Dios, que es bueno y sabio, quiso darse a conocer a los hombres. Y lo
hizo de dos maneras: por la palabra y por hechos importantes. Así Dios salió para encontrarse con nosotros y para que nosotros pudiéramos conocerlo a Él y participar de su vida divina, la gracia de Dios. Y con Cristo se dio a conocer del todo, se mostró definitivamente, enviado al mundo para nuestra salvación y para hacernos hijos de Dios. Nuestro corazón anhela a Dios, san Agustín escribió: "Tú eres grande, Señor, y muy digno de alabanza: grande es tu poder, y tu sabiduría no tiene medida (...). Y el hombre, pequeña parte de tu creación, quiere alabarte. Tú mismo le incitas a ello, haciendo que encuentre sus delicias en tu alabanza, porque nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti". 1- El deseo de Dios en el corazón El deseo de Dios está grabado en nuestro corazón. Hechos 17, 26-28 Dios nos atrae hacia sí y sólo en Él encontramos la paz. Oseas 11, 4 Dios nos ha hecho para Él, para que lo busquemos y para que lo encontremos, porque…. Hechos 18,28 2- Olvidarse de Dios Pero a veces el hombre puede olvidarse de Dios e incluso rechazarlo o negar su existencia. ¿Motivos? La ignorancia, el rebelarse contra el mal que se sufre o se ve, los afanes del mundo y de las riquezas, el mal ejemplo de algunos que se llaman cristianos, ideas contrarias a la religión, y la actitud del pecador que -por miedo- se oculta de Dios y huye ante su llamada. Ninguno de estos pretextos justifica el olvido o la negación de Dios. 3- 2 caminos para conocer que Dios existe La Creación y la Revelación de Dios 4- Revelación de Dios: Dios, por amor, se ha revelado al hombre, de esta forma, le ofrece una respuesta definitiva a las preguntas que se hace sobre el sentido y el fin de la vida humana. Se dio a conocer, en primer lugar, a los primeros padres, Adán y Eva; después de la caída por el pecado original, no los abandonó, sino que les prometió la salvación y ofreció su alianza. Luego, con Abrahán, eligió al pueblo de Israel. Por fin, Dios se reveló plenamente enviando a su propio Hijo, Jesucristo. 5- Jesucristo: Jesucristo es el Hijo de Dios hecho hombre. Es la Palabra única, perfecta y definitiva de Dios Padre. Jesucristo ha dicho ya todo lo que Dios quería decirnos a los hombres, de manera que ya no habrá otra Revelación después de Cristo. 6- Dónde está toda la enseñanza de lo que Dios dijo e hizo: La Revelación de Dios se encuentra en la Sagrada Escritura y en la Tradición divina. La Sagrada Escritura es la Palabra de Dios transmitida por escrito, y consta en los libros inspirados por Dios que forman la Biblia: 45 del Antiguo Testamento (antes de venir Jesucristo a la tierra) y 27 del Nuevo Testamento. La Tradición es la revelación divina encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los Apóstoles, y transmitida íntegra de viva voz a la Iglesia.