Вы находитесь на странице: 1из 7

Técnica artesanal de extracción en frío de aceite de coco

Para este ejemplo he usado tres cocos de tamaño mediano. Según la etiqueta,
procedentes de India. Probablemente los americanos serán de tamaño mayor,
aunque no estoy seguro de qué variedad se extraería más cantidad de aceite.
Se le practican dos agujeros en dos de las tres marcas que tienen en un extremo,
se vacía el agua del interior y procedemos a trocearlos.
Es el momento de ponerlos a secar al sol. En Málaga, pleno agosto, han bastado
dos días para que perdiesen humedad. Es un paso tedioso, pero necesario. La
pulpa toma un color grisáceo al secarse.

Para climas más fríos o para acelerar el proceso, podemos usar un


deshidratador de alimentos. Es un trasto enorme, pero perfecto para nuestro
objetivo. Tiene varios pisos con bastante capacidad y es fácil de limpiar. Yo
siempre lo uso a la temperatura mas baja (40ºc) para perder el mínimo de
propiedades aunque tarde más horas en el deshidratado.
Tras el proceso de secado ( y los trocitos que me comí antes del secado jejeje),
nos ha quedado una cantidad de 500 gramos de pulpa de coco deshidratada.
Habreis notado el cambio de color.

El extractor Piteba no incluye un recipiente para llenar de semillas/frutos, así


que hay que tirar de inventiva e improvisar algo como, por ejemplo, una botella
de agua recortada. En ese “depósito” colocaremos los trozos que antes habremos
cortado aún mas pequeños para que quepan por la boca de entrada del aparato.
Montamos la manivela, ajustamos la tuerca de presión como se indica en los
vídeos de la marca en Youtube (no es necesario un título en ingeniería
aeroespacial jajajaja) y encendemos el mechero de alcohol de quemar. Este poco
calor que emite la llama facilitará el calentamiento de las semillas al pasar por el
cilindro donde se aloja un tornillo sinfín que presiona la materia del interior
hasta que comienza a gotear el aceite por una ranura en su parte inferior.
Un pequeño vaso de cristal recogerá el preciado tesoro.
Mientras giramos la manivela (en el caso del coco no cuesta demasiado trabajo
el giro), observamos que por el otro extremo asoma la materia ya estrujada, y
nuestra imaginación desbordante ayudará para darle un uso. Podría servir para
hacer galletas o dulces o bien para añadir al compost con el que ayudaremos a
alimentar a nuestras plantas. En el caso de extraer aceite de almendras dulces,
ese material sobrante podríamos usarlo para hacer mazapán o leche de
almendras.
Tras bastantes vueltas a la manivela (es un proceso artesanal, perfecto para
nuestras cremitas solo a nivel doméstico, aviso), tenemos nuestro tesoro.
Presenta un color grisáceo algo desconcertante, pero es debido a la gran
cantidad de partículas en suspensión procedentes de la cascarilla marrón oscuro
que va adherida a la pulpa.

Ahora podemos decantarlo esperando dos o tres días a que caiga al fondo del
vaso ese sedimento o bien, filtrarlo. He usado un filtro de café, que tarda una
eternidad en cumplir con su labor, pero el aceite sale bien limpio.
Al día siguiente, al fin, este es el resultado: un aceite de coco transparente, con
todas sus propiedades y, lo mejor de todo, extraído por nosotr@s mism@s.
La cantidad extraída puede ser muy variable. El mero hecho de apretar mas o
menos la tuerca de presión influirá en ello, consiguiendo mas aceite si está muy
apretada ( se necesita bastante mas esfuerzo) o, en caso contrario, menos
cantidad ( y menos sudores).
De los 500 g. de pulpa de coco seco, tras su filtrado he conseguido unos 192 g. de
néctar divino en forma de aceite vegetal.
Espero no haberlo redactado mal y que os sirva para decidiros – o no- por este
modelo o por alguno eléctrico (todos made in China y bastante mas caros).
Muchos abrazos a todas y todos!

Вам также может понравиться