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Docente – Asesor:
NUMAS A. GIL O.
PROGRAMA DE FILOSOFÍA
BARRANQUILLA, D E, I Y P
2017
TABLA DE CONTENIDO
RESUMEN…………………………………………………………………………… Pag.3
INTRODUCCIÓN........................................................................................................ Pag.4
CONCLUSIÓN........................................................................................................... Pag.55
BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................ Pag.56
ANEXOS...................................................................................................................... Pag.62
RESUMEN
del filósofo Julio Núñez Madachi. En ello es un punto importante su relación con Julio Enrique
que nos impregna, nos vemos interesados por saber acerca de nuestro lugar en la filosofía en
Colombia; no solo podemos abordar dicha catedra constatando los hechos más significativos
sino también los personajes que abrieron paso, fundando y asentando las bases para la posible
exploración y estudio pormenorizado desde un ámbito académico la filosofía. Es así que desde
este punto de vista, se buscaran los referentes en la historia de cómo sucedió la posibilidad
Todo esto irremediablemente nos lleva a conocer la figura de Julio Enrique Blanco, como
posteriormente su Programa de Filosofía. Pero al constatar que no solo Blanco, sino muchos
otros personajes se daban a la tarea del estudio de la filosofía, ya fuera desde lo académico o
lo informal, se revela un campo de estudio bastante amplio donde ciertas figuras y lugares, se
mezclan en una emblemática historia. Es aquí donde la efigie de Julio Núñez Madachi, aparece
ante nosotros no solo como un estudiante de filosofía, luego como profesor de la misma, sino
cómo un auténtico filósofo que vive y transmite la filosofía por medio de su personalidad y su
corporalidad.
Consecuentemente nos vemos interesados por averiguar desde su misma voz y sus textos, dar
un nexo entre él y su maestro Julio Enrique Blanco de la Rosa. Estas son las razones que nos
continuador de esa In-tele-agencia que buscaba realizar y concretar ideas titánicas en torno a
una ciudad que iba y va creciendo a la par del mundo en sus distintas épocas.
Lo anterior se ve reflejado cuando se busca los referentes a la labor filosófica de Julio Núñez
Madachi, en torno a la vida y obra de Julio Enrique Blanco de la Rosa, la cual es muy conocida
y citada, a pesar de tener muchos años, aún se refleja en la admiración y respeto por parte de
colegas y entendidos. Y es que en su recorrido por los caminos de la filosofía nos topamos
Barranquilla -de ininterrumpida activad-. La creación junto a colegas del Instituto de Filosofía
Julio Enrique Blanco, siendo su primer director e igualmente la Facultad de Ciencias Humanas
de la Universidad del Atlántico, con su Programa de Filosofía, consolidado así el efecto final
que su maestro y amigo no logro ver en vida. Además del despliegue del rigor de la escritura
revistas culturales. Sobre todo, es hacer un balance general de su trabajo, desde sus falencias,
Son todos estos referentes y su misma presencia lo que nos lleva a optar su figura como sujeto
de estudio, ya que poco se ha escrito acerca de él y de otros personajes, que han tenido una
geográfico del cual como análoga ciudad alejandrina o las más antiguas colonias helenas, dio
cabida a un ser para filosofar y dejar una huella atemporal a los futuros filósofos para continuar
un hilo, un legado, para hacerlo propio; atreverse a pensar y actuar, viviendo la filosofía en el
Caribe colombiano.
DESDE EL CARIBE.
largo de los siglos, se nos revela como una ciudad, que no solo ha sido un lugar o territorio en
sociales, sino que se revela también como un enclave de un pequeño universo llamado Mar
Caribe; un vasto mar de múltiples riquezas, tanto étnicas como materiales, desde aborígenes
dada su conexión con el cosmos, pasando por utopías piratas, hasta llegar a proyectos
Es ese mismo Mar, horizonte del cual emula en muchas etapas y lugares de la historia de la
filosofía, se dieron las condiciones para que surgieran personajes, vivencias, ideas y
pensamientos de los cuales muchos han llegado a nuestro tiempo, dada la universalidad de las
los mismos anhelos humanos por el desarrollo de sí mismos y de sus semejantes. Y es que “El
1
Neologismo acuñado por Julio Núñez Madachi, para expresar ese particular forma de ser del hombre del
Caribe, una existencia cargada de una atmosfera de cultura universal en un mar que asemeja un
microcosmos.
mar Caribe como realidad y como metáfora ha vuelto a ese espacio familiar de la filosofía y
Esta misma realidad del Caribe, ha hecho posible la consolidación de un legado filosófico.
Con distintas generaciones que han sabido atisbar y dar el lugar que nuestro contexto
existencial tiene para consecuentemente generar una forma o manera de pensar propia. Julio
Enrique Blanco, fue el pionero en hacerlo y dar unas bases sólidas para una filosofía creativa,
una “Metafísica del Ser Caribe” prototipo, arquetipo u “sofotipo” que él mismo pensó y
encarnó, siendo un ejemplo a seguir y admirar. Así lo tenía esclarecido desde su propia
vivencia.
“Atiende bien a cuanto voy a decirte y escríbelo claramente para los tiempos que han
de venir.
No temas repetir lo que voy a decirte por la crudeza cáustica de la verdad y justeza de
lo que anuncia.
Será ciertamente para que se admiren los andinos por lo que es posible en tu marina
Un ser u ente caribense, más allá de tener ínfulas de una palabra, concepto o raíz metafísica
y existencialista de los hombres del Caribe, encarnará un aquí y ahora, individuos dispuestos
a filosofar y a crear desde su propio legado, o, en su defecto, el de las filosofías que nos han
llegado universalizadas hasta nuestro tiempo; es decir de una ética, estética y epistemología
propias o prestadas, que den efectos concretos en la realidad social de nuestra ciudad. Y es
que el filósofo auténtico, aquel de antigua estirpe, producía consecuencias en sus congéneres,
transformar su realidad.
Así lo entendió Julio Núñez Madachi, al continuar y hacer propio ese legado para fomentar
nuevos espacios donde fuera la filosofía protagonista y poder continuar con la labor iniciaba
por su maestro y amigo. Todo ello en una Barranquilla donde a lo largo de su trasegar por la
Decenios que pese a la situación social alarmante, mostraba otro aspecto en el plano cultural.
Con el auge todavía latente de la literatura Latinoamérica, y en especial del Nobel de Literatura
Gabriel García Márquez y el acuñado “Grupo de Barranquilla”, se veía un campo fértil para
los estudios literarios que muchos personajes llevaban a cabo, entre los cuales Julio Núñez
Madachi se destacó, dada su formación académica, no solo como filósofo sino también como
crítico literario.
Por consiguiente, estas han sido las condiciones en que se desenvolvió un personaje que nos
invita a seguir una tarea filosófica; las nuevas generaciones de filósofos barranquilleros, han
de llevar la filosofía a la calle, seguir fomentando nuevos focos para popularizar la filosofía y
Julio Cesar Núñez Madachi nació el 24 de abril de 1948, en la ciudad de Barranquilla. Hijo
ciudad de Santa Marta. Los mismos influyeron muy poco en su educación y crianza, debido a
que ambos viajaban constantemente a Curazao por distintos motivos, no obstante, las
relaciones con los mismos, fueron muy buenas hasta el grado, -según confiesa en una
entrevista concedida en el año de 1994- (ver anexo No.1) que él llegó a influenciarlos
gratamente a ellos. Así devino en una familia de consanguineidad de 3 hermanos por parte de
Criado por parte de una de sus abuelas, muy querida y estimada por él, fue impositiva en lo
social, lo que le limitó la sociabilidad cuando niño. Así que pasó gran parte de la misma
dedicado a jugar, muchos de estos inventados por sí mismo, por medio de las mascotas de la
casa (gatos y perros); propias figuras de un naturalismo filosófico. Fueron estas circunstancias
las que forjaron una conciencia aislada y solitaria en su periodo infantil. Fue este el contexto
hogareño en el que cursó su primaria en la escuela Sexta de Varones, conocida hoy como
introspección y reflexión -que conlleva una vida solitaria- con todo lo que le circundaba e
impregnaba en su memoria:
“El juego ya compartido, de tipo social, va a partir de los 13 años; es decir, la influencia
adelante; pero debo ser sincero, realmente me hice solo, mis padre estaban distantes,
en Curazao, y puedo decir que fue una gestión muy personal la mía.
Recuerdo mucho una imagen de niño en una emisora. La Voz del Atlántico, en el
Paseo Bolívar, donde hoy queda un hotel, diagonal a la estatua de Bolívar, en los años
50, y fue un saludo que me dio el presidente de ese momento, Rojas Pinilla, militar, y
Esas mismas situaciones y acontecimientos a los que se veía sometido por distintas
circunstancias, hicieron que suspendiera sus estudios secundarios que luego retomaría y
culminaría en el INEM. “Mi ingreso al INEM fue decisivo para mi vida, yo entré en una edad
avanzada, mi reinicio de los estudios a nivel secundario fue tardío, pero ingresé y esa fue mi
salvación.”(Del Castillo, 1994). Pero paradójicamente esa interrupción de sus estudios le dio
promulgando.
“(…) La filosofía, por su parte, fue una intrusa que en un momento dado se presentó
allí, cono una especie de necesidad de apoyo a la lectura para ayudarme a entender y
comprender la forma de pensamiento de algunos personajes, pero creo que una persona
que influyo mucho fue un filósofo y literato, Jean Paul Sartre, existencialista. Esa
textos; ya después, con Hegel y las lecturas que realizaba, la filosofía fue más doctrinal
y tomé en serio el mundo de la filosofía y opté por la cultura griega.” (Del Castillo,
1994).
Así que esa lectura inicial del existencialismo, sería el inicio más que indicado, para su
hicieron identificarse inicialmente con esa corriente de pensamiento, que más adelante, se
inclinó a seguir sus estudios superiores, pero irónicamente su inicio no fue la filosofía de
Atlántico, pero era incómodo para mí, como estudiante universitario que apenas
iniciaba su actividad académica, saber que era el 110, según el orden de lista de la A
Metropolitana, así que me trasladé allá; era una Universidad que se iniciaba y la
Facultad de Filosofía tenía como finalidad irrigar culturalmente todas las demás
facultades de salud, finalidad que en un momento dado cumplió, pero para el Consejo
entonces, un grupo de jóvenes, a crear un taller de literatura que fue integrado por
Cine, Eduardo Bermúdez como filósofo y escritor. Con ellos se configuro un grupo
Metropolitana, entre los años 1980-1983. Egresaron como Licenciados en Filosofía y Letras,
Margarita Marín Contreras, Claudia Posada, Lácides Martínez y Mario Zapata, además de los
“agitaron la reflexión racional por esa época en nuestra ciudad. Los intereses del grupo
No solo esta generación de nuevos filósofos, donde está incluido Julio Núñez Madachi –
Graduado con un ensayo sobre la obra de Porfirio Barba Jacob: Aquarimántima: lo divino y
Huellas, también muchos de ellos lo hicieron en el desaparecido Diario el Caribe por medio
conocer los primeros trabajos sobre la figura de Julio Enrique Blanco, por parte de uno de sus
titulado Julio Enrique Blanco 90 años de vida. Aparecerían los textos, Notas aproximativas
para inquirir su valoración, Principio de una conversación con Julio E. Blanco y Un joven
de 90 años, que constituyen el primer esbozo de lo que sería el trabajo monumental entorno
Pero la anécdota de cómo Julio Núñez Madachi conoció a su homónimo, es muy singular e
interesante:
“El contacto con Julio Enrique Blanco fue uno de los más significativos en mi vida.
Yo era un joven muy soberbio, aunque esa soberbia se había serenado un poco con mi
estableció a partir de la necesidad de elaborar una tesis de grado para titularme como
Biblioteca Departamental, le comenté mi propósito a Meira del Mar, quien fue el nexo
directo de la relación con Julio enrique Blanco. Al realizarle mi primera visita, yendo
recomendado por Meira, nos caímos bien de inmediato, y a partir de ahí, establecimos
una relación de amistad sincera y muy trascendental para mi vida y algo significativa
para él. Empezamos todos los sábados, todas las semanas y todos los años desde el 74
La enseñanza más grande que obtuve de Julio Enrique Blanco, fue el sentido de la
Fue gracias a la poetisa Meira del Mar, -cuyo seudónimo es el nombre de la misma Biblioteca
vínculo; solo la muerte interrumpió el dialogo constante que mantuvieron. Y es gracias a esa
amistad filosófica la que permitió la colosal labor de dar a conocer la obra y vida del “Filósofo
fue esa misma labor, la que mantiene viva la memoria y el ejemplo de un filósofo integral,
que replanteo los inicios de la Filosofía Moderna en Colombia. Y es por ese mismo trabajo
la Universidad del Atlántico, esto se puede constatar según Ábel Avila, quien hace una
pequeña biografía y bibliografía de Julio Núñez Madachi, (1995, p. 262). La evidencia que
que empieza desde el 2 de agosto de 1983 hasta noviembre de 1990. (Ver Anexo N. 2). No
obstante según lo expresado por Julio Núñez Madachi en una entrevista e igualmente el
certificado que serán anexados al final de esta monografía, su trabajo en dicha institución
Universidad. Una evidencia que contradice el certificado, es la Revista Huellas, Vol. 3 No. 7
del mes de septiembre de 1982. Allí, pagina número 2, por parte del editor, Lola salcedo
de Luis M. Peñalver.
Hayan sido, 9 o 10 años los pasados por dicha Universidad, lo importante es resaltar el paso
por la misma y el motivo no muy claro de su salida. Ya que las versiones de su retiro no están
del todos claras. La más factible es que haya sido por incitaciones de carácter sindical, ya que
pretendió forma dicha agremiación. En todo caso su salida por el motivo que haya sido, calo
Desde la Revista Huellas publicando varios textos y siendo unos de los redactores de la
misma, hasta la publicación del libro compilatorio sobre la correspondencia filosófica entre
Julio Enrique Blanco y Luis López de Meza, su trabajo en la misma es de destacar y así lo
“El mérito de Núñez Madachi, en éste como en otros trabajos sobre Blanco, ha
p. 2)
esta época siendo miembro del Consejo Regional de Colcultura, miembro del Comité de
redacción del Suplemento Literario del Diario el Caribe. (Ávila, 1995, p. 263). A su vez
desplegando sus conferencias en el entonces Teatro Municipal Amira de la Rosa, muchas de
ellas de corte sobre crítica literaria que al parecer aparecerían en un libro intitulado, Antología
crítica de la poesía del Atlántico. (Ávila, 1995, p. 263). De todo ello apenas hay registros
Todo esto dio fue terreno fértil para que se iniciaran los Conversatorios Filosóficos, a la par
que pasaba a la Universidad del Atlántico como profesor de planta, creando junto a José
Gabriel Coley y una comisión de profesores, el Instituto de Filosofía Julio Enrique Blanco.
En medio de todo ese trabajo, se casó 2 veces y se separó en 2 ocasiones, del último de ellos,
Desde entonces, año 1991, hasta la actualidad Julio Núñez Madachi ha pasado por distintas
etapas en la Universidad del Atlántico. Fue director de la Biblioteca Julio Enrique Blanco
alrededor de 2 años, profesor catedrático del Instituto de Filosofía, profesor titular del
nuevamente catedrático. De todo ese periodo publicó el libro Julio Enrique Blanco: Dialogo
Revista Huellas, pasando por el Suplemento del Diario el Caribe, Revista Dominical del
Heraldo, hasta las publicaciones de la Universidad del Atlántico, el Observatorio del Caribe
múltiples espacio, desplegó todo su saber y capacidad para darnos un relato biblio-biográfico
escenario para seguir actuando como esos hombres caribenses que han de continuar pensando
el Caribe.
maestro, la impronta que él mismo dejó en su discípulo e igualmente la posible influencia que
Julio Blanco tuvo en Julio Núñez, se ha de indagar inicialmente cual era el pensamiento o la
impresión que tenía el maestro de su discípulo; así hemos podido dilucidar unas líneas en
torno a esa amistad filosófica que desde estudiante tuvo con esa “inteligencia solitaria”. Así
los expresó Blanco en una entrevista “(…) A propósito de éste joven, tengo la percepción de
Dada a esa autentica propensión a la filosofía fue que Julio Núñez, entabló ese diálogo
J.E.B. Perfecto me parece entonces. Me gusta hablar con personas a quienes también
les gusta hablar conmigo en ese sentido. Conversar así sobre temas que, como los
otros (por ejemplo el musical), resulta de una gran eficacia cuando más o menos, y
hacer de mí un colocutor a un nivel al que, como estudiante de filosofía que soy, aún
no he accedido.
J.E.B. habla usted con modestia. Pero quiero anotarle que a ese nivel se puede llegar
que el Sócrates de los diálogos de Platón lo sostenía así. Hacía que las mentes de sus
colocutores “parieran” los pensamientos que levantaban los niveles de sus temas,
extrayéndolos así de los “embarazos” en los fondos de sus conciencias.” (Núñez, 1998,
p. 27).
Diálogo socrático entre ambos, desde la indagación por la vida y obra del maestro, pasando
la literatura, la política, el arte y distintos personajes históricos del pensamiento y del escenario
nacional. Terminando así en una prolija erudición de ambas partes en una casi interminable
fondo de la misma. La consecución del epistolario del “óptimo amigo” Luis López de Mesa,
mantuvo con Julio Enrique Blanco y así consolidar la visión propia del discípulo para con el
Siglo XX.
En cuanto a la influencia del maestro en el discípulo, se ha podido establecer esa constante
indagación por la cultura del hombre del Caribe colombiano, ese hombre caribense que desde
que es esa misma falta de continua reflexión filosófica la que nos ha develado la consecución
"Las reflexiones que hemos hecho hasta aquí ponen de relieve la necesidad de una
cuyo horizonte se estructura la imagen del hombre del llamado subcontinente. Sin una
un hacer sin proyectar a un proyectar sin hacer. Lo primero nos conduce a un nihilismo
Esa tendiente universalización que tiene la filosofía para indagar desde lo particular, para
las grandes influencias de Blanco en Núñez. Además de esa modestia manifiesta en Blanco,
hará en Núñez una especie de fomentador y fundador tras el escenario, un actor en la sombras
cual:
“J.E.B. De acuerdo con los propósitos y programas que también oportunamente hice
saber, funde la Escuela de Bellas Artes como una unidad integral de música y de
pintura, a fin de que de ella, y por ella, irradiasen después las enseñanzas de las demás
artes que dan ornato y cultura a la existencia humana. Y más aún, indicando que,
son las enseñanzas de éstas las que coronan, por decirse así, toda obra de genuina,
verdadera cultura, valor de lo humano dentro de una sociedad. Ante todo, con una
En definitiva la consecución de esa acción educativa, el Telos que coronaria el inicial Museo
del Atlántico y posteriormente la Universidad del Atlántico, era ese escenario donde fuera
posible la reflexión crítica, que permite la filosofía hacia la cultura para llevarla a esa genuina
humanidad universal. Julio Núñez Madachi de antemano tenía conocimiento de ello y cuando
de su maestro:
“Obra de Julio Enrique Blanco, que al momento de querer ser consecuente y realizar
filosofía, se reveló como postulado moral indeclinable, el imperativo del deber que a
todo individuo, miembro de una sociedad y sujeto de una ciudad, manda a que
contribuya, no solo al logro del bienestar material, sino también al progreso espiritual
de esa sociedad.
BLANCO
Visto que la indagación de la vida filosófica de Julio Enrique Blanco, comienza a dar sus
frutos en esos diálogos constantes, en consecuencia Julio Núñez Madachi , empieza a dar a
Que mejor forma de hacerlo un día después de su cumpleaños 90, el 18 de mayo de 1980 en
el ejemplar No. 325 del suplemento del Diario del Caribe: Intermedio, titulado Julio Enrique
Blanco 90 años de vida. En Principio de una conversación con Julio E. Blanco, ambos
indagan por los autores, que desde esa misma autodidaxia, forjo su intelecto desde su juventud.
Así hace un recuentro de los autores tanto en biología y física, como de filosofía y literatura
90 años, donde Julio Núñez hace una pequeña biografía y un extenso catálogo de las
traducciones, tratados completos, ensayos y diarios publicados e inéditos, dando casi una
completa bibliografía de los publicado y por publicar hasta ese momento. También el ensayo
Notas aproximativas para inquirir su valoración, con el cual se hace una vehemente denuncia
"Las presentes notas son un modesto intento de abordar tan difícil empresa, con el
y satisfechas con la llegada aquí de los Gilard y Zuluagas, que hacen lo que nosotros
Así pues estas “notas” son más que un estudio crítico y divulgativo del trasegar de la filosofía
En resumen, así iniciaría Julio Núñez su perito en torno a la obra de Blanco, no sin antes
con un impacto tal vez limitado ya que no solía trascender lo local o lo regional.
biográficas que en entrevistas privadas han sido publicadas por él, pues desde 1980 ha
Y es que ha sido tal vez esa limitante lo que no ha dejado salir a luz toda la obra inédita de
Julio Enrique Blanco, ya que por falta de interés no ha sido, más bien deviene tal vez factores
de índole económica u otro problema el que no nos permita tener unos tomos de la obra
completa de tan ilustre filósofo. Por su parte Julio Núñez Madachi ha quedado en deuda al no
publicar un borrador que actualmente se halla todavía inédito: La filosofía como metafísica de
Por otra parte es innegable la continua labor por dar a conocer los textos y publicaciones de
publicarían en los ejemplares No. 418 y 420 de 1982, el trabajo en torno a la Correspondencia
Filosófica con Luis López de Mesa, que luego sería presentando en forma de libro bajo la
editorial de la Universidad del Norte. En dicha publicación hallamos una carta fechada el 20
de agosto de 1986, unos meses antes de la muerte de Blanco en donde muy amistosamente le
da las gracias en recuerdo de su gran amigo Luis Eduardo López de Mesa, con el cual tuvo
ese gran flujo epistolar, recordando siempre la visión que ambos compartían del desarrollo del
país. “A usted, amigo Julio Núñez y al vehemente deseo de llevar a cabo la publicación del
“Epistolario” a que acabo de referirme, se debe la labor que ha llevado para el logro de ella”
(Nuñez,1987, p.11 ). Trágicamente no vería en sus manos dicha publicación pero ante todo,
“(…) Tres años después, y cumplida una labor titánica de compilación, Núñez
Luis López de Mesa, trabajo que recoge más de cincuenta años de coloquio epistolar
Y más que obligada, es el reconocimiento tanto a Blanco como a López, de esa labor casi
despertar su mayoría de edad. Así fueron pocos los que asumieron esa responsabilidad.
reconocimiento:
llenas las numerosas lagunas nacionales, sino también la de poder valorar el esfuerzo
Colombia, en fin, se adelantara -tal como lo señalara en ese entonces Julio E. Blanco-
un poco a la Argentina, Brasil y México: países que estaban trabajando con más ahínco
(1987, p.14).
La Universidad del Norte fue la plataforma, mientras estuvo laborando en la misma, donde
Julio Núñez Madachi pudo divulgar sus estudios de la obra de Blanco e igualmente su rector,
al publicar parte de la obra del mismo. Es así que en el ejemplar No. 7 de la Revista Huellas,
“Pues bien, en este libro el filósofo barranquillero Julio Blanco intenta dar una
habrá –quizás- de permanecer inerte, potencialmente inerte por largo tiempo, y que
muy a pesar del tema que trata, de ideología difícil de como prender, apreciar y
aparentemente inútil, habrá de tener en el tiempo una luminosa aurora, como producto
Y al parecer el tiempo le ha dado la razón, ha sido más de 30 años desde esta reseña y poco o
nada ha calado este, al parecer, esencial libro en la filosofía engendrada por Blanco. Y el
mismo continuara así, desconocido, entre colegas y los no estudiosos de su obra. Tal vez sea
la poca publicación en su tiraje o el dar a conocer el mismo, que se hace desconocer el mismo.
ella expone se puede tratar de resumir esquemáticamente así: primero, como una
duración y extensión), y arquetipos. Tales estructuras son, por tanto fluyentes siempre,
noema del tiempo. Produciéndose de manera similar el noema del espacio. Y también
similarmente más adelante los arquetipos. Todo esto como en un primer ciclo en que
telescópico, actuando por la causalidad que es su instrumento, del tiempo, del espacio
La energía y sus tipos: electrones, protones, fotones, etc., que resultan de dicho
Esto es una metafísica inmanente o una inmanente metafísica, del reino eidético al
de una genialidad y estilo brillante. Cuasi posmoderno salvando las distancias y las
filosofía no tiene mucha relevancia, aun así ella misma fue pensada para penetrar esa áspera
cultura y producir esos “efectos finales”, de una cultura genuina, autentica y universal, que
publicado el No. 28 de abril de 1990. En este texto nos trasladamos al pasado, a la niñez de
Blanco y la Barranquilla de finales del Siglo XIX. Documento histórico y biográfico más que
interesante ya que narra esa atmosfera y las trasformaciones ocurridas en la ciudad, tanto
cultural, política y socialmente, siendo Blanco el eje central de esta crónica vivencial de una
“Acorde, pues, a como ocurrían las cosas que iban transformando a los pobladores,
que a su vez transformaban en ciudad su aldea, había comenzado, también, para Julio
Era así que hombre y ciudad estaban entrelazados y no es de extrañar que la reflexión
filosófica que emprendía en la misma, tendría que sufrir los efectos de ese filosofar desde el
Caribe colombiano.
En definitiva la vida y obra de Julio Enrique Blanco, estudiada y divulgada por Julio Núñez
Madachi ha tenido una mediana divulgación, tanto a la hora de publicar sobre su filosofía o
su vida, tanto como la reproducción, reedición y promoción de esos mismos escritos que dan
cuenta de su maestro. El tiempo dirá si Julio Blanco tendrá su merecido lugar en la Historia
de las Ideas en Colombia, ya que desde la concepción de él mismo, poco o nada se preocupaba
él por tales méritos o por publicidad de ser un pionero en la Filosofía Moderna en Colombia,
La caracterización de los aportes de Julio Núñez pasa por varias fases desde su papel como
filósofo de la cultura. Su filosofar tiende por varias temáticas; desde la enseñanza misma de
misma en Barranquilla.
Como se puede constatar en el capítulo anterior, el nexo entre Julio Núñez y Julio Blanco,
sería la primera caracterización de los aportes que se pueden dilucidar. Antes de proseguir con
las demás, podremos constatar el influjo y la recepción de ese aporte en torno a los estudios y
divulgación de la filosofía de Blanco. Por consiguiente haremos un sondeo del impacto de ese
Una reseña importante del libro de Correspondencia filosófica, es la que hace German Vargas,
miembro del llamado “Grupo de Barranquilla” en su espacio Ventana al mar. En ella da cuenta
un esbozo del mismo y da su opinión: “El profesor Núñez Madachi ha logrado realiza un
filosófico de Julio Enrique Blanco y del profesor López de Mesa.”2. Y a su vez citando parte
del prólogo en tanto a ser un referente a la historia de las ideas filosóficas en Colombia.
Revista Olas, No. 1 de 1984, y parte de las cartas en Olas No.2 de 1984. Ello a nivel local. En
Lozano de 1987, reproduciría un comentario de libro por parte Abel Naranjo Villegas y la
Revista Cromos de 1987 reseñaría dicho libro como valiosa pieza en la Historia de la Filosofía
en Colombia.
2
Archivo personal de Julio Núñez Madachi. Sin título ni fecha.
Por otro lado la transmisión del lanzamiento de ese mismo libro por parte del programa Olas
la región. Dicho lanzamiento del libro conto con la participación del Rector de la Uninorte,
Jesús Ferro. Bayona. Julio Núñez Madachi, siendo el distinguido responsable del mismo.
Además de la familia de Julio E. Blanco, entre quienes se encontraban sus hijos y nietos.
Hay que considerar que estos aportes se enmarcan en torno a una nueva generación de
filósofos que venían consolidando el estudio de filósofos del Caribe colombiano. Uno de esos
jóvenes de esa generación es el filósofo Numas Armando Gil, quien fue el encargado de dar
a conocer la vida y obra del filósofo Rafael Carillo. Y es en torno a ese trabajo tanto
divulgativo y de reportaje donde a la hora de dar su propia visión de Julio E. Blanco, hallamos
“Fue un treinta de diciembre de 1982, a las dos media de la tarde, cuando lo conocí
personalmente. Julio Núñez Madachi, siempre me había hablado de él. Me decía que
era puro, candoroso y muy puntual en todos sus actos. Que era anciano de edad, pero
joven en su pensamiento. Que duraba horas y horas enteras charlando sobre filosofía,
literatura, ética y de la vida de la ciudad más civilista de América Latina, como era
(…) La cita con Julio Núñez Madachi, su discípulo predilecto, habíamos acordado
llevarla a cabo en el Coliseo Cubierto Humberto Perea, pues desde allí era más fácil
llegar a su morada.
Estuvimos a eso de las dos de la tarde. Vivía en una especie de castillo. Nos abrió su
criada nos hizo pasar a la sala de espera. Al rato apareció el, con sus noventa un años
por el hecho de reencontrarse con su discípulo. Me di cuenta que abrazo a Julio Núñez
instante nos invitó a que pasáramos al lado de la ventana que daba al jardín, pues allí
se podía escuchar el canto de las flores y dialogar sin ninguna interrupción.” (1993, p.
12-13).
Relato efusivo como entrañable, en torno a un eminente personaje que ante su sola presencia
e incesante diálogo, causaba tan trascendentes palabras al recordar tan memorable encuentro
Siguiendo en torno a las aportaciones, es de recalcar que a Julio Núñez Madachi se le conoce
todas las actividades humanas que tienden al desarrollo de la sociedad a niveles avanzados;
estos en torno a la cultura del Caribe colombiano, han sido parte de la reflexión llevada por
Julio Núñez Madachi en variados escritos. Y entre esa labor tuvo méritos hallando y
pintora Cecilia Porras, emblemática mujer que entraría en contacto con nombrado “Grupo de
Barranquilla”. El cual fue publicado en el ejemplar No. 370 de Intermedio, suplemento del
Diario del Caribe el 12 de Abril de 1981. En dicho escrito a manera de nota introductoria
presente nota. Lo hacía a manera de presentación a sus últimos cuadros, para una
citada universidad con pintores jóvenes del país, y acompañadas casi siempre de
hasta poetas. Cecilia sin embargo habría de hacer su propia presentación. Bien podría
decirse que era una perfecta desconocida. ¡En hora buena! Porque hoy esa su
bellísimo cuerpo, afiebrado ya, sin duda, por el "virus estético" que afectó por igual a
esa vigorosa generación costeña de los 50’s, virus estético o compromiso histórico
irreductible de poner los pies en su propia tierra sin perder de vista el lenguaje
Descripción más que detallada en torno a esa generación de artistas, que confluirían desde sus
distintos talentos para eclosionar la cultura barranquillera en dimensiones que aun hoy en día
resuenan con gran influencia. Se debe añadir que el hallazgo de ese escrito no es un hecho
con el rescate de dos cuentos recuperados por Julio Núñez. Pequeña Estampa de Alvaro
Cepeda Samudio y De mi diario de Ciro Mota (Alter Ego de José Félix Fuenmayor). Ambos
publicados en la revista Huellas No. 8 de la Universidad del Norte. Para Núñez Madachi, estos
autores representan ese espíritu Caribe en pos de la universalidad desde su realidad, crear una
“Vale decir, pues, que desde los momentos iniciales de sus respectivas trayectorias
mucho antes de su encuentro. Será, pues, la identificación con su medio el paso inicial
En definitiva, estas serían –en parte- las aportaciones en torno a la filosofía y la cultura de
LITERARÍA E HISTORICA
Para empezar a abordar lo escritos y el estilo que caracteriza a Julio Núñez Madachi,
“Hay una expresión de Federico Nietzsche que dice: “Escribe con sangre y sabrás que
la sangre escribe”, y la traduzco así: escribir es difícil cuando se quiere escribir con
decir; eso exige demasiado. Para mí, la escritura es una labor de artesanía. Te cuento
que primero escribo a mano y lo hago más de 20 veces, y luego vuelvo a revisar, hasta
que lo transcribo a máquina 2 o 3 veces, lo que me va dando una idea más clara de lo
Por tanto, por lo que nos dice, al momento de abordar sus escritos se hallara ese producto de
una hipérbole de edición, rigurosa y exigente. Lo cual nos da una primera impresión a la hora
de interpretar sus escritos, hallar su marcado estilo, dilucidar vehementemente el rigor tanto
lógico como estilístico y sobre todo, los marcados temas que enmarcan sus concepciones
filosóficas.
Por lo que se refiera al primer escrito de carácter filosófico desde sus propios pensamientos y
el Caribe, Intermedio No.570 del 1 de abril de 1984. En el mismo se parte de una pregunta
realizada por Nietzsche: ¿Para qué ha servido la filosofía? Desde esa misma pregunta situada
en el contexto europeo y a su vez desde el suramericano, Julio Núñez hace un sondeo tanto
pensadores aislados no puede ser calificado como pensamiento propio, puesto que
Para Núñez la solución sería la propia reflexión de nuestra cultura, desde nuestra propia
idiosincrasia y nuestra cosmovisión, tal como Luis López de Mesa y Julio E. Blanco trataron,
usando conceptos y categorías de tradición del viejo continente. Y ante esa marginalidad que
se halla la filosofía en América Latina, que solo puede producir una filosofía marginal y que
que esta vuelto hacia el interior (los deseos), que se expresa en lo fantástico. Este
espíritu se deja ilustrar con la obra de dos suramericanos: J.L. Borges y G. García
Ante su propio diagnostico cabe resaltar que sus escritos filosóficos tendrán ese aire un tanto
melancólico pero con la convicción de filosofar desde el Caribe esa existencia y cultura
caribense que se refleja en sus propias concepciones vivenciales y del aprendizaje de esas
filosofías foráneas que en parte dan luz a esa condición humana, naturaleza propia de todo
Por consiguiente la obra filosófica de Julio Núñez Madachi, entrara en un diálogo constante
entre sí mismo y los pensadores clásicos de la filosofía. Así tanto a la hora de comentar a
ciertos autores como también al momento de tráelos en asociación entre sus propios
pensamientos. Un ejemplo de esa simbiosis son las Notas para una filosofía del reposo y del
descanso, escrito durante un encierro en una habitación durante un puente festivo entre los
Heraldo el 9 de julio del mismo año. En torno a esa situación se despliega toda la capacidad
reflexiva en torno a estas dos actividades elevadas a conceptos. Es así que al mejor estilo
“El descanso expresa una antítesis: descanso adverso a cansancio. Siendo el descanso
El descanso es pues, como una dis-tracción de la acción, sea del cuerpo o del intelecto.
momentáneo, o más o menos duradero con los vínculos que atan al ser de la existencia
posición en ésta. Y como en el descanso así entendido y practicado hay una especie de
diversión, di-versión o versión divergente de las fuerzas potenciales que se han hecho
Y es en ese mismo reposo donde el ser se despliega para renovarse, donde se da una
“Lo escrito sobre el descanso se relaciona directamente con lo que se puede decir del
reposo. ¿Pero, qué es el reposo en relación con el descanso? algo que significa una
fase nueva, más asentada, del descanso. Pues busca un mayor recogimiento o
(…)Justamente a partir del punto y momento en que más allá del descanso, por la
intermisión de todo acto, retención de causas y efectos, por el reposo, que solo es un
grado más allá del descanso -donde aún no se ha llegado en posición, capacidad o
Hay entonces como un avance de grados, que son también gradas, en el recogimiento
equilibrio que les da reposo y que en su ultimación viene a ser como una sublimación
En esta última fase se cumple una especie de volatilización de todo movimiento, toda
Toda esta disertación en torno a los estados mentales que se alcanzan en medio del reposo y
el descanso, la asociara con los estados eudemonistas de los sabios y filósofos griegos, tales
como la ataraxia, la epojé y la autarquía. Pero fue tal la reflexión universal en torno a esos
estados mentales que sospecho, dado que igualmente ese recorrido por esas fases mentales,
son tan similares a los estados meditativos y de contemplación que plantean las filosofías
orientales.
podemos hallar múltiples ensayos donde demuestra un total dominio y despliegue en torno los
conceptos y temáticas de dichos autores. En Schopenhauer y los riesgos del filosofar, antes
los 3 riegos que amenazaron su vida según Nietzsche: la soledad y aislamiento; la duda de la
verdad; las limitaciones humanas. Núñez recalca la salvación de los supuestos peligros a los
que se veía Arthur. En el primero, el gozo del sabio solitario que con su presencia y el placer
estético –escuchando a Beethoven- es feliz en su soledad, con jocosidad y pasión por la misma.
En el segundo riesgo más allá de seguir las sendas kantianas de la verdad tanto de la metafísica
como del agnosticismo, hallo su propia verdad “Por la introspección que él viviera
todo, justamente del mundo como voluntad y representación.” (Núñez, 1987, p.3). Y
finalmente el tercer remedio ante ese riesgo fue su inquebrantable eudemonismo, con la
Asimismo en el ensayo La filosofía ante la intimidad del amor, donde plantea que la angustia
Olsen alias Cordelia, una interpretación bastante freudiana. O el ensayo Los humanistas y el
ideal de paz, donde desde los ideales humanistas planteados por Erasmo de Rotterdam y Juan
Luis Vives, promulgan la paz desde la doctrina cristiana que aboga por la reconciliación y el
amor al prójimo, exhortando a los príncipes y monarcas a acabar con el periodo tan belicista
respectivamente.
Por lo que se refiere a la literatura moderna en Barranquilla, José Feliz Fuenmayor es el mayor
referente del estudio pormenorizado por parte de Julio Núñez. Como se ha podido constatar
desde el año 1980, en el mes de agosto la selección de poemas que aparece en Intermedio con
Poesía inédita o desconocida de José Félix Fuenmayor y a principios de septiembre José Félix
“Musas del Trópico” –libro insular que muy poco tiene que ver con la poesía escrita
cierto que los trabajos tanto de Fuenmayor (25 años), como de Rasch Isla (21) y
Leopoldo de la Rosa (22) son las expresiones más cualificadas de ese momento,
también es cierto que los trabajos de estos dos últimos no adquieren aun el grado de
Y es que frente al modernismo que se iba imponiendo en los escritores de la época, Fuenmayor
se aleja ante esa propia vertiente de forma independiente y su novedad se dio al hecho que “el
genio poético de Fuenmayor supo (mucho antes) decantar con maestría los elementos
ahí su autenticidad.”(Núñez, 1982, p.14). Finalmente se nos revela que esa misma autenticidad
se debe al influjo de dos momentos, dos transiciones que penetran al ingenio de José Félix:
“De esa generación de poetas ninguno como él experimentó, tanto de espectador como
Es esa misma modernidad la que escinde la obra y la personalidad del autor, sublimación de
la fatalidad en transición de edades y periodos del hombre y la ciudad que le inspira y lacera
la existencia.
senectud y la muerte, tensiones y transiciones que culminan con el relato vivido en las
como lo denomina la psicología moderna y establecer la actitud que éste adopta frente
(...)Bajo el marco de estas ideas puede señalarse entonces que con Fuenmayor, primero
escriba, Cien años de soledad y también El otoño del patriarca, cuyo título es más
que significativo. O revísense las notas De mi diario de José Félix. O sus obras del 28
rapto de imaginaciones oníricas de Barba Jacob, no solo nos revela ese estudio a fondo de la
obra y la vida de los autores a quienes aborda minuciosamente sino que nos revela también,
las propias concepciones literarias de Julio Núñez Madachi, que van desde la concepción
de la propia existencia por medio de la vivencia plasmada como un realista sin tapujos.
dónde, que a través del análisis de Aquarimántima, -esta ensoñación hecha poesía-, se
puede penetrar en los procedimientos psicológicos que aclaren los estados mentales
por donde el poeta tuvo que pasar para crear esa misma poesía que así se va analizando
ya. Entonces se comprende cómo fue que la ulterior composición poética del bardo
más las imaginaciones de lo que iba fantaseando para seguir anunciando la meta de su
Y eran esas ensoñaciones, de elevadas y bajones imaginaciones bruscas, las que en un proceso
elaciones místicas. Era que la senda de la verdadera mística habría sido –como seguirá
modo de subtitulo aparece (Notas para un Ensayo de Epistemología Literaria). Tal ensayo no
logró consolidarse y solo nos queda estas notas con tentativa de ensayo. En estas notas se nos
describe la relación entre ciencia y literatura, y la intrínseca relación que tuvo la física cuántica
“El panorama que la literatura ha ofrecido en los últimos ochenta años es el de una
novela, la filosofía y la ciencia. Iniciando con Robert Musil, quien aparte de ser ingeniero fue
“Su estilo científico, su íntima relación interior con el espíritu de las matemáticas y de
res cogitans y res extensa, entre conciencia y naturaleza, permiten situarlo por encima
de muchos novelistas que enfocan el mundo según las teorías científicas de principios
Es decir que el estilo para concebir la nueva novela iba siempre abierta en su estructura, el
que no tienen solución general, pero que se prestan a soluciones parciales, cuya
vivido por “El Hombre sin Atributos” –título magistral de su obra- no es más que un
El siguiente autor es Marcel Proust y su relación con la filosofía de Bergson. Este escritor
“…la obra de Proust resulta ser –al igual que la de Musil- una reconstrucción unitaria
de nuestra experiencia. Y, al igual que la del escritor austríaco, no tiene como fin la
Quiere como sus propias palabras lo testimonian: “recomposer ce qui est senti nous
de la vie”. Al igual que Musil, Proust tampoco busca suministrar juicios definitivos
sobre hechos y caracteres. La sola presencia del narrador “Marcel”, que mediatizar la
Pero de tajo hay una diferencia entre ambos autores, ya que la para Musil la concepción radical
desliga del tiempo. Y esto se debe a la impregnación “de lo científico como de lo filosófico.
Muy en boga las teorías y conceptos de ambos pensadores, la concepción que tendría Proust
del tiempo sería subjetivo, tiempo de memoria y vivido, inclinando la balanza hacia el
intuicionismo bergsoniano:
“En realidad a través de Bergson había descubierto lo que para él sería genuino tiempo
real, “el tiempo vivido” profundamente en lo íntimo del espíritu, donde el filósofo
en ese “radical” que sería precisamente “el querer puro”, que sería el generador de
aquel tiempo y, con éste, del contenido de la existencia. La obra de Proust vino a ser
–como tal parece- un reflejo consecuente de la filosofía científica y metafísica de
Bergson.
(…) Tanto para Bergson como para Proust, el tiempo intravertido en la intuición nos
permite vivir la realidad desde dentro y de una manera mucho más realista, que vivirla
bajo las condiciones del determinismo casual de las leyes físicas.” (Núñez, 1987, p.50).
qué queremos indicar es que estas reflexiones no son de solo este texto, en Carl Sagan. De la
estética del cosmos a la poesía de la ciencia, igualmente hallamos este despliegue crítico en
tanto dilucidamos que tanto la literatura como la ciencia juegan un papel importante a la hora
de dar cuenta de la existencia humana. Y es que el mejor científico es aquel que lograr
transmitir sus conocimientos y conceptos de una manera clara y concisa, así, el texto inicia
recalcando que Max Planck, Albert Einstein, Heisenberg y el mismo Sagan buscaron siempre
transmitir su jerga y complejas ideas científicas a un lenguaje más simplificado, y recalca que
esta tradición inicio con Galileo y Descartes. Sagan fue un sobresaliente en este campo, tanto
en la expresión estética con el uso de metáforas, casi rozando la poesía y dando entender el
componente ético de la ciencia, como forma de entender al cosmos y a nosotros mismos. Así
“Es esencial que para nuestra simple supervivencia (he aquí lo ético) que
nos ha hecho de modo tal que el hecho de comprender (saber la verdad) nos da placer
(lo bello, lo estético) porque quien comprende tiene posibilidades de sobrevivir (saber
contadas, solo dos textos podemos destacar que tienen una importancia: Barranquilla: una
postal de fin de siglo (de la nostalgia al olvido), una crónica espacial y geográfica que nos
sitúa inicialmente a finales del siglo XIX, la pequeña villa llamada Barranquilla, es el
propia dinámica como enclave portuario, se nos relata esa metamorfosis a ciudad. Con el
costumbres debido a la inmigración europea. La comparación con otras ciudades del país y el
cosmopolitismo material como cultural hacen de Barranquilla una estampa dorada, un hito
histórico que solo queda en lo anecdótico, en el recuerdo y la nostalgia que nos revela a
mediados del siglo XX, el auge que tuvo la ciudad gracias a su puerto y su gente pujante.
Núñez trata de revelar las causas -al mejor estilo detectivesco- del asesinato del periodista y
director del Diario La Nación Pedro Pastor Consuegra. La hipótesis que plantea es que dicho
Dicho asesinato se debió a la cruzada por “la verdad” que abanderaba Pastor Consuegra y
debido al choque y la pugna con los otros poderes, no sería más que una víctima del contexto
bélico de la época, donde solo sería una víctima que anunciaba lo que se venía a venir en
Colombia y sus guerras civil, que hasta el día de hoy no han terminado.
3.2. PARTICIPACIÓN Y FOMENTO DE ESPACIOS E INSTITUCIONES DE
ENSEÑANZA DE LA FILOSOFÍA
Madachi en la creación del Centro de Estudios Filosóficos de Barranquilla, solo sería apenas
el inicio de esa labor mancomunada a la hora de crear entidades y espacios donde el estudio
filosófico y literario fueran los protagonistas. Esto eventualmente se puede constatar a lo largo
de su trabajo en las Universidades del Atlántico y Universidad del Norte, las cuales seria la
En particular el papel de Julio Núñez Madachi, junto a José Gabriel Coley en la creación –en
el entonces llamado Teatro Municipal Amira de la Rosa- en el segundo semestre del año 1990
de los Conversatorios Filosóficos, fue un trabajo que venía consolidándose de tiempo atrás
con la ayuda del entonces director del teatro, Alfredo Gómez Surek. Los antecedentes y
hechos son las conferencias que a los largo de los años 80’s llevo a cabo Núñez Madachi. Así
Consecuentemente toda esta labor daría sus frutos en el año de 1990, ya que se celebraría en
la ciudad el X Foro Nacional de Filosofía en el teatro, siendo Julio Núñez Madachi y José
Gabriel Coley miembros del comité coordinador, participando con los textos: Semblanza de
Julio Enrique Blanco y La Filosofía y la Costa Caribe, respectivamente. (Ver Anexo No.3).
Participaron en el evento destacados miembros de la comunidad filosófica del país, entre ellos
el fallecido Guillermo Hoyos, Daniel Herrera, Victor Flioran, Bruno Mazoldi, Roberto
Colombiana de Filosofía). Este espacio dio como resultado mediato la creación del Instituto
de Filosofía Julio Enrique Blanco, con el cual se crea la Cátedra Julio Enrique Blanco para
Como nos informa José Coley, los intentos por la elaboración del Programa de Filosofía se
venían forjando desde el año de 1988 y fue avalado por el rector de aquel entonces (2011,
sucesor tampoco le gusto la propuesta del Programa de Filosofía pero, como paños
húmedos, nos encargó a la tarea de realizar otro proyecto para crear un Instituto de
Filosofía que llevaría el nombre de “Julio Enrique Blanco”, ya recién fallecido, como
Y fue gracias al trabajo que llevo a cabo dicho Instituto, y su Catedra Julio Enrique Blanco
que a lo largo de los años, fue la plataforma para invitar a filósofos nacionales e
internacionales.
“A partir de ese momento, la labor del Instituto ha sido infatigable tanto en el interior
colombiana, se ha cumplido toda una serie de jornadas que van desde conferencias
hasta seminarios y cursos; los cuales han sido impartidos por filósofos de la región,
del país y hasta internacionales, tales como Numas Armando Gil, Boris Bustamante;
Rubén Jaramillo, Adolfo León Gómez y Pablo Guadarrama, para señalar Botones”
Uno de esos primeros cursos fue sobre Filosofía Política con su entonces primer director Julio
Núñez Madachi, donde se “analizaron conceptos de poder, Estado y derecho en las obras de
Tomás de Aquino, Erasmo, Hegel, Marx, Rousseau entre otros.” "Hablar de filosofía política
precisó que en la mayoría de los trabajos sobre el tema se vinculan, se confunden o se traslapan
conceptos acerca de estas dos materias y muy pocas veces respecto a filosofía política.
El interés del Instituto es impartir un curso que sea de utilidad no sólo a profesores del área,
sino a todos los profesionales que estén preocupados por el fenómeno político del país. Esto
de los más grandes pensadores de la cultura universal. Para de esta forma hallar elementos
teóricos que puedan ser útiles para el análisis especifico de la política en Colombia."3
Fueron estos cursos, además de especializaciones y los cuales fueron la proyección social de
3
Archivo personal de Julio Núñez Madachi. Sin fecha ni título.
“Pero el Instituto se propuso, dentro de sus líneas de extensión, proyectarse hacia el
Un año más tarde se haría un curso sobre “Filosofía de la Educación” donde participaron 60
Educación (Coley, 1997, p. 46). Se halla bastante esclarecido el papel de suma importancia
que promulgaba el Instituto a nivel local y nacional, como plataforma de irrigación de los
estudios filosóficos.
1993, en donde participaron cerca de 200 asistentes, siendo el evento u nexito regional
Gil, Rubén Darío Maldonado, Eduardo Bermúdez, Wilderson Archbold, Julio Núñez
Madachi, etc.
¿Será por gratitud, la UNAM y COLCULTURA eligieron a Barranquilla en agosto de
1994 sede para el I Congreso sobre Filosofía y Cultura del Caribe, con personalidades
tan importantes y trascendentes como Leopoldo Zea; el cual se celebró con éxito
Era un hecho que la proyección nacional e internacional del Instituto dio sus frutos y estos se
del Atlántico, los libros: Conversatorios Filosóficos, reflexiones docentes; Rafael Carillo,
universitarios. Todos ellos publicados bajo la dirección de Julio Núñez Madachi, José Gabriel
Coley y Numas Armando Gil, quienes fueron directores del Instituto en distintos periodos.
Por otra parte, el aporte en torno al periodo de poco más de un año al frente de la Biblioteca
“Julio Enrique Blanco” por parte de Julio Núñez Madachi fue de gran importancia. Gracias a
nuevos ejemplares y la nomenclatura de los mismos. Y es que para Julio Núñez “La Biblioteca
En resumen, los principales aporte que hasta la actualidad han calado en el tiempo son
pensamiento y la obra del mismo. Sin embargo hay que manifestar que a pesar de que es un
fue el dejar inconclusa la divulgación y la obra completa de Blanco así como uno de esos
un referente obligado. Así lo demuestran los estudios de por ejemplo su colega Eduardo
Bermúdez a la hora de abordar su periodo de juventud. O en tanto es citado tanto por sus
Por otro lado igualmente en torno a la obra de José feliz Fuenmayor es una figura de peso, y
la poesía como en los cuentos de autores costeños. Así lo recalcan investigadores de la talla
de Ramón Illán Bacca a la hora de reconocer sus estudios sobre literatura y relacionados con
la revista Voces y Julio E. Blanco. Todo este trabajo se vería recompensado cuando se le
nombró miembro del Consejo Regional de Literatura y a su vez, siendo invitado a la feria del
hacen cada lunes en ambos semestres de cada año, ya tienen 27 años ininterrumpidos siendo
éste uno de sus mayores aportes que han trascendido en el tiempo. No obstante es de lamentar
financiera que se vio la Universidad del Atlántico en el año de 2006. Sin embargo en el tiempo
que estuvo con activo cumplió con debidamente con sus objetivos dando la plataforma para
creemos que en un futuro no muy lejano dicho Instituto puede ser revivido y ser fusionado
con la Facultad; Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas cumpliendo así uno de los efectos
CONCLUSIÓN
En definitiva las aportaciones de Julio Núñez Madachi a la filosofía y la cultura del Caribe
corroborar que sus aportaciones van ligadas a su forma de concebir la existencia, del contexto
Es el impulso que la misma filosofía tuvo a finales del pasado siglo, que ésta monografía solo
busto de su maestro en la entra de la Universidad que el mismo creo, cerrando así un ciclo,
una epopeya caribense que aún tiene capítulos por manifestar, nuevas indagaciones por
plasmar, y que es un imperativo propio en las nuevas generaciones de filósofos del Caribe
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Anexo#1.
Anexo #2.
Anexo#3.
Anexo#4.