El principio democrático es uno de los llamados principios
metasistémicos, que a su vez se erige como base para otros principios sistémicos y sectoriales. Así, tal como se encuentra relacionado con el ya referido principio de conexidad y los derechos de iniciativa legislativa y enmienda, también se relaciona con el denominado principio de publicidad, que más allá de la estricta publicación de las leyes según lo dispuesto por el artículo 129 de la Constitución Política, se trata también de la debida publicidad que debe otorgarse a los proyectos de ley como una forma de garantizar, a su vez, el principio de participación. SENTENCIA 19636-17
Las comisiones legislativas son expresión del principio
democrático. Ellas están conformadas por los representantes del pueblo, libremente electos. Las comisiones son un medio para que estos representantes se interesen y atiendan asuntos de interés tanto para la vida nacional como para los electores. Así, los representantes parlamentarios se convierten en un medio a través del cual los ciudadanos pueden cuestionar e investigar “problemas nacionales”, situaciones que han incidido en la ciudadanía como un todo. Sentencia 19458-17
La función misma del Tribunal Electoral es proteger el
principio democrático, pero al no abordar los presupuestos fácticos y jurídicos de la decisión administrativa, resulta ser un contrasentido en un sistema democrático que debería permitir el debate, la polémica y la viva lucha entre las partes en contienda, en un proceso competitivo y opuesto cívicamente. Sentencia 6329-17
“El cambio en el procedimiento en medio del trámite del
Proyecto de Ley objeto de consulta es lo que consideran los consultantes lesivos del principio democrático y del derecho de enmienda, así como de la seguridad jurídica, dado el cambio abrupto de las reglas del juego. Ciertamente, el artículo 208 bis, del Reglamento de la Asamblea Legislativa, que faculta la llamada vía rápida en la tramitación de determinados proyectos de ley, entre otros, no regula expresamente nada en relación con el momento en que se puede dar ese cambio durante el procedimiento legislativo de un proyecto de ley, pero conforme se deriva de lo dicho por esta Sala en la ya citada Sentencia N° 2005-00398, de las 12:10 horas, del 21 de enero de 2005, lo que importa es que en ese procedimiento especial, aprobado por las dos terceras partes del total de los miembros de la Asamblea Legislativa, se indique de forma suficientemente explícita, clara y precisa las diversas fases o etapas en la sustanciación de ese iter especial, con respeto de los principios democrático y de participación política y libre de las minorías” Sentencia 3262-17
Si bien los partidos políticos son definidos como
asociaciones sin fines de lucro (artículo 49 del Código Electoral), su régimen jurídico adquiere matices particulares que los diferencian del resto de las asociaciones. Efectivamente, en tanto actores fundamentales del proceso electoral (según lo establece la propia Constitución en el numeral 98), los partidos políticos se ven fuertemente influenciados en su organización y funcionamiento por el principio democrático. La posibilidad de acceder a puestos políticos a través de mecanismos democráticos predefinidos debe reflejarse en la propia organización de los partidos políticos. Sentencia 16-017376
la amplia potestad de autorregulación de la que gozan los
partidos políticos se encuentra limitada por el respeto, entre otros, al principio democrático. Un partido político que falte a dicho principio, por promover la discriminación, la arbitrariedad, el abuso y la concentración del poder, etc., difícilmente serviría de instrumento para la participación política democrática en las elecciones generales o podría considerarse comprometido con el orden constitucional. Por otro lado, la naturaleza política no merma el carácter asociativo de los partidos políticos, sino que enlaza dicho carácter a la vigencia del principio democrático. Así, la lectura de la libertad de asociación deberá hacerse –tratándose de partidos políticos- a través del lente del principio democrático. Sentencia 17376-16 Si bien la Sala ha reconocido que la autorregulación y la libertad de actuación rigen con respecto a la admisión y exclusión de partidarios o miembros del partido, sin que el Estado pueda interferir en dichos ámbitos (sentencia 05367-99 de las 10:39 horas del 9 de julio de 1999), ello no implica que la regulación que establezca el partido esté libre del control de constitucionalidad. Según se mencionó párrafos atrás, la Constitución permea directamente todo el ordenamiento jurídico, incluyendo la normativa partidaria, y lo hace a fin de hacer prevalecer a lo interno de los partidos los principios y los derechos constitucionales, como el principio democrático y los derechos al debido proceso y la defensa, en el entendido de que sin los últimos devendría ilusorio el primero. A manera de ejemplo, contrario al principio democrático sería el establecimiento de requisitos discriminatorios (por ejemplo, por etnia, color, sexo, nacimiento, etc.) para el ingreso o permanencia en el partido. De igual forma, el principio democrático requiere que las normas relacionadas con la suspensión o expulsión de un militante del partido no sirvan de instrumento para “…mantener concentrado el control y el poder de decisión en las élites políticas o la cúpula del partido…”, según expresó la Sala en el precedente de cita. Adicionalmente, en el marco de la libertad de asociación, el respeto al principio democrático demanda la observancia del debido proceso y el derecho de defensa en la eventual exclusión de un afiliado. Dicho requisito debe ser receptado y consolidado a lo interno de los partidos políticos, como parte de la expresión del principio democrático, a fin de evitar decisiones arbitrarias o discriminatorias por parte de sus órganos internos. Sentencia 17376-16
“Si bien la Sala ha reconocido que la autorregulación y la
libertad de actuación rigen con respecto a la admisión y exclusión de partidarios o miembros del partido, sin que el Estado pueda interferir en dichos ámbitos (sentencia 05367-99 de las 10:39 horas del 9 de julio de 1999), ello no implica que la regulación que establezca el partido esté libre del control de constitucionalidad. Según se mencionó párrafos atrás, la Constitución permea directamente todo el ordenamiento jurídico, incluyendo la normativa partidaria, y lo hace a fin de hacer prevalecer a lo interno de los partidos los principios y los derechos constitucionales, como el principio democrático y los derechos al debido proceso y la defensa, en el entendido de que sin los últimos devendría ilusorio el primero. A manera de ejemplo, contrario al principio democrático sería el establecimiento de requisitos discriminatorios (por ejemplo, por etnia, color, sexo, nacimiento, etc.) para el ingreso o permanencia en el partido. De igual forma, el principio democrático requiere que las normas relacionadas con la suspensión o expulsión de un militante del partido no sirvan de instrumento para “…mantener concentrado el control y el poder de decisión en las élites políticas o la cúpula del partido…”, según expresó la Sala en el precedente de cita. Adicionalmente, en el marco de la libertad de asociación, el respeto al principio democrático demanda la observancia del debido proceso y el derecho de defensa en la eventual exclusión de un afiliado. Dicho requisito debe ser receptado y consolidado a lo interno de los partidos políticos, como parte de la expresión del principio democrático, a fin de evitar decisiones arbitrarias o discriminatorias por parte de sus órganos internos.”. Sentencia 17376-16
“es claro que ni en los Instrumentos Internacionales en
materia de Derechos Humanos que cita el accionante, ni en la Constitución Política ni en el Código Electoral, se estipula la obligación de los partidos políticos de garantizar una cuota fija de participación efectiva de la juventud en los procesos electorales y en los procesos internos de esas agrupaciones. Lo anterior se deduce, con toda claridad, al revisar los alcances del artículo 52, inciso r), del Código Electoral que estipula:“Estatuto de los partidos políticos. El estatuto de los partidos constituye su ordenamiento fundamental interno y deberá contener al menos lo siguiente (…)r) El mecanismo para la participación efectiva de la juventud en las diferentes papeletas, órganos del partido y diferentes puestos de participación popular” De ahí que la Sala Constitucional comparte el criterio del Tribunal Supremo de Elecciones, en el sentido que le corresponde a cada partido político, a partir de su autonomía y del principio de auto-regulación, determinar la manera en que se verifique la participación de la juventud en los procesos electorales, sin perjuicio, desde luego de la facultad del Supremo Órgano Electoral de revisar si con motivo de esa actividad se ha vulnerado algún derecho o principio de carácter fundamental, proclamado en la Constitución y en los Instrumentos Internacionales en materia de derechos humanos”. Sentencia 2371-16 (v. similar 2370-16
“…dado que en virtud del principio democrático, es
necesaria la intervención de los órganos de mayor legitimidad democrática, como la Asamblea Legislativa, cuando el cumplimiento de determinadas decisiones -como sucede en el caso de la sentencia del 29 de noviembre de 2012 de la CIDH- implique modificaciones al nivel de protección y ponderación de los derechos fundamentales. Se trata de la toma de decisiones que afectará la esfera de protección de los derechos fundamentales, lo que solo puede llevarse a cabo dentro del marco del sistema democrático y constitucional que contiene nuestra Carta Fundamental…” Sentencia 1692-16
“…dado que en virtud del principio democrático, es
necesaria la intervención de los órganos de mayor legitimidad democrática, como la Asamblea Legislativa, cuando el cumplimiento de determinadas decisiones -como sucede en el caso de la sentencia del 29 de noviembre de 2012 de la CIDH- implique modificaciones al nivel de protección y ponderación de los derechos fundamentales. Se trata de la toma de decisiones que afectará la esfera de protección de los derechos fundamentales, lo que solo puede llevarse a cabo dentro del marco del sistema democrático y constitucional que contiene nuestra Carta Fundamental…” Sentencia 1692-16
SOBRE EL DERECHO DE ENMIENDA, EL DERECHO
DE INICIATIVA, EL PRINCIPIO DEMOCRÁTICO Y EL PRINCIPIO DE CONEXIDAD. El Tribunal consultante cuestiona, entre otros aspectos, la violación al principio de conexidad, por estimar que el proyecto originalmente propuesto sufrió reformas que lo transformaron de manera relevante. Este Tribunal ha analizado profusamente este principio, según el cual debe existir un equilibrio entre el derecho de iniciativa y el derecho de enmienda de los diputados, aspectos ambos que constituyen elementos del equilibrio de poderes y de la técnica de pesos y contrapesos establecida en la Constitución Política y que, además, forman parte esencial del procedimiento legislativo. El derecho de enmienda deriva del principio democrático y está regulado, expresamente, por el Reglamento de la Asamblea Legislativa. A través de este los diputados participan en el proceso de formación de la ley, de manera que pueden influir en el contenido definitivo de ésta a través de la presentación de mociones tendentes a modificar el contenido del proyecto original. De conformidad con la jurisprudencia de este Tribunal, este derecho debe ser observado durante todo el proceso de formación de la ley y constituye “parámetro de constitucionalidad”, de manera que una violación a su núcleo básico, provoca la inconstitucionalidad de la norma que se aprueba. Este derecho se relaciona, íntimamente, con el derecho de iniciativa también de observancia obligatoria durante el procedimiento de aprobación de una ley. Este último supone participación, porque es el medio legítimo de impulsar el procedimiento legislativo para la producción de una ley que recoja los puntos de vista de quien la propone. El objeto del derecho de iniciativa es fundamental, porque sirve de marco referencial durante la tramitación del procedimiento y se convierte en un límite intrínseco para la presentación de enmiendas. Al mismo tiempo, la Sala ha insistido en que existe un marco dentro del cual la Asamblea Legislativa puede realizar lo que se denomina “función política transaccional”. Esta función, para la cual tiene naturalmente mayor disposición y para la cual la Constitución la estructura (a partir del artículo 105), se traduce en la posibilidad que tienen los diputados de ir ajustando el proyecto originalmente propuesto a través del mecanismo de mociones y dentro del marco que fija la iniciativa. En este sentido, el principio de conexidad impone un límite al derecho de enmienda del legislador, en tanto esas modificaciones no pueden ser tales que transformen sustancialmente el proyecto de ley. Es decir, el proyecto que finalmente se apruebe no podría ser uno esencialmente distinto al propuesto originalmente. En este sentido, el principio democrático –parámetro de constitucionalidad-, obliga a la publicidad del proyecto con el fin de que la ciudadanía no solo tenga conocimiento de los asuntos que se tramitan en la corriente legislativa, sino que no sea vea sorprendida por la aprobación de un proyecto sustancialmente diverso al propuesto inicialmente. El principio de conexidad procura que se respete el derecho de iniciativa de conformidad con el cual se establece el hilo conductor básico (la raíz) que ha servido de ratio o motivo para el proyecto original y que, por eso mismo, no puede ser dejado de lado, sea a través de cambios en el objetivo del proyecto, o bien, por la inclusión de meras disposiciones aisladas que regulan temas cualitativamente diferentes. Ese marco se entiende definido, fundamentalmente, por la materia sobre la que versa el proyecto de ley. Así, por la vía de enmienda el proyecto no podría modificarse a tal grado que afecte el fondo del tema objeto del proyecto; menos aún, excluir dicho tema del todo, o bien, introducir un tema no regulado en el proyecto original. Claro está que no es cualquier cambio o variación que sufra el proyecto durante su tramitación el que podría considerarse contrario al principio de conexidad, sino aquél que exceda las potestades de enmienda del legislador. Con el fin de establecer una base susceptible de verificación, la Sala Constitucional ha señalado que para determinar si existe conexidad entre las modificaciones introducidas por la vía de derecho enmienda y el proyecto original (derecho de iniciativa) es preciso determinar el objeto de proyecto de ley en cuestión. Para tal determinación, la Sala Constitucional hace un análisis de la exposición de motivos y contenido del proyecto de ley original y la contrasta con las enmiendas sufridas durante el proceso de aprobación. Esta información es lo que se tomará como referencia para determinar si el proyecto aprobado en primer debate guarda conexidad con el presentado originalmente. Así, el texto formulado con la iniciativa fija el marco para el ejercicio del derecho de enmienda. Por otra parte, al ser el principio de conexidad una forma de control del ejercicio del derecho de enmienda de los diputados, su ponderación resulta muchas veces un trabajo difícil, de manera que ante la duda razonable, es admisible una deferencia hacia los poderes del legislador por parte de la Sala (ver sentencias números 2008-010450 de las nueve horas y cero minutos del veintitrés de junio de dos mil ocho; 2008-005179 de las once horas del cuatro de abril de dos mil ocho; 2008-002521 de las ocho horas y treinta y un minutos del veintidós de febrero de dos mil ocho, y 2007-017104 de las nueve horas y treinta y seis minutos del veintitrés de noviembre de dos mil siete). En el caso sometido a consulta, para determinar si hubo o no violación al principio de conexidad es necesario establecer por una parte, cuál es el tema básico o fundamental del proyecto y por otra, si las cuatro mociones objetadas por los diputados consultantes modificaron o no el fondo del proyecto en forma esencial. Al respecto, en la exposición de motivos original se indicó que el propósito del proyecto es crear herramientas jurídicas y tecnológicas para enfrentar, sin incurrir en excesos, el fenómeno de la delincuencia organizada. A tal efecto, se crearon o reasignaron funciones a cuatro instituciones importantes con el objeto de investigar y combatir el crimen organizado. Se fortaleció la función del Ministerio Público, al cual se le otorgan mayores poderes en cuanto al secreto sumarial. También se permitieron las intervenciones telefónicas, el levantamiento del secreto bancario y el anticipo jurisdiccional de prueba, previa declaración del Juez Penal de que se trata de un caso de crimen organizado. Se dispuso control judicial sobre la labor del Ministerio Público y la policía. Los bienes decomisados en los procesos de investigación penal por delincuencia organizada, pueden pasar a ser administrados por el Instituto Costarricense sobre Drogas en plazos más cortos. En ese sentido “…el proyecto propone herramientas para perseguir el crimen organizado con mayor eficacia, sin menoscabar las garantías constitucionales.” El Tribunal consultante se cuestiona si el derecho de enmienda de los diputados alcanza para modificar sustancialmente un proyecto propuesto por el Poder Ejecutivo en los términos que se hizo. Concretamente, alega que se pasó de un procedimiento administrativo-tributario –contenido en la versión inicial-, a uno jurisdiccional –versión final-, que difiere sustancialmente del remitido por el Poder Ejecutivo. A la luz de lo expuesto en cuanto a los objetivos del proyecto, el Tribunal no observa un uso excesivo del derecho de enmienda en cuanto a la modificación del tipo de proceso a realizar en los casos de necesidad de justificar el patrimonio o los incrementos emergentes en él detectados. Por el contrario, la Sala estima que, de conformidad con lo expresado en la exposición de motivos en punto a contar con herramientas jurídicas efectivas sin menoscabar las garantías constitucionales, redunda en mayor garantía para el ciudadano ser sometido a un proceso judicial, que a un procedimiento administrativo. Sentencia 1691-16
“fueron lesionados el principio democrático y el derecho
de las minorías, toda vez que el Presidente de la Asamblea Legislativa incurrió en una actuación ilegítima, al haber restringido arbitrariamente el uso de la palabra de los diputados y diputadas para debatir sus ideas, a pesar de ser el Parlamento, el medio más representativo de una democracia, pues sus integrantes son quienes actúan en representación de los diversos sectores de la población nacional. Por otro lado, tal restricción solo hubiese resultado razonable de haberse encontrado el Parlamento frente al acaecimiento del plazo establecido en el artículo 179 inciso 2 del Reglamento de la Asamblea Legislativa y del ordinal 178 constitucional. Sin embargo, este no fue el supuesto en cuestión, toda vez que faltaban varios días para su vencimiento. Dado lo anterior, se reitera el criterio de esta Sala, en el sentido de que cuando no son puestos a discusión todos los dictámenes emitidos bajo las condiciones señaladas, ni se ofrece la palabra a los diputados, se trata de una actuación que resulta contraria a lo dispuesto en los artículos 81, 131, 132 y 178 del Reglamento de la Asamblea Legislativa, lo cual produce un quebrantamiento sustancial del procedimiento legislativo. Adviértase, que no existió imposibilidad jurídica alguna para no haber sometido los demás dictámenes a discusión, toda vez que la fecha límite no había acaecido. Tampoco resulta admisible para este Tribunal, que un acuerdo de los jefes de fracción que se emitió en contra de las normas reglamentarias que regulan el procedimiento parlamentario, pueda justificar la vulneración de los derechos de los diputados, del principio democrático y de todos aquellos ampliamente reconocidos por el Reglamento de la Asamblea Legislativa”. Sentencia 18537-15
“La Constitución Política reconoce a todos los ciudadanos
el derecho al sufragio, dado que por medio de él se hace efectivo el principio de soberanía popular y no solo como derecho sino más bien una función, pues implica simultáneamente el ejercicio de un derecho y un deber. Si bien, en la situación bajo estudio, no todos los estudiantes o profesores u otros funcionarios pueden sufragar directamente por los candidatos de su predilección, lo hacen por medio de sus representantes en la Asamblea Universitaria, órgano que representa y agrupa los diferentes intereses, con lo cual no se lesiona derecho fundamental alguno”. Sentencia 16454-15
“El principio democrático irradia todo el funcionamiento y
organización de la Cámara, lo cual no es óbice, que respetando este principio en la integración de las distintas comisiones, se complemente con un criterio de representación geográfica. Lo que no resulta conforme al Derecho de la Constitución, es que en aras de un criterio geográfico en la integración de las comisiones, se sacrifique el principio de pluralismo político, que es transversal a la organización y el funcionamiento del Parlamento. Por todo lo dicho, esta Sala establece que la creación de estas comisiones per se no es inconstitucional, sin embargo en lo que se refiere a su integración por parte de los (las) diputados (as) electos (as) por la provincia o región tampoco es inconstitucional, siempre y cuando esta integración refleje a escala la integración de las fracciones parlamentarias en la Cámara. Finalmente, cuando en la integración de la comisión no se da la representación a escala, se vulnera el principio del pluralismo político”. Sentencia 12497-15
“un acuerdo de los jefes de fracción no puede ir en contra
de las normas reglamentarias que regulan el iter parlamentario, ni mucho menos conculcar los derechos de los (as) diputados (as) que se derivan del principio democrático y que están ampliamente reconocidos por el Reglamento de la Asamblea Legislativa. Ergo, en este caso específico, el hecho de que los diputados González Ulloa, Redondo Poveda y Corella Vargas hayan retirado las apelaciones contra la resolución No. 0004-2012, no tiene el efecto de subsanar el vicio esencial que se presentó en el procedimiento parlamentario”. Sentencia 1240-15
“no existe en este caso concreto la infracción alegada al
principio democrático, el de proporcionalidad, el de representación y los demás citados por la accionante.- Entiende la Sala que la clave aquí es que en efecto solo existe una plaza que puede estar en disputa y se trata de una plaza que debe llenarse con un representante de las minorías parlamentarias. Ahora bien, dichas minorías se aglutinan en un grupo de partidos dentro del que todos tienen -en tanto que representantes de minorías- aspiraciones igualmente legítimas a ocupar esa onceava plaza en la Comisión de Hacendarios, sin que pueda afirmarse que en esta particular situación –es decir para la elección de un representante de las minorías parlamentarias que cumpla la función de contrapeso en una Comisión Legislativa- sean relevantes las diferencias en los porcentajes de representación entre los partidos minoritarios. Así, para efectos del adecuado respeto del principio democrático y de necesaria participación de minorías, no hay diferencia esencial alguna entre el Partido Libertario con su porcentaje de representación de 7, 07 por ciento en la Asamblea y el Partido Renovación Costarricense que obtuvo un 3, 51 por ciento, (o bien entre éstos y cualquier de las representaciones unipersonales), ello porque desde la perspectiva del funcionamiento democrático, abierto y amplio de los órganos legislativos, cualquiera de éstos últimos está legitimado para cumplir el importante papel de partido minoritario dentro del Congreso. En este punto cabe apuntar que la distribución propuesta por la accionante también sería un ejercicio admisible de distribución de puesto como también la tesis de la Procuraduría en el sentido de que la onceava plaza podría asignarse a alguno de los partidos unipersonales en tanto de se trata de minorías dentro de las minorías. Con lo anterior se quiere enfatizar en el hecho de que, como lo ha indicado la jurisprudencia de la Sala recién citada, no puede estimarse que pueda existir una única solución admisible para lograr una representación que sirva para preservar el espíritu y funcionamiento democráticos este órgano, y que –ante ello- surge un abanico de opciones de entre las cuales la elegida en este caso cumple con suficiente las exigencias constitucionales”. Sentencia 147- 15
“…La observancia del procedimiento establecido en el
artículo 195, en relación con el numeral 124, ambos de la Constitución Política, además de las disposiciones pertinentes contenidas en el Reglamento Interno de la Asamblea Legislativa, asegura el cumplimiento de los principios que informan el procedimiento de formación de las Leyes, los cuales responden, directamente, al principio democrático. Desde esta perspectiva, la clave para precisar si determinado vicio del procedimiento de reforma parcial de la Constitución Política es sustancial, se encuentra en el citado principio, fundamental en todos los planos de un Estado Social y Democrático de Derecho como el vigente en Costa Rica. Del principio democrático, derivan reglas de cumplimiento indefectible en un procedimiento especial y agravado como éste. En este sentido y, a grandes rasgos, por su estrecho ligamen a las nociones de participación y representación política, se debe atender al respeto indefectible de las reglas de mayoría establecidas para los actos de aprobación o nombramiento, así como a la participación de las minorías y, la publicidad de las decisiones (ver en este sentido la sentencia No. 2006 – 009567 de las 16:10 hrs. de 5 de julio de 2006). En el presente caso, el no atenerse a los plazos mínimos indicados, no vulnera el principio democrático, pues lo que se pretende es justamente reforzar el carácter multiétnico y pluricultural, norma que favorece la participación activa de los diferentes grupos de la sociedad, consolidándose así la democracia…” Sentencia 17187-14
El procedimiento legislativo pretende es asegurar el
cumplimiento del principio democrático dentro de una sociedad que lo ha adoptado como propio de sus instituciones políticas. Por ser la democracia perfecta un ideal inalcanzable, el principio democrático se constituye en el parámetro que permite deducir el grado de proximidad que alcanza una determinada sociedad, en un momento histórico determinado, respecto del ideal y de su vocación, por acercarse al máximo posible al mismo. Como mínimo, el principio democrático exige respeto de los principios de participación y representación política – incluyendo todo lo que concierne al respeto de las minorías - base de nuestro sistema político. Este último se desdobla en aspectos tales como la legitimidad de los medios empleados para la designación de los diversos representantes y – no menos importante -, la posibilidad de oponerse, mediante el uso de medios legítimos, a la voluntad mayoritaria por parte de los grupos que representan las minorías. A partir de las anteriores observaciones, puede decirse que son inconstitucionales las violaciones del procedimiento que constituyan lesiones al principio democrático, dirección ineludible de la actividad parlamentaria. Sentencia 2675-12
“El principio democrático tiene una triple connotación
constitucional: en primer lugar, como característica esencial de nuestro Estado Social y Democrático de Derecho, que implica, una especial forma de elección de nuestros gobernantes, que se traduce en el sistema de democracia representativa, participativa y pluralista, como el ejercicio indirecto del Poder a través de los diversos puestos de elección popular; en segundo lugar, como fuente o parámetro de interpretación, en tanto se constituye en la fuente y norte del régimen jurídico, al permear todo el ordenamiento y formas jurídicas, de modo que se impone como principio rector en la organización política del Estado y de todas las formas de organización colectiva (como sucede con la integración de los órganos colegiados de los entes corporativos, tanto de las municipalidades, como los colegios profesionales y corporaciones de producción) y, la representatividad en su instrumento pragmático de realización; y en tercer lugar, como verdadero derecho, y en esa condición, justiciable ante instancias administrativas y jurisdiccionales” Se cita el principio democrático. Sentencia 9197-06
"El principio de igualdad, contenido en el Artículo 33 de la
Constitución Política, implica que en todos los casos, se deba dar un trato igual prescindiendo de los posibles elementos diferenciadores de relevancia jurídica, que pueda existir; o lo que es lo mismo, no toda desigualdad constituye necesariamente una discriminación…..uno de los rasgos característicos de la democracia moderna es la "representatividad", cuyo concepto está ligado estrechamente a la noción de pluralismo, según el cual la democracia es un sistema de grupos en competencia que se disputan, con base en una recíproca tolerancia, la influencia sobre las definiciones de lo que es el bien común” Se citan los principios democráticos y de igualdad. Sentencia 6733-06
"Costa Rica, en el artículo 1° de su Constitución Política,
al constituirse en Estado según los principios de una democracia, optó por una formulación política en la que el ser humano, por el simple hecho de serlo, por haber nacido tal, es depositario de una serie de derechos que le son dados en protección de su dignidad, derechos que no pueden serle desconocidos sino en razón de intereses sociales superiores, debidamente reconocidos en la propia Constitución o las leyes" Se analiza el principio democrático. Sentencia 12017-02
“La utilización del término "democrático" en nuestra
Carta Fundamental establece una exigencia en el origen de la ley ordinaria y es que ésta debe ser el producto de la voluntad popular representada en la Asamblea Legislativa.” Sentencia 2430-94
Destaca el principio democrático, que en el contexto de un
cuerpo fundamentalmente político y deliberante significa, también, la protección de los derechos de las minorías como criterio rector para evitar los abusos o la dictadura de las mayorías. Sin perjuicio del respeto que las decisiones de la mayoría debe merecer, las minorías tienen el derecho de hacerse oír y de participar con su voto en la toma de decisiones, particularmente en aquellos actos que por su trascendencia hacen a la esencia y razón de ser del régimen representativo. Sentencia: 990-92
“La positivización del "principio democrático" en el
artículo 1° de la Constitución, constituye uno de los pilares, el núcleo vale decir, en que se asienta nuestro sistema republicano y en ese carácter de valor supremo del Estado Constitucional de Derecho, debe tener eficacia directa sobre el resto de fuentes del ordenamiento jurídico infraconstitucional y obviamente sobre el Reglamento, de donde se sigue que la potestad del parlamento para dictar las normas de su propio gobierno interno (interna corporis), no sólo está prevista por la Constitución Política en su artículo 121, inciso 22, sino que es consustancial al sistema democrático y específica de la Asamblea Legislativa como poder constitucional” Sentencia 990- 92
“En una democracia todo ciudadano tiene derecho a
mantener reserva sobre ciertas actividades u opiniones suyas y obtener amparo legal para impedir que sean conocidas por otros, en especial cuando para conocerlas deban emplearse procedimientos clandestinos; resulta imposible o muy difícil convivir y desarrollar a plenitud los fines que una persona se propone, sin gozar de un marco de intimidad, protegido de injerencias del Estado u otros ciudadanos.” Sentencia 1261-90