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Carrera militar[editar]
El coronel Francisco Bolognesi. Grabado del siglo XIX.
El 22 de julio de 1844, le tocó presenciar la Batalla de Carmen Alto, librada en una
localidad vecina a Arequipa, acción en que las fuerzas constitucionalistas del
general Ramón Castilla derrotaron a las del gobierno de facto del general Manuel
Ignacio de Vivanco. Se cuenta que tuvo la osadía de cruzar, montado a caballo, la
distancia que separaba a ambos contendientes, salvándose de morir por una descarga
cerrada, que lo tumbó de su cabalgadura. Se dice que Castilla le ofreció un puesto en
su ejército, pero Bolognesi optó por permanecer en la vida civil, arguyendo asuntos
familiares y de negocios.
Sin embargo, en 1853, al estallar la tensión entre Perú y Bolivia, se alistó y fue
seleccionado como segundo al mando de un regimiento de caballería, con el grado
de teniente coronel. Si bien no estalló entonces la guerra con Bolivia, Bolognesi eligió
permanecer en el ejército, y con el mismo grado de teniente coronel, pasó a ser 2.º jefe
del Batallón Libres de Arequipa, participando en la revolución contra el entonces
presidente Echenique, cuyo líder era el general Ramón Castilla. Durante el desarrollo
de la campaña, fue nombrado Comisario General del Ejército Libertador (como se
autodenominó el ejército rebelde). Recorrió la sierra peruana acompañando a Castilla y
fue testigo de la firma de los históricos decretos de la abolición del tributo indígena y de
la esclavitud. Después del triunfo de la revolución en la batalla de La Palma, librada el
5 de enero de 1855, sirvió al presidente Castilla como ayudante de campo.
Como militar, Bolognesi se especializó en el campo de la artillería, volcando para tal fin
sus conocimientos en matemáticas.
Toma de Arequipa del 5 de marzo de 1858, donde el entonces teniente coronel
Francisco Bolognesi resultó herido en un muslo.
En 1856, manteniéndose fiel al gobierno, comandó a la artillería durante la guerra civil,
que tuvo su punto de partida en el estallido de la revolución del general Manuel Ignacio
de Vivanco en Arequipa. Participó en el sitio y asalto de dicha ciudad del 5 de marzo de
1858 y resultó herido de dos balazos en el muslo derecho, en el combate librado en el
fuerte Santa Rosa. Fue entonces ascendido a coronel (27 de marzo de 1858). Como
dato anecdótico, en la toma de Arequipa participó también, en las fuerzas del gobierno,
el entonces teniente Andrés A. Cáceres, el futuro Brujo de los Andes, otro de los grandes
héroes peruanos de la Guerra del Pacífico de 1879-1883.
En 1859, Bolognesi asistió a la campaña del Ecuador. Luego, el gobierno lo envió
a Europa para que se perfeccionara en el arma de artillería, y a la vez le encargó la
compra de cañones y fusiles con ánima rayada, para el uso del ejército peruano.
Regresó al Perú en febrero de 1862, trayendo en total 54 cañones, armamento que fue
saludado con regocijo por la población y fue probado con éxito en las playas de
Conchán. Aunque no faltaron quienes, a través de la prensa, criticaron las adquisiciones.
Bolognesi respondió en defensa del cuerpo de Artillería a través de un artículo que se
publicó en el diario El Comercio, el 7 de abril de 1862.
Fue nombrado Comandante General de Artillería, en marzo de 1862, mando en el que
se mantendría hasta su retiro en 1871. Viajó nuevamente a Europa en 1865, esta vez
con la misión de adquirir los poderosos cañones Blakely, los mismos que envió al Perú,
mientras que continuaba en el viejo continente negociando la adquisición de fusiles
Comblain. Aquellos Blakely serían usados durante el combate del Callao del 2 de mayo
de 1866, contra la flota española del Pacífico, aunque Bolognesi no alcanzó a pelear en
dicho combate, por hallarse en ese momento en Guayaquil, en pleno viaje de retorno.
El 4 de marzo de 1868 fue nombrado primer jefe del Regimiento de Artillería de la plaza
del Callao. Ejerció al mismo tiempo el cargo de gobernador civil del Callao. Se retiró del
servicio el 30 de octubre de 1871.2
El último cartucho. Óleo del pintor peruano Juan Lepiani, que representa el último
instante de vida del coronel Bolognesi, quien, revólver en mano, cumplió su promesa de
pelear «hasta quemar el último cartucho». A su lado yace muerto el capitán de
navío Juan Guillermo More.
Tras varios días de sitio y bombardeo, y debido a las numerosas bajas recibidas en el
intento de doblegar a las defensas peruanas de Arica por vía marítima, el mando chileno
acordó finalmente un ataque masivo terrestre. El encargado de dirigir la operación fue
el coronel Pedro Lagos. Previamente, se realizó un masivo bombardeo sobre Arica.
En la madrugada de 7 de junio de 1880, los chilenos desataran el asalto de Arica por el
sector Este, donde se hallaban los fuertes Ciudadela y Este. Se inició así la batalla de
Arica. La primera acometida chilena la recibió el fuerte Ciudadela, donde dieron férrea
resistencia los batallones Granaderos de Tacna y Artesanos de Arica. Allí murió
luchando bravamente el anciano coronel Justo Arias y Aragüez y destacó el
cabo Alfredo Maldonado, que voló a costa de su vida el polvorín, lo que mató a diez
soldados chilenos y a otros más peruanos. Ello originó la feroz represión de los chilenos,
que lanzaron la consigna de no hacer prisioneros.
Caída la Ciudadela, el fuerte Este concentró la arremetida Chilena; su jefe, el
coronel Marcelino Varela, resultó herido y fue reemplazado por el comandante
Francisco Chocano. En la defensa de este fuerte cayeron José Joaquín
Inclán (comandante general de la VII División), Ricardo O'Donovan (jefe del Estado
Mayor de la VII División) y Francisco Cornejo (segundo jefe del batallón Cazadores de
Piérola).
Caídos los fuertes Ciudadela y Este, Bolognesi ordenó a los batallones Iquique y
Tarapacá (que se hallaban en el sector Norte) que se replegaran hacia el Morro; estos
batallones estaban al mando del coronel Alfonso Ugarte. En esta maniobra cayeron el
teniente coronel Ramón Zavala (jefe del batallón Tarapacá) y Benigno Cornejo
(segundo de Zavala), así como el coronel Mariano Bustamante (jefe de estado mayor
de la VIII División). Bolognesi intentó también activar las minas que harían volar el Morro,
pero estas no funcionaron.9
Descendencia[editar]
Casado con la arequipeña María Josefa de la Fuente y Rivero, tuvo cuatro hijos:
Francisco Bolognesi de la Fuente, abogado (1839-1878); Rosa Bolognesi de la Fuente
(1841-1881); María Trinidad Bolognesi de la Fuente (1843-?); y Margarita Bolognesi de
la Fuente (1845-1908).12
De un segundo compromiso, con la iqueña Manuela Medrano Silva, tuvo otros cuatro
hijos: Enrique Bolognesi Medrano (1860-1881); Federico Bolognesi Medrano (1861-
1917); Augusto Bolognesi Medrano (1864-1881) y César Bolognesi Medrano (1866-
1874). Federico, Augusto y Enrique lucharon también en la Guerra del Pacífico; los dos
últimos fueron gravemente heridos en las batallas de San Juan y Miraflores,
respectivamente, y fallecieron días después (enero de 1881).
Un nieto suyo, Federico Bolognesi Bolognesi (hijo de Federico Bolognesi y Ana
Bolognesi), llegó a ser segundo Vicepresidente del Perú, durante el gobierno
constitucional del general Manuel Odría (1950-1956).
Homenajes[editar]
Notas[editar]