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EL UMBRAL

DE LOS CUADERNOS DE LUIS VIVES

Mariana Genoud de Fourcade


Universidad Nacional de Cuyo

En la década que transcurre entre 1972 y 1982, Umbral indaga en los


recuerdos de su infancia y adolescencia en por lo menos seis libros. En
todos ellos evoca el pasado en un intento de búsqueda o construcción de
su identidad, entendida ésta en un sentido amplio que va desde el ámbito
familiar -con la madre en lugar protagónico- hasta su identidad literaria,
cimentada en la narración del surgimiento y afianzamiento de su vocación
de escritor, en la encendida defensa de su posición en las letras españolas
contemporáneas y en la explicitación de su poética.
No es menos importante en esta inmersión intimista en el pasado, la
reconstrucción del contexto histórico y socio-político en el que se desa-
rrollan esos años de su vida.
Ya hemos señalado cómo estos libros dialogan entre sí elaborando
un tejido textual tan atrayente como ambiguo mediante el juego de las
relaciones pasado/presente y memoria/imaginación .' En el entramado
entre autobiografía y ficción, Umbral consigue una ambigüedad tal, que el
lector no puede resolverla: el acto de lectura se encuentra en lo que Manuel
Alberca denomina certeramente "autoficción".2
El hijo de Greta Garbo de 1982, parecía haber concluido el ciclo de
examen de la niñez-adolescencia, aunque los elementos autobiográficos
nunca desaparecerán totalmente de la obra umbraliana. Vinieron luego las

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r
··historias noveladas de la transición''. en las que Umbral acentúa la
impronta política.
En 1996, Los cuadernos de Luis Vives, reabren el mundo aparente- 1
mente cerrado en 1982. Umbral. desde la madurez, revisa sus recuerdos
1
de niñez y adolescencia en unas "memorias reflexivas" en las que
reconsiderará una época que dio origen a Memorias de un niño de derechas
(1972), Los males sagrados (1973), Retrato de un joven malvado (1973),
Las ninfas (1976), El hijo de Greta Garbo (1982) y que en cierta medida
¡
aparece también en Mortal y rosa (1975), cuando la infancia del hijo muerto
y la propia se entremezclan.
¿Los Cuadernos de Luis Vives despejarán finalmente la ambigüedad
que vela la realidad en los libros que acabamos de mencionar? Enfrentamos
nuevamente el desafío de descubrir los lazos entre la memoria y la
imaginación, en estas "memorias reflexivas'' que exigen el diálogo textual
y desestabilizan "el pacto de ficción" desde el Atrio del libro, donde el
narrador afirma haber sacado "del desván de la infancia" estos cuadernos
en los que escribía unas ''notas íntimas". Responde a la realidad de su
infancia la existencia de cuadernos escolares llamados Luis Vives, el
narrador nos brinda datos tales como la editorial, las rayas de sus hojas
y su color azul gris, para persuadir al lector que narrará hechos que
ocurrieron. Pero, a renglón seguido, comienza el juego: "Sobre aquellas
anotaciones tenues, inseguras, se me ha ocurrido desarrollar el yo que yo
era entonces. Reescribir, en fin, profundizando en lo que quería decir o
mejorándolo, quizá falseándolo". 3 Afirmación que nos instala desde un
comienzo en la duda entre realidad e imaginación propias de la autoficción.
Aunque es inevitable ·como es habitual en Umbral y el narrador lo
reconoce en el Atrio- que el libro se deslice hacia la crónica de fa vida
cotidiana de la pequeña ciudad, el eje de estos cuadernos es "hacer la
arqueología de mi adolescencia, el retrato del artista adolescente/.. ./ una
anatomía o forja de un escritor". •
Es una constante de la literatura umbraliana que el yo/narrador
condicione la percepción de la autoficción como autobiografía, como hecho
vivido:

Los cuadernos de Luis Vives, en fin, son un libro donde me he


confesado como nunca. Desvelando el que fui explico el que
soy. Libro de postrimerías, ya lo he dicho antes, donde trabajo
sobre mi propio material, la autobiografía. pero en pretendida

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profundidad de sentido y meditación. Nada que ver. pues, con
mis novelas y memorias de juventud. ~

Las dos aseveraciones que destacamos merecen algunas reflexio-


nes. ¿Alguna vez realmente Umbral podrá desvelar el que es? ¿Cómo
acceder a una personalidad que hace exhibición deliberada de su identidad
fragmentada? Podemos comenzar en este punto el diálogo textual.
La noción de fragmentariedad -referida a su identidad como escritor-
recorre la obra umbraliana como un sustrato de sentido, una isotopía que
conecta los textos y despliega una obsesión en todos sus matices.
Ya, en 1973, en Retrato de un joven malvado, dice:

Le desasosiega al escritor novel no encontrar su imagen, eso


que en otros momentos hemos llamado la pérdida de la imagen,
que es una verdadera crisis de identidad. Al final hay que
contentarse con una imagen convencional, fragmentaria, cam-
biante, porque ni la imagen de nosotros mismos que nos
devuelven los demás ni la que nuestra conciencia ha forjado
son reales. Un día se descubre que no tenemos una imagen,
sino · multitudes interiores. 6

Tomemos ahora un ejemplo de Diario de un escritor burgués, escrito


en 1977:

...el fenómeno social es que no se puede ser más que una cosa,
porque ya hace bastante el país con aceptar un Umbral. No se
le puede obligar a que acepte. lea y siga a media docena de
Umbrales: el humorista, el lírico, el ensayista, el patético, el
narrador, el realista, el irracionalista. / .. ./ No es honesto ser
media docena de escritores. 7

Podrían reunirse textos relativos a la isotopía de la fragmentación


para elaborar una extensa antología, porque la escisión entre el poeta y el
prosista, lo perturba desde la juventud. Su prosa está impregnada de
lirismo, su "estilo" es lírico y la metáfora uno de sus mejores recursos
estilísticos. Sumemos a esto las columnas periodísticas que escribe día
tras día como necesidad vital. Escribir para vivir y vivir para escribir.

En Los Cuadernos de Luis Vives persiste el desgarramiento: ''Yo, con


la literatura, iba a prolongar mi falta de identidad durante toda mi vida". 8

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La literatura va a ser el filtro a través del cual Umbral observe la
realidad. El mundo estará mediatizado por la literatura: "La literatura. / .. ./
se interponía entre la vida y yo. Se ha interpuesto siempre. lo cual equivale
a no haber vivido." 9 No es esto una novedad de los Cuadernos, es otra de
sus isotopías. que no desaparece ni en los momentos en que lo biográfico
deja la transgresión, la pose snob. para adentrarse en el yo sufriente de
Mortal y rosa.
Este vivir a través de la literatura, para la literatura y de la literatura,
el vivir inmerso en una "escritura absoluta", imposibilita separar ficción y
realidad, para Umbral y para nosotros sus lectores. Todo se convierte en
literatura. En los Cuadernos pretende confesarse como nunca y asegura,
como señaláramos, que no tienen "nada que ver con mis novelas y
memorias de juventud."
Estas "memorias reflexivas" difieren, efectivamente, de sus otras
reconstrucciones de infancia/adolescencia, en la atenuación de la ironía
mordaz y de la voluntad de transgresión; en la ausencia de sordidez en el
tratamiento de los mismos temas. Antes quiso otorgar a lo "cotidiano la
dignidad de lo desconocido" 10, o mitificar a la madre en la identificación con
Greta Garbo, en síntesis, ser diferente.
Ahora, analiza los motivos que lo llevaron a adoptar esas posturas:
de niño y adolescente se sintió "inexistente", no era. no tenía imagen. Antes
que escnbir. quería "parecer'' un escritor. Entonces se inventa una imagen
exterior de lo que él creía que debía ser un escritor. Esto lo lleva a vivir una
VIda artificial: ir a misa de doce para observar a la "gente bian", frecuentar
círculos literarios provincianos, aprender inglés, usar esos guantes
amarillos, presentes también en Las ninfas.
La veracidad de lo narrado está lograda por la inclusión del nombre
de la madre -Ana- que no se menciona nunca en El hijo de Greta Garbo,
de los nombres completos de los amigos que formaban su "clan", por las
entrevistas con escritores famosos -el caso de Jorge Guillén-; por la
transcripción de los consejos sobre los artículos que recibe de Paco de
Cossio; por su oscuro trabajo en la oficina de reaseguros ...
Pero no están ausentes las marcas que indican al lector umbraliano
habitual la oscilación hacia el polo opuesto: la memoria que reconstruye
un "pasado apócrifo" en el mejor sentido machadiano.
El epígrafe de Borges: "Oh tiempo tus pirámides", pleno de connota-
ciones, sugiere el desgaste de los años sobre las construcciones humanas
o. en una interpretación más aventurada, el fenómeno inverso: que el

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tiempo dignifica las ruinas que resisten su erosión. Lo temporal se asocia
a la mutación, al cambio, al olvido, al recuerdo.
El epígrafe de Cesare Pavese relaciona explícitamente memoria y
conocimiento: "El ejercicio de la memoria es un placer y un bien, porque
implica conocimiento . Volver a evocar una superstición no significa
practicarla, sino conocerla." 1 1
La escritura ha sido para Umbral un permanente conocimiento de si
mismo. En Retrato de un joven malvado leemos:

Memorias, autObiografías, libros sobre sí mismo, diarios, el


teletipo interior enviándome noticias urgentes y etemas de lo
que me pasa por dentro/.. ./ Uno es observable indefinidamen-
te./. .J No hay otro conocimiento científico que el conocimiento
de uno mismo. 12

El escritor se ha buscado a si mismo en toda su obra, se ha observado


indefinidamente. Esta introspección volcada en la escritura nos da una
imagen cambiante del yo/narrador, que por momentos es un "joven
malvado" o un "niño de derechas" o un "escritor burgués". En estos
Cuadernos intenta mostrar no lo que fue, sino que fue y quiso ser, volviendo
la mirada sobre las ruinas de la memoria. Quiere confesarse como nunca,
pero no puede obviar la mediación de la literatura y afirma en los mismos
Cuadernos que "el biógrafo debe huir de la fidelidad documental", que
"escribir es la artesanía más subjetiva que existe'' y que "La literatura/.. ./
no es sino una masacre dulce que se hace a costa de la vida".
La fu sión de vida y escritura que supone su poética, es otra de sus
isotopías vitales:

Hay que crear continuamente realidades nuevas. Eso es vivir.


Y, sobre todo, eso es escribir, la realidad hay que inventarla
siempre a partir de cuatro datos que nos da la vida.••

¿Umbral ha reincidido en la reelaboración de su imagen de escritor


a partir de los "cuatro datos" que le dan los cuadernos que ha sacado del
"desván de la infancia"? ¿Expresión metafórica que reemplaza a la
memoria de la infancia?
El libro se abre y se cierra alrededor de la figura de la madre, la que
va a ser mostrada una vez más, bajo la luz de la nostalgia y la estilización.
Umbral intensificada la imagen de una madre soñada más que vivida, es

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ahora casi una invención literaria: "lo sobrecogedor de la literatura es que
hasta la propia madre. cuando la escribimos, se vuelve literatura". :•
Aunque pretenda desmitificar al personaje que creó en El hijo de Greta
Garbo, Ana. su madre, es localizada desde la mirada de un niño que idealiza
a su madre prematuramente muerta. la enfermedad y la personalidad de
la madre son decisivas en la forja de este escritor. Lo introduce en la
literatura y a la vez, con su salud quebrantada le impide el deseado, y
temido, viaje a Madrid, centro del éxito o del fracaso.
Los tres últimos fragmentos del libro están dedicados a relatar la
muerte de la madre: "He aquí los detalles exactos". El narrador inicia el
diálogo textual, modificando, en parte, los datos que incluyó en Retrato de
un joven malvado, y se deja llevar por la culpa de no haber estado con ella
mientras moría y por el dolor de la pérdida. Los detalles exactos pierden
nitidez. la subjetividad empaña la evocación:

Hans y los insectos. Mamá y los bacilos. Ante una cosa así, el
Yo queda en suspenso. Sólo mucho tiempo más tarde se
recupera el Yo, y con él el dolor. El inmenso, duradero, eterno,
oscuro, claro, alegre y loco dolor. Una conspiración planetaria
de bacterias había perseguido a mamá toda la vida, desde niña,
por los juegos, las ciudades, los salones,los amores, los años.
¿Estoy haciendo literatura sobre la muerte de mi madre a partir
de una anotación de entonces. hoy tan remota? 1.. .1 ¿Estoy
haciendo literatura?
Entonces más vale dejarlo. •)

Los cuadernos de Luís Vives, no han podido sustraerse al juego de


la ambigüedad y deben terminar. El Umbral de las «memorias reflexivas»:
sigue atado a su fragmentariedad. No puede desprenderse tampoco de la
identificación vida/literatura. Si lo hiciera perdería la única identidad que
supo construirse: la que da un estilo inimitable en el que puede reiterar las
obsesiones de su yo indefinidamente.

NOTAS
1- Esta perspectiva de la literatura tnl1m1sta de Umbral. ha sido desarrollado en nuestro trabajo.
"La reconstrucción de la 1dentidad el caso Umbral", expreso en el 111 Encuentro
Internacional de Teorías y Practicas criticas. 1997. Mendoza. GEC-UN de Cuyo
(aceptado para su publicación en la Revista de Literaturas Modernas. N° 29. Mendoza.
UN de Cuyo. ·una vuelta alrededor del yo: FranciscoUmbrar. publicado en la Revista de

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Literaturas Modernas. N° 28. Mendoza. UN de Cuyo. aborda otro angula del yo
umbralismo. Los tres traba¡os se complementan.
2- Manuel Alberca "El pacto ambiguo". Boletín de la Unidad de Estudios Btográficos . N° 1.
Enero 1996. p. 1~ 18. Barcelona. Un1versidad de Barcelona.
3-Frand scoUmbral. Los cuadernos de Luis Vives. Barcelona. Planeta. 1996 p. 10.en adelanttl
citaremos Cuadernos.
4- Cuadernos. p. 10-1 1.
5- Cuadernos. p. 12. el resaltado es nuestro.
6- Francisco Umbral. Retrato de un joven malvado. Barcelona. Ediciones Dest1no, 1976.p. 197.
El resaltado es nuestro.
7- Francisco Umbral. Diario de unescritorburgués. Barcelona. Ediciones Destino. 1979. p. 269.
el resaltado es nuestro.
8- Cuadernos. p 145.
9- Cuadernos. p. 20.
1~ Vid, epígrafe de Diario de un escritor burgués: "Otorgó a lo cotidiano la dignidad de lo
desconoodo" (Novalis).
11- Citado en Cuadernos . El resaltado no es nuestro. p. 7.
12- Francisco Umbral. Retrato de un joven malvado. p. 211-212.
13- Cuadernos. p 132
14- Cuadernos. p. 13.
15- Cuadernos. p. 182.

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