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De fachos y gorilas

En la actualidad, se utiliza la palabra "facho", a modo de insulto, para toda


persona que se muestre agriamente conservadora frente a las nuevas ideas
en la política, la moda, el arte y las costumbres. Un facho es un autoritario
pero también un reaccionario, en el sentido de que ataca enérgicamente a
las nuevas ideas que – a su modo de ver- vienen a corromper a la sociedad.
Lo indignan, sobre todo, los tumultos obreros, los partidos de izquierda, los
artistas de vanguardia, los jóvenes progresistas, su lenguaje y su forma de
vivir.

Naturalmente, esta palabra es una abreviatura de fascista. En España se


usa la forma "facha", con el mismo significado. Entendemos que este
término se está usando de una manera errónea. Tomamos algunos pasajes
del tratado "La Epoca Contemporánea" (Maurice Crouzet, Ediciones
Destino, Barcelona, 944 páginas) sobre el fascismo en tanto que realidad
histórica.

"Antes de la crisis de 1929, el régimen parlamentario ya había dejado de


existir en gran parte de Europa, sustituido por dictaduras de corte militar.
En España, en 1923, el general Primo de Rivera tomó el poder, imitándolo
en 1926 en Portugal el General Gomes da Costa, luego de tomar Lisboa. Lo
sucede el general Carmona y, muy a la larga, Oliveira Salazar. Bulgaria
había pasado por la dictadura del general Tsankov (1923-1926) y Grecia
atravesó un período similar, con el general Pángalos. Luego, el mariscal
Pilsudski. Pero todos ellos – aunque muy cercanos- resultaron indefinidos
en comparación con el régimen instaurado en Italia, durante el año 1922.
Esta era una auténtica contrarrevolución ante el avance del socialismo y el
comunismo. Su ideología quedaría completada muchos años después. Es
en 1933, con la llegada al poder del partido nacional-socialista alemán,
cuando la dictadura fascista italiana aparenta estimularse, en paralelo con
sus primos teutones, y se constituye en un ejemplo espectacular de los
regímenes que combatían al comunismo y al capitalismo".

2. "El nazifascismo se desarrolla en Italia y Alemania, dos países con


problemas similares, a saber: el desempleo, la humillación nacional y la
inestabilidad económica. El fascismo ha sido una revolución popular, que
ha movilizado grandes masas, contra un régimen político acusado de
corrupción e impotencia". "… No había firmes tradiciones democráticas en
Italia y Alemania. Por eso se facilitó el avance del nuevo partido. Aunque,
en realidad, no se trata de un partido sino de un movimiento".

"… La mayor parte de los afiliados proviene de la clase media. En el


Congreso de Roma de 1921, entre 150.000 miembros del partido, se
cuentan 18.000 propietarios de fincas, 14.000 comerciantes, 4.000
industriales, 10.000 abogados o médicos, 20.000 estudiantes, unos 37.000
trabajadores del campo y cerca de 24.000 obreros urbanos. Esta es la cuna
del fascismo: en 1930, de 305 jefes fascistas, hay 254 que proceden de la
clase media o media-alta".

"… En Alemania, durante el período 1930-33, pasa lo mismo: la clase media


se ve proletarizada y reacciona con ira. Sólo 2.300.000 personas (en toda
Alemania) poseían una fortuna equivalente al mínimo imponible de 5.000
reichstags".

Los que se levantan contra el régimen burgués son "el proletariado de


cuello duro". Ganan menos que un obrero, pero no aceptan el comunismo.
Cabe añadir a los jóvenes de la clase media, también desarraigados y sin
futuro.

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