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Formación y Actualización
de Profesores de Español
como Lengua Extranjera
2.ª Edición
Septiembre 2017 – septiembre 2018
ASIGNATURA 8
Claves para el aprendizaje del vocabulario
Marta Higueras
Título Claves para el aprendizaje del vocabulario
Autora Marta Higueras
Instituto Cervantes
ÍNDICE
En las últimas décadas, la enseñanza del léxico ha pasado de ser un componente poco valorado
─casi como la cenicienta si se compara con la gramática o la fonología─ a ocupar un papel
privilegiado en el proceso de enseñanza y aprendizaje de lenguas extranjeras. Veamos
brevemente cómo ha sido dicha evolución, tal y como lo han resumido previamente otros autores
(Zimmerman, 1997; Salazar, 1994 y Cervero y Pichardo, 2000).
Disponible en:
http://marcoele.com/descargas/expolingua1994_salazar.pdf
Combinatoria
El enfoque léxico
del léxico
Lewis
Combinatoria (1993)
del léxico
Las frases léxicas o Sinclair
UU.LL pluriverbales (1991)
Nattinger
(1980)
Auge del
Enfoque Léxico
Richards contextualizado
comunicativo
(1976) en textos
Wilkins
(1972)
Método
audioral Campos semánticos
Método de
gramática
Listas bilingües
traducción
Marta Higueras
Entre los años cuarenta y sesenta comienza a surgir interés por el tema de la gradación y
selección del léxico y se acusa la influencia del análisis contrastivo. También, como consecuencia
de la corriente estructuralista, cobra fuerza la idea de que hay que aprender las palabras
atendiendo a dos dimensiones: en contexto (eje sintagmático u horizontal) y en contraste (eje
paradigmático o vertical).
Poco a poco, conforme se iba abriendo paso el enfoque comunicativo, la enseñanza del léxico fue
evolucionando y se pasó de ver el léxico como un conjunto de listados de items, a considerarlo un
aspecto esencial para poder comunicarse en una lengua, al tiempo que se reconocía el destacado
papel que jugaba el aprendiz en ese proceso y se valoraba la necesidad de enseñar estrategias, lo
cual llevó a plantearse qué significaba aprender una palabra y, en consecuencia, a demandar
materiales que abarcaran todos estos conocimientos sobre las palabras.
Wilkins 1 en el año 1972 enuncia la conocidísima frase sobre la importancia del léxico en los
intercambios comunicativos, que llevaba a un primer plano el léxico, incluso privilegiándolo
frente a la gramática: “Without grammar very little can be conveyed, without vocabulary nothing can be
conveyed” (1972: 111).
1
WILKINS, D. 1976: Notional Syllabuses, Oxford, Oxford University Press.
También es patente una evolución en los criterios para seleccionar qué léxico se debe enseñar en
las clases de lenguas extranjeras: en un principio se partía del léxico que aparecía en los textos
literarios; después, se confió, quizá en exceso, en el criterio de frecuencia, para terminar, gracias
a la implantación del enfoque comunicativo, primando los siguientes criterios: por un lado, partir
de las necesidades léxicas del alumno, es decir, que tuviera sentido para el alumno aprender ese
vocabulario y, por otro, tener siempre presente la finalidad que se le otorgará al aprendizaje de
ese léxico, esto es, que permitiera la realización de actividades comunicativas y no fuera un fin en
sí mismo. Todo ello, unido al interés por la enseñanza de estrategias y a tener en cuenta que el
léxico se aprende tanto de forma directa o explícita en clase como indirecta o incidental, a través
de la exposición a input, supuso una auténtica transformación de los materiales.
Marta Higueras
Los trabajos de Nattinger (1980) 2 recuperan la importancia del eje sintagmático y proponen que
la enseñanza no se centre en palabras aisladas, sino en unidades léxicas pluriverbales 3.
También en esta época Chanell 5 aplica las teorías del análisis componencial para insistir en el eje
sintagmático y paradigmático de las palabras. No menos relevante fue la influencia de la
estadística y de la informática de trabajos como los del lexicógrafo británico Sinclair (1991) 6, que
insistían en la necesidad de tener en cuenta que las palabras no solo se van combinando una a
una, restringidas tan solo por reglas gramaticales (open choice principle) ─como si fueran pequeñas
piezas de un juego de construcción─, sino que el hablante dispone de un conjunto de bloques o
unidades léxicas pluriverbales, que va combinando al hablar (idiom principle). Dichos bloques
están memorizados en su lexicón fraseológico (phrasal lexicón) y están preparados para que el
hablante los recupere como un todo, al producir textos orales y escritos, lo cual permite al
hablante ganar rapidez y precisión en sus enunciados.
Marta Higueras
2
Nattinger, J. R. y J. Decarrico 1992: Lexical Phrases and Language Teaching. Oxford. Oxford University Press.
3
Una unidad léxica es un ítem que funciona como una unidad de significado, independientemente del
número de palabras que la integran. Por tanto, casa sería una unidad léxica integrada por una sola palabra
y de armas tomar (expresión idiomática) o tomar una decisión (colocaciones) serían unidades léxicas
pluriverbales.
4 Para profundizar en los tipos de unidades léxicas desde el punto de vista fraseológico se recomienda la
consulta de la ya clásica obra de Corpas.G 1996: Manual de fraseología española, Madrid, Gredos. Para una
aplicación a la didáctica del léxico de lenguas extranjeras, se puede consultar Higueras (1997) y Gómez
Molina, José Ramón (2004): «Las unidades léxicas en español». Carabela, 56, Madrid: SGEL, 27-50.
5 Channell, Joana ((1988): «Psicolinguistic considerations in the study of L2 vocabulary acquisition», in
Roland CARTER y Michael MCCARTHY (Eds.), Vocabulary and Language Teaching, Londres, Logman, 83-96.
6 Sinclair, John (1991): Corpus, Concordance, Collocation, Oxford, Oxford University Press.
Esta evolución en la enseñanza de lenguas trajo consigo un cambio en las técnicas para enseñar
el léxico: desde las listas bilingües, pasando por los campos semánticos que defendía la
semántica estructural y que tantos frutos han dado en los materiales para la enseñanza de
lenguas desde entonces, hasta avanzar a la enseñanza contextualizada del léxico que defendía el
enfoque comunicativo, para culminar en las propuestas del enfoque léxico (Lewis 7, 1993, 1997 y
2000), que recupera la importancia de las unidades léxicas pluriverbales y enfatiza la creación de
redes entre palabras, otorgando un papel esencial al eje sintagmático, más concretamente al tipo
de unidad léxica denominado “colocación”.
En la actualidad se vive una época en la que se reflexiona sobre cómo introducir el enfoque léxico
en las clases de lenguas extranjeras y un gran énfasis en la enseñanza de bloques o chunks (Boers y
Lindstromberg, 2009; Lindstromberg y Boers, 2008).
7Lewis,
M. 1993: The Lexical Approach, Londres, Language Teaching Publications. Y Lewis, M. 2000: Teaching
Collocation. Further Developments in the Lexical Approach, Londres, Language Teaching Publications.
Actividad 1 ¿Cómo crees que están almacenadas las unidades léxicas en tu cabeza? Señala
con una cruz y añade algún criterio más.
La palabra está aislada
Está relacionada con otras de su campo semántico
Alfabéticamente, como un diccionario
Con otras con la misma categoría gramatical
Por patrón rítmico y acentual
Por número de sílabas
Otros: ..................
Escribe todas las palabras que te vengan a la cabeza a partir del estímulo de la palabra coche.
¿Con qué palabras y experiencias está relacionada esta palabra en tu cabeza?
coche
Los estudios en psicolingüística comenzados hace dos décadas (Aitchison, 1987, Coady y
Huckin, 1997 y Baralo, 2001), permiten afirmar que la adquisición de léxico no es sólo una suma
de palabras que el alumno va memorizando y almacenando paulatinamente, sino que se trata de
un proceso cualitativo, gradual, multidimensional, procesual y dinámico, en el que el
aprendiente teje una intrincada red de relaciones —fonéticas, graficas, semánticas, morfológicas,
sintácticas, enciclopédicas o personales— entre unidades léxicas, que asocian y fijan la
información nueva a la conocida. Esta teoría de la red habla también del almacén inteligente de
unidades léxicas en el que reside nuestra competencia léxica, que se denomina lexicón y que
contiene tanto las piezas léxicas como las reglas que regulan su combinación, con múltiples
conexiones entre unas y otras. Baralo (2001: 26) lo define así:
<<Llamamos ‘lexicón’ a la parte de la competencia lingüística que contiene las piezas
léxicas formantes, es decir, las raíces y temas, los afijos flexivos y derivativos y las
reglas que regulan su combinación. El concepto es cognitivo, dinámico y procesual, a
diferencia del concepto de «léxico», como sinónimo de «vocabulario», entendido
como el simple listado de palabras, o como una organización de campos semánticos.
El lexicón es un constructo que da cuenta de la capacidad creativa del lenguaje, y por
lo tanto de las lenguas. Permite comprender y explicar los fenómenos de generación
de nuevas palabras, que pueden ser entendidas, procesadas y recreadas de manera
novedosa, sin información explícita, por cualquier hablante nativo e, inclusive, por
un hablante no nativo de la lengua.>>
Aprender una palabra consiste en mucho más que comprender su significado: es un proceso que
reestructura el conocimiento previo, gracias a la información nueva; es decir, que cada vez que se
aprende una nueva entrada léxica se realizan las operaciones pertinentes para diferenciarla de otras
conocidas (y este proceso es personal y diferente en cada alumno) y para asociarla con las que ya se
dominan, y que, de esta forma, la nueva unidad léxica encuentra su lugar adecuado en la red que
forman las palabras en el lexicón, como demuestra el siguiente ejemplo. Cuando explicamos caliente
y frío, el estudiante probablemente las define por oposición: caliente = ‘no frío’; y frío= ‘no caliente’. Sin
embargo, cuando incorporamos un nuevo elemento, por ejemplo, templado, cambia toda la estructura
o red que engloba a las palabras que nos permiten hablar de este tema, porque hay que buscar una
nueva manera de explicar esos tres términos: caliente = ‘no frío, no templado’; templado = ‘no frío, no
caliente’, y frío = ‘no caliente, no templado’. Además, el alumno la asociará con otros adjetivos, con
otras palabras, que empiecen por esa sílaba, con las traducciones de esas palabras a su lengua
materna, etc.
De esta forma, se va construyendo esa red de asociaciones que integran nuestra competencia léxica,
habida cuenta de que saber una palabra implica tener conocimiento no sólo del significado y
referente, sino también:
• de su denotación;
• de cómo se relaciona con otras palabras que podrían haber aparecido en ese lugar (las
relaciones paradigmáticas);
• de cómo se combina con otras (sus colocaciones o relaciones sintagmáticas);
• es tener suficiente información gramatical sobre ella (categorial y morfológica);
• es conocer sus usos metafóricos, su registro, la frecuencia de uso, la información cultural
que transmite para una comunidad de hablantes, si pertenece a alguna expresión
idiomática o institucionalizada y también, por qué no, qué equivalentes tiene en otras
lenguas que conozcamos (Higueras, 2006).
Pero, sobre todo, podemos decir que un alumno sabe una palabra cuando puede usarla en un
texto oral o escrito, es decir, que forma parte de su léxico productivo.
Son muchos los interrogantes todavía abiertos sobre la cuestión del lexicón, que no se abordarán en
este curso introductorio, pero sí se plasman aquí para futuras reflexiones.
El lexicón
Frío
¿Cómo se almacenan las
palabras en el lexicón?
Marta Higueras
Es importante precisar qué características tiene ese lexicón, para entender cómo podemos
facilitar la adquisición del léxico por parte de nuestros alumnos.
Se elabora progresivamente
Conjunto
de ítemes
conocidos
en
diferentes
grados Hay asocia-
ciones
personales y
Lexicón otras fijadas
por la lengua
Red fluida y
dinámica
Se desarrolla
El valor de las palabras reside en holísticamente
las relaciones que establece con
otras palabras
Marta Higueras
¿Qué consecuencias didácticas tienen estas ideas teóricas? La más inmediata es que los
profesores deberíamos presentar y practicar las palabras y unidades léxicas mediante técnicas y
contextos que permitan relacionarlas entre sí, tal y como parece demostrado que se almacenan
en el lexicón mental, para, de esta manera, mejorar y agilizar su aprendizaje.
Veamos las propuestas prácticas que apunta Baralo (2001: 37) para crear redes entre palabras:
“(...) En general, se podría sintetizar en dos aspectos por un lado, las fuentes, que
deberán presentar un input comprensible, sujeto a la regla de Krashen ( i + 1), a través
de la interacción oral, las lecturas variadas, las audiciones y los visionados de
situaciones de comunicación y de actos de habla comprensibles. Por otro, las
actividades deberían favorecer las estrategias de asociación de piezas léxicas, a través
de sus redes, como las asociaciones morfológicas (derivación y composición);
semánticas (hiponimia e hiperonimia; sinonimia y antonimia; polisemia; campos
semánticos y asociativos); léxicas (cognados, expresiones idiomáticas); discursivas
(conectores textuales, según los géneros) y pragmáticas (selección léxica
condicionada por las variables de la situación de comunicación).”
•Asociaciones gráficas.
•De significado (campos semánticos).
•De significado (sinónimos y
antónimos).
•De combinaciones en el eje
sintagmático.
•De registros.
• Basándonos en la morfología de las
palabras.
•Según las funciones comunicativas
en las que suelen emplearse.
Los tipos de relaciones que se pueden crear abarcan todas las dimensiones de lo que implica
saber una palabra, aspecto sobre el que ya había reflexionado con gran tino Nation (2001: 27) y
cuyas conclusiones se han traducido en esta tabla: