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UNIDAD 1

AMBIENTE : ASPECTOS SOCIOLOGICOS Y ECOLOGICOS

Las dimensiones del tiempo y del espacio encuadran la vida del hombre, que
se ha servido para sobrevivir y para vivir en bienestar de cosas inanimadas y formas
de vida, siendo contradictoriamente respetuoso y agresivo con su entorno, ya que el
progreso de las ciencias y las técnicas le dio instrumentos para vivir mejor, pero
también para ser más agresivos con él. Así, la relación del hombre con su entorno
se hizo, a lo largo de milenios, cada vez más rica y más compleja, apareciendo
riesgos que acechan su vida y su salud. La presión demográfica, el desarrollo
tecnológico y las crecientes pautas de consumo han deteriorado en forma acelerada
un medio vulnerable. La dinámica del tiempo es la que expresa con mayor claridad
los cambios en la convivencia social, el crecimiento del tamaño de las poblaciones y
el perfil de sus problemas de salud, las causas de muerte y de enfermedad.

1. Sistema (concepto, tipos, función y objetivos)

Definimos un sistema como un conjunto de elementos interrelacionados entre


sí, que existen dentro de un entorno. Este concepto es muy útil para captar mejor la
realidad, eliminando la tendencia a la excesiva simplificación causa-efecto. Por
ejemplo, una manera de contemplar la realidad de un bosque sería considerar
únicamente las plantas y los insectos, con lo que podría llegarse a la conclusión de
que para sanear el bosque se necesita un tratamiento fitosanitario utilizando
plaguicidas, y sin embargo, estaríamos cometiendo un error al examinar un modelo
de realidad causa-efecto demasiado simplificado, ya que si pensáramos en sistema,
hubiéramos advertido que en el bosque también coexisten riachuelos, monte bajo,
avifauna, mamíferos, etc., e intuitivamente tendríamos que haber prestado atención
a las distintas relaciones entre los elementos que forman parte del bosque, ya que la
pulverización de plaguicidas causaría, entre otras reacciones, un impacto tóxico
sobre la fauna terrestre y la flora del monte bajo y la merma poblacional de la
avifauna al beber o comer productos contaminados.

Podemos considerar la empresa como sistema, y observar que en una


empresa, se da mucho la simplificación causa-efecto, sobre todo en los problemas
relacionados con el ambiente, lo que en muchas ocasiones suele conducir a toma de
decisiones equivocadas, al no funcionar teniendo en cuenta el sistema.

Los sistemas pueden ser abstractos o concretos. Un sistema abstracto está


formado por elementos abstractos o inmateriales, es una disposición ordenada de
ideas independientes. Un sistema concreto o físico, es un conjunto de elementos
físicos que actúan unidos para lograr un objetivo (como por ejemplo el sistema de
autodepuración del agua de un río). Hay algunos sistemas que pueden considerarse
mixtos, como por ejemplo una empresa, ya que están formados por una parte por
elementos físicos (en el caso de la empresa, las edificaciones, oficinas, maquinarias,
empleados, etc.), y por otra parte por elementos abstractos (en el caso de la
empresa, políticas, estrategias, relaciones internas y externas, etc.).

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En un sistema físico, la frontera separa lo que pertenece o no al sistema,
mientras que el entorno es todo aquello que se encuentra fuera de la frontera. La
frontera es fácil de delimitar, pero el entorno, lo forman todos los elementos del
ambiente fuera de la frontera que influyen o pueden influir sobre los elementos del
sistema, o son influidos por los mismos.

Cuando existen relaciones entre los elementos del sistema y los elementos de
su entorno decimos que aquel es abierto. Por lo tanto, un sistema será más o menos
abierto según la importancia que tengan los intercambios que mantiene con el
entorno. Si consideramos a una empresa como un sistema abierto, el entorno influirá
en gran manera sobre la empresa (el entorno político podrá actuar decidiendo
aranceles y permitiendo o no la importación de un producto; el entorno social podrá
influir al demandar un determinado producto o servicio; el entorno económico hará
más o menos difícil la concesión de ayudas, subvenciones, préstamos, etc.; el
entorno tecnológico ayudará a emplear tecnologías de punta; el entorno ambiental
demandará la necesidad de un mejor desempeño de operaciones y procesos para
no generar impactos en el ambiente, etc.). Los sistemas que se convierten en
cerrados o poco abiertos tienden a desaparecer a medida que van disminuyendo sus
relaciones con el entorno (una empresa, por ejemplo, que no tiene intercambios
técnicos con otras de su especialidad, no interactúa con la comunidad circundante,
ni hace marketing, ni publicidad, ni recibe información sobre la dinámica de
tecnologías, productos y mercado).

Cada sistema presentará una mayor o menor capacidad de adaptación ante


los cambios del entorno, que será la base de su supervivencia.

Un sistema puede estar formado por dos o más subsistemas, y éstos a su vez
pueden contener otros subsistemas de rango inferior, cada uno de los cuales
quedará definido por sus fronteras (en el ejemplo de la empresa, podemos
considerar que ésta puede tener varios departamentos tales como producción,
personal, medio ambiente, y si tenemos en cuenta este último, podemos dividirlo en
subdepartamentos tales como efluentes, legales, análisis, etc.).

Los sistemas abiertos mantienen relaciones con el entorno, recibiendo


diferentes entradas (inputs) y dando lugar a diferentes salidas (outputs). Así, una
actividad recibe del entorno materias primas, energía, tecnología, recursos
humanos, financiación, etc. y los transforma en productos terminados, subproductos,
efluentes, residuos, etc. Cuando un sistema o subsistema se estudia únicamente en
función de los inputs y outputs que en él intervienen, sin entrar en el proceso
productivo, de transformación o funcionamiento, se denomina caja negra.

Una vez definidos estos flujos, en cada sistema deben establecerse los
correspondientes controles para corregir las desviaciones que se produzcan en los
procesos para conseguir los objetivos (por ejemplo, en el caso de la empresa, se
fijarán los sistemas de control necesarios para comprobar que sus actividades se
desarrollan de acuerdo con las pautas ambientales previstas, como procedencia y
composición de materias primas, cantidad y calidad de efluentes y vertidos, impactos
ambientales por debajo de los estándares preestablecidos, etc.).

Se entiende por objetivo al estado específico y concreto de un aspecto del


sistema, que se pretende alcanzar, actuando dentro de una realidad y periodo de
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tiempo determinado. Es la meta (objetivo temporal y cuantitativamente determinado)
buscada luego de un proceso de deliberación y decisión, que queda definido como
alcanzable a corto plazo, concreto y cuantificable o al menos medible, en contraste
con el fin, que es la imagen ideal a la que se tiende a largo plazo, definida como
propósito o intencionalidad voluntarista, se formula de manera abstracta y es no
medible ni cuantificable, como por ejemplo el aprovechamiento racional de los
recursos naturales

Para conseguir estos objetivos, que son metas conocidas y generalmente


compartidas, hacia donde el sistema dirige deliberadamente su actividad los
componentes del sistema necesitan efectuar determinadas actividades. En el caso
de una cantera por ejemplo, el objetivo podría ser mantener la calidad del entorno en
términos extractivos y de ruido aceptables, de acuerdo a los principios del desarrollo
sostenible, con metas correspondientes a ese fin y ese objetivo de no superar
determinados niveles de ruido y de cantidad de material extraído (cuantificación en
magnitud del objetivo) durante un periodo no superior a determinada cantidad de
años (cuantificación temporal). La actividad parcial o contribución de cada elemento
de un sistema a la actividad global del mismo se denomina función, y por ende, la
actividad total de un sistema organizado es siempre superior a la suma de las
actividades realizadas individualmente. En una empresa, coexisten objetivos
individuales, de grupo y empresariales, formando parte de estos últimos los objetivos
ambientales.

Podemos entonces, definir la empresa como un sistema técnico-social abierto


y dinámico, cuya función básica es la de crear bienes y/o prestar servicios que
contribuyan a elevar el nivel de vida de la humanidad, compatibilizando este hecho
con un marcado respeto al ambiente, que posibilite la idea del desarrollo sostenible.
El sistema empresa resultará sinónimo de actividad, organización, proceso, plan,
proyecto, tarea, etc., es decir, todo aquel sistema que interacciona con el hombre y
con su entorno vital: el ambiente, y lo estudiaremos desde el punto de vista
ambiental, o sea de su interacción con el ambiente, tanto en términos de insumos,
como de efluentes, de residuos y de cualquier tipo de impacto asociado.

Además, es importante notar que una actividad tendrá eficacia, cuando el


conjunto formado por hombres, máquinas, tecnología, información y recursos
financieros o de cualquier otro tipo, consigue lograr los objetivos marcados, y
presenta eficiencia cuando obtiene determinados resultados empleando los recursos
apropiados y utilizando correctamente esos recursos disponibles. Así, por ejemplo, si
una actividad logra que los efluentes no superen los estándares ambientales
establecidos, ha sido eficaz, pero si para conseguirlo se han consumido materias
primas no renovables, existiendo otras alternativas, y además los costos han sido
excesivos, no ha sido eficiente.

2. El medio como sistema (concepto de ecosistema)

Definimos la ecología como la ciencia que estudia las relaciones entre los
seres vivos y su medio, y las interacciones de estos seres vivos entre ellos. Dentro
de las distintas disciplinas básicas que la componen, se estudia el comportamiento
ambiental de cada especie individual (aisladamente) y sus respuestas ante la
variación de las condiciones de su hábitat y sus respectivas adaptaciones al
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ambiente (Autoecología), el conjunto de las especies (Sinecología) y sus
interacciones y los mecanismos generadores de las variaciones demográficas de las
poblaciones de las diversas especies, con el objeto de conocer la abundancia,
densidad, representatividad, fragilidad y diversidad de éstas, su crecimiento,
distribución por edades, fluctuaciones y sus causas (Dinámica de las poblaciones).

Todos los organismos vivos están compuestos por células. La célula es la


unidad funcional y estructural de los seres vivos. Todos los organismos vivos están
compuestos por una o más células Aunque algunos están constituidos por una sola
célula y otros por billones de ellas, incluso los organismos más complejos se
originan de una sola célula, el huevo fertilizado.

Características de los seres vivos:

 Son sistemas abiertos con intercambio de sustancias y energía.

 Poseen metabolismo (reacciones de intercambio de energía): anabolismo


(síntesis de moléculas para formar moléculas complejas, requieren energía -
síntesis de proteínas, replicación, transcripción, etc.-), catabolismo (moléculas
complejas que se degradan a moléculas más sencillas y liberan energía).
 Son homeostáticos: los seres vivos mantienen activamente su estructura
compleja y el equilibrio interno, fisiológico, que es relativamente estable,
sufriendo cambios limitados por un rango. Ej.: pH (tiene un punto máximo y uno
mínimo), es un equilibrio dinámico.
 Intercambian información con el medio, respondiendo a estímulos.
 Poseen un programa genético (es importante para poder reproducirse).
 Se autorreproducen.
 Presentan la capacidad de evolucionar (variación y cambios).
 Poseen organización y complejidad: todos los seres vivos están formados por
células. La complejidad no está definida por el tamaño, sino por la cantidad de
elementos y su intercambio.

Bases bioquímicas de los seres vivos :

 A pesar de la biodiversidad, la composición química y los procesos metabólicos


de todos los seres vivos son notablemente similares. Esto explica por qué gran
parte de lo que los biólogos aprenden estudiando bacterias o ratones en los
laboratorios puede aplicarse a otros organismos, incluyendo al ser humano.
 Los principios físicos y químicos que rigen a los sistemas vivos son los mismos
que rigen a los sistemas abióticos.

2.1. Niveles de organización

Individuo, población, comunidad, ecosistema, bioma, biosfera constituyen


niveles de organización en los que existen propiedades o caracteres propios que no
se expresan por la simple adición de las propiedades o características de los
elementos que los constituyen.

 POBLACIÓN es un conjunto de individuos de una misma especie que comparten


un espacio y tiempo determinado.
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 COMUNIDAD (o biocenosis) se define como un conjunto de poblaciones que
ocupa un lugar específico en un momento determinado (habitan en el mismo
medio). Por ejemplo, la comunidad de peces de un río.
 ECOSISTEMA incluye las relaciones que existen entre el conjunto de individuos
que se encuentra en un área determinada, y su ambiente.

Un ecosistema está, pues, constituido por dos componentes: una parte viva
que lo habita, la biocenosis, constituida por poblaciones vegetales y animales, y una
parte inanimada, que actúa como soporte o substrato, el biotopo (parte del medio
ocupada por la biocenosis), donde actúan los factores abióticos que determinan las
características físico-químicas del medio. El alcance del término ecosistema se
refiere, entonces, a la organización de la vida y a las interacciones entre los
componentes bióticos y abióticos.

El funcionamiento y mantenimiento del ecosistema tiene lugar mediante las


interacciones recíprocas entre el biotopo y la biocenosis, a través de los flujos de
energía y materia. A medida que la energía es captada y transferida al mayor
número posible de especies, mayores serán la estabilidad, la madurez, el equilibrio,
la organización y la complejidad de los ecosistemas (evolución de ecosistemas
jóvenes a maduros). Los ecosistemas poseen, pues, un mecanismo de
autorregulación capaz de resistir, dentro de sus límites razonables, modificaciones y
variaciones bruscas externas o internas.

Un ecosistema, desde el punto de vista de su funcionamiento, comprende


cinco procesos característicos: fotosíntesis y respiración (fundamentales para el flujo
de energía), circulación de minerales (ciclos biogeoquímicos o movimientos de la
materia), sucesión (cambios que determinan modificaciones en estructura y
funcionamiento) y procesos internos de regulación.

Reviste especial importancia la explotación de los ecosistemas, o exportación


de materia viva, que supone transferencias de energía e información. Mientras que
el sistema explotador amplía su información, la explotación provoca una regresión o
rejuvenecimiento del ecosistema explotado, pues implica pérdidas de estructura, de
organización y de información interna.

La explotación puede ser debida, bien a fenómenos físicos (fuego, erosión,


glaciaciones, etc.) que no permiten la evolución del sistema explotado, o bien a otro
sistema explotador. El hombre ha desarrollado, desde tiempos prehistóricos y de
manera creciente su capacidad explotadora, extrayendo biomasa y energía de los
ecosistemas, o introduciendo en ellos modificaciones que merman su estabilidad, su
organización o su complejidad. En un principio, surgieron los ecosistemas agrarios,
luego los ecosistemas industriales (con su contaminación subsidiaria), y un gran
número de actividades humanas que afectan a los ecosistemas tales como las que
dan lugar a la erosión de suelos, a la desertificación, a la desforestación, a los
incendios, a la intoxicación y muerte de flora y fauna, a la eutrofización de las masas
de agua, etc.

Dado que el estudio de la biosfera (espacio del planeta ocupado por los seres
vivos), en su conjunto, y el de sus interacciones, es prácticamente imposible debido
a su complejidad y extensión, se diseña una unidad de menor amplitud, el
ecosistema, como unidad funcional de la biosfera.
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3. Ambiente - Recursos Naturales

El Ambiente es el entorno vital, o sea el conjunto de factores abióticos (elementos


físico-naturales, biológicos, económicos, sociales, culturales y estéticos) y de
factores bióticos o tróficos (parasitismo, predación, competencia, etc.) que
interactúan entre sí, con el individuo y con la comunidad en la que vive,
determinando así su forma, carácter, comportamiento y supervivencia”. (Gómez
Orea, 1988).

El ambiente funciona como un sistema complejo, o sea una totalidad


organizada que se caracteriza por la confluencia de procesos de diversas índoles:
físicos, biológicos, productivos, tecnológicos, sociales y económicos, todos
interrelacionados entre sí. Todos estos elementos son muy heterogéneos y
mutuamente dependientes, dando en consecuencia la imposibilidad de analizar el
sistema por la simple agregación de estudios sectoriales sobre cada uno de sus
componentes.

La idea de ambiente abarca, pues, más amplitud que la de ecosistema, ya


que además de los factores físico-naturales del biotopo, incluye factores
perceptuales y socioeconómicos, inherentes a la presencia del ser humano,
implicando directa e íntimamente al hombre, involucrando a todo aquello que rodea
al hombre en el ámbito espacial e incluyendo también el factor tiempo (uso de ese
espacio referido a la herencia cultural e histórica). Si bien las relaciones del hombre
con su medio, en el ecosistema de que forma parte, no siempre han sido de
colaboración, sino también de sobreexplotación o de simple depredación; no
obstante, existen modificaciones humanas, conducentes a impactos positivos, que
han sustituido favorablemente los equilibrios naturales existentes por otros, incluso
más valiosos desde el punto de vista histórico-cultural, científico y productivo.

Atendiendo a funciones del sistema natural cuyos procesos interrelacionan


entre sí y con el hombre (producción; acogida de actividades agrarias, urbanas,
industriales, mineras, de servicios, recreativas, de educación, cultura, ciencia,
investigación, infraestructuras de comunicación, transporte energético, transporte de
agua; recepción de desechos de origen natural o antropogénico; regulación
atmosférica, hidrosférica, edafológica, biótica, y descontaminante), al ambiente lo
podemos entender en base a tres subsistemas:

1) Fuente de recursos naturales

Los recursos naturales son bienes o medios de subsistencia disponibles por el


hombre, bienes que se encuentran en la naturaleza1, que le sirven al hombre y que
todavía no han sido objeto de transformación por parte de él. Ellos constituyen
elementos esenciales del ambiente y por ende de todo ecosistema. Su regulación
jurídica fue realizada en primer término por el derecho de los recursos naturales, el
que los ordenó de manera individual en función de los usos de los que podían ser
objeto. La aparición posterior del derecho ambiental surgió de la necesidad de
conservación del ambiente a fin de evitar su destrucción y disminuir el riesgo de
desaparición de una calidad de vida apropiada.

1
Elemento natural: existe independientemente de la presencia y necesidades del
hombre.
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Es necesario para lograr una mejor claridad conceptual, establecer la
diferencia entre factor ambiental y recurso ambiental. Los factores ambientales
engloban los diversos componentes del ambiente en los que se desarrolla la vida
en nuestro planeta y son el soporte de toda actividad humana: el aire, el clima, el
agua, el suelo, el hombre, la flora, la fauna, el paisaje y las interacciones entre
todos ellos, además de los bienes materiales, la calidad de vida y el patrimonio
cultural. Son susceptibles de ser modificados por la actividad del hombre
ocasionando problemas menores fácilmente soportables o graves problemas que
suelen ser a mediano o largo plazo y por ende resultan difíciles de valorar. La parte
del factor ambiental disponible (en términos de explotación o satisfacción) por el
hombre, se considera como un recurso ambiental, y puede ser modificado tanto en
calidad como en cantidad y tiempo de disponibilidad, presentándose en un espacio
o entorno ambiental más o menos amplio.

El ambiente como fuente de recursos, abastece al ser humano de las


materias primas y energía que necesita para su desarrollo sobre la Tierra. Pero las
acciones humanas afectan a multitud de ecosistemas, modificando la evolución
natural del planeta (especies animales o vegetales extinguidas o en vías de
extinción, crisis energéticas, degradación del medio urbano, aumento de la
desertización, existencia cada vez más limitada de materias primas) y desterrando
la idea de “planeta como fuente ilimitada de recursos” y el argumento de
“naturaleza al servicio del hombre”.

Los recursos naturales responden a dos tipologías: renovables y no


renovables. Entonces, como sólo una parte de estos recursos es renovable
(volumen de agua presente en un acuífero, madera disponible de un bosque, fauna
ictícola, etc.), se requiere por lo tanto un tratamiento cuidadoso para evitar un uso
indiscriminado de aquellos que nos conduzca a una situación irreversible,
debiéndose utilizarse por debajo de su tasa de renovación (consumo de agua por
debajo de la recarga real del acuífero, extracción de madera o de peces por debajo
de la producción biológica de los mismos, etc.). Los recursos no renovables
(petróleo, gas natural, minerales, etc.) deben ser utilizados con un ritmo o
intensidad de consumo asumible por el ambiente, que será función de la cantidad
de recurso disponible, de su facilidad de extracción o puesta a disposición del
hombre (disponibilidad), y de la necesidad real de uso y consumo, consumiendo
prioritariamente los recursos consumibles reutilizables, evitando de esta manera el
consumo de aquellos que una vez consumidos desaparecen de forma definitiva
(recursos consumibles no reutilizables). La tasa de consumo de estos últimos
deberá reducirse al mínimo, y siempre que exista más de una alternativa, deberá
optarse por el recurso de menor importancia ambiental.

La relevancia económica de la escasez de los recursos varía en función de


sus posibilidades de sustitución por otros factores o materias primas y de los
cambios en las pautas y niveles de consumo de los productos finales que los
incorporan. Además, como muestra de que el desarrollo y el ambiente se
suplementan, puede observarse que mientras que el aumento de la producción
puede llevar a modificar la cantidad de recursos naturales en orden decreciente, la
aplicación de nuevas tecnologías lo puede hacer en orden creciente o al menos
posibilitar el desarrollo económico sostenible (por ejemplo, modernas tecnologías
de perforación para explotación de petróleo).

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En cualquier caso, deberá llevarse a cabo una cuidadosa y escrupulosa
gestión del recurso. La economía ambiental define el concepto de tasa de
explotación sostenible, es decir, aquella que es posible mantener a largo plazo sin
disminuir significativamente la capacidad del recurso natural para abastecer a las
generaciones futuras. En los recursos renovables la explotación anual debe ser
igual que su tasa de crecimiento anual. Sin embargo, si el recurso incorpora
externalidades y éstas no son consideradas en la decisión, las tasas calculadas no
serán realmente sostenibles (si la tala de un bosque se calcula por el precio de la
madera sin incorporar por ejemplo la función de sumidero de CO 2, la explotación no
será sostenible y el resto de la sociedad perderá esta externalidad positiva). 2

Un recurso es algo valioso y útil, y dada su acepción y escasez, su valoración


es función de cuatro variables:

R = f (C, Q, t, S)

Siendo: R=Valor del recurso, C=Cantidad del recurso, Q=Calidad del recurso,
t=tiempo de disponibilidad, S=espacio ocupado.

2) Soporte de actividades

Se define como capacidad de acogida de un territorio a la aptitud que éste


presenta para acoger una determinada actuación o actividad.

Así, la instalación de un proyecto en un territorio planificado y dotado de


infraestructuras acordes, hará que ese territorio presente una capacidad de acogida
alta para esa actividad, cosa que no ocurriría si la localización del proyecto se
produjera en un área de alto valor ecológico y sin infraestructura alguna (se
producirían impactos inherentes al proyecto, pero además habría que considerar
los generados por vías de acceso y comunicación, redes eléctricas, etc.)

Dentro de un sistema integrado de gestión del ambiente, deben elaborarse


mapas para ordenamiento y clasificación del territorio en función de su capacidad
de acogida para múltiples usos derivados de la actividad humana (tipos de
industrias, hospitales, actividades recreativas, lugares de disposición final de
efluentes y residuos, etc.), que resulten útiles para decidir la idoneidad de ubicación
de cada una de las actividades que sean promovidas.

Cada territorio, cada ecosistema y cada sistema socio-cultural, presenta una


capacidad de acogida para un número indeterminado de actividades, pero será
necesario que sobre esos sistemas sólo se desarrollen las actividades para cuya
presencia la capacidad de acogida sea lo suficientemente elevada, desechando
actividades que presenten una baja capacidad de acogida.

3) Receptor de efluentes y residuos

La capacidad de asimilación del medio, puede ser interpretada como la


capacidad de procesar en sus circuitos químicos y biológicos los efluentes que se
le incorporen, transformándolos en elementos no perjudiciales, o al menos

2
Economía ambiental y valoración de recursos naturales. Publicaciones de la UAP. 2010
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aceptables (procesos de oxidación atmosférica o hídrica, incorporación a la cadena
trófica, descomposición química o biológica, reacciones químicas, etc.). También
puede interpretarse como la capacidad de dispersar, diluir y/o filtrar los elementos
que se incorporen al medio físico, transportándolos a lugares donde los impactos
presenten moderada agresividad, y/o manteniéndolos por debajo de los niveles de
inmisión requeridos por la legislación vigente o, de los estándares que se
consideren aceptables.

Considerando el ambiente como receptor de emisiones, vertidos y residuos,


habrá que tener en cuenta no sobrepasar su capacidad de asimilación (capacidad
de dispersión atmosférica, capacidad de autodepuración del agua, capacidad de
filtrado del suelo, capacidad de degradación por la interacción de los vectores aire-
agua-suelo, etc.). Por ende, la emisión de efluentes de una actividad o actuación
deberá realizarse siempre por debajo de la capacidad de asimilación del ambiente
con el que interacciona (próximo o no).

En cualquier caso será ambientalmente más rentable minimizar, y si es


posible evitar, la producción de efluentes, que generarlos y eliminarlos una vez
producidos. La reutilización, que en definitiva, es una forma de reducción, tendrá
siempre que ser prioritaria sobre los tratamientos de efluentes que apuntan a
disminuir los impactos ambientales.

4. Desarrollo Sustentable

"El desarrollo sustentable es un desarrollo que satisface las necesidades del


presente sin comprometer la capacidad de futuras generaciones de satisfacer sus
propias necesidades"

Implica un enfoque sistémico, integrando aspectos Ecológicos, Económicos,


Sociales e Institucionales. En esta línea, el desarrollo sostenible considera, de forma
general, tres pilares:

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 Sostenibilidad Ecológica: Preservación de Recursos Naturales

Garantiza que el desarrollo sea compatible con el mantenimiento de los procesos


ecológicos esenciales, de la diversidad biológica y de los recursos naturales.

 Sostenibilidad Social: Equidad social

Garantiza que el desarrollo aumente el control de los hombres sobre sus propias
vidas, sea compatible con la cultura y los valores de las personas afectadas y
mantenga y fortalezca la identidad de la comunidad.

 Sostenibilidad Económica: Promoción de economías locales

Garantiza que el desarrollo sea económicamente eficiente y que los recursos sean
gestionados de modo que se conserven por las generaciones futuras

Un proyecto o actividad forma parte del desarrollo sostenible, cuando sus


efectos no superan los índices de renovación o consumo, ni la capacidad de acogida
del territorio o de asimilación de los componentes ambientales.

5. Servicios Ecosistémicos

El concepto de servicios ecosistémicos relaciona el funcionamiento de los


ecosistemas con el bienestar humano (Fisher et al. 2009), tanto en términos sociales
como económicos. Entender esta relación es crucial en el contexto de la toma de
decisiones.

 “Beneficios que las poblaciones humanas obtienen directa o indirectamente de


las funciones de los ecosistemas” (Constanza et al. 1997)
 “Beneficios que las personas obtienen de los ecosistemas” (EM, 2003).
 “Aspectos de los ecosistemas utilizados (activa o pasivamente) para producir
bienestar humano” (Fisher et al., 2009)
 “Los servicios ecosistémicos son las funciones biológicas, físicas y químicas
dentro de los ecosistemas que sostienen la vida y el bienestar del ser humano”
(Thrush & Dayton, 2010)
 “Contribuciones directas o indirectas de los ecosistemas al bienestar humano”
(de Groot et al., 2010; EM, 2011)

Los bienes y servicios ecosistémicos satisfacen las necesidades humanas y


generan bienestar, incidiendo directamente sobre la calidad de vida de las
poblaciones locales. La producción de alimentos, más allá de su nivel de eficiencia,
es uno de los principales servicios que prestan los ecosistemas, posibilitando a
todos los ciudadanos el acceso a alimentos inocuos y nutritivos que satisfagan las
necesidades diarias alimentarias que le permitan llevar una vida sana y activa.

Pero también se deberán asegurar otros servicios ecosistémicos, tales como


de regulación climática, de provisión de agua, recreativa, de preservación de valores
culturales. Ellos son de fundamental importancia para lograr una adecuada calidad
de vida de toda la población. Reducir la pobreza, promover la inclusión social y
asegurar una ciudadanía plena requiere velar por el acceso universal no sólo a los
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alimentos sino también a los beneficios que derivan de los servicios ecosistémicos.
[`…`]

Los bosques, por ejemplo, en relación a la biomasa acumulada, cumplen


funciones ecológicas y proveen servicios intangibles que son esenciales, como la
protección del suelo, la regulación del clima local, la atenuación de disturbios (como
las inundaciones), la regulación de gases atmosféricos (captura de carbono) o la
provisión de refugio a la biodiversidad (MA 2007, Nepstad et al. 2008, Laurance
2008).

Los pastizales, igualmente, capturan y retienen carbono (Paruelo et al. 2004),


y proveen un hábitat para la flora y la fauna (Pyke et al. 2002). Los humedales y las
áreas ribereñas, a través de sus cuerpos de agua y áreas “buffer” de inundación,
regulan flujos, purifican y proveen agua, aportan un hábitat para la biodiversidad, y
reciclan nutrientes (Pattanayak 2004, MA 2005, Verhoeven et al. 2006) 3.

Resumiendo, algunos ejemplos:

 producción de alimentos
 regulación climática
 provisión de agua
 protección del suelo
 atenuación de disturbios (como las inundaciones)
 regulación de gases atmosféricos (captura de carbono)
 provisión de refugio a la biodiversidad
 recreativa
 preservación de valores culturales

6. Fenómenos de degradación urbana. Sociología de las poblaciones.


Sistemas de Salud

Mientras no se produjeron grandes concentraciones de población y mientras


el hombre se circunscribió a actividades extractivas artesanales o manufactureras,
no ha habido cataclismo que cambiara sustancialmente el equilibrio del planeta ni
modificara en forma espontánea el medio. Las cosas cambiaron en forma
exponencial con la llegada de la era industrial, en la que el hombre, se unió en
conglomerados cada vez más grandes, en un proceso acelerado de urbanización,
produciéndose la demanda no sólo de abastecimiento de alimentos, sino de
servicios como agua potable, desagües cloacales, transportes, disposición de
residuos domiciliarios, atención médico-hospitalaria, educación, medios de
comunicación social y otros.

Diversos factores son los responsables del deterioro creciente de la


sustentabilidad ecológica, de la calidad de vida y de la salud de muchas
poblaciones, fundamentalmente en países no desarrollados: la descontrolada

3
Valoración de servicios ecosistémicos Conceptos, herramientas y aplicaciones para el
ordenamiento territorial. Laterra, P. ; Jobbágy S. ;Paruelo J.;
(Editores) INTA Buenos Aires. 2011
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urbanización, la utilización de tecnologías industriales y agropecuarias inadecuadas,
la migración de grandes masas de población rural hacia las ciudades y la
explotación irracional de los recursos naturales son algunos de ellos.

La interrelación sociedad-ambiente-territorio condiciona la calidad de vida de


un grupo humano, que, en la ciudad, satisface las necesidades fundamentales de la
población urbana para lograr un cierto grado de bienestar, con los recursos
disponibles en el ambiente natural, transformado y social de la ciudad.

La planificación urbana conlleva a estudiar la problemática de la articulación


entre Salud, medio Ambiente, Políticas Sociales y Públicas y Ordenamiento
Territorial. Este último se relaciona con el manejo integral de los recursos naturales,
la sustentabilidad ecológica y los desarrollos locales.

La mayoría de las sociedades han pasado de producir un impacto mínimo


sobre el ambiente natural a generar impactos negativos que perjudican los
ecosistemas y el nivel de vida de la población. Los habitantes de la ciudad requieren
energía, agua, alimentos y materiales de construcción, necesidades que se
satisfacen con la apropiación y explotación de distintos recursos naturales, lo que
produce impactos ambientales significativos, deteriorando el ambiente,
principalmente cuando el rápido crecimiento incorpora tierras sin poder proveer
infraestructura ni servicios urbanos (desagües pluviales y cloacales, agua potable,
luz, gas, pavimento, alcantarillado, unidades sanitarias, escuelas, seguridad).

Entre los principales problemas ambientales cuentan: la contaminación de las


aguas por la descarga directa de de aguas servidas de origen doméstico e industrial
(requiriéndose mayores inversiones en procesos de potabilización y redes de
distribución), las altas cantidades de sustancias tóxicas emitidas a la atmósfera
(principalmente por el creciente número de vehículos, las emisiones industriales y
las de las centrales termoeléctricas), y la recolección y el tratamiento de los residuos
sólidos (sobre todo en el caso de la basura doméstica).

La contaminación ambiental, causada por agentes biológicos


(microorganismos, cultivos celulares, parásitos humanos), químicos (elementos y
compuestos inorgánicos y orgánicos) y físicos (muy bajas y muy altas temperaturas
y sus cambios bruscos, ruido, radiaciones, vibraciones), es una de las principales
causas de la degradación de los diferentes componentes ambientales y del deterioro
actual de la calidad de vida y de la salud.

El ambiente bio-químico-físico puede afectar la salud directa o indirectamente,


a corto y/o largo plazo. En el corto plazo, buenas condiciones de salud requieren
acceso a buena calidad de agua, aire y alimentos. En el largo plazo, mientras la
economía crece degradando los sistemas naturales y/o sobreexplotando los
recursos, la salud humana se va deteriorando en mayor o menor medida. Muchas
enfermedades que afectan al hombre poseen un sustrato causal, condicionante o
desencadenante de carácter ambiental (no obedecen a causas genéticas o
biológicas).

La exposición a un agente ambiental puede ser la causa inmediata de una


enfermedad, aunque subyacen una serie de fuerzas motrices y presiones que
provocarían los desequilibrios del medio y actuarían como factores importantes en la
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generación de riesgos. Las fuerzas motrices, que ejercen distintas presiones sobre
el entorno, produciendo cambios en su estado natural, en la disponibilidad de
recursos o en la aparición de contaminación, son resultantes de las condiciones
sociales, económicas y ecológicas que actúan en forma directa o indirecta (el
crecimiento poblacional, la modalidad de ocupación del territorio, el desarrollo
económico y la base tecnológica en la que éste se apoya, la estructura político
institucional, etc.). Las presiones son alteraciones socioambientales generadas por
todos los sectores de la actividad económica, de acuerdo con el tipo de ocupación
y/o explotación de los ecosistemas o los niveles de alteración de sus componentes,
que pueden afectar parcial o totalmente a la estructura y a las funciones de los
sistemas naturales, modificando sus atributos y repercutiendo en la salud y en la
calidad de vida (presiones antrópicas tales como deforestación, cambios en el
drenaje natural y vertido de sustancias tóxicas u otros residuos, pero también
pueden considerarse muchos procesos geológicos y climáticos).

Los efectos que pueden producirse sobre la salud de las personas o


poblaciones dependen de la vulnerabilidad socioambiental, que se refiere a las
condiciones del ambiente que determinan la aparición de enfermedades (situaciones
sanitarias deficientes por ausencia y/o falta de agua potable y desagües cloacales,
además de contaminación industrial por vertidos sin tratamientos adecuados a
cuerpos de agua y disposición de residuos urbanos en sus cuencas) y/o de la
vulnerabilidad específica, que se refiere a las condiciones propias de cada individuo
o sector poblacional que los hace más o menos sensibles a los impactos
(alteraciones sobre el sistema socioambiental) a los que está expuesto, dependiendo
de la cuantificación de la exposición. Estos efectos son resultado, entre otras cosas,
de la dosis que ingresa efectivamente en las personas.

Por otro lado, gracias a medidas sanitarias, al control de muchas


enfermedades, a constantes progresos en la medicina curativa y preventiva y a una
mayor expectativa de vida, adquieren significado las crecientes exigencias y
legítimas aspiraciones para acceder a una mejor calidad de vida. Sabiendo que el
estado de salud de la población es el reflejo de la realidad social, económica y
ambiental en la cual vive, es por eso, que resulta importante entender el ecosistema
y las realidades de los grupos a él vinculados, ubicando las políticas de salud en el
centro de las relaciones entre el ambiente y las actividades económicas. Este
enfoque de ecosistemas para la salud humana, otorga similar importancia al manejo
ambiental, a los factores económicos y a las aspiraciones de la comunidad, y
considera como una de las herramientas, el diseño y desarrollo de indicadores de
salud ambiental, que permiten llevar a cabo evaluaciones integrales de ambiente y
salud. Uno de los principales objetivos de estos indicadores es contribuir a evaluar la
evolución de los riesgos ambientales que más afectan a la salud humana y su
distribución espacial, así como promover intervenciones que permitan reducir esos
riesgos.

La salud es uno de los aspectos más destacados que se ven afectados,


directa o indirectamente, por los diferentes conflictos del medio ambiente que el
hombre desencadena, acelera o potencia.
Dentro de este complejo (ambiente-salud) se pueden generar distintas
amenazas ambientales, las que actualmente se dividen en:

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• Peligros tradicionales, ligados a la pobreza y al desarrollo insuficiente.
• Peligros modernos, dependientes de un desarrollo insostenible. Guardan relación
con un desarrollo rápido que no tiene en cuenta mecanismos de protección del
medio ambiente y la salud y con un consumo abusivo de los recursos naturales.
De este modo, los peligros para la salud derivados del ambiente y sus riesgos
asociados van cambiando con el tiempo y/o el desarrollo, pasando de tradicionales a
modernos. Este patrón de cambios se denomina “transición del riesgo”.
Los peligros tradicionales suelen manifestarse en las poblaciones a través de
enfermedades de aparición rápida. Por ejemplo, beber agua contaminada por
bacterias producirá en pocas horas diarrea y otros síntomas relacionados.
Contrariamente, los peligros modernos pueden expresarse en determinadas
sintomatologías muchos años después que ha sucedido una modificación en el
medio. Es común que los efectos aparezcan en la salud después de haberse
mantenido por decenios en el ambiente físico o en las cadenas alimentarias. En
muchos casos, los peligros modernos pueden socavar las propias estructuras de
sostén de la vida sobre la Tierra, como sucede con la desaparición del ozono
estratosférico por la presencia de clorofluorocarbonos.

7. Crisis Ambiental

Frente a los efectos adversos del crecimiento económico se propuso


“crecimiento cero” Si bien la prosperidad de la humanidad se basó en la Revolución
Industrial, en términos de crecimiento económico, desde hace varias décadas ha
comenzado el debate sobre sus consecuencias, como el progresivo agotamiento de
los recursos naturales.
“Los límites al crecimiento”
A través de cinco variables fundamentales –población, producción agrícola,
recursos naturales, producción industrial y contaminación–, se demostraba que la
actual tendencia del mundo llevaba inevitablemente a un colapso por el agotamiento
de los recursos naturales, que se produciría antes de un siglo. Para remediarlo, se
proponían medidas correctoras a iniciar desde 1975, como la reducción de la
producción industrial, la reorientación de las actividades humanas hacia los servicios
educativos y sanitarios, la mejora en la producción de alimentos básicos y el fomento
del reciclado de los residuos.
El primer gran debate ecológico a nivel internacional fue la Conferencia
Internacional sobre la Utilización Racional y la Conservación de los Recursos de la
Biosfera, celebrada en París en 1968, organizada por la UNESCO en colaboración
con otros organismos. Dicha conferencia popularizó la imagen de la Tierra
concebida como una nave espacial de 3.500 millones de pasajeros con recursos
limitados que deben ser racionalmente utilizados si queremos asegurar la
supervivencia de la humanidad, imagen revolucionaria en un contexto “desarrollista”
que ignora el grave problema del agotamiento de los recursos naturales y acepta
como mal menor necesario la contaminación del desarrollo industrial.

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La Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano se celebró en
Estocolmo en 1972 con la participación de 110 países. El mayor logro fue que todos
los participantes aceptaran una visión ecológica del mundo, en la que se reconocían,
entre otras cosas, “los grandes trastornos del equilibrio ecológico de la biosfera; la
destrucción y agotamiento de recursos insustituibles y las graves deficiencias,
nocivas para la salud física, mental y social del hombre, en el medio por él creado,
en que vive y trabaja, y la necesidad [...] de una amplia colaboración entre las
naciones y la adopción de medidas por parte de las organizaciones internacionales,
en interés de todos”. La Declaración final incluyó cierto número de contrasentidos, al
preconizar simultáneamente medidas de reducción de la contaminación ambiental e
industrialización acelerada del Tercer Mundo. Una conclusión clave surgió a partir de
los países más pobres, bajo la tesis de que “la peor de las contaminaciones es la
pobreza”. De esta manera, enraizaba el concepto sobre el “principio de la calidad de
vida”. Consecuente con la Declaración final, la Asamblea General aprobó la creación
de un programa internacional que se denominó Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente (PNUMA).
A partir de la reunión de Estocolmo, muchos países comenzaron a incorporar
el medio ambiente en sus estructuras gubernamentales, creando ministerios o
agencias específicas. El tema ganó espacio en los medios de comunicación, se
crearon miles de organizaciones y se impulsaron estudios e investigaciones
ambientales. En 1983, las Naciones Unidas establecieron una Comisión Mundial
sobre Medio Ambiente y Desarrollo que elaboró el informe “Nuestro Futuro Común”,
en el que se alertaba sobre las consecuencias de seguir adelante con los modelos
de crecimiento vigentes. Este documento, conocido como “Informe Brundtland”
(1987), condujo a la realización de una Asamblea General de Naciones Unidas en
1989. De este modo, en el 20° aniversario de la Conferencia de Estocolmo, se
organizó la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo
(CNUMAD) en Río de Janeiro (Brasil, 1992), conocida como “Cumbre de la Tierra”
(ECO 92). La Cumbre fue convocada con el objeto de buscar estrategias para
prevenir el proceso de degradación ambiental y empobrecimiento creciente del
planeta, colocando el medio ambiente y el desarrollo como centro del debate
internacional.
El legado de la ECO 92 marca los deberes y las responsabilidades de los
países respecto al manejo ambiental del planeta, respetando pautas hacia un
desarrollo sustentable. El documento llamado “Declaración de Río sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo” no tiene carácter jurídico obligatorio, por lo tanto, sus
principios sólo significan un compromiso moral y ético. La Agenda 21 es el Plan de
Acción para poder llevar a cabo los principios enunciados en la Carta de la Tierra,
marcando la transformación del concepto de desarrollo sustentable en planes
específicos. Estos planes están descriptos en términos de objetivos, actividades y
medios de ejecución, aspectos financieros, recursos científicos y tecnologías
necesarias.
Sucesivos encuentros internacionales profundizaron la discusión sobre los
temas ambientales La primera Convención Internacional sobre Medio Ambiente y
Desarrollo (La Habana, Cuba, 1997), denominada “A 5 años de Río”, evaluó el
cumplimiento internacional de la Agenda 21.
En Johannesburgo (Sudáfrica, 2002), diez años después de la Cumbre de la
Tierra, se establecieron vínculos entre el desarrollo socioeconómico y la protección
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del ambiente, con énfasis en el desarrollo humano. Las discusiones no fueron sólo
entre funcionarios gubernamentales, sino entre representantes de la sociedad civil, y
fue vista como la Primera Cumbre Multisectorial.

Bibliografía

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Prospectiva - Serie Medio Ambiente nº 4. Subdirección General de Análisis,
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