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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

QUEJOSA: **********.

PONENTE: MINISTRA MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS.


SECRETARIA: CLAUDIA MENDOZA POLANCO.

Vo.Bo.

México, Distrito Federal. Acuerdo de la Segunda Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación correspondiente al siete
de septiembre de dos mil once.

V I S T O S;
Y
R E S U L T A N D O:
Cotejó

PRIMERO. Por escrito presentado el cuatro de enero de dos


mil once, en la Oficialía de Partes de las Salas Regionales
Metropolitanas del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa, **********, en su carácter de apoderado legal de
**********, solicitó el amparo y protección de la Justicia Federal
contra el acto de la Sala Especializada de Materia de Propiedad
Intelectual del indicado Tribunal Federal como autoridad
ordenadora, y en calidad de autoridad ejecutora al Instituto
Mexicano de la Propiedad Industrial, por conducto de su
Subdirección Divisional de Prevención de la Competencia
Desleal, consistente en la sentencia definitiva del cinco de
noviembre de dos mil diez, dictada en el juicio de nulidad
**********.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

La parte quejosa estimó como garantías individuales


violadas en su perjuicio, las consagradas en los artículos 14 y 16
de la Constitución Federal y señaló como tercero perjudicado a
**********.

SEGUNDO. Por auto del uno de marzo de dos mil once, el


Presidente del Decimoctavo Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Primer Circuito, a quien por razón de turno
correspondió conocer del asunto, admitió la demanda de amparo
con el número ********** y previos los trámites correspondientes, el
órgano colegiado pronunció resolución el dieciséis de junio de dos
mil once, en la cual concluyó:

“Único. La Justicia de la Unión no ampara ni


protege a **********, en contra del acto de la
autoridad precisados en el resultando primero del
presente fallo.”

Las consideraciones de esta sentencia, en la parte que


interesa, son:

“Séptimo. Conceptos de violación vertidos respecto


de la inconstitucionalidad de los artículos 213,
fracción I, y 214 de la Ley de la Propiedad Industrial.
Los planteamientos de inconstitucionalidad resultan
infundados en una parte e inoperantes en otra. ---
Como punto de partida se advierte que –como se
apuntó en el considerando anterior– en el juicio de
nulidad se impugnó la resolución en la cual el
Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial
sancionó a la quejosa con fundamento en los
artículos 213, fracción I, y 214 de la Ley de la
Propiedad Industrial; por tanto, al haberse aplicado
dichos preceptos a la peticionaria y declararse la
validez de esa resolución en el fallo reclamado, se

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surte la posibilidad de que los controvierta mediante


amparo directo. --- Sustenta lo anterior la
jurisprudencia de la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, de texto: --- “AMPARO
DIRECTO. EN LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN
PUEDE PLANTEARSE LA INCONSTITUCIONALIDAD
DE LAS NORMAS GENERALES APLICADAS EN
PERJUICIO DEL QUEJOSO EN EL ACTO O
RESOLUCIÓN DE ORIGEN. (Se transcribe).” ---
Precisado esto, en los conceptos de violación se
alega la inconstitucionalidad de los artículos 213,
fracción I, y 214 de la Ley de la Propiedad Industrial,
sobre las bases siguientes: --- – La fracción I del
artículo 213 referido contraviene las garantías de
legalidad, seguridad jurídica y exacta aplicación de la
ley tuteladas en los artículos 14 y 16
constitucionales, porque prevé como infracción
administrativa “realizar actos contrarios a los buenos
usos y costumbres en la industria, comercio y servicios
que impliquen competencia desleal y que se relacionen
con la materia que esta ley regula”, pero no precisa qué
conductas son consideradas contrarias a los buenos
usos y costumbres; por ende, ante la generalidad de
dicha hipótesis, los gobernados desconocen cuáles
son tales conductas. --- – Por tal motivo, al ser una
disposición de la cual derivan sanciones, debe
especificar cuáles son esos actos contrarios a los
buenos usos y costumbres, a fin de que se pueda
actualizar la infracción administrativa ahí prevista. ---
– Al ser incierto el contenido de la fracción I del
artículo 213 impugnada, en tanto que no permite
predecir con suficiente certeza cuáles son las
conductas contrarias a los buenos usos y
costumbres, que impliquen competencia desleal y
actualicen la infracción ahí prevista, dicha fracción

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conculca las garantías tuteladas en los artículos 14 y


16 constitucionales. --- – Por ende, la quejosa aduce
que, al ser inconstitucional la fracción I del artículo
213, con base en la cual se le impuso la sanción
prevista en el artículo 214 de la Ley de la Propiedad
Industrial, entonces este último precepto también es
inconstitucional, por sancionar infracciones
administrativas indeterminadas e imprecisas. ---
Como se anticipó tales alegaciones carecen de
sustento jurídico porque, al examinar la
constitucionalidad de la fracción I del artículo 213
impugnada, tanto la Primera como la Segunda Salas
del Máximo Tribunal determinaron que no es
violatoria de las garantías de legalidad y seguridad
jurídica tuteladas en los artículos 14 y 16
constitucionales, dado que de la interpretación
armónica y sistemática de todas las fracciones del
precepto 213 citado y, en especial, de la remisión
expresa de la fracción XXVI a la I, se concluye que
esta última fracción no conculca dichas garantías
constitucionales, porque sí se dan a conocer a los
gobernados los actos que implican competencia
desleal. --- En efecto, al resolver el amparo en
revisión 2234/2009 (el cual fue posterior a los
diversos 1126/2008 y 843/2009 fallados por la Primera
Sala), la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación estableció: (Se transcribe) ---
De dicha ejecutoria derivó la tesis 2a. XXII/2010, de
texto: “PROPIEDAD INDUSTRIAL. EL ARTÍCULO 213,
FRACCIÓN I, DE LA LEY RELATIVA, AL ESTABLECER
COMO INFRACCIÓN ADMINISTRATIVA REALIZAR
ACTOS CONTRARIOS A LOS BUENOS USOS Y
COSTUMBRES EN LA INDUSTRIA, COMERCIO Y
SERVICIOS QUE IMPLIQUEN COMPETENCIA
DESLEAL Y SE RELACIONEN CON LOS DERECHOS

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REGULADOS POR EL INDICADO ORDENAMIENTO,


NO VIOLA LAS GARANTÍAS DE LEGALIDAD Y
SEGURIDAD JURÍDICA. (Se transcribe).” --- De la
ejecutoria y tesis transcritas de la Segunda Sala del
Máximo Tribunal –que sirven de elementos
orientadores para fallar este asunto– se obtiene que,
de la interpretación armónica y sistemática de todas
las fracciones del artículo 213 de la Ley de la
Propiedad Industrial y, en especial, de la remisión
expresa de la fracción XXVI a la I, se desprenden los
actos que implican competencia desleal, los cuales,
por antonomasia, contravienen los buenos usos y
costumbres en la industria, como es utilizar la
combinación de signos distintivos, elementos
operativos y de imagen, que permitan identificar
productos o servicios iguales o similares en grado de
confusión a otros protegidos por la ley y que, por su
uso, causen o induzcan al público a confusión, error
o engaño, por hacerle creer la existencia de una
relación entre el titular de los derechos protegidos y
el usuario no autorizado. --- Por tanto –determinó la
Suprema Corte– que la expresión “actos contrarios a
los buenos usos y costumbres” (contenida en la
fracción I del artículo 213 citado) no es vaga o
imprecisa, toda vez que de la intelección sistemática
de dicho artículo y en especial de la fracción XXVI del
propio precepto, se obtiene lo que constituye
competencia desleal conforme con lo dispuesto en
dicha fracción I. --- En esa virtud –indicó el Máximo
Tribunal– es inexacto que la fracción I del artículo
213 de la Ley de la Propiedad Industrial pretenda
sancionar situaciones no precisadas por el
legislador; por el contrario, la Corte puntualizó que
en dicho precepto sí se definen cuáles son las
conductas que condicionan la infracción

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administrativa prevista en la fracción I, por lo cual


resolvió que ésta no conculca las garantías de
legalidad y seguridad jurídica tuteladas en los
artículos 14 y 16 constitucionales, ya que de su
intelección sistemática se colige que el legislador
precisó lo que debe considerarse como “actos
contrarios a los buenos usos y costumbres”,
entendiendo por tales a la utilización de la
combinación de signos distintivos, elementos
operativos y de imagen, que permitan identificar
productos o servicios iguales o similares en grado de
confusión a otros protegidos por la ley y que, por su
uso, causen o induzcan al público a confusión, error
o engaño, por hacerle creer la existencia de una
relación entre el titular de los derechos protegidos y
el usuario no autorizado. Sobre esas bases, como
precisamente el planteamiento de
inconstitucionalidad de la quejosa, respecto de la
fracción I del artículo 213 de la Ley de la Propiedad
Industrial, se sustenta en la premisa inexacta de que
dicha fracción no precisa cuáles son las conductas
contrarias a los buenos usos y costumbres, que
impliquen competencia desleal, se estima que,
acorde con el criterio tanto de la Primera como de la
Segunda Salas de la Suprema Corte de Justicia –que
sirve de elemento orientador para este órgano
colegiado– esa alegación resulta infundada, pues
efectivamente, como lo determinó el Máximo
Tribunal, de la intelección sistemática de ese artículo
se obtiene con claridad cuáles son las conductas que
constituyen competencia desleal; por ende, los actos
contrarios a los buenos usos y costumbres previstos
en la fracción I impugnada, como es causar o inducir
al público consumidor a confusión, error o engaño,
por hacerle creer la existencia de una relación entre

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

el titular de los derechos protegidos y el usuario no


autorizado. --- Bajo esas premisas, carece de
sustento jurídico que la fracción I del artículo 213 de
la Ley de la Propiedad Industrial infrinja las garantías
de legalidad y seguridad jurídica tuteladas en los
artículos 14 y 16 constitucionales. ---
Consecuentemente, es inoperante el planteamiento
de la quejosa en el sentido de que, al ser
inconstitucional la fracción I del artículo 213 –por la
cual se le impuso la sanción prevista en el diverso
214 de la propia ley– entonces este último precepto
también lo es, por declarar punibles infracciones
administrativas indeterminadas e imprecisas. --- Lo
anterior pues, como se ha expuesto, tal
planteamiento se sustenta en una premisa inexacta
(al resultar infundados los argumentos de
inconstitucionalidad aducidos sobre la fracción I del
artículo 213 de la Ley de la Propiedad Industrial) y,
además, no es jurídicamente viable plantear la
inconstitucionalidad de un precepto con base en lo
dispuesto en otro de igual jerarquía, en virtud de que
el examen de constitucionalidad debe plantearse a la
luz de lo establecido en la Constitución y respecto de
la naturaleza, elementos y características propias de
la norma combatida, no según las de otro precepto
legal, como pretende la quejosa. De ahí que dicho
planteamiento debe desestimarse. --- Además, la
sanción impuesta a la peticionaria con base en el
artículo 214 de la Ley de la Propiedad Industrial, no
deriva únicamente de lo previsto en la fracción I del
diverso 213 de la propia ley, sino también de lo
dispuesto en la fracción IX, inciso a), de este último
numeral, en el cual se precisa que constituye
infracción administrativa: hacer creer o suponer al
público la existencia de una relación entre un

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establecimiento y el de un tercero, lo cual robustece


la inoperancia del planteamiento de
inconstitucionalidad del artículo 214 citado. --- Se cita
en apoyo a lo anterior, la jurisprudencia sostenida
por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia,
de texto: --- “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN Y
AGRAVIOS. SON INOPERANTES CUANDO TIENDEN
A DEMOSTRAR LA INCONSTITUCIONALIDAD DE
ALGÚN PRECEPTO, SUSTENTÁNDOSE EN UNA
SITUACIÓN PARTICULAR O HIPOTÉTICA. (Se
transcribe).”

TERCERO. Inconforme con dicha resolución, la parte


quejosa interpuso recurso de revisión el seis de julio de dos mil
once, por lo que mediante acuerdo del siete de ese mes, el
Presidente del Tribunal Colegiado ordenó remitir a la Suprema
Corte de Justicia de la Nación el expediente del juicio de amparo;
el juicio de nulidad **********, y el escrito original de agravios.

CUARTO. El uno de agosto de dos mil once, el Presidente


de este Alto Tribunal ordenó formar y registrar el asunto,
admitiéndolo con el número de expediente 1822/2011; dio vista a
la Procuradora General de la República, y lo turnó a la Ministra
Margarita Beatriz Luna Ramos para que formulara el proyecto de
resolución respectivo.

De las constancias de autos se aprecia que el Agente del


Ministerio Público de la Federación no formuló pedimento.

Previo dictamen de la Ministra ponente, se radicó el asunto


en la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
la que oportunamente lo registró y asumió su conocimiento.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. La Segunda Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación es legalmente competente para conocer y
resolver el presente recurso de revisión, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 107, fracción IX, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; 11 fracción V y 21,
fracción XI de La Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, 83, fracción V, y 84, fracción II, de la Ley de Amparo;
en relación con el Punto Primero, fracción I, incisos a) y b) y
Segundo, fracción I del Acuerdo Plenario 5/1999, así como el
Punto Cuarto del diverso del Acuerdo Plenario 5/2001, publicados
en el Diario Oficial de la Federación, respectivamente, el veintidós
de junio de mil novecientos noventa y nueve, y veintinueve de
junio de dos mil uno; toda vez que se promueve contra una
sentencia dictada por un Tribunal Colegiado de Circuito en un
juicio de amparo directo deducido de un juicio en materia
administrativa cuya especialidad corresponde a esta Segunda
Sala.

SEGUNDO. El recurso de revisión fue interpuesto en tiempo,


de conformidad con lo dispuesto en el artículo 86 de la Ley de
Amparo.1

Al respecto, se toma en cuenta que la sentencia recurrida se


notificó personalmente a la autorizada de la quejosa, el
veintinueve de junio de dos mil once, surtiendo efectos dicha
notificación el día hábil siguiente, esto es, el treinta de junio, por lo
que el plazo transcurrió del uno al catorce de julio de la citada
anualidad, descontando el dos, tres, nueve y diez, por haber sido

1 “Artículo 86. El recurso de revisión se interpondrá por conducto del juez de Distrito, de la autoridad que
conozca del juicio, o del Tribunal Colegiado de Circuito en los casos de amparo directo. El término para la
interposición del recurso será de diez días, contados desde el siguiente al en que surta sus efectos la
notificación de la resolución recurrida.
La interposición del recurso, en forma directa, ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación o ante el
Tribunal Colegiado de Circuito, según corresponda, no interrumpirá el transcurso del término a que se refiere
el párrafo anterior.”
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

sábados y domingos; por tanto, si el escrito de revisión se


presentó el cinco de julio, es evidente que se exhibió en forma
oportuna.

TERCERO. Debe analizarse si el presente asunto reúne los


requisitos de importancia y trascendencia a que hace alusión el
artículo 107, fracción IX, de la Constitución Federal, así como el
punto primero del Acuerdo General Plenario 5/1999, que aparece
publicado el veintidós de junio del mismo año, para estar en aptitud
de decidir sobre la procedencia del recurso de revisión a que este
toca se refiere.

Con esa finalidad, debe tomarse en consideración que este


Alto Tribunal al analizar los artículos 107, fracción IX, de la
Constitución Federal, 83, fracción V, 86 y 93 de la Ley de Amparo,
y 10, fracción III, y 21, fracción III, incisos a) y b), de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación, destacó cuáles son
los requisitos básicos que condicionan la procedencia del medio
de impugnación de que se trata, contra las sentencias dictadas en
amparo directo, en la jurisprudencia que lleva por rubro, texto y
datos de identificación, los siguientes:

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS


PARA SU PROCEDENCIA. Del artículo 107, fracción
IX, de la Constitución Federal, y del Acuerdo 5/1999,
emitido por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación en ejercicio de la facultad conferida por
el artículo 94, séptimo párrafo, constitucional, así
como de los artículos 10, fracción III, y 21, fracción III,
inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, se advierte que al analizarse la
procedencia del recurso de revisión en amparo
directo debe verificarse, en principio: 1) la existencia
de la firma en el escrito u oficio de expresión de
agravios; 2) la oportunidad del recurso; 3) la
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legitimación procesal del promovente; 4) si existió en


la sentencia un pronunciamiento sobre la
constitucionalidad de una ley o la interpretación
directa de un precepto de la Constitución, o bien, si
en dicha sentencia se omitió el estudio de las
cuestiones mencionadas, cuando se hubieren
planteado en la demanda de amparo; y, 5) si
conforme al Acuerdo referido se reúne el requisito de
importancia y trascendencia. Así, conforme a la
técnica del amparo basta que no se reúna uno de
ellos para que sea improcedente, en cuyo supuesto
será innecesario estudiar si se cumplen los
restantes.2”

Del análisis de la jurisprudencia transcrita se evidencia que


es indispensable que concurran requisitos mínimos, para que sea
procedente el recurso de revisión contra sentencias pronunciadas
en amparo directo, como son la presentación oportuna del
recurso; la exposición de argumentos en la demanda de amparo
directo sobre la inconstitucionalidad de una norma general (aun
en la hipótesis de que se omita su estudio en la sentencia), o que
se haya realizado la interpretación directa de un precepto de la
Constitución Federal en la sentencia pronunciada por el Tribunal
Colegiado de Circuito, o exista decisión sobre dicho argumento de
inconstitucionalidad; y, que el problema de constitucionalidad (por
interpretación en forma directa de una norma suprema o por
análisis de una inferior jerárquicamente) debe entrañar la fijación
de un criterio jurídico de importancia y trascendencia, de acuerdo
con las bases previstas en acuerdos generales emitidos por este
Alto Tribunal.

Además, se destaca que por regla general no se surten los


requisitos de importancia y trascendencia cuando precisamente
2
Novena Época. No. de registro IUS: 171625. Instancia: Segunda Sala. Jurisprudencia. Fuente: Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXVI, agosto de 2007. Materia(s): Común. Tesis: 2a./J.
149/2007. Página: 615.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

exista jurisprudencia que defina el problema de constitucionalidad


planteado en la demanda de garantías, o en el recurso de revisión
no se hayan expresado agravios o éstos se estimen ineficaces,
inoperantes, inatendibles, insuficientes, entre otras
denominaciones análogas, cuando no se actualice ninguno de los
supuestos que para suplir la deficiencia de la queja prevé el
artículo 76 bis de la Ley de Amparo.

Sobre esas premisas, se estima que el recurso de mérito sí


cumple con los requisitos antes aludidos, en virtud de que en los
conceptos de violación la quejosa planteó la inconstitucionalidad
del artículo 213, fracciones I y IX, de la Ley de la Propiedad
Industrial; el Tribunal Colegiado se pronunció en relación con el
problema planteado, y en esta instancia se insiste sobre el
particular.

No obsta a lo anterior, que exista criterio de la Sala en


relación con el tópico que se cuestiona, pues lo cierto es que no
dio lugar a una jurisprudencia, sino a un criterio aislado; por lo que
se estima que la resolución del presente asunto sería apta
precisamente para integrar aquélla.

CUARTO. En el escrito de agravios la recurrente expuso, en


síntesis, lo siguiente:

Primero. Contrario a lo sostenido por el Tribunal Colegiado


de Circuito, la fracción I del artículo 213 de la Ley de la Propiedad
Industrial no cumple con el principio de tipicidad aplicable a las
infracciones administrativas, ante la generalidad de la expresión:
“los actos contrarios a los buenos usos y costumbres”, ya que no
es suficiente por sí misma para que el gobernado pueda predecir
con suficiente grado de seguridad la conducta infractora ahí
prevista.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

Si para el Tribunal Colegiado las demás fracciones del


citado precepto ejemplifican las conductas que castiga la
fracción I del artículo 213 referido, significa que esta última no
describe la conducta, motivo por el cual impide predecir con
certeza cuáles son las conductas que califica como contrarias a
los buenos usos y costumbres, y que además implican
competencia desleal, puesto que el propio órgano colegiado
acudió a una interpretación sistemática para desentrañar el
sentido de la norma.

Toda actuación del Estado que afecte al particular, debe


sujetarse a los principios, requisitos o prerrogativas para ser
válido, principalmente a los principios de seguridad jurídica,
legalidad, exacta aplicación de la ley y al de tipicidad con la
finalidad de evitar un estado de incertidumbre jurídica en el
gobernado y una actuación arbitraria de la autoridad
sancionadora; requisitos que no contiene la fracción que se
cuestiona.

Segundo. No fue correcta la interpretación del Tribunal de


Circuito para sostener la constitucionalidad de la fracción I del
artículo 213 y derivado de ello, la del numeral 214, de la Ley de la
Propiedad Industrial, porque se basó en el contenido de las
demás fracciones de la disposición legal citada en primer término;
además, la Ley de Invenciones y Marcas, en su artículo 210
señalaba doce actos que constituían infracciones administrativas
consideradas contrarias a los buenos usos y costumbres para que
el gobernado tuviera certeza de a qué conductas se refería; sin
embargo, ese ordenamiento legal se derogó y el actual artículo
213 de la Ley de la Propiedad Industrial, prevé actos contrarios a
los buenos usos y costumbres en la industria, comercio y
servicios que impliquen competencia desleal y que se relacionen
con la materia que dicha ley regula, sin especificar cuáles son
esos supuestos.
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

Tercero. El órgano colegiado no analizó la


constitucionalidad de la norma impugnada, dado que sólo tomó
como “elemento orientador” una resolución de la Segunda Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sin realizar un estudio
pormenorizado de las causas particulares por las cuáles se tildó
de inconstitucional el artículo 213, fracción I, de la Ley de la
Propiedad Industrial, particularmente lo relativo al requisito de
tipicidad.

La descripción prevista en la porción normativa citada es


vaga, imprecisa, abierta y amplia, ya que no existe un hecho
concreto que sea sancionado.

QUINTO. Antes de dar respuesta a los agravios, para una


mejor comprensión del asunto resulta indispensable citar sus
antecedentes:

 ********** (tercero perjudicada en el presente juicio de amparo)


se dedica a elaborar, procesar, producir, distribuir,
manufacturar, toda clase de productos químicos,
medicinales y farmacéuticos, entre ellos el ‘**********, el
cual lo comercializa como genérico intercambiable (GI),
bajo las marcas ‘********** y ‘**********, de las que es
titular.
 La quejosa **********, se dedica a la elaboración,
distribución y comercialización de productos químicos y
farmacéuticos.
 **********, y **********., celebraron en dos mil uno, un
contrato para que la primera maquilara a favor de la
quejosa, el producto ‘**********.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

 ********** comercializó el producto ‘********** bajo la marca


‘********** y bajo la denominación ‘********** (GI)
**********.
 Por escrito presentado en el Instituto Mexicano de la
Propiedad Industrial el catorce de septiembre de dos
mil siete, la tercero perjudicada: **********, solicitó la
declaración administrativa de la infracción, por parte de
**********, prevista en el artículo 213, fracciones I y IX
de la Ley de la Propiedad Industrial.
 Seguidos los trámites conducentes, el treinta de
septiembre de dos mil nueve el Instituto Mexicano de la
Propiedad Industrial, por conducto de su Subdirectora
Divisional de Prevención de la Competencia Desleal,
declaró las infracciones administrativas previstas en las
fracciones I y IX, inciso a), del artículo 213 de la Ley de
la Propiedad Industrial en contra de **********
 Contra dicha resolución el tres de diciembre siguiente
**********., interpuso juicio de nulidad.
 Dicha demanda de nulidad fue admitida a trámite por la
Sala Regional en Materia de Propiedad Intelectual del
Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa,
resolviéndose el cinco de noviembre de dos mil diez,
en el sentido de reconocer la validez de la resolución
impugnada, destacando que ********** había realizado
una conducta contraria a los buenos usos y
costumbres en la industria y comercio que implicaban
una competencia desleal, ya que en sus medicamentos
cuya caducidad era entre dos mil ocho y dos mil nueve,
asentó que eran fabricados por **********, lo que no fue
cierto, pues sólo se apreciaba que el contrato de
maquila antes citado, se había dado por terminado a
través de una notificación del veintisiete de agosto de
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

dos mil siete. Por esa razón, declaró


administrativamente las infracciones del artículo 213,
fracciones I y IX, de la Ley de la Propiedad Industrial
por parte de **********.
 Contra esa resolución se promovió juicio de amparo.

SEXTO. En principio importa señalar que la quejosa ahora


recurrente, hace depender la alegada inconstitucionalidad del
artículo 214 de la Ley de la Propiedad Industrial, de la atribuida al
numeral 213, fracción I, del mismo ordenamiento, motivo por el
cual se aclara que la conclusión a la que aquí se arribe, aplicará
para ambas disposiciones legales, pues se insiste, la primera no
se cuestiona por vicios propios.

También es preciso aclarar, que pese a que a la promovente


se le aplicaron las fracciones I y IX del artículo 213 de la Ley de la
Propiedad Industrial, sólo tildó de inconstitucional la primera de
ellas, lo cual puede corroborarse de la lectura integral de los
conceptos de violación y de los agravios, a través de los cuales
exclusivamente se inconformó de la infracción administrativa
consistente en realizar actos contrarios a los buenos usos y
costumbres en la industria, comercio y servicios que impliquen
competencia desleal.

Los artículos 213 y 214 de la Ley de la Propiedad Industrial


establecen:

“Artículo 213. Son infracciones administrativas:


I. Realizar actos contrarios a los buenos usos y costumbres en
la industria, comercio y servicios que impliquen competencia
desleal y que se relacionen con la materia que esta Ley

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

regula;
…”

“Artículo 214. Las infracciones administrativas a esta Ley o


demás disposiciones derivadas de ella, serán sancionadas
con:
(REFORMADA, D.O.F. 2 DE AGOSTO DE 1994)
I. Multa hasta por el importe de veinte mil días de salario
mínimo general vigente en el Distrito Federal;
II. Multa adicional hasta por el importe de quinientos días de
salario mínimo general vigente en el Distrito Federal, por
cada día que persista la infracción;
III. Clausura temporal hasta por noventa días;
IV. Clausura definitiva;
V. Arresto administrativo hasta por 36 horas.”

Los preceptos legales transcritos establecen las diferentes


conductas que la ley considera como infracciones administrativas
y las sanciones a imponer por su comisión.

La porción normativa que se cuestiona prevé como


infracción, los actos que van contra los buenos usos y costumbres
en la industria, comercio y servicios que impliquen competencia
desleal, relacionados, en términos de lo previsto en el artículo 2°
de la ley en comento, con la actividad inventiva de aplicación
industrial, las mejoras técnicas y la difusión de conocimientos
tecnológicos dentro de los sectores productivos.

La recurrente expresa que no se cumple con el principio de


tipicidad aplicable a las infracciones administrativas, ante la
generalidad de la expresión: “los actos contrarios a los buenos
usos y costumbres”, pues afirma que no es suficiente para que el
gobernado pueda predecir la conducta infractora ahí prevista.

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Es infundado dicho planteamiento, pues el citado artículo, al


referirse a “actos contrarios a los buenos usos y costumbres”, no
evidencia un término vago; no se traduce en el desconocimiento
de la sanción a imponer por una infracción administrativa, ni en
que el particular desconozca que una actividad indebida puede
ser calificada como infracción; de tal suerte que no puede
alegarse una violación al requisito de tipicidad requerido para las
infracciones administrativas.

En efecto, debe partirse de la base de que la libertad del


particular sujeto a las disposiciones de la Ley de la Propiedad
Industrial, está sujeta a la realización de actividades lícitas que no
afecten el interés público, de tal manera que la sanción,
consecuencia de la infracción administrativa que se cuestiona,
deriva primero, de la existencia de una conducta contraria a las
exigencias de dicho ordenamiento, que provoque una
competencia desleal, y segundo, que esa conducta cause o
induzca al público a confusión, error o engaño en relación con el
producto o servicio que requiere o con el establecimiento que lo
comercialice.

Esto es, la existencia de una conducta indebida, atiende a


los lineamientos del legislador en el sentido de considerar que
todo acto contrario a los buenos usos, costumbres y leyes que
rigen la industria o el comercio, que menoscabe la libre
competencia o perjudique al público consumidor, constituye
competencia desleal, entendiéndose por uso, la función,
aplicación, utilización, disfrute, goce o manejo de bienes y
servicios; por costumbre, la práctica, hábito, estilo, tradición,
método, modo o usanza, y por ley, las normas, disposiciones,
ordenanzas o preceptos.

18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

En las relatadas condiciones, los actos contrarios a los


buenos usos, costumbres o leyes aplicables a la industria y
comercio, que deteriore o merme la libre competencia provocando
una competencia desleal, será considerada una infracción
administrativa, ya que la libre competencia está garantizada en
los artículos 5° y 28 constitucionales, e implica que a nadie
puede impedirse que se dedique a la profesión, industria o
comercio que le acomode, siendo lícitos y cuando no se ataquen
derechos de terceros ni se ofendan los derechos de la sociedad,
prohibiéndose los monopolios, a excepción de aquellos que por
su naturaleza correspondan al Estado y de los privilegios que
conceden sobre los derechos de autor y de invenciones y marcas;
y, los actos que constituyen competencia desleal, en términos
del artículo 10 bis del Convenio de París, son aquellos que
sustraen la atención de la clientela de un competidor en su
beneficio, no haciendo uso de sus propias fuerzas, recursos o
inventivas, sino realizando actos de imitación respecto de las
características predominantes de su competidor.

De acuerdo con lo expuesto, deben declararse infundados


los agravios que se expresan en la revisión, pues como se
explicó, además de que la porción normativa que se impugna
prevé con claridad cuál es la conducta que se considera como
infracción administrativa, sin transgredir el invocado requisito de
tipicidad, lo cierto es que no genera incertidumbre alguna; motivo
por el cual respeta la garantía de seguridad jurídica, ya que
resulta evidente que la sanción que se impone a quien incurra en
esa infracción, no provoca que la autoridad actúe con
arbitrariedad, en virtud de que las facultades y las obligaciones de
la persona a la que se le otorgue una patente, registro o
autorización, están bien definidos en la ley de la materia.

19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

Sirve de apoyo a esta consideración, la siguiente


jurisprudencia:

“GARANTÍA DE SEGURIDAD JURÍDICA. SUS


ALCANCES. La garantía de seguridad jurídica
prevista en el artículo 16 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, no debe
entenderse en el sentido de que la ley ha de señalar
de manera especial y precisa un procedimiento para
regular cada una de las relaciones que se entablen
entre las autoridades y los particulares, sino que
debe contener los elementos mínimos para hacer
valer el derecho del gobernado y para que, sobre
este aspecto, la autoridad no incurra en
arbitrariedades, lo que explica que existen trámites o
relaciones que por su simplicidad o sencillez, no
requieren de que la ley pormenorice un
procedimiento detallado para ejercer el derecho
correlativo. Lo anterior corrobora que es innecesario
que en todos los supuestos de la ley se deba detallar
minuciosamente el procedimiento, cuando éste se
encuentra definido de manera sencilla para
evidenciar la forma en que debe hacerse valer el
derecho por el particular, así como las facultades y
obligaciones que le corresponden a la autoridad.3

Por las razones anotadas, como ya se había señalado,


deben desestimarse los agravios que se exponen en la revisión,
en el sentido de que el Tribunal Colegiado de Circuito acudió
indebidamente a una interpretación sistemática para desentrañar
el sentido de la norma; que la Ley de Invenciones y Marcas
señalaba en forma correcta doce actos que constituían

3
No. Registro IUS: 174,094. Jurisprudencia. Materia(s): Constitucional. Novena Época.
Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Tomo: XXIV, octubre de 2006. Tesis: 2a./J. 144/2006. Página: 351.
20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

infracciones administrativas, consideradas contrarias a los buenos


usos y costumbres y que actualmente la ley que la derogó ya no
las establece; y, que no es posible determinar la
constitucionalidad de la norma que se cuestiona, con base
únicamente en una resolución de la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.

Lo anterior, porque está permitido al juzgador desentrañar el


contenido y alcance de una disposición legal a través de los
métodos de interpretación reconocidos en la ciencia jurídica, entre
los cuales está la interpretación sistemática, y no obstante que
como previamente se manifestó, el contenido de la fracción I del
artículo 213 de la Ley de la Propiedad Industrial sea claro y
suficiente para que el infractor sepa que se hizo acreedor a una
sanción; de cualquier manera lo considerado por el órgano
colegiado del conocimiento en cuanto a que deben relacionarse
las diversas fracciones del precepto legal citado, lejos de
evidenciar una interpretación errónea, corrobora el respeto a las
garantías de legalidad y seguridad jurídica que se alegan
transgredidas, criterio que se apoyó en lo resuelto por la Segunda
Sala, en el amparo en revisión 2234/2009, fallado por unanimidad
de cinco votos de los Ministros Luis María Aguilar Morales, Sergio
Armando Valls Hernández, José Fernando Franco González
Salas, Margarita Beatriz Luna Ramos y Ministro Presidente Sergio
Salvador Aguirre Anguiano, y que dio lugar a la siguiente tesis:

“PROPIEDAD INDUSTRIAL. EL ARTÍCULO 213,


FRACCIÓN I, DE LA LEY RELATIVA, AL
ESTABLECER COMO INFRACCIÓN ADMINISTRATIVA
REALIZAR ACTOS CONTRARIOS A LOS BUENOS
USOS Y COSTUMBRES EN LA INDUSTRIA,
COMERCIO Y SERVICIOS QUE IMPLIQUEN
COMPETENCIA DESLEAL Y SE RELACIONEN CON

21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

LOS DERECHOS REGULADOS POR EL INDICADO


ORDENAMIENTO, NO VIOLA LAS GARANTÍAS DE
LEGALIDAD Y SEGURIDAD JURÍDICA. Las referidas
garantías en materia de derecho sancionador no sólo
implican que el acto creador de la norma debe
emanar del Poder Legislativo, sino que las conductas
características que condicionan la infracción deben
regularse en la ley, de manera que no quede margen
para arbitrariedad de las autoridades encargadas de
su aplicación y el gobernado conozca cuál es la
conducta sancionada. En congruencia con lo
anterior, de la interpretación armónica y sistemática
de las fracciones del artículo 213 de la Ley de la
Propiedad Industrial y, en especial, de la interrelación
intrínseca, por remisión expresa de la fracción XXVI a
la I, que prevé como infracción administrativa realizar
actos contrarios a los buenos usos y costumbres en
la industria, comercio y servicios que impliquen
competencia desleal y se relacionen con los
derechos regulados por el indicado ordenamiento, se
concluye que esta última fracción no viola las
garantías de legalidad y seguridad jurídica previstas
en los artículos 14 y 16 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, en razón de que se
da a conocer a los gobernados el comportamiento
prohibido, esto es, realizar actos que impliquen
competencia desleal, que por antonomasia son
contrarios a los buenos usos y costumbres en la
industria, relacionados con los derechos protegidos
por la Ley de la Propiedad Industrial, identificados
con el hecho de usar la combinación de signos
distintivos, elementos operativos y de imagen, que
permitan identificar productos o servicios iguales o
similares en grado de confusión a otros protegidos
por la Ley y que, por su uso, causen o induzcan al

22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

público a confusión, error o engaño, por hacerle


creer la existencia de una relación entre el titular de
los derechos protegidos y el usuario no autorizado.
Esto es, el uso de tales elementos operativos y de
imagen en la forma indicada, en relación con los
elementos previstos en las fracciones del artículo
213 de la Ley de la Propiedad Industrial, describen la
conducta considerada incorrecta por el legislador,
con lo que se colma el tipo de la infracción prevista
en la fracción I del citado numeral y se impide
aplicación arbitraria por parte de la autoridad
sancionadora. Además, aun cuando no se definan en
la Ley los conceptos de "usos y costumbres" en la
industria, comercio y servicios, ello no ocasiona
incertidumbre sobre la conducta que en específico
desea inhibir el legislador, debido a que están
dotados de un significado que los hace de
entendimiento ordinario y de clara comprensión en el
medio, sin que los vicios en la redacción e
imprecisión en los términos utilizados conduzcan a
declarar su inconstitucionalidad, pues su validez no
está condicionada a esos requisitos, sino a su
contravención con aspectos objetivos previstos en la
Constitución General de la República.”4

Por otra parte, cabe señalar que de manera opuesta a lo


aducido por la recurrente, la violación a dichas garantías no se
origina porque un ordenamiento legal derogado hubiere
ejemplificado determinadas conductas consideradas infracciones
administrativas, y la ley actual no lo haga, pues en la especie y
por las razones anotadas, genera certeza a la persona a la que se
le otorga una marca, patente o autorización, la disposición relativa

4
No. Registro IUS: 164,717. Tesis aislada. Materia(s): Constitucional, Administrativa.
Novena Época. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta. Tomo: XXXI, abril de 2010. Tesis: 2a. XXII/2010. Página: 438.
23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

a que las conductas contrarias a los buenos usos, costumbres o


leyes aplicables a la industria y comercio, que deterioren o
mermen la libre competencia provocando una competencia
desleal, son acreedoras a una sanción, sin que obste que
anteriormente se especificaban ciertas conductas y ahora ya no
se haga.

Es corolario de lo anterior, que la fracción I del artículo 213


de la Ley de la Propiedad Industrial es constitucional, decisión
que se hace extensiva al artículo 214 del mismo ordenamiento
legal por los motivos explicados al inicio de este considerando;
por consiguiente, lo procedente es confirmar la sentencia
recurrida y negar a la quejosa el amparo y protección de la
Justicia Federal que solicita contra la sentencia del cinco de
noviembre de dos mil diez, dictada por la Sala Especializada en
Materia de Propiedad Intelectual del Tribunal Federal de Justicia
Fiscal y Administrativa.

Por lo antes expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. En la materia de la revisión, se confirma la


sentencia recurrida.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a


**********, contra el acto y autoridad citados en el resultando
primero de esta ejecutoria.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, devuélvanse


los autos al Tribunal Colegiado de Circuito de origen y, en su
oportunidad, archívese este asunto como concluido.

24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los
señores Ministros: Margarita Beatriz Luna Ramos, Sergio A. Valls
Hernández, José Fernando Franco González Salas, Luis María
Aguilar Morales y Ministro Presidente Sergio Salvador Aguirre
Anguiano.

Firman el Ministro Presidente y la Ministra Ponente, con el


Secretario de Acuerdos, que autoriza y da fe.

PRESIDENTE:

MINISTRO SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO.

PONENTE:

MINISTRA MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS.

SECRETARIO DE ACUERDOS:

LIC. MARIO EDUARDO PLATA ÁLVAREZ.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 1822/2011.

ESTA HOJA CORRESPONDE AL AMPARO DIRECTO EN


REVISIÓN 1822/2011. QUEJOSA: **********. FALLADO EN SESIÓN
DEL SIETE DE SEPTIEMBRE DE DOS MIL ONCE, EN EL SENTIDO
SIGUIENTE: “PRIMERO. EN LA MATERIA DE LA REVISIÓN, SE
CONFIRMA LA SENTENCIA RECURRIDA. --- SEGUNDO. LA
JUSTICIA DE LA UNIÓN NO AMPARA NI PROTEGE A **********,
CONTRA EL ACTO Y AUTORIDAD CITADOS EN EL
RESULTANDO PRIMERO DE ESTA EJECUTORIA.” CONSTE.

En términos de lo previsto en los artículos 3°, 20 y 22 de la Ley Federal de


Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se
suprime información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra
en esos supuestos normativos.

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