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Acto 1
Yocasta: ¡Ooh! Mi amado rey nuestro pueblo Tebas es muy prospero.
Layo:
Yocasta: ¿Creéis que es buena idea acudir al oráculo?
Layo:
Oráculo: ¡oh! layo hasta el momento has tenido una vida prospera y afortunada, pero… tengo que
hacerte una advertencia…
-evita tener un hijo con tu esposa Yocasta
Layo: ¿PERO POR QUE?
Oráculo: porque tu primer hijo te dará muerte y se casara con tu esposa

Narrador: -Responde Layo, pasan unos años


-Yocasta le da una noticia a Layo
Yocasta: ¡Oh mi amado esposo, creo estoy embarazada y he recordado la nefasta profecía de
Delfos!
-pasan diversos sucesos y pasan los años.
-Edipo se vuelve rey y se casa con Yocasta
Yocasta: Edipo por tu Valentía ahora seré tu esposa por toda la eternidad.
-Pasan años y pasa una tragedia acuden al oráculo, llaman a un campesino quien cuenta un
secreto y una gran verdad es revelada.
Acto 2
CAMPESINA A: ¿Escuchas eso?
CAMPESINA B: (mueve la cabeza) ¡mirad! En aquel árbol
CAMPESINA A: (se asombra) vamos, vamos
CAMPESINA B: ¡por todos los dioses es un bebe! Ayudémoslo, ayudémoslo (lo baja)
CAMPESINA A: quien habrá hecho tal atrocidad, mirad sus pies, como están de hinchados por
aquella soga
CAMPESINA B:(suspiro) se me ocurre algo, llevémoslo a nuestros reyes ya que no pueden
engendrar y su anhelo se hará realidad
CAMPESINA A: estoy de acuerdo contigo, debemos ir
CAMPESINA B: ¡oh! Mis reyes Meriope y Pólibo les tenemos una grata noticia
CAMPESINA A: nos encontrábamos recolectando nuestra cosecha cuando oímos algo
CAMPESINA B: buscamos y vimos en el árbol ¡un bebe! ¡Un bebe! Con sus pies hinchados por la
soga que se encontraba atada a ellos.
CAMPESINA A: así que se nos ha ocurrido traerlo a vosotros ya que sabemos los hará muy felices
CAMPESINA B: esto es un regalo de los dioses para que ustedes tengan el honor de cuidadlo reina
de corinto.
Meriope: Oh por todos los dioses, un bebé, lo que tanto he deseado, ¡gracias gran Zeus!, prometo
ser la mejor madre
Veo que estás lastimado, quien te habrá hecho tanto daño, con nosotros nada te hará falta, te
llamaré "Edipo"; Edipo el hijo de los reyes de corinto, el de los pies hinchados.

Acto 3

Narrador: mucho tiempo ha pasado después de aquella infortunada historia en que Edipo fuese
abandonado. Ahora es un apuesto mancebo, sin embargo, una desafortunada acusación en medio
de un banquete, lo enfurece y le obliga a abandonar este pueblo.
Provocador: Edipo que hacéis allí sentado, con ínfulas de noble si no eres más que un bastardo.
Edipo: por qué osas en acusarme de esta manera.
Narrador: así después de una tremenda riña, los rumores no cesan obligándolo a consultar al
oráculo de Delfos.
Edipo: oh majestuoso ser tu que ves lo que los demás no podemos, quiero que me digas quien
soy y que designios tienen los dioses para mí.
Oráculo de Delfos: "Te advierto, quienquiera que fueres tú, que deseas sondear los arcanos de la
naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera.
Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti
se halla oculto la más trágica de las historias de todos los hombres de este mundo.

Edipo: no eres claro


Oráculo de Delfos: no escaparas de tu destino, mataras a tu padre y te casaras con tu madre.
Edipo: esto jamás ocurrirá.

Acto 4
Layo:
Soldados: ¡Protejamos al rey de Tebas! Todos a él!
Un Soldado: -Observa como Edipo asesina a Layo y logra huir.

DIALOGO DEL SOLDADO SOBREVIVIENTE:


Campesino: recuerdas aquel hombre que se cruzó en tu camino y te negó el paso para llegar aquí,
aquel que en esa pelea asesinaste ese hombre era el rey Layo.

Tú fuiste rey Edipo el que mato a layo, el rey de Tebas.


Aquella mañana en que nos cruzamos en el camino hubo un enfrentamiento y te defendiste de
todos dando muerte a layo. Yo escape por fortuna.
-Habla con Layo acerca de su futuro
-Pregunta a Yocasta
Esfinge: ¿Quieres pasar? Tendrás que resolver algunos acertijos si así lo deseas.

Edipo: Los dioses están conmigo, apresúrate.

Esfinge: Cuál es el ser que camina primero en cuatro patas, luego en dos y después en tres y que
se vuelve más débil según tenga más patas.
Edipo: Muy Fácil; el ser humano nace gateando en cuatro patas, cuando crece en dos y cuando
envejece con tres.

Esfinge: ahora este: hay dos hermanas una de las cuales engendra a la otra y esta a su vez
engendra a la primera.

Edipo: El día y la noche.

Esfinge: no, no puede ser, eres un enviado de los dioses, has acabado con mi destino.

Acto 5

Narrador: El reino de Tebas, cuna de grandes historias, se encuentra nuevamente en la desgracia


por designo de nuestro Dios Apolo. Años atrás Edipo, el rey actual de Tebas, la salvó de la esfinge,
resolviendo su acertijo. Por premio recibió la corona y la mano de la reina Yocasta. Ahora la peste
y las catástrofes naturales amenazan con desaparecer el hogar de los tebanos.
Coro

Hay muertos, no hay vida,


Tenemos hambre y la maldad sigue viva,
Hay miles de enfermedades y no tenemos salida.
El odio, la envidia, el dolor, y el sufrimiento de un pueblo están presentes y solo la esperanza nos
alienta a un nuevo día.

Edipo: ¡Pueblo de Tebas! He recibido noticias de que desean hablar con mi ilustrísima persona y
he aquí me presento. Atenderé entonces sus suplicas puesto que sé que no son buenos tiempos
para el reino.

Sacerdote: Yo, sacerdote de Zeus, te saludo; he de comunicarte que el pueblo de Tebas está muy
preocupado porque los cultivos no producen y los animales se mueren sin explicación. Así como
aquel día en que venciste a la esfinge, queremos que lo vuelvas a hacer; halla por favor un
remedio. ¡eres el más grandioso entre los mortales! ¡Liberad al pueblo de Tebas de la desgracia!
Edipo: Hijos míos, concederé su petición porque yo también me encuentro preocupado por la
ciudad, por la cual lloro. Pero, sepan que tras meditarlo mucho ya había encontrado una solución.
He enviado a mi cuñado, Creonte, para que viniera con las noticias del oráculo sobre el motivo de
la furia de los dioses. Llegará pronto, tengan paciencia.
Creonte: Soberano mío, a palabras del oráculo he de decirte que la única cura para que las pestes
se alejen de nuestras tierras es purificándolas del crimen que se cometió años atrás con el rey
anterior de usted, Layo.
Creonte: Lo único que sabemos es que Layo partió de casa hacia el extranjero, los únicos testigos
ya están muertos, excepto uno que quedó con vida y dijo que unos bandidos lo atraparon y lo
asesinaron con sus propias manos. Dado que la esfinge estaba por esos días en el camino, no
podíamos prestar atención al primer hecho.
Edipo: ¡Quienquiera que fuera el que lo mató recibirá la justicia que se merece!
Tiresias: Tú, Edipo, eres el culpable de las desgracias que están sufriendo nuestro pueblo de Tebas.
Edipo: ¿Qué argumentos tienes para decir semejante infamia?
Tiresias: Ninguno. Apolo es el que lanza estas verdades sobre tus espaldas.
Edipo: ¿Es acaso esto, obra de las invenciones de Creonte? ¿Debo tolerar a este sinvergüenza? Lo
que me parece es que algo tramas con mi cuñado para robarme mi trono, culpándome de una
acción que jamás pasó.

Narrador: A partir de este momento, Edipo acusará a Creonte de expandir los rumores de que es
el verdadero asesino de Layo; así es como querrá desterrarlo de Tebas.
Yocasta: ¿Pero qué se supone que es esto?
Creonte: ¡Hermana! ¡Edipo me está dando un trato espantoso! ¡Me acusa de asesinato!
Edipo: ¡Es porque estás dañando mi honra!
Yocasta: ¡Dejad de discutir como niños! Por favor Edipo, esposo mío, créele por respeto a mí.
Edipo: ¿Qué más puedo hacer si él me confirma como asesino de Layo? Y todo por las palabras de
un adivino.
Yocasta: Si es así, guarda cuidado. Te demostraré porque: El oráculo predijo que el hijo de Layo y
mío, se quedaría con su trono, después de matarlo. Luego se casaría conmigo. ¡Nada más falso!
Primero porque a Layo lo mataron unos bandidos extranjeros en un cruce de unos caminos y
segundo porque nosotros mandamos a matar por un tercero, al niño recién nacido.
Edipo: (Con rostro de preocupación) Vaya.
Yocasta: ¿Qué es lo que pasa?
Edipo: Creo haberte oído decir que el asesinato ocurrió en el cruce de unos caminos.
Yocasta: Sí eso dije, ¿Por qué?
Edipo: (Para sí mismo): Oh Zeus, Oh Zeus.
Yocasta: ¿Pero qué es lo que te pasa en verdad Edipo?
Edipo: Todavía no te lo diré, ¿Cómo era Layo?
Yocasta: Hmm, ya estaba encanecido y ahora que me doy cuenta… era de tu mismo aspecto.
Edipo: Oh Zeus, Oh Zeus… Y dime, ¿Iba solo o con escolta?
Yocasta: Iba con cinco hombres los que lo acompañaban.
Edipo: Oh no, esta es la evidencia que sólo me faltaba pero, ¿Quién fue el que te comunico todo
esto, Yocasta?
Yocasta: Él único criado que sobrevivió al ataque, que por cierto, al saber que tú entrabas al trono,
me pidió que lo enviara a trabajar para el pastoreo y se lo concedí. Sin embargo, aún no me has
dicho lo que te preocupa Edipo, estás muy pálido.
Edipo: Ah mujer, lo que pasa es que antes de venir acá a Tebas, yo príncipe de Corinto me
encontraba en un banquete para la casa. Uno de los invitados, posiblemente bebido vino a
decirme que yo no era hijo de mi padre y madre, iracundo acudí donde el oráculo para que me lo
aclarara y me dijo que yo iba a casarme con mi verdadera madre y mataría a mi padre. Por miedo,
huí de Corinto y en el camino hacia Tebas, en un cruce de caminos, me encontré con un señor que
no me dejaba ir por el camino, yo respondí a golpes y creo que lo dejé inconsciente de ahí, ocurre
lo de la esfinge y aquí estoy… Hm… Hazme un favor Yocasta, llama a ese criado del que me hablas.
Aquí deben atarse cabos.
(Ambos salen de escena, Yocasta regresa y se encuentra con un mensajero)
Mensajero: He de comunicar un mensaje desde Corinto, mi señora.
Yocasta: Dime pues mensajero, ¿Para quién es el mensaje?
Mensajero: Es muy importante para todos, más importante para tu esposo, Edipo.
Yocasta: ¿Qué es lo que sucede?
Mensajero: Pólibo ha muerto.
(Entra Edipo)
Yocasta: ¡Edipo! Este hombre quiere comunicarte algo, viene de Corinto.
Edipo: ¿Qué deseas mensajero?
Mensajero: He de comunicarte que Pólibo ha muerto.
Edipo: ¿Mi padre? ¿Por qué?
Mensajero: Por la edad.
Yocasta: ¿Lo ves Edipo? Las acusaciones no pueden ser más falsas, Pólibo murió por muerte
natural y jamás te casaste con tu madre.
(Se aparta a un lado del escenario)
Edipo: Entonces estoy salvado.
Mensajero: Pero señor, Pólibo no era tu padre.
Edipo: ¿¡Qué dices!? ¿Cómo sabes tú eso?
Mensajero: Lo digo porque yo mismo te entregué a los reyes de Corinto cuando tú sólo eras un
bebé, lo que sucede es que me encomendó unas pastoras tu cuidado, estas te habían salvado de
una muerte segura y no tuve mejor idea que entregarte a Pólibo porque no podía tener este hijos.
Edipo: ¡Por los dioses! ¿Sabes quiénes eran esas pastoras?
Mensajero: Sólo sé que estaban al servicio de tu rey, Layo. Ahora debo irme, hasta la vista.
(Se va el mensajero y se acerca Yocasta también preocupada, después de escuchar pedazos de la
conversación)
Edipo: Que tipo más raro el mensajero.
Yocasta: Lo mejor sería que no le hicieras caso, Edipo es por tu bien.
Edipo: ¿Por qué lo dices, qué pasa?
Yocasta: (Casi llorosa) Ah, si supieras las desgracias que pronto vendrán sobre tu persona, sería
mejor que lo dejaras y no sepas la verdad. Te lo digo, no te metas.
Edipo: ¿Eh?
Yocasta: Estas serán mis últimas palabras Edipo, adiós.

Yocasta:¡Por Zeus esto es una tragedia estoy casada con mi propio hijo!.

(Sale Yocasta y entra el criado)


Criado: ¿Me mandaron a llamar?
Edipo: Sí, ¡Tú! ¿Es acaso que tú me diste de pequeño a un mensajero de Corinto?
Criado: ¿Por qué me preguntas tales cosas? No recuerdo, estoy viejo ya y…
Edipo: ¡Responde viejo!
Criado: Está, está bien. Te diré que… sí, te di a manos del mensajero, porque te mandaron a matar
y tuve que hacerlo por cuenta mía, pero me apiadé de ti y te entregué para que vivieras.
Edipo: ¿¡Quién te entregó!?
Criado: Fue… fue…
Edipo: ¡Dilo!
Criado: La esposa que tienes ahora debe saber más que yo Edipo porque, ¡Fue ella la te entregó a
mis manos!
Edipo: ¡¿Qué?!
(El criado sale de escena, mientras un afligido Edipo camina por todo el escenario. Entra un
mensajero de la casa)
Mensajero: ¡Ha muerto, ha muerto!
Coro: ¿Quién, quién, quién?
Mensajero: ¡Yocasta, Yocasta!
Coro: ¿Quién la asesinó?
Mensajero: ¡Nadie más que ella misma, se colgó y ahí su cadáver se encuentra en su cuarto!
Coro: ¡Es una desgracia, que desgracia!
Edipo: Ay desgraciado de mí, ¿Por qué no me dieron muerte como debieron? Ahora he de sufrir la
maldición de los dioses por mis actos, maté a mi padre y me casé con mi madre de la cual, tuve a
mis hijos. Ah, que irónica es a veces la vida, yo que prometía castigar al culpable que resultó ser yo
mismo. ¿Por qué me haces esto Apolo? ¿Por qué el destino me persigue en lo infinito, por qué?
Merezco morir, lo merezco. ¡No debo ver, no debo!
Coro: ¡Oh habitantes de mi patria, Tebas, mirad: he aquí a Edipo, el que solucionó los famosos
enigmas y fue hombre poderosísimo; aquel al que los ciudadanos miraban con envidia por su
destino! ¡En qué cúmulo de terribles desgracias ha venido a parar! De modo que ningún mortal
puede considerar a nadie feliz con la mira puesta en el último día, hasta que llegue al término de
su vida sin haber sufrido nada doloroso.

-han pasado varios años desde que Edipo fue abandonado a su suerte y encontrado por esas
campesinas, unos reyes lo adoptaron y ahora es un príncipe pero un joven lo insulta.

-Joven: Tú no eres hijo de los reyes eres un bastardo que fue recogido de las calles.

Edipo: No me insultes de tal manera retracte de lo has dicho

-El joven se niega y comienzan una pelea la cual gana Edipo

-Edipo:¿Por qué esa persona habló así de mi, iré a consultar al oraculo.

-viaje a donde el oráculo y este le cuenta su origen.

Edipo:¡Por Zeus eso no puede ser verdad me niego a aceptarlo!

-Tras esto empuja al oráculo y sale de la ciudad corriendo ha cuando a transcurrido una gran
distancia encuentra a un hombre que le niega el paso acompaño de otros.
-Hombre(Layo):No ves que estoy pasando plebeyo quítate de mi vista.

Edipo:¿Por qué debería de hacerlo?

Layo:¡Por qué soy un rey!

Edipo:¡Rey! Estás vestido como campesino me niego.

-Tras está discusión inicia una pelea en la cual Edipo gana matando a Layo y sus acompañantes
pero uno de ellos sobrevive.

-Edipo continua viajando hasta que encuentra a la esfinge que le pregunta para donde va.

Edipo: voy hacia Tebas

- La Esfinge le niega el paso y le dice que si quiere pasar resuelva un acertijo.


-Edipo: Está bien acepto.
-Dice su acertijo a Edipo el cual responde correctamente y ella se lanza a un vacío.
-Llega al reino de Tebas donde es muy bien recibido por su hazaña y sus pobladores lo
convierten en rey casándolo con la reina Yocasta.
Edipo: Prometo ser fiel a mi reina y a mi pueblo.
Pasan de nuevo los años y Tebas está sumida en la desgracia a lo cual los pobladores piden
ayuda a Edipo.
Edipo: Acepto ayudarlos igualmente a mí me interesa solucionar estos problemas.
-Acuden al oráculo el cual les dice que la razón por la cual Tebas está en desgracia es por el
crimen que se cometió a Layo.
Edipo:¡Prometo que el culpable pagará por la muerte del rey Layo de la peor manera!
-Una persona recuerda a un sobreviviente de la pelea en la que el rey Layo perdió la vida,
lo traen y lo interrogan el se niega a decir al culpable.
Edipo: Dime quien fue el culpa de ese atroz crimen.
-El sobreviviente responde y se descubre que fue Edipo quien mato al rey Layo además
que se casó con su Madre Yocasta y que asesino a su padre Layo.

Edipo: ¡Esto no puede ser verdad, es una mentira debe ser una broma de los dioses!
-Edipo se arranca sus ojos y se condena así mismo a vagar por el mundo.

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