Johan Galtung se refiere al término de violencia estructural como estructuras sociales,
esas estructuras que se han ido desarrollado (sociales) como la economía, la política, las leyes, la cultura y la religión; a eso él le denomina estructuras sociales, las que generan o provocan enfrentamientos que impiden el desarrollo completo de las capacidades del individuo, la comunidad o la sociedad. Al mismo tiempo es violencia ya que induce lesiones de tipo físico, mental o social. El concepto de violencia estructural trata de definir como nuestras normas sociales benefician a ciertos grupos en la sociedad, generalmente a los grupos con mayores ventajas económicas, mientras que esas mismas normas afectan negativamente a grupos en desventaja económica. Dichos grupos (en desventaja económica) usualmente se convierten en víctimas del racismo, discriminación o exclusión. El fenómeno de violencia estructural no es fácil de visualizar ya que se origina de las normas sociales.
Para detener las consecuencias se necesitan la intervención de diferentes disciplinas
sociales tales como el sector público, el sector económico y la salud. En nuestra disciplina se pretende abordar la violencia estructural a través de la modificación de los determinantes sociales en el campo jurídico.
¿De qué formas el individuo y la sociedad pueden contribuir a disminuir la violencia
estructural? Un buen punto de inicio es el reconocimiento de los efectos negativos de ciertas normas sociales, desafiar como individuos las convicciones y convenciones que promueven la violencia estructural en nuestra sociedad puede generar el cambio necesario hacia un contexto más inclusivo y a nivel colectivo los movimientos sociales pueden promover e idealmente iniciar los cambios que sean de beneficio a toda la población, sin exclusión de ningún tipo. Al mismo tiempo deben ser conscientes que toda modificación de las normas sociales será objeto de algún grado de resistencia, pues esto podría afectar los intereses de minorías con poder, generalmente poder económico o político, a pesar de ello promover estos cambios a nivel individual y colectivo es importante para lograr la meta final de la erradicación de la violencia estructural.
Preguntas del tema anterior
¿Cuáles son los tipos de pobreza? ¿Cuál es el índice de pobreza en Guatemala? ¿Cuáles son las zonas más pobres de Guatemala? ¿Cuál es la diferencia entre pobreza y pobreza extrema en Guatemala? Derecho al desarrollo El derecho al desarrollo es un derecho humano inalienable en virtud del cual todo ser humano y todos los pueblos están facultados para participar en un desarrollo económico, social, cultural y político en el que puedan realizarse plenamente todos los derechos humanos y libertades fundamentales, a contribuir a ese desarrollo y a disfrutar de él. (Artículo primero de la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 4 de diciembre de 1986, con 146 votos a favor, uno en contra [EE.UU.] y ocho abstenciones).
Entre los objetivos de un derecho al desarrollo así concebido figura el mejorar el
bienestar, la dignidad y la calidad de vida de todos los seres humanos, así como lograr una mayor igualdad económica y social, atendiendo especialmente a las necesidades de los individuos y grupos más vulnerables, y respetando la diversidad cultural. Para ello, debe erradicarse la pobreza, en tanto que objetivo primordial, y todos los Estados deben ratificar todos los tratados relativos a los derechos humanos sin reservas. También puede considerarse como objetivo del desarrollo el logro de una paz justa en la que se respeten y protejan todos los derechos humanos para todos, pues de lo contrario sería una paz aparente que oculta una situación de opresión y violencia ejercida desde los poderes dominantes. Todo individuo debe estar en condiciones de poder desarrollar al máximo sus capacidades y sentirse libre y digno de sí mismo. Debe tenerse en cuenta la satisfacción de las necesidades básicas y humanas, como la alimentación, el agua potable, la vivienda, la salud o la educación, aunque el modo de satisfacerlas pueda variar según el contexto histórico y cultural en el que los distintos grupos e individuos se desarrollen. La satisfacción de estas necesidades es condición ineludible para que todo individuo pueda estar en condiciones de ejercer y disfrutar de todos los derechos humanos y libertades fundamentales. Por esta razón, la meta final consiste en lograr el máximo bienestar humano y hacer realidad la dignidad para todos, sin discriminación, y no sólo para unos pocos privilegiados. En este sentido, el desarrollo es un derecho humano que engloba el conjunto de los derechos humanos y pone de manifiesto la universalidad, interdependencia e indivisibilidad de dichos derechos.