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Unidad Nº IV. Amparo. Caso para la segunda clase.

I El señor Lobardo vive con su familia en el barrio porteño de Villa Lugano, y, a


escasos 100 metros de su vivienda, AGUALIMP S.A., instala –en terrenos pertenecientes al
Estado Nacional- una estación depuradora de aguas y residuos, a fin de desarrollar un
programa de saneamiento ambiental.
II La puesta en funcionamiento de la planta de AGUALIMP S. A. causó emanaciones
de gas, fuertes ruidos y olores pestilentes que provocaron trastornos en la salud de la familia
Lobardo. Sus hijos fueron internados en el Hospital General de Niños y tanto Lobardo como
su señora recibieron atención médica domiciliaria.
III. En razón de la situación descripta, el señor Lobardo presentó una denuncia en la
Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano.
En el trámite de las actuaciones administrativas iniciadas con la mentada denuncia,
intervino un pediatra designado a efectos de verificar la situación de los menores,
dictaminando que presentaban un cuadro clínico de náuseas y reacciones alérgicas que se
debían al hecho de vivir en una zona contaminada.
Por su parte, un perito especialista en ciencias químicas concluyó en que en la zona
había sulfuro de hidrógeno en niveles superiores a los aceptados. En otro dictamen, de un
especialista en toxicología, se sostuvo que si bien observaba la presencia del aludido gas en
niveles probablemente superiores al máximo permitido, ello no constituía un riesgo para la
salud de las personas que vivían en las proximidades.
Finalmente, y de conformidad con lo sostenido por la Dirección de Asuntos Jurídicos
de la Secretaría en cuestión, la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano decidió
que, aunque el funcionamiento de la estación pudo llegar a causar molestias debidas a los
olores, a los humos y a los ruidos, dicho funcionamiento no constituía un peligro grave para la
salud de las familias que vivían en los alrededores, sino quizás un deterioro de su calidad de
vida, que no tenía la entidad suficiente como para constituir un atentado a los derechos
constitucionales cuya violación alegaba el Sr. Lobardo. En todo caso –concluyó- no podía
imputarse de ello al Gobierno Nacional en tanto existía un justo equilibrio entre el interés del
bienestar económico de la sociedad y algunas molestias que podían haberse generado con la
instalación de la planta en cuestión a algunos vecinos en particular.

Cuestionario
1. Ud es consultado por el Sr. Lobardo, ¿Qué curso de acción propone?
2. Fundamente el camino a seguir
3. Proponga posibilidades de vías alternativas, señalando pros y contras de cada una de ellas.
4. Ud. es juez de primera instancia y, en el caso, hizo lugar a la medida cautelar solicitada en
el marco de una acción de amparo. En el escrito de inicio el demandante planteó la
inconstitucionalidad del artículo 15 de la “ley” 16.986 para el caso que de concedida la
medida, ella fuere apelada. El Estado Nacional interpone recurso de apelación, ¿cuál es su
respuesta al planteo de inconstitucionalidad?, ¿variaría la solución si la situación hubiera
acaecido en la jurisdicción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el gobierno local
como demandado?

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