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MONOGRAFIA
TERAPIA HUMANISTA
AUTORES:
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TERAPIA HUMANISTA
1. Concepciones generales
La tercera rama fundamental del campo general de la psicología (las dos ya existentes son
la psicoanalítica y la conductista) y como tal trata en primer término de las capacidades y
potenciales humanos que no tienen lugar sistemático ni en la teoría positivista ni en la
conductista, o en la teoría clásica del psicoanálisis; por ejemplo, creatividad, amor, sí
mismo, crecimiento personal… (Quitmann, 1989, p. 28).
1.2.Marcos de referencia
El modelo de la Psicoterapia Humanista se desarrolla al amparo de cuatro perspectivas
meta-teóricas las cuales suponen implicaciones epistemológicas, antropológicas y
filosóficas.
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1.2.1. Antropovisión humanista-experiencial que centra especialmente su interés en
temas específicamente humanos, incluidas las meta-motivaciones. Al sujeto se le entiende
desde una antropología holista y sistémica que lo reconoce capaz de vivir inspirado por
proyectos libres y sabios que den sentido a su vida y se destaca la actitud creadora como
elemento esencial de la persona sana autorrealizada, distanciándose de visiones
reduccionistas o atomistas (Maslow, 1991, 1994).
1.2.3. Filosofía existencial que concibe al ser humano como parcialmente libre y capaz
de ir acrecentando su libertad. Por lo que se concede gran importancia al proyecto vital
de la persona y a la búsqueda de sentido. Del mismo modo, se interesa por el significado
peculiar que cada persona da a su experiencia y circunstancias, y destaca el carácter
singular e irrepetible de toda vida humana auténtica, distanciándose de una concepción
robótica del ser humano.
1.2.4. Realismo crítico o constructivista. Desde esta epistemología se reconoce la
relevancia de la causa “final” y la causa “formal”, no sólo ni principalmente las causas
“material” y “eficiente” en el conocimiento de los procesos psicopatológicos y
psicoterapéuticos (Gimeno-Bayón y Rosal, 2001). El ser humano es concebido como
sujeto creador de símbolos y se reconoce una analogía entre la actividad de un científico
y la actividad intelectual ordinaria de la persona, que debe ir contrastando la validez o no
de sus expectativas vitales (Kelly, 1955/1991).
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compatibles y coherentes. Los criterios de decisión que han guiado la selección excluyen
aquellos que:
La creatividad se considera una característica primordial del ser humano, signo de salud
mental y/o crecimiento personal que consiste en la reorganización de forma nueva y
valiosa de un todo que se manifiesta en cualquier actividad humana. Desde el punto de
vista de la terapia, la creatividad constituye una actitud necesaria en el proceso
psicoterapéutico que se orienta a un quehacer más flexible y en consecuencia más
adaptativo. A la vez el desarrollo de la creatividad o actitud creadora del cliente pasa por
la integración de todas las dimensiones de su persona y por la conciencia de la propia
responsabilidad en la construcción de su realidad. Esta posición a la que Kelly denomina
alternativismo constructivo es un aspecto clave en el proceso psicoterapéutico en cuanto
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conlleva una redefinición operativa del presente en vistas a la apertura al cambio que
permita un avance significativo del proceso existencial (Rosal y Gimeno-Bayón, 2001).
- Poner de manifiesto los juegos psicológicos que rigen las relaciones que establece la
persona que acude a terapia, las emociones parásitas y prohibidas que subyacen a su
malestar, etc.
En definitiva, el proceso psicoterapéutico pasa por una aceptación del sí mismo genuino,
por la superación de las interrupciones del ciclo de la experiencia y por el desarrollo de
las capacidades personales que orientan hacia un estilo creativo en el pensar, el amar y el
trabajar para el logro de una personalidad y conductas sanas. Los elementos que se
consideran indispensables para la consecución de esta meta son dos: la relación
terapéutica dada la relevancia de la experiencia relacional para el crecimiento personal y
las técnicas o estrategias empleadas en el proceso terapéutico que permiten la utilización
integrada de la energía psicológica y corporal.
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terapeuta adopte una serie de actitudes, entre las que se encuentran las actitudes
rogerianas de empatía, aceptación incondicional y congruencia por considerarse que son
favorecedoras de dicho clima (Rogers, 2000).
Respecto al cliente/paciente las actitudes a adoptar por parte del terapeuta consisten en
considerar al cliente como una personalidad singular e irrepetible que es experto en su
propia experiencia. Confiar en sus capacidades psíquicas para un comportamiento
creativo a lo largo del proceso terapéutico y estar receptivo a cualquiera de las
dimensiones de su conducta son actitudes que el terapeuta humanista considera
necesarias. También se concede gran importancia al hecho de estar atento al efecto de
resonancia, es decir, a las vivencias emocionales y cognitivo intuitivas que experimenta
el propio terapeuta, respecto a las conductas del cliente en la sesión.
Es frecuente que autores como Corey (1995) distingan entre terapia de grupo o grupo de
crecimiento personal y psicoterapia de grupo. El grupo de crecimiento personal tiene
como meta la prevención, la autoconciencia y la superación de los obstáculos que impiden
el crecimiento de las personas. En cambio la psicoterapia de grupo implica el tratamiento
de un trastorno psicopatológico y la reconstrucción personal de los miembros.
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Ofrece a quien la recibe la posibilidad de relacionar una conducta a sus consecuencias
interpersonales en el plano de la vinculación emocional así como descubrir elementos de
dicha conducta que le eran desconocidos, es decir tomar conciencia, y de este modo, abrir
posibilidades de cambio hacia un auto-concepto más realista y adaptativo (Gimeno-
Bayón, 1994). Por otra parte, ofrece también la oportunidad de establecer relaciones de
intimidad, estás son, relaciones sinceras, ausentes de juegos psicológicos, en la que las
personas implicadas dan y reciben libremente sin ningún tipo de manipulación (Berne,
1995). Para ello es preciso que las aportaciones realizadas por los miembros del grupo
estén orientadas al crecimiento personal del que las recibe y del que las ofrece. En este
sentido, hay dos aspectos muy importantes en el contexto de la intervención grupal: las
actitudes del terapeuta y las técnicas o estrategias empleadas.
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En sus inicios gran parte de la Psicología de la Gestalt centró su interés en
investigaciones sobre la percepción; más tarde lo extiende a otros campos como
el aprendizaje, la conducta social y el pensamiento. Un aspecto fundamental de la
Psicología Gestalt consiste en que resulta estéril tratar de comprender los
fenómenos por medio del análisis de los elementos que la constituyen.
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La noción moderna para enfatizar las situaciones de la vida presente o actual del
individuo es indiscutiblemente el “ahora”, siendo considerado éste como un
concepto funcional que se refiere a conductas ejecutadas en este preciso momento.
Situar el acento en lo inmediato, en las experiencias, conduce a una explicación
del proceso de cambio.
Castañedo afirma que “Una gran mayoría de terapeutas cree que el cambio ocurre
como función del aumento de conocimiento, el insight y la toma de conciencia,
difieren entre ellos en cómo se define el conocimiento y qué clase de conocimiento
necesita el paciente. La clase de conocimiento que la Terapia Gestalt enseña se
refiere a cómo una persona distrae su atención del mundo sensorial de la
experiencia inmediata. El mecanismo con el cual el individuo sustituye el activo
aquí y ahora en una situación emocional es un objeto de estudio particular en la
experimentación en Terapia Gestalt. Volviendo a darse cuenta de este mecanismo,
previamente fuera de la conciencia, la persona sometida a Terapia Gestalt puede
llegar a analizar el proceso que sirve de soporte o apoyo a su conducta insatisfecha
o inconclusa, de esta forma adquiere la capacidad de incrementar su toma de
conciencia en el futuro”.
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incluso los aspectos que no son específicamente mensurables. Fue en el área de la
percepción donde la Gestalt produjo las contribuciones más originales y valiosas,
en particular en lo que se refiere a los principios de organización del campo
perceptivo visual. Sin embargo, su esquema teórico se extendió también a otros
aspectos cognitivos, como el aprendizaje, el pensamiento, el razonamiento, los
estudios de la personalidad, los fenómenos grupales, entre otros. Wertheimer,
Köhler y Koffka, comenzaron con sus experimentos sobre la percepción en la
Universidad de Berlín. Entre los tres llamaron la atención a la psicología de la
época sobre la necesidad de revisar los paradigmas psicológicos existentes,
concretamente la psicología atomista experimental de Wilheim Wundt, el
asociacionismo y el conductismo de Watson. Su idea principal consiste en que
resulta improductivo tratar de comprender los fenómenos analizando los
elementos que lo constituyen. En vez de buscar elementos mentales prefirieron
estudiar las configuraciones y los patrones naturales que aparecen en la
experiencia directa.
Según Köhler (1947), toda producción de conducta es una totalidad organizada y
con significado, ya que lleva consigo una cualidad estructural que no puede
reducirse a las partes que la componen. Los psicólogos de la Forma plantean que
se debe estudiar la experiencia consciente como totalidad organizada y
significativa: percibir una situación, imaginarla, resolver un problema o producir
una solución, sólo se pueden comprender como fenómenos humanos si
entendemos a la conducta como "molar", como una totalidad organizada. De la
psicología de la Gestalt, la TG retoma la idea de fígura-fondo, entendiendo por
figura a aquella que llama nuestra atención dependiendo de la necesidad que es
predominante para nosotros en ese momento, emergiendo ésta de un fondo
indiferenciado dinámico. A su vez, la TG aplicó los principios de la Psicología
Gestáltica al postular que las personas emocionalmente saludables organizan su
campo de experiencia en necesidades bien definidas que les sirven de referencia a
la hora de organizar su conducta.
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atención y la actividad se llama formación de Gestalten o formación de figuras. El
proceso de satisfacción o de desaparición de las necesidades y de sus Gestalten
concomitantes recibe el nombre de destrucción de las Gestalten o destrucción de
la figura.
“El patrón de la Gestalt es indivisible; la relación entre las partes no se puede
cambiar sin destruir esa Gestalt particular. Aunque pueden cambiar las mismas
partes, si las relaciones son las mismas, la Gestalt permanece intacta...El todo
determina las partes, no es simplemente la suma total.”
En la formación de Gestalten existen ciertas cualidades que las caracterizan. Estas
se han agrupado bajo el término ‘Leyes o principios de la percepción’ o ‘leyes de
la Gestalt’. “A continuación se presentan cuatro de estas leyes:
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recursos del ambiente. El principio es similar al de la Psicología de la Gestalt,
llamado principio de pregnanz: “cualquier campo psicológico está tan bien
organizado como las condiciones globales lo permitan en ese momento
particular”. La autorregulación del organismo no asegura la salud, sino
únicamente, que el organismo hace lo que puede con los medios que dispone.
(Latner, 1994)
En el contexto de la autorregulación del organismo la relación entre el organismo
y el medio ambiente es crítica. El organismo y el ambiente componen una unidad
interdependiente en la que el organismo está luchando por regularse a sí mismo.
Todo organismo necesita de un medio ambiente para intercambiar sustancias
esenciales. (Perls, 1998)
Otra idea fundamental en cuanto al concepto de salud desde la teoría Gestáltica
dice relación con el tránsito desde el apoyo ambiental al autoapoyo, proceso que
se describe a continuación.
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Para satisfacer sus necesidades la persona sigue un ciclo llamado de
autorregulación, que se recorre en 7 etapas:
1. Sensación: La persona experimenta un déficit del organismo, por ejemplo,
sequedad de boca.
2. Toma de conciencia: La persona pone nombre a la necesidad. En el caso del
ejemplo, tengo sed.
3. Energetización: La persona se prepara para la acción, en nuestro caso, decidir
qué es lo que quiero y dónde voy a conseguirlo.
4. Acción: Dirigirse al objeto que satisface la necesidad.
5. Contacto: Es el encuentro, la unión, es decir, beber el vaso de agua.
6. Consumación: Supone conducir el proceso hasta su plena realización. No
quedarse a medias.
7. Retirada: La plena satisfacción de la necesidad emergente lleva a un periodo
de repliegue hacia uno mismo hasta que surge otra nueva necesidad.
2.6. Resistencias o interrupciones:
Zinker, señala que existen diferentes interrupciones que se producen en el ciclo,
éstas son resistencias al contacto e impiden que el ciclo transcurra con normalidad
desde su inicio con la sensación y finalice con la retirada/ cierre o reposo. Las
interrupciones pueden darse en cualquier fase del ciclo. El punto de interrupción
sirve de punto de referencia para iniciar el trabajo de psicoterapia.
“En Terapia Gestalt las resistencias son consideradas como forma de energía
orientada. Antes de ejercer resistencia, esta energía puede ir muy bien en sentido
de una adaptación o de una protección legítima. Dicha energía no es una fuerza
inerte y se convierte en resistencia cuando disminuye el contacto, se bloquea o se
anula. El objetivo de la Terapia Gestalt consiste, por lo tanto, en lograr que la
persona utilice al máximo su energía, aumentando así su capacidad de contacto y
su potencial”.
En definitiva, la resistencia es un bloqueador o desplazador de energía que la
persona debe aprender a utilizar para sí misma en una forma integral. En la Terapia
Gestalt se habla de cinco resistencias, éstas son”:
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potencial existencial y creativo está considerablemente disminuido por el
hecho de que escapan al contacto
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De esta manera, el organismo proyecta sobre el ambiente sensaciones y
vivencias propias.
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en el error de contactar antes de tiempo con material de fondo (que tuvo que ser
reprimido en un determinado momento de la historia vital de la persona porque le
resultaba demasiado amenazante). Ponerlo a su disposición demasiado pronto
puede hacer que se refuercen los mecanismos de defensa, o que se pierda dicho
material a través de la proyección. Estaríamos hablando de una "reacción
terapéutica negativa" que se da cuando establecemos contacto sin contar con el
soporte necesario. El propósito de la psicoterapia es que la persona recupere las
partes pérdidas o alienadas de su personalidad. Se centra en la manera en que la
persona puede distorsionar la experiencia del contacto, ya sea consigno misma o
con el entorno, y como esa distorsión le lleva a ignorar y/o rechazar sus
necesidades y deseos impidiéndole un ajuste creativo con el entorno. Se entiende
por salud la aceptación e integración de lo que somos, de nuestros sentimientos,
pensamientos y conductas. Salud supone ampliar nuestros recursos en lugar de
repetir conductas obsoletas que aprendimos en la infancia y que nos fueron útiles
allá y entonces. Salud no es sólo la ausencia de enfermedad sino alcanzar un
funcionamiento que nos reporte un grado de felicidad razonable.
2.9. Reglas y Técnicas:
Las técnicas de la psicoterapia gestáltica giran, en su mayor parte, en torno a lo
que Perls llama reglas y juegos. Claudio Naranjo, en La vieja y novísima gestalt
(1990), al citar las técnicas gestálticas distingue tres tipos:
• Técnicas expresivas
• Técnicas supresivas
• Técnicas de integración
LAS REGLAS: Las reglas son muy pocas y suelen presentarse al principio
de la terapia. Facilitan los intercambios entre los miembros del grupo y hacen
que las relaciones sean más directas, honestas y transparentes entre ellos.
Aunque el término reglas suena a algo rígido, es evidente que su explicitación,
al principio de la terapia, aclara su función y la importancia de integrarlas en
nuestro lenguaje. Lo vamos a ver a continuación en forma detallada.
Técnica del diálogo, de la silla vacía:
Ésta es una de las técnicas por excelencia de la terapia gestáltica. Consiste en hacer
dialogar a las distintas partes que se oponen en el individuo, y en poner en contacto
aquéllas otras que negamos o rechazamos. De este concepto de los opuestos ya se
habló anteriormente. Esta visión de los opuestos procede de las tradiciones y de
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las religiones orientales. No obstante, fue Jung (1977) el primero en darse cuenta
de la polaridad de la conducta, de los opuestos, que se dan, incluso, en la
naturaleza, y de cómo, cuando una de las características de esta polaridad se
vuelve muy marcada, suele hacerlo en detrimento de la otra. Como ejemplo de
polaridades podemos citar: "el pasivo y el activo", "el bondadoso y el malvado",
"el opresor y el oprimido", "el triste y el alegre", entre otras muchas. Con la técnica
de la silla caliente el sujeto va entablando diálogos entre las dos partes hasta que
las integra y las hace suyas, reincorporándolas a su personalidad, en especial
aquellas partes de sí mismo alienadas y proyectadas. También puede desarrollarse
el diálogo entre el paciente y alguna persona significativa para él. Por medio de
este juego, el paciente va adquiriendo la habilidad, no sólo de reincorporar partes
suyas proyectadas en los otros, sino también la capacidad de ponerse en el lugar
del otro. Esto le da una nueva perspectiva y percepción del otro, con una visión
nueva que puede ser enriquecedora para él y para la relación entre ambos,
pudiéndose dar una forma de diálogo nueva y más creativa.
Hacer la ronda:
Cuando el paciente ha expresado un sentimiento que el terapeuta cree que es
significativo e importante para el propio paciente, hace que lo repita frente a cada
uno de los componentes del grupo. Con esta fórmula, el sujeto experimenta la
expresión de ese sentimiento de forma más variada, y la confronta con los
miembros del grupo en el que emergió ese sentimiento. Así, si afirmó que estaba
harto del grupo, el terapeuta le dirá que haga la ronda y diga esa frase ante cada
uno de los presentes, y que añada algún sentimiento que se le vaya ocurriendo ante
cada uno, así como que trate de darse cuenta de lo que va sintiendo a medida que
va expresando dicho sentimiento.
Asuntos pendientes:
Los asuntos pendientes son todos aquellos sentimientos y emociones no resueltos,
que no han podido ser expresados porque la persona no se ha atrevido o no ha
tenido oportunidad de expresarlos en el momento en que surgieron o tomó
conciencia de ellos. Cuando se trata de una persona que ya ha desaparecido de su
vida personas fallecidas, primero se expresan los asuntos pendientes pueden ser
sentimientos agresivos, amorosos o de cualquier otro tipo. Una vez expresados los
sentimientos que albergaba, el paciente ha de despedirse de esta persona y cerrar
la historia que mantenía abierta, y que a menudo aparecía en sueños, en imágenes
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o incluso en dolencias, como ocurre con algunas melancolías y otras
somatizaciones.
Me hago responsable:
Este juego se basa, en algunos de sus elementos, en el continuo de conciencia,
pero en él todas las percepciones se consideran actos. Por ejemplo, cuando un
sujeto expresa algo que le está sucediendo, se le puede decir que añada a esa
percepción: "Y me hago cargo de ello". Resulta así: "Me doy cuenta de que mi
voz es tranquila, y me hago responsable de ello". "Me doy cuenta de que estoy
nervioso e intranquilo, y me hago responsable de ello". Con esta fórmula, el
paciente deja de echar la culpa al mundo de sus estados, y tiene la oportunidad de
hacer algo por sí mismo para cambiar o disminuir sus consecuencias.
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incapacidad de resistir la ira. El descanso es necesario para restaurar energías. A
la actividad le sigue el descanso, o al día le sigue la noche.
Exageración
Este juego también está vinculado al principio del continuo de conciencia. En
numerosas ocasiones, los movimientos o ademanes involuntarios parecen tener un
significado, pero tales movimientos pueden ser incompletos y no alcanzar un
desarrollo total, con lo cual entran dentro del campo de la inconsciencia. Entonces
se le pedirá al individuo que realice ese movimiento y que lo exagere, si es preciso,
tratando de que se ponga de manifiesto el significado interno que dicho ademán
puede tener.
En la entrevista terapéutica, nos dice, no hay más que dos hombres cara a cara y
podríamos afirmar que no es necesario decir que uno es el terapeuta y el otro el cliente.
En todo caso, no es su cuerpo profesional el que constituye al terapeuta ni tampoco sus
conocimientos teóricos o técnicos, sino su capacidad para ayudar.
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Este modelo de la psicoterapia tradicional encierra, según Rogers, una actitud de
desconfianza y usurpación, simboliza un pesimismo latente respecto al prójimo; se teme
el libre desarrollo de las potencialidades del individuo, constriñéndolo a relaciones de
sumisión y a programas de tratamientos estrictos.
Al constreñir el desarrollo del individuo, las actitudes sistemáticamente directivas lo
hacen dependiente, es decir, desprovisto de toda autenticidad; impiden que se
autocontrole de manera auténtica; crean barreras, resentimientos e inhibiciones.
Para Rogers la falta de autenticidad, fruto del estado de dependencia, es aquella situación
en la que el individuo:
Valora su experiencia en función de criterios obtenidos de otros, en vez de
valorarla según su satisfacción (o falta de satisfacción) vivida, auténticamente
experimentada. Dicho de otro modo, concede valor ya positivo, ya negativo, a los
diversos elementos de su experiencia, teniendo en cuenta no su efecto favorable o
desfavorable para su actuación personal, sino la escala de valores de otros
individuos (Rogers y Kinget, 1968, p. 186).
Actitud no-directiva
La no-directividad es una actitud hacia el cliente. Es una actitud por la que el terapeuta se
rehúsa a orientar al cliente en una dirección determinada, y a considerar que el cliente
debe pensar, sentir o actuar de una manera determinada.
Definida positivamente, es una actitud por la cual el terapeuta testimonia que tiene
confianza en las capacidades de autodirección de su cliente.
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Es interesante observar, que para recalcar el carácter positivo de esta actitud, Rogers deja
de emplear la expresión "no-directividad", que introdujo en 1942 en su Counseling and
Psychotherapy, para utilizar la expresión "centrarse en el cliente" a partir de 1951, con su
obra Client Centered Therapy.
1. Reexpresión o reformulación:
Concretar en la entrevista, y también en la animación de grupos, la actitud no-directiva.
El contexto de la entrevista se conforma de tres procedimientos principales de efecto
progresivo:
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"Así que usted considera..."
"Usted quiere decir que…"
"En otros términos..."
"En su opinión, por consiguiente..."
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actitud hacia la entrevista. Descubrir cuál es la actitud personal y espontánea que
adoptamos, es un objetivo esencial en toda formación personal.
- Orden, decisión
- Sugerencia, consejo
- Evaluación-juicio
- Sostén efectivo, ayuda-soporte
- Interpretación
- Encuesta, exploración
- Comprensión
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percibirlas "desde adentro" tal y como aparecen en él, y cuando logra comunicar
algo de esta comprensión al cliente, entonces se cumple la tercera condición.
Cuando alguien llega a comprender lo que significa ser él mismo sin pretender
analizarse ni juzgarse, entonces puede autorrealizarse y desarrollarse en esta
atmósfera.
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El cliente no solamente se acepta sino que llega verdaderamente a quererse. No es un
vanagloriarse, ni una manera de afirmarse: es, más bien, una satisfacción pacífica que se
siente por ser uno mismo (Rogers, 1972, p. 71).
4. Brota la creatividad constructiva
Se ha demostrado que cuando el individuo está enteramente 'abierto' a su experiencia, su
conducta se hace creativa, y su creatividad es esencialmente constructiva.
5. Se produce la aceptación de la experiencia completa de una relación
afectuosa
Uno de los elementos de la terapia del que hemos tomado consciencia recientemente, es
el hecho importante de que la terapia es para el cliente, el aprendizaje de una aceptación
plena, entera, libre y desprovista de temor, de los sentimientos positivos de otra persona
(Rogers, 1972, p. 65).
Descubrir que no se es destruido por aceptar los sentimientos positivos que vienen de
otros, que eso no hace necesariamente daño, que en realidad se siente uno bien cuando
alguien comparte los propios esfuerzos para hacer frente a la vida, esta es, tal vez, una de
las lecciones más profundas que un individuo puede aprender, con o sin terapia (Rogers,
1972, p. 65).
6. Se descubre que el centro de la personalidad es de naturaleza positiva
Uno de los conceptos más revolucionarios que ha surgido de nuestra experiencia clínica
es el reconocimiento de que el centro, la base más profunda de la naturaleza humana, las
capas más interiores de su personalidad, el fondo de su naturaleza 'animal', todo eso es
naturalmente positivo, está fundamentalmente socializado, dirigido hacia adelante,
racional y realista (Rogers, 1972, p. 74).
4. Análisis Transaccional
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En segundo lugar, el AT se basa en los Estados del Ego y las Transacciones, ya en la
Psicología se había observado que en cada sujeto hay varios aspectos o personalidades o
personajes, pero fue Berne quien los llamó Estados y los definió con exactitud. Los redujo
a tres principales: Padre, Adulto y Niño. El nombre de los Estados se forma con las
iniciales de Padre (P), Adulto (A) y Niño (N). Es decir, PAN. Tales Estados van siempre
con letras mayúsculas para diferenciarlos de los padres reales, de los niños y de las
personas adultas.
Berne habló de transacción, definirla como el mínimo intercambio social y haber
representado sus múltiples formas. Una transacción es el mínimo intercambio entre un
estímulo y una respuesta desde específicos Estados del Ego.
Finalmente, hay que decir que el AT va más allá de los Estados del Ego y de las
Transacciones, pero en todo momento referido a ellos. Basándose en estos elementos, se
desarrollan las transacciones a corto plazo con el estudio del empleo del tiempo, los
juegos, etc., las transacciones a largo plazo, analizando el guión o argumento de vida que
cada cual lleva consigo desde su infancia y que le empuja a determinados
comportamientos básicos.
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Kertész (1985) ofrece la agrupación de los elementos del AT en 10 categorías o 10
"instrumentos". Presentamos una síntesis basándonos en los transaccionalistas más
importantes que los han estudiado y damos una idea general de lo que significa cada uno
de ellos.
Análisis estructural y funcional: Es el esquema de la personalidad, basado en el Padre,
el Adulto y el Niño. Funcionalmente son: Padre Crítico, Padre Nutritivo, Adulto, Niño
Natural y Niño Adaptado, son realidades psicológicas desde donde nos comunicamos con
los demás. Es la fase intrapsíquica del Análisis Transaccional.
Análisis de las transacciones, simbiosis y descalificaciones: Es el análisis de los
intercambios sociales con sus aspectos positivos y negativos. Esta comunicación puede
ser verbal o no-verbal. Así comienza la fase interpersonal del Análisis Transaccional.
Caricias (estímulos): Estímulos, incentivos y satisfacciones de nuestras necesidades que
nos damos o damos a los demás. Pueden ser caricias físicas o psíquicas. El hambre de
caricias determina muchas de nuestras actividades y qué hacemos con nuestro tiempo.
Posiciones existenciales: Son el juicio que adopta el niño acerca de cómo se siente y se
percibe a sí mismo y a los demás en los primeros años de vida. La decisión tomada,
aunque sea inconscientemente, va a cristalizar en un guión o programa a seguir.
Emociones auténticas y "rebusques": Componentes emocionales repetidos de nuestra
conducta. Las emociones auténticas para el Análisis Transaccional son: alegría, amor,
tristeza, miedo y rabia. El rebusque es una emoción inadecuada que reemplaza una
emoción auténtica, no permitida. Se llama "rebusque" porque uno le "rebusca" para volver
a sentirla.
Análisis de los juegos psicológicos: Implican las relaciones humanas a través de
secuencias de transacciones ulteriores. La gente "juega" para satisfacer necesidades
básicas y vitales de su Niño Adaptado. Estos proveen de caricias negativas, confirman la
posición existencial y los mandatos parentales. También ayudan a mantener y reforzar los
"rebusques" aprendidos en la infancia.
Estructuración del tiempo: Es el análisis de las seis formas de estructurar el tiempo.
Más allá de las simples transacciones y de la búsqueda de caricias, el individuo tiene
hambre de programar el tiempo. Para Berne son: aislamiento (sin contacto con los demás),
actividades, rituales, pasatiempos (con contactos programados socialmente), juegos e
intimidad (con contactos programados individualmente).
Guión y metas de vida: Se refiere al conocimiento de la formación del especial guión de
vida adquirido en la infancia y de su fuerza para alcanzar o no las metas de vida.
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Análisis del miniguión: Es el estudio de una secuencia repetitiva de sentimientos y
comportamientos observables, y que parte de los mandatos parentales. Avanza en el
sistema negativo de conductas.
Dinámica de grupos: Se describen las organizaciones sociales y la dinámica de grupo
desde el Análisis Transaccional. Se interviene con este instrumento en la organización
interna y externa del grupo, el liderazgo, las etapas de desarrollo, etc.
- Reparentalización
- Redecisión
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intensidad emocional experimentada por el paciente, y el grupo que participó con
su apoyo y afecto, se procede a un análisis del proceso con el Adulto del paciente,
y de todos los participantes, y se establece un plan con el primero, para poner en
marcha lo decidido.
4.5.Criterios de alta
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en condiciones de establecer nuevos contratos y continuar el tratamiento. Por ello, si bien,
dichos pacientes son dados de alta del contrato anterior, su tratamiento prosigue hasta el
cumplimiento del nuevo contrato, por lo que, por regla general, el criterio final de alta lo
constituye la adquisición de la autonomía por parte del paciente.
Tal como lo planteó Berne (1966), la autonomía consiste en la capacidad adquirida por el
individuo de dirigirse a sí mismo con el Adulto, en lugar de ser dirigido por los mandatos
del argumento. La adquisición de esta autonomía implica la liberación o recuperación de
tres capacidades esenciales del hombre: consciencia de las cosas, espontaneidad e
intimidad.
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de 1940 y enviado a un campo de concentración. Como él explicó más tarde, fue
su persistencia en aferrarse a su propio propósito o continuar el trabajo de la vida
que se había visto obligado a dejar atrás que lo fortaleció y lo ayudó a sobrevivir
a los horrores del Holocausto. La logoterapia se conoció como la “tercera escuela
de psicoterapia” y ofrece una alternativa a las llamadas escuelas “primera” y
“segunda”, estos son Sigmund Freud, que fundó el psicoanálisis, y Alfred Adler,
cuyas teorías giraban en torno al concepto de “sentimiento de inferioridad”. Dos
de las técnicas más destacadas utilizadas en el tipo de terapia de Frankl son la
intención paradójica y la desreflexion. La intención paradójica tiene como
objetivo romper el círculo vicioso de la ansiedad anticipatoria, en la cual estamos
tan ansiosos por algo que sentimos ansiedad por preocuparnos por nuestra fuente
de preocupación.
Frankl sugirió que una forma de permitir que alguien se distancie de este círculo
vicioso es, por poco intuitiva que parezca, la exposición a la fuente de su ansiedad.
La desreflexion intenta interrumpir otro círculo vicioso: el de estar tan
obsesionados con algo que queremos lograr que nos sometemos a mayores niveles
de estrés, lo que hace menos probable que alcancemos ese objetivo. En este caso,
Frankl aconseja simplemente tomarse un descanso para dejar de esforzarse por
alcanzar ese objetivo y permitirnos llegar a una sensación de desapego, para
alejarnos de la presión excesiva que nos hemos impuesto.
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Nuestra principal motivación para vivir es nuestra voluntad de encontrar
sentido en la vida.
Tenemos libertad para encontrar sentido en lo que hacemos, y en lo que
experimentamos, o al menos en la postura que tomamos cuando
enfrentamos una situación de sufrimiento inmutable.
5.3. Métodos:
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Las tres técnicas principales son:
1. Desreflexión:
Se usa cuando una persona está demasiado absorta en un tema o en el logro de
un objetivo, ayuda a que alguien se aparte de sí mismo y hacia otras personas,
de modo que pueda volverse completo y pasar menos tiempo absorto en sí
mismo acerca de un problema o cómo alcanzar un objetivo.
2. La intención paradójica:
Es una técnica que hace desear al paciente lo que más se teme Para las personas
que experimentan ansiedad o fobias, el miedo puede paralizarlas, pero al usar
el humor y el ridículo, pueden desear lo que más temen, eliminando así el
miedo de su intención y aliviando los síntomas de ansiedad asociados con él.
3. Diálogo socrático:
Se usaría en la logoterapia como una herramienta para ayudar al paciente a
través del proceso de autodescubrimiento a través de sus propias palabras. De
esta manera, el terapeuta señalaría patrones de palabras y ayudaría al cliente a
ver el significado en ellos, se cree que este proceso ayuda al cliente a darse
cuenta de una respuesta que está esperando ser descubierta.
Es fácil ver cómo algunas de las técnicas de logoterapia se superponen con formas
más nuevas de tratamiento, como la terapia cognitivo-conductual o la terapia de
aceptación y compromiso. De este modo, la logoterapia puede ser un enfoque
complementario para estos comportamientos y tratamientos basados en
el pensamiento.
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Frankl creía que la vida tiene sentido en todas las circunstancias, incluso en las
más miserables, esto significa que incluso cuando las situaciones parecen
objetivamente terribles, existe un nivel superior de orden que implica significado.
Los humanos tienen una voluntad de querer decir
La logoterapia propone que los humanos tenemos una voluntad de significado, lo
que significa que el significado es nuestra principal motivación para vivir y actuar,
y nos permite soportar el dolor y el sufrimiento. Esto se ve diferente de la voluntad
de alcanzar el poder y el placer.
Libertad para encontrar el significado
Frankl argumenta que, en cualquier circunstancia, las personas tienen libertad para
acceder a esa voluntad de encontrar un significado, esto se basa en sus
experiencias de dolor y sufrimiento y la elección de su actitud en una situación
que no puede cambiar.
Crea algo. Tal como sugirió Frankl, crear algo (por ejemplo, arte) le proporciona
una sensación de propósito, que puede agregarle sentido a su vida.
Desarrollar relaciones. La naturaleza solidaria de pasar tiempo con otros te
ayudará a desarrollar más sentido de significado en tu vida.
Encontrar el propósito en el dolor. Si estás pasando por algo malo, intenta
encontrar un propósito en él, incluso si esto es un poco de engaño mental, te
ayudará a seguir adelante. Por ejemplo, si un miembro de la familia está pasando
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por tratamientos médicos para una enfermedad, vea su propósito como estar allí
para apoyar a esa persona.
Comprende que la vida no es justa. La vida siempre puede tener significado,
incluso en las peores situaciones.
Libertad de encontrar significado. Recuerde que siempre tiene libertad para dar
sentido a su situación de vida, nadie puede quitarte eso.
Enfócate en los demás. Intenta concentrarte para superar la sensación de
estancamiento de una situación.
Acepta lo peor. Cuando sales buscando lo peor, reduce el poder que tiene sobre
ti.
6. Terapia Familiar
Aunque, cuando sea el caso, los distintos enfoques psicoterapéuticos pueden emplearse
en un formato familiar, este enfoque pone el énfasis de su explicación de la psicopatología
en patrones de comunicación familiar disfuncional y en la noción de sistema, basándose
en la teoría de la comunicación humana y en la teoría general de sistemas.
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Gotlib y Colby señalan los principios generales de esta aproximación a la terapia:
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REFERENCIAS
Ruiz, C. Psicoterapia Gestalt: Una terapia Humanista. Centro colaborador del practicum
de psicología. Recuperado de
http://www.gpyf.es/app/download/11294204/articulos_psicoterapia_gestalt_una_terapia
_humanista%281%29.pdf
Fritz Perls: una entrevista a Claudio Naranjo. Universitas Psychologica, 15(1), 287-296.
Recuperado de
http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/revPsycho/article/view/796/798
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