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Trabajo Clínica Jurídica

Marcos Chung Calcagno

CORTE SUPREMA CUARTA SALA (ESPECIAL)


Exequátur. I. Requisitos para la ejecución de sentencias extranjeras en Chile cuando
no existe tratado. II. Sentencia extranjera que no contraviene las leyes de la República
ni se opone a la jurisdicción nacional. Causal de divorcio homologable con alguna de
las previstas por el ordenamiento jurídico nacional. Sentencia que no se obtuvo con
fraude a la ley • 22/04/2019
Rol: 31451-2018
Ministro: Blanco Herrera, Ricardo-Chevesich Ruiz, Gloria Ana-Muñoz Sánchez, Andrea
Abogado Integrante: Etcheberry C., Leonor-Quintanilla Pérez, Alvaro
Partes: María Mahboobani Daryanani con Sin identificar
Tipo Recurso: Exequátur
Tipo Resultado: Acogido
Fecha Sentencia: 22/04/2019
HECHOS
Ciudadana española solicita se conceda el exequátur necesario para cumplir en Chile la
sentencia de divorcio dictada por el Juzgado de Primera Instancia N°5 de Las Palmas de
Gran Canaria, España. La Corte Suprema acoge el exequátur solicitado para que se lleve a
efecto en Chile la sentencia de divorcio dictada en el extranjero

SUMARIOS
1 - Cuando entre Chile y el país en el cual se dictó la sentencia de divorcio cuyo exequátur
se solicita no existe tratado sobre cumplimiento de resoluciones pronunciadas en los
respectivos Estados, ni hay constancia sobre una posible situación de reciprocidad, se
concluye que no corresponde dar aplicación a los artículos 242 a 244 del Código de
Procedimiento Civil, sino al artículo 245 del mismo texto legal, que regula los trámites
judiciales que han de cumplirse en Chile para que las resoluciones pronunciadas por
tribunales extranjeros puedan tener fuerza, ejecutarse o cumplirse en nuestro país. El
referido artículo 245 confiere a las resoluciones dictadas por tribunales extranjeros la
misma fuerza que si se hubieren dictado por tribunales chilenos, con tal que: a) no
contengan nada contrario a las leyes de la República; b) no se opongan a la jurisdicción
nacional; c) que la parte contra la cual se invoca la sentencia haya sido notificada de la
acción; y d) que estén ejecutoriadas en conformidad a las leyes del país en que hayan sido
pronunciadas (considerandos 1° y 2° de la sentencia de la Corte Suprema)

2 - En la especie, la sentencia de divorcio cuyo exequátur se pide no contraviene las leyes


nacionales sustantivas, atendido que nuestra legislación contempla la institución del
divorcio, que pone término al matrimonio mediante sentencia firme, entre otras causales,
por el cese de la convivencia de los cónyuges durante un lapso mayor de un año, tratándose
de divorcio de común acuerdo, o de tres años si se trata de divorcio unilateral. Por otra
parte, el Convenio Regulador de Divorcio, que fue aprobado y cuyo contenido forma parte
integrante de la sentencia que se pretende cumplir, no contraviene las normas chilenas
establecidas al efecto, en los artículos 55, 61 y demás pertinentes de la referida Ley de
Matrimonio Civil, y artículo 321 y siguientes del Código Civil, por tratarse de un acuerdo
completo y suficiente, donde los cónyuges han fijado una pensión de alimentos en favor del
hijo mayor de edad que se encuentra estudiando una profesión, y han regulado sus
relaciones mutuas, especialmente por concepto de compensación económica. Por
consiguiente, concurren las exigencias del artículo 245 del Código de Procedimiento Civil
y corresponde otorgar el exequátur solicitado (considerando 5° de la sentencia de la Corte
Suprema) El demandado alegó que el fallo se obtuvo con fraude a la ley, puesto que los
cónyuges tenían su domicilio en Chile, y no en España. A este respecto, resulta conveniente
señalar que la doctrina sostiene que ¿hay fraude a la ley cuando por actos reales (no
simulados) y voluntarios, aunque a veces sin que exista necesariamente intención
fraudulenta a juicio de la mayoría, se crea de hecho una situación aparentemente lícita y
conforme a la ley, tomada ésta en su literalidad; pero que tiene como efecto violar el
espíritu de la ley, pudiendo infringir a este respecto el contexto o bien normas
determinadas. El resultado buscado es contrario a una norma tenida como fundamental en
la regulación de la materia de que se trata, teniendo además carácter de imperativo
prohibitiva¿ -Fernando Fueyo Laneri-. El mismo autor señala en la obra citada, que las
leyes muchas veces contienen normas expresas que contrarrestan ¿a priori¿ los intentos
maliciosos de aprovechar modalidades más beneficiosas o menos gravosas. En ese sentido,
de acuerdo a la Historia de la Ley de Matrimonio Civil, la redacción del artículo 83 inciso
4°, pretendió evitar que se recurriera fraudulentamente a tribunales extranjeros para obtener
el divorcio, bajo circunstancias que en Chile no hubiese podido prosperar la acción, por lo
que se determinó como factor de conexión de la ley aplicable a la relación matrimonial,
para el caso de divorcio, la del domicilio de los cónyuges. Sin embargo, en el caso, el
matrimonio cuyo divorcio fue decretado por el tribunal español, se contrajo en ese país por
ciudadanos españoles y fue inscrito en el Registro Civil español, y a pesar del tiempo que
los cónyuges llevaban residiendo en Chile, no inscribieron su matrimonio en el Registro
Civil chileno, no existiendo norma legal o reglamentaria que los obligue. En ese sentido, el
tribunal español, de acuerdo a su propia legislación, resultaba competente y tenía plena
jurisdicción para conocer del divorcio de un matrimonio celebrado e inscrito en dicho país
por ciudadanos españoles. Además, la sentencia materia de este exequátur no contiene nada
contrario a las leyes de la República, de manera que las partes no se sometieron a una
jurisdicción distinta de la chilena para defraudar la normativa nacional que rige el divorcio,
por lo que se cumple la segunda de las condiciones del artículo 245 del Código de
Procedimiento Civil (considerando 6° de la sentencia de la Corte Suprema)

TEXTO COMPLETO:
Santiago, veintidós de abril de dos mil diecinueve.
Vistos:
En estos autos compareció don Simón González Daza, abogado, en representación de doña
María Mahboobani Daryanani, española, quien solicita se conceda el exequátur para
cumplir en Chile la sentencia de fecha 7 de marzo de 2018, dictada por el Juzgado de
Primera Instancia N°5 de Las Palmas de Gran Canaria, España, que decretó el divorcio del
matrimonio celebrado entre su representada y don Kumar Gordhandas Sadarangani,
español, y aprobó la propuesta de convenio regulador de los efectos del divorcio de 23 de
febrero de 2018.
Acompañó copias autorizadas y apostilladas de la sentencia y del convenio regulador
respectivos, además de la diligencia de ordenación que da cuenta que el fallo se encuentra
firme, de la inscripción de matrimonio en España, certificación de extracto de dicha
inscripción, certificado de nacimiento del hijo común, certificado de residencia de la
solicitante, y mandato judicial.
Se dispuso poner los antecedentes en conocimiento del requerido, quien solicitó su rechazo
por no cumplirse los requisitos previstos en el artículo 245 del Código de Procedimiento
Civil, puesto que los cónyuges han tenido su domicilio en Chile desde el año 1986, por lo
que el juicio de divorcio iniciado y tramitado en España implica un fraude a la ley chilena;
porque se invocó una causal no reconocida por la legislación nacional y el convenio
regulador acompañado está inicialmente viciado atendidos los errores cometidos en su
tramitación; y porque el divorcio no cumple con los plazos exigidos por la normativa
nacional.
La Fiscal Judicial de esta Corte informó favorablemente la solicitud.
Se ordenó traer los autos en relación.
Considerando:
Primero: Que entre la República de Chile y el Reino de España no existe tratado bilateral o
multilateral sobre cumplimiento de resoluciones judiciales pronunciadas en los respectivos
países, y no existen antecedentes de reciprocidad sobre el trato otorgado a los fallos
nacionales en dicho país, de manera que corresponde aplicar lo dispuesto en el artículo 245
del Código de Procedimiento Civil.
Segundo: Que, a su vez, la norma citada dispone que las resoluciones de tribunales
extranjeros tendrán en Chile la misma fuerza que si se hubieren dictado por tribunales
nacionales, con tal que se reúnan las siguientes circunstancias:
1a. Que no contengan nada contrario a las leyes de la República. Pero no se tomarán en
consideración las leyes de procedimiento a que haya debido sujetarse en Chile la
substanciación del juicio;
2a. Que tampoco se opongan a la jurisdicción nacional;
3a. Que la parte en contra de la cual se invoca la sentencia haya sido debidamente
notificada de la acción. Con todo, podrá ella probar que, por otros motivos, estuvo
impedida de hacer valer sus medios de defensa;
4a. Que estén ejecutoriadas en conformidad a las leyes del país en que se hayan sido
pronunciadas .
Tercero: Que de los antecedentes acompañados es posible establecer lo siguiente:
1. Doña María Mahboobani Daryanani y don Kumar Gordhandas Sadarangani, ambos de
nacionalidad española, contrajeron matrimonio el 21 de diciembre de 1979 en Las Palmas
de Gran Canaria, Provincia de Las Palmas, España, que fue inscrito en el Registro Civil de
esa ciudad, bajo el N°1307, tomo 0075 2, página 511 de la sección; matrimonio que no
registra inscripción en Chile.
2. El Juzgado de Primera Instancia N°5 de Las Palmas de Gran Canaria, España, con fecha
7 de marzo de 2018 dictó sentencia, disolviendo por causa de divorcio el matrimonio
contraído por doña María Mahboobani Darjanami y don Kumar Gordhandas Sadarangani
en Las Palmas de Gran Canaria, con todos los efectos legales inherentes al
pronunciamiento; además de aprobar la propuesta de convenio regulador presentada por las
partes, de fecha 23 de febrero de 2018, cuyo contenido forma parte integrante del fallo. De
sus motivaciones se desprende que la cónyuge actuó como demandante y el cónyuge como
demandado; y que la decisión tuvo en consideración que las partes presentaron una
propuesta de convenio regulador, que fue ratificada en el acto, y que el artículo 85 del
Código Civil Español señala que el matrimonio se disuelve, entre otros motivos, por el
divorcio, y que el artículo 86 del mismo cuerpo legal prevé que se decretará judicialmente
el divorcio, cualquiera que sea la forma de celebración del matrimonio, a petición de uno de
los cónyuges, de ambos o de uno con el consentimiento del otro, cuando concurran los
requisitos y circunstancias exigidos en el artículo 81, lo que se estableció en el caso.
3. La citada sentencia se encuentra firme y ejecutoriada, conforme a la diligencia de
ordenación de 2 de mayo de 2018.
4. El convenio regulador de divorcio acompañado, fue suscrito por los cónyuges el 23 de
febrero de 2018 en Las Palmas de Gran Canaria, quienes se reconocen la suficiente
capacidad legal y legitimación para llevarlo a efecto, de conformidad con lo establecido en
el artículo 90 del Código Civil español, exponen lo pertinente respecto de la fecha y lugar
de celebración del matrimonio y de los tres hijos habidos de la unión matrimonial, y
señalan que ante la situación de quiebre de la convivencia conyugal, los intervinientes han
decidido libre y voluntariamente solicitar el divorcio por los trámites conforme a lo
establecido en el artículo 777 LEC, que es el procedimiento adecuado para conocer las
peticiones de divorcio de mutuo acuerdo, o de un cónyuge con el consentimiento del otro y
que desean que sus relaciones futuras se rijan por las siguientes estipulaciones , entre las
cuales se indica que: dada la mayoría de edad de los hijos del matrimonio no se regulan
guarda, custodia y régimen de visitas; que se atribuye a la esposa el domicilio conyugal
ubicado en la Avda. La Escuela 652, comuna de Las Condes, Santiago de Chile, con todos
los muebles y enseres existentes en él; se fija la cantidad de 600 euros mensuales en
concepto de contribución del padre a los alimentos del hijo Lavesh Samir Sadarangani
Mahboobani, hasta que finalice su carrera universitaria, máster o posgrado, o acceda al
mundo laboral; se estipula que el divorcio produjo desequilibrio económico, por lo que se
acuerda que el cónyuge pagará a la cónyuge una pensión compensatoria vitalicia
equivalente a 2.800 euros mensuales, le cederá la totalidad de los derechos en la sociedad
Inmobiliaria e Inversiones SAMIR Limitada, en la cual participan las partes y que es dueña
del inmueble ubicado en La Escuela N°652, Las Condes, y, por último, continuará pagando
el sistema de salud que se detalla, las primas de seguros de vida y las cuotas pendientes del
automóvil que se indica.
Cuarto: Que el inciso primero del artículo 83 de la Ley N°19.947 prescribe: "el divorcio
estará sujeto a la ley aplicable a la relación matrimonial al momento de interponerse la
acción", en este caso, a la jurisdicción de los tribunales del Reino de España.
Atendida la naturaleza procesal del rito establecido para la tramitación de la presente
petición, es inconcuso que el respeto irrestricto que debe exigirse es que el fallo extranjero
se haya dictado con plena sujeción a las normas sustantivas que rigen la materia, debiendo
observarse su total acatamiento.
Quinto: Que lo resuelto en la sentencia objeto de este exequátur es homologable a lo que
contempla nuestra legislación, por cuanto el artículo 42 de la Ley de Matrimonio Civil
acepta la disolución del vínculo matrimonial, entre otros motivos, por sentencia firme de
divorcio, lo que procederá, de acuerdo a su artículo 55, si ambos cónyuges lo solicitan de
común acuerdo y acreditan que ha cesado su convivencia durante un lapso mayor a un año
o, en forma unilateral, cuando se verifique un cese efectivo de a lo menos tres años.
De la sentencia que se pretende validar se desprende que se declaró disuelto el matrimonio,
teniendo en consideración que conforme a la legislación española, procede a petición de
uno solo de los cónyuges, de ambos o de uno con el consentimiento del otro, y que las
partes presentaron en el juicio una propuesta de convenio regulador que fue ratificada en el
acto; que si bien el divorcio no fue solicitado de común acuerdo, el demandado accedió a la
solicitud al concurrir con la cónyuge en la presentación del convenio regulador de divorcio,
que fue aprobado en la sentencia.
De este modo, la causal en que se sustenta el fallo extranjero, esto es, el quiebre de la
convivencia conyugal, resulta plenamente asimilable a la causal de cese de convivencia
establecida en el inciso primero del artículo 55 de la Ley N°19.947, pues, si bien la
sentencia y el convenio regulador no señalan la época en que se produjo el cese, de acuerdo
a lo expresado por las partes en este procedimiento, ocurrió en agosto de 2015 y la
demanda de divorcio se presentó a comienzos de 2017, habiendo transcurrido con creces el
plazo de un año que nuestra legislación exige en el caso de los divorcios de común acuerdo.
Lo anterior, sin perjuicio que la exigencia al fallo extranjero es la plena sujeción a las
normas sustantivas que rigen la materia en Chile, esto es, la voluntad de los cónyuges de
poner término al matrimonio y el cese de su convivencia. Por otra parte, el Convenio
Regulador de Divorcio, que fue aprobado y cuyo contenido forma parte integrante de la
sentencia que se pretende cumplir, no contraviene las normas chilenas establecidas al
efecto, en los artículos 55, 61 y demás pertinentes de la referida Ley de Matrimonio Civil, y
artículo 321 y siguientes del Código Civil, por tratarse de un acuerdo completo y suficiente,
donde los cónyuges han fijado una pensión de alimentos en favor del hijo mayor de edad
que se encuentra estudiando una profesión, y han regulado sus relaciones mutuas,
especialmente por concepto de compensación económica. En consecuencia, se cumple la
primera de las condiciones del artículo 245 del Código de Procedimiento Civil, que exige
que la sentencia no contenga nada contrario a las leyes de la República.
Sexto: Que, en lo relativo a la segunda exigencia, debe considerarse que el artículo 83
inciso primero de la Ley N°19.947, determina que el divorcio se sujeta a la ley aplicable a
la relación matrimonial al momento de interponerse la acción, y que el demandado alegó
que el fallo se obtuvo con fraude a la ley, puesto que los cónyuges tenían su domicilio en
Chile, y no en España.
A este respecto, resulta conveniente señalar que la doctrina sostiene que hay fraude a la ley
cuando por actos reales (no simulados) y voluntarios, aunque a veces sin que exista
necesariamente intención fraudulenta a juicio de la mayoría, se crea de hecho una situación
aparentemente lícita y conforme a la ley, tomada ésta en su literalidad; pero que tiene como
efecto violar el espíritu de la ley, pudiendo infringir a este respecto el contexto o bien
normas determinadas. El resultado buscado es contrario a una norma tenida como
fundamental en la regulación de la materia de que se trata, teniendo además carácter de
imperativo prohibitiva (Fueyo Laneri, Fernando, El Fraude a la Ley, en Revista de Derecho
y Jurisprudencia 88, año 1991). El mismo autor señala en la obra citada, que las leyes
muchas veces contienen normas expresas que contrarrestan a priori los intentos maliciosos
de aprovechar modalidades más beneficiosas o menos gravosas. En ese sentido, de acuerdo
a la Historia de la Ley de Matrimonio Civil, la redacción del inciso cuarto del artículo 83,
pretendió evitar que se recurriera fraudulentamente a tribunales extranjeros para obtener el
divorcio, bajo circunstancias que en Chile no hubiese podido prosperar la acción, por lo que
se determinó como factor de conexión de la ley aplicable a la relación matrimonial, para el
caso de divorcio, la del domicilio de los cónyuges. Sin embargo, en el caso, el matrimonio
cuyo divorcio fue decretado por el tribunal español, se contrajo en ese país por ciudadanos
españoles y fue inscrito en el Registro Civil español, y a pesar del tiempo que los cónyuges
llevaban residiendo en Chile, no inscribieron su matrimonio en el Registro Civil chileno, no
existiendo norma legal o reglamentaria que los obligue. En ese sentido, el tribunal español,
de acuerdo a su propia legislación, resultaba competente y tenía plena jurisdicción para
conocer del divorcio de un matrimonio celebrado e inscrito en dicho país por ciudadanos
españoles. Además, la sentencia materia de este exequátur no contiene nada contrario a las
leyes de la República, de manera que las partes no se sometieron a una jurisdicción distinta
de la chilena para defraudar la normativa nacional que rige el divorcio, por lo que se
cumple la segunda de las condiciones del artículo 245 del Código de Procedimiento Civil.
No altera lo anterior la jurisprudencia contenida en las sentencias rol N°3.187 2014,
N°24.097 2014 y N°15.581 2015, de esta Corte, por cuanto se trata de hipótesis fácticas
distintas, toda vez que en cada uno de esos casos el matrimonio cuyo divorcio se solicitaba
cumplir en Chile, había sido inscrito o celebrado en el país, lo que como se dijo no ocurre
en la especie.
Séptimo: Que, por otro lado, se cumplen también los requisitos establecidos en los números
3° y 4° de la norma en examen, pues ambos cónyuges comparecieron al proceso, y la
sentencia se encuentra ejecutoriada.
Por estas consideraciones y de conformidad con las disposiciones legales citadas, se acoge
el exequátur solicitado para que se lleve a efecto en Chile la sentencia dictada el 7 de marzo
de 2018, por el Juzgado de Primera Instancia N°5 de Las Palmas de Gran Canaria, España,
que disolvió por causa de divorcio el matrimonio celebrado entre doña María Mahboobani
Darjanami (Daryanani de acuerdo al convenio citado) y don Kumar Gordhandas
Sadarangani, y que aprobó la propuesta de convenio regulador de fecha 23 de febrero de
2018.
Cúmplase con las subinscripciones respectivas, previa inscripción del matrimonio
celebrado por las partes en el Servicio de Registro Civil e Identificación de Chile.
El cumplimiento se pedirá al tribunal de familia correspondiente.
Se previene que el ministro señor Blanco y el abogado integrante señor Quintanilla fueron
de opinión de no ordenar la inscripción del matrimonio, por no haber sido solicitado,
debiendo efectuarse únicamente las subinscripciones que correspondan en los registros
públicos pertinentes para dar eficacia a lo pactado en el convenio regulador suscrito por las
partes.
Regístrese, dése copia autorizada y, hecho lo anterior, archívese.
Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros (as)
Ricardo Blanco H., Gloria Chevesich R., Andrea María Muñoz S. y los Abogados (as)
Integrantes Álvaro Quintanilla P., Leonor Etcheberry C.
Rol N° 31451 2018.

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