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Una parte de los escritos de Alfred Schütz que se han convertido en una lectura
obligada es el primer capítulo de la Fenomenología. En éste, Schütz somete a
un riguroso escrutinio la concepción weberiana del significado subjetivo como
un criterio crucial de la acción del actor. Esto que deriva de la teoría de la
acción de Weber le proporcionó los argumentos que le permitieron acercarse al
ámbito de la fenomenología. No obstante, Schütz nunca dejó la convicción de
que tanto Weber como Husserl habían tratado puntos cruciales en su campo de
estudio. En cuidadoso escrutinio, apreció la ingenuidad por un lado y por otro,
la importancia de ambos autores y por tal motivo se vio en la necesidad de
revisar y sobre todo extender hacia otros ámbitos sus propias convicciones.
Después de varios años de estudio de las publicaciones de Husserl, Schütz
llegó a la conclusión de que éste, repetidamente, intentó resolver el problema
de la intersubjetividad en el nivel de la fenomenología trascendental, lo cual
resultó equívoco.2 Los argumentos de Schütz en este sentido tienden a
demostrar que Husserl no estaba versado en los problemas concretos de las
ciencias sociales. Tal impedimento no le permitió abordar las relaciones y
grupos sociales; como sociólogo, Schütz estuvo mejor preparado no sólo para
observar tal defecto, sino para desarrollar algunos de los rudimentarios
conceptos de Husserl, sobre todo en lo referente a la fundación de la teoría
sociológica del mundo social.
La defensa de Schütz a la unicidad de la conciencia del Otro no le inhibió para
aferrarse a la importancia de la socialidad humana, al priorizar el Nosotros
sobre el Yo. En esencia, gran parte de nuestra conciencia es producto de la
subjetividad de Otros, lo que es en sí mismo un producto social.3
Por otro lado, es preciso dar por supuesto que nuestra conciencia de cualquier
cosa presupone correlatos noemáticos que sostienen la marca de los grupos
2
Barber, Michael (1998) Social Typifications and the Elusive Other, ed.Lewinsburg Bucknell
University Press, USA. Barber señala que el carácter vivo de la existencia social y su
relativismo incontestable, paralelo a la existencia vivida por nuestro propio ser en toda su
unicidad es para Husserl la forma en que, prematuramente, transfiere la experiencia de mi
cuerpo a la experiencia de Otros cuerpos. Por razones similares, Schütz se posiciona en este
tercer estadio derivado del tercer estadio de la constitución trascendental del Otro en Husserl y
la cual a juicio de Schütz, es dudosa, dado que tenemos un limitado acceso interpretativo de la
corriente subjetiva del Otro. La radical unicidad de cada conciencia humana, menospreciada
por Husserl, contiene serios cuestionamientos acerca de la intercambiabilidad de los puntos de
vista (en el nivel de la constitución trascendental y no en el nivel de la presuposición de la
actitud natural) la objetividad que resulta de tal intercambiabilidad y finalmente la mayor
posibilidad de que cualquier demanda de la intersubjetividad trascendental, constituida desde
las fuentes de mi intencionalidad, podría ser la misma para todos (o casi para cualquier otro)
ser humano.
3
Barber, op.cit. p. 24
sociales a los cuales pertenecemos. La capacidad de separar que es lo propio
del ego de lo que no lo es, prueba que ello es imposible, si es que nosotros
estamos concientes de cómo esta conciencia humana está totalmente inmersa
en el mundo social. Por otra parte, el absoluto e ineludible arraigo de nuestra
conciencia de; de la concreta y completa estructura intencional en la cual el
mundo y el Otro en él me son dados, es una perspicaz y hábil perspectiva de
Schütz así como el particular uso del método fenomenológico.4
En el transcurso de esta labor, Schütz realizó varias e importantes
contribuciones, entre ellas su tratamiento al fenómeno de la tipificación en las
esferas del mundo de la vida diaria. Sin embargo, Schütz recuperó el problema
de la intersubjetividad en una vía que fue ingeniosa y simple: tratar a fondo a
Weber y reconocer la contribución de la sociología alemana en torno al
desarrollo de la teoría de la acción, por un lado, por el otro, adicionó
perspicazmente el análisis de conceptos tales como acción subjetivamente
significativa, comprensión observacional y motivacional, interpretación objetiva
y subjetiva, las cuales en sí mismas vienen a ser contribuciones relevantes de
la sociología interpretativa.
4
Schütz, Alfred, (1995) El problema de la realidad social, Amorrortu, Bs. As., p. 214 Para
Schütz, el hombre, en su actitud natural (que es la actitud clásicamente adoptada por lo
individuos en el mundo social) realiza un constante y por supuesto incuestionable uso de una
específica “epoché”. Al suspender toda duda del mundo, de sus objetos y de otros seres
vivientes, él mismo se abstiene de dudar de que éstos podrían no ser, o bien, podrían ser de
otro modo y por tanto los “otros seres vivientes” son asumidos sin cuestionamiento (porque
quizás, lo que ellos parecen, para mí lo son). Este hombre, por supuesto, no suspende la
creencia en el mundo externo y sus objetos, por el contrario, suspende la duda en su
existencia. Lo que coloca entre paréntesis es la duda de que el mundo y sus objetos puedan
ser diferentes de lo que se le aparecen.
5
Esta categoría refiere en general a lo que es (especialmente cognoscibilidad) común a varios
individuos. En el mundo de la vida diaria una persona da por sentado la existencia de otras
personas. La persona razona por un supuesto autoentendimiento de que esas personas (los
otros) son básicamente personas tales como yo mismo, dotadas de conciencia y anhelos,
deseos y emociones. La mayor parte de lo que hay en uno mismo proviene de las experiencias
de vida, confirmadas y reforzadas en esa convicción, y bajo circunstancias normales las
personas, en contacto con otras, se comprenden uno al otro al menos por su condición en la
que ambos han estado de acuerdo, exitosamente. Los fenomenólogos le han llamado el
problema de la intersubjetividad. En términos de la psicología fenomenológica, este problema
puede ser subdividido en dos formas: 1) cómo se constituye “otro self” en mi mente como un
self que básicamente es el mismo con características tales como mi propio self? y 2) Cómo es
la experiencia de un acertado intercambio con otro posible self o cómo es la experiencia de mi
comprensión de otro y a su vez su comprensión de mi? Véase el glosario selecto de términos
de Alfred Schütz en On phenomenology and social relations, (1970) selected writings, editado e
introducido por Wagner, Helmut, The University of Chicago Press, USA.
6
Cfr. Natanson, Maurice, Introducción a Schütz, Alfred, (1995) op. cit. p. 19
sentido común7. En todo caso, el enfoque de Schütz respecto a la
intersubjetividad tiene que ver con el análisis descriptivo de las tipificaciones
del mundo de sentido común. A ello se dedicará el siguiente apartado.
7
Ibid, p. 20
8
Véase el artículo de Garfinkel, Harold (1967) Las propiedades racionales de lo científico y las
actividades de sentido común, en Studies in Ethnomethodology, Great Britain, Polity Press, pp.
262-283, en donde se realiza un planteamiento que aborda el tema de la “ordinariedad” del
mundo de la vida cotidiana. En éste captamos sólo ciertos aspectos que nos interesan y los
abordamos–la mayor parte de ellos con un escaso nivel de racionalidad -.
9
Schütz, Alfred (1995) op. cit. p. 137
10
Bergson, Henri, (1991) Matter and Memory, Zone Books, New York, USA. Este autor señala
que la duración vivida por nuestra conciencia es una duración con su propio y determinado
ritmo, es una duración muy diferente respecto al tiempo físico, la cual podemos acumular en un
intervalo, así como un gran número de fenómenos que nos satisfagan. Véase capítulo IV, p.
205 y ss.
nuestro propio pensar, mediante el cual procedemos a orientarnos y lo
hacemos a través de nuestra acción e intervención en él.11
11
Cfr. Schütz, Alfred (1973) op. cit., particularmente el capítulo 1 El mundo de la vida cotidiana
y la actitud natural p. 25 y ss.
12
Cfr. Schütz, Alfred en Horowitz Irving, (1964) Historia y Elementos de la Sociología del
Conocimiento, Ed. Eudeba, Bs. As., p. 98 donde el propio Schütz afirma que la interpretación
del mundo sociocultural está basada, dice, en un cúmulo de experiencias previas acerca de él,
sean éstas propias o recibidas de nuestros padres o maestros, experiencias que, bajo la forma
de “conocimiento disponible” funcionan como un esquema de referencia.
13
El propio Schütz defendió este punto al manifestar que sus escritos sobre fenomenología
pretenden contribuir a eliminar la confusión de la naturaleza de esta ciencia, sobre todo
aquellas creencias que tienden a declararle como anticientífica, (..) que no es analítica ni
descriptiva sino que se origina en una especie de “intuición incontrolable o revelación
metafísica”. Cfr. Schütz, Alfred, (1995) op. cit., cap. 4 Conceptos Fundamentales de la
Fenomenología, p. 114 y ss.
14
En dichos artículos sobre fenomenología, Schütz consideró que el fenomenólogo no niega la
existencia del mundo externo, pero, sobre todo con fines analíticos, decide suspender la
creencia en su existencia, es decir, abstenerse intencional y sistemáticamente de todo juicio
relacionado directa o indirectamente con la existencia del mundo externo. A este
procedimiento, Husserl le llamó “poner el mundo entre paréntesis” o efectuar la “reducción
fenomenológica” y en ello, afirma Schütz, no hay nada misterioso en estas nociones que son,
en todo caso, sólo nombres, recursos técnicos a través de los cuales la fenomenología
“radicaliza el método cartesiano de la duda filosófica con el fin de ir más allá de la actitud
natural del hombre que vive en el mundo, y que acepta, (lo que) sea realidad o mera
apariencia” op. cit. (1995) p. 115
La introducción del concepto husserliano de “mundo de la vida” en la
teoría de la sociedad.
Mientras que esto suceda, es decir, que los actores hablen entre sí, e intenten
alcanzar un consenso, la idea de un entendimiento recíproco –inscrito en el
lenguaje- recrea el supuesto de igualdad que puede quedar en suspenso, sin
embargo, no pude ser reprimida siempre.16
15
Habermas, Jürgen (2000) Perfiles filosófico-políticos, Taurus, Madrid, p. 357.
16
Habermas, op. cit, p. 358
17
Schütz escribió un texto con un tema similar al que trata Arendt, es un capítulo titulado La
vuelta al Hogar del libro Estudios sobre Teoría Social (1974) publicado por Amorrortu. Este
trabajo fue leído en el Seminario General del Claustro de Estudios Superiores de la New
School for Social Research el 6 de diciembre de 1944.
18
Arendt, Hanna (2002) Tiempos Presentes, Gedisa, Barcelona, p.139
El mundo de la vida como espacio cognitivo
Los estudios que realizó Schütz sobre el mundo de la vida cotidiana tienden a
establecer como principio que éste significará ese mundo intersubjetivo,
existente mucho antes que nosotros estuviésemos en él; experimentado por
otros antes y dispuesto todo a nuestra interpretación –también ya organizada
por otros (nuestros antecesores). Nuestro interés en él consiste en dominarlo y
que él ejerza dominio sobre nosotros; es el “escenario de y objeto de todas
nuestras acciones e interacciones”19; el mundo de la vida social –al tomar la
guía de Husserl, William James y Henri Bergson Schütz extendió sus ideas en
un camino distinto al de éstos, articulado al interior del concepto de “realidades
múltiples”20.
19
Schütz, op. cit. (1995) capítulo 9 Sobre las Realidades Múltiples, p. 198
20
Schütz refiere que dicho concepto lo derivó de William James sobre todo del análisis por él
efectuado al capítulo XXI de Principios de Psicología.
21
Cfr. Gurwitsch, Aron (1970) en la Introducción a Collected Papers III Studies in
Phenomenological Philosophy, pp. XII-XIII, Martinus Nijhoff, The Hague, Netherlands.
idea central de este trabajo: ¿cómo operan las variaciones de una tipificación
específica?22
22
Véase Schütz, Alfred y Luckmann, Thomas, (2001) Las estructuras del mundo de la vida,
Amorrortu, Bs., As. Aquí se sostiene que la manera de abordar las tipificaciones tiene que ver
con lo que es “evidente” para mí, en la actitud natural; ésos árboles realmente lo son, para
usted y para mí, es decir, toda la explicación dentro del mundo de la vida procede del medio
constituido por asuntos que ya antes han sido explicados en un entorno que es fundamental y
sobre todo típicamente familiar, p.28
23
Cfr. Schütz, Alfred (1970) On phenomenology and social relations, selected writings, editados
e introducidos por Wagner, Helmut, The University Chicago Press, USA.
24
En la introducción que hace Wagner, Helmut a la selección de escritos de Schütz, señala que
éste utilizó los términos “conception of the world” y “aspect of the world” de manera alterna, sin
embargo, Wagner se decidió por el primero.
25
Véase Askevis-Leherpeux, F. (1991) La superstición, ed. Paidós, Bs. As., p. 59
26
Sumner, Graham (1921) citado en Park, Robert y Burgess, Ernest, Introduction to the
Science of Sociology, The University of Chicago Press, Illinois, USA., p.36-37
27
Véase Durkheim, Emil (1994) La División del Trabajo Social, Vol. 1, Akal, en lo que respecta
a la coerción ejercida por la conciencia colectiva.
pertenece. De ese modo, Schütz apreció que lo más socialmente estereotipado
lo son las ideas culturales que sólo existen en las mentes de individuos que las
absorben y las interpretan sobre la base de su propia situación de vida
otorgándole a su vez un matiz personal.28
28
Schütz, (1970) pp. 16 y ss.
29
Schütz, op. cit., (2001) pp. 151 y ss.
30
Ibid, p. 161
31
La manera de abordar lo que se le ofrece al sentido subjetivo no es el de una cualidad
inherente a ciertas experiencias surgidas de nuestro flujo de conciencia sino el resultado de
una interpretación de una experiencia pasada, contemplada desde el Ahora con una actitud
reflexiva, es decir, mientras vivo mis actos, dirigidos a objetos manifiestos de estos actos por
ejemplo, beber agua, esto no tiene ningún sentido. Sólo se vuelve provisto de sentido si lo
capto como experiencia del pasado; sólo si la experiencia es pasada y puede ser recordada
más allá de su actualidad y que puede ser cuestionada en lo que respecta a su constitución,
otorga a ciertas experiencias propias de su vida espontánea. En ese sentido,
es una materia de estudio el hecho de hacer posible que cualquier cosa pueda
“ponerse entre paréntesis” o dejarse fuera de ellos.32
está subjetivamente provista de sentido. Véase Schütz, op. cit. (1995) el capítulo Sobre las
Realidades Múltiples, p. 199
32
Esta explicación acerca del surgimiento de un tema que Schütz, desde 1947, había seguido
devotamente está referido en la correspondencia que mantuvo con Aron Gurwitsch. Véase
Grathoff, Richard, editor (1989) Philosophers in Exile. The correspondence of Alfred Schütz and
Aron Gurwitsch, 1939-1959, Indiana University Press, USA., p. 157
33
Ibid
34
Véase James, William, (1890) Principles of Psychology, cap. XXI
Aparentemente esta idea tuvo en Schütz un fuerte impacto el cual se constata
en el ensayo “Sobre las Realidades Múltiples” en donde por primera vez vio
claramente que esta condición es crucial para el tratamiento de las relevancias.
“Cada una de nuestras acciones, tanto pensadas o actuadas en el mundo de la
vida cotidiana, como también en cada una de las provincias finitas de
significado, es guiada y encontrada en todo un sistema de relevancias.”35
El tratamiento que dio Schütz a este tema data de 192937 ya desde entonces
Schütz había manifestado que el concepto de relevancia es central para la
sociología y las ciencias culturales. El fenómeno básico de la relevancia se
extiende más alla del mundo de la vida diaria; permanece en nuestra
existencia, en nuestra vida y en nuestra experiencia cognoscitiva.
Este problema de la relevancia, dice Schütz, es concerniente con la selección
de la totalidad del mundo que es predado a la vida así como lo es el
pensamiento. En sí mismo, el problema es muy familiar a la historia de la
filosofía. Sin embargo aquí no existe un área de especulación filosófica.38
35
Schütz, Alfred (1970b) Reflections on the Problem of Relevance, edited, annoted and with an
introduction by Richard M. Zaner, New Haven and London, Yale University Press, USA., p. xiv
36
Schütz, op. cit.(1970b) p. 15
37
Schütz, Alfred, (1983) Collected Papers IV editado por Wagner, Helmut and Psathas,
George, Kluwer Academic Publishers, London. En el prefacio de esta recopilación se sugiere la
posible fecha de este manuscrito. La razón de tal sugerencia se debe al inicio de la transición
de la fase bergsoniana a la husserliana de Alfred Schütz. La fecha también es importante en el
sentido de que este material se escribió antes de la publicación de la Fenomenología, en 1932,
lo cual llegó a ser, para Schütz, un proyecto de vida.
38
Ibid., p. 4
Esto es sólo un primer momento de la investigación, sin embargo, Schütz
delinea los componentes estructurales de este sistema de relevancias: el
campo, el tema y el horizonte, éstos tienen una completa y diferente estructura
cuando son apreciados subjetivamente (es decir, desde el punto de vista del
sujeto) y objetivamente (desde el punto de vista del observador.)
Aquí hay una situación especial. Una vez que se constituyen las relevancias
motivacionales se derivará de ellas un proyecto de suma importancia en la vida
del individuo, y es un problema especial que involucra tipos de acción llamados
actos racionales.41
39
Schütz, (1970b) op. cit. p. 26 y ss.
40
Ibid., pp. 35 y ss.
41
Ibid., pp. 45 y ss.
42
Véase Schütz, (1973), el capítulo 3: El conocimiento del mundo de la vida, sobre todo el
apartado titulado El acervo de conocimiento: su relación con la situación, su génesis y sus
estructura.