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I.- INTRODUCCIÓN
No podemos reducir la Espiritualidad Salesiana a una materia académica, sino que
debemos verla, y debe ser un punto de partida, una toma de conciencia del estilo de vida
se debe vivir en la Universidad Salesiana. Por eso no puede quedarse en el aula, ni a nivel
de conocimientos, sino que debe llegar a la vida, y marcar las relaciones interpersonales de
todos los integrantes que forman la familia universitaria.
La Espiritualidad Salesiana es un estilo de vida. Una forma de ver la vida que permita
a los jóvenes descubrir la alegría de vivir. Que les ayude a descubrir los talentos recibidos,
a valorarse como persona y asumir el reto de ser el protagonista de su propia historia
personal, profesional y social.
La Espiritualidad Salesiana debe crear un ambiente educativo académico, que
estimule a los jóvenes a vivir esta etapa juvenil como estudiantes que quieren crecer como
personas mientras se preparan en un ambiente de excelencia académica, para ser
profesionales de vanguardia y ciudadanos comprometidos con el cambio social y de esa
manera poder llegar a ser buenos cristianos.
Don Bosco vivió una típica experiencia pastoral en su primer Oratorio, creando un
ambiente y un estilo de familia que tenía en Don Bosco un padre y en mamá Margarita una
madre y donde los primeros colaboradores se sentían como hermanos. Valdocco fue una
familia: una casa que acoge, parroquia que evangeliza, escuela que encamina hacia la vida,
y patio donde encontrarse como amigos y pasarlo bien.
CASA.
La casa es una palabra usual e irremplazable en el léxico pedagógico de Don Bosco.
No es una estructura física, sino una auténtica convivencia familiar, casi de intimidad,
como nos pasa a nosotros cuando hablamos de “nuestra casa”.
La CASA, de la familia Oratoriana donde los jóvenes encontraron un corazón de Padre
en don Bosco y donde era visible la fraternidad evangélica entre los jóvenes acogidos.
Esta praxis paradigmática de los orígenes la codificaría Don Bosco en su primer
reglamento oratoriano.
La CASA que tenía un PATIO. Don Bosco parece insinuar la prioridad del patio respecto
a la “casa”, cuando habla de “la casa aneja” al Oratorio y a la Capilla. Patio y Capilla,
plaza y parroquia, eso era el oratorio para él.
ESCUELA
La escuela era aquel ámbito educativo familiar de vida creado por Don Bosco para
sus chicos, era, así mismo, centro de cultura religiosa y profana; de actividades lúdicas,
de recreación informal, de asociacionismo y de compromisos apostólicos; de profunda
experiencia espiritual, de inmediata y práctica capacitación laboral y, más tarde de
verdadera formación profesional al entrar Italia en el proceso industrial europeo.
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Todo el Oratorio, era una inmensa parábola educativa. Todo en él era escuela y
taller, todo estaba orientado a formar a la persona y hacerla capaz, a través de los
oportunos aprendizajes, de superarse a sí misma, para afrontar las exigencias de la vida
real, para mirar el futuro con esperanza, poniendo la confianza en Dios y usando los
propios recursos humanos, con la capacitación profesional que estaban recibiendo.
El PATIO.
El patio era la más espontánea expresión juvenil de su Sistema, era un lugar para
encontrarse y conocerse en la fiesta y en la alegría. Era el centro de una expansión física
y espiritual en la que los educandos se abrían a la confianza en el ambiente informal y
“festivo”, en el trato familiar y en el juego; y conociéndose recíprocamente como
personas y expresándose el mutuo aprecio, realizaban, como en ningún otro lugar, “el
proverbial aforismo salesiano según el cual “La educación es cosa del corazón”. Esa
casa, tenía una alma Cristiana, que era la “Caridad pastoral” hecha de “amor
educativo”. Según Don Bosco, la amabilidad debería ser empatía y afecto que debe ser
percibido por el joven.
En la tradición y en la actualidad el patio era un espacio educativo. Don Bosco cubrió
con frases las paredes del pórtico y del patio de Valdoco. Las paredes debían educar, y
con las frases en las carteleras comunicaba sus finalidades educativas, creaba cultura.
El patio era animado por los salesianos y por los laicos educadores que jugaban,
paseaban, charlaban y corrían con los chicos.
Quien ha vivido en un ambiente salesiano, unirá el buen recuerdo de algún educador
con la alegre vida de grupo, con las actividades, las fiestas, las horas de juego, con el
teatro, la música, la cercanía de los educadores.
c) El Teatro Oratoriano.
El teatro entra en el ámbito de la educación formal e informal de Valdocco. En la
escuela, el aula de clase, la capilla, el patio, porque Don Bosco mismo entra en ellos. El
mismo vive “teatralmente” su vocación pedagógica y, en donde él está puede estar el
teatro, porque está el educador que lo vive y lo representa en forma pedagógica.
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La finalidad que tiene el teatro es la de alegrar, educar e instruir moralmente a los
jóvenes. En consecuencia, las obras que se interpretan en el Oratorio debían ser: amenas y
aptas para recrear y divertir; pero, al mismo tiempo, educativas, morales y breves, pues las
demasiadas largas no sólo cansan al auditorio, sino que quitan estima y efecto a la
representación. Pueden ser realistas y aún duras algunas escenas, pero nunca crueles; y las
expresiones, ni procaces o poco cristianas.
El teatro en Don Bosco, en el ambiente oratoriano, no es sólo un medio educativo y
un medio de comunicación, sino que crea un espacio de relación interpersonal vital y una
circulación de valores, y se vuelve un instrumento de socialización.
Don Bosco fue un poeta de Dios; y quizá pocos valores como los estéticos, pueden llevar al
educando a admirar la belleza de las realidades humanas y a presentir las cosas de Dios.
En conclusión, en el Oratorio, a través del canto, de la música y del teatro Don Bosco
quería formar el sentido estético de sus muchachos, como por medio de la gimnasia
buscaba su desarrollo físico. De suerte que sus muchachos jugaban, salían de paseo,
tocaban sus instrumentos, organizaban representaciones o competencias deportivas; y
todo esto creaban un ambiente en el que ellos dejaban de ser sólo destinatarios de su
educación sino los principales protagonistas. Protagonistas de una pedagogía sana y serena,
llena de valores, de expresiones humanas, de modalidades expresivas, de recursos de
comunicación y de diálogo. Por eso ellos se encontraban en la casa de Don Bosco como en
su propia casa.
d) La Piedad y la Devoción
El Dios del Oratorio era el Dios que mamá Margarita infundió en Juanito. No era un
Dios bravo y castigador, sino un Dios bueno. El eslogan que le enseñó su madre: “Dios te
ve”, presentaba un Dios cercano que nos acompaña, nos da confianza en nosotros mismos,
que nos estimula a luchar para superarnos, para ser buenas personas.
Los carteles que colocó Don Bosco en los corredores del Oratorio con el mensaje
“Dios te ve”, tenían ese mismo objetivo: Invitar a los jóvenes a valorar sus capacidades y la
oportunidad que tenía en el Oratorio de aprender un oficio que les permitiera mirar el
futuro con esperanza porque iban a tener de qué vivir.
La piedad y la devoción para Don Bosco están unidas inseparablemente a la música,
ya que por experiencia propia sabe que los jóvenes y la comunidad rezan mejor cuando
oran cantando y cuando salen de la capilla repitiendo mentalmente melodías de sus
oraciones y siguen orando. Así pueden hermanar el juego, la oración y la vida, pues todo
está emparentado en la experiencia de Dios, de la cercanía reveladora del corazón de Don
Bosco como padre, y de la fraternidad y la amistad que los hace a todos gozar con la alegría
de los hijos de Dios los dones de la vida y del Espíritu.
III.- EDUCAR HOY CON EL ESTILO DE DON BOSCO: EL SISTEMA PREVENTIVO: PRESENTE
Se trata de:
Una espiritualidad a medida de los jóvenes, especialmente de los más necesitados, que
sabe descubrir la acción del Espíritu en su corazón y colaborar en su desarrollo.
Una espiritualidad de lo cotidiano, que propone la vida ordinaria como lugar de
encuentro con Dios y de crecimiento como persona.
Una espiritualidad pascual de la alegría en la actividad, que desarrolla una actitud
positiva de esperanza en los recursos naturales y sobrenaturales de las personas y
presenta la vida cristiana como un camino de felicidad.
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Una espiritualidad de amistad y relación personal con el Señor Jesús, conocido y
frecuentado en la oración, en la Palabra y en la Eucaristía.
Una espiritualidad de comunión eclesial vivida en los grupos y, sobre todo, en la
comunidad educativa, que une a jóvenes y educadores en un ambiente de familia
alrededor de un proyecto de educación integral de los jóvenes.
Una espiritualidad del servicio responsable, que suscita en jóvenes y adultos un
renovado compromiso apostólico para la transformación cristiana del propio ambiente
hasta el compromiso social.
Una espiritualidad mariana, que confía plenamente, con sencillez y seguridad, en la
ayuda materna de la Virgen siguiendo la mariología de San Juan Pablo II, en una de sus
oraciones que dice: “Virgen valiente, danos confianza en Dios y decisión y valentía para
que podamos superar todos los problemas que nos presente la vida”.
Esta espiritualidad ayuda a discernir y a afrontar los desafíos de la acción pastoral y crea
unidad entre todos los que comparten la misión y colaboran en ella.
a.- Su Finalidad:
Ofrecer a los jóvenes un ambiente propicio para hacerles sujetos y protagonistas de su
crecimiento humano y cristiano, con impulso misionero, abierto a los alejados, con una
voluntad de incidencia en el entorno estudiantil y social. Un impulso de reinserción y
aporte a la sociedad civil.
Construir espacios habitables para el joven, nuevos “mundos vitales” en los que pueda
madurar y ofrecer en todas sus dimensiones: identidad personal y la inserción social,
como ciudadano y también como cristiano.
Considerar al grupo donde se desenvuelve la vida del joven como el elemento más
importante de la experiencia asociativa, y la pertenencia a movimientos más amplios.
Prestar atención especial a las nuevas formas de agrupación juvenil: el voluntariado, y
la objeción de conciencia como opción positiva por la paz y el servicio a los otros.
Crear pluralidad de propuestas y ambientes de amplia acogida según los diversos
intereses y niveles de los jóvenes.
Ofrecer a los más sensibles y comprometidos propuestas adecuadas de maduración en
la fe y en el compromiso apostólico y social.
CASA: En la CASA UPS vive, como núcleo animador la Familia Salesiana que en Cuenca
está integrada por tres grupos: Salesianos religiosos, Salesianos cooperadores, y
Exalumnos salesianos. Los Salesianos religiosos son pocos. El número de Salesianos
cooperadores es mayor. Los Exalumnos salesianos son muchos. ¿Somos conscientes de
esta realidad y de la responsabilidad que esto implica para hacer presente en nuestra
Universidad el espíritu y el estilo educativo de Don Bosco?
ESCUELA: En la UPS los catedráticos no son funcionarios, ni los administrativos son
empleados. Todos son educadores miembros de la gran familia universitaria. Todo el
trabajo debe ser educativo y el trato interpersonal, a todo nivel, debe estar marcado
por la “amabilidad”, el sello de garantía del auténtico estilo salesiano.
PATIO-CANCHA-COLISEO, TEATRO
El deporte es una actividad muy educativa: “Mente sana en cuerpo sano”.
Exige esfuerzo físico en los entrenamientos y en las competencias.
Obliga a integrarse en el equipo para coordinar los esfuerzos y conseguir los
objetivos comunes.
Exige respeto a los compañeros, a los dirigentesn y a los del otro equipo.
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Exige renunciar a otras diversiones más fáciles.
El deporte compensa el esfuerzo con la satisfacción y la alegría del triunfo y despierta el
deseo de superación. El deporte es una escuela de renuncias, de superación y de dominio
de sí mismo, para entrenarse en la lucha de superación que la vida nos exige.
La UPS hace sus estudiantes la oferta de sus espacios deportivos: las cancha y el
coliseo, y toda la organización de entrenamiento, programas deportivos y campeonatos.
b.- La Animación
Dentro de esta finalidad educativa-formativa, la mejor manera de acompañar al joven
universitario es la animación. Este estilo de acompañar los procesos personales implica:
Un modo de pensar que la persona humana por sus recursos interiores es capaz de
ser corresponsable de los propios procesos que la conciernen;
Un método que mira lo positivo, las riquezas y las potencialidades que cada joven
lleva dentro de sí, desarrollando una acción de promoción;
Un estilo de caminar con jóvenes, de sugerir, motivar, ayudar a crecer en la vida
cotidiana, con un tipo de relación liberadora, promocional y confirmadora; y
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Un objetivo último y global de dar a cada persona la alegría de vivir plenamente y el
coraje de esperar.
c.- El animador.
El animador tiene una función indispensable. Podemos describirlo así:
Estimula la formación de grupos, y su progreso en la actitud de búsqueda, y en el
logro de las metas y los ideales;
Ayuda, mediante su competencia y su experiencia, a superar las crisis del grupo y a
tejer relaciones personales entre sus miembros.
Busca, en compañía de los jóvenes, en los momentos oportunos, la apertura a
nuevas perspectivas de reflexión y de acción.
Ofrece elementos de crítica y de profundización a los jóvenes, para que sean capaces
de evaluar sus deseos y propuestas.
Favorece la comunicación entre los grupos y, por tanto, la apertura de cada uno de
ellos a los demás.
Acompaña a cada uno de los miembros del grupo en su proceso de crecimiento
humano y cristiano.
Abre siempre en el grupo la perspectiva cristiana a la hora de leer e interpretar las
situaciones, problemas y propuestas de los jóvenes.
1.- Todos los que forman la familia universitaria, catedráticos, administrativos y alumnos,
deben tener claro que están en una universidad salesiana y deben conocer el espíritu
salesiano, sintetizado en el Sistema Preventivo.
2.- Las personas que pertenecen a los grupos la Familia Salesiana, presente la universidad,
los Salesianos cooperadores y los Exalumnos, deben ser la levadura que desde dentro va
haciendo aflorar el Espíritu y Estilo Salesiano, que es una “cuestión del corazón”.