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QUE CON EL SILENCIO SE INFIERE
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A SUS DERECHOS.
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A L A M U Y HO NO RABLE CAM ARA DE R E ­
P R E S E N T A N T E S E N E L C O N G RESO D E
L A R E P U B L IC A D E V E N E Z U E L A .

SEÑOR.

R a m ó n A t a l a , gobernador de la provincia de Cara­

cas, suspenso de su empleo, con el debido respeto digo


que:
E l dia 7 de Febrero se dió cuenta de la queja pro­
puesta por la diputación provincial contra el secretario
del despacho de hacienda que provoró el desorden en las
rentas provinciales cobrando el 10 por 100 sobre las pa­
tentes, de cuyo dinero quiso disponer por medio de mi
suspensión; y el dia 20 del mismo se dib cuenta de la mia
contra el propio secretario y el del interior, sobre el
mismo asunto: ambas pasaron á la comision, y ayer cum ­
plió mi queja un mes de producida, y hoy uu mes y ca­
torce dias la de la diputación, sin que tengamos resultado.
Los venezolanos hemos hecho una constitución, la
cual no es otra cosa que una escritura de sociedad, en que
reciprocam ente nos hemos obligado á ren d ir ciertos debe­
res hácia ella, bajo la condicion de que la sociedad con­
serve y defienda ciertos derechos i n d i v i d u a l e s de los so­
cios: obligaciones mutuas que á todos nos dan la facultad
de requerir unos á otros el cum plim iento del pacto y sus
condiciones. Los agentes de l^sociedad están encargados
de m andar lo guardián aquellos socios que se desvian de
él, pero los socios tienen la misma facultad de obligar á
los agentes á cum plirlo; punto en que no hay mas ni me-
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«os, en que no hay clases ni jerarquías, ni ciudadanos al­
tos y bajos, sino los tenidos como bajos alquilando sus ser­
vicios á los tenidos como altos, y pagándoles el alquiler
como es ju sto : iguales todos ante la ley, porque si hubie­
se alguna desigualdad seria la que causa el respeto del ar­
rendatario hácia el dueño : todos hom bres, todos ciudada­
nos, socios todos, y todos con exacta igualdad súbditos
del pacto, con autoridad igual para exigir unos de otros
su cum plim iento sin perm itir ni tolerar á los funcionarios
la mas leve omision ó alteración de una sola letra de la
escritura, porque el día que se perm ite ó tolera, ese es el
dia del lloro de perdición, y creo poder decir que ya la
patria triste asoma en su desconsuelo esas lágrimas.
“ Pronto y srguro rem edio,” dice la escritura en su
artículo 189, deben hallar los venezolanos en “ las inju­
rias y daños que sufrieren en sus personas, en sus propie­
dades, en su honor y estim ación,” y yo no lo he hallado
cuando he ocurrido á esta cámara que “ debe ” oir y des­
pachar “ p ro n to ” la reclamación de mis derechos por mi
honor altam ente ultrajado, y tanto que para serlo mas,
la respetable diputación provincial con especialidad por
los socios encargada de velar en el cum plim iento del pac­
to, y de acusar sus infracciones y hasta los abusos, ha su­
frido el público vilipendio de mes y medio de desprecio
al prim ero de los deberes que le ha impuesto la escritu­
ra, sin duda porque su venerable gestión es en el fondo
la misma mia. Las sesiones que por fortuna diariam ente
nos da el Conciso nos presentan en m ovim iento activo lo
que no es de tanta entidad, y aun lo que se ha tenido por
supèrfluo en la cámara dek renado. P o r _mi parte yo con
un mes de dilación en vez de un “ pronto rem edio, ” me
veo en peor caso que cuando el escándalo se dió, pues que
desde entonces se me m antiene objeto de la espectacion
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pública, relajándose el decoro con que por toda mi vida
se me ha tratado, y siendo m ateria de las tertulias, ani­
mosidades é intrigas.
Si mi causa no merece lo que tengo pedido, renuncio
gustoso á la dilación, si ésta fuere un equivalente de no
decirlo y declararlo, y prefiero ver cuanto antes mi de­
sengaño, para cuanto antes dejar de ser litigante y ocioso
espectador de la ruina de mi fam ilia,.pasando mi tiempo
en esperar. La cámara de este modo evitará una dura pe­
ro justa censura, porque no decir nada en puntos de justicia
es lo que se llama denegación de justicia, y esto es teni­
do por la mayor tiranía : era el caso en que los em pera­
dores romanos ordenaban ocurrir franca y librem ente á
e llo s: ei sit apertissima fa cu lta s et nostram adire
majestatem, et tarditatem ju d iéis in querelam dedu­
cere, et nostro beneficio perpotiri.
Con el respetuoso pero firme lenguaje del patriotismo
sin aspiraciones, yo como uno de los que han contribuido
á la formación de esta patria desde el m om ento en que
quiso serlo, debo decir por lo que tanto me cuesta, que
al hom bre previsivo desconsuela el actual estado del pais.
P o r una parte, los secretarios del despacho con cierta es­
pecie de satisfacción quebrantan la ley fundam ental y es­
tablecen un plan gubernativo que velozm ente va cedien­
do en descrédito de las instituciones; y por otra, los que
no hallan goces, sino desvíos, desprecios é injusticias,
aprovechan los atentados del m inisterio para declam ar
contra el pacto, y se organizarán para destruirlo. No soy
de los que se espantan al oir la palabra facción, y sé que
las parcialidades son inevitaHgs en todo pais libre, pero
exam inem os s^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ Q a lm e n te se coadunan favore­
cen á la libertad.
Se reconcentra el m inisterio para gobernar in terp re­
tando, ó mas claro, para gobernar á usanza colombiana
& de extraordinarias: los no beneficiados, los ofendidos,
los fanáticos, los humillados y los aspirantesá figurar, pug­
nando con el m inisterio que al reconcentrarse los excluye
con im prudencia para incluir á otros con indiscreción,
hacen sentir con aspereza los extravíos del poder públi­
co, y es preciso que á la pobre Venezuela se le prepare otra
consternación. Serán injustos muchos de éstos, muchos
abandonarán el patriotism o, y muchos se dejarán conducir
por motivos innobles, pero mas injustos son los causantes
de todo.
¿Y cual deberá ser el térm ino de semejante lucha? O
el m inisterio muy en breve destruir la constitución, 6 los
otros generalizando el descontento dar muy pronto en tier­
ra con la cosa y las personas. E sto parece mas fácil, pero
en cualquiera de los dos casos nos confundirem os otra vez
en el rem olino del desorden y de nuevo nos verem os en
anarquía, todos, todos, asi los pocos culpables como los
muchos inocentes. ¡ Qué no presenta hoy día M aracaibo!
I Y quien es la causa de lo que pueda suceder?
A pelo á cuantos se interesan en el bien de la patria
para que fijen su atención en estas aunque llamen conje­
turas, pero que por desgracia son abundantes de funda­
m entos, y Ies suplico no se alucinen creyendo que el Ín­
teres del pais consista en sostener á Juan ó á P edro: les
suplico no confundan al gobierno con los gobernantes.
L a im punidad de estos se opone á la existencia de aquel,
porque la ilegalidad en los actos gubernativos no es el
título para exigir obediencia en los gobiernos populares.
P retextan los m inistros oljrarpara precaver revoluciones,
y á fuerza de quererlas evitar-.con?Sk>iLrffledades las ha­
cen indefectibles. N o provoco el desorden, sino lo pre­
veo y quisiera evitarlo. N o soy visionario.
Un solemne acto de justicia por parte del poder legis­
lativo es el verdadero para-rayo: som eter á juicio á los
•altos funcionarios acusados de haber infringido la consti­
tución de la república, esto es lo que á todos tíos ha de
salvar, asi como hará contener paya lo sucesivo á los que
contra toda política y por conveniencia propia se han de­
dicado á ejercer con estrenuidad el oficio de defensores,
para mañana ser los prim eros á experim entar de sus de­
fendidos lo mismo que ahora experim entan los que se
quejan: ese grande acto de justicia es lo que nos salva,
porque hace desaparecer el blanco á donde se dirigen los
tiros del 6dio nacional, porque nos presentará vigorosos
y contentos caminando en la senda constitucional que el
republicanism o bendecirá, y porque damos el hermoso
ejemplo de igualdad que todavía no vemos en tantos años
de sangre y estragos por ella. Reclamo ese acto á nom bre
de la patria tantas veces burlada por las pasiones de algu­
nos de sus propios hijos: y en cuanto á mi asunto parti­
cular, requiero reverentem ente á la cámara con la cons­
titución en la mano el cum plim iento del artículo 118«
que ordena y manda el “ pronto y seguro rem edio” de
m i honor y estimación dañados, 6 el “ p ro n to ” rechazo
de mi queja para retirarm e con los pedazos de la consti­
tución á llorarla meditándolos. Quiero estar suspenso
p o r expresa y pronta negativa de la cámara, y no por los
señores N arvarte, M ichelena y España en el transcurso
de tiem po hasta que volviera el congreso á instalarse, por­
que yo no quiero gobierno sino con honor, y no por ha­
ber concluido el térm ino: y si mis reclamaciones fueren
desatendidas, cesaré ^de im portunar.
Otro sí: te rf^ ^ N H fff^ JP io lic o que parece ya tem e­
ridad hablar acerca del SnVft.ngel Q uintero, diputado á
esta cámara y su actual presidente, porque hasta la edu-
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cacion lo repugna, y asi lo siento. E stá recusado por mí
cuai^o veces, y creo supèrfluo rep etir la recusación en
este papel, así como á mi caracter es chocante la repetí-«
cion. P ero porque mi silencio no induzca la sospecha
de consentim iento, recuso aqui por quinta vez al enun­
ciado señor para que por lo antes expuesto no entienda en
cosa mía directa ni indirectam ente.
Caracas M arzo 21 de 1832.

RAM ON AYALA.

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