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2007
TÍTULO DE LA PONENCIA.
LOS JUEGOS DE PODER Y LA CONFIGURACIÓN DE
REDES DENTRO DEL PRI EN EL AÑO 2000.
galindo_adrian@hotmail.com
UAM AZCAPOTZALCO.
1
Los resultados adversos en los comicios presidenciales del 2000
provocaron que al interior del Partido Revolucionario Institucional
(PRI) se produjera un fuerte ajuste encaminado a resolver los
aspectos fundamentales que le permitieran a ese partido su
continuidad como institución política desligada de la conducción del
poder presidencial. Después de que el último presidente priísta se
retirara del cargo, las mayores dificultades se concentraban en dar
respuesta a las siguientes interrogantes: ¿Quién o quiénes dirigirían al
partido?, ¿Cuáles habrían de ser las nuevas reglas del juego bajo las
que se conducirían? y ¿En qué condiciones operarían éstas?1.
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A. Los espacios de negociación.
Con el paso del tiempo los encuentros, tanto los informales como los
estatutarios, fueron convirtiéndose en verdaderos espacios de
negociación que cobraron mayor relevancia porque en ellos se
dirimían los intereses de los miembros de la coalición y se llegaban a
acuerdos que de alguna forma obligaban a los convocados a respetar
las decisiones consensuadas que se alcanzaban en cada ocasión.
3
la Revolución Mexicana de los estatutos del partido y suplantarlos por
un injerto ideológico que definió como liberalismo social, no fue
modificado en la XVII Asamblea. Después de la derrota del 2000,
miembros de la coalición denunciaron que Ernesto Zedillo nunca había
sido un “auténtico priísta” y que lo que llevó al fracaso en las
elecciones no fueron los errores en la campaña, sino las medidas
tomadas por los gobiernos anteriores, como el caso del Fobaproa4.
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una vez que las presiones de la presidencia y el sector “duro”
quisieron capitalizar su renuncia momentánea.
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Durante las seis décadas de supremacía del PRI en el terreno electoral, las nominaciones de
candidatos a diputados federales que hacía el partido eran un botín que distribuía el presidente de
México y líder de facto del PRI para recompensar a los sectores y grupos del PRI y asegurar su
lealtad constante al régimen. Si bien es cierto que en las negociaciones entre los sectores del
partido, los gobernadores y la burocracia del ejecutivo determinaban en gran medida la selección
de candidatos a la Cámara de Diputados, quienes dirigían y controlaban el proceso eran los
presidentes. Lagston, Joy. “Los efectos de la competencia electoral en la selección de candidatos
del PRI a la Cámara de Diputados” en Elizondo Mayer-Serra y Nacif, Hernández, Benito
(Compiladores) Lecturas sobre el cambio político en México, México, Fondo de Cultura Económica,
2002, pp. 388-389.
5
En enero de 2002, ante la Procuraduría General de la República,
Francisco Barrio, secretario de la Contraloría y Desarrollo
Administrativo (SECODAM), presentó una denuncia en contra del
senador y líder del sindicato petrolero Carlos Romero de Champs; la
denuncia fue respaldada de inmediato por la queja que expuso ante el
Instituto Federal Electoral (IFE) el diputado perredista Pablo Gómez;
se acusaba al sindicato de PEMEX de haber desviado 640 millones de
pesos a la campaña electoral de Francisco Labastida (conflicto
conocido como el Pemexgate). El caso terminó cuando el IFE
sancionó al PRI con una multa de 1 000 millones de pesos sin que se
tomaran acciones judiciales en contra de Romero de Champs.7 Al final
de su gobierno, Vicente Fox y el líder sindical expresaron
públicamente su mutuo apoyo y reconocimiento. Si el juicio político en
contra de Romero de Champs no prosperó fue porque el PRI y el PAN
negociaron, para no llevar hasta sus últimas consecuencias, tanto el
Pemexgate como el asunto de los “Amigos de Fox”8.
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juego9- el mecanismo de la negociación permitió el reacomodo y el
posicionamiento de determinados líderes dentro de la estructura
formal del poder de una manera más versátil y menos predecible, ya
que los interesados plantearon sus estrategias y realizaron sus
movimientos sin depender de los dictados de una jerarquía de poder
inamovible.
Las razones por las que los políticos que se identificaron con el
proyecto de Ernesto Zedillo fueron marginados rápidamente de la
estructura de poder dentro del partido; los argumentos por los que la
presidenta del partido, Dulce María Sauri, recibió el respaldo de la
emergente fuente legitimadora constituida por el consejo de ex.-
presidentes del partido; los alicientes por los que Sauri Riancho se
deslindó del grupo de Francisco Labastida; los motivos que tuvieron
legisladores destacados como Manuel Barlett para asumir
resignadamente una disciplina partidista al momento de designarse
los líderes de las bancadas al mismo tiempo que procuraron acentuar
sus diferencias con el nuevo gobierno; el papel de árbitros y
consejeros morales que se adjudicaron gobernadores, ex presidentes
y figuras destacadas del priísmo, así como los acuerdos que
propusieron y las contenciones que establecieron; la beligerancia que
mostró Roberto Madrazo con la intención de modificar los tiempos y
los requisitos estatutarios para la renovación del CEN; y el apoyo que
recibió el político tabasqueño de parte de un grupo de gobernadores
del Sureste del país, se estructuraron a partir de esos tres ejes.
7
que las alianzas de los gobernadores del Sureste y de los ex
presidentes del partido lograron posicionarse, durante los primeros
días de la derrota, a través del discurso y la negociación, prefiguraron
la distribución básica que, dentro de las estructuras de poder al interior
del PRI, definió la dinámica de competencia-confrontación-
supeditación dentro del partido durante todo el mandato del primer
presidente no priísta.
8
la retórica sin correspondencia con la realidad, fue una consecuencia
natural porque los dirigentes del PRI siguieron manteniendo el ethos
priísta; es decir, en términos de Pierre Bourdieu las élites priístas no
renunciaron a su hábitus11 sino exclusivamente redefinieron su campo
de poder12.
11
“Los habitus son principios generadores de prácticas distintivas; pero también son esquemas
clasificatorios, principios de clasificación, principios de visión y de división; establecen lo que es
bueno y lo que es malo, entre lo que está bien y lo que está mal” Bourdieu, Pierre. Razones
Prácticas. Sobre la teoría de la acción. Barcelona, Anagrama, 222, p. 20.
12
“El campo de poder (que no hay que confundir con el campo político) no es un campo como los
demás: es el espacio de las relaciones de fuerza entre los diferentes tipos de capital o, con mayor
precisión, entre los agentes que están suficientemente provistos de uno de los diferentes tipos de
capital para estar en disposición de dominar el campo correspondiente y cuyas luchas se
intensifican todas las veces que se pone en tela de juicio el valor relativo de los diferentes tipos de
capital; es decir, en particular, cuando están amenazados los equilibrios establecidos en el seno
del campo de instancias específicamente encargadas de la reproducción del campo de poder”.
Ibíd. pp. 50-51.
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En estricto orden, después de la derrota en las elecciones presidenciales, los procesos
autoritarios que siguen predominando en el partido, marginaron de la coalición dominante la
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Para los líderes de los sectores corporativos, negociar cargos a
partir de la movilización de recursos con fines electorales.
Para los líderes de las bancadas y demás figuras prominentes
del partido, integrantes del Congreso se bifurcaron dos
posiciones. Los partidarios de ambas compartían el mismo
interés por darle continuidad a sus carreras políticas; sin
embargo, para un sector era necesario que los representantes
priístas se acoplaran a las nuevas circunstancias y promovían
una actitud de colaboracionismo con el gobierno federal;
mientras que para otros, era primordial restaurar una posición
ideológica y programática que los identificara como una
alternativa frente a los otros dos principales partidos políticos
(PAN y PRD) al tiempo que fuera útil para posicionarlos ante el
electorado.
Para los gobernadores, incidir en la política nacional y fortalecer
su relación con el gobierno federal.
De manera particular:
participación de las corrientes (supra); a pesar de que algunos de sus miembros (por ejemplo
Rodolfo Echeverría) hayan pertenecido formalmente y por algún tiempo a ella. La importancia de
las corrientes es que sin ser parte de las bases –en la mayoría de los casos mantuvieron o
mantienen cargos, casi siempre menores, dentro del partido o anteriormente en el gobierno; y
son, precisamente, los responsables de la movilización de los votantes- se adjudican ser el núcleo
central de la militancia; y son el sector que mayormente reclama la fidelidad a los principios del
proyecto revolucionario y de contenido social dentro del discurso político (son a la vez los
principales consumidores y defensores de la ideología).
10
respuesta a las diferencias y a las rivalidades; a través de la
negociación o el chantaje se pudieron establecer compromisos
(muchos de ellos efímeros) que formalizaron nuevas alianzas o
redefinieron posiciones que, a su vez, tendrían como consecuencia el
delineamiento de dos proyectos más o menos claros para formular las
líneas programáticas que deberían prevalecer dentro del partido
durante el gobierno del panista Vicente Fox.
BIBLIOGRAFÍA
Bourdieu, Pierre. Razones Prácticas. Sobre la teoría de la acción.
Barcelona, Anagrama,2002.
11
Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas UNAM,
2002, pp. 24-40.
12
Muñoz Patraca, Víctor Manuel (coordinador). Partido Revolucionario
Institucional 1946 – 2000. ascenso y descenso del partido
hegemónico. México, Siglo XXI, 2005.
13
Reyes García, Luis. “Coalición dominante y reformas organizativas del
Partido Revolucionario Institucional, 1982-2002: continuidades
rupturas y cambios”, Tesis doctoral, UAM Iztapalapa. 2005.
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