El niño recién nacido aún no cuenta con las habilidades para hablar, por ello su principal y

única forma de lenguaje es el llanto, de esta forma logra comunicar sus sensaciones y

necesidades, con el paso de las semanas él bebe aprenderá las diferentes respuestas que

obtiene de su entorno en función del llanto, de esta manera también desarrollará diferentes

tipos de llanto haciendo variaciones en el tono e intensidad de acuerdo a su necesidad.

Los padres deben prestar atención a los diferentes tipos de llanto que puede emitir él bebe,

pues si tiene un sonido o tono extraño que no había hecho antes es importante consultarlo

con un pediatra. Sin embargo, es normal que los bebes lloren alrededor de 3 horas por día,

porque puede ser que tenga hambre, sed, cólicos, estar incomodo, tener calor o frio, por

ello, lo primero que se debe comprobar es que sus necesidades estén satisfechas, también lo

puedes cargar y mecerlo por un tiempo, distraerlo o darle un paseo, darle un masaje y

acariciarlo, un baño de agua de tibia para relajarlo y establecer rutinas de sueño y

alimentación.

A medida que pasa el tiempo el llanto deja de ser frecuenta, entre los dos y cuatro años de

edad es normal que aparezcan los berrinches, una explosión emocional como una manera

inmadura de demostrar enojo o frustración ante un no, Montse Martínez, psicóloga

educativa, señala: “los padres no deben asumir esos enojos como un desafío ni un intento

de irritar a los adultos, sino como una forma de expresar un sentimiento, esta situación debe

ser tomada como punto de partida para enseñarles algo. Sin embargo se deben tener en

cuenta las edades en que se presentan:

2 a 4 años: Es la edad en que suelen aparecer los berrinches, porque empiezan a madurar su

forma de expresión y comprensión, hace parte de su crecimiento evolutivo pues quieren ser

autónomos, por ello el berrinche es una reacción habitual del “no” del adulto
4 a 6 años: es una etapa de aprendizaje, en la cual es ideal hacer reflexiones constantes con

el niño y sobre su conducta, contarle que hay maneras diferentes de solucionar las cosas y

ayudarle a reconocer sus propias emociones y sentimientos de esta manera también

aprenderá a ser empático.

6 a 8 años: a esta edad los berrinches son inadmisibles pues ya entienden normas y saben

que es una reacción exagerada y que no es tolerable.

Finalmente, lo ideal sería evitar esas situaciones, para ello es necesario conocer las

reacciones del niño y anticiparse al conflicto, establecer rutinas que le den seguridad,

manejar la estimulación positiva, alabando su esfuerzo cuando haya evitado el berrinche o

haya sabido manejarlo.

Si por el contrario no fue posible evitarse debes tener en cuenta 5 cosas para reaccionar

adecuadamente.

1. Diferenciar entre un berrinche y un enojo, es berrinche cuando: Llanto exagerado

durante mucho tiempo, gritan, se tiran al suelo y patalean, no entienden razones y

pueden llegar a hacerse daño.

2. No ceder ante su presión.

3. Alejarlo del peligro

4. Hablar con el cuándo este calmado

5. Aprovechar la situación para conocerlo y fortalecer el vínculo afectivo

Por: Gloria Rincón