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ENSAYO

DIMENSIÓN DE LA ÉTICA EN LA CONSOLIDACIÓN DE LA PSICOLOGÍA Y LA

FORMACIÓN DE PROFESIONALES

CÁRDENAS HERNÁNDEZ CAMILA BRIGITTE

GLADYS MARÍA SANTIAGO MANJARRES

BIOÉTICA Y DEONTOLOGÍA

GRUPO: 503

PSICOLOGÍA

UNIVERSIDAD DE CUNDINAMARCA

EXTENSIÓN FACATATIVÁ

II IPA 2016
DIMENSIÓN DE LA ÉTICA EN LA CONSOLIDACIÓN DE LA PSICOLOGÍA Y LA

FORMACIÓN DE PROFESIONALES

El estudio sobre la consolidación y desarrollo de la psicología como disciplina sin apartarse del

panorama de la reflexión ética, ha llevado a plantear una serie de preguntas, como por ejemplo:

¿Cuál es el lugar de la ética en la psicología?, pero, para responder a este primer interrogante se

debe considerar a la psicología como ciencia, teniendo en cuenta no solo el contexto filosófico bajo

el cual se consolido, sino también su interés por utilizar los avances científico-técnicos de los

últimos años, que ha llevado a preguntarse: ¿Existe alguna relación entre la postura cientificista y

la psicología?, ¿Es posible hablar de la ciencia como valor?, ¿Cómo se puede considerar a la

psicología como la concepción de la verdad?; estos y varios interrogantes que surgen a partir de

la primera pregunta, hacen necesario el considerar la ética como parte esencial de dicha disciplina,

especialmente dentro del campo de la práctica, que permite no solo conocer el sentido del saber del

psicólogo sino también el quehacer como profesional de la salud, lo que implica el reconocimiento

de la psicología como ciencia y profesión, ya que es de vital importancia el considerar la formación

del psicólogo y las consecuencias de sus actos a la hora de prestar el servicio por el cual se define

como profesional, donde se incluye no solo el saber teórico sino también el poner en practica dicho

conocimiento, actuando siempre bajo un criterio ético, que reconoce el interés y la importancia de

trabajar bajo un conglomerado de valores y principios profesionales, de acuerdo a las

estipulaciones, normas y deberes que se presentan y exponen en la Ley 1090 de 2006, bajo la cual

se reglamenta el ejercicio del profesional de psicología, sin olvidar su participación dentro del

campo del saber científico e investigativo que ha permitido el progreso de la disciplina, con el fin

de formar profesionales competentes en el ámbito de la praxis, siempre en pro del bienestar del

sujeto o población a la cual presta sus servicios.


Lo anterior lleva a considerar en primera instancia las implicaciones y el predominio cientificista

como indica Sánchez (2000), quien habla de la marca cientificista-positivista en la psicología y la

reflexión ética, teniendo en cuenta que en un principio el conocimiento científico se alejaba de otro

tipo de saber, cómo el ético, moral y religioso, sin embargo, fue posible observar como dicho

cientificismo estudio los problemas humanos, al examinar las finalidades y supuestos con los cuales

trabajaba el científico, quien le daba prioridad a una serie de valores para dirigir su actuar, sin

alejarse por supuesto del saber científico, dicha combinación permitió ubicar a la ciencia como

valor. A pesar de haberse considerado la ética como parte esencial de la psicología y el quehacer

del profesional, surgieron los debates y contrapartes, que llevaron a la separación entre la

objetividad científica y la reflexión ética, ya que para algunos esta última en no era considerada

como ciencia y por lo tanto no podía hacer parte de una disciplina científica, a la vez se estimó la

necesidad de realizar una separación entre la teoría y la práctica, sin embargo, a pesar de estas

controversias se dio la formalización de la psicología como profesión, como una ciencia de la

práctica que alcanzo un mayor auge en el momento en el que surgieron las carreras de psicología,

haciéndose notoria la recursividad en la formación de los profesionales, es decir, el interés por

formar psicólogos que además de ejercer su profesión en un Estado, debían actuar bajo una función

moral de acuerdo a la situación o como lo ameritara el caso; de acuerdo a Sanz (2005), la moral

cumple una función importante sobre el actuar del profesional, teniendo en cuenta que esta hace

parte de un sentido legal y de una dimensión personal, que a su vez incluye una serie de valores

éticos, los cuales garantizan que se respete la meta de la profesión, que consiste en generar el mayor

bienestar posible al paciente; para ello el psicólogo deberá enfrentarse a una serie de dilemas éticos,

en los cuales debe decidir de acuerdo a unos principios y compromisos con el consultante o con

quienes solicitan su servicio, más que con el Estado o la institución para la cual trabaje. Por lo tanto

la psicología al establecerse como ciencia y como profesión, delimita la moral cívica de los
ciudadanos-psicólogos, es decir, la forma en la que los psicólogos se comprometen como miembros

de una sociedad (ciudadanos) y como profesionales de la salud a ejercer de la mejor forma posible

su rol, sin desmeritar el saber científico y conocimiento teórico, necesarios para responder a las

demandas de la sociedad, al plantear y construir una serie de programas y estrategias que cumplan

con dichas solicitudes.

En conclusión, el lugar de la ética dentro de la psicología ha sido y será esencial para consolidar

la labor del profesional como obligaciones éticas de un científico social, lo que significa defender

a la psicología desde su consideración como disciplina y como profesión, que involucra a la vez el

adoptar una serie de compromisos sociales, reflexionando sobre su saber y competencia como parte

de la praxis, sin olvidar la reflexión de sus exigencias éticas y morales que van dirigidas a la

obtención de lo justo y lo bueno. En pocas palabras, se ha tratado de buscar una ética para la

psicología o integrar la primera a la segunda, considerando que un sistema ético no será impuesto

de manera obligatoria, sino que por el contrario el psicólogo como cualquier persona, deberá

reflexionar sobre sus obligaciones y a lo que está sujeto a la hora de actuar, siendo libre de adoptar

o no, una serie de normas que establecen su quehacer, estipulado en un código ético; por supuesto

la mejor elección seria esta, el de trabajar bajo un sistema de valores y principios que permitan

debatir los modos de hacer ciencia dentro y como parte de una sociedad en busca del bienestar

individual y colectivo.
Referencias.

Sánchez, Y. (2000). Psicología y ética. Revista Colombiana de Psicología, 1(9): 71-75.

Recuperado de

http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/psicologia/article/view/16121/17004

Sanz, R. (2005). La ética y los saberes de recursividad en la formación de

psicólogos/as. Fundamentos en Humanidades, 6(11): 89-102. Recuperado de

http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=18400605

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