La filosofía surgió en Grecia teniendo dos propósitos: entender los principios
del pensar y actuar y encaminar al hombre al modo correcto de vivir. Estos dos aspectos en conjunto se consideran sabiduría. La filosofía primera pierde su sentido cuando se limita a puras cuestiones científicas, deslindadas de sentido práctico. El autor utiliza las indicaciones de Heidegger y Apel para explicar la transición a la posmodernidad.
1) La exigencia intelectual y existencial de la filosofía primera
La razón responsable es aquella que responde a sus pensamientos y a las decisiones que toma. Es decir, podemos entender cómo y por qué hacemos las cosas, y no simplemente nos determinamos por seguir impulsos naturales. Somos responsables de lo que hacemos porque somos libres. Según Heidegger, cada época y cada contexto tiene su propia metafísica, es decir, su manera de entender a los entes y al ser. En otras palabras, cada época entiende de cierta manera el mundo que lo rodea y a ella misma. La filosofía primera se alcanza pasando de lo ónticas (o campo de las ciencias) a lo ontológico (la cuestión cuasi existencial del ser). Para Heidegger importa más el cómo que el qué, lo cual me lleva a pensar que esto conecta con el sentido que tuvo la filosofía griega. Hoy en día la metafísica tiene una disyuntiva, pues por una parte se inclina al objetivismo y por otra a la interpretación y la cultura, apuntando al individuo. Al considerar al hombre como un ser que se temporaliza, hace ver que el hombre es libre y para alcanzar la felicidad debe proyectarse en el tiempo.
2) La filosofía primera como metafísica
La filosofía primera surge como algo que según Apel que responde a la instancia última de la razón, que se relaciona con el sentido de la existencia. Por medio de la resolutio trata de llegar a la instancia última de la realidad. Busca tematizar al ente en tanto real y busca las causas últimas del ente y su finalidad. Le compete la resolución del dinamismo intelectual. Existen 3 paradigmas en la historia de la filosofía primera occidental: el paradigma metafísico-ontoteológico (depende del postulado de Dios como pensamiento de pensamiento), el paradigma de la filosofía trascendental de la conciencia y la subjetividad (no hay verdad trascendente, sino trascendental), y el de la filosofía del lenguaje. Apel le critica al tercer paradigma que la verdad dependa del lenguaje, pues de ser así requiere del contexto y no del logos universal. Para Heidegger la casa del ser es el lenguaje, y por medio de la historia conocemos cómo en cada contexto se conoce o se interpreta el ser. Apel retoma a Pierce y su teoría de verdad pragmática y semiótica. Pero Apel piensa que esta teoría se limita a unos cuantos investigadores. Apel dice que debe haber una verdad en sí, pues de lo contrario la humanidad pierde la referencia última para tomar postura crítica ante el mundo.
3) Filosofía primera y trascendencia
El paso de los qué a los cómo es en lo que consiste la filosofía primera. Se encarga del carácter inteligible de los qué, para comprender de mejor forma las distintas ciencias sectoriales. La sabiduría alcanza un nivel mayor que el de las ciencias, y encuentra en ella misma la posibilidad de que exista una primera inteligencia ordenadora. Tras la pregunta de Heidegger de por qué el ser y no la nada, todo apunta a que los entes no se explican a sí mismos. Sólo el ser infinito puede otorgar el ser. También abre la posibilidad de que Dios sea quien le otorgue al hombre la capacidad de ser sabio. La filosofía primera es una exigencia vital para el ser humano.