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DEMOCRATICO

El principio democrático es uno de los llamados principios


metasistémicos, que a su vez se erige como base para
otros principios sistémicos y sectoriales. Así, tal como se
encuentra relacionado con el ya referido principio de
conexidad y los derechos de iniciativa legislativa y
enmienda, también se relaciona con el denominado
principio de publicidad, que más allá de la estricta
publicación de las leyes según lo dispuesto por el artículo
129 de la Constitución Política, se trata también de la
debida publicidad que debe otorgarse a los proyectos de
ley como una forma de garantizar, a su vez, el principio de
participación. SENTENCIA 19636-17

Las comisiones legislativas son expresión del principio


democrático. Ellas están conformadas por los
representantes del pueblo, libremente electos. Las
comisiones son un medio para que estos representantes se
interesen y atiendan asuntos de interés tanto para la vida
nacional como para los electores. Así, los representantes
parlamentarios se convierten en un medio a través del cual
los ciudadanos pueden cuestionar e investigar “problemas
nacionales”, situaciones que han incidido en la ciudadanía
como un todo. Sentencia 19458-17

La función misma del Tribunal Electoral es proteger el


principio democrático, pero al no abordar los
presupuestos fácticos y jurídicos de la decisión
administrativa, resulta ser un contrasentido en un sistema
democrático que debería permitir el debate, la polémica y
la viva lucha entre las partes en contienda, en un proceso
competitivo y opuesto cívicamente. Sentencia 6329-17

“El cambio en el procedimiento en medio del trámite del


Proyecto de Ley objeto de consulta es lo que consideran
los consultantes lesivos del principio democrático y del
derecho de enmienda, así como de la seguridad jurídica,
dado el cambio abrupto de las reglas del juego.
Ciertamente, el artículo 208 bis, del Reglamento de la
Asamblea Legislativa, que faculta la llamada vía rápida en
la tramitación de determinados proyectos de ley, entre
otros, no regula expresamente nada en relación con el
momento en que se puede dar ese cambio durante el
procedimiento legislativo de un proyecto de ley, pero
conforme se deriva de lo dicho por esta Sala en la ya
citada Sentencia N° 2005-00398, de las 12:10 horas, del
21 de enero de 2005, lo que importa es que en ese
procedimiento especial, aprobado por las dos terceras
partes del total de los miembros de la Asamblea
Legislativa, se indique de forma suficientemente explícita,
clara y precisa las diversas fases o etapas en la
sustanciación de ese iter especial, con respeto de los
principios democrático y de participación política y libre
de las minorías” Sentencia 3262-17

Si bien los partidos políticos son definidos como


asociaciones sin fines de lucro (artículo 49 del Código
Electoral), su régimen jurídico adquiere matices
particulares que los diferencian del resto de las
asociaciones. Efectivamente, en tanto actores
fundamentales del proceso electoral (según lo establece la
propia Constitución en el numeral 98), los partidos
políticos se ven fuertemente influenciados en su
organización y funcionamiento por el principio
democrático. La posibilidad de acceder a puestos políticos
a través de mecanismos democráticos predefinidos debe
reflejarse en la propia organización de los partidos
políticos. Sentencia 16-017376

la amplia potestad de autorregulación de la que gozan los


partidos políticos se encuentra limitada por el respeto,
entre otros, al principio democrático. Un partido político
que falte a dicho principio, por promover la
discriminación, la arbitrariedad, el abuso y la
concentración del poder, etc., difícilmente serviría de
instrumento para la participación política democrática en
las elecciones generales o podría considerarse
comprometido con el orden constitucional. Por otro lado,
la naturaleza política no merma el carácter asociativo de
los partidos políticos, sino que enlaza dicho carácter a la
vigencia del principio democrático. Así, la lectura de la
libertad de asociación deberá hacerse –tratándose de
partidos políticos- a través del lente del principio
democrático. Sentencia 17376-16
Si bien la Sala ha reconocido que la autorregulación y la
libertad de actuación rigen con respecto a la admisión y
exclusión de partidarios o miembros del partido, sin que el
Estado pueda interferir en dichos ámbitos (sentencia
05367-99 de las 10:39 horas del 9 de julio de 1999), ello
no implica que la regulación que establezca el partido esté
libre del control de constitucionalidad. Según se mencionó
párrafos atrás, la Constitución permea directamente todo el
ordenamiento jurídico, incluyendo la normativa partidaria,
y lo hace a fin de hacer prevalecer a lo interno de los
partidos los principios y los derechos constitucionales,
como el principio democrático y los derechos al debido
proceso y la defensa, en el entendido de que sin los
últimos devendría ilusorio el primero. A manera de
ejemplo, contrario al principio democrático sería el
establecimiento de requisitos discriminatorios (por
ejemplo, por etnia, color, sexo, nacimiento, etc.) para el
ingreso o permanencia en el partido. De igual forma, el
principio democrático requiere que las normas
relacionadas con la suspensión o expulsión de un militante
del partido no sirvan de instrumento para “…mantener
concentrado el control y el poder de decisión en las élites
políticas o la cúpula del partido…”, según expresó la Sala
en el precedente de cita. Adicionalmente, en el marco de la
libertad de asociación, el respeto al principio democrático
demanda la observancia del debido proceso y el derecho
de defensa en la eventual exclusión de un afiliado. Dicho
requisito debe ser receptado y consolidado a lo interno de
los partidos políticos, como parte de la expresión del
principio democrático, a fin de evitar decisiones arbitrarias
o discriminatorias por parte de sus órganos internos.
Sentencia 17376-16

“Si bien la Sala ha reconocido que la autorregulación y la


libertad de actuación rigen con respecto a la admisión y
exclusión de partidarios o miembros del partido, sin que el
Estado pueda interferir en dichos ámbitos (sentencia
05367-99 de las 10:39 horas del 9 de julio de 1999), ello
no implica que la regulación que establezca el partido esté
libre del control de constitucionalidad. Según se mencionó
párrafos atrás, la Constitución permea directamente todo el
ordenamiento jurídico, incluyendo la normativa partidaria,
y lo hace a fin de hacer prevalecer a lo interno de los
partidos los principios y los derechos constitucionales,
como el principio democrático y los derechos al debido
proceso y la defensa, en el entendido de que sin los
últimos devendría ilusorio el primero. A manera de
ejemplo, contrario al principio democrático sería el
establecimiento de requisitos discriminatorios (por
ejemplo, por etnia, color, sexo, nacimiento, etc.) para el
ingreso o permanencia en el partido. De igual forma, el
principio democrático requiere que las normas
relacionadas con la suspensión o expulsión de un militante
del partido no sirvan de instrumento para “…mantener
concentrado el control y el poder de decisión en las élites
políticas o la cúpula del partido…”, según expresó la Sala
en el precedente de cita. Adicionalmente, en el marco de la
libertad de asociación, el respeto al principio democrático
demanda la observancia del debido proceso y el derecho
de defensa en la eventual exclusión de un afiliado. Dicho
requisito debe ser receptado y consolidado a lo interno de
los partidos políticos, como parte de la expresión del
principio democrático, a fin de evitar decisiones arbitrarias
o discriminatorias por parte de sus órganos internos.”.
Sentencia 17376-16

“es claro que ni en los Instrumentos Internacionales en


materia de Derechos Humanos que cita el accionante, ni
en la Constitución Política ni en el Código Electoral, se
estipula la obligación de los partidos políticos de
garantizar una cuota fija de participación efectiva de la
juventud en los procesos electorales y en los procesos
internos de esas agrupaciones. Lo anterior se deduce, con
toda claridad, al revisar los alcances del artículo 52, inciso
r), del Código Electoral que estipula:“Estatuto de los
partidos políticos. El estatuto de los partidos constituye
su ordenamiento fundamental interno y deberá contener al
menos lo siguiente (…)r) El mecanismo para la
participación efectiva de la juventud en las diferentes
papeletas, órganos del partido y diferentes puestos de
participación popular” De ahí que la Sala
Constitucional comparte el criterio del Tribunal Supremo
de Elecciones, en el sentido que le corresponde a cada
partido político, a partir de su autonomía y del principio de
auto-regulación, determinar la manera en que se verifique
la participación de la juventud en los procesos electorales,
sin perjuicio, desde luego de la facultad del Supremo
Órgano Electoral de revisar si con motivo de esa actividad
se ha vulnerado algún derecho o principio de carácter
fundamental, proclamado en la Constitución y en los
Instrumentos Internacionales en materia de derechos
humanos”. Sentencia 2371-16 (v. similar 2370-16

“…dado que en virtud del principio democrático, es


necesaria la intervención de los órganos de mayor
legitimidad democrática, como la Asamblea Legislativa,
cuando el cumplimiento de determinadas decisiones -como
sucede en el caso de la sentencia del 29 de noviembre de
2012 de la CIDH- implique modificaciones al nivel de
protección y ponderación de los derechos fundamentales.
Se trata de la toma de decisiones que afectará la esfera de
protección de los derechos fundamentales, lo que solo
puede llevarse a cabo dentro del marco del sistema
democrático y constitucional que contiene nuestra Carta
Fundamental…” Sentencia 1692-16

“…dado que en virtud del principio democrático, es


necesaria la intervención de los órganos de mayor
legitimidad democrática, como la Asamblea Legislativa,
cuando el cumplimiento de determinadas decisiones -como
sucede en el caso de la sentencia del 29 de noviembre de
2012 de la CIDH- implique modificaciones al nivel de
protección y ponderación de los derechos fundamentales.
Se trata de la toma de decisiones que afectará la esfera de
protección de los derechos fundamentales, lo que solo
puede llevarse a cabo dentro del marco del sistema
democrático y constitucional que contiene nuestra Carta
Fundamental…” Sentencia 1692-16

SOBRE EL DERECHO DE ENMIENDA, EL DERECHO


DE INICIATIVA, EL PRINCIPIO DEMOCRÁTICO Y EL
PRINCIPIO DE CONEXIDAD. El Tribunal consultante
cuestiona, entre otros aspectos, la violación al principio de
conexidad, por estimar que el proyecto originalmente
propuesto sufrió reformas que lo transformaron de manera
relevante. Este Tribunal ha analizado profusamente este
principio, según el cual debe existir un equilibrio entre el
derecho de iniciativa y el derecho de enmienda de los
diputados, aspectos ambos que constituyen elementos del
equilibrio de poderes y de la técnica de pesos y
contrapesos establecida en la Constitución Política y que,
además, forman parte esencial del procedimiento
legislativo. El derecho de enmienda deriva del principio
democrático y está regulado, expresamente, por el
Reglamento de la Asamblea Legislativa. A través de este
los diputados participan en el proceso de formación de la
ley, de manera que pueden influir en el contenido
definitivo de ésta a través de la presentación de mociones
tendentes a modificar el contenido del proyecto original.
De conformidad con la jurisprudencia de este Tribunal,
este derecho debe ser observado durante todo el proceso
de formación de la ley y constituye “parámetro de
constitucionalidad”, de manera que una violación a su
núcleo básico, provoca la inconstitucionalidad de la norma
que se aprueba. Este derecho se relaciona, íntimamente,
con el derecho de iniciativa también de observancia
obligatoria durante el procedimiento de aprobación de una
ley. Este último supone participación, porque es el medio
legítimo de impulsar el procedimiento legislativo para la
producción de una ley que recoja los puntos de vista de
quien la propone. El objeto del derecho de iniciativa es
fundamental, porque sirve de marco referencial durante la
tramitación del procedimiento y se convierte en un límite
intrínseco para la presentación de enmiendas. Al mismo
tiempo, la Sala ha insistido en que existe un marco dentro
del cual la Asamblea Legislativa puede realizar lo que se
denomina “función política transaccional”. Esta función,
para la cual tiene naturalmente mayor disposición y para la
cual la Constitución la estructura (a partir del artículo
105), se traduce en la posibilidad que tienen los diputados
de ir ajustando el proyecto originalmente propuesto a
través del mecanismo de mociones y dentro del marco que
fija la iniciativa. En este sentido, el principio de conexidad
impone un límite al derecho de enmienda del legislador, en
tanto esas modificaciones no pueden ser tales que
transformen sustancialmente el proyecto de ley. Es decir,
el proyecto que finalmente se apruebe no podría ser uno
esencialmente distinto al propuesto originalmente. En este
sentido, el principio democrático –parámetro de
constitucionalidad-, obliga a la publicidad del proyecto
con el fin de que la ciudadanía no solo tenga conocimiento
de los asuntos que se tramitan en la corriente legislativa,
sino que no sea vea sorprendida por la aprobación de un
proyecto sustancialmente diverso al propuesto
inicialmente. El principio de conexidad procura que se
respete el derecho de iniciativa de conformidad con el cual
se establece el hilo conductor básico (la raíz) que ha
servido de ratio o motivo para el proyecto original y que,
por eso mismo, no puede ser dejado de lado, sea a través
de cambios en el objetivo del proyecto, o bien, por la
inclusión de meras disposiciones aisladas que regulan
temas cualitativamente diferentes. Ese marco se entiende
definido, fundamentalmente, por la materia sobre la que
versa el proyecto de ley. Así, por la vía de enmienda el
proyecto no podría modificarse a tal grado que afecte el
fondo del tema objeto del proyecto; menos aún, excluir
dicho tema del todo, o bien, introducir un tema no
regulado en el proyecto original. Claro está que no es
cualquier cambio o variación que sufra el proyecto durante
su tramitación el que podría considerarse contrario al
principio de conexidad, sino aquél que exceda las
potestades de enmienda del legislador. Con el fin de
establecer una base susceptible de verificación, la Sala
Constitucional ha señalado que para determinar si existe
conexidad entre las modificaciones introducidas por la vía
de derecho enmienda y el proyecto original (derecho de
iniciativa) es preciso determinar el objeto de proyecto de
ley en cuestión. Para tal determinación, la Sala
Constitucional hace un análisis de la exposición de
motivos y contenido del proyecto de ley original y la
contrasta con las enmiendas sufridas durante el proceso de
aprobación. Esta información es lo que se tomará como
referencia para determinar si el proyecto aprobado en
primer debate guarda conexidad con el presentado
originalmente. Así, el texto formulado con la iniciativa
fija el marco para el ejercicio del derecho de enmienda.
Por otra parte, al ser el principio de conexidad una forma
de control del ejercicio del derecho de enmienda de los
diputados, su ponderación resulta muchas veces un trabajo
difícil, de manera que ante la duda razonable, es admisible
una deferencia hacia los poderes del legislador por parte
de la Sala (ver sentencias números 2008-010450 de las
nueve horas y cero minutos del veintitrés de junio de dos
mil ocho; 2008-005179 de las once horas del cuatro de
abril de dos mil ocho; 2008-002521 de las ocho horas y
treinta y un minutos del veintidós de febrero de dos mil
ocho, y 2007-017104 de las nueve horas y treinta y seis
minutos del veintitrés de noviembre de dos mil siete). En
el caso sometido a consulta, para determinar si hubo o no
violación al principio de conexidad es necesario establecer
por una parte, cuál es el tema básico o fundamental del
proyecto y por otra, si las cuatro mociones objetadas por
los diputados consultantes modificaron o no el fondo del
proyecto en forma esencial. Al respecto, en la exposición
de motivos original se indicó que el propósito del proyecto
es crear herramientas jurídicas y tecnológicas para
enfrentar, sin incurrir en excesos, el fenómeno de la
delincuencia organizada. A tal efecto, se crearon o
reasignaron funciones a cuatro instituciones importantes
con el objeto de investigar y combatir el crimen
organizado. Se fortaleció la función del Ministerio
Público, al cual se le otorgan mayores poderes en cuanto al
secreto sumarial. También se permitieron las
intervenciones telefónicas, el levantamiento del secreto
bancario y el anticipo jurisdiccional de prueba, previa
declaración del Juez Penal de que se trata de un caso de
crimen organizado. Se dispuso control judicial sobre la
labor del Ministerio Público y la policía. Los bienes
decomisados en los procesos de investigación penal por
delincuencia organizada, pueden pasar a ser administrados
por el Instituto Costarricense sobre Drogas en plazos más
cortos. En ese sentido “…el proyecto propone
herramientas para perseguir el crimen organizado con
mayor eficacia, sin menoscabar las garantías
constitucionales.” El Tribunal consultante se cuestiona si
el derecho de enmienda de los diputados alcanza para
modificar sustancialmente un proyecto propuesto por el
Poder Ejecutivo en los términos que se hizo.
Concretamente, alega que se pasó de un procedimiento
administrativo-tributario –contenido en la versión inicial-,
a uno jurisdiccional –versión final-, que difiere
sustancialmente del remitido por el Poder Ejecutivo. A la
luz de lo expuesto en cuanto a los objetivos del proyecto,
el Tribunal no observa un uso excesivo del derecho de
enmienda en cuanto a la modificación del tipo de proceso
a realizar en los casos de necesidad de justificar el
patrimonio o los incrementos emergentes en él detectados.
Por el contrario, la Sala estima que, de conformidad con lo
expresado en la exposición de motivos en punto a contar
con herramientas jurídicas efectivas sin menoscabar las
garantías constitucionales, redunda en mayor garantía para
el ciudadano ser sometido a un proceso judicial, que a un
procedimiento administrativo. Sentencia 1691-16

“fueron lesionados el principio democrático y el derecho


de las minorías, toda vez que el Presidente de la Asamblea
Legislativa incurrió en una actuación ilegítima, al haber
restringido arbitrariamente el uso de la palabra de los
diputados y diputadas para debatir sus ideas, a pesar de ser
el Parlamento, el medio más representativo de una
democracia, pues sus integrantes son quienes actúan en
representación de los diversos sectores de la población
nacional. Por otro lado, tal restricción solo hubiese
resultado razonable de haberse encontrado el Parlamento
frente al acaecimiento del plazo establecido en el artículo
179 inciso 2 del Reglamento de la Asamblea Legislativa y
del ordinal 178 constitucional. Sin embargo, este no fue el
supuesto en cuestión, toda vez que faltaban varios días
para su vencimiento. Dado lo anterior, se reitera el criterio
de esta Sala, en el sentido de que cuando no son puestos a
discusión todos los dictámenes emitidos bajo las
condiciones señaladas, ni se ofrece la palabra a los
diputados, se trata de una actuación que resulta contraria a
lo dispuesto en los artículos 81, 131, 132 y 178 del
Reglamento de la Asamblea Legislativa, lo cual produce
un quebrantamiento sustancial del procedimiento
legislativo. Adviértase, que no existió imposibilidad
jurídica alguna para no haber sometido los demás
dictámenes a discusión, toda vez que la fecha límite no
había acaecido. Tampoco resulta admisible para este
Tribunal, que un acuerdo de los jefes de fracción que se
emitió en contra de las normas reglamentarias que regulan
el procedimiento parlamentario, pueda justificar la
vulneración de los derechos de los diputados, del principio
democrático y de todos aquellos ampliamente reconocidos
por el Reglamento de la Asamblea Legislativa”. Sentencia
18537-15

“La Constitución Política reconoce a todos los ciudadanos


el derecho al sufragio, dado que por medio de él se hace
efectivo el principio de soberanía popular y no solo como
derecho sino más bien una función, pues implica
simultáneamente el ejercicio de un derecho y un deber. Si
bien, en la situación bajo estudio, no todos los estudiantes
o profesores u otros funcionarios pueden sufragar
directamente por los candidatos de su predilección, lo
hacen por medio de sus representantes en la Asamblea
Universitaria, órgano que representa y agrupa los
diferentes intereses, con lo cual no se lesiona derecho
fundamental alguno”. Sentencia 16454-15

“El principio democrático irradia todo el funcionamiento y


organización de la Cámara, lo cual no es óbice, que
respetando este principio en la integración de las distintas
comisiones, se complemente con un criterio de
representación geográfica. Lo que no resulta conforme al
Derecho de la Constitución, es que en aras de un criterio
geográfico en la integración de las comisiones, se
sacrifique el principio de pluralismo político, que es
transversal a la organización y el funcionamiento del
Parlamento. Por todo lo dicho, esta Sala establece que la
creación de estas comisiones per se no es inconstitucional,
sin embargo en lo que se refiere a su integración por parte
de los (las) diputados (as) electos (as) por la provincia o
región tampoco es inconstitucional, siempre y cuando esta
integración refleje a escala la integración de las fracciones
parlamentarias en la Cámara. Finalmente, cuando en la
integración de la comisión no se da la representación a
escala, se vulnera el principio del pluralismo político”.
Sentencia 12497-15

“un acuerdo de los jefes de fracción no puede ir en contra


de las normas reglamentarias que regulan el iter
parlamentario, ni mucho menos conculcar los derechos de
los (as) diputados (as) que se derivan del principio
democrático y que están ampliamente reconocidos por el
Reglamento de la Asamblea Legislativa. Ergo, en este caso
específico, el hecho de que los diputados González Ulloa,
Redondo Poveda y Corella Vargas hayan retirado las
apelaciones contra la resolución No. 0004-2012, no tiene
el efecto de subsanar el vicio esencial que se presentó en el
procedimiento parlamentario”. Sentencia 1240-15

“no existe en este caso concreto la infracción alegada al


principio democrático, el de proporcionalidad, el de
representación y los demás citados por la accionante.-
Entiende la Sala que la clave aquí es que en efecto solo
existe una plaza que puede estar en disputa y se trata de
una plaza que debe llenarse con un representante de las
minorías parlamentarias. Ahora bien, dichas minorías se
aglutinan en un grupo de partidos dentro del que todos
tienen -en tanto que representantes de minorías-
aspiraciones igualmente legítimas a ocupar esa onceava
plaza en la Comisión de Hacendarios, sin que pueda
afirmarse que en esta particular situación –es decir para la
elección de un representante de las minorías
parlamentarias que cumpla la función de contrapeso en
una Comisión Legislativa- sean relevantes las diferencias
en los porcentajes de representación entre los partidos
minoritarios. Así, para efectos del adecuado respeto del
principio democrático y de necesaria participación de
minorías, no hay diferencia esencial alguna entre el
Partido Libertario con su porcentaje de representación de
7, 07 por ciento en la Asamblea y el Partido Renovación
Costarricense que obtuvo un 3, 51 por ciento, (o bien entre
éstos y cualquier de las representaciones unipersonales),
ello porque desde la perspectiva del funcionamiento
democrático, abierto y amplio de los órganos legislativos,
cualquiera de éstos últimos está legitimado para cumplir el
importante papel de partido minoritario dentro del
Congreso. En este punto cabe apuntar que la distribución
propuesta por la accionante también sería un ejercicio
admisible de distribución de puesto como también la tesis
de la Procuraduría en el sentido de que la onceava plaza
podría asignarse a alguno de los partidos unipersonales en
tanto de se trata de minorías dentro de las minorías. Con lo
anterior se quiere enfatizar en el hecho de que, como lo ha
indicado la jurisprudencia de la Sala recién citada, no
puede estimarse que pueda existir una única solución
admisible para lograr una representación que sirva para
preservar el espíritu y funcionamiento democráticos este
órgano, y que –ante ello- surge un abanico de opciones de
entre las cuales la elegida en este caso cumple con
suficiente las exigencias constitucionales”. Sentencia 147-
15

“…La observancia del procedimiento establecido en el


artículo 195, en relación con el numeral 124, ambos de la
Constitución Política, además de las disposiciones
pertinentes contenidas en el Reglamento Interno de la
Asamblea Legislativa, asegura el cumplimiento de los
principios que informan el procedimiento de formación de
las Leyes, los cuales responden, directamente, al principio
democrático. Desde esta perspectiva, la clave para precisar
si determinado vicio del procedimiento de reforma parcial
de la Constitución Política es sustancial, se encuentra en el
citado principio, fundamental en todos los planos de un
Estado Social y Democrático de Derecho como el vigente
en Costa Rica. Del principio democrático, derivan reglas
de cumplimiento indefectible en un procedimiento especial
y agravado como éste. En este sentido y, a grandes rasgos,
por su estrecho ligamen a las nociones de participación y
representación política, se debe atender al respeto
indefectible de las reglas de mayoría establecidas para los
actos de aprobación o nombramiento, así como a la
participación de las minorías y, la publicidad de las
decisiones (ver en este sentido la sentencia No. 2006 –
009567 de las 16:10 hrs. de 5 de julio de 2006). En el
presente caso, el no atenerse a los plazos mínimos
indicados, no vulnera el principio democrático, pues lo que
se pretende es justamente reforzar el carácter multiétnico
y pluricultural, norma que favorece la participación activa
de los diferentes grupos de la sociedad, consolidándose así
la democracia…” Sentencia 17187-14

El procedimiento legislativo pretende es asegurar el


cumplimiento del principio democrático dentro de una
sociedad que lo ha adoptado como propio de sus
instituciones políticas. Por ser la democracia perfecta un
ideal inalcanzable, el principio democrático se constituye
en el parámetro que permite deducir el grado de
proximidad que alcanza una determinada sociedad, en un
momento histórico determinado, respecto del ideal y de su
vocación, por acercarse al máximo posible al mismo.
Como mínimo, el principio democrático exige respeto de
los principios de participación y representación política –
incluyendo todo lo que concierne al respeto de las
minorías - base de nuestro sistema político. Este último se
desdobla en aspectos tales como la legitimidad de los
medios empleados para la designación de los diversos
representantes y – no menos importante -, la posibilidad de
oponerse, mediante el uso de medios legítimos, a la
voluntad mayoritaria por parte de los grupos que
representan las minorías. A partir de las anteriores
observaciones, puede decirse que son inconstitucionales
las violaciones del procedimiento que constituyan lesiones
al principio democrático, dirección ineludible de la
actividad parlamentaria. Sentencia 2675-12

“El principio democrático tiene una triple connotación


constitucional: en primer lugar, como característica
esencial de nuestro Estado Social y Democrático de
Derecho, que implica, una especial forma de elección de
nuestros gobernantes, que se traduce en el sistema de
democracia representativa, participativa y pluralista, como
el ejercicio indirecto del Poder a través de los diversos
puestos de elección popular; en segundo lugar, como
fuente o parámetro de interpretación, en tanto se
constituye en la fuente y norte del régimen jurídico, al
permear todo el ordenamiento y formas jurídicas, de modo
que se impone como principio rector en la organización
política del Estado y de todas las formas de organización
colectiva (como sucede con la integración de los órganos
colegiados de los entes corporativos, tanto de las
municipalidades, como los colegios profesionales y
corporaciones de producción) y, la representatividad en su
instrumento pragmático de realización; y en tercer lugar,
como verdadero derecho, y en esa condición, justiciable
ante instancias administrativas y jurisdiccionales” Se cita
el principio democrático. Sentencia 9197-06

"El principio de igualdad, contenido en el Artículo 33 de la


Constitución Política, implica que en todos los casos, se
deba dar un trato igual prescindiendo de los posibles
elementos diferenciadores de relevancia jurídica, que
pueda existir; o lo que es lo mismo, no toda desigualdad
constituye necesariamente una discriminación…..uno de
los rasgos característicos de la democracia moderna es la
"representatividad", cuyo concepto está ligado
estrechamente a la noción de pluralismo, según el cual la
democracia es un sistema de grupos en competencia que
se disputan, con base en una recíproca tolerancia, la
influencia sobre las definiciones de lo que es el bien
común” Se citan los principios democráticos y de
igualdad. Sentencia 6733-06

"Costa Rica, en el artículo 1° de su Constitución Política,


al constituirse en Estado según los principios de una
democracia, optó por una formulación política en la que
el ser humano, por el simple hecho de serlo, por haber
nacido tal, es depositario de una serie de derechos que le
son dados en protección de su dignidad, derechos que no
pueden serle desconocidos sino en razón de intereses
sociales superiores, debidamente reconocidos en la propia
Constitución o las leyes" Se analiza el principio
democrático. Sentencia 12017-02

“La utilización del término "democrático" en nuestra


Carta Fundamental establece una exigencia en el origen de
la ley ordinaria y es que ésta debe ser el producto de la
voluntad popular representada en la Asamblea
Legislativa.” Sentencia 2430-94

Destaca el principio democrático, que en el contexto de un


cuerpo fundamentalmente político y deliberante significa,
también, la protección de los derechos de las minorías
como criterio rector para evitar los abusos o la dictadura
de las mayorías. Sin perjuicio del respeto que las
decisiones de la mayoría debe merecer, las minorías tienen
el derecho de hacerse oír y de participar con su voto en la
toma de decisiones, particularmente en aquellos actos que
por su trascendencia hacen a la esencia y razón de ser del
régimen representativo. Sentencia: 990-92

“La positivización del "principio democrático" en el


artículo 1° de la Constitución, constituye uno de los
pilares, el núcleo vale decir, en que se asienta nuestro
sistema republicano y en ese carácter de valor supremo del
Estado Constitucional de Derecho, debe tener eficacia
directa sobre el resto de fuentes del ordenamiento jurídico
infraconstitucional y obviamente sobre el Reglamento, de
donde se sigue que la potestad del parlamento para dictar
las normas de su propio gobierno interno (interna
corporis), no sólo está prevista por la Constitución Política
en su artículo 121, inciso 22, sino que es consustancial al
sistema democrático y específica de la Asamblea
Legislativa como poder constitucional” Sentencia 990-
92

“En una democracia todo ciudadano tiene derecho a


mantener reserva sobre ciertas actividades u opiniones
suyas y obtener amparo legal para impedir que sean
conocidas por otros, en especial cuando para conocerlas
deban emplearse procedimientos clandestinos; resulta
imposible o muy difícil convivir y desarrollar a plenitud
los fines que una persona se propone, sin gozar de un
marco de intimidad, protegido de injerencias del Estado u
otros ciudadanos.” Sentencia 1261-90

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