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FRANCISCO BOLOGNESI:

Francisco Bolognesi Cervantes (* Lima, Virreinato del Perú, 4 de


noviembre de 1816 - † Arica, Perú, 7 de junio de 1880). Fue un militar peruano que
participó en la Guerra del Pacífico. o más propiamente dicha, la Guerra del Guano y del
Salitre. Con el grado del coronel, defendió la plaza de Arica enfrentando a las fuerzas
chilenas muy superiores en número y poderío; y tras hacer la promesa de pelear «hasta
quemar el último cartucho», sucumbió heroicamente durante la batalla final. Es
considerado Héroe Nacional del Perú. Fue declarado Patrón del Ejército del Perú por
el gobierno del Perú el 2 de enero de 1951 (Orden General del Ejército de 1959) y
elevado al grado de Gran Mariscal del Perú por Ley Nº 25128 del 30 de
noviembre de 1989.1

Vida temprana y educación[editar]


Francisco Bolognesi Cervantes nació en la calle Afligidos (hoy jirón Caylloma N.º 125)
de Lima, entonces capital del Virreinato del Perú, el 4 de noviembre de 1816, según
consta en su partida de bautismo conservada en la Parroquia de San Sebastián.n 1 Su
padre fue el italiano Andrés Bolognesi Campanella, destacado violonchelista y director
de orquesta, oriundo de Génova, que llegó al Perú en 1807 estableciéndose primero en
Lima y finalmente en Arequipa. Su madre fue arequipeña, llamada Juana Cervantes
Pacheco. Tuvo seis hermanos, entre ellos dos mujeres, Margarita y Manuela, que se
casaron con extranjeros y se alejaron del país; y un varón, Mariano Bolognesi, que llegó
a ser también coronel de artillería y combatiente en la Guerra del Pacífico.
Inició sus estudios escolares en Lima, pero a los ocho años de edad se trasladó con
toda su familia a Arequipa, ingresando al Seminario Conciliar de San Jerónimo en 1825,
donde sobresalió en el curso de matemáticas.
A raíz de la muerte de su padre, dejó el seminario y pasó a trabajar como ayudante en
la compañía comercial de los señores Lebris y Violler, demostrando gran dedicación y
logrando escalar puestos rápidamente (1832-1840). A los 19 años de edad ya era
tenedor de libros (contador).
En 1840 consiguió capitales y emprendió un negocio propio, relacionado con la
explotación de coca, café y cascarilla, en la región montañosa de Carabaya, situada en
el departamento de Puno.

Carrera militar[editar]
El coronel Francisco Bolognesi. Grabado del siglo XIX.
El 22 de julio de 1844, le tocó presenciar la Batalla de Carmen Alto, librada en una
localidad vecina a Arequipa, acción en que las fuerzas constitucionalistas del
general Ramón Castilla derrotaron a las del gobierno de facto del general Manuel
Ignacio de Vivanco. Se cuenta que tuvo la osadía de cruzar, montado a caballo, la
distancia que separaba a ambos contendientes, salvándose de morir por una descarga
cerrada, que lo tumbó de su cabalgadura. Se dice que Castilla le ofreció un puesto en
su ejército, pero Bolognesi optó por permanecer en la vida civil, arguyendo asuntos
familiares y de negocios.
Sin embargo, en 1853, al estallar la tensión entre Perú y Bolivia, se alistó y fue
seleccionado como segundo al mando de un regimiento de caballería, con el grado
de teniente coronel. Si bien no estalló entonces la guerra con Bolivia, Bolognesi eligió
permanecer en el ejército, y con el mismo grado de teniente coronel, pasó a ser 2.º jefe
del Batallón Libres de Arequipa, participando en la revolución contra el entonces
presidente Echenique, cuyo líder era el general Ramón Castilla. Durante el desarrollo
de la campaña, fue nombrado Comisario General del Ejército Libertador (como se
autodenominó el ejército rebelde). Recorrió la sierra peruana acompañando a Castilla y
fue testigo de la firma de los históricos decretos de la abolición del tributo indígena y de
la esclavitud. Después del triunfo de la revolución en la batalla de La Palma, librada el
5 de enero de 1855, sirvió al presidente Castilla como ayudante de campo.
Como militar, Bolognesi se especializó en el campo de la artillería, volcando para tal fin
sus conocimientos en matemáticas.
Toma de Arequipa del 5 de marzo de 1858, donde el entonces teniente coronel
Francisco Bolognesi resultó herido en un muslo.
En 1856, manteniéndose fiel al gobierno, comandó a la artillería durante la guerra civil,
que tuvo su punto de partida en el estallido de la revolución del general Manuel Ignacio
de Vivanco en Arequipa. Participó en el sitio y asalto de dicha ciudad del 5 de marzo de
1858 y resultó herido de dos balazos en el muslo derecho, en el combate librado en el
fuerte Santa Rosa. Fue entonces ascendido a coronel (27 de marzo de 1858). Como
dato anecdótico, en la toma de Arequipa participó también, en las fuerzas del gobierno,
el entonces teniente Andrés A. Cáceres, el futuro Brujo de los Andes, otro de los grandes
héroes peruanos de la Guerra del Pacífico de 1879-1883.
En 1859, Bolognesi asistió a la campaña del Ecuador. Luego, el gobierno lo envió
a Europa para que se perfeccionara en el arma de artillería, y a la vez le encargó la
compra de cañones y fusiles con ánima rayada, para el uso del ejército peruano.
Regresó al Perú en febrero de 1862, trayendo en total 54 cañones, armamento que fue
saludado con regocijo por la población y fue probado con éxito en las playas de
Conchán. Aunque no faltaron quienes, a través de la prensa, criticaron las adquisiciones.
Bolognesi respondió en defensa del cuerpo de Artillería a través de un artículo que se
publicó en el diario El Comercio, el 7 de abril de 1862.
Fue nombrado Comandante General de Artillería, en marzo de 1862, mando en el que
se mantendría hasta su retiro en 1871. Viajó nuevamente a Europa en 1865, esta vez
con la misión de adquirir los poderosos cañones Blakely, los mismos que envió al Perú,
mientras que continuaba en el viejo continente negociando la adquisición de fusiles
Comblain. Aquellos Blakely serían usados durante el combate del Callao del 2 de mayo
de 1866, contra la flota española del Pacífico, aunque Bolognesi no alcanzó a pelear en
dicho combate, por hallarse en ese momento en Guayaquil, en pleno viaje de retorno.
El 4 de marzo de 1868 fue nombrado primer jefe del Regimiento de Artillería de la plaza
del Callao. Ejerció al mismo tiempo el cargo de gobernador civil del Callao. Se retiró del
servicio el 30 de octubre de 1871.2

Guerra del Pacífico[editar]

Fotografía tomada posiblemente momentos antes de la batalla de Arica. Representa a


Bolognesi con su cuerpo de oficiales. Figuran, entre otros, el teniente coronel Ramón
Zavala Suárez, al extremo izquierdo, y el teniente coronel Roque Sáenz Peña, al
extremo derecho. Sin embargo, es más probable que esta fotografía sea de una
representación teatral montada a fines del siglo XIX y que se inspirara en el cuadro de
Juan Lepiani titulado La respuesta.
Cuando la Guerra del Pacífico comenzó en 1879, Bolognesi, de 62 años de edad, se
reincorporó al Ejército peruano, siendo nombrado comandante de la 2º. División
destinada a operar en la campaña terrestre del Sur.
Participó activamente en las acciones contra las fuerzas chilenas, incluyendo las
batallas de San Francisco y Tarapacá; en esta última, librada el 27 de noviembre de
1879, participó a pesar de encontrarse muy enfermo de fiebre, soportando las diez horas
que duró la lucha. En esta ocasión se recuerda que dijo al final de la batalla: «Las balas
chilenas apenas llegan a las suelas de mi bota», aludiendo irónicamente a un disparo
que le había arrancado un tacón de sus granaderas.3
La defensa de Arica[editar]
El 3 de abril de 1880, Bolognesi asumió el mando del puerto peruano de Arica, sitiado
por las fuerzas chilenas al mando del general Manuel Baquedano.
Bolognesi disponía apenas de poco más o menos de 1500 hombres, mal pertrechados
y con escasas municiones; sin embargo, aceptó la misión y demostrando una actividad
y un entusiasmo extraordinarios, procedió a levantar fortificaciones en Arica. Ordenó la
construcción de tres baterías o fuertes en la playa, que eran el "San José", el "Santa
Rosa" y el "Dos de Mayo", y en el Morro, por el lado Este, otros dos fuertes, llamados
"Ciudadela" y el "Este", para defenderlo de un posible ataque por ese lado. Estas
construcciones se realizaron a base de sacos llenos de arena. Entre los fuertes de la
playa y los del Morro ordenó levantar una muralla, también con sacos de arena. Además,
formó partidas de caballería para que vigilaran por el norte y por el sur; mejoró la
alimentación de la tropa; y ordenó el tendido de una triple red de minas (dinamita
camuflada), las cuales debían activarse eléctricamente. Este último trabajo estuvo a
cargo del ingeniero Teodoro Elmore; sin embargo, debido a la falta de recursos, no
llegarían a funcionar idóneamente. Elmore fue capturado por los chilenos días antes de
la batalla.4
Al llegar a Arica la noticia de la derrota del ejército aliado peruano-boliviano en la batalla
de Tacna (librada el 26 de mayo), Bolognesi convocó a una junta de sus jefes, a la que
asistieron 27 de ellos. El acuerdo unánime que se tomó fue el de morir antes que
rendirse y de agilizar los trabajos de fortificación de la plaza. Hubo solo una voz
discordante, la del coronel Agustín Belaunde, comandante del batallón Cazadores de
Piérola, el cual se mostró a favor de la capitulación. Se dice que poco después, Belaunde
fugó hacia Tacna, escapando de un arresto que se le impuso como medida disciplinaria.5

Cuadro de Juan Lepiani titulado La respuesta (1894), que representa al coronel


Bolognesi, junto a su estado mayor, respondiendo negativamente a la oferta de
rendición del parlamentario chileno Juan de la Cruz Salvo.
Bolognesi y los defensores de Arica guardaban la esperanza de la llegada de refuerzos.
En efecto, una división al mando del coronel Segundo Leiva, de unos 3.000 hombres,
había salido de Arequipa poco antes de la batalla de Tacna, pero se retrasó y llegó a
participar en dicha acción. Bolognesi envió dos telegramas a Arequipa, fechados el 3 y
el 5 de junio, respectivamente, donde se denota su esperanza concentrada en la
siguiente frase, que se ha hecho proverbial: «Apure Leiva». Sin embargo, la ayuda
nunca llegaría.6
El 5 de junio de 1880, el mayor Juan de la Cruz Salvo fue enviado por el mando chileno,
como parlamentario para intimar a Bolognesi la rendición de Arica. Salvo hizo énfasis
en que la enorme diferencia numérica de soldados, armamento y logística entre ambas
fuerzas, resultaría en un inútil derramamiento de sangre. Bolognesi le respondió:
«Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último
cartucho», y repitió su respuesta en presencia de sus oficiales y con el completo
respaldo de estos. Los oficiales que acompañaron al Bolognesi en la “sala de la
respuesta” eran, según la lista establecida por el historiador Gerardo Vargas, los
siguientes: el capitán de navío Juan Guillermo More; los coroneles José Joaquín
Inclán, Justo Arias y Aragüez, Marcelino Varela, Alfonso Ugarte y Mariano E.
Bustamante; los tenientes coroneles Manuel J. La Torre, Ramón Zavala, Benigno
Cornejo, Francisco Chocano, Juan Pablo Ayllón y Roque Sáenz Peña; y el capitán de
fragata José Sánchez Lagomarsino (comandante del monitor Manco Cápac). Otra
versión incluye a los tenientes coroneles Ricardo O'Donovan y Francisco Cornejo.7
El 6 de junio hubo un último intento del mando chileno de intimar a la rendición a
Bolognesi, enviando en calidad de parlamentario al ingeniero El-more. Pero el mando
peruano se negó a recibirlo como tal, pues siendo Elmore un prisionero peruano,
contrariaba las prescripciones militares del caso. Antes de regresar al campamento
chileno, Elmore aprovechó la oportunidad para describir a sus compatriotas la situación
del lado chileno y les previno que el ataque enemigo vendría por el sector Este, como
efectivamente ocurriría.8
La batalla de Arica[editar]

El último cartucho. Óleo del pintor peruano Juan Lepiani, que representa el último
instante de vida del coronel Bolognesi, quien, revólver en mano, cumplió su promesa de
pelear «hasta quemar el último cartucho». A su lado yace muerto el capitán de
navío Juan Guillermo More.
Tras varios días de sitio y bombardeo, y debido a las numerosas bajas recibidas en el
intento de doblegar a las defensas peruanas de Arica por vía marítima, el mando chileno
acordó finalmente un ataque masivo terrestre. El encargado de dirigir la operación fue
el coronel Pedro Lagos. Previamente, se realizó un masivo bombardeo sobre Arica.
En la madrugada de 7 de junio de 1880, los chilenos desataran el asalto de Arica por el
sector Este, donde se hallaban los fuertes Ciudadela y Este. Se inició así la batalla de
Arica. La primera acometida chilena la recibió el fuerte Ciudadela, donde dieron férrea
resistencia los batallones Granaderos de Tacna y Artesanos de Arica. Allí murió
luchando bravamente el anciano coronel Justo Arias y Aragüez y destacó el
cabo Alfredo Maldonado, que voló a costa de su vida el polvorín, lo que mató a diez
soldados chilenos y a otros más peruanos. Ello originó la feroz represión de los chilenos,
que lanzaron la consigna de no hacer prisioneros.
Caída la Ciudadela, el fuerte Este concentró la arremetida Chilena; su jefe, el
coronel Marcelino Varela, resultó herido y fue reemplazado por el comandante
Francisco Chocano. En la defensa de este fuerte cayeron José Joaquín
Inclán (comandante general de la VII División), Ricardo O'Donovan (jefe del Estado
Mayor de la VII División) y Francisco Cornejo (segundo jefe del batallón Cazadores de
Piérola).
Caídos los fuertes Ciudadela y Este, Bolognesi ordenó a los batallones Iquique y
Tarapacá (que se hallaban en el sector Norte) que se replegaran hacia el Morro; estos
batallones estaban al mando del coronel Alfonso Ugarte. En esta maniobra cayeron el
teniente coronel Ramón Zavala (jefe del batallón Tarapacá) y Benigno Cornejo
(segundo de Zavala), así como el coronel Mariano Bustamante (jefe de estado mayor
de la VIII División). Bolognesi intentó también activar las minas que harían volar el Morro,
pero estas no funcionaron.9

La ropa de combate que usó Bolognesi durante la Batalla de Arica.


En el Morro se concentraron 400 defensores peruanos al mando de Bolognesi, Manuel
J. La Torre, Alfonso Ugarte, Roque Saénz Peña y Juan Guillermo More. Los chilenos
asaltaron el Morro avanzando desde Cerro Gordo. En medio de la feroz pelea cuerpo a
cuerpo que se desarrolló en la cima del Morro, el coronel Bolognesi cayó herido de bala,
pero aun así empuñó su revolver para seguir luchando, instante en el que murió por
efecto de un culatazo en la cabeza (otra versión habla de un balazo) y sus restos fueron
defendidos por sus soldados hasta el exterminio de estos. Al lado de Bolognesi
sucumbió el capitán de navío Juan Guillermo More, jefe de las baterías del Morro, que
se batió hasta el último instante de su vida con un revólver y una espada en cada mano.
Otra escena heroica lo dio el sargento mayor Armando Blondel, tercer jefe del Artesanos
de Tacna, quien junto con cuatro soldados defendió el pabellón peruano, hasta caer
bajo las balas enemigas. Luego, el coronel Alfonso Ugarte, según una versión
transmitida por el historiador Clements Markham, tomó el pabellón y montado a caballo
se lanzó desde lo alto del Morro hacia el precipicio. En el sector Norte, el teniente
coronel Juan Pablo Ayllón, hizo volar las Baterías San José, Dos de Mayo y Santa Rosa,
para que no cayeran en poder del enemigo. Por su parte, el comandante Lagomarsino
hundió a su buque, el monitor Manco Cápac.10
Murieron en Arica unos 900 defensores peruanos, es decir, casi los dos tercios de las
fuerzas totales; el resto fue tomado prisionero. Tan elevado número de víctimas
peruanas se debió a que muchos heridos y prisioneros fueron fusilados por los chilenos.
Hubo también saqueos, incendios y ataques a los consulados, entre otros desmanes
desatados por las tropas vencedoras. Todos estos excesos se dieron, a decir de los
mismos chilenos, en represalia por la explosión de algunas minas durante la batalla, que
les causaron algunas bajas.11
Los restos de Bolognesi fueron trasladados al Perú en julio de 1880, a bordo del
transporte Limeña, junto con los restos de otros dos caídos en Arica: Juan Guillermo
More y Ramón Zavala. Actualmente se encuentran en la Cripta de los Héroes
del Cementerio Presbítero Maestro.

Descendencia[editar]
Casado con la arequipeña María Josefa de la Fuente y Rivero, tuvo cuatro hijos:
Francisco Bolognesi de la Fuente, abogado (1839-1878); Rosa Bolognesi de la Fuente
(1841-1881); María Trinidad Bolognesi de la Fuente (1843-?); y Margarita Bolognesi de
la Fuente (1845-1908).12
De un segundo compromiso, con la iqueña Manuela Medrano Silva, tuvo otros cuatro
hijos: Enrique Bolognesi Medrano (1860-1881); Federico Bolognesi Medrano (1861-
1917); Augusto Bolognesi Medrano (1864-1881) y César Bolognesi Medrano (1866-
1874). Federico, Augusto y Enrique lucharon también en la Guerra del Pacífico; los dos
últimos fueron gravemente heridos en las batallas de San Juan y Miraflores,
respectivamente, y fallecieron días después (enero de 1881).
Un nieto suyo, Federico Bolognesi Bolognesi (hijo de Federico Bolognesi y Ana
Bolognesi), llegó a ser segundo Vicepresidente del Perú, durante el gobierno
constitucional del general Manuel Odría (1950-1956).

Homenajes[editar]

Plaza Bolognesi de Lima, en 1928.

Casa de Bolognesi en la ciudad de Arica.


Monumento en Plaza Perú, ciudad de Buenos Aires.
El 5 de noviembre de 1905 se inauguró en la ciudad de Lima el monumento en su
homenaje, en la llamada desde entonces Plaza Bolognesi, situada en las intersecciones
de las avenidas Magdalena (hoy Brasil), Breña (hoy Arica), Alfonso Ugarte y el Paseo
Colón. Gobernaba entonces en el Perú el presidente José Pardo, en su primer gobierno.
A la ceremonia asistió uno de los sobrevivientes de la defensa de Arica, el
argentino Roque Sáenz Peña, con rango de general del ejército peruano, quien para el
desfile militar, recibió el mando de la línea. Delante de la estatua de su antiguo jefe, la
emoción le impidió leer su discurso, y se limitó a decir: «¡Presente, mi coronel!».
El discurso de Sáenz Peña contenía este párrafo:
"¡Pelearemos hasta quemar el último cartucho! Provocación o reto a muerte, soberbia
frase de varón, condigno juramento de soldado, que no concibe la vida sin el honor, ni
el corazón sin el altruismo, ni la palabra sin el hecho que la confirma y la ilumina para
grabarla en el bronce o en el poema, como la graba y la consagra la inspiración nacional.
Y el juramento se cumplió por el jefe, y por el último de sus soldados, porque el bicolor
peruano no fue arriado por la mano del vencido, sino despedazado por el plomo del
vencedor".13
En 1910, Roque Sáenz Peña llegó a ser Presidente de Argentina y falleció en 1914.
La escultura original de la Plaza Bolognesi, obra del escultor catalán Agustín Querol,
representaba al héroe aferrándose a una bandera y con la cabeza inclinada, en el
preciso momento en que sucumbe en batalla. En los años 1950, por decisión del
gobierno del general Manuel Odría, fue reemplazada por otra estatua, obra del escultor
peruano Artemio Ocaña. En esta nueva representación, se ve al héroe en actitud
triunfante y levantando la bandera del Perú. Como explicación a este cambio, se adujo
que la efigie de Bolognesi debía mostrar una expresión más digna de un héroe. Cada 7
de junio se celebra en esta Plaza el Día de la Bandera.
También en su homenaje una calle en la ciudad de Arica lleva actualmente el nombre
de "calle Bolognesi"; además, es recordado en la "Casa Bolognesi", el inmueble donde
respondió el pedido de rendición, actualmente de propiedad del Estado Peruano y
cubierta por las disposiciones contenidas en el artículo séptimo del Tratado de Lima de
1929.
Su mayor efigie se encuentra en la ciudad de Tacna, una estatua gigante junto al Arco
Parabólico en el Paseo Cívico donde cada domingo se realiza una ceremonia con el
juramento expresado por Bolognesi: "Tengo deberes sagrados que cumplir y los
cumpliré hasta quemar el último cartucho". Asimismo, en 1929 fue fundado el Coronel
Bolognesi Fútbol Club de la ciudad de Tacna.
En la ciudad de Arequipa, en su homenaje, se inauguró en 1952 el Colegio Militar
Francisco Bolognesi. Su estatua se encuentra en el patio de Honor de dicho colegio, así
como en la Plaza Bolognesi de la ciudad. También una calle principal de la ciudad lleva
el nombre de Bolognesi.
Una de las avenidas principales de la ciudad de Chiclayo lleva también su nombre.

Notas[editar]

1. Volver arriba↑ Según investigaciones del historiador Artemio Peraltilla Díaz,


Francisco Bolognesi habría nacido en realidad en Arequipa, en el año de 1822.
Dicho historiador se basa en una Foja de Servicios Militares del Coronel, que se
encontraba en poder de su bisnieta, la Sra. Ana María Bolognesi de Raguz. El
documento, escrito a fines de octubre de 1871, indica (además de otros datos
personales) que el Coronel era natural de Arequipa, y que según la edad que
consigna (49 años), se desprende que nació en 1822 y no en 1816. Éste no
sería el único documento probatorio, sino que existe también una solicitud de
incorporación a la legión masónica con datos y firma del Héroe de Arica donde
figura su ciudad natal como Arequipa. En 1904 se encontró la confusa partida
de bautizo donde se indica que Francisco Bolognesi nació en Lima, aunque
Artemio Peraltilla Díaz señala que este Francisco fue el hermano mayor del
héroe, nacido en noviembre de 1816 y fallecido en 1821, a los 4 años; como
prueba muestra su partida de defunción. (Ref.: Peraltilla Díaz, Artemio: El Héroe
de Arica nació en Arequipa. Arequipa. Editorial El Sol, 1984).

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