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Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos

Programa Las Víctimas contra las Violencias.

22 de abril 2009.

Lic. Calabrese

Eva: En el día de hoy, es el Licenciado Alberto Calabrese, quien va a ocuparse de la conferencia.


Pocas veces van a escuchar ustedes un planteo como el que Alberto Calabrese les va a hacer. Y
por eso está invitado. Y cuando ustedes escuchen una parte del currículum se van a dar cuenta por
qué – quienes trabajan como especialistas en el llamado temas drogas, que en realidad son
sustancias… Por qué hay distintas corrientes y por qué hay que empezar a pensar el tema desde
planteos que no son los habituales, que no son los periodísticos, sino desde otros tipos de
perspectivas. Por ese motivo el Licenciado Calabrese ha accedido a venir a trabajar con ustedes,
haciendo su exposición y después todos los diálogos que ustedes quieran. Y me voy a remitir a
acortar el curriculum, para que ustedes vean una parte de él.

El último cargo que ocupó Calabrese, que está ocupando, es el que está acompañando al Programa
que se lleva a cabo en el Comité Científico Asesor, del cual deben haber leído muchas veces las
noticias en los diarios. Cuando uno llega al final del título de esta comisión, ya se olvidó del
comienzo. Porque es un título larguísimo, en el que en realidad pone las cosas en su justo punto. El
Comité Científico Asesor es en materia control de tráfico y lícito de estupefacientes, sustancias
psicotrópicas y criminalidad completa del Ministerio de Justicia- Seguridad y Derechos Humanos. No
es por casualidad que el título está puesto así. Está admitido cuidadosamente la palabra “drogas”.
Es uno de los asesores. Es licenciado en Sociología en un mundo formado básicamente por jueces,
fiscales y abogados. En el cual no es nada sencillo trabajar. Es Director de la maestría sobre usos
Indebido de Drogas de la Facultad de Psicología de la UBA, es Director de la Carrera especialista en
Drogodependencia de la Universidad Nacional de Tucumán, es Profesor Titular del Módulo Social y
Antropológico de la Carrera de Postgrado sobre El Uso Indebido de Drogas, sobre Geopolíticas y
Drogas en la Maestría de la Facultad de Psicología de la UBA.

Asesor institucional del Fondo de Ayuda Toxicológica. Hay un montón de ex direcciones y asesorías.
Autor de diversas publicaciones, libros, artículos, columnas periodísticas, nacionales y de otros
países. Organizador y consultor de equipos, grupos o servicios sobre adicciones en diversos
ámbitos del país. Es investigador en temas relacionados al ámbito social, en relación a distintas
temáticas concurrentes, tales como: Violencia, deserción escolar, disolución familiar, minoridad,
adicciones. Algunas de las cuales prosigue en la actualidad. Y quiero decirles que en los muchos
años que yo vengo escuchando al Lic. Calabrese, pocas veces escucho a alguien con tanto placer y
tanta satisfacción por la posibilidad de escuchar lo que habitualmente se transforma en mitos y en
prejuicios. Es decir, escuchar a alguien que hace el camino en desandar aquello que habitualmente
es un prejuicio. Un prejuicio o una falsa información. De manera que yo quiero agradecerle
personalmente y quiero decir que, como todos los invitados, hay un fuerte agradecimiento por parte
del Ministro de Justicia para la presencia aquí. Bueno, los dejo con él.

Alberto Calabrese: Muchas gracias Profesora Eva Giberti, porque tenemos ya a lo largo del tiempo
y a través del intercambio de temas de, el reconocimiento de cada quién y las explicaciones mutuas;
amén de comunicárselo a otros; es que nos hemos conocido, tratado y profundizado en lo que
estimo como amistad. Para mí, es un placer la introducción que ha hecho ella. Me siento obligado.
Cada vez que me ha invitado lo siento cómo ir a la casa de una persona amiga, aunque los invitados
sean distintos. Muchas gracias por haberme invitado, gracias a ustedes por estar acá y vamos a
hablar de las adicciones en el mundo moderno.

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Hay 3-4 temas concurrentes en la prensa nacional. El delito simple, esto es el que asalta a otro y lo
mata en forma violenta, porque se resistió o porque no se resistió, o porque hizo un gesto o no lo
hizo, en fin. El tema del chismerío pseudo criminológico y psicopatológico. Algunos implican
cuestiones serias y lamentablemente, la mayoría incluye comentarios de todos los colores y poca
seriedad. El amarillismo, en este tema, es el que predomina en los medios. Y el otro gran tema,
ahora un poco desplazado por el Dengue, es el tema de las Drogas. Para decirlo con precisión
periodística, o sea con imprecisión total:

“La droga” que es un fenómeno que mata, consume, atrapa, trastorna, modifica situaciones,
conductas, etc., donde está la droga, empieza el mundo de nuevo. Eso es lo que dicen los medios.
Lo cierto es que, en general, demuestran un muy mal manejo, un peor conocimiento y una
comunicación deplorable. Para hablar modernamente, antes de hablar de drogas peligrosas o no.
Entre paréntesis tengo que decirlo: pasé mis largos años en contacto con la policía, por una
cuestión lógica de carreras e intercambios. Conozco a la institución desde que era un departamento
de toxicomanías. Hace más de 30 años. Y cursos que hemos hecho en común y conocimiento en
común, hasta llegar a la actualidad que es la división jerárquica máxima. Una Superintendencia de
drogas peligrosas. Y en realidad voy a hacerles una corrección, sabrán interpretar desde lo que voy
a decir. Las drogas peligrosas son aquellas que les hacen daños a las personas. Potencialmente
hasta el agua es peligrosa. De hecho hay mucha gente que se ahoga. Más, les voy a contar algo:
hay una intoxicación aguda por agua con disolución celular. Eso ustedes no lo sabían, pero
pregúntenle a un toxicólogo y van a ver que es así. Con agua, las sustancias dependen de las
personas, no al revés. El alcohol es 10, 100, 1000, veces más peligroso que todas las drogas
sumadas juntas, al punto que, y esto es algo que se ignora deliberadamente, en USA que es el país
de las estadísticas, nos demostraron ( hace tiempo que yo sigo las estadísticas americanas, son
muy exhaustivas). que, contra 16 mil muertes aproximadas por año con drogas peligrosas en los
últimos 5 años, hay 1.600.000 muertes por tabaco y alcohol. El 1% lo constituyen todas las drogas
peligrosas sumadas. Ahora el esfuerzo se pone en las llamadas drogas peligrosas. Entonces esto,
¿a qué nos lleva? ¿Es el problema de las llamadas drogas peligrosas un problema o tenemos otro
problema? Si uno escucha los razonamientos que hay sobre este tema, parecería ser que si no
fuera por las drogas, viviríamos en el paraíso. Seguramente Eva -y a ella Adán- no es que la tentó la
serpiente. Deben haber tomado alguna droga y por eso lo echaron. La pregunta precisa sería: ¿qué
relación tienen las personas con las sustancias?. Y después veamos si la reacción adictiva es
solamente con la sustancia.

En la actualidad estamos planteándonos seriamente, y esta es la tendencia internacional, salvo los


trogloditas que siguen con las mismas historias, el tema es entender a las adicciones en general, no
la situación en particular en relación de las sustancias. Cada tanto, claro, los supuestos personeros
de la verdad aquí, siguen insistiendo en lo mismo, dicen que ya los países avanzados de Europa
que antes permitían tal cosa, ahora retrocedieron. Absolutas falsedades, vamos vamos a demostrar
por qué. El punto es este: las adicciones son un proceso complejo que está integrado en lo que
conocemos, como antecedentes, condicionantes, desencadenantes. Esto es la secuencia por la cual
una persona puede ser adicta. ¿Adicto a qué? Adicto a lo que fuera. Puede ser adicto al sexo, al
dinero, al trabajo, al juego, al alcohol, puede ser adicto a lo que quiera. Y la adicción en sí, no se
diferencia porque consuma drogas llamadas peligrosas o alcohol, por ejemplo. De hecho, para que
se conozca, hasta el punto de vista biológico, una persona que consume alcohol, por el sistema de
recepción, de neurorecepción o de neurotransmisión, prácticamente los caminos que hacen los
opiáceos en el cerebro, y por lo tanto su adicción es muy importante y muy difícil de desarmar. El
alcohólico es una persona de tratamiento muy complejo, cosa que en cambio no pasa con un
cocainómano. El trabajo terapéutico con un cocainónamo, es más sencillo que el de un alcohólico.
Sin embargo, la realidad que se vende, es la invisibilidad del enfermo alcohólico, en otras palabras

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no existen. Tan no existen, que en todo el país tenemos apenas 1 centro de atención de alcohólicos
oficial, que es de la Municipalidad de Córdoba. En un país de 3 millones de kilómetros cuadrados y
40 millones de habitantes, por las proyecciones estadísticas, sabemos que tenemos
aproximadamente más de 3 millones de personas que abusan o dependen del alcohol.

Las noticias sobre diversas personas jóvenes, que han muerto por ingesta aguda de alcohol en los
últimos tiempos, no han tenido el impacto mediático del llamado “paco”. Además de la repercusión
mediática de los concursos de la “jarra loca”, lo que se agrega es que la mayor secuencia fatal de
alcohol es en los viernes por las noches, los sábados y domingos a la madrugada, es la alianza
Alcohol + Velocidad. La mayor expresión de muerte de jóvenes, es por el tema del desarrollo de la
velocidad. Muy interesante, hablando de adicciones, porque la persona que tiene un problema con el
tema de la velocidad, lo tiene con el tema de la trasgresión. Argentina, país que le gusta proclamar
la necesidad de leyes más duras e incluso el pedido de la pena de muerte, amén de medidas
taliónicas, es el mismo país en el que muchos de los que señalan, no están en condiciones de
hacerlo; una conocida animadora que importa coches de alta gama como si fuera una persona
lisiada, estafando a la opinión pública y al estado, es la misma que puede solicitar penas de muerte
para distintos hechos criminales. Y esto es un simple ejemplo, dado que sobran, lamentablemente.
Porque e el caso citado, correspondería, si el cumplimiento de las leyes fuera severo, haber
cumplido alguna pena por las faltas graves que hizo al Erario Público. Contrabando, falsa
declaración impositiva, desvío de fondos, exportación de divisas, una cantidad de cuestiones, por lo
que la persona de marras, no está en condiciones de decir algo sólido sobre la criminalidad. Sin
embargo pregona, y se pone en el lugar del supuesto saber y el paradigma de virtud y la gente
aplaude. Pero esa misma gente, ignora que la noticia que salió en los diarios importantes, que en
este momento nos están marcando la cancha con esto de que no vayan a desincriminar la tenencia
simple de sustancias, cuando registra que en la General Paz los días sábados muchas de las
velocidades máximas que fueron infraccionadas, determinaban que muchos vehículos fueran
registrados a la velocidad insólita de 192 Km. por hora. (la máxima permitida en esa avenida, es 80
Km. por hora, con algunos tramos 100). Si va al doble, sabemos que al doble se maximizan los
riesgos y se minimizan los controles o la seguridad. Una persona que va a 190 Km. por hora, los
autos que pasa a 80 Km. es como si pasara un velocípedo al lado de una persona que está
caminando con un bastón. Resulta similar, quien se desplaza lentamente, se convierte en un
obstáculo o una pared. Ahora, esto no lo registramos. ¿Qué pasa? ¿Alguno corre a esa velocidad?
El tema es entonces: qué es lo que queremos sancionar o qué queremos restringir cuando
hablamos de adicciones. Entonces, la adicción es un hecho complejo, que pasa por una sucesión de
antecedentes, condicionantes y desencadenantes, como se ha dicho ¿Qué son nuestros
antecedentes? Simplemente las cuestiones que identifican a una persona. Somos idénticos a
nosotros mismos. Semejantes a todos los demás, pero idénticos a nosotros mismos. Esta identidad
tiene que ver con el hecho de que nuestros factores genéticos, que nuestros factores intrasíquicos y
nuestros factores biológicos especiales, únicamente en esta situación que voy a decir, lo que
llamamos condicionantes, por presiones del medio, sea cultural, social, familiar o relacional… se
modifican a través de un hecho que los desencadena. Esto siempre es así. Un terapeuta lo sabe
bien. Si es torpe, se quedará con lo que aparece epifenómicamente, o sea; por arriba de la
superficie. Si es una persona que sabe inducir. Viene alguien a su consultorio y expresa: “Mire
señor, yo vengo acá porque me voy a divorciar”, pongamos por caso. Si se queda siempre en las
minucias del supuesto divorcio, desengaño o lo que sea, no está haciendo una verdadera inducción
terapéutica. Porque rápidamente esto se va por las ramas y se llega a una cantidad de situaciones
que son las que puntualizan la aparición del fenómeno. En la sociedad pasa exactamente lo mismo.
Cuando vemos un mapa del país con distintos puntos aislados en materia de consumo de
sustancias tal como pasaba hace 30 años atrás y los titulares de los diarios amarillos encabezaban:
“Drogas en el Barrio Norte”, asociando drogas con poder adquisitivo para poder comprarlo

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transmitían una realidad de esos momentos. Hoy esa noticia no sería tal. Porque la noticia actual
sería connotar que el consumo de sustancias ocurre en todas partes. La diferencia era que, en los
sitios donde antes íbamos simplemente a contar algo que no había pasado, actualmente es resolver
o tratar de instalar algún tipo de solución sobre un hecho que ya está pasando. Y esto es en los
lugares más dispersos de la geografía, en situaciones muy diferentes, en poblaciones muy distintas,
etc. Nos situamos frente a un algo, que tienen que ver con pautas sociales y naturalmente, como
siempre ocurrió, cambian las pautas culturales conocidas. ¿Qué quiero decir con esto? Que lo que
hasta ahora estábamos acostumbrados o pensábamos que estábamos acostumbrados, es a la
adicción simple. Si alguien se encuentra con su grupo de referencia, se mueve en un determinado
ambiente, y otra persona en particular viene con lo foráneo, en este caso podría ser la sustancia y a
partir de eso la primera persona la consume, para el imaginario, eso virtualmente lo convierto en
adicto.

Según los criterios del folklore en este tema, aquél que es tocado por la droga, se convierte en un
adicto. Esto es un despropósito total. De todas las personas que se ponen en contacto, con una
sustancia, digamos que sobre 100, se ponen en contactos con drogas, diríamos que 75 tienen
consumos esporádicos, inusuales y no repetidos, 25 lo hacen en función a cierta repetición y con
cierta ritualidad, en tiempo y en espacio, y apenas un 5% lo va a hacer en forma compulsiva.
Cuando uno ve los datos de la realidad, ve que los comportamientos con todas las otras cosas
cuestiones adictivas, son iguales. Por ejemplo: todos o la mayoría tomamos alcohol, no quiere decir
que todos seamos alcohólicos. Ni siquiera que seamos abusadores del alcohol. En todo caso
consumimos una cantidad por motivo festivo, por motivos de disgusto, de alegría, de placer, de lo
que fuere. O para pasar un rato con amigos. Pero hay gente que extiende este ritual a todos los
días. O no puede dormir si antes no se toma un par de no sé qué bebida. O dice que maneja mejor
si tomó dos cervecitas. Esto ya habla de una cuestión de abuso. La dependencia es muy simple, en
cualquier tipo de compulsión, siempre es la misma. El que elige esa compulsión, no puede
sustraerse de ella. Está siempre en función de seguir haciéndolo, desde que se levanta hasta que se
acuesta. Entonces es muy simple, la definición de adicción “es vivir para”. Para lo que fuere. Puede
ser el trabajo, la droga, el alcohol, lo que fuere. De hecho nosotros sabemos que una persona que
consume juego, por ejemplo, hace en función de ese juego cualquier cosa. Si tiene la plata para
comprarle el remedio al hijo, a lo mejor lo usa para hacer una apuesta. El chico depende de ese
dinero y ese remedio, y en el camino se produce su compulsión, piensa que a lo mejor puede
duplicar la cantidad o triplicarla, juega en un bingo, pierde todo y el chico se queda sin medicamento.
Esto suele ser frecuente entre jugadores. Hay gente muy rica que perdió en una noche
absolutamente todo. Llegó a empeñar frente a sus amigos, aceptando fondos para que se los
canjearan por fichas en el casino. Una casa, una estancia, o lo que fuere. Deja a su familia en la
calle y esa noche se mata. Nos estamos refiriendo a un caso real. Con este hecho no arregló nada,
un hecho espantoso como tantos otros similares, independientemente de su inserción económica.
Esto es infinito. Sin embargo le atribuimos estas propiedades de daño únicamente a las drogas. Las
drogas son una más de las constancias del daño. Lo que se quiere decir, que es muy importante, es
que hay cuestiones, que como se dijo es que a lo que debemos apuntar: no a los factores
intrasíquicos o biológicos o genéticos, que tiene una persona, que le habilitan a una adicción. Este
no es el campo donde los actores sociales preventivos y terapéuticos pueden actuar. Por caso,
conocer el sexo de un chico, no hace que sepamos si ese chico a los 18 años va a ser un
ciudadano ejemplar o un delincuente, lo ignoramos. Hoy por hoy no lo sabemos. Lo que sí sabemos
es que el medio donde se va a mover ese chico o chica, va a ser crucial para marcarles su destino.
Sus primeros años, su entorno afectivo, la falta del mismo, el suelo que está pisando, la casa que
tiene o no tiene, los parientes con tales o cuales conductas, o actitudes o marcas. Por ejemplo, el
hecho de los chicos que son abusados por sus familiares. Que ya es una marca de constancia que
queda a futuro. No es sencilla de revertir. Los que están en ese tema lo saben de memoria. Porque

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son marcas de la infancia muy complejas y profundas e inolvidables, por lo menos en el registro del
inconciente. Muchas de las conductas, por ejemplo, que tienen que ver con la sexualidad entre
presos, son moldeadas por el lugar donde están. Salido de la situación de encierro, vuelven a los
patrones habituales de ellos. No vamos a decir normales, sino habituales. Pero evidentemente el
sistema cerrado condicionó algún tipo de actuación. El medio es fundamental. Y los
desencadenantes, impactan distinto en la estructura de cada quien. Dos chicos tienen el mismo
padre, el padre se muere, el impacto en A no es lo mismo que en B. A lo mejor, uno les hace actuar
en algunas cosas, a otro, reservar otras, pero en fin, no va a ser lo mismo. ¿Cuál es la otra marca?
Hablando del medio, tenemos que considerarlo como una constancia fuerte, sobre lo que nos pasa
con el tema de las adicciones. Esta constancia, la constituye la sociedad moderna, consumista. Este
hecho es fundamental, ¿por qué? Porque la sociedad consumista o que pretende que todo el mundo
consuma. Aunque ahora, que estamos en plena crisis de este tipo de sociedad, todavía no se le ha
visto la cola al dragón. Y que todavía vamos a ver sucesos mucho más de extraños. Hemos visto,
por ejemplo, que las entidades bancarias de Estados Unidos, para salvarse se tuvieron que semi-
estatizar. Cuestión que era impensable y que una cantidad de talibanes del sistema expresan su
intención de morirse, antes que los maneje el Estado. Y ustedes se dan cuenta que la inversión que
ha hecho Estados Unidos para tratar de salvar el sistema, ya va por los 3 billones de dólares. 3 mil
millones de millones Esto constituye un hecho impactante. Es una cifra inverosímil; que además se
traduce en desorden para el resto del mundo, porque se traduce en circulante, y esto se constituye
en pura inflación. Es moneda sacada por simple emisión. Así de sencillo. Y esto va a traer unas
consecuencias críticas muy importantes y seguramente van a variar muchas cuestiones a las que
estamos acostumbrados. La sociedad, tal como la conocíamos hasta hace dos años, en el futuro no
va a ser igual. Eso es lo que queremos reafirmar. Muchos de los paradigmas van a cambiar, como
ya ha cambiado el criterio colectivo, en general y de los grupos jóvenes en particular sobre la
cuestión de la presencia de las sustancias llamadas ilícitas, en la sociedad de consumo y su
creciente corporización como costumbre admitida y mucho más frente a una sociedad cambiante,
donde el marco macroeconómico, por lo brevemente apuntado ha cambiado sensiblemente. No va a
ser. ¿cuál es la sociedad que nos manejó hasta ahora? ¿cuál es el paradigma de esa sociedad de
consumo? El valor fundamental es consumir. Y el hombre no es un ser societario, sino que es un ser
consumista. Significa que si puede consumir, vale si muestra las pautas del consumo. Caminamos
por la calle y ¿qué vemos? Que alguien tiene una remera con una inscripción, un pantalón con una
etiqueta, hasta hemos llegado al absurdo en que las prendas de determinado nivel se le ponía la
etiqueta dentro de la prenda, ahora se pone afuera. Como para que alguien diga: “mirá lo que puede
comprar este hombre”. Y la infinita propaganda para pertenecer. Eso es lo que aprovecharon muy
bien las alcoholeras. Fíjense el cambio de paradigma que logró la más importante cervecera, con un
consumo que hace 2 décadas, estaba a nivel agónico. En el año 85, los niveles de producción de
cerveza estaban por los pisos. Al punto que esa cervecera iba a vender su planta de principal. El
cambio consistió en captar, con muy buenos publicistas, la necesidad del mercado, salieron a
vender lo que la gente necesitaba, especialmente en el segmento juvenil. El producto seguía siendo
el mismo. La cerveza la hacían los egipcios, los asirios, todos los pueblos de la Mesopotamia tenían
cerveza, esto hace 4 mil años. Los chinos también. O sea, novedad ninguna.

De esta misma bebida dijeron: “El sabor del encuentro”, “Es tener amigos”, “Seguí a la manada”,
“Reconocete”. Todas apelaciones a la conjunción y a la nueva expresión de los jóvenes. Pero lo
captaron muy bien y ¿qué lograron? Que hoy la cerveza sea la bebida emblemática de los mismos y
que además, consideran que no es una bebida. Porque: “¿Qué hice? Me tomé 2-3 birritas”; que no
se refieren a un porroncito, sino a una botella. O dos o tres. “No, no es nada, a mí me pega
fenómeno, no tengo problema”. Así, luego suceden una serie de consecuencias, que algunas
pueden ser dramáticas, porque lo que se consume a un nivel abusivo, se percibe a un nivel de
consumo habitual para el imaginario de esa persona.

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Pero en esta sociedad de consumo, donde todo se consume, también hemos aprendido a incluir en
el consumo a nuestro propio cuerpo. Por eso mucha gente se daña por hacer un régimen o por el
contrario comiendo, o también haciendo gimnasia para evitar los kilos que adquirió en las comidas
no controladas. O bebe en exceso, lo que también le otorga kilos. O usa sustancias o arriesga la
vida en deportes de riesgos. Observemos que, estos otros consumos, se obtiene una mirada de
aprobación y por lo tanto son aplaudidos. La cantidad mayor de lesionados en deportes -y no se
refleja en las estadísticas-, es en deportes de riesgo, como el caso de aquellos que efectúan saltos
ornamentales en la cama elástica. Lo que no dicen, es que tienen la mayor cantidad de
cuadripléjicos como secuelas de malas caídas. Eso no se publica. Lo que nos muestran estos
deportes, son esas maravillosas cosas que hacen con su cuerpo o con vehículos que conducen o
bicicletas, tablitas, lo que fuere y lo que no traducen son sus secuelas indeseables, lo que le
restaría esplendor. Gente gravemente inválida, por secuelas de otro consumo más, que son los
deportes de riesgo. Eso la sociedad no lo mira. Al contrario, lo enaltece. Entonces, hay sponsors
para eso. Hay plata para el circuito, si hay circuito, hay canchas, hay lugares nuevos, etc. Parece
que hemos elegido, de todas esas posibilidades de exclusión por conductas compulsivas, a una en
particular. Esto es funcional, porque una persona que es consumista, no se puede significar si no
consume. Los que estamos aceptando es la religión del consumo, nos hacemos partícipes. ¿Hasta
adónde? ¿cuál es el límite? Cuando la gente circula en un shopping, observa, va, viene, aunque no
compre nada. Porque tiene que participar en esa gran convocatoria cuasi-religiosa. A lo sumo se
sienta a tomar un café en un patio de comidas. Pero no consume. Los negocios muchas veces están
vacíos, pero tienen que estar en el sitio emblemático del culto. Necesita ver y “vivir” ese movimiento.
Tiene que sentirse inmerso en ese programa de consumo. ¿Cuántos relojes tenía una persona hace
un siglo atrás? Uno y muchas veces heredado. ¿Cuántos relojes tiene hoy? Los que pueda, total
con las marcas secundarias, hay muy buenos dibujos y diseños, con una maquinita que son iguales
en todos. Buenos, malos o más o menos. Entonces se compra uno para que le haga juego con tal
cosa, otro para usarlo con tal otra, y así. O sea, multiplica. No es que vaya a ponerse todos los
relojes para mirar la hora. Al menos qué le guste hacer como esos negocios que tienen la hora de
varios países. No tiene sentido, pero se compran igual. Lo mismo, la cantidad de zapatillas o de
camisas. Van muy por encima de las verdaderas necesidades o condición social. Y éste no es
solamente un problema de gente con poder adquisitivo, sino a los de menores recursos. Nos
podemos preguntar: ¿Cuánto estarán sacrificando para poder tener esto? Porque el consumo lo que
demuestra, lo que hace ver cuando se convierte en un valor totalizador, es que abarca a todos los
componentes de la estructura social y esto a la vez se significa en compras representativas que
hacen a un determinado status deseado o fingido. ¿No habrán visto ustedes más de una vez, sobre
todo los que hacen trabajo en campo, uno va a determinados lugares donde las casas están sin
revocar pero el coche es último modelo? Y dicen también para criticarlos, pero en esto hay una
perfecta explicación, que, por ej. en la villas hay Internet satelital, pero en las villas no se tienen las
posibilidades de concretar una casa digna. Entonces siempre hay que tener algo de lo que es
emblemático del consumo, para sentir no es un desplazado. Ahí está la explicación. No hay otra. No
es una cosa de perversión del que vive en la villa, sino que es una identidad con el medio general.
Y el medio es exigente en cuanto al consumo. En un congreso que organizó la Comisión de Drogas
de Venezuela, en su mejor época, cuando hizo el Modelo Geopolítico Estructural, que fue realmente
de avanzada en todo el continente, y hasta diría del mundo. Estamos hablando de hace mucho
tiempo, casi 20 años. Para el poster del Congreso, eligieron unas fotos sacadas en la ciudad de
Caracas que era como para ganar un Pulitzer. Era un edificio enorme, modernísimo, con una
satelital arriba del edificio que en esa época eran una novedad, y abajo un ranchito hecho al costado
del camino, en un rinconcito que quedaba de tierra, con un paraguas pintado con aerosol metálico
brillante plantado encima. No puedo comprarme la antena satelital, compro algo que se parezca a la

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antena satelital, pero yo no estoy fuera de esto. Quien lea esto se dirá: “¿Y todo esto qué tiene que
ver con las drogas ilícitas, las drogas de abuso?” Mucho. Lo explicamos.

Las sustancias son viejas como el mundo, aparecieron en el mismo tiempo que apareció el agua. O
sea, antes que el hombre. ¿Por qué? porque siempre hubo plantas que podrían cumplir el papel de
alucinógenos, plantas que podían ser estimulantes, plantas que podrían ser depresoras y también
secreciones o venenos de determinados animales. De hecho el mundo moderno, aprendió en
muchos casos mirando los trabajos de las curanderas. Por caso, así se descubrió la digitalina, que
es una de las medicaciones centrales para las personas con grandes disturbios cardíacos, viendo el
médico que atendió una serie de personas por problemas del corazón – esto hace ya un buen
tiempo, casi dos siglos - que las personas que venían de tal lugar del condado donde él trabajaba en
Inglaterra, estaban en mejores condiciones y el pulso regulado. Preguntando ese médico: ¿Qué
consumen, algo distinto? Todos respondían lo mismo: “Yo voy a lo de la señora tal”, que se
dedicaba a los yuyos y otras yerbas. La señora esta usaba digitalina y se las daba a las personas
que decían: “El corazón se me dispara, baja, sube…” Le daba eso y regulaba el pulso. Este médico
no descubrió la cosa, hizo una observación adecuada. El saber popular ya lo había descubierto no
sabemos cuántos años antes. La vulgar aspirina que compramos en cualquier lugar, es ácido acetil
salicílico. Los médicos griegos la recetaban y ya habían heredado la fórmula de los egipcios. Era el
té de la corteza del sauce. No inventamos nada. Lo único novedoso actual son las llamadas “Drogas
de diseño”, que son productos químicos que se mezclan buscando un efecto un poco más
acentuado en esto, o lo otro. Todas las drogas que más conocemos son sustancias que están en el
orden natural y al alcance de la mano, y aún casi sin elaboración pueden producir efecto,
machacándolas o quemándolas, por ej.; para cualquiera que sepa un poco de farmacopea y
botánica, la cantidad de otras especies que son alucinógenas o que son depresoras o que son
estimulantes, es enorme.

A las sustancias, el hombre tuvo 3 caminos para descubrirlas. Uno, fue el de la experimentación
simple, diferenciando comida. Es decir, lo primero que habrá hecho los humanos. Igual que los
chicos pequeños, tomar algo para llevárselo a la boca o para calmar el hambre, es prueba y error.
Imaginémonos todos los que se habrán desmayado, intoxicado, descompuesto o muerto. O los que
habrán comido hongos que resultaron alucinógenos y otros que habrán matado. Porque los hongos
venenosos producen unos envenenamientos fulmíneos y gravísimos.

Otra gran exploración para el hombre fue: ¿cómo resuelvo el dolor?, ¿cómo curo la enfermedad y
disminuyo el sufrimiento? Se han visto documentales de los animales que se guían, a través de
una serie de aprendizajes y reflejos, que a esta altura ya son conocimientos, con elaboraciones muy
inferiores a la del hombre, pero válidas; que si comen hojas de eucalipto, que son altamente
venenosas, tienen que comer una cantidad importante de barros que le hacen de contrapeso a los
tóxicos, porque tiene muchos antídotos para los venenos de las hojas que consume. O los perros,
cuando comen pasto; lo hacen en función de las vitaminas. Los felinos, lo primero que comen
cuando matan a una presa grande son los intestinos. Aprovechan así los primeros nutrientes que ya
tuvo elaborando el herbívoro. Como eso hay infinidad de casos, y secuelas.

La tercera cuestión que se planteó el hombre es: ¿qué pasa conmigo cuando me muero? El gran
interrogante del hombre. El hombre es el único animal que puede preguntarse sobre su propia vida.
Sabe de su finitud.

Sabe que un día muere. Ahora descubrieron que los elefantes expresan determinada sensibilidad
sobre la muerte de otros congéneres. Pueden olfatear los huesos de otro elefante muerto,
probablemente pariente y expresar por gritos, por movimientos, que se siente afectado. No es
creíble (por lo menos a esta altura de los conocimientos) que el elefante tenga constancia de la
muerte. El día que la tenga, quiere decir que ya evolucionó mucho más de lo que ahora. El hombre

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sí, el hombre sabe que se va a morir. Que haga lo que haga, va a morir. Y esto condiciona a la vida
desde el primer día. Porque nos hace dueños de nuestra propia finitud y de la angustia que eso
genera. Entonces las sustancias, en muchos casos, entraron en nuestra vida para resolver
problemas de lo que no conocemos. Y por eso se las usa habitualmente en los rituales y
ceremonias de todo tipo desde tiempos inmemoriales. No hay cultura que no maneje alguna
sustancia y que no realice rituales que tengan que ver con el uso de sustancias, como para
resolver el estado anímico del momento. Muchas veces los exploradores o los redescubridores, se
sorprendían con la conducta de tal o cual pueblo, en función de sus bailes que a lo mejor sostenían
por una enorme cantidad de tiempo. O estados de alucinación perpetua, como quietismo total, etc., y
eso tenía que ver con el uso de sustancias. Esto pasó siempre, ¿cuál es la diferencia con los
tiempos modernos? Justamente el consumo. En la mitad del siglo XX hemos establecido un manejo
con las sustancias distinto al que teníamos hasta ahora, y este manejo se ha hecho masivo. La
diferencia es esa. Porque las drogas curiosamente tienen varias propiedades. Como se dijo esto:
“buscar paliar el dolor”, esto se usó mucho cuando se utilizaron los alucinógenos. La prueba está en
que se usó en cierta psiquiatría experimental para inducir estados parecidos a los de la determinada
forma de la ya conocida llamada “locura”. Por ejemplo: La esquizofrenia. Con alucinógenos. Estos
son muy usados hace cuarenta años. ¿Pero cuál fue la gran exploración, la gran búsqueda? Es el
hecho de que las drogas, aparte de sus funciones de alucinógenos, de depresores, de
estimulantes… tenían algo que no tuvieron antes, en los años 60 significaron una ruptura. Fueron la
forma de exteriorizarla entre el mundo de los padres y el mundo propio. La gente que hoy tiene
alrededor de 60 años, o sea, los famosos babies boommers, los hijos de la guerra, la generación
posterior a la Segunda Guerra Mundial, que hoy ya son abuelos, esto fue hace 30 años largos, 40,
eran personas entre 18… 22… 24 años, era la forma de exteriorizar justamente su ruptura con el
mundo de los padres. Una de las maneras fue ésa: usar sustancias que les permitía otro tipo de
conductas a las que estaban acostumbrados y dispuestos a contemplar sus padres.

Así como se adoptó una conducta sexual muy distinta, porque aparecieron los anticonceptivos y se
controló con los medicamentos - los antibióticos fundamentalmente- las grandes enfermedades
venéreas. Entonces esto permitió una apertura, se dio un proceso que era totalmente insólito para
los paradigmas que manejaba la generación anterior. La que había tenido a esos hijos que de golpe
se sublevaban con la famosa consigna -que después se convirtió en una especie de cliché- sexo,
drogas y rock and roll. Las formas exteriores eran distintas. Enajenadas, desestructuradas y no
convencionales. Se aprendió la multiplicidad sexual. Nada viene así del azar con solo chasquear los
dedos. Dicen que los americanos cambiaron el paradigma sexual con la aparición del automóvil, que
permitió la salida no controlada de las parejas. En este punto estamos hablando del año 20-30.
¿Pero qué es lo que hace que de un fenómeno que tiene connotaciones sociales importantes, la
expresión de todas las nuevas generaciones, pasemos al fenómeno de hoy, de los jóvenes de hoy
que no lo son tanto, o de personas adultas? De hecho pasa muchas veces se reciben personas
para tratamiento, que son hijos de otras que ya consumían en una época anterior. Lo que nos llama
la atención y produce conmoción, es que aparezcan nuevas vertientes de consumo a través de
generaciones, como sucede clásicamente con el alcohol, pero por otro tipo de sustancias. Como
dijimos, la primera identificación es de consumo: el segundo tipo de identificación con el consumo es
por lo que este representa. Si se compra la marca X, que tiene el dibujito del cocodrilo en la remera,
lo estoy comprando por algo. Ese valor agregado del cocodrilo es una palabra que se designa
“prestigio”. Cuando consumo una sustancia, lo hago en función, primero, del placer, nadie piensa
que se va a matar. Esta cosa de los preventores que no piensan, y dicen “No consumas, te vas a
matar”, ¿cómo va a pensar alguien que se va a matar si eso le da placer? Es lo mismo que uno
fuera a una agencia de automóvil y que le digan: “Cuidado que ese auto virtualmente lo puede
matar”. Se le reirían en la cara. O que salgan los autos nuevos con: “Este auto manejado con
exceso de velocidad puede conducirlo a la muerte”. Miren si los autos tuvieran esa leyenda como

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ahora le ponen a los cigarrillos para tratar que se vendan menos: “Este cigarrillo le puede producir
cáncer”; “este auto le puede producir la muerte en la Panamericana”. Plantéenselo. Esto es posible.
Lo que pasa es que el mundo hace cosas pesando en que todavía estamos en el siglo II (aunque
nunca jamás fue así), entonces podremos plantearnos: esto es bueno, aquello es malo. Como si
fueran dos caminos posibles. El de los ángeles y el de los demonios. Nosotros tenemos que tratar
de responder a un sistema de valores o de lo que se nos quiera ocurrir para conducirnos lo mejor
posible, pero convengamos que, aun la persona bien intencionada y sana, que situemos en el
paradigma que se nos ocurra, siempre algún renuncio, alguna cosa distinta, algo diferente va a tener
como conducta posible. El renuncio lo tenemos todos. Porque el que se ponga del otro lado y pueda
simplificar que los malos están del otro, es un cínico o un idiota. Esos dos caminos nada más.
Entonces la masividad tiene que ver también con otra cosa. Se dijo antes, la palabra “prestigio”. Las
drogas son mercancías en el sentido más puro del término. ¿Qué quiere decir? Que tienen valor de
uso y valor de cambio. Fácil, ¿no?, para los que no son economistas, ni que han tenido estudios de
economía. El agua tiene un valor, ¿verdad? Costó “X” pesos en el quiosco, mayorista,
supermercado, lo que fuere. ¿Cuánto vale? Vamos a poner 3 pesos, 5 pesos… Lo que quiera. 5
pesos. De acuerdo a los tiempos. Ahora, si voy a la Antártida, ¿cuánto vale esta agua? Menos,
porque nadie va a querer refrescarse. Es demasiado fría. Si voy al Sahara, ¿cuánto vale esta agua?
Mucho más, porque la gente necesita refrescarse. Es más, si viene una persona sedienta y se le
muestra la botella así de lejos, pero se le dice: “Primero entregá tu dinero y seguramente lo va a
hacer. Inexorablemente. Recuerden a José y el plato de lentejas. Donde el hermano mayor
abandonó su herencia por el plato de lentejas. Esto se llama: “Valor de compra” y es uso, y “Valor de
Cambio”. El cambio lo define la situación en la cual se hace el trueque. Las sustancias, como tales,
tienen un valor de uso importante. Obviamente la gente las compra primeramente en primera faz
para consumirlas. Pero en la segunda faz puede comprar cantidades para canjearlas. Canjearlas
¿por qué? Por dinero, por otras drogas, por otros servicios o por otros tipos de cosas que tienen
utilidad: armas, comunicaciones, mujeres, lo que sea. Se han convertido además en una moneda
de curso legal, aunque no lo tengan. Sirven como objeto de transacción en todo el mundo. Es más,
existen códigos que conocemos de muchos lugares, pero que están en las bolsas internacionales,
que sirven también para saber el precio de llegada del mercado más importante, que es el de Nueva
York. O sea, que hay un valor de la mercancía muy estricto, además de cambiante.

Tal es así, que en esta enorme crisis, una de las pocas cosas que no cambiaron de valor, al
contrario, son las sustancias. ¿Por qué? Porque la crisis va a traer más consumo. Entonces, las
personas no se juntan con ellas en función de maldad. Es una de una falsedad absoluta. Puede
servirle para esos supuestos pensadores que tenemos en muchos de nuestros medios de
comunicación. Algunas muy divulgadas. Con gente que se la pasa pseudo filosofando. Ellos están
exentos de todo daño. Salvo aquellos que quieren ser puestos en el lugar del daño. Los que son
“verdaderamente dañinos” son los “paquitos” y todo el resto de la historia.

Pero también tenemos que tener en cuenta, que en el imaginario de muchos de nuestros jóvenes y
no tanto, las drogas tienen prestigio. Esto es lo que no se dice. No es solamente una mercancía con
uso y cambio. Ustedes se dirán: ¿Cómo va a tener prestigio una cosa que daña? Tienen prestigio.
¿Por qué? Porque los mismos que las quieren condenar, las enaltecen. ¿Y Por qué? Aparece una
noticia en el diario: “Se hizo la operación x”, que suelen tener siempre nombres marítimos, “sacaron
no sé cuántas toneladas de cocaína…” ¿Qué es lo primero que nos dicen los medios con esa
sabiduría que los destaca? Se descomisó tanto, que hubieran costado en el mercado tanto otro.
¿Qué le queda al público ahí en el inconsciente dando vueltas en forma significativa? Miren qué
importante era esto, ¿no? No solamente era una basura que servía para sacar a la calle. Era mucha
plata. No dicen: “Hay tantas dosis de menos”. No, “hubiera costado tanto”. Entonces el que está en
la calle, que la consume, dice: “Ah pucha, no estaba consumiendo, como rezaban leyendas en otra

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época en los camiones de basura: “La droga es basura”. En cambio pensarán los que las consumen:
“La droga no es basura”. Del punto de vista que cada vez cuesta más. Entonces hay una situación
que la hace convincente. El prestigio. No solamente tienen valor de uso, valor de cambio. Son
estimulantes, son alucinógenos, son depresores. Me producen placer o yo las empiezo a ingerir
porque creo que me van a dar placer, sino que además tienen prestigio. Y esto es un producto típico
de la sociedad de consumo. Prestigiar a cosas que no tenían prestigio. Lo demostramos con lo de la
cerveza. Esto va por un camino distinto porque no se puede hacer propaganda oficial de las drogas
ilícitas. Pero de hecho la gente lo percibe así. Las drogas son una fuente importante de dinero.
¿Cuánto cuesta el negocio de drogas en el mundo? Hoy son más de mil millones de millones de
dólares. Una cifra, bien grande..

Y ahora vamos a otro planteo, ¿qué hacemos con la sustancia? ¿Nos dedicamos a la lucha? El
mundo a esta hora ha jugado a ver si las podía controlar eficazmente. Ha sido un fracaso de
aquellos. Ha buscado también poner en cabeza de los pobres seres, que son los adictos, todos los
males del universo. Los chicos desesperados que viven en las peores condiciones, que no tienen
nada de qué estar satisfechos, porque hay cosas que uno ve hoy que no se han visto nunca, para
gran vergüenza propia y ajena. Se pueden observar, casos terribles como el de chicos que están
inmersos en la basura y comiéndola. Realmente me sentí mal como persona. Me sentía además
culpable de que haya una cosa como esa. Que suceda algo así. Menos en un país como la
Argentina. Claro, después nos olvidamos de la etiología de estas cosas.

¿Saben qué es la etiología? Los antecedentes para que se produzca una enfermedad. Acá estamos
pagando los platos rotos de una política de desgüace, una política de desinterés, una política de
ataque al Estado, de destrucción sistemática, de malversación de fondos. Donde toda esa gente es
producto de eso, no son productos del “paco”. Son productos de la miseria, del desconocimiento, del
ninguneo, de la falta de oportunidades, etc. Porque un país que se precie de tal, entre otras cosas,
tiene que buscar que no se le acumule la gente en el cordón urbano haciendo foco de desarrollo en
todos lados, cosa que se distribuya mejor, entonces puede haber planes de vivienda coherentes y
tantas cosas creativas, educativas, culturales, deportivas, sanitarias, de microemprendimientos, etc..
que den lugar a la inclusión y no al consumo de sustancias.

Pero observen que el consumista no es solamente consumista en tanto drogadicto. Recordemos el


caso de una señora conocida de un ex jugador, compradora compulsiva en shoppings. En ese caso
es una patología, y una adicción como cualquier otra. Esa señora compraba porque le daba placer.
Y terminaba destruyendo toda su casa y a su marido que al final no sabía cómo pagar las cuentas.
Las tarjetas quebradas y toda lo demás. Ni sabía qué compraba ni para qué lo tenía. Porque no
daba abasto para lo que compraba. Es tan adictivo una cosa como la otra, y tan destructivo una
cosa como la otra, porque puede arruinar a una familia.

Poner en términos morales esta cuestión que tiene una enorme falla en la ética, no es lo correcto.
No corresponde hacerlo con la moral. La moral suele estar condicionada. La ética es fundante, pues
permite fabricar los caminos que me hacen discernir sobre los criterios donde me conecto con el
mundo. La moral es la moral del otro y lo que dice ese otro sobre que hay que hacer como
comportamiento deseable para que suene bien. Pero puede ser una moral farisea. Y puede
convertirse en un paradigma de lo que no hay que cumplir. Y esto también lo saben los que
consumen. Saben que hay mucha moral farisea detrás de todo esto, y entre otras cosas se les
ayuda a consumir, no a no consumir.

La otra falla que tenemos es de nuestra proyección como sociedad. Si lo único que vamos a
brindarles a las personas jóvenes que quieren proyectarse en un proceso de construcción del
mundo, y solamente se tiende a resumir con el hecho de no consumir drogas, arreglados estamos.
Tenemos que hacer mucho más que eso. ¿Cuál es el mundo que posibilita las cosas, que nos hace

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adictos a tantas cuestiones, entre ellas la de las sustancias? El mundo posible con una
característica fundante y proyectiva, es el mundo donde cada quien construye lo que realmente tiene
interés de hacer. La mejor prevención que se pueda hacer contra el uso – abuso de sustancias,
como contra el abuso de cualquier cosa, son dos cuestiones que no se hacen: Captar
adecuadamente la demanda del otro y propiciar los caminos que tiene para construir una alternativa.
Esta es la diferencia. Y esto es lo que no hacemos. No ganamos nada con tapar el cielo con las
manos o ir a hablar de los daños que puede producir algo. Lo mismo pasa cuando uno habla con
jóvenes por el tema de la conducción absurda. No comprenden esto. El pensamiento es: ”a mí no
me va pasar”. Entonces para que exista un manejo responsable, tiene que existir un enganche
sustentable con la vida. Esta es una cuestión ética. Compromiso con lo vital. Esto es ética. No es
moral. La escuela no tiene que ser un lugar de repetición o de ahuyentar demonios diciendo “miren
que esto los mata”. La receptividad, ¿dónde está? Vale más en una escuela, no solamente la
postura del maestro, que no tiene que ser un experto en drogas, sino que tiene que ser un buen
maestro, porque un buen maestro es un conductor innato. Es una persona de confianza innata, y
alguien con quien uno puede encontrarse. Una persona que padece, por ejemplo, un problema de
drogas o un embarazo no deseado, un maestro puede orientarlo. No tiene que saber, tiene que
entender al alumno, que es distinto. Tiene que ayudarlo a llegar al lugar adecuado. No tiene por qué
ser él experto ginecólogo, o psicólogo, todólogo… Eso no. Tenemos que ser hombres posibles, que
facilitemos el camino de otros hombres posibles. No perfecciones, sino posibilidades. Y la
posibilidad definitivamente termina siendo cuasi perfecta. Porque el hombre es perfectible, pero a
su vez es casi perfecto. Tiene, para decirlo en términos casi religiosos, pero valdría dicho en
cualquier idioma: Una divina incompletud. Lo que nos falta nos permite encontrar al otro. Si
fuéramos perfectos, no necesitaríamos de nada, ni nadie. No seríamos hombres sociales, seríamos
otra cosa. Si es que nos falta, en tanto ella misma, estamos entendiendo al otro. Entonces la
perspectiva que tenemos de encuentro con las adicciones, es un encuentro primario con un ejercicio
de humildad. Si esto está pasando y en forma tan extendida, algo de nosotros ha fallado. No es un
tema de narcotráfico. El narcotráfico estudia como cualquier comerciante que mercadea en alta
escala. Estudia cómo está el mercado y dice: “Bueno, yo tengo que incidir en esto y en lo otro”,
como hicieron los comerciantes de la cerveza que se comentó antes. ¿Qué tenemos que hacer
nosotros? Tenemos que ser más solidarios, tenemos que entender al otro. No podemos ponerlo en
esta cuestión abrasiva que los que no son como uno, resultan perjudiciales. Tomernos la molestia
de entender, de captar. Captar y posibilitar. La verdadera prevención es ésa.

Prevenir no es advertir, prevenir es transformar. El que no transforma la realidad que le toca querer
cambiar, porque hace a actores a cada uno de lo participes, está fracasando de entrada. Porque
está diciendo cosas que entran por una oreja y salen por la otra. Lo que supuestamente se va a
advertir, no le interesa al otro, porque antes no nos preocupamos en saber qué le pasaba.

Y las adicciones en eso son tan sintomáticas, como lo son cualquiera de las falencias que tenemos
en este mundo, se repiten cosas sin saber por qué se las hace. Pero no piensa sobre lo que está
haciendo. El mundo actual nos ha cansado. La oferta del múltiple consumo es una oferta agotadora.
Los chicos en ese sentido nos dan clase. Cuando juegan con tres objetos cualquiera, que no son
tales, porque la poderosa imaginación las convierte en los reyes de sus sueños. Nosotros le
podemos dar – como hacemos muchas veces los adultos- muchos juguetes que ellos miran un rato
y abandonan consecuentemente, porque no le encuentran sentido y a lo mejor con un pedacito de
papel a una cajita de cartón la convierte en algo que ha fabricado con sus propios sueños. Lo que
nos tenemos que animar para depender menos, es a soñar más. Y soñar despiertos, porque con
drogas lo único que hacemos es fagocitarnos nuestro propio sentido. Esto dicho con sinceridad. Yo
creo que se puede, pero se puede por otro camino. No es la advertencia, no es la guerra, no es la
lucha, es la transformación.

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Samantha del Centro Interdisciplinario: quería preguntarle al licenciado, según su opinión y por
qué también, sobre la despenalización y el problema de las adicciones.

Licenciado Calabrese: Estamos diciendo desincriminar la tenencia, o sea hablando de no poner


bajo el derecho penal a una persona por el hecho de consumir drogas. Esto es muy sencillo,
primero porque es injusto. Sí decimos que hay adictos a un sinúmero de cosas, muchos de ellos con
conductas serias y graves, ¿por qué uno tiene que pagar (en el sentido de restitución a la sociedad)
cuando el resto no paga?, sinceramente esto vulnera el principio de igualdad ante la ley.

Segundo; en el derecho liberal, que es el derecho que nos rige a nosotros como sociedad, el
derecho estatuido por la Constitución del 53 y refrendado por la del 94, es un derecho que va con
sus principios más importantes protegiendo los derechos individuales de las personas. Protegen
más eso que otra cosa. De la propiedad, de la dirección de los actos, de la intimidad de los mismos,
lo que ha sido olvidado aquí. Entonces, a veces, lo que se vulnera, al extender su acción a
cuestiones para lo que no estaba previsto, es mucho más dañino de lo que se transgrede. Las
300.000 personas que desfilaron por el derecho penal para tratarse obligatoriamente y “salvarse”
con eso de la pena de cumplimiento, no les fue mejor. Hace más de 30 años que veo adictos…
¿Por qué? porque me traen la referencia del momento y de lo que está pasando. Sin ese contacto
podría decir cosas teóricamente buenas, pero prácticamente malas. Lo que sí sé, es que esa gente
queda con la marca del Derecho Penal. El Derecho Penal se un Derecho para necesidad extremas,
últimas de la sociedad. Interfiere cuando las otras barreras se han roto. Nada más que ahí. Alguien
mata a otro, el otro agrede a un tercero. Le incendia la vivienda, le escala el muro, etc. Esas son
cosas extremas, no es lo que pasa mayoritariamente aunque los medios nos vendan eso. Si fuera
así, en este momento nosotros, en vez de estar tratando de entender algo en un tema, estaríamos
escalando un muro, robando,… Si fuera tal la escala de lo que nos dicen los medios, estaríamos
todos haciendo algo diferente, trasgresor. El hecho es que desincriminar la tenencia, sería sacar del
tema de la mirada especial del derecho penal a una persona por el hecho del consumo de drogas. Si
esta es para tenencia o para uso personal. Y les aclaro algo: históricamente, la primera ley que tuvo
la Argentina sobre el tema de drogas, fue en la época de Onganía una época dictatorial y sin
embargo contemplaba la tenencia para uso personal como algo exento de la mirada de los
magistrados.

Ahora si esa persona para nuestros proyectos excede la tenencia para uso personal, con volumen
de venta, va a tener una pena porque las drogas no están desincriminadas, siguen siendo ilegales
Va a estar desincriminada la conducta de tenencia. Y mientras no se haga tampoco en un acto
público o extensivo de consumo. O sea, que no se la estén ofreciendo a otros. Lo que protege el
criterio de desincriminación, es que esa persona caiga en la responsabilidad del campo penal. Para
eso estamos proponiendo una nueva ley y estamos proponiendo también la amplitud del manejo del
código civil, que ya permite, como ustedes saben – los que están en temas de atención- que
ustedes internan a una persona, no necesariamente por qué consuma drogas, sino porque guarda
riesgo para sí o terceros. Lo que vamos a ver es como el derecho civil pueda ser más amplio en
poderes y formas de intervención. No una reforma al Código porque sería complicado, pero sí una
ley que le ayude a cumplir determinadas conductas. Esto es lo que se busca. No otra cosa. La
lectura que han hecho los periódicos - a pesar de que hemos insistido mucho en esta diferencia de
que despenalizar no es lo mismo que desincriminar – ha sido tendenciosa y nunca quisieron decir la
verdad sobre esto porque no les conviene. Porque pierden un gran motivo de noticias y de
comentarios necios.

Eva: ¿Otra más?

Verónica Imás: Verónica Imás, trabajo en el Cuerpo Interdisciplinario, soy abogada. Quería hacer
una pregunta respecto a esto último que usted ha dicho, en cuanto a la tenencia y uso privado.

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¿Cómo se maneja este tema del uso privado cuando se mezcla o converge con el uso privado
dentro de un hogar en convivencia con otras personas donde hay niños?

Lic. Calabrese: Es que es algo simple. Es como cuando no podemos, salvo que haya una
denuncia, no vamos a intervenir en un hogar, porque a lo mejor incluso el padrastro tiene una
conducta por lo menos dudosa sobre todo el resto de la familia, pero si a usted no le dieron la
posibilidad de actuar, ¿qué va a hacer?, ¿Lo va a adivinar? No se puede. Con un acto concreto que
diga que está difundiendo, que está vendiendo, ahí tenemos un caso que la ley nueva podrá o no
contemplar. Pero además le agrego algo.. Hay que insistir sobre lo mismo: no nos podemos poner
en algo fantasioso, porque los que con la ley pretenden controlar todas las cuestiones humanas,
caen en un absurdo de imposible cumplimiento.

Les digo algo, tengo una apuesta personal, me juego que si en este momento las leyes fueran 10
veces más duras de lo que son en cuanto al consumo de sustancias, si la necesidad de la población
es consumirla porque alivia en algo las tensiones, permite una escapatoria, me hace encontrar con
el placer, en fin, el imaginario que se quiera poner, se va a seguir consumiendo y más. Aunque las
leyes sean duras. En Malasia la tenencia simple equivale a la pena de muerte. Sin embargo en
Malasia no han disminuido el uso de sustancias. Y cada tanto aparece una persona al que lo
cuelgan. Incluso han colgado en la horca, a extranjeros que inocentemente se han sentado a fumar
un porro, fueron presos y luego de un juicio los ejecutaron. Australianos que pasaron por ahí y a
ingleses. No alcanzó, ni alcanzará. Porque si la necesidad es otra, la cuestión se va a producir igual.
Si alguien quiere recordar cuál ha sido el paradigma del mundo cerrado, ya con la lucha contra un
objeto en particular, fue la Ley Seca en Estados Unidos. Resultó un despropósito. Y además no
solamente eso, sino que le permitió a la mafia apoderarse de negocios ligados a la industria
alcoholera, que hasta hoy no abandonó, por ejemplo, su transporte. En general, estos sistemas
donde se guarda toda la energía de la humanidad para tratar de controlar algo en particular, a la
larga no han dado resultado. La prueba está en que los hombres podemos hacer las mismas cosas,
por las cuales Moisés ya se peleó para que el pueblo elegido entendiera cuáles eran los
mandamientos.

Conducta privada es conducta privada. Y las paredes de un hogar no permiten ninguna mirada
especial, salvo que haya una denuncia.

María de los Ángeles del Hoyo, del Cuerpo Técnico: Mi inquietud tiene que ver con un aspecto
más global o social, ¿de qué manera usted cree que podría relacionarse el tema de la crisis, del
sistema capitalista, o la responsabilidad que le cabe y la ausencia de una cultura de trabajo que
hace que la droga sea accesible a niveles de clases más bajas y no sólo quede en las altas?

Lic. Calabrese: Primero te voy a corregir algo No hay droga de la clase baja o de la clase alta. Es
solamente una cuestión de poder adquisitivo. Pero cuento algo: por ejemplo, habrás escuchado esa
revalida frase de que la Argentina era un país de tránsito y ahora es de consumo. Falso. Porque la
Argentina cuando empecé a trabajar no consumía drogas prohibidas ni traídas de afuera por la
mayoría de los consumidores, ni traídas desde afuera. Consumía productos de farmacia. Y
casualmente las nuevas estadísticas que estoy leyendo del interior del país, acabo de leer una que
hicieron en Tucumán, otra leer otra que hicieron en Santa Fe, más la que el año pasado supervisé,
que se hizo en 51.000 hogares, que es la más grande que se hizo en la historia del país, nos dan
siempre lo mismo. La gente consume lo que puede consumir. Esto es como decir: “Por el poder
adquisitivo alto, no te podés alcoholizar” Porque exista una persona que pueda beber wisky de
primera marca y se va a emborrachar con eso, y va a haber otro que se va a hacer con el tetrabrick
o con algo peor, todavía, si lo consiguen. Cuando se consumían más psicofármacos – eso es lo que
quería decir con de las estadísticas- es que los psicofármacos y psicotrópicos siguen siendo una
fuente importante de adicciones. Los pegamentos, que no son drogas propiamente dichas,

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demuestran otro camino posible. He visto chicos con una palangana llena de kerosén y bolsear con
ella. Tapados con una lona, aspirando. Si la gente “necesita” drogarse o si la gente “necesita”
alcoholizarse, hay que buscar las razones por las que lo hacen. Es como cuando a un preso le
hacen una requisa, le sacan todo lo que pueda ser ofensivo y después, en cambio, hacen la “púa”
con un tenedor, con una chapita de bebida. Se las ingenia. Entonces las formas en las que se va a
drogar alguien que no tiene medios, es de la manera a que dé lugar. ¿Cómo? Con medicamentos
vencidos, que los puede conseguir, porque nunca va a faltar alguien que los venda. La peor
sublevación que he visto en mi vida fue en un instituto de menores con medicamentos vencidos. Un
antiparkisionano, que hacen alucinar excesivamente. Entonces, no se necesita esa droga prohibida
que la pueden comprar los que tienen plata, es posible drogarse con muchas cosas diferentes,
siempre que sean psicoactivas.

Y la otra cosa que agrego, es que hay condiciones que son propulsoras de las adicciones de por sí.

El exceso de pobreza y la falta de oportunidades es un estímulo a los consumos excesivos y a las


peores formas regresivas de la vida comunitaria. En ese sentido la intervención estatal debe ser muy
significativa y tenemos que acompañar ese esfuerzo. Porque si no, por supuesto, los dueños del
dinero van a decir: Es gastar plata y pólvora en chimangos. Se equivocan, cuantos más planes haya
en ese sentido, cuantas más intervenciones, menos problemas vamos a tener. De hecho, todo el
mundo enaltece el sistema de Guiliani (ex alcalde de Nueva York), con la Policía de esa ciudad para
disminuir el delito en calle. Es cierto, lo disminuyó con una metodología especialmente represiva. Lo
que se olvida por parte de la mayoría, decir es que en la época en que él se manejó de esa forma,
también se manifestaba el efecto Clinton. Clinton se fue de la presidencia con 500 mil millones de
dólares a favor del Estado. Al comienzo de la presidencia de Barak Obama, el país contaba con un
déficit de 3000 millones de millones de dólares. Que además lo cargan en la espalda en todo el
mundo. Y no es peor porque sencillamente el sistema de bonos de los Estados Unidos está en
manos, sobre todo, de China y de los países árabes. Eso técnicamente es así. Entonces los que
países que no tienen tanta plata, o los que no tienen plata, lo que tienen que hacer es propiciar,
como ciudadanos: las cuentas claras, la inversión del estado y la participación impositiva. El camino
este que se ensayó en Estados Unidos, de librar a los ricos de la contribución impositiva, así
expanden su riqueza por el mundo, esto es un absurdo. Porque aunque compre una persona un
yatch de 50 millones de dólares, eso no expande la riqueza como la expandiría la situación inversa:
que 50 o 500 o 1000 millones del total, estuvieran distribuidos entre tres mil millones de personas, y
tuviera cada uno un pesito. Porque eso implicaría que lo gastaran seguro.

La plata mejor invertida es para quien menos tiene. ¿Por qué? Porque tiene que emplearlo para
sostenerse. Entonces una política de empleo, una política que implique a las que se denominan
Políticas de Estado, tienen que apuntar al bienestar general, dado que si un jubilado gana el doble
de lo que hoy obtiene, necesita a gastarlo todo. Aunque le sobre, aunque no tenga que comprar
remedios, seguramente, le va a dar a los nietos. Va a ponerlo en circulación. Los ricos no pueden
consumir más de lo que consumen porque aunque sea en el sultán de Bahrein, con 500 autos de
colección, que ni los conoce porque no sabe si están en una playa o en un galpón, pero pensemos
que si sube y baja uno por uno de sus autos, estaría todo el día empeñado en hacerlo. Lo excesivo
no es gozable. Es mucho mejor para la economía mundial que en vez de los 500 autos del sultán de
Bahrein, haya 5 mil autos usados por personas cualquiera, que van a hacer circular al dinero.
Entonces, siempre va a haber sustancias para el que las pueda pagar de la forma que quiera. El
mercado se las ingenia para crear el producto para cada quien. ¿Por qué? fíjense que algo muy
simple: a unas cuadras de Retiro se ve el mercado de oportunidades, que está al costado de la
estación. Los relojes, radios, zapatillas y demás, en una escala. Subamos unas cuadras, y en las
Galerías Pacífico existe una oferta similar solamente que de otra calidad y precio. ¿Por qué hace el

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mercado, en definitiva el comercio? Le da a uno y le da a otro lo que puede consumir, pero
establece ámbitos para esos consumos.

Pero lo importante no es pensar que se corta acá y no pasa para abajo. Hay para abajo, para el
medio, para arriba, para arriba de todo. Para todos los gustos. Eso es mercado. Lamentablemente,
lo que no contempla y por supuesto quienes detentan el poder del mismo, es la inclusión de más
personas en él, incluso para asegurar la supervivencia del sistema.

Eva: ¿Qué más? A ver… decí el nombre.

Licenciada Martín del CAVS de Brigada de Abuso Sexual: Yo quería que usted nos hiciera una
reflexión teniendo en cuenta dos puntos que usted dijo: que como para luchar contra esto, por una
parte estaba la solidaridad y por la otra parte estaba un tratamiento, el aporte del Estado y otro tipo
de políticas como que ayuden a revertir este cuadro. ¿Qué panorama tenemos hoy?

Lic. Calabrese: Si tengo que ser sincero, el panorama no es bueno, pero no es acá, sino en todo el
mundo. Porque cuando los momentos se ponen críticos, las situaciones diversas se acentúan. Si
aparece una cuestión muy interesante que ha pasado en los últimos 20 años. Con la caída del
bloque soviético y se disuelve la URSS, había déficit y una cantidad de cosas en cuanto a bienes de
consumo. Era un sistema como todos de ese tipo de régimen que solventa bien la parte educativa y
las cosas básicas. Comida, sistema social. Eso en general estaba bien solventado. ¿Qué pasó? Se
disuelve eso por múltiples razones. La gente queda en la indefensión. Ustedes habrán visto alguna
vez esa foto de la gente en la calle, con la nieve hasta la cabeza, con 30º bajo cero, vendiendo sus
escasas pertenencias. ¿Qué pasó en referencia con las cuestiones adictivas? Subió el consumo de
alcohol de tal forma que se considera que la tasa subió prácticamente a más del 1% durante diez
años. Tuvieron un incremento tal, -piensen que la tasa general de alcohol está en un 4,5%-
entonces, pasar a 10%, es una barbaridad por cantidad de gente y más siendo en un país grande.
Con un agravante, al no haber Salud Pública, se acentuaban los problemas derivados del
alcoholismo. Una secuela enorme y de todo tipo.

Además decreció la tasa de expectativa de vida en 10 años. Es un proceso terrible e interesante


para ver las secuelas del empobrecimiento, desde el punto de vista sanitario y la vida en general de
esos países. Pero he ahí una muestra. Ahora, también los procesos de crisis, son como describe el
ideograma chino, esa especie de F cortada, y el palo de la F divide Incógnita de Posibilidad. Duda
respeto de Crecimiento. Disociación respecto de Asociación. Por los principios del Yin-Yan.
Entonces esta crisis también puede resultar oportunidad. Vamos a tener que usar herramientas a las
cuales no estamos acostumbrados o no nos permitíamos usar, porque con las habituales hemos
llegado a estas circunstancias. Entonces, habrá que enmendar la cuestión.

Se puede también correr el riesgo de que la tangente la quieran cubrir por el lado del autoritarismo.
Nunca falta. Pero siendo una crisis tan enorme, va a obligar a que el mundo se replantee muchas de
las cosas que le toque vivir hoy y las tenga que asumir de otra forma. Necesitamos ir a hacia una
cuestión más equilibrada, más justa. No hay necesidad de hablar de algo que no exista en las
formas de organización social que hoy conocemos. Una mujer que es estudiante en Suecia, por
ejemplo, queda embarazada y tiene 19 años, está estudiando. El Estado le asegura, al día de hoy,
aún con crisis, hasta los estudios universitarios del hijo y la manda a un departamento de madres
solteras. Pensemos lo que pasa con nuestras madres solteras en la mayoría de los casos. El mundo
puede y tiene que dar más respuestas de ese tipo.

De hecho, si no hay distribución por impuestos, no hay posibilidades de inversión social. No existen
alternativas de aumentar la cantidad y calidad educativa. Y sí vamos a tener que gastar más en
caudal represivo. Y de hecho no se ven mejores con eso, porque por ejemplo, basta ver es el

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despliegue – como acabo de verlo – en determinadas favelas de Río de Janeiro la ausencia del
Estado dentro de esos lugares, y la omnipresencia del narcotráfico, en función de sus ganancias.

En la Conferencia de Viena de la que participé, el delegado norteamericano dijo que en USA el


negocio de sustancias equivale a cerca de 500 mil millones de dólares anuales. O sea, el
presupuesto que ellos manejan para la defensa. Es un exceso en cualquiera de los sentidos. De
hecho, es una de las causas por la cual USA tiene un fuerte déficit. Entonces, agrega, orgulloso:
“Ahora hemos aumentado el caudal del dinero destinado a reprimir”. ¿A cuánto?, se le preguntó. – A
30 mil millones. Yo les hago una pregunta simple: ¿Creen que con 30 mil millones, se puede
controlar un negocio de 500 mil? Parecería que no. Entonces el camino es otro. Porque de hecho, el
país que marca el rumbo sobre lo que hay que hacer en materia de drogas, es un país que se
autoabastece del consumo de marihuana. Producía esta sustancia en 2 estados, ahora produce en
16, y se autoabastece. Fabrica marihuana como para el consumo de 35 millones de personas. Casi
la población de la Argentina. Pero no fumigan ni una maceta. En Colombia el Valle de Cauca no
existe, está todo destruido por los agentes desfoliantes. Las ovejas se caen al suelo por
osteoporosis. La gente también está afectada. Hay un millón de desplazados. ¿Qué lograron hasta
ahora? Que la cocaína cuesta más en el mercado americano. Si ese es el camino!… El camino es
otro. El camino es inversión, el camino es educación, el camino es procesos permanentes y el
fomento de la participación social. No puede haber espectadores, los espectadores entre otras
cosas pueden ser adictos. ¿Por qué? Porque no saben qué hacer con su vida. Así de sencillo.

Eva: No sé si hay alguna otra. Estamos sobre las 17 horas, pero como el aprovechamiento es algo
que forma parte del trabajo, si alguno o alguna más quiere disponer del licenciado, seguramente
será posible. Y si no damos por terminado el encuentro.

Muy bien, muchas gracias. Gracias. (Aplausos)

POLICIA FEDERAL ARGENTINA/SUPERINTENDENCIA DE COMUNICACIONES FEDERALES.


/DIRECCIÓN DE OPERACIONES TECNICAS- /DEPARTAMENTO TÉCNICO OPERATIVO.
/DIVISIÓN SERVICIOS Y EVENTOS INSTITUCIONALES.

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