Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
com
Mrsl3499@gmail.com
Acto 1
Yocasta: ¡Ooh! Mi amado rey nuestro pueblo Tebas es muy prospero.
Layo:
Yocasta: ¿Creéis que es buena idea acudir al oráculo?
Layo:
Oráculo: ¡oh! layo hasta el momento has tenido una vida prospera y afortunada, pero… tengo que
hacerte una advertencia…
-evita tener un hijo con tu esposa Yocasta
Layo: ¿PERO POR QUE?
Oráculo: porque tu primer hijo te dará muerte y se casara con tu esposa
Acto 3
Narrador: mucho tiempo ha pasado después de aquella infortunada historia en que Edipo fuese
abandonado. Ahora es un apuesto mancebo, sin embargo, una desafortunada acusación en medio
de un banquete, lo enfurece y le obliga a abandonar este pueblo.
Provocador: Edipo que hacéis allí sentado, con ínfulas de noble si no eres más que un bastardo.
Edipo: por qué osas en acusarme de esta manera.
Narrador: así después de una tremenda riña, los rumores no cesan obligándolo a consultar al
oráculo de Delfos.
Edipo: oh majestuoso ser tu que ves lo que los demás no podemos, quiero que me digas quien
soy y que designios tienen los dioses para mí.
Oráculo de Delfos: "Te advierto, quienquiera que fueres tú, que deseas sondear los arcanos de la
naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera.
Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti
se halla oculto la más trágica de las historias de todos los hombres de este mundo.
Acto 4
Layo:
Soldados: ¡Protejamos al rey de Tebas! Todos a él!
Un Soldado: -Observa como Edipo asesina a Layo y logra huir.
Esfinge: Cuál es el ser que camina primero en cuatro patas, luego en dos y después en tres y que
se vuelve más débil según tenga más patas.
Edipo: Muy Fácil; el ser humano nace gateando en cuatro patas, cuando crece en dos y cuando
envejece con tres.
Esfinge: ahora este: hay dos hermanas una de las cuales engendra a la otra y esta a su vez
engendra a la primera.
Esfinge: no, no puede ser, eres un enviado de los dioses, has acabado con mi destino.
Acto 5
Edipo: ¡Pueblo de Tebas! He recibido noticias de que desean hablar con mi ilustrísima persona y
he aquí me presento. Atenderé entonces sus suplicas puesto que sé que no son buenos tiempos
para el reino.
Sacerdote: Yo, sacerdote de Zeus, te saludo; he de comunicarte que el pueblo de Tebas está muy
preocupado porque los cultivos no producen y los animales se mueren sin explicación. Así como
aquel día en que venciste a la esfinge, queremos que lo vuelvas a hacer; halla por favor un
remedio. ¡eres el más grandioso entre los mortales! ¡Liberad al pueblo de Tebas de la desgracia!
Edipo: Hijos míos, concederé su petición porque yo también me encuentro preocupado por la
ciudad, por la cual lloro. Pero, sepan que tras meditarlo mucho ya había encontrado una solución.
He enviado a mi cuñado, Creonte, para que viniera con las noticias del oráculo sobre el motivo de
la furia de los dioses. Llegará pronto, tengan paciencia.
Creonte: Soberano mío, a palabras del oráculo he de decirte que la única cura para que las pestes
se alejen de nuestras tierras es purificándolas del crimen que se cometió años atrás con el rey
anterior de usted, Layo.
Creonte: Lo único que sabemos es que Layo partió de casa hacia el extranjero, los únicos testigos
ya están muertos, excepto uno que quedó con vida y dijo que unos bandidos lo atraparon y lo
asesinaron con sus propias manos. Dado que la esfinge estaba por esos días en el camino, no
podíamos prestar atención al primer hecho.
Edipo: ¡Quienquiera que fuera el que lo mató recibirá la justicia que se merece!
Tiresias: Tú, Edipo, eres el culpable de las desgracias que están sufriendo nuestro pueblo de Tebas.
Edipo: ¿Qué argumentos tienes para decir semejante infamia?
Tiresias: Ninguno. Apolo es el que lanza estas verdades sobre tus espaldas.
Edipo: ¿Es acaso esto, obra de las invenciones de Creonte? ¿Debo tolerar a este sinvergüenza? Lo
que me parece es que algo tramas con mi cuñado para robarme mi trono, culpándome de una
acción que jamás pasó.
Narrador: A partir de este momento, Edipo acusará a Creonte de expandir los rumores de que es
el verdadero asesino de Layo; así es como querrá desterrarlo de Tebas.
Yocasta: ¿Pero qué se supone que es esto?
Creonte: ¡Hermana! ¡Edipo me está dando un trato espantoso! ¡Me acusa de asesinato!
Edipo: ¡Es porque estás dañando mi honra!
Yocasta: ¡Dejad de discutir como niños! Por favor Edipo, esposo mío, créele por respeto a mí.
Edipo: ¿Qué más puedo hacer si él me confirma como asesino de Layo? Y todo por las palabras de
un adivino.
Yocasta: Si es así, guarda cuidado. Te demostraré porque: El oráculo predijo que el hijo de Layo y
mío, se quedaría con su trono, después de matarlo. Luego se casaría conmigo. ¡Nada más falso!
Primero porque a Layo lo mataron unos bandidos extranjeros en un cruce de unos caminos y
segundo porque nosotros mandamos a matar por un tercero, al niño recién nacido.
Edipo: (Con rostro de preocupación) Vaya.
Yocasta: ¿Qué es lo que pasa?
Edipo: Creo haberte oído decir que el asesinato ocurrió en el cruce de unos caminos.
Yocasta: Sí eso dije, ¿Por qué?
Edipo: (Para sí mismo): Oh Zeus, Oh Zeus.
Yocasta: ¿Pero qué es lo que te pasa en verdad Edipo?
Edipo: Todavía no te lo diré, ¿Cómo era Layo?
Yocasta: Hmm, ya estaba encanecido y ahora que me doy cuenta… era de tu mismo aspecto.
Edipo: Oh Zeus, Oh Zeus… Y dime, ¿Iba solo o con escolta?
Yocasta: Iba con cinco hombres los que lo acompañaban.
Edipo: Oh no, esta es la evidencia que sólo me faltaba pero, ¿Quién fue el que te comunico todo
esto, Yocasta?
Yocasta: Él único criado que sobrevivió al ataque, que por cierto, al saber que tú entrabas al trono,
me pidió que lo enviara a trabajar para el pastoreo y se lo concedí. Sin embargo, aún no me has
dicho lo que te preocupa Edipo, estás muy pálido.
Edipo: Ah mujer, lo que pasa es que antes de venir acá a Tebas, yo príncipe de Corinto me
encontraba en un banquete para la casa. Uno de los invitados, posiblemente bebido vino a
decirme que yo no era hijo de mi padre y madre, iracundo acudí donde el oráculo para que me lo
aclarara y me dijo que yo iba a casarme con mi verdadera madre y mataría a mi padre. Por miedo,
huí de Corinto y en el camino hacia Tebas, en un cruce de caminos, me encontré con un señor que
no me dejaba ir por el camino, yo respondí a golpes y creo que lo dejé inconsciente de ahí, ocurre
lo de la esfinge y aquí estoy… Hm… Hazme un favor Yocasta, llama a ese criado del que me hablas.
Aquí deben atarse cabos.
(Ambos salen de escena, Yocasta regresa y se encuentra con un mensajero)
Mensajero: He de comunicar un mensaje desde Corinto, mi señora.
Yocasta: Dime pues mensajero, ¿Para quién es el mensaje?
Mensajero: Es muy importante para todos, más importante para tu esposo, Edipo.
Yocasta: ¿Qué es lo que sucede?
Mensajero: Pólibo ha muerto.
(Entra Edipo)
Yocasta: ¡Edipo! Este hombre quiere comunicarte algo, viene de Corinto.
Edipo: ¿Qué deseas mensajero?
Mensajero: He de comunicarte que Pólibo ha muerto.
Edipo: ¿Mi padre? ¿Por qué?
Mensajero: Por la edad.
Yocasta: ¿Lo ves Edipo? Las acusaciones no pueden ser más falsas, Pólibo murió por muerte
natural y jamás te casaste con tu madre.
(Se aparta a un lado del escenario)
Edipo: Entonces estoy salvado.
Mensajero: Pero señor, Pólibo no era tu padre.
Edipo: ¿¡Qué dices!? ¿Cómo sabes tú eso?
Mensajero: Lo digo porque yo mismo te entregué a los reyes de Corinto cuando tú sólo eras un
bebé, lo que sucede es que me encomendó unas pastoras tu cuidado, estas te habían salvado de
una muerte segura y no tuve mejor idea que entregarte a Pólibo porque no podía tener este hijos.
Edipo: ¡Por los dioses! ¿Sabes quiénes eran esas pastoras?
Mensajero: Sólo sé que estaban al servicio de tu rey, Layo. Ahora debo irme, hasta la vista.
(Se va el mensajero y se acerca Yocasta también preocupada, después de escuchar pedazos de la
conversación)
Edipo: Que tipo más raro el mensajero.
Yocasta: Lo mejor sería que no le hicieras caso, Edipo es por tu bien.
Edipo: ¿Por qué lo dices, qué pasa?
Yocasta: (Casi llorosa) Ah, si supieras las desgracias que pronto vendrán sobre tu persona, sería
mejor que lo dejaras y no sepas la verdad. Te lo digo, no te metas.
Edipo: ¿Eh?
Yocasta: Estas serán mis últimas palabras Edipo, adiós.
Yocasta:¡Por Zeus esto es una tragedia estoy casada con mi propio hijo!.
-han pasado varios años desde que Edipo fue abandonado a su suerte y encontrado por esas
campesinas, unos reyes lo adoptaron y ahora es un príncipe pero un joven lo insulta.
-Joven: Tú no eres hijo de los reyes eres un bastardo que fue recogido de las calles.
-Edipo:¿Por qué esa persona habló así de mi, iré a consultar al oraculo.
-Tras esto empuja al oráculo y sale de la ciudad corriendo ha cuando a transcurrido una gran
distancia encuentra a un hombre que le niega el paso acompaño de otros.
-Hombre(Layo):No ves que estoy pasando plebeyo quítate de mi vista.
-Tras está discusión inicia una pelea en la cual Edipo gana matando a Layo y sus acompañantes
pero uno de ellos sobrevive.
-Edipo continua viajando hasta que encuentra a la esfinge que le pregunta para donde va.
Edipo: ¡Esto no puede ser verdad, es una mentira debe ser una broma de los dioses!
-Edipo se arranca sus ojos y se condena así mismo a vagar por el mundo.