Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Test de autoestima
Responde las preguntas de forma intuitiva, es importante que la respuesta sea lo más
sincera posible. Al finalizar podrás ver el resultado.
Doy una excusa por tonta que sea para no tener que hacer ese favor.
No quiero interrupciones, así que procuro que no me vea y que otra persona diga
que estoy muy ocupado.
Depende de la confianza que tenga con la gente del grupo, me cuesta más o
menos.
Sí, me suele costar mucho tomar cualquier decisión cuando estoy en grupo.
Cambiaría bastantes cosas para así sentirme mucho mejor y estar más a gusto con
la gente.
No.
Tomado de www.psicoactiva.com 1
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
8. Te preocupa mucho la impresión que causas sobre los demás, si caes bien o no...
Tomado de www.psicoactiva.com 2
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
No, más bien pienso que muchas veces no tiene valor ninguno.
Depende del ambiente en que me mueva puedo ser más o menos tímido/a.
13. ¿Qué sientes cuando alguien recién conocido descubre por primera vez algún
defecto que estabas ocultando?
Esta pregunta presupone que oculto mis defectos, en cualquier caso mi respuesta
es que no me importa y que prefiero que los conozca cuanto antes.
Me siento muy mal y desde ese momento mi relación con esa persona ya no es la
misma.
14. ¿Te has sentido herido alguna vez por lo que te ha dicho otra persona?
Sí, pero sólo por palabras dichas por personas muy queridas.
Nada.
Alguna cosa.
16. Cuando has tenido algún fracaso amoroso, ¿de quién has pensado que era
la culpa?
Mía, normalmente.
17. Si realizas un gran trabajo, ¿no es tan gran trabajo si nadie lo reconoce?
Tomado de www.psicoactiva.com 3
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
Las personas a las que todo el mundo quiere no valen nada, sólo los grandes
generan odios y enemigos.
Pienso que no merece la pena el esfuerzo porque mis ideas no son tan buenas
como creía y procuro atender a las ideas de los otros, dejando en adelante de ofrecer
más ideas.
Abandono el grupo, ya que mis ideas no son tenidas en cuenta y procuro formar
otro en el que soy el líder o ir en solitario.
Al desastre.
A la normalidad.
Test de autoestima
Este test lo que evalúa es la autoestima, que es la valoración que hacemos sobre
nosotros mismos, respondiendo a la pregunta ¿cómo soy yo?, incluyendo el carácter,
la personalidad y las características físicas. Dependiendo de como nos valoremos, el
éxito o el fracaso de nuestras empresas acabará de una manera u otra. Si no estás
seguro de lo que quieres, cómo y cuando lo quieres, puede que los contratiempos de la
vida te hagan más daño que a alguien que sea muy seguro de sí mismo.
Tomado de www.psicoactiva.com 4
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
Valoración:
Aquellas personas que tienen una baja autoestima suelen ser personas que aunque
no se creen inferiores al resto si consideran a los demás en una posición más elevada a
la suya. Esto supone que, inconscientemente, se sientan en una posición retrasada en
relación a los que le rodean a la hora de iniciar o realizar alguna acción. Las personas
con poca autoestima carecen de confianza sobre sus propios actos considerando como
un fracaso cualquier pequeño bache que tengan. Al sentirse de ésta manera están
creándose un efecto de derrota que no les ayudará a conseguir sus metas. Por otro
lado, son inconformistas puesto que siempre desean conseguir una perfección en todos
sus trabajos debido a esa situación de relativa derrota en la que se ven sumidos.
Quizás por ello, el éxito en cualquier tarea les complace de tal forma que les puede
ayudar a olvidar los posibles errores cometidos en el pasado.
Este tipo de personas tienen una buena confianza en sí mismas, pero en ocasiones
ésta puede llegar a ceder. Son personas que intentan mantenerse fuertes con respecto
a los demás aunque en su interior están sufriendo. Aquellos que posean ésta forma de
ser viven de una forma relativamente dependientes de los demás, es decir, si ven que
el resto les apoyan en alguna acción su autoestima crecerá pero, por el contrario,
cualquier error que alguien le eche en cara servirá para que su confianza caiga un
poco. Estos vaivenes no muy acusados en los que se ven este tipo de personas pueden
controlarse con un poco de racionalidad a la hora de enfrentarse a los retos, sobretodo
los retos profesionales. En cuanto al amor, lo mejor es no exagerar los fracasos y
acordarse y disfrutar de los éxitos.
Las personas de gran autoestima han nacido para triunfar en todos los aspectos de
su vida. Se creen seres poderosos y en posesión de la verdad en todo momento. Son
personas a las que resulta muy difícil hacerlas venir en razón y también hundirlas. Su
fortaleza mental les convierte en auténticos tanques de difícil destrucción. Todos sus
movimientos están calculados previamente con un único objetivo: el éxito. Quizás por
ello, el fracaso no supone ninguna alteración de sus planes puesto que es una
oportunidad única para aprender y no volver a equivocarse. Pero, por otro lado, esta
forma de actuar no les ayuda en sus relaciones sociales puesto que dan una imagen de
superioridad que producirá en algunas personas un sentimiento de rechazo. También
hay otras personas a las que las atrae como el imán este tipo de personas de alta
autoestima, eso sí, la pareja que tengas, tendrá que ser también fuerte, porque sino la
podrás hundir.
Tomado de www.psicoactiva.com 5
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
Tomado de www.psicoactiva.com 6
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
Tomado de www.psicoactiva.com 7
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
Tomado de www.psicoactiva.com 8
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
Tomado de www.psicoactiva.com 9
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
Tomado de www.psicoactiva.com 10
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
Para que los niños tengan un buen desarrollo emocional, necesitan sentirse queridos y
cuidados por sus padres; sin embargo, un exceso de protección puede traer más problemas
que ventajas.
Los estudios de la historia de la infancia destacan que hasta bien entrado el siglo XVII una
de las principales causas de mortandad infantil era el infanticidio. Sin embargo, desde hace
unas pocas décadas el niño ha pasado de tener un escaso valor a ser Su Majestad el Bebé,
convirtiéndose -de este modo- en el centro de atención del núcleo familiar y generando, a
nivel social, todo un mundo de consumo del que resulta difícil de escapar. Por tanto, hablar
de padres sobreprotectores sólo tiene sentido en nuestras modernas sociedades
industrializadas.
Es lógico que todos los padres quieran lo mejor para sus hijos: los mejores alimentos, los
cuidados médicos más avanzados, la ropa más bonita y los juguetes más estimulantes, pero
bajo esta premisa algunos de ellos envuelven a sus niños entre algodones sin darse cuenta
de hasta qué punto pueden perjudicar con ello el desarrollo de su personalidad.
Este tipo de padres, viven tan pendientes de sus vástagos que ponen un celo desmesurado
en sus cuidados y atenciones, ven peligros donde no los hay y les ahorran todo tipo de
problemas, pero a su vez les privan de un correcto aprendizaje ya que no les dejan
enfrentarse a las dificultades propias de su edad de donde podrían extraer recursos y
estrategias que les servirían para su futuro.
Muchos son los indicadores que pueden servirnos de ayuda a la hora de pensar si no les
protegemos en exceso, algunos de los más evidentes son:
Observar si cuando cometen algún error o tienen algún tropiezo tendemos a disculparles y
proyectamos su responsabilidad en compañeros y maestros, o bien si hablamos con ellos de
sus conductas y sus resultados.
Tomado de www.psicoactiva.com 11
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
Además, impedir que un niño aprenda por sí mismo y responda espontáneamente a las
situaciones que surjan a lo largo de su proceso evolutivo puede provocar:
La disminución en su seguridad personal.
Serias dificultades a la hora de tolerar las frustraciones y los desengaños.
Un mayor apego hacia sus padres que más adelante puede generalizarse en cualquier tipo
de conducta dependiente.
Niños insaciables que no saben valorar nada de lo que tienen y que más que desear las
cosas las piden de una forma compulsiva y sin sentido.
Un retraimiento o inhibición en su conducta que dificultará sus relaciones sociales: no les
gusta ir de campamentos, les cuesta jugar o conversar con otros niños de su edad, no
pueden afrontar situaciones nuevas.
Por tanto, si no queremos convertir a nuestros hijos en criaturas inseguras, inhibidas y
dependientes, hemos de prestar atención a su desarrollo evolutivo para saber qué podemos
exigirles que hagan por sí solos.
En cualquier caso, hay que ser conscientes de que van creciendo y deben ir separándose –
como nosotros de ellos – para conseguir una identidad propia.
En muchas ocasiones, conviene aplicar el refrán y dejarles tropezar dos veces en la misma
piedra. De los errores siempre es posible aprender.
Muchos padres siguen creyendo que es imposible educar sin castigar, que para que los hijos
obedezcan, para que se atengan a unos límites justos y necesarios, para que cumplan con
sus deberes o respeten las normas es imprescindible utilizar premios y castigos,
recompensas y correctivos o incluso una cierta violencia para reajustar los
comportamientos díscolos.
Pero lo que los padres (y los hijos) necesitan es encontrar otras soluciones que tengan el
castigo como una alternativa excepcional. Propiamente castiga el que lo hace mal, porque
quien sabe corregir con cariño y exigencia no está propiamente castigando, sino educando.
Los correctivos duros y duraderos, excluyentes y desconectados del hecho a reprender,
amenazadores y a veces inhumanos, violentos y vengativos, que prohíben cosas buenas u
Tomado de www.psicoactiva.com 12
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
Cuando tenía 16 años y vivía con sus padres en el Instituto que su abuelo había fundado en
medio de unas grandes plantaciones de azúcar, a unos treinta kilómetros de Durban, en
Sudáfrica, su padre le pidió que le llevara a la ciudad para asistir a una conferencia que
duraba toda la jornada. Arun se puso muy contento porque se le presentaba una ocasión de
las pocas que en aquella época tenía de pasar un día en la ciudad. Aprovechando el viaje, su
madre le dio una lista de compras y su padre le pidió que llevara el coche al taller.
Llegados a su destino, padre e hijo se despidieron hasta las cinco de la tarde, hora a la que
acababa la conferencia. Arun hizo los recados en un periquete, dejó el coche en el taller y le
quedó tiempo suficiente para meterse en un cine. No recordaba el tiempo que hacía que no
veía una película de John Wayne. La sesión continua hizo que se olvidara del reloj. De
pronto eran las cinco y media. Salió a toda prisa, corrió al taller y se presentó a recoger a su
padre con una hora de retraso.
Así que, vestido con su elegante traje y sus zapatos nuevos, hizo los casi treinta kilómetros
de vuelta por caminos mal pavimentados y a oscuras. Su hijo lo siguió con el coche durante
las cinco horas y media que tardó en llegar a casa.
“Desde aquel momento –confiesa Arun, el nieto de Gandhi–, decidí que nunca más iba a
mentir. Muchas veces me acuerdo de ese episodio y pienso… Si me hubiese castigado de la
manera como nosotros castigamos a nuestros hijos, ¿hubiese aprendido la lección?”.
Tomado de www.psicoactiva.com 13
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
Pero el derecho a la pataleta sirve, como mucho, para desahogarnos, aunque no consigue
otra cosa que gastar energía en algo totalmente inútil.
La queja, esa que articulamos de manera automática porque hace calor o hace frío, porque
brilla el sol o llueve (los italianos exclaman: “Piove, porco governo!”), porque tenemos que
ir o venir, porque el sistema va lento o se nos ha acabado la batería del móvil, porque es
lunes o es martes, porque llega tarde algún tren o alguien ha llegado demasiado pronto, etc.,
etc., esa queja, que se nos ha pegado como una muletilla, tiene todos los ingredientes para
ponernos de mal humor, para agriar nuestro carácter y para hacernos, en fin, desdichados.
¿Y qué más? Eso quiso saber la batería del grupo americano de rock alternativo Black
Rebel Motorcycle Club (BRMC), Leah Shapiro, quien junto a mil personas más se
comprometieron a estar un mes entero sin quejarse.
El proyecto de control de quejas (Complaint Restraint Project) dio resultado: las personas
que lograron desterrar las quejas echaron fuera de su mente los pensamientos negativos,
con lo que, afirman, fueron más felices.
Estar un mes sin quejarse, aunque sea febrero (durante el que se hizo el experimento), no es
nada fácil, porque sin darnos cuenta hemos hecho de la queja un hábito fuertemente
arraigado que nos aporta algunos beneficios, como mantenernos en guardia ante las
amenazas, pero que también nos puede pasar cuenta con un excesivo estrés.
Quizá lo primero que notemos sea que no hay conversación que no se sostenga a base de
quejas y más quejas, casi todas totalmente inocuas y estructurales, pero que contaminan el
ambiente y que nos hacen ser quejicas pasivos, como somos fumadores pasivos si
compartimos habitación con quien fuma.
Tomado de www.psicoactiva.com 14
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
Definir queja. No es una observación sobre la realidad (“hace frío”), sino un comentario
que nos hace sentirnos superados por esa realidad que no podemos cambiar (“odio el frío,
no se puede salir de casa”). Es bueno que enseñemos a nuestros hijos a hacer esta
diferencia.
Hacer un listado de las cosas de las que nos quejamos y la frecuencia con que lo hacemos.
Así seremos conscientes de si somos unos quejicas o no. Si lo somos, no nos extrañe que
nuestros hijos se quejen.
Huir de los quejicas. La queja es un tóxico. Evitemos a las personas que están todo el día
quejándose, de lo contrario acabaremos siendo, como mínimo, quejicas pasivos.
Traduzcamos las quejas en soluciones. Si hace frío, abriguémonos más. Enseñemos a usar
las quejas efectivas, es decir, que cada queja vaya acompañada de una solución.
Usemos el “pero” positivo. Si no podemos evitar quejarnos, si se nos escapa una queja,
añadamos enseguida un “pero” que neutralice lo negativo. “Odio la lentejas, pero tienen
mucho hierro”.
Cambiemos el “tengo que” por el “voy a”. En vez de “tengo que sacar la basura”, “voy a
sacar la basura”; en vez de “tengo que hacer los deberes”, “voy a hacer los deberes”. De ese
modo, eliminamos una obligación y la transformamos en disposición para la acción.
Leah Shapiro consiguió estar un mes sin quejarse. Según confiesa, valió la pena: aumentó
su productividad y fue más feliz. ¿Seríamos capaces de estar un mes sin quejarnos?
Tomado de www.psicoactiva.com 15
Proyecto “Universidad Construye País”
modulo 2 “Desarrollo de habilidades personales e interpersonales para la educación de la Responsabilidad Social”
Tomado de www.psicoactiva.com 16