Ética de la justicia

Se basa en la aplicación de principios morales abstractos de aspecto meramente formal,

tomando en cuenta lo importante de la inclinación en favor o en contra de una persona
al juzgar un asunto, debido a ciertas características que tenemos, las personas racionales
deben coincidir en la solución de un problema moral. Este tipo ética recomienda que es
necesario partir de las personas como separadas, independientes, pues supone una
concepción del individuo antes de tener relaciones sociales con otros individuos.

Para ello el respeto de los derechos formales de los demás, basándose como por ejemplo
el derecho de un ser humano a hacer lo que desee sin afectar los derechos de los demás,
dando como resultado el poner reglas que reduzcan la invasión de otros derechos, de
este modo se pueda mitigar o acabar con el daño hacia esa persona. La responsabilidad
tiene un papel importante hacia los demás como una limitación de la acción,
básicamente un freno a la agresión.

Mediante algunas reglas mínimas de convivencia, la persona puede marcar los

procedimientos que se deben seguir para llegar a resultados justos, pero sin afectar una
opinión clara y definitiva sobre un asunto con opiniones opuestas. Por tanto, no se
puede decir que algo es bueno en general, sólo si la decisión se ha tomado es de buena
manera acatando las normas para ser una mejor persona.

Bibliografía

[1] G. Marín, “Ética De La Justicia, Ética Del Cuidado.,” pp. 1–14, 1993.