-Montse Bradford- “Si quiere cambiar su forma de comer, cambie su forma de pensar” “Lo que pensamos genera emociones, pero también lo que comemos”. -Montse Bradford- Nuestro estado de ánimo condiciona nuestras necesidades alimentarias. La tristeza puede quitarnos el apetito y la ansiedad puede hacer que comamos compulsivamente. Pero también el estado emocional se refleja a la hora de comprar, de elegir, de cocinar y de consumir. Por eso es importante el concepto de “alimentación consciente” o intentar dejar a un lado el estado de ánimo cuando hablamos de alimentarno Las emociones pueden influir en Emociones y qué comemos, cuándo comemos y en qué cantidad. Por ejemplo, probablemente ha oído que alimentación algunas personas comen para lidiar con el estrés. Otras comen para ocuparse cuando están aburridas.
Si come en base a sus
emociones, puede sabotear sus esfuerzos por perder peso. A menudo, las situaciones que dan lugar a ciertas emociones negativas llevan a la gente a comer. Usando el recuadro de abajo averigüe cuáles emociones lo llevan a comer. Aburrido Afectado Alegre Angustiado Ansioso Apenado Arrepentido Asustado Avergonzado Bajo presión Bien Cansado Celoso Contento Culpable Deprimido Desilusionado Estresado Frustrado Gordo Hambriento Hora de comer Indeciso Inquieto Inseguro Lleno de odio Lujurioso Malo Molesto Nervioso Preocupado Solitario Solo Somnoliento Temeroso Triste • Si ha comido recientemente y nota que tiene ganas de comer de nuevo, haga un breve análisis emocional. ¿Quiere comer porque tiene hambre o para satisfacer una necesidad emocional? Estos son consejos para evitar comer en exceso: • Lea las palabras de abajo. • Piense en cada una de las emociones. • Note cualquier emoción que lo hace desear comida. • Agregue cualquier otra emoción o situación que lo lleva a comer. • Recuerde qué emociones y situaciones lo llevan a comer. • Haga una lista de otras cosas que satisfacen esa necesidad emocional, como por ejemplo, llamar a un amigo, salir a caminar, tomar agua u otra bebida sin calorías, enviar un mensaje electrónico a un amigo o hacer unos cuantos ejercicios de yoga para estirarse. • Evalúe su hambre física usando la Escala para evaluar el hambre. • Recuerde que la comida no hace que las emociones desaparezcan (no solucionará nada). • Apunte la comida que consume, cuánta hambre tiene cuando come y cómo se siente en ese momento. Se puede dar una mejor idea de cuáles emociones lo llevan a comer cuando no tiene hambre física. • Si está teniendo dificultades, busque ayuda. Haga que sus familiares y amigos respalden sus esfuerzos por bajar de peso. Los grupos de apoyo, la terapia y los miembros de su equipo de atención médica también pueden ayudar. Es difícil separar la alimentación del placer y los sentimientos. Si las relaciones con la comida son positivas, es más fácil alimentarse de manera saludable. En cambio, si son conflictivas pueden empujar la dieta hacia un desequilibrio. La relación personal con los alimentos está condicionada por las emociones desde los primeros momentos de vida. Al mamar, el bebé recibe alimento, placer y cariño y se siente unido al universo. Un estado Un estadodededesbordamiento desbordamiento emocional o una emocional dificultad o una para dificultad obtener lo queloseque para obtener desea sepuede deseaprovocar una ansiedad que solo puede provocar secomer Los afectos hacen queuna apacigua tomando ansiedad no sea unque determinados solo acto y alimentos se apacigua mecánico tomando determinados aburrido, sino una experiencia gozosaalimentos que nos colma en muchos sentidos. Pero si se viven conflictos emocionales, estos pueden trasladarse peligrosamente a la comida. Una carencia afectiva puede compensarse con un consumo excesivo de comida o puede estar en el origen de un rechazo patológico a ciertos alimentos. Las emociones nos empujan a comer o a dejar de hacerlo.