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El escritor en busca de una lengua Fabio Mordbito 1M Ciae presenta macs veces que significa pare et escribir en una lengua, el espatiol, que no es mi idioma ‘materno y que aprendirelativamente tarde, 2 los quince aos. He contestado siempre algo distinto y también ahora, que no me lo pregunta nadie sino yo mismo, diré algo que nunca he dicho: inseguridad por un lado y alivio por el otro. La inseguridad se explica fécilmeme. La afirmacién de {que uno no deja jamds de aprender su lengua, aunque es valida para todos, es particularmente verdadera para los no natura les de un idioma determinado, que han tenido que aprenderlo conscientemente, a base de esfuerzos, errores, extrafamien- tw € incidentes que son difciles de olvidar, aunque el apren- dizaje haya ocurrido en Ia juventud. Quiero decir que s6lo Jos extranjeros aprenden un idioma, ya que la lengua mater- 1a se inhala 0 se absorbe junto con el alimento y los gestos ‘de los padres. Aun después, conforme el hablante nativo en riquece y corrige su idioma, lo hace aparentemente sin es- fuerzo, como siel idioma lo hiciera por él, arastrindolo por ‘su cottiente que todo lo pule y lo modifica. También el ha- blante extranjero se ve arrastrado por esa corriente, pero no ‘en el centro del io sino en las orilas, sin el impetu del que dlisfrutan ls otros, quienes no estén nunca equivocados co- mmo é1 lo est ni manifiestan jamds ninguna de sus torpe7as linguisticas, aanque muchos de ellos hablen peor, es decir con ‘menos correccién. ‘Aptender un idioma implica un don de imitacion que es Innato en el nifio y que se atrofia répidamente con el paso {de 10s aos. Para el adulto y aun para el adolescente supone tun esfuerzo que a veces conlleva una dosis de vergoenza; {quien imita se desnuda; a querer asimilar unos rasgos a}en0s, deja ver como nunca los propios. Et adulto que imita dema- siado flagrantemente a otro hombre o una conducta espect- fica nos causa pena; muestra una blandura que es propia de ‘un nifio y también un oportunismo y una avidez que nos pa recen despreciables, porque intuimos que toda imitaci6n es ‘un atajo, que el verdadero conocimiento no es imitativo si- 10, por deciro as, germinativo, es decic introspectivo y no sgestual. El imitador supone que cualquier ser puede compen

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