chamente vinculado con la creencia en la causalidad, esto es. la creen­
5. Adaptabilidad: la capacidad de hacer ajustes ante el fracaso. cia en que todo efecto tiene una causa y que, además, hay una ley que
6. Consistencia interna. ­gobíerna esa relación causal. Sin embargo. sobre este tema se ha produ­
7. Compatibilidad con creencias metafísícas bien fundadas. cido un encendido debate en los últimos años. porque muchos filósofos
8. Simplicidad." piensan que hay relaciones causales que no están gobernadas por leyes. ,
No todos estarán de acuerdo en la pertinencia de estos ocho crite­ El ejemplo paradigmático de esto podría ser t';(gran explosión creadora ¡J.
rios de elección de teorías. Algunos, por ejemplo. objetarían el criterio del universo. Ejemplos más cotidianos seriar(Ios estados mentales que
número siete. al no encontrar claro el concepto de creencia metafisica causan nuestras acciones) "'
fundada. Pero no se debe olvidar que la actividad científica misma repo­ Queda claro, entonces, que las teorías científicas tienen presupues­
sa sobre creencias metafisicas como, por ejemplo, el principio de la uni­ tos metafísicos que no se pueden justificar en la experiencia. Con esto
formidad de la naturaleza. i. e., ~.sk.ll!!.~ )a narncaleza sjgue un tendríamos un argumento adicional para considerar problemático todo
curso regular que ~s arbitrario: el principio de que todo efecto tiene argumento que pretendiese demarcar entre ciencia y no ciencia, dado que
una causa. o la inducción misma. Son principios rnetañsícos en el sen­ la ciencia tie:,e presupuestos y fundamentos no científicos. Así pues. sos­
tido de que no han sido extraídos de la experiencia del mundo sino más pecho que la pregunta por la demarcación debe ser abandonada y debe
bien son condición de. posibilidad de_ la ~P.fillen.cia. Además, son tres ser sustituida por la pregunta por la elección de teorías. Esto, sin embar­
principios que se necesitan y justifican mutuamente. Según Hume, "to­ go, no tiene por qué conducir a alguna forma de relativismo.
das las inferencias a partir de la experiencia suponen. en sus fundamen­ Si se define el relativismo como la posición según la cual no exis­
tos, que el futuro será semejante al pasado".21 La inducción asume que ten criterios objetivos para establecer los valores de verdad de nuestras
·tas instancias de las que no tenemos experiencia, deben ser semejantes creencias. el relativismo colapsa al mostrar que elegimos como críterío de
a aquellas de las que sí tenemos experiencia. y que el curso de la natu­ verdad las teorías que resultan más explicativas y que podemos induso
raleza continúa siempre uniformemente de la misma manera".29 tener criterios que gozan de una gran objetividad para elegir nuestras
Análogamente, el supuesto de que el futuro será como el pasado teorías. Esos criterios irían en la dirección de las ocho pautas menciona­
reposa sobre otro supuesto: la creencia en ~e el universo está goberna­ das anteriormente, y en este punto es it relevante si tales teorías van a
do por leyes que son ~l~r~ d_e_termjnablesy que no cambian o, por recibir el calificativo de científicas o no. Por ejemplo, un psicólogo sufi­
lo menos. no cambian significativamente. Esto es lo que John Maynard cientemente amplio de mente podrá utilizar un modelo psicoanalítico de
Keynes en su Tratado de probabilidadha llamado "el principio de la diagnóstico o terapia cuando éste se muestra, en relación a un paciente
específico. como más exitoso que una interpretación y terapia cognitiva
conductual. Sobre codo si se trata, digamos, de un paciente particular­
v tbid., p. 245.
21 uume. lnqui,yinto HumanNature, sec. 11.

,.,bid .. libro l. iii. · se Rescher, On Inductton.Piusburgh. Universlty Press. ¡990.

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mente intuitivo. ilustrado y con mucha capacidad de~introspección. Pero CAPÍTULO 3


es concebible que ante un paciente con características diferentes sea nece­
sario emplear otra estrategia. Como queda claro, la pregunta sobre si el
psicoanálisis es ciencia o no se roma totalmente irrelevante. De esta ma­ MITO Y EVIDENCIA
nera superaríamos el monismo metodológico e!'l..favor de un pluralismo
\ ~todológicoque no identifica ciencia_con conocimiento. W!LUAM ÜUICA
1Y ·u­•'1° Las ciencias son instrumentos que nos permiten explicar y prede­ Universidad Nocional de Colombia
<( ,u),..,, ,., cir exitosamente el curso de la naturaleza. Pero el conocimiento es mu­ Universidad del Rosario
r<> r ~ cho más que eso. Hay formas de conocimiento que no necesariamente
4.;::_,..J; se identifican con las ciencias sino quizá con el arte, la vida moral o la Anunciar corno propósito de este ensayo una índagadón tendiente
a establecer cuál es la evidencia con que cuentan las creencias míticas,
U experiencia religiosa. lPueden ese tipo de experiencias producir ainoci­
miento o ser formas de conocimiento? En tanto iluminan y esclarecen podría de entrada desalentar a aquellos cuyo interés sobrevivióa la lectu­
nuestra relación con el mundo y con nosotros mismos, no veo por qué ra del título. Esto no es sólo porque semejante propósito parece, más que
no. Las ciencias constituyen sólo una forma de adquirir conocimiento, demasiado exigente, imposible de alcanzar, sino porque la concepción po­
aunque una particularmente eficiente para predecir y controlar la natu­ pular acerca de los mitos nos sitúa inmediatamente en el contexto de unos
raleza. Pero, como hemos visto, incluso dentro de la ciencia no hay un relatos fantásticos cuyo mayor atractivo tiene que ver precisamente con la
método único sino diversos métodos y diversas formas de explicar y forma en que, a su manera, logran desbordar la realidad. En esa medida,
entender la realidad. preguntar por la evidencia que soportaría a las creencias míticas puede
parecer completamente inadecuado. Por ello. resulta más preciso definir el
objetivo de este trabajo como el de tratar de aproximarse a un punto de
vista filosófico que permita especificar las circunstancias en las que ten­
dría sentido hablar de un soporte evidencia! para las creencias míticas.
Esta formulación del objetivo responde al hecho de que en el fon­
do, lo que ha motivado este trabajo es la idea de que la epistemología
contemporánea podría estar aportando los elementos claves para una
relnterpretación del mito. Para llegar a ello, sin embargo. es necesario
llevar a cabo una crítica al concepto de evidencia que ha dominado la
reflexión epistemológica y que la sitúa en el nivel de la estimulación sen­
sorial que corresponde a una determinada creencia. Esta crítica está cen­
trada en el análisis de la epistemología naturalizada de Quine y ocupa las
dos primeras panes de este ensayo. Luego, tras una breve presentación
del papel que juega el principio de caridad en las ciencias sociales y en
panicular en la antropología (parte 3), se expondrá cómo el problema de la
evidencia para un sistema de creencias podría recurrir al concepto de even­
to propuesto por Davidson y así establecer una relación que parecía con­
ceptualmente insostenible, a saber, la relación entre mito y evidencia.

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