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PREVENCIÓN DE MALFORMACIONES CONGÉNITA

Considerando que los defectos congénitos pueden tener muy diversas causas, es necesario aplicar
un amplio repertorio de métodos de prevención. La mayoría de los trastornos congénitos de
origen ambiental se pueden prevenir con medidas de salud pública como la prevención de las
infecciones de transmisión sexual, la aplicación de leyes sobre la gestión de sustancias químicas
tóxicas (como ciertos productos de uso agrícola), la vacunación contra la rubéola o el
enriquecimiento de los alimentos básicos con micronutrientes (yodo y ácido fólico)

Se hace prevención en tres períodos:

Preconcepcional: Será la prevención primaria y se centra en los individuos sanos. Tiene como
objetivo principal impedir que se produzca la malformación

Prenatal: Es la prevención secundaria y actúa sobre individuos enfermos siendo su objetivo evitar
que nazca un niño malformado.

Según la OMS , la prevención primaria de las malformaciones fetales implica:

 Una mejora de la dieta de las mujeres en edad fértil, eligiendo la dieta mediterránea y
garantizando un aporte suficiente de vitaminas y minerales.
 Evitar exponerse a sustancias peligrosas durante el embarazo, como los metales pesados,
los plaguicidas o algunos medicamentos.
 Una buena cobertura vacunal, en especial contra el virus de la rubéola, en mujeres y niñas.
 El aumento y la mejora de la formación del personal sanitario y de otros interesados en el
fomento de la prevención de las malformaciones fetales.

Prevención primaria de las malformaciones fetales.

La prevención primaria se basa principalmente en modificar los factores ambientales que puedan
afectar al desarrollo fetal puesto que en la modificación génica podemos hacer relativamente
poco. Se pueden dar gran variedad de problemas en la gestación ya que el desarrollo prenatal es
de gran complejidad y se ve muy influenciado por los hábitos de la gestante, de ahí que sea
imprescindible que con cada nuevo embarazo se tengan en cuentan factores como la edad, la
ocupación de la madre y su estilo de vida dando especial importancia a la dieta y a la ingesta de
medicamentos asociados a enfermedades. Los profesionales de enfermería, al igual que otros
profesionales que trabajen en el área de la salud materno-infantil, tienen un papel muy
importante como educadores sanitarios en este campo y serán los centros de salud su lugar de
mayor actuación, en consultas de atención primaria y en las visitas programadas con la matrona.
Informaremos a las pacientes de los cuidados a seguir y las daremos ciertas pautas para conseguir
una gestación saludable y que sus recién nacidos sean sanos.

Nutrición: Una nutrición adecuada es un factor esencial para la salud tanto de la madre como del
feto. Se recomienda realizar una dieta típicamente mediterránea repartiendo las calorías totales
de forma similar a un adulto normal, con un 55% en Hidratos de Carbono, 35% en grasa y el 15%
restante en proteínas. Será una dieta baja en grasas saturadas y con alto contenido en fibra, que
además será variada y rica en frutas y verduras.
El ácido fólico se debe empezar a suplementar en el periodo pre-concepcional y mantener durante
el primer trimestre de embarazo. El ácido fólico es una vitamina B (B9) que se encuentra
principalmente en los vegetales verdes oscuros, como el brócoli y la espinaca, en las legumbres,
como los frijoles o las arvejas, y en los cereales enriquecidos. Las mujeres embarazadas o que
están intentando quedar embarazadas deberían consumir al menos 400 microgramos (0,4
miligramos) de ácido fólico diariamente antes de la concepción y al menos durante tres meses
después de quedar embarazadas. Los estudios demuestran que esto reduce significativamente el
riesgo de que un bebé tenga defectos del tubo neural.

El yodo adquiere también gran importancia, pues es indispensable para que el tiroides sintetice
tiroxina, necesaria para el desarrollo del cerebro así una deficiencia del mismo puede producir
daños cerebrales irreversibles. La mujer embarazada necesitará suplemento de yodo ya que una
dieta normal es pobre en yodo.

Teratógeno: Un teratógeno es un agente capaz de causar un defecto congénito. Generalmente, se


trata de algo que es parte del ambiente al que está expuesta la madre durante el embarazo. Puede
ser un medicamento recetado, una droga ilícita, el consumo de alcohol o una enfermedad de la
madre capaz de aumentar la probabilidad de que el bebé nazca con un defecto congénito.

Edad: Hay varios estudios que asocian las edades maternas extremas con las malformaciones
fetales, véase. Las malformaciones fetales que se relacionan con madres jóvenes van orientadas al
estilo de vida y hábitos maternos. En cambio las edades maternas avanzadas se relacionan
directamente con malformaciones fetales de tipo genético como las trisomías y también hay
mayor incidencia de defectos del cierre del tubo neural en el feto.

Inmunidad: Existe un elevado riesgo de transmisión madre-feto de ciertas enfermedades, tanto


en la fase aguda como en la crónica. En caso de infección crónica, el riesgo de transmisión existe
mientras se mantenga la infección, es el caso del virus del VIH y de la Hepatitis B y C.

Mecanismo de prevención de malformaciones en Colombia

Los países latinoamericanos, en los que la mortalidad infantil ha caído por debajo de 50/1.000, las
anomalías congénitas ocupan el tercer puesto y han adquirido significación como problema de
salud pública. Las anomalías congénitas y los trastornos hereditarios son los responsables de 19%
de las muertes en las unidades de cuidados intensivos pediátricos.

Al analizar 56 causas de mortalidad infantil en Colombia, las anomalías congénitas que se


encontraban en el séptimo lugar en la década de 1970 suben al cuarto lugar en la década de 1980
y al tercer lugar en 1994. En Colombia, en 1992 se propuso el programa de Vigilancia
Epidemiológica y Registro de Anomalías Congénitas de Colombia (VERACC) como iniciativa del
Instituto Nacional de Salud, con base y con autorización del ECLAMC, el cual cubría varias
ciudades, pero al cabo de dos años se suspendieron sus actividades.

En Colombia los niños no se mueren por hambre, su principal causa de muerte son las alteraciones
prevenibles durante el embarazo: malformaciones congénitas, anomalías cromosómicas y las
deformidades. Frente a esto, el MinSalud cuenta con una ruta de atención perinatal para ofrecer
el debido servicio, sin embargo, no en todos los casos se aplican los exámenes necesarios para
detectar las condiciones anteriormente mencionadas.
En Colombia, por medio de la Ley 1438 de 2011, se ordena que todas las personas tengan
seguridad social y se asegura que toda mujer gestante tiene derecho a recibir atención médica en
cualquier centro de salud. Sin embargo, la ruta de atención a las embarazadas varía de acuerdo
con la condición del embarazo, el prestador de salud, la clínica, o si hace parte del régimen
subsidiado o del contributivo (de pago).

Contrario al imaginario popular que se tiene en Colombia de que los niños menores a cinco años
se mueren por desnutrición, en 2017, el 24,83% falleció por alteraciones identificables en el
embarazo. Seis mil sesenta y cinco (6.065) niños murieron por estas razones, mientras que 630
niños perecieron por desnutrición durante los últimos tres años.

Ana María Peñuela, coordinadora de Convivencia Social de Ciudadanía del MinSalud, aseguró que
dentro de la Ruta Integral de Atención Materno Perinatal “se hacen unos tamizajes específicos,
incluida por ejemplo una ecografía detalle para ver si el niño viene con alguna malformación o
no.” Además, y dentro del Plan de Beneficios en Salud, se encuentra cubierta la amniocentesis
diagnóstica, que es una de las pruebas más utilizadas para analizar el líquido amniótico y así
determinar si el feto presenta algún tipo de irregularidad cromosómica. Pese a lo que está
establecido por ley, en los hospitales y centros clínicos no se hacen los exámenes necesarios para
identificar malformaciones. Puntualmente, no se sacan ecografías en detalle, como asegura Ana
María Peñuela que debe hacerse. Esta contradicción en el sistema de salud colombiano ha
ocasionado que en los últimos tres años las anomalías cromosómicas, las deformidades y las
malformaciones congénitas encabecen la lista de causas de mortalidad infantil con un 23,6% en
promedio en niños de cero a cuatro años. “Del 100% de niños que tienen malformaciones
detectables por ecografías, solo el 30% es diagnosticado a tiempo; el 70%, no. ¿Por qué? Equipos
malos, personas no entrenadas, y algo perverso, relacionado con lo económico: no es rentable
para los hospitales”, afirma Ignacio Zarante, médico genetista que trabaja con el Instituto de
Genética Humana Médica.

Bogotá, una ciudad que desde hace diez años implementó una vigilancia rutinaria de los defectos
congénitos para identificar la frecuencia y distribución de los mismos. La capital del país inició este
programa por medio de una investigación realizada por el Instituto de Genética Humana de la
Pontificia Universidad Javeriana junto con la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá entre 2000 y
2010. El resultado: detectó síntomas recurrentes en estas situaciones como lo son el riesgo de
prematuridad y bajo peso al nacer.

Este estudio permitió que en Bogotá se identificaran los seguimientos pertinentes que se debían
hacer tanto al paciente como en la debida atención por parte del personal médico. Además, se
implementó el Protocolo Nacional establecido por el Instituto Nacional de Salud, en el que se
definió la notificación de todos los niños y niñas menores de un año con defectos congénitos.

El Estudio Colaborativo Latino Americano de Malformaciones Congénitas (ECLAMC) desde hace


algunos años viene tratando de convencer a la Secretaría de Salud de Bogotá de que este tipo de
condiciones se pueden prevenir de manera preconcepcional por medio de vacunas, ácido fólico,
una buena alimentación, cuidados en el peso y evitando consumir alcohol, sustancias psicoactivas
o fumando.
Colombia logró en tres años disminuir su tasa de mortalidad de niños menores de cinco años a una
cifra menor del 25 por mil, meta establecida por los ODS para todos los países. No obstante, el
gobierno debe trabajar más en regiones como Vichada, Vaupés, Guanía y Chocó, donde la tasa no
presenta cambios significativos en los últimos años.

Los objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, en su objetivo número 3: Salud y


Bienestar, fija como meta que los países disminuyan la mortalidad de menores de 5 años al 25 por
cada mil nacidos vivos. En su esfuerzo por cumplir con las metas propuestas, Colombia hoy cuenta
con una tasa de 15 niños muertos por cada mil. Como fruto del acuerdo alcanzado por los 191
estados pertenecientes a los Objetivos del Milenio, en 2015 Naciones Unidas (ONU) compone 17
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que hacen parte de la Agenda 2030 y fijan ciertas metas
que deben ser alcanzadas por los estados en los próximos 12 años restantes.

Colombia ocupa el sexto puesto como uno de los principales gobiernos latinoamericanos en
obtener un balance positivo, frente a los demás países de la región, y en comprometerse con la
alineación de sus agendas nacionales con la Agenda 2030. Tanto así, que en febrero de 2015 se
estableció la Comisión Interinstitucional de Alto Nivel para el Alistamiento e implementación de
los ODS, que es el arreglo institucional encargado de dar lineamientos y coordinar la preparación,
implementación, monitoreo, evaluación y seguimiento de la Agenda en el país. “El país avanzó y
dio un paso importante en las tasas de mortalidad, ya que se redujo mucho más de la mitad. En
temas de salud, pasó a ser declarada como derecho a la población, teniendo en cuenta que los
niveles de aseguramiento son bastante altos; la mayoría de población tiene acceso a la salud ya
sea porque trabaja y cotiza o porque tiene subsidios y el gobierno asume estos costos”, afirma
Felipe Castro, Coordinador del Centro de Objetivos de Desarrollo Sostenible para América Latina y
el Caribe. En marzo de 2018, el entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, presentó el
documento Conpes (3918), de 73 páginas, titulado ‘Estrategia para la implementación de Los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en Colombia’ el cual presenta la ruta que debe seguir el
país para cumplir los 17 objetivos establecidos a nivel internacional. Además, este documento
cuenta con indicadores, entidades responsables, un esquema de seguimiento a los objetivos y de
rendición de cuentas.

En regiones como Bogotá, la administración del alcalde Enrique Peñalosa, en el Plan Territorial de
Salud para el plan de Desarrollo Bogotá Mejor para todos 2016-2020, incluyó en su metodología
de forma particular los compromisos internacionales dentro de los cuales se encuentran los
Objetivos de Desarrollo Sostenible. “Se incluyen metas y actividades que buscan el cumplimiento
de los ODS” según informó a este medio la Secretaría de Salud de Bogotá. (Unisabana Medios
trató de contactar a las Secretarías Departamentales de Salud de Vichada Chocó, Guainía, Vaupés
y La Guajira para conocer la incorporación de las metas nacionales propuestas para el
cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Colombia, pero no recibió respuesta
alguna).
PREVENCIÓN DE MALFORMACIONES CONGÉNITAS A NIVEL DE CÓRDOBA.

Como tal no se conoce en el departamento de Córdoba métodos preventivos para malformaciones


congénitas, pero la mayoría de los profesionales de la salud como lo son pediatras, obstetras y
ginecólogos les recomiendan a las madres gestantes sobre todo en las primeras 8 semanas de
gestación evitar la exposición a teratógenos, evitar todo tipo de agentes infecciosos provenientes
de los alimentos o el consumo de agua contaminada con mercurio u otros componentes químicos,
debido a que en nuestro departamento son muchos los corregimientos que carecen de agua
potable. Por otro lado, también les recomiendan evitar la exposición a agentes físicos como lo son
rayos x entre otros. También evitar el consumo de alcohol, consumo de tabaco a alguna otra
sustancia psicoactiva que pueda ver afectada la formación normal del embrión.

Para finalizar es de vital importancia que estas madres gestantes tengan una buena dieta
alimenticia donde incluyan vitaminas, tales como el ácido fólico que es muy fundamental para el
crecimiento normal del embrión, para así prevenir los defectos del tubo neural, no tomar todo
tipo de fármacos durante la etapa gestacional ya que muchos de estos pueden ser teratógenos y
causar una malformación en el embrión. Algunos de estos fármacos son:

los antipsicóticas y ansiolíticas (tranquilizantes mayores y menores, respectivamente) porque


estos producen, al parecer, malformaciones congénitas.

la aspirina (salicilatos), que es el fármaco que se toma con mayor frecuencia durante el embarazo,
resulta potencialmente perjudicial para el desarrollo del feto si se emplean grandes dosis.

los anticonvulsivantes difenilhidantoína (fenitoína), ácido valproico y trimetadiona, que usan las
mujeres epilépticas. Específicamente, trimetadiona y difenilhidantoína producen un amplio
espectro de anomalías que conforman diferentes patrones de dismorfogénesis conocidos como
los síndromes de la trimetadiona y de la hidantoína fetal.

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