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Durante el histórico y memorable discurso nos alertaba: "En nuestro caso, como sucede en

varias regiones del mundo, se perciben intentos de introducir sutilmente plataformas de


pensamiento neoliberal y de restauración del capitalismo neocolonial, enfiladas contra las
esencias mismas de la Revolución Socialista a partir de una manipulación premeditada de la
historia y de la situación actual de crisis general del sistema capitalista, en menoscabo de los
valores, la identidad y la cultura nacionales, favoreciendo el individualismo, el egoísmo y
el interés mercantilista por encima de la moral.
En resumen, se afanan engañosamente en vender a los más jóvenes las supuestas ventajas de
prescindir de ideologías y conciencia social, como si esos preceptos no representaran
cabalmente los intereses de la clase dominante en el mundo capitalista. Con ello pretenden,
además, inducir la ruptura entre la dirección histórica de la Revolución y las nuevas
generaciones y promover incertidumbre y pesimismo de cara al futuro, todo ello con el
marcado fin de desmantelar desde adentro el socialismo en Cuba". [5]
Los jóvenes cubanos, como en otros momentos de la historia, han salido adelante a arriesgarlo
todo por la Revolución, en medio de estos años difíciles de criminal bloqueo y hostilidad
imperialista hacia nuestro país. La generación actual ha crecido y se ha desarrollado en
circunstancias espinosas, en los años duros del "período especial", conociendo de cerca las
penurias materiales, el aumento de determinadas desigualdades, el deterioro de valores, la
crisis de los modelos de conducta en el entorno familiar y en el medio social a su alcance, así
como el quebrantamiento de las expectativas de porvenir forjadas por la Revolución.
Es obvio que, en este escenario, la estrategia del imperialismo apunta a la subversión político-
ideológica mediante el deterioro de las condiciones de la vida material y la clausura de un
futuro posible.
La actividad enemiga busca frustrar el compromiso de los jóvenes cubanos con la Revolución,
dañar el funcionamiento y liderazgo de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC),
las organizaciones estudiantiles y los movimientos juveniles, penetrar en nuestros centros
universitarios y de la enseñaza media superior, manipular el papel e influencia de la religión,
manejar el acceso a las nuevas tecnologías e Internet en correspondencia con sus fines,
insertarse en el sector no estatal de la economía, caracterizar la situación de la vida social,
económica y política del país que inciden directamente en los jóvenes; tratan a su vez de
desentrañar las demandas, proyecciones y formas de manifestación de las nuevas generaciones,
así como caracterizar a los nuevos cuadros y líderes que surjan.
La posición de la juventud cubana quedó claramente definida en la clausura del IX Congreso de
la UJC, en abril de 2010, donde el compañero Raúl sentenció: "No cederemos jamás al
chantaje, de ningún país o conjunto de naciones por poderosas que sean, pase lo que pase.
Tenemos derecho a defendernos. Si pretenden acorralarnos, sepan que sabremos
parapetarnos, en primer lugar en la verdad y los principios. Una vez más seremos firmes,
serenos y pacientes ¡Sobran los ejemplos en nuestra historia!"

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