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ESCUELA DE POST GRADO

MAESTRIA EN INTERVENCION PSICOLOGICA

MONOGRAFIA

TERAPIA HUMANISTA

AUTORES:

GARCIA AVELINO EVELYN

HUAMAN CHAVEZ LUZ EDITA

MEDINA VALVERDE ANDREA

MINCHOLA CUBA STEPHANNY VICTORIA

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TERAPIA HUMANISTA

1. Concepciones generales

La psicología humanista surgió en los años cincuenta en California como un movimiento


social interdisciplinario, aunque predominantemente psicológico, por ello en la
Asociación Americana de Psicología Humanista se la define como:

La tercera rama fundamental del campo general de la psicología (las dos ya existentes son
la psicoanalítica y la conductista) y como tal trata en primer término de las capacidades y
potenciales humanos que no tienen lugar sistemático ni en la teoría positivista ni en la
conductista, o en la teoría clásica del psicoanálisis; por ejemplo, creatividad, amor, sí
mismo, crecimiento personal… (Quitmann, 1989, p. 28).

Los antecedentes teóricos a partir de los que se forja la Psicología Humanista se


encuentran en:
- La epistemología constructivista, que parte de la concepción de la existencia de
una realidad ajena a la propia conciencia cuyo conocimiento no se da de forma
directa, sino a través de la mediación de la propia subjetividad, de manera que
incluso las formas más simples de contacto con la realidad, las sensaciones, ya
son recibidas impregnadas de subjetividad.
- La metodología fenomenológica que exige una percepción directa de los
fenómenos de la experiencia subjetiva.
- El enfoque existencial cuya aspiración es entender al hombre en su realidad
existencial total, especialmente en su relación subjetiva consigo mismo, con los
demás humanos y con el mundo.

Dentro de este extenso movimiento, se desarrollaron multitud de modelos terapéuticos


como son: la Psicoterapia de la Gestalt de Perls, el Análisis Transaccional de Berne, la
Psicoterapia Centrada en la Persona de Rogers, etc.

1.2.Marcos de referencia
El modelo de la Psicoterapia Humanista se desarrolla al amparo de cuatro perspectivas
meta-teóricas las cuales suponen implicaciones epistemológicas, antropológicas y
filosóficas.

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1.2.1. Antropovisión humanista-experiencial que centra especialmente su interés en
temas específicamente humanos, incluidas las meta-motivaciones. Al sujeto se le entiende
desde una antropología holista y sistémica que lo reconoce capaz de vivir inspirado por
proyectos libres y sabios que den sentido a su vida y se destaca la actitud creadora como
elemento esencial de la persona sana autorrealizada, distanciándose de visiones
reduccionistas o atomistas (Maslow, 1991, 1994).

1.2.2. Perspectiva sistémica-holista derivada de la Tª General de los Sistemas enunciada


por von Bertalanffy (1968/1976) bajo la que se concibe al ser humano como un sistema
abierto o conjunto de elementos conectados entre sí, de forma que la variación de uno de
ellos repercute en todo el conjunto.
Bajo este paradigma se entiende que la persona estaría integrada por diferentes
subsistemas: corporal, afectivo, cognitivo, práxico, interaccional, orético, etc.; e integrada
en sistemas más amplios: familiar, cultural, ecológico, etc. que implican una causalidad
circular de los fenómenos humanos.

1.2.3. Filosofía existencial que concibe al ser humano como parcialmente libre y capaz
de ir acrecentando su libertad. Por lo que se concede gran importancia al proyecto vital
de la persona y a la búsqueda de sentido. Del mismo modo, se interesa por el significado
peculiar que cada persona da a su experiencia y circunstancias, y destaca el carácter
singular e irrepetible de toda vida humana auténtica, distanciándose de una concepción
robótica del ser humano.
1.2.4. Realismo crítico o constructivista. Desde esta epistemología se reconoce la
relevancia de la causa “final” y la causa “formal”, no sólo ni principalmente las causas
“material” y “eficiente” en el conocimiento de los procesos psicopatológicos y
psicoterapéuticos (Gimeno-Bayón y Rosal, 2001). El ser humano es concebido como
sujeto creador de símbolos y se reconoce una analogía entre la actividad de un científico
y la actividad intelectual ordinaria de la persona, que debe ir contrastando la validez o no
de sus expectativas vitales (Kelly, 1955/1991).

En base al entramado conceptual que constituyen estas perspectivas la Psicoterapia


Integradora Humanista integra a nivel teórico y/o técnico más de veinte modelos
psicoterapéuticos. La integración se ha llevado a partir de un proceso de asimilación de
los aspectos teóricos y técnicos de los diferentes modelos que se han considerado

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compatibles y coherentes. Los criterios de decisión que han guiado la selección excluyen
aquellos que:

- Ofrecen interpretaciones reduccionistas de la conducta humana.


- Mantienen una actitud autosuficiente y excluyente.
- Centran su interés exclusivamente en las formas insanas de la expresión de la persona
dejando de lado sus potencialidades.
- Sobrevaloran el conocimiento alcanzado a través de la metodología experimental.

1.3. Metas de la psicoterapia

La psicoterapia generalmente se entiende como un proceso orientado al tratamiento de


los síntomas y a la recuperación de las capacidades anuladas o deterioradas. En cambio,
Rogers considera que en la Psicologia Humanista el foco es el individuo y no el problema.
La meta de la psicoterapia no es resolver un problema particular o trastorno, sino ayudar
a crecer a la persona de modo que sea capaz de afrontar el problema presente y los que se
presenten en el futuro (Gondra, 2002). Por tanto se concibe como un proceso de
reeducación y autoeducación, en el que se trata de conocer para ser porque “en tanto en
cuanto cada uno de nosotros nos hagamos responsables de nuestro comportamiento
individual y social, interno y externo, podremos emprender una tarea de elección o de
cambio” (Gimeno-Bayón, 2002, p. 25). Desde esta perspectiva se comprende que
adquieran gran relevancia elementos como la dimensión ética de la persona, la vivencia
de la libertad humana, el desarrollo de la voluntad y sobretodo de la creatividad (Maslow,
1990).

La creatividad se considera una característica primordial del ser humano, signo de salud
mental y/o crecimiento personal que consiste en la reorganización de forma nueva y
valiosa de un todo que se manifiesta en cualquier actividad humana. Desde el punto de
vista de la terapia, la creatividad constituye una actitud necesaria en el proceso
psicoterapéutico que se orienta a un quehacer más flexible y en consecuencia más
adaptativo. A la vez el desarrollo de la creatividad o actitud creadora del cliente pasa por
la integración de todas las dimensiones de su persona y por la conciencia de la propia
responsabilidad en la construcción de su realidad. Esta posición a la que Kelly denomina
alternativismo constructivo es un aspecto clave en el proceso psicoterapéutico en cuanto

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conlleva una redefinición operativa del presente en vistas a la apertura al cambio que
permita un avance significativo del proceso existencial (Rosal y Gimeno-Bayón, 2001).

1.4.Objetivos prioritarios del proceso psicoterapéutico

- Potenciar la reconstrucción creativa de símbolos, superar la simbiosis y provocar


cambios en la actitud vital.

- La toma de conciencia de los bloqueos, dispersiones y distorsiones de la energía que


dificultan el fluir vital de su existencia a fin de poder superarlos.

- Poner de manifiesto los juegos psicológicos que rigen las relaciones que establece la
persona que acude a terapia, las emociones parásitas y prohibidas que subyacen a su
malestar, etc.

En definitiva, el proceso psicoterapéutico pasa por una aceptación del sí mismo genuino,
por la superación de las interrupciones del ciclo de la experiencia y por el desarrollo de
las capacidades personales que orientan hacia un estilo creativo en el pensar, el amar y el
trabajar para el logro de una personalidad y conductas sanas. Los elementos que se
consideran indispensables para la consecución de esta meta son dos: la relación
terapéutica dada la relevancia de la experiencia relacional para el crecimiento personal y
las técnicas o estrategias empleadas en el proceso terapéutico que permiten la utilización
integrada de la energía psicológica y corporal.

1.5.La relación terapéutica

De lo expuesto hasta el momento se desprende que plantear la psicoterapia como proceso


de crecimiento personal implica por una parte la aceptación de la realidad con sus límites
y por otro el deseo de superación por parte del cliente/paciente en vistas al logro de una
“vivencia auténtica” (Rosal, 2002). Pero sobretodo, interesa destacar que esta visión del
cambio implica entender la psicoterapia como un proceso que va mucho más allá de la
mera mejoría de los síntomas observables

Bording (1976) identificó tres componentes de la alianza terapéutica: el vínculo


terapéutico, el acuerdo en las metas y el acuerdo en las tareas.

La relación terapéutica se entiende como un encuentro profundo interpersonal e


intrapersonal en el que debe darse un clima de cambio creativo. Desde esta perspectiva,
se destaca la importancia del vínculo en la relación terapéutica y se propone que el

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terapeuta adopte una serie de actitudes, entre las que se encuentran las actitudes
rogerianas de empatía, aceptación incondicional y congruencia por considerarse que son
favorecedoras de dicho clima (Rogers, 2000).

Respecto al cliente/paciente las actitudes a adoptar por parte del terapeuta consisten en
considerar al cliente como una personalidad singular e irrepetible que es experto en su
propia experiencia. Confiar en sus capacidades psíquicas para un comportamiento
creativo a lo largo del proceso terapéutico y estar receptivo a cualquiera de las
dimensiones de su conducta son actitudes que el terapeuta humanista considera
necesarias. También se concede gran importancia al hecho de estar atento al efecto de
resonancia, es decir, a las vivencias emocionales y cognitivo intuitivas que experimenta
el propio terapeuta, respecto a las conductas del cliente en la sesión.

1.6.El grupo como contexto terapéutico

Es frecuente que autores como Corey (1995) distingan entre terapia de grupo o grupo de
crecimiento personal y psicoterapia de grupo. El grupo de crecimiento personal tiene
como meta la prevención, la autoconciencia y la superación de los obstáculos que impiden
el crecimiento de las personas. En cambio la psicoterapia de grupo implica el tratamiento
de un trastorno psicopatológico y la reconstrucción personal de los miembros.

Desde la Psicoterapia Humanista se entiende que, en la terapia grupal, el grupo no es sólo


el contexto del tratamiento, sino que constituye el instrumento clave (Traube, 1990).
Tanto es así que se parte de la idea que la terapia en-grupo ofrece la oportunidad de
experiencias personales y relacionales que no pueden encontrarse en otro lugar ni tan sólo
en otras modalidades terapéuticas. Yalom identifica once factores terapéuticos
específicos de la psicoterapia de grupo: infundir esperanza, universalidad, transmitir
información, altruismo, desarrollo de habilidades de socialización, aprendizaje vicario,
catarsis, recapitulación correctiva del grupo familiar primario, factores existenciales,
cohesión de grupo y aprendizaje interpersonal (Vinogradov y Yalom, 1996; Yalom,
1986). Algunas de estas experiencias surgen de la propia dinámica grupal, por este motivo
desde esta perspectiva la tendencia es respetar el proceso propio de cada grupo. El grupo
es mucho más que la suma de los individuos que lo componen, tiene vida propia y cada
grupo es único e irrepetible

La retroalimentación grupal es un aspecto fundamental a tener en cuenta en la práctica de


esta modalidad terapéutica ya que es un factor curativo en sí mismo (Yalom, 1984, 1986).

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Ofrece a quien la recibe la posibilidad de relacionar una conducta a sus consecuencias
interpersonales en el plano de la vinculación emocional así como descubrir elementos de
dicha conducta que le eran desconocidos, es decir tomar conciencia, y de este modo, abrir
posibilidades de cambio hacia un auto-concepto más realista y adaptativo (Gimeno-
Bayón, 1994). Por otra parte, ofrece también la oportunidad de establecer relaciones de
intimidad, estás son, relaciones sinceras, ausentes de juegos psicológicos, en la que las
personas implicadas dan y reciben libremente sin ningún tipo de manipulación (Berne,
1995). Para ello es preciso que las aportaciones realizadas por los miembros del grupo
estén orientadas al crecimiento personal del que las recibe y del que las ofrece. En este
sentido, hay dos aspectos muy importantes en el contexto de la intervención grupal: las
actitudes del terapeuta y las técnicas o estrategias empleadas.

La selección de técnicas y estrategias empleadas en el contexto de la terapia grupal deben


potenciar la retroalimentación positiva por parte de los miembros. Algunas de las
estrategias y técnicas más empleadas son los experimentos con diálogos gestálticos,
trabajos con fantasía guiada, técnicas psicodramáticas, trabajos de recreación y
representación de sueños, técnicas de inversión de roles, ensayo de conductas, etc.

En resumen, puede decirse que la intervención psicoterapéutica en el contexto grupal


conlleva ventajas específicas de aprendizaje puesto que ofrece la oportunidad de tener
experiencias que gozan de la riqueza que supone la presencia de pares implicados.

2. Modelos implicados en terapia humanista

2.1. La Terapia Gestalt:

Orígenes de la Terapia Gestalt:

La Psicología de la Gestalt, fundada por Wertheimer, Kohler y Koffka poco antes


de la Primera Guerra Mundial, representó una reacción contra aquel punto de vista
tradicional de la Psicología antigua. Los gestaltistas en vez de buscar elementos
mentales prefirieron estudiar las configuraciones y patrones naturales que
aparecen en la experiencia directa. Así mismo, los gestaltistas se opusieron al
behaviorismo de Watson, que analiza la conducta partiendo de la dualidad
estímulo-respuesta”.

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En sus inicios gran parte de la Psicología de la Gestalt centró su interés en
investigaciones sobre la percepción; más tarde lo extiende a otros campos como
el aprendizaje, la conducta social y el pensamiento. Un aspecto fundamental de la
Psicología Gestalt consiste en que resulta estéril tratar de comprender los
fenómenos por medio del análisis de los elementos que la constituyen.

“La palabra Gestalt se refiere a una entidad específica concreta, existente y


organizada que posee un modelo o forma definida. Gestalt significa cómo se
perciben en la mente los objetos conocidos en la vida diaria”.

El enfoque Gestáltico en terapia surge de la obra de Fritz Perls. Perls nació en


Berlín en 1893 y muere en Chicago en 1970, de profesión neuropsiquiatra, se
inició como psicoanalista luego de su primer análisis con Karen Horney. En la
década de los 20 desarrolla su interés por el psicodrama de Moreno y por la
Psicología de la Gestalt con el trabajo que realiza junto a Kurt Goldstein y a Lore
Possner quien más tarde será su esposa (Laura Perls). Posteriormente es
influenciado por el psicoanalista Wilhem Reich. El aporte más importante de Perls
al desarrollo de la terapia Gestalt lo realiza durante su permanencia en el Instituto
Esalen en Big Sur, California, en los años 60.

La Terapia Gestalt recoge aportes de la psicología Gestalt, del existencialismo,


de la fenomenología y del trabajo psicodramático. Los terapeutas que han
desarrollado este enfoque son Fritz y Laura Perls, Isadore Fromm, Jim Sinkin,
Erving y Miriam Polster, Joseph Zinker, Joel Latner, Gary Yontef y los chilenos
Claudio Naranjo y Adriana Schnake, entre otros.

“Kurt Goldstein (1878 – 1967), psiquiatra y neurofisiólogo, puede ser


considerado como el primer teórico que extrapola nociones de la Psicología de la
Gestalt o ‘de la percepción’ al dominio de la psicoterapia. Demostró que las leyes
de la forma implícitas en la Psicología Gestalt tienen validez no sólo en el contexto
fisiológico, sino también en el organismo como un todo”.

“La Terapia Gestalt toma en cuenta el campo bio-psico-social en su totalidad,


incluyendo como parte básica la interacción organismo-ambiente”, “de esta forma
esta Terapia utiliza variables fisiológicas, sociológicas, cognitivas y
motivacionales. Ninguna dimensión relevante se excluye de la teoría básica del
enfoque gestáltico”.

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La noción moderna para enfatizar las situaciones de la vida presente o actual del
individuo es indiscutiblemente el “ahora”, siendo considerado éste como un
concepto funcional que se refiere a conductas ejecutadas en este preciso momento.
Situar el acento en lo inmediato, en las experiencias, conduce a una explicación
del proceso de cambio.

Castañedo afirma que “Una gran mayoría de terapeutas cree que el cambio ocurre
como función del aumento de conocimiento, el insight y la toma de conciencia,
difieren entre ellos en cómo se define el conocimiento y qué clase de conocimiento
necesita el paciente. La clase de conocimiento que la Terapia Gestalt enseña se
refiere a cómo una persona distrae su atención del mundo sensorial de la
experiencia inmediata. El mecanismo con el cual el individuo sustituye el activo
aquí y ahora en una situación emocional es un objeto de estudio particular en la
experimentación en Terapia Gestalt. Volviendo a darse cuenta de este mecanismo,
previamente fuera de la conciencia, la persona sometida a Terapia Gestalt puede
llegar a analizar el proceso que sirve de soporte o apoyo a su conducta insatisfecha
o inconclusa, de esta forma adquiere la capacidad de incrementar su toma de
conciencia en el futuro”.

2.1.1. Objetivos de la terapia Gestalt:

Para la terapia Gestalt el terapeuta es su propio instrumento y, a su vez, prioriza


la improvisación por encima de un corpus de técnicas de intervención pautadas y
corroboradas experimentalmente. La insistencia en que la terapia es tanto un arte
como una ciencia presupone que la improvisación y la creatividad están al servicio
de los fines terapéuticos, y se necesitan no sólo la intuición del terapeuta, sino la
asimilación de un profundo conocimiento teórico que permita emerger esa
intuición de forma adecuada.
 La finalidad del modelo es madurar:
El fin de la terapia es crecer y madurar. Podríamos comprender que madurar es
seguir el consejo de Píndaro, “llegar a ser lo que eres”. Perls describe el proceso
de maduración diciendo que se trata “de convertir a las personas de cartón en
personas de verdad”.
 Atreverse a crecer:
El precio para lograr el proceso de maduración es aceptar con honestidad las
situaciones desagradables. No crecemos porque los miedos nos atenazan en un
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estado de infantilismo y nos impide buscar alternativas para dar respuestas a las
dificultades que se nos plantean.
Podríamos plantear que se trata de “tomar el toro por los cuernos”, con la
conciencia que cada torero tiene su peculiar forma de torear los envistes de sus
propias vivencias. El terapeuta no tiene una función interpretativa, como en el
psicoanálisis, sino una tarea cuestionadora. Como la mayéutica, que nos legó
Sócrates, se trata de sacar a la luz todo aquello que nos pertenece, tanto las alegrías
como las tristezas, a través de preguntas.
 El proceso de crecimiento:
Todos hemos experimentado necesidades simultáneas y hemos prestado atención
preferente a aquella que nos resulta más indispensable para sobrevivir.
Ciertamente, podemos encontrar personas que en nombre de la libertad de su
pueblo o la lucha contra los infieles sea capaz de sacrificar su propia existencia
biológica, pero habitualmente parece que hay dos tendencias básicas en toda
criatura viva: sobrevivir y crecer. Así, que en un momento dado pueden concurrir
varias necesidades la vez y darse en el ambiente varios elementos para satisfacer
alguna de ellas y no darse elementos para satisfacer otras.
2.1.2. Psicología de la Gestalt y leyes de la percepción:
La psicología de la Forma o Gestalt tiene su punto en 1910, el psicólogo alemán
Max Wertheimer (1880-1943) comienza a cuestionarse la naturaleza de la
percepción. Para él, las explicaciones convencionales de la psicología, basadas en
un supuesto mosaico de sensaciones combinadas o asociadas, no justificaban el
dato psicológico tal como se da inmediatamente y dejaban de lado la totalidad y
fluidez de la experiencia perceptual. Wertheimer es considerado como el principal
fundador de la Escuela de la Gestalt, pero su tarea la realiza estrechamente
asociado con sus colegas Wolfgang Köhler (1887-1967) y Kurt Koffka (1886-
1941). Los tres se propusieron fundar una psicología que pudiera dar cuenta de lo
significativo e inmediatamente organizado de la experiencia psicológica
consciente, conservando el espíritu experimental y rechazando cualquier intento
de descomposición de la vida psicológica. Los primeros gestaltistas estudian la
percepción como se presenta y no forzada en función del método de
experimentación. Se acepta aquello que se presenta de manera manifiesta; en esto
consiste la actitud fenomenológica que impregna el método de estudio adoptado
por la Gestalt. Se capta inmediatamente lo genuino de la experiencia psicológica,

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incluso los aspectos que no son específicamente mensurables. Fue en el área de la
percepción donde la Gestalt produjo las contribuciones más originales y valiosas,
en particular en lo que se refiere a los principios de organización del campo
perceptivo visual. Sin embargo, su esquema teórico se extendió también a otros
aspectos cognitivos, como el aprendizaje, el pensamiento, el razonamiento, los
estudios de la personalidad, los fenómenos grupales, entre otros. Wertheimer,
Köhler y Koffka, comenzaron con sus experimentos sobre la percepción en la
Universidad de Berlín. Entre los tres llamaron la atención a la psicología de la
época sobre la necesidad de revisar los paradigmas psicológicos existentes,
concretamente la psicología atomista experimental de Wilheim Wundt, el
asociacionismo y el conductismo de Watson. Su idea principal consiste en que
resulta improductivo tratar de comprender los fenómenos analizando los
elementos que lo constituyen. En vez de buscar elementos mentales prefirieron
estudiar las configuraciones y los patrones naturales que aparecen en la
experiencia directa.
Según Köhler (1947), toda producción de conducta es una totalidad organizada y
con significado, ya que lleva consigo una cualidad estructural que no puede
reducirse a las partes que la componen. Los psicólogos de la Forma plantean que
se debe estudiar la experiencia consciente como totalidad organizada y
significativa: percibir una situación, imaginarla, resolver un problema o producir
una solución, sólo se pueden comprender como fenómenos humanos si
entendemos a la conducta como "molar", como una totalidad organizada. De la
psicología de la Gestalt, la TG retoma la idea de fígura-fondo, entendiendo por
figura a aquella que llama nuestra atención dependiendo de la necesidad que es
predominante para nosotros en ese momento, emergiendo ésta de un fondo
indiferenciado dinámico. A su vez, la TG aplicó los principios de la Psicología
Gestáltica al postular que las personas emocionalmente saludables organizan su
campo de experiencia en necesidades bien definidas que les sirven de referencia a
la hora de organizar su conducta.

2.1.3. Conceptos Fundamentales de la Terapia Gestalt:


En la terapia Gestalt la característica primordial de la función del organismo es la
formación de Gestalten. El ambiente sin diferenciar (la unidad
organismo/ambiente) se denomina fondo o campo. El foco sobresaliente de la

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atención y la actividad se llama formación de Gestalten o formación de figuras. El
proceso de satisfacción o de desaparición de las necesidades y de sus Gestalten
concomitantes recibe el nombre de destrucción de las Gestalten o destrucción de
la figura.
“El patrón de la Gestalt es indivisible; la relación entre las partes no se puede
cambiar sin destruir esa Gestalt particular. Aunque pueden cambiar las mismas
partes, si las relaciones son las mismas, la Gestalt permanece intacta...El todo
determina las partes, no es simplemente la suma total.”
En la formación de Gestalten existen ciertas cualidades que las caracterizan. Estas
se han agrupado bajo el término ‘Leyes o principios de la percepción’ o ‘leyes de
la Gestalt’. “A continuación se presentan cuatro de estas leyes:

1. Ley de la proximidad: Los elementos que están más cercanos se percibirán


como un objeto coherente.
2. Ley de la semejanza: Los elementos que son vistos como similares se
percibirán como parte de la misma forma.

3. Ley de la conclusión o cierre: La gestalt debe tener la cualidad de estar


completa de no ser así ésta buscará cerrarse.

4. Ley de la pragnanz: En el campo se formará la mejor gestalt que permitan las


condiciones globales”.

2.2. Salud y enfermedad:


En toda filosofía terapéutica subyace una idea de salud, y es hacia ese lugar donde
el terapeuta orienta, de uno u otro modo, su quehacer y a su paciente. De la misma
manera, subyace una idea de enfermedad que, además de utilidades diagnósticas
y pronosticas, implica y determina toda la estructura del proceso terapéutico.
Para abordar el ‘funcionamiento anormal’ del organismo desde la Terapia
Gestáltica se hace necesario considerar dos puntos importantes. El primero es que
los trastornos no son ‘mentales’ sino del organismo. La división mente y cuerpo
en Terapia Gestalt no existe. Por lo cual a aquello que se denomina trastorno (ya
sea físico o mental), es lo que en contexto de la terapia Gestáltica se llama
interferencia con el proceso de formación y destrucción de la gestalt.
Interferencias que distorsionan y desequilibran la tendencia del organismo a la
integración y el desarrollo (autorrealización) (Schnake, 1997; Yontef, 1997;
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Latner, 1996 en Gutiérrez s/a). El otro punto es que estos trastornos del
funcionamiento no son categorías fijas. Si son usadas, solamente representan al
paciente en referencia a los procesos actuales. De esto, se deduce que, en Terapia
Gestáltica la anormalidad es trabajada en función de la salud.
La caracterización del trastorno en la terapia Gestalt consiste, en términos de
diferencias, en la clase y calidad de la discrepancia del proceso Gestalt de
formación y destrucción de figuras en relación con su modo sano y normal. Se
habla de trastornos del contacto o apoyo, o de dificultades al permitir que persista
o aparezca el punto cero, o la incapacidad del paciente para dejar que se disuelvan
las figuras después de que han dejado de ser pertinentes. Se define anormalidad
en relación con los mismos procesos que se tienen en cuenta para describir la
salud.
2.3. La homeostasis y la autorregulación organísmica:
De acuerdo a la teoría de la Terapia Gestáltica, el comportamiento humano estaría
regulado por el proceso llamado homeostasis. La homeostasis es el proceso por
medio del cual el organismo satisface sus necesidades y por el cual mantiene un
equilibrio. En el actuar del organismo a cada momento existiría algún suceso que
tendería a perturbar su equilibrio y, de manera simultánea y regulada por el
proceso homeostático, una tendencia contraria surgiría para recuperar ese
equilibrio. El metabolismo fisiológico es el ejemplo más claro de la tendencia
innata de cada organismo a lograr un equilibrio. Si, por ejemplo, en el curso de
sus actividades el organismo consume gran parte del agua ingerida aparece la sed.
De manera inmediata este organismo buscaría la forma de restablecer el nivel
óptimo de agua en el sistema. En los organismos vivos cuando hay deficiencias o
excesos el sistema orgánico los remedia.
La autorregulación del organismo está implícita la idea de que los organismos
tienen conciencia. Para conocer su propio equilibrio, encontrar y obtener lo que
necesitan cuando se rompe dicho equilibrio, los organismos tienen que estar
conscientes de sí mismos. Satisfacer las necesidades es algo que urge cuando la
necesidad existe; no es automático. El organismo es un sistema abierto, que se
repara a sí mismo en contacto consigo mismo.
El principio de autorregulación del organismo no implica ni asegura la
satisfacción de las necesidades del organismo. Da por sentado que los organismos
harán todo lo que puedan para regularse, de acuerdo con sus capacidades y los

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recursos del ambiente. El principio es similar al de la Psicología de la Gestalt,
llamado principio de pregnanz: “cualquier campo psicológico está tan bien
organizado como las condiciones globales lo permitan en ese momento
particular”. La autorregulación del organismo no asegura la salud, sino
únicamente, que el organismo hace lo que puede con los medios que dispone.
(Latner, 1994)
En el contexto de la autorregulación del organismo la relación entre el organismo
y el medio ambiente es crítica. El organismo y el ambiente componen una unidad
interdependiente en la que el organismo está luchando por regularse a sí mismo.
Todo organismo necesita de un medio ambiente para intercambiar sustancias
esenciales. (Perls, 1998)
Otra idea fundamental en cuanto al concepto de salud desde la teoría Gestáltica
dice relación con el tránsito desde el apoyo ambiental al autoapoyo, proceso que
se describe a continuación.

2.4. El Ciclo de la Experiencia:


Zinker plantea que el modelo más comprensivo de la teoría de la Terapia gestalt
es el ciclo de ‘darse cuenta- excitación’, contacto -retirada o ciclo de la experiencia
según lo han denominado diversos autores.
Zinker, en El proceso creativo en la Terapia Gestalt (1977) extiende el ciclo de
contacto de Perls y otros autores al ciclo de la experiencia de siete fases, lo que
significa que artificialmente el flujo de la experiencia se puede dividir en partes.
El ciclo completo es sensación- darse cuenta- movilización de energía-excitación
–acción –contacto -reposo del organismo. Este ciclo se repite una y otra vez
mientras las gestalten se completen. (Zinker, 1977, en Castanedo, 1997b)
Para poder completar las gestalten es necesario que la experiencia fluya a través
de las fases del ciclo, sin embargo, en éste tránsito pueden presentarse
interrupciones, resistencias o bloqueos que dificultan el flujo de la experiencia.
“El terapeuta, al detectar los bloqueos puede llegar a situar el trabajo con el
paciente en una de las seis fases activas del ciclo; éstas al completarse, conducen
a la fase de reposo o cierre del ciclo”.

2.5. Ciclo de las Necesidades

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Para satisfacer sus necesidades la persona sigue un ciclo llamado de
autorregulación, que se recorre en 7 etapas:
1. Sensación: La persona experimenta un déficit del organismo, por ejemplo,
sequedad de boca.
2. Toma de conciencia: La persona pone nombre a la necesidad. En el caso del
ejemplo, tengo sed.
3. Energetización: La persona se prepara para la acción, en nuestro caso, decidir
qué es lo que quiero y dónde voy a conseguirlo.
4. Acción: Dirigirse al objeto que satisface la necesidad.
5. Contacto: Es el encuentro, la unión, es decir, beber el vaso de agua.
6. Consumación: Supone conducir el proceso hasta su plena realización. No
quedarse a medias.
7. Retirada: La plena satisfacción de la necesidad emergente lleva a un periodo
de repliegue hacia uno mismo hasta que surge otra nueva necesidad.
2.6. Resistencias o interrupciones:
Zinker, señala que existen diferentes interrupciones que se producen en el ciclo,
éstas son resistencias al contacto e impiden que el ciclo transcurra con normalidad
desde su inicio con la sensación y finalice con la retirada/ cierre o reposo. Las
interrupciones pueden darse en cualquier fase del ciclo. El punto de interrupción
sirve de punto de referencia para iniciar el trabajo de psicoterapia.
“En Terapia Gestalt las resistencias son consideradas como forma de energía
orientada. Antes de ejercer resistencia, esta energía puede ir muy bien en sentido
de una adaptación o de una protección legítima. Dicha energía no es una fuerza
inerte y se convierte en resistencia cuando disminuye el contacto, se bloquea o se
anula. El objetivo de la Terapia Gestalt consiste, por lo tanto, en lograr que la
persona utilice al máximo su energía, aumentando así su capacidad de contacto y
su potencial”.
En definitiva, la resistencia es un bloqueador o desplazador de energía que la
persona debe aprender a utilizar para sí misma en una forma integral. En la Terapia
Gestalt se habla de cinco resistencias, éstas son”:

 Confluencia: Como mecanismo de defensa consiste en estar siempre de


acuerdo con lo que los otros piensan y dicen. Las personas confluentes no
aportan ninguna crítica, ninguna objeción, no tienen ninguna originalidad; su

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potencial existencial y creativo está considerablemente disminuido por el
hecho de que escapan al contacto

 Introyección: “Significa ‘poner dentro’. Para Perls este mecanismo se convierte


en una forma de ser, de sentir, de evaluar todo el material que está integrado
en el comportamiento de una persona. Material que no ha sido aún asimilado
porque es parte integral del organismo. Los diferentes sistemas socioculturales,
a los que pertenecemos y que nos moldean, como la familia, la escuela, la
religión, el contexto social, económico y político, nos lanzan en nuestro interior
estilos de vida, reglas, costumbres, principios, prohibiciones, etc. Algunos
elementos de dichas introyecciones son asimilados por el organismo y se
convierten en la personalidad del individuo.

 Deflectar: “Este mecanismo consiste en ‘desviar’ lo que emerge en el aquí


y ahora. Es utilizado a menudo por personas que, sin darse cuenta, modifican
el curso de una conversación o el curso de una interacción, con el fin de evitar
entrar en el fondo de una situación o tener que encontrarse frente a frente con
una persona o situación no deseada”. “Se manifiesta cuando la persona
comunica cosas generales, abstractas, mencionando el pasado en lugar de
referirse al presente, o hablando de alguien en lugar de hablar a alguien”.
“Deflectar es un mecanismo activo en el que la energía es utilizada para evitar
centrarse en sí mismo; esa energía está orientada en forma difusa sobre puntos
secundarios de la existencia”.

 Retroflectar: “Significa ‘volver la hostilidad contra sí mismo’. En la


automutilación, el individuo al golpearse dirige la agresión hacia sí mismo,
cuando tendría que dirigirla hacia la causa que originó la frustración o rabia.
Este mecanismo es frecuentemente utilizado por personas que padecen
trastornos psicosomáticos (asma, úlcera, devorarse el estómago) y aquéllas
que tienen tendencia a la depresión”.

 Proyectar: “En esta parte del ciclo la necesidad ha surgido en el organismo


y la energía asociada a ella ha sido identificada. El bloqueo en esta fase está
ligado a la angustia que genera la incapacidad de contener la propia energía.

16
De esta manera, el organismo proyecta sobre el ambiente sensaciones y
vivencias propias.

2.7. el/la terapeuta gestáltico/a:


Lo que diferencia claramente este tipo de abordaje de otras corrientes
psicológicas, respecto al rol del terapeuta, es:

 Ausencia de la interpretación: el terapeuta no le dice a la persona lo que le


pasa. Un "cómo" frente a mil "porqués". Enfatizamos en "¿cómo es esto para
ti?" y no en "¿por qué es así?, que llevaría inevitablemente a una explicación
causal y racional de lo que le ocurre.
 La referencia al cuerpo como caja de resonancia de las emociones y de los
sentimientos.
 El énfasis en la experiencia en el aquí y ahora.
 Lenguaje personal versus impersonal.
 El/la terapeuta puede intervenir para decir cómo se siente y devolver datos de
realidad, convirtiéndose en espejo y lente de aumento de lo que allí acaece.
Nosotros le llamamos: “el terapeuta como herramienta”.
 El/la terapeuta interviene sin tener todas las respuestas de lo que a la persona
le pasa, desde ahí no se coloca por encima de nadie, es más bien un/a
acompañante desde el más absoluto respeto y en el convencimiento de que
nadie sabe más acerca de sí misma que la persona que tiene delante. Se
establece una relación más horizontal y cara a cara.
 El/la terapeuta propone experiencias, contiene sentimientos, acompaña
decisiones... reconduce a la persona a que contacte con lo que piensa, siente,
desea y necesita.
 Devolución de lo obvio.
 Equilibrio entre el apoyo y la frustración.
 Presencia: Estar-no hacer.
 Autenticidad.

2.8. MODO DE INTERVENCIÓN:


El/la terapeuta gestáltico/a trabaja inicialmente con lo que está en la superficie,
esto es parte del darse cuenta actual de la persona, evitando la posibilidad de caer

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en el error de contactar antes de tiempo con material de fondo (que tuvo que ser
reprimido en un determinado momento de la historia vital de la persona porque le
resultaba demasiado amenazante). Ponerlo a su disposición demasiado pronto
puede hacer que se refuercen los mecanismos de defensa, o que se pierda dicho
material a través de la proyección. Estaríamos hablando de una "reacción
terapéutica negativa" que se da cuando establecemos contacto sin contar con el
soporte necesario. El propósito de la psicoterapia es que la persona recupere las
partes pérdidas o alienadas de su personalidad. Se centra en la manera en que la
persona puede distorsionar la experiencia del contacto, ya sea consigno misma o
con el entorno, y como esa distorsión le lleva a ignorar y/o rechazar sus
necesidades y deseos impidiéndole un ajuste creativo con el entorno. Se entiende
por salud la aceptación e integración de lo que somos, de nuestros sentimientos,
pensamientos y conductas. Salud supone ampliar nuestros recursos en lugar de
repetir conductas obsoletas que aprendimos en la infancia y que nos fueron útiles
allá y entonces. Salud no es sólo la ausencia de enfermedad sino alcanzar un
funcionamiento que nos reporte un grado de felicidad razonable.
2.9. Reglas y Técnicas:
Las técnicas de la psicoterapia gestáltica giran, en su mayor parte, en torno a lo
que Perls llama reglas y juegos. Claudio Naranjo, en La vieja y novísima gestalt
(1990), al citar las técnicas gestálticas distingue tres tipos:
• Técnicas expresivas
• Técnicas supresivas
• Técnicas de integración
 LAS REGLAS: Las reglas son muy pocas y suelen presentarse al principio
de la terapia. Facilitan los intercambios entre los miembros del grupo y hacen
que las relaciones sean más directas, honestas y transparentes entre ellos.
Aunque el término reglas suena a algo rígido, es evidente que su explicitación,
al principio de la terapia, aclara su función y la importancia de integrarlas en
nuestro lenguaje. Lo vamos a ver a continuación en forma detallada.
Técnica del diálogo, de la silla vacía:
Ésta es una de las técnicas por excelencia de la terapia gestáltica. Consiste en hacer
dialogar a las distintas partes que se oponen en el individuo, y en poner en contacto
aquéllas otras que negamos o rechazamos. De este concepto de los opuestos ya se
habló anteriormente. Esta visión de los opuestos procede de las tradiciones y de

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las religiones orientales. No obstante, fue Jung (1977) el primero en darse cuenta
de la polaridad de la conducta, de los opuestos, que se dan, incluso, en la
naturaleza, y de cómo, cuando una de las características de esta polaridad se
vuelve muy marcada, suele hacerlo en detrimento de la otra. Como ejemplo de
polaridades podemos citar: "el pasivo y el activo", "el bondadoso y el malvado",
"el opresor y el oprimido", "el triste y el alegre", entre otras muchas. Con la técnica
de la silla caliente el sujeto va entablando diálogos entre las dos partes hasta que
las integra y las hace suyas, reincorporándolas a su personalidad, en especial
aquellas partes de sí mismo alienadas y proyectadas. También puede desarrollarse
el diálogo entre el paciente y alguna persona significativa para él. Por medio de
este juego, el paciente va adquiriendo la habilidad, no sólo de reincorporar partes
suyas proyectadas en los otros, sino también la capacidad de ponerse en el lugar
del otro. Esto le da una nueva perspectiva y percepción del otro, con una visión
nueva que puede ser enriquecedora para él y para la relación entre ambos,
pudiéndose dar una forma de diálogo nueva y más creativa.
Hacer la ronda:
Cuando el paciente ha expresado un sentimiento que el terapeuta cree que es
significativo e importante para el propio paciente, hace que lo repita frente a cada
uno de los componentes del grupo. Con esta fórmula, el sujeto experimenta la
expresión de ese sentimiento de forma más variada, y la confronta con los
miembros del grupo en el que emergió ese sentimiento. Así, si afirmó que estaba
harto del grupo, el terapeuta le dirá que haga la ronda y diga esa frase ante cada
uno de los presentes, y que añada algún sentimiento que se le vaya ocurriendo ante
cada uno, así como que trate de darse cuenta de lo que va sintiendo a medida que
va expresando dicho sentimiento.
Asuntos pendientes:
Los asuntos pendientes son todos aquellos sentimientos y emociones no resueltos,
que no han podido ser expresados porque la persona no se ha atrevido o no ha
tenido oportunidad de expresarlos en el momento en que surgieron o tomó
conciencia de ellos. Cuando se trata de una persona que ya ha desaparecido de su
vida personas fallecidas, primero se expresan los asuntos pendientes pueden ser
sentimientos agresivos, amorosos o de cualquier otro tipo. Una vez expresados los
sentimientos que albergaba, el paciente ha de despedirse de esta persona y cerrar
la historia que mantenía abierta, y que a menudo aparecía en sueños, en imágenes

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o incluso en dolencias, como ocurre con algunas melancolías y otras
somatizaciones.
Me hago responsable:
Este juego se basa, en algunos de sus elementos, en el continuo de conciencia,
pero en él todas las percepciones se consideran actos. Por ejemplo, cuando un
sujeto expresa algo que le está sucediendo, se le puede decir que añada a esa
percepción: "Y me hago cargo de ello". Resulta así: "Me doy cuenta de que mi
voz es tranquila, y me hago responsable de ello". "Me doy cuenta de que estoy
nervioso e intranquilo, y me hago responsable de ello". Con esta fórmula, el
paciente deja de echar la culpa al mundo de sus estados, y tiene la oportunidad de
hacer algo por sí mismo para cambiar o disminuir sus consecuencias.

El juego de las proyecciones:


Ocurre muchas veces que, percepciones que consideramos realmente como tales,
no son más que proyecciones. Así, un paciente le dice al terapeuta: "No puedo
confiar en usted, usted no me da confianza". Entonces se le pide que represente a
una persona poco digna de confianza. Esto sirve para descubrir su conflicto
interno en este ámbito.

Antítesis o juego de roles


Una de las mayores dificultades con que tropieza el terapeuta para ayudar a su
paciente a ver y tomar conciencia de lo que le ocurre es que, a menudo, la conducta
manifiesta suele ser una antítesis de los impulsos subyacentes o latentes. Esto
suele tratarse en la terapia gestáltica a través del juego de la antítesis. Para ello se
le dice al paciente, que dice tener timidez o inhibiciones, que juegue el papel de
exhibicionista. Si se trata de una persona que no hace valer sus derechos y que es
delicada en exceso con la gente, se le pedirá que haga el papel de una persona
egoísta y malvada. Con este juego tratamos de desarrollar la polaridad inhibida, y
así liberar la energía contenida en ella, ampliando y mejorando sus recursos.
El ritmo contacto-retirada
El gran interés que tiene la terapia gestáltica por los procesos vitales, le lleva a
hacer hincapié en la índole polar de la conducta. Esta polaridad en la conducta
llega a unos extremos tales que la capacidad de amar se ve obstaculizada por la

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incapacidad de resistir la ira. El descanso es necesario para restaurar energías. A
la actividad le sigue el descanso, o al día le sigue la noche.
Exageración
Este juego también está vinculado al principio del continuo de conciencia. En
numerosas ocasiones, los movimientos o ademanes involuntarios parecen tener un
significado, pero tales movimientos pueden ser incompletos y no alcanzar un
desarrollo total, con lo cual entran dentro del campo de la inconsciencia. Entonces
se le pedirá al individuo que realice ese movimiento y que lo exagere, si es preciso,
tratando de que se ponga de manifiesto el significado interno que dicho ademán
puede tener.

3. Carl Roger y la terapia centrada en la persona

La originalidad de Rogers no es menor cuando se trata del método en psicoterapia.

Es la misma noción de método lo que Rogers cuestiona. La psicoterapia es un encuentro


entre dos hombres; el terapeuta y el cliente. Los únicos factores que operan en la terapia
son las disposiciones profundas del terapeuta hacia el cliente, su mayor o menor
disponibilidad hacia sus propias emociones y las del cliente; su grado de autenticidad y
coherencia interna. El cliente no es ni objeto de conocimiento, ni objeto de acción. Es un
sujeto en relación, respecto al cual otro sujeto, el terapeuta, se sitúa. Para descubrir esta
situación es necesario y suficiente caracterizar la actitud del terapeuta hacia el cliente en
relación. Entre el terapeuta y el cliente no se interponen ni un papel social, ni un sistema
conceptual o metodológico. Se trata de una relación humana, integral y auténtica, puede
decirse que se trata del prototipo de la relación humana.

En la entrevista terapéutica, nos dice, no hay más que dos hombres cara a cara y
podríamos afirmar que no es necesario decir que uno es el terapeuta y el otro el cliente.
En todo caso, no es su cuerpo profesional el que constituye al terapeuta ni tampoco sus
conocimientos teóricos o técnicos, sino su capacidad para ayudar.

3.1. Directividad y no-directividad

En la psicoterapia tradicional, el papel desempeñado por el terapeuta sitúa al cliente en


una relación de dependencia.

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Este modelo de la psicoterapia tradicional encierra, según Rogers, una actitud de
desconfianza y usurpación, simboliza un pesimismo latente respecto al prójimo; se teme
el libre desarrollo de las potencialidades del individuo, constriñéndolo a relaciones de
sumisión y a programas de tratamientos estrictos.
Al constreñir el desarrollo del individuo, las actitudes sistemáticamente directivas lo
hacen dependiente, es decir, desprovisto de toda autenticidad; impiden que se
autocontrole de manera auténtica; crean barreras, resentimientos e inhibiciones.
Para Rogers la falta de autenticidad, fruto del estado de dependencia, es aquella situación
en la que el individuo:
Valora su experiencia en función de criterios obtenidos de otros, en vez de
valorarla según su satisfacción (o falta de satisfacción) vivida, auténticamente
experimentada. Dicho de otro modo, concede valor ya positivo, ya negativo, a los
diversos elementos de su experiencia, teniendo en cuenta no su efecto favorable o
desfavorable para su actuación personal, sino la escala de valores de otros
individuos (Rogers y Kinget, 1968, p. 186).

En las concepciones de Rogers, es el cliente y no el experto el que ocupa el lugar central.


Por eso él prefiere hablar de "el cliente". Utiliza el término cliente (en lugar de sujeto,
cliente, enfermo, alumno o consultante) con la intención expresa de señalar la originalidad
de una relación en la que el ayudado decide hacerse ayudar y no abandona en ningún
momento su responsabilidad ni su libertad para resolver sus problemas.
A esta capacidad de autodirección (fundamento de las teorías rogerianas) Rogers la llama
growth, concepto que traduciremos por crecimiento, maduración o desarrollo.
El growth contiene dos elementos: una capacidad para percibir aspectos ocultos de la
experiencia, que están en contradicción con el concepto del ego y una capacidad para
reorganizar la personalidad de una manera más compatible con la totalidad de la
experiencia.

Actitud no-directiva
La no-directividad es una actitud hacia el cliente. Es una actitud por la que el terapeuta se
rehúsa a orientar al cliente en una dirección determinada, y a considerar que el cliente
debe pensar, sentir o actuar de una manera determinada.
Definida positivamente, es una actitud por la cual el terapeuta testimonia que tiene
confianza en las capacidades de autodirección de su cliente.

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Es interesante observar, que para recalcar el carácter positivo de esta actitud, Rogers deja
de emplear la expresión "no-directividad", que introdujo en 1942 en su Counseling and
Psychotherapy, para utilizar la expresión "centrarse en el cliente" a partir de 1951, con su
obra Client Centered Therapy.

Cinco imperativos de la actitud


Estar centrado en el cliente significa adoptar sistemáticamente la actitud definida por los
cinco imperativos siguientes:
a) Acogida y no iniciativa
b) Centrarse en la vivencia del sujeto y no en los hechos que evoca
c) Interesarse por la persona del cliente y no por el problema.
d) Respetar al cliente y manifestarle una consideración real:
e) Facilitar la comunicación y no hacer revelaciones:

3.2. Técnicas empleadas:

1. Reexpresión o reformulación:
Concretar en la entrevista, y también en la animación de grupos, la actitud no-directiva.
El contexto de la entrevista se conforma de tres procedimientos principales de efecto
progresivo:

- La reformulación reflejo; consiste en parafrasear, o "reflejar" la comunicación del


otro. Se aprovecha el momento en que el sujeto finaliza un periodo largo en el
cual ha expresado algo, para reformular lo que acaba de manifestar de tal modo
que pueda reconocer su propio discurso. No basta aprobar al sujeto diciendo "sí"
o "aja" cada cierto tiempo, sino que se debe actuar del tal manera que éste
comprenda que el entrevistador ha entendido.
La manera más simple de reformulación es la respuesta eco. No se puede hacer a
menudo ya que el cliente, al estar constantemente frente a una repetición, no
descubrirá las señales de un esfuerzo por comprenderle. Por eso, la
reformulación reflejo que utiliza otros términos, considerados equivalentes
por el sujeto, es superior en la medida en que se le hace patente un mayor esfuerzo
de comprensión.
Las respuestas de este tipo comienzan con frases como las siguientes:

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"Así que usted considera..."
"Usted quiere decir que…"
"En otros términos..."
"En su opinión, por consiguiente..."

- Una manera más compleja de reformulación reflejo es la reformulación resumen,


que intenta traducir lo esencial del discurso. Supone que se haya captado lo
fundamental de lo que el sujeto quería decir, ya que es imprescindible que esta
reformulación se opere a partir de lo esencial para el propio sujeto. En esto radica
la diferencia entre la actitud comprensiva y la interpretación como se verá
posteriormente, ya que se parte del punto de vista del cliente; se hace el resumen
desde su propio marco de referencia.

1.1.La reformulación como inversión de la relación figura-fondo


En esta idea se sitúa típicamente la teoría rogeriana de la reestructuración del campo. Esta
metamorfosis permite aportar algo nuevo en la medida en que da al cliente la posibilidad
de ver de otro modo su propia percepción.
Generalmente, el sujeto está prisionero de un aspecto dominante y la aparición de otra
relación tiene un efecto de choque que favorece una toma de consciencia más objetiva de
la situación.
1.2.La reformulación-clarificación propiamente dicha
El discurso del cliente es la expresión de lo que siente con todo lo que esto comporta de
tanteo, desorganización y confusión. La clarificación es el aspecto más difícil y el más
eficaz de la reformulación: consiste en descubrir y enviar al cliente el sentido de lo que
acaba de decir.
La dificultad radica en poder distinguir lo que es esencial para un sujeto. El riesgo de esta
reformulación es caer en la interpretación. La clarificación debe permanecer
estrictamente a nivel de lo esencial, supone una capacidad para poner en claro lo que el
sujeto dice, a menudo de una manera confusa y desorganizada.
1.3.Comportamientos-tipo en la entrevista
Siguiendo a Porter y Rogers (1950) se pueden establecer siete actitudes distintas que se
infieren de las palabras pronunciadas por el entrevistador. Es importante conocerlas y,
sobre todo, descubrir cuál es la que domina en nosotros con el fin de mejorar nuestra

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actitud hacia la entrevista. Descubrir cuál es la actitud personal y espontánea que
adoptamos, es un objetivo esencial en toda formación personal.
- Orden, decisión
- Sugerencia, consejo
- Evaluación-juicio
- Sostén efectivo, ayuda-soporte
- Interpretación
- Encuesta, exploración
- Comprensión

3.3. Condiciones de la actitud no-directiva


Para adoptar una actitud no-directiva o centrada en el cliente, es necesario, nos dirá
Rogers, que estén presentes las tres condiciones o actitudes que a su vez la definen: la
aceptación incondicional, la congruencia y la comprensión empática.
- Aceptación incondicional: el terapeuta preste atención a su cliente. Una atención
que no sea posesión, que no exija ninguna gratificación personal. Le presto
atención y no le presto atención con la condición de que se comporte de tal o cual
manera. Cuando el terapeuta experimenta una actitud calurosa, positiva y
receptiva hacia lo que está en su cliente, está facilitando el cambio. Esto implica
que el terapeuta acepta realmente el sentimiento que inunda en ese momento a su
cliente: miedo, confusión, dolor, orgullo, cólera, odio, amor, valor, terror
religioso. Esto significa que el terapeuta se preocupa por su cliente, pero no de
manera posesiva, sino que le aprecia en su totalidad de manera no condicionada.
- Congruencia: La segunda condición es la congruencia, que Rogers describe así:
Se ha descubierto que el cambio de la persona se facilita cuando un psicoterapeuta
es él mismo, cuando las relaciones con su cliente son auténticas, sin máscaras,
cuando expresa abiertamente los sentimientos y actitudes que le invaden en ese
momento.
Se entiende por congruencia que los sentimientos experimentados por el terapeuta
están disponibles para él, para su consciencia y que es capaz de vivirlos, de ser
esos sentimientos y de comunicarlos en el momento oportuno.
- Comprensión empática: el terapeuta adivina los sentimientos y las reacciones
personales experimentadas por el cliente en cada momento. Cuando sabe

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percibirlas "desde adentro" tal y como aparecen en él, y cuando logra comunicar
algo de esta comprensión al cliente, entonces se cumple la tercera condición.
Cuando alguien llega a comprender lo que significa ser él mismo sin pretender
analizarse ni juzgarse, entonces puede autorrealizarse y desarrollarse en esta
atmósfera.

3.4. Consecuencias de la actividad no-directiva


Rogers manifiesta con asombro el aspecto paradójico de su experiencia. La aceptación
plena de sí mismo (congruencia), y la aceptación comprensiva del otro (empatía), son las
que posibilitan el cambio. En el fondo, la terapia no es más que un proceso de mejora de
la comunicación y de enfrentamiento a las barreras que la obstaculizan:

3.5. Resultados de la terapia


1. El cliente modifica y reorganiza la concepción que tiene de sí mismo
El cliente modifica y reorganiza la concepción que tiene de sí mismo. Llega a concebirse
como un hombre de valor, autónomo, capaz de fundar sus normas y sus valores sobre la
propia experiencia. Se desarrolla en él una actitud más positiva hacia sí mismo. El cliente
está menos a la defensiva y más abierto a la experiencia de sí mismo y de los otros.
Sus percepciones llegan a ser más realistas y más diferenciadas. Su adaptación
psicológica mejora
2. El cliente se acerca a la experiencia. Experiencia inmediata del ego
Una de las direcciones fundamentales que ha tomado el proceso de la terapia, es la
experiencia libre de las reacciones sensoriales y viscerales reales del organismo que se
relacionan con el ego sin demasiado esfuerzo. Generalmente ésta va acompañada de la
convicción de que estos datos no pertenecen al ego y no pueden ser integrados a él. El
punto final del proceso es el momento en el cual el cliente descubre que puede ser su
experiencia, con toda la variedad y contradicción superficial que ésta comporta. Que
puede definirse a sí mismo partiendo de su experiencia, en lugar de querer imponer a su
experiencia una definición de su ego que rehúse tomar consciencia de los elementos que
no cuadran con ella (Rogers, 1972, p. 65).
Así el principio se expresa: "Soy un ego que difiere de una parte de mi experiencia".
3. Surge el afecto hacia sí mismo

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El cliente no solamente se acepta sino que llega verdaderamente a quererse. No es un
vanagloriarse, ni una manera de afirmarse: es, más bien, una satisfacción pacífica que se
siente por ser uno mismo (Rogers, 1972, p. 71).
4. Brota la creatividad constructiva
Se ha demostrado que cuando el individuo está enteramente 'abierto' a su experiencia, su
conducta se hace creativa, y su creatividad es esencialmente constructiva.
5. Se produce la aceptación de la experiencia completa de una relación
afectuosa
Uno de los elementos de la terapia del que hemos tomado consciencia recientemente, es
el hecho importante de que la terapia es para el cliente, el aprendizaje de una aceptación
plena, entera, libre y desprovista de temor, de los sentimientos positivos de otra persona
(Rogers, 1972, p. 65).
Descubrir que no se es destruido por aceptar los sentimientos positivos que vienen de
otros, que eso no hace necesariamente daño, que en realidad se siente uno bien cuando
alguien comparte los propios esfuerzos para hacer frente a la vida, esta es, tal vez, una de
las lecciones más profundas que un individuo puede aprender, con o sin terapia (Rogers,
1972, p. 65).
6. Se descubre que el centro de la personalidad es de naturaleza positiva
Uno de los conceptos más revolucionarios que ha surgido de nuestra experiencia clínica
es el reconocimiento de que el centro, la base más profunda de la naturaleza humana, las
capas más interiores de su personalidad, el fondo de su naturaleza 'animal', todo eso es
naturalmente positivo, está fundamentalmente socializado, dirigido hacia adelante,
racional y realista (Rogers, 1972, p. 74).

4. Análisis Transaccional

Chandezon y Lancestre (1984): "El Análisis Transaccional es un nuevo método de


tratamiento de los trastornos afectivos". En efecto, este método de tratamiento de los
trastornos afectivos se fundamenta racionalmente en bases teóricas. Eric Berne (1981):
"El Análisis Estructural y el Análisis Transaccional ofrecen una teoría sistemática y
coherente de la personalidad y de la dinámica social construida a partir de una experiencia
clínica, y una forma de terapia activa y relacional que se adapta a la gran mayoría de los
enfermos que dependen de la psiquiatría, que éstos pueden comprender fácilmente y que
se presta sin dificultad a su caso".

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En segundo lugar, el AT se basa en los Estados del Ego y las Transacciones, ya en la
Psicología se había observado que en cada sujeto hay varios aspectos o personalidades o
personajes, pero fue Berne quien los llamó Estados y los definió con exactitud. Los redujo
a tres principales: Padre, Adulto y Niño. El nombre de los Estados se forma con las
iniciales de Padre (P), Adulto (A) y Niño (N). Es decir, PAN. Tales Estados van siempre
con letras mayúsculas para diferenciarlos de los padres reales, de los niños y de las
personas adultas.
Berne habló de transacción, definirla como el mínimo intercambio social y haber
representado sus múltiples formas. Una transacción es el mínimo intercambio entre un
estímulo y una respuesta desde específicos Estados del Ego.

Finalmente, hay que decir que el AT va más allá de los Estados del Ego y de las
Transacciones, pero en todo momento referido a ellos. Basándose en estos elementos, se
desarrollan las transacciones a corto plazo con el estudio del empleo del tiempo, los
juegos, etc., las transacciones a largo plazo, analizando el guión o argumento de vida que
cada cual lleva consigo desde su infancia y que le empuja a determinados
comportamientos básicos.

En su enfoque teórico y práctico, el AT parte de los siguientes postulados básicos:


- Por naturaleza los seres humanos son capaces de vivir en armonía
- Las personas con dificultades emocionales y conductuales son seres humanos
completos e inteligentes
- Todas las dificultades emocionales son curables

4.1. Instrumentos del análisis transaccional


Berne estudió fundamentalmente cuatro áreas: Estados del Ego, transacciones, juegos
psicológicos y guión de vida. Es decir, analizó al individuo intrapsíquicamente, a través
de los estados Padre, Adulto y Niño, con los instrumentos siguientes: estructura de los
Estados del Ego de primer y segundo orden, su estructura funcional y las psicopatologías
correspondientes.
También analizó al individuo en las relaciones sociales a través de las transacciones, cuyo
instrumento son las caricias; los juegos psicológicos, cuyo instrumento es el triángulo
dramático; del guión, que tiene como instrumentos el miniargumento y el miniguión.

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Kertész (1985) ofrece la agrupación de los elementos del AT en 10 categorías o 10
"instrumentos". Presentamos una síntesis basándonos en los transaccionalistas más
importantes que los han estudiado y damos una idea general de lo que significa cada uno
de ellos.
Análisis estructural y funcional: Es el esquema de la personalidad, basado en el Padre,
el Adulto y el Niño. Funcionalmente son: Padre Crítico, Padre Nutritivo, Adulto, Niño
Natural y Niño Adaptado, son realidades psicológicas desde donde nos comunicamos con
los demás. Es la fase intrapsíquica del Análisis Transaccional.
Análisis de las transacciones, simbiosis y descalificaciones: Es el análisis de los
intercambios sociales con sus aspectos positivos y negativos. Esta comunicación puede
ser verbal o no-verbal. Así comienza la fase interpersonal del Análisis Transaccional.
Caricias (estímulos): Estímulos, incentivos y satisfacciones de nuestras necesidades que
nos damos o damos a los demás. Pueden ser caricias físicas o psíquicas. El hambre de
caricias determina muchas de nuestras actividades y qué hacemos con nuestro tiempo.
Posiciones existenciales: Son el juicio que adopta el niño acerca de cómo se siente y se
percibe a sí mismo y a los demás en los primeros años de vida. La decisión tomada,
aunque sea inconscientemente, va a cristalizar en un guión o programa a seguir.
Emociones auténticas y "rebusques": Componentes emocionales repetidos de nuestra
conducta. Las emociones auténticas para el Análisis Transaccional son: alegría, amor,
tristeza, miedo y rabia. El rebusque es una emoción inadecuada que reemplaza una
emoción auténtica, no permitida. Se llama "rebusque" porque uno le "rebusca" para volver
a sentirla.
Análisis de los juegos psicológicos: Implican las relaciones humanas a través de
secuencias de transacciones ulteriores. La gente "juega" para satisfacer necesidades
básicas y vitales de su Niño Adaptado. Estos proveen de caricias negativas, confirman la
posición existencial y los mandatos parentales. También ayudan a mantener y reforzar los
"rebusques" aprendidos en la infancia.
Estructuración del tiempo: Es el análisis de las seis formas de estructurar el tiempo.
Más allá de las simples transacciones y de la búsqueda de caricias, el individuo tiene
hambre de programar el tiempo. Para Berne son: aislamiento (sin contacto con los demás),
actividades, rituales, pasatiempos (con contactos programados socialmente), juegos e
intimidad (con contactos programados individualmente).
Guión y metas de vida: Se refiere al conocimiento de la formación del especial guión de
vida adquirido en la infancia y de su fuerza para alcanzar o no las metas de vida.

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Análisis del miniguión: Es el estudio de una secuencia repetitiva de sentimientos y
comportamientos observables, y que parte de los mandatos parentales. Avanza en el
sistema negativo de conductas.
Dinámica de grupos: Se describen las organizaciones sociales y la dinámica de grupo
desde el Análisis Transaccional. Se interviene con este instrumento en la organización
interna y externa del grupo, el liderazgo, las etapas de desarrollo, etc.

4.2. Otras técnicas incluidas en el proceso terapéutico mediante análisis


transaccional

Además de los permisos, de la protección y de la potencia de los análisis, y en función de


las características específicas de los pacientes y de sus necesidades, el tratamiento con
AT incluye técnicas complementarias como la "reparentalización", la "redecisión", el
"cambio social" y la "autonomía".

- Reparentalización

La técnica de la reparentalización consiste en intervenciones del terapeuta destinadas a


cambiar el contenido del Padre del paciente mediante la introducción de nuevas
grabaciones parentales, hechas por el Padre del terapeuta. Naturalmente, el cambio de los
contenidos del Padre del paciente se llevan a cabo siempre con el consentimiento de éste
y exige, a menudo, un tratamiento prolongado, en especial por la necesidad de un trabajo
preparatorio minucioso asociado a una protección intensa del paciente por parte del
terapeuta, quien debe lograr la confianza plena del primero.

- Redecisión

En general esta técnica es utilizada en el proceso de cambio del guión al implicar el


rechazo, por parte del paciente, de los mandatos que conforman su argumento de vida. El
desarrollo de este proceso de redecisión implica los siguientes pasos:

1. Detección del mandato que el paciente desea eliminar.


2. Identificar el momento o situación en que el paciente decidió aceptar dicho
mandato (introspección).
3. Reexperimentación de la situación en el "aquí y ahora".
4. Redecisión, o sea decisión del Adulto del Niño no dejar de obedecer al mandato,
fenómeno que se desarrolla en el momento oportuno, cuando el paciente se halla
en contacto con el momento de la decisión original. Pasado el momento de

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intensidad emocional experimentada por el paciente, y el grupo que participó con
su apoyo y afecto, se procede a un análisis del proceso con el Adulto del paciente,
y de todos los participantes, y se establece un plan con el primero, para poner en
marcha lo decidido.

4.3. Cambio social y autonomía:

En efecto, en el cambio, lo que se logra es que el individuo active y fortalezca su Adulto


controlando con éste las manifestaciones inadecuadas del Niño y del Padre, empero el
Niño continúa con sus asuntos no resueltos y, a menudo, el resultado equivale a un
proceso contraargumental que, si bien permite que la persona se desenvuelva por un
determinado tiempo dentro del sistema nervioso positivo de conductas, las fuerzas
subconscientes procedentes del Niño pueden, en cualquier momento, tomar nuevamente
el control de la vida del individuo. Esto es así ya que los mensajes contraargumentales
sustentados por el Adulto no tienen la misma potencia que los mandatos incorporados en
el Niño, por lo que el resultado, es, a menudo, frágil e inconsciente.

4.4. Experiencias físicas y emocionales

El AT es fundamentalmente una técnica que invita al paciente a pensar y actuar en forma


racional. Este paso es de suma importancia en el proceso terapéutico toda vez que, a través
de él los pacientes tienen la posibilidad de conocer y, por tanto, de tomar consciencia
de...; empero, para que el cambio sea efectivo, es menester que este conocimiento y toma
de consciencia se acompañe de una decisión, la cual es básicamente de orden afectivo ya
que involucra el cambio en el Niño. Para ello, es necesario que la persona logre sentir y
experienciar en el "aquí y ahora", lo cual significa que ella tiene que ponerse en contacto
con sus emociones auténticas, sean éstas de ira, de rabia, o de tristeza, experimentando el
desahogo necesario para la realización del cambio.

4.5.Criterios de alta

En principio, el criterio básico de alta de un paciente es el cumplimiento del contrato.

Aunque, con suma frecuencia, y como consecuencia de los fenómenos dinámicos


inherentes al proceso de tratamiento con AT, y la invitación continua de profundización
en la conducta humana y en la posibilidad de cambios cada vez más amplios y
significativos, a medida que los pacientes cumplen con el contrato inicial, se encuentran

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en condiciones de establecer nuevos contratos y continuar el tratamiento. Por ello, si bien,
dichos pacientes son dados de alta del contrato anterior, su tratamiento prosigue hasta el
cumplimiento del nuevo contrato, por lo que, por regla general, el criterio final de alta lo
constituye la adquisición de la autonomía por parte del paciente.

Tal como lo planteó Berne (1966), la autonomía consiste en la capacidad adquirida por el
individuo de dirigirse a sí mismo con el Adulto, en lugar de ser dirigido por los mandatos
del argumento. La adquisición de esta autonomía implica la liberación o recuperación de
tres capacidades esenciales del hombre: consciencia de las cosas, espontaneidad e
intimidad.

- Consciencia de las cosas, significa, la capacidad para responder a los estímulos


de manera adecuada, según se vayan presentando, con base en que la persona ha
aprendido a vivir en el "aquí y ahora" y elige actuar dentro del sistema positivo y
ok de conductas, haciendo uso de los aspectos positivos de cada uno de sus
Estados del Ego.
- Espontaneidad, significa libertad de escoger y expresar los sentimientos y
emociones propios, liberándose del apremio de jugar juegos psicológicos y de
actuar bajo los dictados de los rebusques que la persona aprendió a cultivar en su
infancia y adolescencia. Espontaneidad significa, básicamente dar libre curso a
las manifestaciones del Niño libre ok, en lugar de mantenerse sojuzgado por el
Niño Adaptado sumiso o rebelde, supeditándose a los mandatos del Padre
negativo o no.
- Intimidad, significa, la capacidad de expresar y compartir emociones auténticas
dentro de una relación franca, espontánea y libre de juegos psicológicos.
Intimidad implica un interés auténtico por el otro y es fundamentalmente una
situación autónoma en la cual no hay que explicar conductas, en la que se responde
en forma libre y directa a lo que se ve, se oye y se siente.
5. LOGOTERAPIA:
5.1. Orígenes de la Logoterapia:
La logoterapia se desarrolló por primera vez en las décadas de 1940 y 1950 por
Viktor Emil Frankl (1905-1997), que era psiquiatra y neurólogo de Viena, Austria.
Estaba interesado en la importancia del propósito de la vida en la salud mental de
las personas. Frankl tuvo la desafortunada oportunidad de probar sus teorías
consigo mismo; como judío, fue capturado por los nazis a principios de la década

32
de 1940 y enviado a un campo de concentración. Como él explicó más tarde, fue
su persistencia en aferrarse a su propio propósito o continuar el trabajo de la vida
que se había visto obligado a dejar atrás que lo fortaleció y lo ayudó a sobrevivir
a los horrores del Holocausto. La logoterapia se conoció como la “tercera escuela
de psicoterapia” y ofrece una alternativa a las llamadas escuelas “primera” y
“segunda”, estos son Sigmund Freud, que fundó el psicoanálisis, y Alfred Adler,
cuyas teorías giraban en torno al concepto de “sentimiento de inferioridad”. Dos
de las técnicas más destacadas utilizadas en el tipo de terapia de Frankl son la
intención paradójica y la desreflexion. La intención paradójica tiene como
objetivo romper el círculo vicioso de la ansiedad anticipatoria, en la cual estamos
tan ansiosos por algo que sentimos ansiedad por preocuparnos por nuestra fuente
de preocupación.

Frankl sugirió que una forma de permitir que alguien se distancie de este círculo
vicioso es, por poco intuitiva que parezca, la exposición a la fuente de su ansiedad.
La desreflexion intenta interrumpir otro círculo vicioso: el de estar tan
obsesionados con algo que queremos lograr que nos sometemos a mayores niveles
de estrés, lo que hace menos probable que alcancemos ese objetivo. En este caso,
Frankl aconseja simplemente tomarse un descanso para dejar de esforzarse por
alcanzar ese objetivo y permitirnos llegar a una sensación de desapego, para
alejarnos de la presión excesiva que nos hemos impuesto.

5.2. Cuáles son los principios básicos de la logoterapia:

El concepto de Frankl se basa en la premisa de que la fuerza motivacional


principal de un individuo es encontrar un significado en la vida, como se mencionó
anteriormente.

Los siguientes principios representa los básicos de la logoterapia:

 La vida tiene significado en todas las circunstancias, incluso en las más


miserables.

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 Nuestra principal motivación para vivir es nuestra voluntad de encontrar
sentido en la vida.
 Tenemos libertad para encontrar sentido en lo que hacemos, y en lo que
experimentamos, o al menos en la postura que tomamos cuando
enfrentamos una situación de sufrimiento inmutable.

Los constructos de propósito y significado en la vida aparecieron en las escrituras


de logoterapia de Frankl en relación con el vacío existencial y la voluntad con el
significado, así como con otros que han teorizado y definido el funcionamiento
psicológico positivo, Frankl observó que puede ser psicológicamente perjudicial
cuando se bloquea la búsqueda de significado de una persona.

El propósito y el significado de la vida positiva se asociaron con creencias


religiosas fuertes, membresía en grupos, dedicación a una causa, valores de vida
y objetivos claros. Las teorías de madurez y desarrollo para adultos incluyen el
propósito en el concepto de vida. La madurez enfatiza una comprensión clara del
propósito, dirección e intencionalidad, lo que contribuye a la sensación de que la
vida es significativa.

5.3. Métodos:

La logoterapia propone que el significado en la vida se puede descubrir de tres


maneras distintas:

 Al crear un trabajo o hacer una escritura.


 Al experimentar algo o encontrarse con alguien.
 Por la actitud que tomamos hacia el sufrimiento inevitable.
Un ejemplo que se da a menudo para explicar los principios básicos de la
logoterapia es la historia de la reunión de Frankl con un médico general anciano
que estaba luchando para superar la depresión después de la pérdida de su esposa,
Frankl ayudó al anciano a ver que su propósito había sido evitarle a su esposa el
dolor de perderlo primero.

5.4. Técnicas de Logoterapia:

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Las tres técnicas principales son:

1. Desreflexión:
Se usa cuando una persona está demasiado absorta en un tema o en el logro de
un objetivo, ayuda a que alguien se aparte de sí mismo y hacia otras personas,
de modo que pueda volverse completo y pasar menos tiempo absorto en sí
mismo acerca de un problema o cómo alcanzar un objetivo.
2. La intención paradójica:
Es una técnica que hace desear al paciente lo que más se teme Para las personas
que experimentan ansiedad o fobias, el miedo puede paralizarlas, pero al usar
el humor y el ridículo, pueden desear lo que más temen, eliminando así el
miedo de su intención y aliviando los síntomas de ansiedad asociados con él.
3. Diálogo socrático:
Se usaría en la logoterapia como una herramienta para ayudar al paciente a
través del proceso de autodescubrimiento a través de sus propias palabras. De
esta manera, el terapeuta señalaría patrones de palabras y ayudaría al cliente a
ver el significado en ellos, se cree que este proceso ayuda al cliente a darse
cuenta de una respuesta que está esperando ser descubierta.

Es fácil ver cómo algunas de las técnicas de logoterapia se superponen con formas
más nuevas de tratamiento, como la terapia cognitivo-conductual o la terapia de
aceptación y compromiso. De este modo, la logoterapia puede ser un enfoque
complementario para estos comportamientos y tratamientos basados en
el pensamiento.

5.5. Supuestos básicos de la logoterapia:


Consiste en seis suposiciones básicas que se superponen con los constructos
fundamentales y las formas de buscar el significado enumerados anteriormente:
 Cuerpo, mente y espíritu
El ser humano es una entidad que consiste en un cuerpo (soma), mente (psique) y
espíritu. Frankl argumentó que tenemos cuerpo y mente, pero el espíritu es lo que
somos, o nuestra esencia, t5enga en cuenta que la teoría de Frankl no se basa en
la religión o la teología, pero a menudo tiene un paralelismo con estos.
 La vida tiene significado en todas las circunstancias

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Frankl creía que la vida tiene sentido en todas las circunstancias, incluso en las
más miserables, esto significa que incluso cuando las situaciones parecen
objetivamente terribles, existe un nivel superior de orden que implica significado.
 Los humanos tienen una voluntad de querer decir
La logoterapia propone que los humanos tenemos una voluntad de significado, lo
que significa que el significado es nuestra principal motivación para vivir y actuar,
y nos permite soportar el dolor y el sufrimiento. Esto se ve diferente de la voluntad
de alcanzar el poder y el placer.
 Libertad para encontrar el significado
Frankl argumenta que, en cualquier circunstancia, las personas tienen libertad para
acceder a esa voluntad de encontrar un significado, esto se basa en sus
experiencias de dolor y sufrimiento y la elección de su actitud en una situación
que no puede cambiar.

 Significado del momento


La quinta suposición argumenta que para que las decisiones sean significativas,
las personas deben responder a las demandas de la vida cotidiana de manera que
coincidan con los valores de la sociedad o su propia conciencia.
 Las personas son únicas
Frankl creía que cada individuo es único e irremplazable.

5.6. Logoterapia en la vida cotidiana:

¿Cómo podría aplicar los principios de la logoterapia para mejorar su vida


cotidiana?

 Crea algo. Tal como sugirió Frankl, crear algo (por ejemplo, arte) le proporciona
una sensación de propósito, que puede agregarle sentido a su vida.
 Desarrollar relaciones. La naturaleza solidaria de pasar tiempo con otros te
ayudará a desarrollar más sentido de significado en tu vida.
 Encontrar el propósito en el dolor. Si estás pasando por algo malo, intenta
encontrar un propósito en él, incluso si esto es un poco de engaño mental, te
ayudará a seguir adelante. Por ejemplo, si un miembro de la familia está pasando

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por tratamientos médicos para una enfermedad, vea su propósito como estar allí
para apoyar a esa persona.
 Comprende que la vida no es justa. La vida siempre puede tener significado,
incluso en las peores situaciones.
 Libertad de encontrar significado. Recuerde que siempre tiene libertad para dar
sentido a su situación de vida, nadie puede quitarte eso.
 Enfócate en los demás. Intenta concentrarte para superar la sensación de
estancamiento de una situación.
 Acepta lo peor. Cuando sales buscando lo peor, reduce el poder que tiene sobre
ti.

6. Terapia Familiar

Aunque, cuando sea el caso, los distintos enfoques psicoterapéuticos pueden emplearse
en un formato familiar, este enfoque pone el énfasis de su explicación de la psicopatología
en patrones de comunicación familiar disfuncional y en la noción de sistema, basándose
en la teoría de la comunicación humana y en la teoría general de sistemas.

La teoría de la comunicación humana identifica comportamiento con comunicación: toda


conducta tiene un valor de mensaje y todo mensaje es un comportamiento susceptible de
ser modificado

La teoría general de sistemas sostiene la imposibilidad de comprender un sistema a través


del examen por separado de los elementos que lo componen. Para la comprensión de los
sistemas es preciso considerar las relaciones entre los elementos individuales y las reglas
subyacentes que los gobiernan.

Aplicada a la psicopatología, la teoría de los sistemas alude a conceptos como la


causalidad mutua en el desarrollo y mantenimiento del problema, la inflexibilidad de las
reglas que gobiernan el sistema que dificulta la adaptación a los cambios y eventos
estresantes y que lleva a desequilibrios que se manifiestan como alguna forma de
psicopatología o la función que puede cumplir la conducta sintomática en la regulación
del sistema familiar.

El modo de concebir la psicopatología implica que esta psicoterapia sea preferentemente


aplicada en un formato familiar.

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Gotlib y Colby señalan los principios generales de esta aproximación a la terapia:

1. La meta central de la terapia es promover cambios en las pautas de comunicación


familiar y conductas que interrumpen las secuencias implicadas en los problemas que
llevaron a la familia a terapia.

2. El foco terapéutico es el aquí y ahora más que sucesos de la historia familiar.

3. El terapeuta es un participante activo en el proceso terapéutico.

4. El terapeuta adopta un enfoque de solución de problemas.

5. El terapeuta explora los patrones de interacción familiar implicados en el


mantenimiento del problema.

6. La terapia es generalmente a corto plazo.

7. El terapeuta amplía el foco a la familia sin circunscribirse a la conducta sintomática.

8. El énfasis de las sesiones de terapia es el proceso más que el contenido.

En el enfoque familiar de la psicoterapia se pueden distinguir cuatro modalidades


principales, que, aun partiendo de principios compartidos (derivados de la teoría de la
comunicación y de los sistemas), ponen especial énfasis en determinados aspectos
conceptuales y tienen características distintivas o variantes en los procedimientos
terapéuticos específicos:

1. La terapia comunicacional estratégica

2. La terapia familiar estratégica

3. La terapia familiar estructural

4. La terapia familiar sistémica

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REFERENCIAS

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